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Praxis Filosófica

Print version ISSN 0120-4688On-line version ISSN 2389-9387

Prax. filos.  no.51 Cali July/Dec. 2020

https://doi.org/10.25100/pfilosofica.v0i51.9860 

Reseña

Reseña: Aristotle’s Method in Ethics: Philosophy in Practice

1 Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe; Universidad Nacional de Entre Ríos, Concepción del Uruguay, Argentina. E-mail: mberron@fhuc.unl.edu.ar.

2 Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina. E-mail: kogel_matias_ezequiel@santafevirtual.edu.ar.

Karbowski, J. 2019. Aristotle’s Method in Ethics: Philosophy in Practice. ., Cambridge, Inglaterra: Cambridge University Press, .


En la presente reseña realizamos una breve presentación de la estructura del texto. Luego presentamos una descripción de los contenidos dividiendo el trabajo en tres partes: (i) primero tenemos en cuenta la introducción y luego (ii) los contenidos desarrollados en la primera y (iii) segunda parte de la obra, incluida la conclusión.

En relación con la estructura formal, el texto de 276 páginas totales cuenta con unos agradecimientos (pp. ix-x), un índice de abreviaturas (pp. xi-xii), una introducción (pp. 1-18) y el cuerpo del texto en dos partes: una se ocupa del método filosófico de Aristóteles en general (pp. 21-106) y la otra del método en las éticas (pp. 109-245); una conclusión final (pp. 246-248), un buen repertorio bibliográfico (pp. 249-258) y dos índices: uno de términos y nombres de autores (pp. 259-264) y otro de pasajes citados (pp. 265-275). Un aspecto a destacar es que la obra tiene numerosas referencias bibliográficas contemporáneas y clásicas lo que la vuelve útil a la hora de ubicar la discusión en un contexto actualizado.

En la introducción, Karbowski comienza haciendo un repaso de las interpretaciones sobre el método de Aristóteles en las éticas. En primer lugar, menciona la visión dominante del siglo XX que sostiene que el método de Aristóteles en las éticas es dialéctico y que específicamente el método de EN VII 1 es el método central de la ética. El antecesor de esta perspectiva es John Burnet (1900) pero quien más ha influido en su divulgación a lo largo del S. XX es G. E. L. Owen (1980) con su célebre Tithenai ta phainomena. En efecto, el artículo de Owen sería especialmente responsable de que se conciba a la metodología de la ética como dialéctica. Luego menciona que esta visión ha recibido algunas críticas como las de Bolton (1987; 1999) y Smith (1993; 1999) para señalar, finalmente, que la otrora visión preponderante se encuentra en retroceso. Entre otros autores críticos se alude también a Natali (2007; 2010; 2015), Frede (2012), Salmieri (2009) y Zingano (2007) quienes han argumentado, en mayor o menor medida, que el método de las éticas sigue las prescripciones de Segundos Analíticos II (APo). Esta estrategia de apelar a los APo. ha dado lugar a una nueva visión sobre el método de Aristóteles en las éticas, esto es, una interpretación científica de la metodología utilizada en las éticas, es decir, una metodología apegada a las sugerencias de los Analíticos y, por ello, una metodología no dialéctica. Karbowski aborda la cuestión de la metodología en Ética Eudemia (EE) y Ética Nicomáquea (EN) pero no se limita a ellas y también trabaja la cuestión de la metodología general de Aristóteles en el conjunto de sus investigaciones filosóficas, es decir, lo que llama método filosófico general. Por esta razón, discute primero tal método (Parte I), para luego, discutir el método en las éticas (Parte II).

En la Parte I (tres capítulos) se estudia la concepción aristotélica de la filosofía y su método. En el capítulo 1 se discute la concepción aristotélica de la dialéctica (pp. 21-51); el capítulo 2 investiga su visión de la filosofía (pp. 52-77) y el capítulo 3 el método filosófico general del estagirita (pp. 78-106). Podemos decir que unos de los objetivos principales que se propone en esta primera parte es distinguir el método dialéctico del método filosófico. Uno de los puntos importantes que tiene en cuenta para su distinción es que el razonamiento dialéctico procede de acuerdo con creencias mientras que el razonamiento filosófico procede de acuerdo con la verdad. De este modo, ambos razonamientos son incompatibles. Sin embargo, aunque se niegue que los razonamientos dialécticos tengan lugar en las investigaciones filosóficas, esto no significa que las estrategias y herramientas dialécticas no sean usadas en las investigaciones filosóficas.

La tesis que Karbowski defiende es que el método de APo. II está extendido en todas las investigaciones filosóficas del estagirita. La razón radica en que dicho método, a diferencia del dialéctico, promete la adquisición del conocimiento científico (epistêmê). Por eso, éste sería el método filosófico común que provee las normas metodológicas generales de cómo proceder en toda investigación. Sin embargo, a estas normas generales se le suman otro tipo de normas que, siguiendo a Lennox (2011), llama normas locales o normas específicas de un tema. Éstas serían un suplemento necesario de las normas generales de APo. II. En la sección 3.3 discute los capítulos clave de APo. II para caracterizar el método de los Analíticos (pp. 88-99) mientras que en las secciones 3.4 y 3.5 se discuten las normas que denomina “locales” que proveen los consejos para investigar en un dominio científico específico tal como la ética, la psicología o la ciencia natural (pp. 100-104). Por ejemplo, el método de EN VII 1 constituiría una norma específica para un tema específico y no el método general de la ética (p. 104).

La Parte II examina el método de EE y EN. Si bien en ambos tratados hay diferencias, Karbowski está interesado en las similitudes. Tanto en EE como en EN se distinguen un objetivo cognitivo y un objetivo práctico. El primero consiste en descubrir los principios causales de una ciencia ética demostrativa. En efecto, Aristóteles está yendo hacia los principios, está buscando y encontrando los primeros principios de la ética que luego servirán para ser usados como premisas de demostraciones. Esta sería la razón por la que no estamos en presencia de una presentación final de una ciencia demostrativa (p. 114). El otro objetivo, en cambio, consiste en ayudarnos a ser virtuosos y felices (p. 112, n. 9). Esta parte II está compuesta de cuatro capítulos: el Cap. 4 está dedicado al método de EE mientras que los demás, del 5 al 8, están dedicados al método de EN.

En Cap. 4, Karbowski informa que se ha sostenido que el método de EE es similar o bien al método de los éndoxa de EN VII 1 o bien al método hipotético observado en los Elementos de Euclides. Sin embargo, las similitudes entre el método de EE y los dos métodos nombrados serían superficiales (p. 109, n. 3). Por ejemplo, entre el método de los éndoxa y el método de EE pueden observarse diferencias importantes: a) los phainómena para el primero son solamente éndoxa, mientras que para el segundo no se restringen a éndoxa; b) el primero es aporético, mientras que el segundo no (p. 115). Por esta razón, la posición del autor es diferente porque argumenta que en EE “Aristóteles está buscando los primeros principios de una ciencia ética demostrativa siguiendo una versión adaptada para la ética del método de APo. II” (p. 109). El pasaje de EE I 6, 1216b 26-35 representaría el método global del tratado de EE (p. 119) pero se trataría de una norma metodológica local. Por supuesto, en la metodología aristotélica se puede observar cierta flexibilidad, esto es, aunque el estagirita tenga y siga una metodología general (el método de APo. II) y una metodología local (el método de EE I 6), Aristóteles siempre estaría pensando una estrategia argumentativa única para cada tema que investiga. Karbowski caracteriza a EE como un tratado filosófico en contraposición a la interpretación tradicional que lo considera dialéctico. Sin embargo, aclara que Aristóteles usa los éndoxa no para argumentar a partir suyo sino para descubrir la verdad. Por eso, EE estaría tratando asuntos éticos de acuerdo con la verdad. Este abordaje “se esfuerza por aclarar no solo ‘el qué’ (tò tí) sino ‘el por qué’ (tò diá tí)” (p. 112).

Los capítulos 5 y 6 se ocupan de argumentar a favor de la orientación científica del método de EN. En el capítulo 5 nos indica que Aristóteles caracteriza al tratado de EN como a) un tratado filosófico, b) un trabajo que forma parte de una rama de la política y c) una investigación filosófica sobre los asuntos humanos (p. 136). Karbowski cree que en EN el estagirita está siguiendo su método filosófico porque estaría buscando los primeros principios de una ciencia demostrativa (p. 136). Ahora bien, para corroborar esta tesis Karbowski tiene que argumentar a favor de una lectura que haga compatible la fluctuación de los fenómenos éticos y el objetivo práctico del tratado con las aspiraciones científicas de Aristóteles. En efecto, para algunos investigadores o bien es imposible la epistêmê o bien no es necesaria en el ámbito ético (Mc. Dowell, 1996; Nussbaum, 1986 en Karbowski, 2019, p. 136). No obstante, Karbowski hará algunas aclaraciones para argumentar a favor de las aspiraciones científicas de Aristóteles en el ámbito ético. Primera aclaración en relación con la variedad y fluctuación de los fenómenos éticos: Karbowski aclara que, aunque en EN I 3 se diga que las cosas nobles, justas y buenas fluctúan, esto no significa que la nobleza, la justicia y la bondad por sí mismas cambien. De modo que la fluctuación de los fenómenos éticos ocurre, como en la ciencia natural, al nivel de los fenómenos particulares y no al nivel de los tipos éticos y sus esencias. Por esta razón, las definiciones centrales de EN no estarían sujetas a excepciones. Segunda aclaración: de igual modo que la ciencia natural, la ética contiene verdades que se dan en la mayoría de los casos (hôs epì tò polú). Esto impacta sobre el estatuto epistémico de la ética pues el grado de epistêmê haplôs (APo. I 2 en Karbowski, 2019), tal como se ejemplifica en las matemáticas y en la teología, no es posible en relación con los temas de la ética. Sin embargo, Aristóteles “reconoce un grado menos preciso de epistêmê ‘calificada’ cuyas explananda son en su mayor parte verdades que expresan regularidades per se” (pp. 142-143). Por eso, que las generalizaciones de la ética sean en la mayoría de los casos “no es en sí una prueba de que Aristóteles considera el ámbito ético más allá del alcance de la epistêmê (calificada)” (p. 143). Tercera aclaración: Karbowski argumenta que Aristóteles está buscando los primeros principios de una teoría ética que produzca el conocimiento general necesario para la phrónêsis legislativa (se apoya en EN X 9, 1180b 13-28). Esto constituiría la mayor razón para pensar que EN tiene una orientación científica (pp. 151-161).

El capítulo 6 está dividido en dos partes: en la primera Karbowski examina la concepción aristotélica de los puntos de partida (starting points) y de los primeros principios (first principles) de la ética respectivamente. En la segunda se ocupa de ofrecer una reconstrucción de la ciencia ética demostrativa. Comienza caracterizando los puntos de partida de la ética como hechos (tò hóti) mientras que los primeros principios de la ética son los puntos de partida del conocimiento. Sobre los primeros, el investigador debe comenzar por los puntos de partida correctos -lo que es familiar para nosotros- y, dado que Aristóteles asume que el hábito es su principal fuente, el investigador debe haber sido bien educado. Luego de esto, Karbowski caracteriza la noción de hecho (tò hóti) para justificar su lectura científica y no dialéctica de la metodología de EN. Primero, nos muestra cómo esta noción está relacionada con los trabajos filosóficos / científicos de Aristóteles y no con la dialéctica de Tópicos. Segundo, que la noción de hecho juega un papel importante en la búsqueda de la epistêmê porque los hechos nos brindan un conocimiento preliminar que es necesario para comenzar una investigación sobre sus principios causales. Tercero, que la noción de hecho no debe ser combinada con la noción de éndoxa. Esto último no significa que los éndoxa no jueguen un rol en EN. Sin embargo, lo que quiere mostrar Karbowski es que los puntos de partida de EN son hechos y no éndoxa (pp. 167-168).

Karbowski clasifica los distintos hechos que Aristóteles tendría en cuenta en EN. En efecto, dice que los fenómenos que Aristóteles investiga en EN y que forman parte de los puntos de partida incluyen “estados (virtudes éticas e intelectuales), actividades (felicidad); relaciones (amistad), y elementos de psicología moral (elección, deseo, partes del alma)” (p. 170). Esta variedad de hechos difieren de aquellos que guían las investigaciones teóricas. En efecto, para la evaluación de los hechos de las investigaciones teóricas sólo se necesitan fuentes epistémicas motivacionalmente neutrales como la percepción y la inducción. En cambio, para la evaluación de los hechos de las investigaciones éticas se cuenta también con la habituación ética que, claramente, no se trataría de una fuente epistémica motivacionalmente neutral. La habituación da lugar a hábitos que son “disposiciones complejas que tienen dimensiones cognitivas y motivacionales” (p. 171). Como vemos, Karbowski muestra que los puntos de partida de EN son hechos. Ahora bien, de acuerdo con el “método de APo. II”, luego de haberse establecido suficientemente los hechos, deben buscarse sus causas (APo. II 1, 89b 29-31, en Karbowski, 2019). Por esta razón, el autor se pregunta si Aristóteles estaría siguiendo en EN este programa. La búsqueda de las causas está íntimamente relacionada con el tema de los primeros principios de la ética. A través de una lista que muestra diferentes pasajes que contienen definiciones, Karbowski nos muestra cómo EN sería un tratado de definiciones, y por ello es posible afirmar que Aristóteles las está buscando. Además, dado que las definiciones causales son los principios de la ciencia, las definiciones a las que aspira Aristóteles en EN deben ser causales también.

En el capítulo 7 Karbowski se propone mostrar cómo estaría funcionando en EN una de las características importantes de la metodología aristotélica: su flexibilidad estratégica. En efecto, si bien las normas metodológicas, sean las generales, las locales o las específicas, delimitan las investigaciones filosóficas de Aristóteles, “ellas le dejan espacio para elaborar una estrategia argumentativa única para cada objeto o problema individual que investigue” (p. 188). La importancia de este capítulo reside en que nos muestra la gran variedad de normas metodológicas de diferentes niveles de alcance que están interactuando en este tratado. Esto constituye una diferencia importante en relación con la metodología de EE. En efecto, en EE es predominante el uso de las normas de APo. II junto con la norma local de EE I 6. Sin embargo, en EN podemos encontrar no sólo las normas filosóficas generales de APo. II sino también “normas interdisciplinarias de alto nivel y varias normas éticas locales que informan el enfoque global de Aristóteles para la investigación ética en la EN” (p. 189).

Karbowski lista y discute una serie de pasajes de EN donde se observarían las diferentes normas metodológicas (pp. 189-197). Luego, construye una imagen informativa de cuál sería la metodología global del tratado de EN especificando su objetivo, su audiencia, sus puntos de partida, sus primeros principios y su estrategia argumentativa (pp. 197-199). En relación con este último punto, el autor afirma que Aristóteles hace silencio sobre cuál sería la estrategia argumentativa global y, debido a eso, se podría afirmar que no hay un plan específico gobernando cada línea de investigación en EN (p. 200)3. Para ilustrar esta flexibilidad metodológica analiza tres casos: la investigación sobre la felicidad en EN I (pp. 200-205), la investigación sobre la virtud ética en EN II (pp. 205-211) y la investigación sobre lo voluntario y lo involuntario en EN III (pp. 211-215). Dado entonces que Aristóteles tiene una estrategia argumentativa para cada tema de investigación en EN, no se puede limitar cada línea de investigación en un modelo único y específico, “especialmente el descrito en EN VII 1, 1145b 2-7” (p. 216).

La obra finaliza con el capítulo 8 que aborda la cuestión de la autonomía de la ética respecto de los otros tratados de Aristóteles. Según Karbowski, el estagirita suele hacer referencia a temas no éticos, como por ejemplo, el alma, la naturaleza, la actividad, en sus tratados éticos. Por ello, algunos estudiosos han pensado en algún tipo de dependencia entre la ética y la filosofía teórica. Ahora bien, como indica Karbowski, la dependencia interdisciplinaria toma múltiples formas. Algunos autores han concluido que la ética depende justificativamente de la filosofía teórica (p. 217). Es decir, Aristóteles justificaría los principios éticos a partir de su filosofía teórica. De modo que un tipo de dependencia interdisciplinaria tiene que ver con la justificación.

Otro tipo de dependencia interdisciplinaria tiene que ver con la explicación. Karbowski pone el ejemplo de la óptica y de la armónica que dependen explicativamente de la geometría y la aritmética respectivamente. En efecto, las pruebas de aquellas se hacen utilizando los principios de éstas últimas, respectivamente. Sin embargo, tanto la geometría como la aritmética son explicativamente autónomas porque no dependen de principios externos. En relación con este otro tipo de dependencia interdisciplinaria, se pueden encontrar entre los investigadores dos posiciones distintas. En efecto, para algunos “Aristóteles piensa que la ética depende explícitamente de ciertas ciencias teóricas [...], mientras que otros insisten en que la ve como explicativamente autónoma [...]” (p. 218). En este debate, Karbowski argumenta que Aristóteles considera a la ética como una ciencia autónoma tanto en líneas justificativas como explicativas. Ahora bien, esto no significa que los tratados éticos deben discutirse de manera aislada de sus trabajos teóricos. Lo único que nos sugiere el autor es que a la hora de determinar cómo Aristóteles realmente defiende y argumenta sus conclusiones éticas, debemos tener cuidado de no importar argumentos de otros tratados (p. 245).

En las conclusiones Karbowski presenta una visión general de las respuestas de Aristóteles a las siguientes preguntas: “¿Cuál es el sentido de la ética filosófica? ¿Y cómo debería uno investigar los temas éticos filosóficamente?”. En relación con la primera pregunta, el sentido de la ética filosófica es hacernos mejores seres humanos. Sin embargo, esta contribución es principalmente cognitiva porque Aristóteles “está buscando e intentando justificar los primeros principios de una teoría explicativa de la bondad humana” (p. 246). En su forma terminada, esta teoría será una ciencia demostrativa y entre sus primeros principios incluirá definiciones causales de los tipos éticos tales como la felicidad, la virtud, el placer o la amistad. Además, esta teoría es una contribución a la educación moral porque “produce un conocimiento explicativo holístico del dominio del valor humano, el tipo de conocimiento que él considera necesario para la phrónêsis legislativa” (p. 246). En relación con la segunda pregunta, Karbowski sostiene que el método de la ética no es dialéctico porque los puntos de partida de la ética no son las creencias sino los hechos adquiridos a partir de una buena educación. Sobre estos hechos versarán las definiciones de tipos éticos que los explican. Por otra parte, el método de la ética consiste en normas de diversos niveles de generalidad que orientan la investigación y esto ha sido generalmente ignorado por los especialistas. Esta variación estratégica de la metodología aristotélica “revela una sutil conciencia de la necesidad de juicio y visión creativa en la investigación ética” (p. 247). Por esta razón, “éste es un punto importante que merece más énfasis y discusión, tanto en los estudios de Aristóteles como en la filosofía contemporánea” (p. 247), y aunque “Aristóteles no reconoce explícitamente esto en el corpus existente […] sería sorprendente si uno de los filósofos metodológicamente más agudos de todos los tiempos no fuera consciente de tal hecho” (p. 248). A modo de cierre, podemos decir que Joseph Karbowski puede reclamar para sí haber avanzado sustantivamente en la polémica sobre la variación metodológica general en las investigaciones desarrolladas por Aristóteles en EE y EN.

Referencias bibliográficas

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1Profesor y doctor en Filosofía. Trabaja en Filosofía Antigua en la carrera de Filosofía de la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe – Argentina). Forma parte de proyectos de investigación desde 2005 en dicha universidad y el CONICET y ha recibido beca posdoctoral para investigar en Argentina (2012-14) y en Italia (2018). Autor de diversos artículos en el área de la filosofía aristotélica. Es miembro del Consejo editorial de Tópicos (Revista de Filosofía de Santa Fe). Además, es miembro ALFA y actualmente presidente de la Asociación Argentina de Filosofía Antigua.

2Profesor de Filosofía. Estudiante avanzado de la Licenciatura en Filosofía. Forma parte de proyectos de investigación desde 2016 y ha realizado dos adscripciones en la cátedra de Filosofía Antigua de la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe – Argentina) desde el 2016 a 2017. Además, ha recibido becas de iniciación a la investigación para estudiantes universitarios de grado: Cientibeca-UNL (2017-2018) y Beca EVC-CIN-UNL (2019-2020). Trabaja como docente de nivel secundario.

3Es interesante la contraposición con la obra recientemente aparecida de Carlo Natali (2017)titulada Il metodo e il trattato. Saggio sull’Etica Nicomachea (Roma: Edizioni di Storia e Letteratura) quien sí considera que en EN hay un plan general bien elaborado. Este texto de Natali no está en la bibliografía de Karbowski (lo que se explica por la aparición casi simultánea y porque la obra de Natali está en italiano); sin embargo, ambos textos se encuentran en la misma orientación.

Recibido: 15 de Mayo de 2020; Aprobado: 19 de Mayo de 2020

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