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Praxis Filosófica

Print version ISSN 0120-4688On-line version ISSN 2389-9387

Prax. filos.  no.32 Cali Jan./June 2011

 

MARC D. HAUSER

La mente moral: cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal.
Traducción castellana de Miguel Candel. Barcelona, Paidós Ibérica, 2008, 573 pp.

Jonathan Echeverri Álvarez
Universidad de Antioquia


ANOTACIONES SOBRE EL ÓRGANO MORAL:

Un breve comentario sobre la propuesta de Marc D. Hauser

Es llamativa la observación que realizó Christine M. Korsgaard sobre el debate reciente iniciado por Frans de Waal en las "Conferencias Tanner" de 2003 en relación a la evolución del comportamiento moral, esto es, que los animales no humanos actúan a partir de intenciones locales y concretas, no conciben un sentido del deber y no reflexionan sobre sus acciones pasadas ni planean sus acciones futuras, lo que impide concebir al parecer el más mínimo indicio de un sentido moral. Ello se debe, de acuerdo con Korsgaard, a la presencia de un autogobierno normativo en el hombre que estableció un punto de inflexión en la evolución del comportamiento, "ser consciente de las bases sobre las que uno se propone a actuar en tanto que tales" es la expresión básica o condimento moral que distingue al ser humano de las demás especies animales.

La publicación reciente titulada La mente moral: cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal (2008) del profesor Marc D. Hauser, expone una propuesta interesante que permite aclarar, o más bien ampliar, estas discusiones sobre la evolución del comportamiento moral, además, ofrece una posible caracterización de lo que él denomina el "órgano moral". Define los juicios morales en los seres humanos como resultado de una facultad moral innata similar al instinto del lenguaje. Promete precisar qué es esta facultad, cómo se desarrolla y cómo ha evolucionado; en esta perspectiva "lo que aquí importa es simple: nuestra facultad moral está equipada con un conjunto universal de reglas, en las que cada cultura introduce determinadas excepciones" (Hauser, 2008: 73). Lo que interesa al autor, refiriéndose al "órgano moral", es este conjunto universal de reglas que son propias de todo ser humano perteneciente a cualquier cultura.

Resulta insostenible que la investigación sobre el comportamiento moral esté supeditada al ámbito de las ciencias sociales y humanas, este proyecto debe ser un viaje compartido con las ciencias de la naturaleza. Según Hauser ningún planteamiento biológico sobre el comportamiento conduce a la noción de un compendio fijo de juicios o creencias; los principios que constituyen la gramática moral universal son fijos pero la gama posible de sistemas morales a que dan lugar no lo es. Asimismo, los principios no pueden entenderse como lineamientos que exhiben reglas deontológicas, sino como configuraciones abstractas que permiten decidir en la inmediatez qué acciones son lícitas, obligatorias o prohibidas; en este sentido la gramática moral universal se compone de un conjunto de principios que permiten a los seres humanos desde temprana edad construir una gama de sistemas morales distintos. De igual forma, la generación de juicios morales no depende exclusivamente de la experiencia, la educación y las creencias religiosas.

Éstos últimos describen o dan cuenta de reglas deontológicas simples pero cuando los dilemas morales no son familiares o no corresponden a las reglas de las intuiciones se inclinan en direcciones diferentes y desconocidas. Ahora bien, los principios y parámetros de la facultad moral son abstractos e innatos, la experiencia entonces instruye al equipaje biológico de la moral podando el árbol de sistemas morales posibles hasta obtener una marca moral distintiva. Este proceso es denominado aprendizaje por instrucción, en otras palabras, la constitución biológica describe o posibilita una amplia gama de variaciones y la experiencia delimita las opciones de tal forma que el resultado final obtenido quede confinado en unos límites. El impacto de esta postulación biológica consiste en cómo la explicación de los principios morales descriptivos influye en la comprensión y el diseño del planteamiento prescriptivo sobre lo que "deber ser".

El autor en principio realiza un acercamiento a los principales sistemas filosóficos morales, específicamente, el de Kant, Hume y Rawls. El primero considera que el juicio moral es el resultado de un imperativo categórico, cuya base es la razón, que puede erigirse como ley universal. El segundo anota que la emoción siempre precede a la elaboración de un juicio. Y el tercero propone que el juicio es posterior al análisis inconsciente de la acción, matizado por la emoción y la razón. Estas anotaciones constituyen las ideas fundamentales de cada sistema, que a la vez han permeado la investigación empírica en psicología del desarrollo moral. Por ejemplo, de acuerdo con Hauser, en el primer sistema se inscribe implícitamente las investigaciones desarrolladas por Piaget y Kohlberg. Ambos opinaban que los juicios morales proceden de la sociedad, se pulen en la experiencia y se fundan en el razonamiento de los dilemas morales.

De igual forma, el autor se detiene a señalar los principales obstáculos de las investigaciones de Piaget y Kohlberg inscritas en las postulaciones de Kant, y los estudios sobre la empatía en autores como Frans de Waal, Jonathan Haidt y Martin Hoffman inscritos en la filosofía de Hume, por su incapacidad de caracterizar el "órgano moral" en relación a sus principios y más variadas manifestaciones. La principal objeción al primer sistema consiste en la incapacidad de resolver con claridad las siguientes inquietudes: ¿Por qué y cómo debe contar la autoridad en el desarrollo moral?; ¿Cómo se da la conexión entre la experiencia del niño y las etiquetas lingüísticas de "bueno" y "malo"?; ¿Existen criterios determinantes que permitan ubicar sin discusión el desarrollo moral del niño en cada una de las fases designadas? ¿Cómo evitar el salto de la correlación a la causación explicativa del comportamiento moral cuando la razón en los juicios adquiere semejante preponderancia?

El autor no desconoce que el razonamiento consciente es importante en la configuración de un veredicto moral, lo que discute es si el razonamiento precede al juicio moral, en otras palabras, ante la emisión de un juicio ¿se razona antes o después a la manifestación del mismo? En últimas, la principal objeción a Piaget y Kohlberg consiste en la aceptación del razonamiento como "la única forma de operación mental que subyace a nuestros juicios morales" (Hauser, 2008: 47). En relación al segundo sistema filosófico de Hume que ha postulado igualmente una agenda programática de investigación empírica en psicología, ignora la importancia de la justificación en un juicio, además, la emoción no explica "cómo se orienta el niño en medio de las normas sociales en general y las normas morales en particular" (Hauser, 2008, p. 57). Es indiscutible que las emociones desempeñan un papel relevante en nuestras preferencias y actos morales, pero son un punto de referencia débil para identificar principios que expliquen la emisión de un veredicto moral.

Según Hauser, los planteamientos realizados por John Rawls son fundamentales para definir las características del "órgano moral". Las reflexiones éticas de éste se basan en la identidad "justicia como equidad", principio a partir del cual se desprenden todas sus reflexiones. El autor identifica cuatro rasgos característicos de la posición de Rawls: primero, la facultad moral funciona como un antecedente intuitivo que posibilita tomar decisiones éticas en situaciones novedosas, a pesar de la existencia de un conjunto finito de experiencias; segundo, los juicios éticos suelen emitirse sin esbozar una razón que justifique la decisión tomada; tercero, la conducta ética se construye a partir de unos principios inconscientes pero operativos, juicios denominados considerados, y otros que se obtienen a partir de la reflexión sobre condiciones ideales que especifican un dilema moral; finalmente, los principios inconscientes se revelan en una situación denominada la posición original, ésta consiste en la reunión de un grupo de personas que discuten sobre los principios que sustentan "la justicia como equidad".

Ahora bien, el autor defiende que en las decisiones morales opera un principio de la equidad al margen de la conciencia. Una reconstrucción evolutiva de este principio implica reconocer la cooperación como el escenario de origen de los juicios éticos. Es decir, la equidad surge como una solución estable en el ámbito de la cooperación que permea los juicios. La historia de los cazadores-recolectores se caracteriza por la necesidad de encontrar soluciones óptimas al manejo de recursos escasos, en función del crecimiento de la población y el cambio de un estilo de vida nómada a sedentario. El manejo de un recurso público, implica una estrategia conjunta que busca optimizar éste y castigar a quienes defraudan o son injustos respecto a su manejo. De acuerdo con los experimentos económicos transculturales, sólo es posible asegurar una sociedad cooperativamente estable a partir de la libre inspección de la reputación de quienes administran y participan del recurso, y el castigo a quienes realizan una administración inadecuada, este fenómeno suele denominarse "reciprocidad fuerte".

Los instintos sociales constituyen el terreno de los orígenes evolutivos del comportamiento moral, he ahí la importancia de la obra contractualista de Rawls, de la cual se desprenden discusiones sobre el papel de las emociones, la empatía y el altruismo recíproco. El camino más adecuado para iniciar los estudios es el abordaje del fenómeno de la reciprocidad, acto que busca el interés propio con la expectativa de una retribución equitativa. El contrato social en las dinámicas de intercambio, desde el plioceno y el pleistoceno de los cazadores recolectores, resulta ser la solución de negociaciones en las cuales se juegan intereses personales. Investigar los orígenes evolutivos del comportamiento moral implica realizar estudios comparados sobre la reciprocidad, identificando rasgos compartidos con otras especies y rasgos exclusivamente humanos, además, de la compresión sistemática de las expectativas sobre acontecimientos físicos y sociales en psicología comparada.

Un asunto a discutir es la paradoja de la cooperación para la biología evolutiva, es decir, ¿cuál es la razón de una acción cooperativa que implica un coste personal y una probable ausencia en el largo plazo de un beneficio? William Hamilton postuló una solución a la encrucijada: se ayuda a los demás en la medida en que se benefician los genes compartidos. El gen egoísta (1976) de Richard Dawkins, según Hauser, desarrolla esta idea desplazando la atención del altruismo de los individuos y/o grupos a la preferencia implícita de proteger la posible reproducción posterior de los genes. La relación conflictiva entre el cuidado paterno-maternal y el hijo, constituye el escenario primordial que permite observar el origen evolutivo de la preocupación moral por los demás. Es conflictiva en el contexto de la dinámica familiar aún cuando los padres desean que los hijos sobrevivan y se reproduzcan, y los hijos deseen igualmente sobrevivir y reproducirse.

Si bien, aparentemente, el interés es el mismo, la administración de los recursos disponibles y necesarios para llevar a cabo la meta requiere de una adecuada cooperación entre ambos en medio de intereses egoístas, en últimas lo que está en juego es la supervivencia de los genes. De ahí la importancia de las teorías de inversión parental de Robert Triviers. Es indispensable realizar algunas distinciones para clasificar lo que significa cooperar y otras formas de actuación en la administración de un recurso. En síntesis, las siguientes son las principales formas básicas de administración de recursos en el reino animal: la cooperación entre parientes (A incurre en un costo, B recibe un beneficio), el mutualismo por derivación (A y B trabajan para recibir un beneficio) y la reciprocidad (A incurre en un costo, B recibe un beneficio; asimismo, B incurre en un costo, A recibe un beneficio).

El terreno de la cooperación proporciona el fundamento psicológico para comprender el "órgano" moral, su anatomía y función, debido al papel que cumplen las emociones en dominar el egoísmo forzando acciones cooperativas ante la posible presencia de vergüenza o sentimiento de culpa por el rompimiento de un compromiso. Los resultados de las investigaciones indican que estamos equipados con una herramienta cognitiva que permite detectar un defraudador valorando aspectos causales e intencionales de una secuencia de acciones y consecuencias. El autor considera que somos una especie híbrida entre homo economicus y homo reciprocans, incluso híbridos asimétricos. Una condición que navega en las dos principales normas de comportamiento altruista: la responsabilidad social y la reciprocidad. La investigación empírica señala la existencia de normas de navegación en relación a precauciones, contratos y convenciones sociales, como universales del comportamiento moral que presupone la noción de innato.

Hauser postula de manera reiterada que la especie humana posee una gramática moral universal que permite desarrollar una amplia gama de sistemas morales. La variación cultural en relación a normas morales es similar a la variación cultural respecto a lenguas habladas. No es claro para el lenguaje y el comportamiento moral "si el proceso de crear diferencias de inteligibilidad entre grupos es adaptativo o un efecto colateral del aislamiento y las contingencias históricas" (Hauser, 2008: 486). Éste termina por integrar a Kant, a Hume y Rawls en la descripción de nuestro comportamiento moral bajo la denominación de criaturas. "La criatura rawlsiana, por consiguiente disparará sus intuiciones sobre acciones moralmente buenas o malas; la kantiana replicará a esas intuiciones con argumentos fundados en principios" (Hauser, 2008: 484) y en "medio del fuego cruzado", la criatura humeana intentará inclinar los juicios a uno de los polos morales generando emociones de acuerdo con la evidencia.

Es fácil reaccionar con cierto "conservadurismo cauto" ante expresiones como el "órgano moral" o juicios morales inmediatos que no dependen exclusivamente de la razón, la experiencia o la creencia religiosa. No obstante, la psicología presenta resultados empíricos que continuamente cuestionan nuestras intuiciones más arraigadas, ese es precisamente uno de sus oficios más interesantes, y la propuesta de Hauser es un ejemplo paradigmático. Hace poco releyendo "Más sobre escaleras" de Julio Cortázar, resulta un tanto reconfortante observar que hay cosas que sólo se dejan mirar hacia atrás, "[...] que es fácil tropezar y caerse [...] y otras que no dejan verse, que tienen miedo de ese ascenso que las obliga desnudarse tanto", un observar hacia atrás que nos sugiere la discusión académica sobre la evidencia; sólo así es posible comprender la apreciación final del autor: la noción de una gramática moral universal constituye un apoyo a la defensa del pluralismo en Rawls. Es decir, el compartir esta gramática presupone la posibilidad de haber adquirido cualquier sistema moral disponible en el mundo.

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