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Praxis Filosófica

versión impresa ISSN 0120-4688versión On-line ISSN 2389-9387

Prax. filos.  n.22 Cali ene./jun. 2006

 

PEDRO JUAN ARISTIZÁBAL HOYOS Subjetividad, Historia y Cultura: estudios fenomenológicos Bogotá, Alejandría Libros, serie filosofía, 2005, 225 páginas

Juan Manuel Cuartas

Universidad del Valle


¿Qué objeto es este libro que quiere decirme muchas cosas?, ¿recogidas en una lengua nueva, qué proyección alcanzan aquí las voces de los escritores y filósofos involucrados?, ¿cómo un artificio del saber como es éste, pergeñado en "estudios" que son apenas un modesto recuento de las motivaciones e intuiciones de los filósofos, podrá alzarse con la divisa de la verdad? Los autores nos dejan siempre párrafos e ideas sorprendentes; argumentos para la vida del hombre que necesita la declaración de su aparecer y su existir como un reclamo de sentido deliberado en la historia.

Este libro no sería más que un objeto si careciese de un título y de un mentor, si se abriera y la escritura de sus páginas blancas no convocara ningún tiempo, pero no es así, es un libro de filosofías, de nombres e ideas de filósofos y escritores, un libro que trae resonancias de problemas como la soledad, los sentimientos morales, la corporeidad, el juego, la modernidad. Este libro busca entregar una señal de pervivencia del tipo de reflexión que es posible emprender desde la literatura, la poesía y la filosofía, cuando se involucra sin restricción la descripción de nuestra situación con un concepto de mundo. El recurso de este libro es, en cualquier caso, la fenomenología, ese tipo de saber que, en palabras de la prologuista Julia Valentina Iribarne, "cuenta la forma en que el otro sabe de mí", porque no es suficiente analizar esperando dar cuenta de un tipo de estructura presente en el sujeto, en su historia o en su cultura. Pero este libro está buscando igualmente formular muchas preguntas, no perder la ocasión de poner en relación la experiencia de la soledad, por ejemplo, con la denuncia de un tipo de sociedad que suprime sistemáticamente al individuo, ni considera justo desatender en un autor como Nietzsche su denuncia de "todas aquellas formas de hacer violencia a la verdad" con las que el pensamiento europeo ha querido fundar un "conocimiento" del ser. Es este, además, el libro de un amigo que ha arañado entre las frases de los autores que mejor asumen para él el compromiso de indagar un sentido de lo vivo y lo social, sin olvidar cómo, en cada caso, son las cosas del mundo las que están reclamando una observación que nos acerque a ellas y nos permita fundarlas a través de nuestro propio lenguaje, de nuestra propia experiencia y nuestras propias intuiciones.

Este nuevo título de Alejandría Libros en su serie filosofía, ofrecido como una recopilación de 9 estudios escritos por Pedro Juan Aristizábal Hoyos trasiega por las ideas de un puñado de autores europeos sin el compromiso de revisar de manera exhaustiva su pensamiento; instalado en una lengua y en un tiempo diferentes a los de los autores, la opción reclamada para la escritura es la de los "estudios", a partir de la cual se resalta la actitud de quien ingresa en las preguntas, de quien exhibe un entusiasmo y se propone transmitir una inquietud en relación con el conocimiento. Pedro Juan Aristizábal quiere suscribirse por tanto como "estudioso", como quien ha puesto interés y cuidado en la realización de su labor, aplicado a la lectura y a la reflexión. Así, al menos por hoy, Pedro Juan Aristizábal es aquel a quien no se le podrá quitar el libro de las manos por ser éste, precisamente, su instrumento señalado.

Un libro se ofrece, permanece en una quietud relativa ocupando el tiempo del hombre; así este libro verde, punteado desde el título con tres términos monumentales: Subjetividad, Historia y Cultura, con su solo gesto de cosa ofrecida revela que sobre estos tres asuntos es preciso detenerse a platicar; asuntos que no pasan, que son el tiempo mismo y los valores del hombre, su dinamismo y su memoria, su fuente interminable de preguntas. De esta manera se han anunciado de oficio -no quiero equivocarme- los libros de filosofía escritos en Colombia; mientras no dispongamos de un pensamiento erigido desde un lenguaje propio y una representación particular de los problemas relativos al método, a la observación de la realidad, al conocimiento mismo, no podemos esperar tampoco genuinos libros de filosofía. Entre tanto cumplimos con decoro nuestra tarea de promotores, comunicadores, traductores, pedagogos de la filosofía; abonamos en el plano de la acción nuestra determinación de prolongar la consideración de los problemas que discuten los filósofos desde la Grecia antigua hasta hoy. Somos entonces, en el ameno discurrir del pedagogo, con este y con otros libros, precisamente eso: lectores de filosofía, desde Filosofía sin supuestos, de Danilo Cruz Vélez y aún antes, hasta este Subjetividad, Historia y Cultura, estudios fenomenológicos, de Pedro Juan Aristizábal Hoyos.

Reporteros de una historia de las ideas, sin el afán ni la compulsión de quien irrumpe para denunciar los errores teóricos, la mal comprensión de los problemas, aceptamos este papel de moderadores de argumentos con los que buscamos enseñar y dar permanente comienzo al circuito esencial de la filosofía, que va precisamente del asombro a la interrogación, a la reflexión, la escritura y nueva puesta en discusión. Bastaría citar los nombres de los autores contemplados por Pedro Juan Aristizábal, por él convocados para declarar que es aún posible recaer sobre una problemática esencial; en sus palabras: "la caracterización del ser humano en diversos aspectos de la vida cultural"1 ; ellos son: Franz Kafka, Friedrich Nietzsche, Rainer María Rilke, Jean-Paul Sastre, Edmund Husserl, Jean-François Lyotard, Seneca, Thomas Hobbes.

El primer mérito está aquí en la actitud de búsqueda, en la veracidad que ofrece la aceptación simultánea de varias voces, todas de Occidente, es cierto, todas europeas y todas masculinas; la dura huella de la colonización que nos cupo en suerte cultivada bajo su formación más sutil y más humana: el pensamiento, lo que no desestima en nada que sean voces que hemos hecho propias por la estricta universalidad que han alcanzado; voces de alto tono a las que Aristizábal rinde el tributo de sus letras. En la disposición del libro, un equilibrio que intentaremos despejar:

1) De Kafka a Nietzsche, un movimiento de restitución que interroga en el primero los límites del solipsismo, dejando para el segundo la acuciosidad del denunciante, quien incoa el proceso a la moral que apartó de la tierra el furor del mundo sensible.

2) El tercer estudio, sobre las Elegías a Duino, de Rilke, prolonga la motivación del primer libro de Aristizábal, titulado: Intimidad y Temporalidad, fenomenología e intuición poética, puntos de encuentro entre la filosofía de Husserl y la poesía de Rilke. Alejandría Libros, Bogotá, 2003. Está presente allí la figura del Ángel, o del poeta mismo; "un personaje -afirma Aristizábal- que simboliza aquellos sentimientos que en el ser humano no se realizan plenamente; un ser que pertenece a dos mundos y es a la vez nuestro más precioso ideal"2

3) El cuarto estudio, sobre Sastre, concentra la discusión sobre el "mundo del otro," no del "prójimo", como ha quedado malamente traducido por Juan Valmar en la versión española de El Ser y la Nada de Alianza Editorial (1984). ...Y del otro tener presente la mirada, ante todo la mirada como aquello que implica otro ser que apresa o se deja apresar.

4) El quinto estudio, sobre juego y pedagogía, podría ser suficiente para advertir que lo que ha buscado el libro es promover el diálogo trayendo a un tinglado como el nuestro los móviles de una dinámica en la que participan la indagación, la acción y el conocimiento. En otras palabras, la filosofía como una actividad libre dirigida hacia la enseñanza.

5) El sexto estudio dispone los elementos necesarios para entablar el juego del saber; de un lado, la ciencia rigurosa promovida por Husserl, de otro la cosmovisión planteada por Lyotard; entre la una y la otra, la condición de los tiempos modernos, el compromiso del sentido, la fragilidad de los símbolos, o si se quiere esta devastadora pregunta: ¿Para qué permanecer en este dominio donde otros hombres reducen el valor de las cosas a casi nada?

6) En los tres últimos estudios, la convicción de que ningún método diferente a la pura contrariedad da efectiva cuenta de nuestra comprensión del tiempo, como de nuestra relativa, indefinida, frágil aceptación del Estado. Uno y otro asunto, el Tiempo y el Estado, están sometidos aquí a la dura prueba del paralogismo o la falsa refutación sin conciencia de su falsedad.

Pero no ha sido ésta, acaso, más que una presentación que celebra una existencia; el libro como su autor tienen hoy una presencia que intenta declarar de qué manera el tipo de filosofía que hacemos es un aceptar habitar en las ideas de los filósofos, captar sus hábitos y sus lenguajes, ser receptores de un tono y una vehemencia que queremos ofrecer a una sociedad en la que poco se estudia, poco se lee y poco se piensa.


1 Pedro Juan ARISTIZÁBAL HOYOS. Subjetividad, Historia y Cultura, estudios fenomenológicos. Bogotá. Alejandría Libros. 2005, p. 13.

2 Ibíd., p. 76.


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