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Universitas Humanística

Print version ISSN 0120-4807

univ.humanist.  no.65 Bogotá Jan./June 2008

 

Estratificación social en Bogotá: de la política pública a la dinámica de la segregación social1

Social Stratification in Bogota: From Public Politics to the Dynamics of Social Segregation

Estratificação social em Bogotá: da política publica à dinâmica da segregação social

Consuelo Uribe-Mallarino 2


Pontificia Universidad Javeriana, Colombia curibe@javeriana.edu.co


Recibido: 04 de febrero de 2008 Aceptado: 31 de marzo de 2008



Resumen

En este artículo se presentan resultados de dos proyectos de investigación que indagaron sobre la estratificación socioeconómica en Bogotá desde el punto de vista de su valor como representación social acerca del orden y las jerarquías sociales. Si bien la estratificación socioeconómica se estableció como un sistema de focalización de subsidios para los hogares más pobres con el fin de que pudieran acceder a los servicios domiciliarios de agua potable, electricidad, alcantarillado, gas y teléfono, la política ha incidido hondamente en la forma como se piensan en común las diferencias sociales. Los resultados de las investigaciones realizadas en Bogotá entre los años 2005 y 2007, basados en una combinación de fuentes y métodos, se enmarcan en una mirada de las representaciones sociales como grupo de ideas colectivamente compartidas y socialmente adquiridas. Se concluye con unas reflexiones acerca de la estratificación y la segregación socio-espacial de los bogotanos, así como la configuración actual de las representaciones sobre la diferenciación social.

Palabras clave: Bogotá, estratificación, representación social, segregación, agua potable, servicios públicos, estratos.

Palabras clave descriptores: clases sociales, servicios públicos domiciliarios - Bogotá (Colombia), Bogotá (Colombia) - condiciones sociales.


Abstract

This paper presents results from two research projects aimed at inquiring about socioeconomic stratification in Bogota from the perspective of its value as representation of social order and hierarchy. Although socioeconomic stratification was implemented as a targeting mechanism of subsidies for the poorest households with the objective to enable them to have domiciliary potable water, electricity, sewer, gas and telephone, the policy has deeply affected the way social differences are collectively evoked. Research results from projects conducted in Bogota between 2005 and 2007, based on a variety of sources and methods, are approached with a view on social representations as a group of ideas and practices that are collectively shared and socially generated. Conclusions deal with issues of stratification and socio-spatial segregation, as well as the present configuration of representations about social differences.

Key words: Bogota, stratification, social representation, segregation, potable water, utility services, strata.

Key words plus: social clases, Services domiciliary public - Bogotá (Colombia), Bogotá (Colombia) - social conditions.
Estratificação social em Bogotá: da política publica à dinâmica da segregação social


Resumo

Neste artigo apresentam-se os resultados de dois projetos de pesquisa que indagaram sobre a estratificação socioeconômica em Bogotá, partindo do ponto de vista de seu valor como representação social sobre a ordem e as hierarquias sociais. Ainda que a estratificação socioeconômica tenha se estabelecido como um sistema de focalização de subsídios para
lares mais pobres com a finalidade de que pudessem acessar os serviços domésticos de água potável, eletricidade, esgoto, gás e telefone, a política tem incidido profundamente na forma como comumente são pensadas as diferenças sociais. Os resultados das pesquisas realizadas em Bogotá entre 2005 e 2007, baseadas em uma combinação de fontes e métodos, se enquadram numa visão das representações sociais como um grupo de idéias coletivamente compartilhadas e socialmente adquiridas. Conclui-se o texto com algumas reflexões sobre a estratificação e a segregação sócio-espacial dos “bogotanos” e também com a configuração atual das representações sobre a diferenciação social.

Palavras chave: Bogotá, estratificação, representação social, segregação, água potável, serviços públicos, estratos.


Introducción3

"Tiene gustos muy costosos. Aunque vive en estrato 4, va a una universidad de estrato 6 y se viste como de estrato 8". Esta frase, que describe las prácticas de un bogotano de nivel socioeconómico superior, no sería comprensible para una persona que desconozca a la Colombia urbana contemporánea. No es que otras sociedades no "estén estratificadas", es decir, presenten desigualdades sociales pero, como lo veremos a lo largo de este artículo, la manera particular como en Colombia se habla de estratos sociales tiene que ver con una modalidad de división social que ha tomado una forma particular definida por una política pública. Dado que las mentalidades y las representaciones colectivas toman un tiempo largo para modificarse, la capacidad de esta política pública de impregnar el modo como se piensa el orden social colombiano en tan corto tiempo es asombrosa.

La estratificación socioeconómica es una política pública implementada en las ciudades colombianas desde los años ochenta4 y formalizada en 1994 por medio de la nueva ley de Servicios Públicos. Consiste en un sistema de clasificación de las viviendas de las ciudades colombianas en categorías definidas por la calidad del entorno y de los materiales empleados, con el fin de otorgar subsidios a los residentes más pobres. Se organiza como un esquema de subsidios cruzados en el cual los estratos superiores pagan costos más altos por el mismo servicio que los estratos bajos. Se asume que las residencias en las cuales viven los distintos hogares reflejan el poder de pago de sus ocupantes.

El sistema de encontrar los usuarios de un servicio para el cual se quiere aplicar un subsidio (la focalización) se inscribe en un contexto más amplio de modificaciones a la intervención estatal, que fue impulsado desde los años ochenta por los organismos multilaterales de desarrollo. El ajuste estructural de los años ochenta que éstos impulsaron, llevó al desmonte de subsidios universales y a la delimitación del grupo beneficiado por la focalización que sería el de "los pobres". Asimismo,
las recetas neoliberales llevaron a la reestructuración de empresas estatales o su privatización y a la introducción de proveedores privados como los aseguradores en salud y las entidades financieras en fondos de pensiones. Colombia siguió esta ruta de reformas a inicios de los años noventa, con la llamada "apertura económica", cuando además de modificaciones a la regulación sobre importaciones e inversión extranjeras se acogieron políticas de focalización de subsidios para la salud (a través de la ley 100 de 1993), la educación superior, y para el caso que nos ocupa, de los servicios públicos domiciliarios5.

La focalización de subsidios a los hogares más pobres para el pago de tarifas de servicios públicos domiciliarios6 (SPD) funciona así: a los suscriptores de los estratos 5 y 6 se les cobra una sobretasa tanto en el consumo mensual como en el cargo fijo de conexión7, mientras que se otorgan subsidios a los residentes de los tres primeros estratos en forma decremental8; por su parte, el estrato cuatro paga el valor del costo del servicio. De igual manera, las unidades industriales y comerciales pagan la misma contribución adicional de los estratos 5 y 6 para ayudar a cubrir los subsidios para los hogares de los tres primeros estratos.

El sistema colombiano de focalización de subsidios para servicios públicos domiciliarios tiene una doble estrategia: la geográfica y la del volumen del consumo. También está subisidiado un monto de consumo de los servicios públicos, por encima del cual se paga una tarifa mayor, equivalente a la pagada por el estrato. El monto del servicio subsidiado se considera como un nivel de subsistencia9. Estos elementos hacen del sistema colombiano de focalización de subsidios para SPD un esquema único en el continente y, si se quiere, en el mundo.

La puesta en marcha de la estratificación socioeconómica se realizó desde mediados de los noventa y se inició en las grandes ciudades. En el presente, cerca de dos decenas de ciudades del país están divididas en seis estratos, al tiempo que algunas ciudades pequeñas solo tienen tres o cuatro estratos. Por su parte, la estratificación en zona rural es tarea pendiente, aunque está contemplada en la normativa10. La metodología para realizar la clasificación de las viviendas sobre la cual se realiza la estratificación11 es específica para la capital y difiere de aquella en las otras ciudades. Por eso, el estudio de los efectos de la estratificación socioeconómica en la capital constituye a la vez un estudio de caso de la estratificación en el país y uno de los ejemplos más esclarecedores de la aplicación de la política en toda su extensión.

Ya en otros artículos, la autora y co-investigadoras han desarrollado el tema de la manera como la estratificación ha incidido en la segregación geográfica en la ciudad de Bogota, en el valor de la vivienda y de los impuestos de propiedad, lo cual provoca en sus residentes la renuencia a aspirar a ascender de estrato, atrapamiento en los estratos que reciben subsidio y largos tiempos de movilidad de la zona de residencia a los lugares de trabajo (Uribe y Pardo, 2006 y Uribe et al, 2006). De hecho, la primera investigación tuvo como una de sus hipótesis de base que la estratificación ha tenido efectos mucho más amplios sobre la vida en la ciudad que la ampliación de cobertura de servicios públicos. Entonces, la hipótesis planteada fue que la estratificación producía un impedimento para la movilidad social, entendida ésta como el paso, a lo largo de la vida y de las generaciones, de un estrato y otro. Esta hipótesis no pudo ser comprobada en términos de causalidad, pero sí se encontraron factores asociados con la permanencia en los distintos estratos, al evidenciarse que los residentes no desean subir de estrato, produciendo un efecto de atrapamiento en el estrato en el cual se nace o se ha vivido la mayor parte de la vida.

Un estudio reciente sobre la segregación socioeconómica de la capital confirma uno de los resultados encontrados en nuestro primer proyecto. En efecto, se afirma allí que la ciudad está geográficamente segregada y se relaciona esta circunstancia con la estratificación12:

La segregación en Bogotá tiene las siguientes características: es elevada, es secular y tiende a reproducirse. La historia de Bogotá muestra que el desarrollo urbanístico ha incentivado la segregación (…) La estratificación no ha logrado la homogeneidad que busca, especialmente en los estratos dos y tres y, en cambio, sí ha creado condiciones que incentivan la segregación socioespacial (González et al, 2007:12-13).

Por el lado positivo, se le abona a la estratificación logros en la cobertura, ya que ha hecho posible que millones de bogotanos cuenten con agua potable, electricidad, saneamiento ambiental, gas y teléfono que a precios no subsidiados no podrían pagar; esto, en el marco de un incremento planeado de las tarifas de dichos servicios, acordada en 1994. Al tiempo, la estratificación ha permitido que las empresas sean financieramente rentables gracias al establecimiento de un nivel tarifario que incluye tanto costos de producción, como de expansión e inversión de los bienes que proveen.13 Sin embargo, además de los efectos de segregación geográfica anotados arriba, ha tenido efectos a nivel de la manera como se piensan las diferencias y las jerarquías sociales, que es el objeto de este artículo.

Problema, fuentes y método

En este artículo nos vamos a concentrar en la estratificación socioeconómica como representación social; es decir, como parte del esquema de clasificación que individual y colectivamente realizan los bogotanos de si mismos y de su sociedad. Se observa que la estratificación socioeconómica se ha agregado a nociones heredadas sobre las jerarquías sociales como clases o sectores sociales y ha logrado que los bogotanos piensen las diferencias sociales en forma alineada con la lógica que tiene la política. Ello se ha convertido en una "realidad" tan objetiva como las viviendas en que residen.

La política pública de la estratificación socioeconómica ha recibido la atención de académicos colombianos y extranjeros en aspectos relacionados con su impacto económico, legal, financiero, sus problemas de gestión e, inclusive, en sus efectos sobre los derechos de los ciudadanos. Así, existen estudios que tratan la cobertura de los servicios públicos, el incremento en las tarifas, la situación financiera y de gestión de las empresas públicas domiciliarias, qué tan bien está realizada la focalización y su eficiencia para encontrar a los hogares que necesitan subsidios, así como los costos financieros del esquema (ver la revisión de estos estudios en Uribe et al, 2006). Al lado de estos estudios, no hay un equivalente en investigación sobre la estratificación como sistema simbólico para explicar la organización social colombiana. Sin embargo, es impactante la fuerza que acompaña a los estratos como representación social sobre la manera de catalogar las diferencias sociales en el país. Además de las diferentes categorías que se han conformado, también forman parte de estas representaciones las ideas sobre la manera como se originaron y se accede a los distintos estratos, y a cómo se sube y se baja en la escala social. Por esa razón, se trata también de examinar las representaciones sociales acerca de la movilidad social, entendida como la posibilidad de cambiar de estrato y los elementos que acompañan dicha movilidad.

Las fuentes utilizadas en el proyecto de investigación incluyen datos propios y existentes tanto de tipo cuantitativo como cualitativo y otras fuentes publicadas. Dentro de las primeras se incluyen una encuesta realizada en 200514 y otra en 200615 en el marco de los dos proyectos de investigación, así como los resultados para Bogotá de la Encuesta Calidad de Vida de 2003 del DANE16 y la de Capacidad de Pago del DAPD en 2005. Las fuentes cualitativas incluyeron doce historias de vida realizadas en el primer proyecto17 y veintiuna entrevistas18realizadas a través del segundo a residentes de los seis estratos de la ciudad. A éstas se añadieron cinco entrevistas adicionales realizadas entre 2006 y 2007 exclusivamente a personas desplazadas por la violencia, provenientes de otras partes del país y usuarias de servicios y subsidios del Estado para desplazados provenientes de otro proyecto de investigación.19 Para este artículo se hace uso, igualmente, de artículos de prensa y textos publicados en Internet, tanto periodísticos como divulgativos y propagandísticos.

El método utilizado es la triangulación de la información, siguiendo a Denzin y Lincoln (1994). En este caso, la triangulación se logra por la combinación de fuentes de tipo cuantitativo y cualitativo, por la participación de al menos cuatro investigadores en la recolección de la información, por el uso de textos existentes que se adicionan como narrativas y discursos sobre el tema y por la multiplicidad de perspectivas conceptuales que se definen más adelante. Los datos de las encuestas permitieron tener una visión de la extensión de los fenómenos observados por medio de una mayor representatividad estadística, mientras que los datos recogidos a través de las entrevistas realizadas permitieron profundizar aquellos aspectos que, en las encuestas se habían encontrado relevantes. La información publicada en la prensa y en línea, a su vez, se eligió de manera selectiva cuando ejemplificaba los aspectos que las dos fuentes anteriores confirmaban como pertinentes.

La combinación de fuentes se realizó en el marco de lo que Charles Tilly denomina "formalismos", es decir, "una representación explicita de un conjunto de elementos y de relaciones entre ellos. Los formalismos que vienen al caso representan elementos de los procesos sociales y de relaciones entre dichos elementos. Las relaciones pueden ser de causa efecto, pero también pueden ser de proximidad, simultaneidad, conexión o similitud" (Tilly, 2004:596). En ese sentido, la división tajante entre lo cualitativo y lo cuantitativo no debe realizarse ya que, siguiendo a Tilly, tal división no existe en la naturaleza.

En cuanto a la inferencia del conjunto de residentes bogotanos a partir de la muestra y de los casos recogidos a través de los diversos instrumentos de investigación, pensamos que es factible generalizar para toda la ciudad. En términos de metodología cualitativa, la noción de muestreo teórico propuesta por los autores de la teoría fundamentada (Glaser y Strauss 1967) y de las propuestas de la metaepistemología de Vasilachis (1992) se hace posible, en tanto que se piensa haber alcanzado una saturación de la información necesaria para pasar de la observación de casos individuales a una mayor entidad, donde es posible generalizar a partir del conjunto de casos e individuos reunidos a través de entrevistas y de fuentes secundarias utilizadas.

Marco teórico adoptado

Un concepto central empleado para nuestro análisis es el de representaciones sociales, siguiendo la definición de Moscovici (1979, 1981) y Jodelet (1984). El concepto de representación social (RS) en ciencias sociales, se refiere a la interacción individuo-sociedad, y por ende, a aquella entre "lo objetivo" y "lo subjetivo". Por supuesto, tiene que ver con el rol de la cultura y de lo simbólico en la formación de los juicios y valores y en las prácticas que los individuos y los grupos realizan.

Para Moscovici, las RS son a la vez generadas y adquiridas, de modo que la interacción es su elemento esencial (Moscovici, 1979). Las RS explican la formación del conocimiento denominado "sentido común",aquello aceptado como natural y objetivo por todos. Indagar por la formación de este sentido es indagar por un proceso cognitivo en el que se adquieren elementos simbólicos y se construye un sistema de significación compartido. Como sistema de organización de elementos, implica un conjunto de códigos, valores y lógicas clasificatorias. "La realidad" sería el resultado de las actividades subjetivas de las personas en un proceso de construcción colectiva.

Similar al concepto de RS se encuentra el de imaginarios sociales así como fue desarrollado por Castoriadis. Estos comprenderían las significaciones imaginarias que le dan sentido a la acción humana de vivir en colectividad. Los imaginarios sociales de Castoriadis incluyen instituciones, leyes, tradiciones, creencias y conductas (Castoriadis, 1986 y 1989). En este trabajo se prefiere el concepto de representación social al de imaginario social, por ser más interactivo, porque se refiere más a ámbitos en permanente construcción y modificación y está menos relacionado con las instituciones.

Así como se trata de discernir la manera en la cual la estratificación conforma una RS, también se trata de dilucidar los mecanismos por los cuales es apropiada por los grupos sociales. Así, se examina la forma en que estos procesos llevan a una naturalización de lo adquirido que los convierten en una realidad con existencia autónoma, cuyo conjunto pasa a ser lo que constituye "la realidad cotidiana".

Además de ser un sistema de significaciones colectivamente compartidas, las RS se ajustan a lo que Berger y Luckman (1991) entienden por construcción social del conocimiento que logra la objetivación y legitimidad de una realidad que es percibida como algo objetivado que se le impone a los sujetos.

Por otra parte, se trabaja la cualidad identitaria de la representación social, por medio de la cual se permite que el individuo se afilie a un grupo y se identifique con sus valores, en lo que Touraine ha denominado "el regreso del actor" (1987).

La reproducción del orden social con base en factores simbólicos y culturales, según Pierre Bourdieu con su concepto de habitus, sería el modo habitual en que pensamos dicho orden. Siguiendo la concepción weberiana de la dimensión simbólica de la legitimidad en todo proceso de dominación de la vida social (Weber, 1944), el habitus serían "estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes" (Bourdieu, 1980:88). En la medida en que los miembros de un mismo grupo social han vivido procesos similares de socialización, se explica la similitud de sus maneras de pensar, sentir y actuar. Habría una correspondencia, para Bourdieu, entre estructura mental y estructura social por medio del habitus. Adoptamos la propuesta de Bourdieu en cuanto a las propiedades del habitus, en especial su durabilidad, transportabilidad y su carácter generador de prácticas (Bourdieu, 1980 y 1991).

Siguiendo la concepción gramsciana de dominación, Bourdieu concibe a la sociedad como el proceso de dominación de unos grupos sobre otros por medio de un sistema simbólico que logra legitimar las producciones culturales de los agentes en posición de dominación; esto, lo llama violencia simbólica (Bourdieu, 1988).

En la literatura sociológica el concepto de estratificación social remite a la manera como las clases sociales se articulan y se relacionan de una manera jerárquica. Esto estaría referido, para algunos autores, a una "estructura" objetiva que se encuentra allí, independientemente de la voluntad de sus miembros (Marx, Althusser, Warner). Pero la perspectiva relacional de la estratificación que hemos acogido nos lleva a pensarla no como una estructura sino como un sistema clasificatorio en constante evolución en donde la posición de cada cual se define con respecto a la de los otros, en forma compartida por los grupos sociales que se identifican por compartir un sistema de valores comunes (Sémbler, 2006).

Los historiadores de la Escuela de los Annales califican a aquellos aspectos que tratan sobre la vida cotidiana no como producto de la coyuntura, sino como eventos históricos sujetos a distintas velocidades en el tiempo (Bloch, Febvre y Braudel). Para Braudel, los procesos históricos tienen tres velocidades: el tiempo largo, propio de la geografía y la etnología; el tiempo medio, propio de las religiones, los sistemas sociales y económicos y el tiempo corto, propio de los eventos políticos, a la vez los más visibles y los más superficiales (Braudel, 1973). En términos históricos, las mentalidades sobre las estructuras sociales, son fenómenos de larga duración. Para Braudel, las estructuras mentales son prisiones de larga duración (L’Humanité, 2002). La perspectiva de esta escuela acerca de la historia de las mentalidades nos es útil en este escrito para mirar a la estratificación en tanto que representación en el tiempo dentro de la historiografía de Bogotá como ciudad.
Estratos y estratificación como representación social

a. Ciudad, localidad, barrio y estrato

Bogotá se piensa como ciudad y como capital del país por los colombianos, sin distinción. Los límites legales de la ciudad, sin embargo, se exceden fácilmente en las representaciones sociales: así, municipios anexos como Soacha, Chía o La Calera, aunque legalmente están por fuera de los límites de la ciudad, son concebidos corrientemente como parte de ella.20 Suburbios y centro son representaciones que están históricamente determinadas por la ruta de expansión de la ciudad desde épocas coloniales.

El crecimiento de la ciudad, desde su fundación, se ha marcado por su expansión en forma de ampliación del centro original, a partir de un trazado de tipo damero (ciudad alineada en forma de cuadros o rectángulos) alrededor de la plaza mayor, su catedral y los edificios de las autoridades civiles y religiosas que fueron el corazón de la urbe colonial (Mejía, 2000). Desde la época colonial, el ordenamiento urbano se delineó a lo largo de manzanas trazadas en forma de cuadra más o menos regular, lo que determinó el trazado de calles y carreras para demarcarlas. La manzana sigue jugando hasta el día de cómo como la unidad más elemental de división geográfica de Bogotá. De hecho, la política de estratificación tiene a la manzana como unidad de medida.

Actualmente, las dos divisiones legales de la ciudad, en términos de planeación urbana y con efectos sobre la gobernanza política y administrativa son la localidad y el barrio. Las localidades fueron creadas como Alcaldías Menores en 197221 con el propósito de regular el ordenamiento y el planeamiento urbano, a la vez que se nombraron alcaldes menores como autoridades locales; estos alcaldes menores, con la reforma de la Constitución de 1991, pasaron a ser elegidos popularmente en vez de ser designados por el Alcalde Mayor, el cual, a su vez, se elige popularmente desde 1986. Las Alcaldías pasaron a llamarse localidades en 1993, año en el cual se crearon dos más para un total de veinte (Cuellar y Mejia, 2007). En términos de representaciones, la localidad está en boca de funcionarios distritales, urbanizadores, aspirantes a ediles y planeadores urbanos, pero el grueso de la población distingue también la localidad en la cual está ubicado su barrio. En cambio, la noción de Unidad de Planeación Zonal (UPZ)22 es mucho más especializada y es utilizada fundamentalmente por funcionarios distritales, planeadores urbanos y algunos líderes comunitarios. No es una noción que circule ampliamente y no tiene las características de habitus que sí acompaña a estratos, barrios y localidades.

El barrio es una de las representaciones sociales referidas a la división geográfica de la ciudad más antigua y más ampliamente utilizada por los bogotanos para designar los distintos lugares de residencia. La división original de Santa Fé en parroquias, solamente dio lugar a una de barrios y cuarteles en términos de autoridades civiles desde 1774 y para efectos del control de la población. El historiador de la ciudad Germán Mejía se refiere así al tiempo largo que tomó el cambio en el uso de la noción de "barrio" en vez de la de "parroquia", en una organización social que perdía su énfasis en torno a las autoridades religiosas23 para dar paso al afianzamiento de las autoridades civiles y de policía:

Aunque la cédula de 1774 incluyó la denominación de barrio para designar las divisiones mayores (…), los bogotanos no cambiaron su forma de referirse al sector en que vivían como parroquia (…) Esta coincidencia entre los términos parroquia y barrio comenzó a desvanecerse lentamente en los últimos años del siglo XIX. A partir de 1880 existieron más barrios que parroquias en Bogotá, por lo que las divisiones de policía ya no quedaron comprendidas dentro de los anteriores límites parroquiales (Mejía, 2000:304).

De los 2344 barrios que hay actualmente en las localidades bogotanas, cada uno tiene su nombre y su propia historia. La creación de nuevos barrios a lo largo de la historia republicana ha marcado la división social de la ciudad, en especial desde finales del siglo XIX con la construcción de los llamados barrios obreros hacia el occidente y el sur de la capital (Mejía, 2000:304-305).

La representación social actual sobre el barrio en Bogotá es la de una comunidad con cierta homogeneidad social urbanística en su interior. Algunos barrios comparten historia por haber sido asentamientos ilegales en su inicio, hoy en día legalizados y revestidos de una dignidad que no tuvieron en sus comienzos. Otros, fueron originados por compañías urbanizadoras ofrecidas desde el inicio con todos o varios de los servicios. Finalmente, están las viviendas construidas por el Estado (tanto nacional como distrital), conocidas actualmente como Vivienda de Interés Social y, durante finales del Siglo XIX y comienzos del XX, conocidas como barrios obreros.

Los estratos son una forma georreferenciada, pero no ligada a una división administrativa de la ciudad. Esta noción tiene a la vez un correlato social y uno geográfico. El sustento social de los estratos está basado en su definición jerárquica; el geográfico, está relacionado con el lugar de residencia. El estrato al que se pertenece es conocido por todos, no solamente porque aparece impreso en el recibo de los servicios públicos cada mes, sino porque en el momento de comprar o alquilar la vivienda la pregunta por el estrato es quizás una de las primeras que surge ya que va a definir tanto el costo de la residencia como de los servicios y del impuesto predial a pagar.

Si el concepto de barrio tomó dos siglos en ser asimilado a partir de una política pública (la cédula real de 1776) y el de localidades —con su extraño tránsito de barrio a unidad mayor, alcaldía menor primero y localidad después— aún está por consolidarse, aquel de estrato social ha tenido una velocidad de aceptación asombrosa. En veinte años —pues se puso en práctica por primera vez desde 1988 en la capital, aunque se normatizó solamente en 1994—, la estratificación pasó a ser la forma predominante como los bogotanos y los colombianos en general piensan el orden social. La perspectiva del tiempo de duración de los eventos históricos nos permite inferir que los cambios en la forma de pensar las diferencias sociales entre los bogotanos ha tenido una evolución sorprendentemente corta. Es posible que la aceleración en la velocidad de las comunicaciones que la tecnología comporta (Internet, computadores, teléfonos móviles, etc.) esté influyendo en este cambio de velocidad.

En la descripción de una estudiante francesa de intercambio sobre cómo es Bogotá, la división por estratos es lo primero que resalta. Esta es su visión de la ciudad en el relato sobre su experiencia de intercambio universitario:

Bogotá se divide en estratos del uno al seis. El estrato uno es donde se pagan menos impuestos y donde hay menos servicios públicos o de menor calidad, el estrato 6 es el segmento de la población que más recursos tiene. El norte es de estrato 4 a 6: es muy moderno, se parece a una ciudad norteamericana. Allá se encuentran todos los centros comerciales, según el modelo occidental con las grandes marcas internacionales. El centro es donde se encuentran los edificios empresariales o donde se encontraban, porque desafortunadamente muchos se han ido hacia el norte. Por lo menos en el centro se queda la vida intelectual, en La Candelaria, con la gran Biblioteca Luis Ángel Arango y con las universidades. Pero el barrio es considerado de estrato uno porque de su pasado, se quedó con mala fama24. El sur es lo más extenso y lo más pobre, extremadamente pobre.25

La sociedad como la suma de sus estratos es una característica de la representación existente sobre las divisiones sociales, no solamente en Bogotá, sino en toda la Colombia urbana. La inclusión social estaría dada por el hecho de tener en cuenta a "todos los estratos sociales". Esto se ejemplifica en el sitio Web de la administración Distrital, en el cual se menciona como un logro de universalización la oferta cultural y recreativa de la ciudad, en los siguientes términos:

Toda una oferta cultural y recreativa para habitantes y visitantes de diferentes condiciones, edades y estratos sociales...26

b. Estratos y clases sociales

Antes de iniciar el proyecto, el equipo tenía la hipótesis de que los colombianos habían suplantado la noción de clase social por la de estrato, pero en el curso de la investigación esta hipótesis no se comprobó. Los bogotanos sí diferencian entre las dos representaciones, pero con ambages.

Una nota sobre el uso de Internet en el pais daría a pensar que los dos conceptos se usan indiferentemente:
También hay que destacar que, como sucede frecuentemente, el mayor porcentaje de uso según estrato social, se encuentra en las clases altas, con un 80% de llegada. La clase media-alta usa Internet en un 72% de los casos, la media-media en un 59%, la media-baja en un 41%, y la clase baja un 22%.27

Aunque la diferencia entre estratos y clases sociales no es muy clara, los bogotanos reconocen que no es lo mismo. Sí es claro que los estratos se expresan en números, mientras que las clases sociales lo hacen en categorías. Al concepto de clase se le atribuye una cualidad especial que no está presente en la noción de estrato y es la de "alta gama". Así, "ser de clase" sería sinónimo de calidad. Los estratos, con su numeración, indicarían una condición más "objetiva" que haría posible mayor movilidad.

En clases sociales se realzan elementos ausentes en los estratos como los apellidos. "Estrato y clase social no es lo mismo. En la clase social priman los títulos, los apellidos. Los estratos hacen referencia al nivel económico de cada persona" (hombre de E6, de 40 a 54 años T1628).

Otro entrevistado dice "clases y estratos no es lo mismo. La clase es un grupo determinado por medidas económicas y el estrato se define por su ubicación geográfica y el tipo de vivienda. La clase es más permanente, más clasista" (hombre de E5, de más de 55 años, T15).

Una persona encuestada menciona el paso histórico de la noción de clase social a la de estratos sociales: "Los estratos son de siempre; antes, uno era de estrato pobre o clase media o rico; ahora es del 1 o del 3 o del 6 o del 8. Eso siempre ha existido porque todos se quieren diferenciar de los demás por la plata, no por la humildad" (mujer de E2, T2).

En cambio, los estratos están relacionados con un área geográfica determinada: "No sé cuál es la diferencia entre estratos y clases sociales. Estrato es un lugar determinado en la ciudad. La clase social la determina el poder económico de cada uno" (hombre E3, T12).

Además del anclaje geográfico de los estratos, la diferencia también radica en que la clase estaría en un nivel mayor de abstracción; pero, además, el concepto de clase está ligado, como RS, a la noción marxista en función de la posición de cada uno respecto a los medios de producción. Un joven se expresa así sobre las dos nociones: "Los estratos son una clasificación por ingresos, de acuerdo con la zona donde viven, para cobrar más o menos impuestos. Clases sociales es una división más de tipo económico, en cuanto a la tenencia de medios económicos, lo cual influye en la capacidad de producción, en la plusvalía. De las clases sociales salen los estratos" (hombre E4, T13).

En la ubicación de alguien dentro de una categoría de clase social no habría equívocos, mientras que en la de estrato sí. Según una encuestada "es posible vivir en un estrato que no le corresponde a uno" (mujer de E6, T6). Y otra encuestada responde sobre qué son unas (clases) y otros (estratos): "Es todo, la plata, la influencia. No son lo mismo. Se diferencian por la plata, por el estudio. Estrato se refiere a las personas más pobres, clase es la persona de plata" (mujer de E2, T17).

Sin embargo, reina una gran confusión entre los dos conceptos. Algunos identifican los estratos con las residencias, pero otros no. La ambigüedad acompaña la definición de ambos conceptos en otro entrevistado: "Las clases sociales son los tipos de gente que existe en cada ciudad, mientras que los estratos son distintas clases de gente. Las clases sociales son tres: ricos, pobres y clase media. En cambio, hay seis estratos. Las clases sociales son generales en la sociedad y los estratos son específicos en todas las sociedades" (hombre de E2, T11).

Un encuestado que ubicó correctamente la existencia de los estratos desde 1994 por la ley de servicios públicos, hace una diferenciación de los dos conceptos igualmente ambigua, pero introduce la dimensión del "terror" para hablar de la dominación de clase: "Estratos y clases sociales no son lo mismo. Estrato es por la posición social en que intelectual y económicamente está la persona. La clase es por el dinero, pues se filtran por donde quieren por el dinero. Los que tienen más dinero mandan sobre los intelectuales y sobre los militares con su poder económico y el terror" (hombre de E1 y autodidacta, T7).

Los estratos como construcción de la política pública son señalados por otra persona: "No son lo mismo. Los estratos sociales es más una política del Estado para fijar impuestos y establecer políticas de apoyo a las comunidades. Las clases sociales están ligadas al nivel económico" (mujer E4, T20).

Y una organización no gubernamental denominada Misión de Amor Hijos de la Luz, Inc. en su página Web en la que busca patrocinio para uno de sus programas, mezcla ambas nociones con el fin de explicar a posibles donantes del extranjero el concepto de estrato en Colombia:

Esta actividad está dirigida a mujeres de estratos 00, 0, 1, 2 y 3; estrato es una forma de clasificación que se utiliza en Colombia para determinar la clase social a la que se pertenece por zonificación…29

El hecho de utilizar categorías que no existen en el sistema de estratificación (cero y doble cero, pero también números por encima del seis), es sintomático de que la escala numérica hace de esta clasificación un esquema más flexible y con mayor rango del que permitiría la división por clases sociales.

El uso indiscriminado de las nociones de estrato socioeconómico y de clase social se hizo patente en el impacto que tuvo un programa de televisión lanzado en el año 2006 por la cadena Caracol. El programa de telerealidad (reality show) Desafío 2006, emitido durante la franja horaria de mayor audiencia (8 a 9 p.m.), explotó la división social colombiana. El programa, calificado como "la guerra de estratos", se propuso fomentar la pugna entre grupos, definidos como tres estratos: "los privilegiados", "los rebuscadores" y "los llevados".30 En su sesión final, el mismo contó con 4.7 millones de televidentes, al enfrentar en una playa colombiana a los tres grupos durante un mes, fue acusado de promover el odio y la lucha de clases.31

Al preguntarse por los grupos sociales que se encuentran en la ciudad, el entrevistado antes mencionado que señala apellidos y títulos como los elementos determinantes de las clases sociales, hace la siguiente descripción de la jerarquía social en el país: "Están los que han tenido oportunidades pero tienen un nivel educativo bajo (dentro de los cuales hay ricos y pobres), los de formación práctica que saben hacer cosas (entre los cuales hay clase media y ricos) y la élite (entre los cuales hay académicos pobres y académicos ricos)" (hombre de E6, T16).

Otro encuestado divide a la ciudad en tres grupos: "Bogotá está dividida en tres grupos: alto, medio y bajo. El bajo está ubicado en la periferia; el medio, que es la mayoría, está entre la calle 1ª o menos y la calle 72; de la 72 hacia el norte vive la mayoría del grupo social alto. Algunos lugares del norte tienen grupo social bajo y, algunos del sur, grupo social alto" (hombre E4, T14). En la división por clases y por grupos, el uso de tres categorías es lo que parece más común, a la vez que en materia de estratos, proponer números que se salen de la escala es también común.

c. Origen y razón de ser de los estratos

El origen y la razón de ser de la estratificación para nuestros entrevistados no son universales, sino que difieren por el estrato al que pertenecen, lo cual está relacionado con el nivel educativo que han alcanzado.32 Para algunos, en especial los que tienen más alto nivel educativo, los estratos "se le ocurrieron a algún gobierno", "no hace más de 15 o 20 años". Pero para varios residentes, en especial de estratos inferiores, o éstos "siempre han existido" o bien son tan antiguos como la edad de los residentes encuestados: "Es natural que haya estratos, creo yo; no sé desde cuándo existen; yo siempre he escuchado de los estratos, los he vivido, pero no sabría" (mujer de E2, T8). "Es por naturaleza que hay estratos. Existen desde que estoy nacida" (mujer de E2, T17).

Algunos ubican el origen de los estratos en siglos pasados: "se originaron como en el siglo XVII" (mujer de E2, de 18 años, T10). Y un joven universitario lo ubica en un momento preciso de la historia nacional, en el siglo XIX: "De estratos se habla después de la guerra civil de 1863, cuando se instauró el liberalismo. Están relacionados con el inicio de la industrialización en Colombia" (hombre de E4, T15).

Algunos bogotanos, sin embargo, objetan la naturalización de los estratos: "no es natural, cómo va a ser natural. La estratificación se le ocurrió a algún gobierno… talvez fue el de Gaviria" (hombre de E3, T3). El entrevistado de estrato 1, excepcional por su conocimiento acerca del origen de la estratificación y autodidacta, se expresó así de por qué existen estratos en la ciudad: "eso es buscando controlar a la gente y para tener un censo de quienes tienen capacidad económica. Existen desde 1994" (hombre de E1 de 54 años T7).

Los estratos, como representación social, están relacionados con la díada pobres/ricos. Además de la naturalización de la división social, la asimilación de los estratos a una de las dos categorías es común. "Siempre ha habido pobres y ricos, hasta en la Biblia" (mujer de E1, T1). O bien, "empezamos a sentir en serio lo de los estratos desde la alcaldía del doctor Jaime Castro, porque desde ese momento tenemos que pagar más por los servicios para subsidiar a los más pobres" (mujer de E5, T5).

Lo de considerar como "impuestos" un pago diferencial de tarifas de servicios públicos como razón de ser de los estratos forma parte de la representación social alrededor de la estratificación.

d. Propiedades de los estratos como habitus

Los procesos de objetivación y naturalización de los estratos y de la estratificación entre los bogotanos se hicieron evidentes a lo largo del análisis de las distintas fuentes.

La naturalización de esta representación entre los colombianos es algo que sólo sobresale cuando hay extranjeros que interactúan con nacionales acerca del tema. Así, en un artículo, el editor cultural del diario El Tiempo sobre el Congreso de la Lengua Española en marzo de 2007, dice:

…un buen grupo de periodistas extranjeros de Chile, Argentina, México, Perú y hasta Estados Unidos, se fueron escandalizados con la forma como utilizamos en Colombia la palabra estrato… Eso, que para nosotros es pan de cada día y no significa otra cosa que una sobretasa en las tarifas de los servicios públicos, o un subsidio en el caso del estrato uno, les pareció lo más escandaloso que podía existir. Palabras más, palabras menos, para ellos fue como si tuviéramos un sistema de castas, con la aquiescencia colectiva y patrocinado por el Estado…33


Esta referencia a la violencia de las palabras del columnista de El Tiempo hace referencia a la noción de violencia simbólica de Bourdieu, como proceso de naturalización de una jerarquía social impuesta.

Las propiedades del habitus de Bourdieu, se palpan en las representaciones sociales de los bogotanos sobre la estratificación. Una de ellas es la transportabilidad de la representación alrededor de los estratos: de una clasificación de las viviendas el concepto se traslada a prácticas sociales ajenas al pago de servicios públicos y a lugares no residenciales. Una encuestada indica al comentar que vivió como inmigrante ilegal en los Estados Unidos "cuando estábamos en los Estados Unidos estábamos mejor, menos por lo de los papeles; como no los teníamos nos pagaban menos, como si fuéramos del estrato 1 de allá…" (mujer de E2, T2).

Esta propiedad también se hace evidente en la atribución de estratos a los centros comerciales de la ciudad. Un artículo de la Federación Nacional de Comerciantes se refiere así a los centros comerciales de la capital:

Las grandes marcas están dirigidas prioritariamente a estratos altos, aunque no siempre es así. Falabella está en el Centro Comercial Santa Fe, en Bogotá, cuyo propósito es atender a estratos 4, 5 y 6, pero recientemente también está en el Centro Comercial Plaza Imperial, en Suba, donde los estratos son un poco más bajos.34

La propiedad también se transporta a los planteles educativos. En una nota incluida en 2006 en la página Web del principal partido de oposición, el Polo Democrático Alternativo, se menciona el problema de la seguridad en los planteles educativos de la capital como si éstos tuvieran un estrato:

No es nuevo lo que está pasando en los colegios y las escuelas de Bogotá. La vulnerabilidad del entorno escolar tampoco es un asunto exclusivo de los colegios de estratos más bajos. Se trata de una problemática que toca por igual a escuelas, colegios y universidades de todos los estratos.35

Los parques de la ciudad también son clasificados por estratos, aún en publicaciones oficiales. La Administración distrital se refiere así a la estratificación social de los parques:

Bogotá cuenta con más de 4.800 parques y zonas verdes concentrados mayoritariamente en los estratos 2 y 3 con el 31% y 40% respectivamente, mientras que en los estratos 5 y 6 la oferta constituye el 7% del total…36

La propiedad del habitus de formar parte de la identidad social y de marcar las diferencias sociales es evidente en el uso del lenguaje de acuerdo a los estratos sociales. Al menos tres estudios sociolingüísticos recientes tienen como objeto de estudio las diferencias en el habla por estratos en Bogotá. Un primer estudio liderado por investigadores del Instituto Caro y Cuervo y llevado a cabo en los años noventa37 encontró patrones definidos del habla para los distintos estratos (Montes, 1997 y 1998). Un estudio más reciente38 confirma estos hallazgos y da ejemplos detallados del habla por grupos de edad y estrato. Los estudios encontraron lo que llamaron marcadores lingüísticos por estrato, es decir, una serie de expresiones y de modos de pronunciar las palabras que caracterizan a los hablantes de los distintos estratos.39

Finalmente, la estratificación forma parte de la identidad de los ciudadanos. Un joven que busca pareja se define a así mismo de la siguiente manera:

Soy auxiliar contable. Tengo 23 años. Mido 1.62, Estrato 2… Y busco alguna nena sencilla... con la cual pueda hablar… salir... No se… pueden escribirmen al…40

Y este otro que estudia en la U. Javeriana:

Soy un hombre tranquilo, tierno, amoroso, responsable y carismático. Mido 1.82 de estatura, soy delgado, blanco, rubio, de ojos cafés...Estrato 5-6, estudio música con énfasis en canto lírico en la Javeriana. Me gustan los planes de casa, arruncharse a ver TV, una película, salir a comer, a...41

Colegios, centros comerciales, parques y modos de hablar se han estratificado como extensión del habitus creado por la estratificación socioeconómica. El poder clasificatorio logrado por la estratificación marca la identidad de los colombianos al punto de que, cuando se busca compañía, el estrato se coloca al lado del sexo, la contextura física o la edad.

37 Este primer estudio incluyó 234 encuestas y se llevó a cabo entre 1992 y 1998. La muestra siguió la estratificación de la ciudad, aunque no de manera proporcional. El estudio cubrió aspectos de pronunciación (las silabas s. r, y, ll, ch y f; los grupos tr, pc, bj, gn, dg, ns, xtr y pt) y el uso de expresiones extranjeras. En materia gramatical, los investigadores revisaron el uso del género en algunos sustantivos (como calor, computador, azúcar, terminal y mugre), la formación de plural en palabras terminadas en i, en e y en u, y el uso de pronombres para tratar a los otros (tú, usted, su merced, vos y aquel a personas de respeto); finalmente, se incluyó el uso de léxico de nombres utilizados en la vida en la ciudad.

e. Estratos y servicios públicos

Si la estratificación se hizo para aliviar el pago de tarifas de servicios de los más pobres, la relación entre estratos y servicios públicos debería ser evidente para todos. Ello sí ocurre, pero se le atribuyen a la estratificación propósitos distintos a aquellos para la cual fue creada, incluidas malas intenciones. Sin embargo, esto es realizado solamente por los residentes de estratos inferiores: entre un 40% y un 50% de los residentes de los tres primeros estratos en nuestra encuesta indicaron que la estratificación había sido instituida bien para "mantener separados a ricos y pobres", bien "es un sistema para que los ricos estén mejor".42 El entrevistado autodidacta menciona a la estratificación como una forma de estigmatizar a la gente, así: "…es el poder político con su dominación el que estigmatiza a las personas por su nivel económico e impone la norma de pagar más si el estrato es superior" (hombre E6, T16).

Que la calidad de los servicios no sea la misma por estrato es mencionado a menudo por nuestros entrevistados. Este punto, por supuesto, no es aceptado por las Empresas de Servicios Públicos. Los residentes de estratos inferiores indican que los servicios en sus estratos no son de igual calidad porque hay suspensión de los mismos más frecuentes que en los barrios de estratos altos. De igual manera, la estudiante francesa citada anteriormente, indica que los servicios públicos en los estratos inferiores son de menor calidad.

La totalidad de los entrevistados, cuando se les pregunta específicamente si hay relación entre estratos y servicios públicos, identifica que están relacionados. Una persona menciona el costo de los servicios en estratos superiores como razón para no mudarse: "los servicios son más baratos en los estratos 1, 2 y 3. Yo, por ejemplo, me iba a mudar del centro a Chapinero, a un lugar de E5. Pero cuando me enteré de lo que valían los servicios (eran como $650 mil en sólo servicios) decidí no hacerlo" (hombre de E3, T12).

La renuencia a "subir de estrato" quedó patente con datos de la encuesta del proyecto en la que se preguntó si, en la eventualidad de ganarse la lotería y se hicieran ricos, en cual estrato comprarían vivienda. De 983 personas que respondieron, el 58% indica que, aun si se hicieran muy ricos, se quedaría en su mismo estrato y el resto tomaría otras opciones que no incluyen comprar residencia en estratos superiores como irse del país o retirarse al campo43.

f. La división norte/sur y la seguridad

La división norte/sur es una diferenciación que antecede a la creación de los estratos socioeconómicos de la ciudad. Desde la época de la joven república, la ciudad vivió su expansión a través de dos ejes claros: la vivienda construida por el Estado hacia el occidente y el sur, y la vivienda y los lotes de quintas y casas residenciales, hacia el norte (Mejía, 2000: 304-307). Esta "fuerza de la historia" de la ciudad hace que la división geográfica norte/sur sea heredada del pasado y no haya sido quebrada por el crecimiento reciente de la capital.

Aunque "objetivamente" hay áreas residenciales de distintos estratos en ambas zonas, las representaciones sociales imperantes van en el sentido en el que el norte es de estratos superiores y el sur de estratos inferiores, así como el sur es de pobres y el norte es de ricos.

Un urbanista argentino que escribe en la revista virtual El Café de las Ciudades, en 2005 descubre así la ciudad y su modelo de segregación geográfica:

…También compruebo, tras unos días, que pocas cuadras al sur de esa conexión (la calle 26 y la avenida El Dorado) comienza la zona pobre de Bogotá, un sector que nadie necesita atravesar... si no es pobre, por supuesto. La contundencia de esa segregación impresiona; los barrios más acomodados se desarrollan al norte. Solo unos pocos barrios de ranchitos sobre un cerro, al noroeste, interrumpen la uniformidad de estratos sociales del norte. Muy lejos hacia el sur, los rancheríos de Ciudad Bolívar traen cierta memoria de Caracas o de Río, con su promiscuidad sociológica.44

En el estudio mencionado por investigadores del Instituto Caro y Cuervo y otras universidades, se hace referencia a la relación entre estratos bajos y la zona sur, así como de lo inevitable que es poseer una "conciencia de la estratificación":

La conciencia de la posición en la escala de estratificación es bastante notoria en los habitantes de la ciudad; aunque se pertenezca a un estrato bajo, es importante que se viva en el norte, o lo contrario, si se es de un estrato medio y se vive en el sur, se pierde categoría.45

Un artículo de prensa en el que se comenta una experiencia de campamento de vacaciones con jóvenes de distinta procedencia social, pone de relieve lo remoto que es que jóvenes del norte y el sur de la ciudad se junten. En palabras de un joven líder comunitario de Ciudad Bolívar (una de las zonas más deprimidas de la ciudad) que participó en la experiencia:

Yo pensaba que no podía enseñarle nada a un muchacho del norte, que lo tenía todo. Pero cuando él se sentó y me contó de sus problemas con su hermano, supe que también tenía necesidades, pero a nivel personal…46

De esta cita resalta el "descubrimiento" por parte del joven entrevistado, de que jóvenes del norte pueden compartir con los del sur problemas y necesidades.

Refiriéndose a la división sur/norte de la ciudad, el estudio sobre segregación socioeconómica citado al comienzo de este artículo señala lo siguiente:

…En líneas generales observamos que la segregación espacial tiende cada vez más hacia la polarización norte-sur, y que las acciones urbanísticas públicas que pudieron haber producido efectos de convergencia (mezcla socio-económica y disminución de las distancias) han sido insuficientes y equivocadas (González et al, 2007: 27).

Sobre la seguridad en los distintos sectores de la ciudad, se le atribuye mayor tranquilidad al norte que al sur. En nuestra encuesta, fue contundente esta atribución: el 94% de los encuestados señaló que el sector norte de la ciudad era más seguro que el sector sur. Esta respuesta estuvo distribuida de manera bastante igual entre los encuestados de cada uno de los seis estratos.47

De igual manera, se indica la relación entre seguridad y estratos, básicamente porque se cree que, en Bogotá, la seguridad hay que comprarla. Una persona entrevistada lo expresa así: "La seguridad está asociada al estrato porque en los estratos más pobres la gente roba más. En cambio, en los estratos altos podemos pagar seguridad privada y los vecinos son más cultos, no roban porque no necesitan" (mujer de E5, T5). Y otro residente dice: "los estratos más altos son más seguros. Pero los otros estratos son muy peligrosos" (hombre de E3, T3). Y otro residente: "en cuanto a la relación entre seguridad y estrato, si no se paga por ella, no hay seguridad" (hombre de E6, T16). En cambio, un residente de Kennedy, refiriéndose a la seguridad en su barrio, dice: "la seguridad es un poquito mala, hay mucho vandalismo. Está asociada con el estrato pues entre más alto el estrato, más seguridad" (hombre de E2, T11). Y una del barrio La Merced, en la localidad de Barrios Unidos, dice: "la seguridad es mala, nunca se ve la autoridad. En los estratos altos la seguridad es mayor" (mujer de E3, T19).

Estratificación, movilidad social, migración y desplazamiento

Se ha señalado que la escala numérica de los estratos sociales ofrece una cierta flexibilidad de la noción como artefacto lingüístico, al punto de utilizar números que se salen de la escala que la norma de estratificación contempla.

Moverse entre estratos es señalado como el resultado de mejoras o desmejoras en el nivel de vida. El elemento que más comúnmente se menciona como facilitador de la movilidad ascendente es un mayor nivel educativo, pero también lo es conseguirse un empleo que pague un sueldo generoso. Migrar a Bogotá fue señalado también como una forma de movilidad social ascendente. Para el grupo de desplazados forzosos, venir a la capital, más que una medida de movilidad social, fue cuestión de supervivencia, apuntando a la ciudad del país que mayor garantías le ofrecía, tanto en oportunidades laborales, como en servicios y subsidios públicos para este grupo vulnerable.

Los nuevos migrantes de estratos inferiores se asientan en localidades bogotanas donde están asentados grupos de su misma región; los desplazados, en cambio, lo hacen en las zonas más pobres de la ciudad, especialmente en Ciudad Bolivar, Usme y Bosa (COHDES, 2006).

El hecho de haber nacido o no en Bogotá fue identificado por las investigadoras, desde el primer proyecto, como clave para explicar la posición social actual. En primer lugar, la probabilidad de estar en los estratos superiores es mayor si se es raizal; en segundo lugar, dicha probabilidad aumenta si la madre, a su vez, es o fue raizal o nacida en Bogotá. Aunque la probabilidad de estar en estratos superiores disminuye para los no raizales, las oportunidades de movilidad social ocupacional son evidentes para los migrantes, ya que su ocupación actual es superior en términos de generación de ingresos que la de sus progenitores. En la muestra de la encuesta (como en la de la ECV 2003), aunque un poco más de la mitad de los encuestados nació en Bogotá (52%), la proporción es menor en los estratos inferiores (54% en E1, 45% en E2, 59% en E3) que en los superiores (48% en E4, 61% en E5 y 68 en E6).

La llegada a Bogotá es señalada por los migrantes como una forma de movilidad social ascendente, como una gran oportunidad. Entre las oportunidades que se enumeran se encuentran el empleo, la educación, la seguridad, el bienestar y el desarrollo de negocios o empresas. Contar con mejores servicios públicos (agua corriente, electricidad, etc.) no fue mencionado como razón de la venida a la capital. Residentes de estratos bajos mencionaron, además, la disponibilidad de comida en la capital como uno de sus atractivos. "Los de estratos inferiores se vienen a Bogotá buscando más comodidad y trabajo. Más comodidad quiere decir mejor alimento y más empleo" (mujer de E2, migrante, T9). Varios migrantes señalaron que no se sienten en desventaja con respecto a los raizales, que son bien acogidos, que encontraron familiares y amigos de su lugar de origen que facilitaron su integración a la ciudad.

Esto no es lo mismo cuando la migración se ha producido por razones involuntarias. Los desplazados por la violencia viven la llegada a Bogotá en forma traumática, tanto por lo inesperado de dicha llegada como por las dificultades asociadas con conocer, desplazarse y sobrevivir en una ciudad tan grande y compleja. El hecho de llevar poco tiempo en la ciudad es mencionado como un elemento que juega en contra del desplazado, en contraste con el tiempo que dura la ayuda estatal a esta población vulnerable. En palabras de una de ellas: "…para nosotros los desplazados (…) no hay solución; mira, uno llega acá y no creas que en tres meses48 te vas a adaptar a una ciudad tan tenaz49 como es Bogotá. En tres meses nadie te conoce, nadie te da empleo, nadie te ayuda" (Mujer desplazada de E1,T22). Y más adelante, agrega: "Pero de que Bogotá se traga a los desplazados, se los traga, porque yo he visto gente y, de repente, ya no los veo más. ¿Qué pasa con la gente?, no sé ya" (mujer desplazada de E1, T22).

No obstante, la ventaja de la ciudad con sus servicios de salud, educación y alimentación es destacada por ellos:

mira, creo que el Distrito da mucho para educación; mira, le dan un uniforme, los libros, los morrales, eso es fantástico. La educación, la salud, los comedores… eso sí se está dando (…) es una de las cosas que nosotros tenemos apenas llegamos (…) porque yo llegué y a los cuatro días, era un septiembre, me pusieron los hijos a estudiar, yo sí que estoy agradecida totalmente… (Mujer de E2 desplazada cabeza de hogar, T23).

Y la mujer citada en el párrafo anterior, hablando de su experiencia negativa con los programas estatales de ayuda a los desplazados, añade: "En lo único que funciona esto es en la salud y en la educación, que en eso sí se están dando bien las cosas" (mujer desplazada de E1,T22).

La dureza de la ciudad es señalada por los desplazados y la ilusión del retorno al lugar de donde provienen es evocada como algo imposible:

Uno viene a aterrizar en la medida del tiempo que uno va estando aquí. Pero no vayas a creer que en seis meses uno ya sabe cómo es Bogotá. No, yo voy a cumplir otro año aquí y todavía ando como elevada, buscando y haciendo esto y otro, conociendo una cantidad de cosas para poder yo saber… He intentado hacer lo posible por regresarme a mi tierra, pero para mi va a ser imposible… (Mujer desplazada de E1, T22).

Al preguntar por la razón de su migración a Bogotá al conjunto de encuestados que no nacieron en la ciudad, solo una minoría señaló a la violencia (el 6%), pero estos se ubican en estratos inferiores; el 9% de E1 y el 6% de E2 y de E3 respectivamente señalaron a la violencia como la razón de su llegada a la ciudad, pero no encontramos migrantes que residen en E5 y E6 que hayan dado esta razón para venir a la ciudad, aunque sí señalaron razones "de seguridad". La principal razón de la migración para los no raizales residentes de estratos 1, 2, 3 y 6 es el trabajo; pero fue por venir con sus padres o por venir estudiar la principal razón aducida por residentes de E4 y E5. Sin embargo, los migrantes sí sienten que haber nacido en Bogota les da más ventajas a los raizales que a los no raizales: "Sí, los nacidos en Bogotá conocen más gente y conocen la ciudad; no se pierden cuando van a un trabajo nuevo" (mujer de E1, migrante, T1).

Aunque no hubiera sido experimentada en carne propia, la violencia como razón de la migración a la ciudad estuvo presente en los relatos de residentes para explicar por qué algunas personas migran a la ciudad. Una entrevistada que proviene del Carmen de Bolívar explica así la razón de la venida de personas de estratos bajos: "por tanta violencia y masacres, por pobreza. En Carmen de Bolívar hubo masacres en 2003 por parte de paramilitares y guerrilla" (mujer de E2, migrante, T9). Y otra persona: "por la violencia, porque en los pueblos hay más oportunidad de que se meta la guerrilla; además, los sacan de las tierras de donde ellos son" (mujer de E2, migrante, T10). El entrevistado autodidacta citado antes, mencionó que las personas de estratos inferiores migran: "por el desplazamiento, la violencia, la falta de oportunidades de trabajo, razones laborales y conflictos familiares" (hombre de E1, raizal, T7). En cambio, la ilusión de la movilidad ascendente es evocada como razón de la venida a Bogotá de los migrantes, de la siguiente manera por un raizal: "Se vienen a Bogotá para buscar el sueño del estrato alto" (hombre de E4, raizal, T14).

La migración es identificada de manera clara entre los que han venido a la ciudad tanto por razones de estudio como de trabajo como una forma de movilidad social. De hecho, la proveniencia del campo ocurre en mayor proporción entre residentes de los tres primeros estratos que entre aquellos de los estratos superiores.50


Estratos y representaciones sobre características morales

Los juicios sobre quiénes tienen ciertas características morales positivas y negativas no están equitativamente repartidos entre los bogotanos. Asimismo, la manera en que un evento determinado los afecta y sobre las oportunidades de los ciudadanos de moverse entre estratos es percibida muy distintamente según la posición que se ocupa en el espacio social.51

Al preguntarse por una característica positiva como la de ser solidarios, la mayoría de los bogotanos encuestados piensa que pueden ser de cualquier estrato. Sin embargo, la distribución de esta respuesta es bien distinta entre los estratos inferiores —solo el 54% de E1, y el 48% de E2 y E3 respectivamente piensan que cualquiera puede ser solidario y que el estrato es irrelevante para poseer esta cualidad- pero entre los residentes de E5 y E6, esta proporción es cercana al 80%. Cerca de una tercera parte de los residentes de E1, E2 y E3 atribuyen esa cualidad a las personas de su mismo estrato en exclusividad.52

Una característica moral negativa como la de ser "aprovechado" tiene un mayor peso negativo para "los de arriba". La respuesta más frecuente entre los residentes de los tres primeros estratos es atribuir esta característica a las personas de estratos superiores (49% de E1 y E2 y 40% de E3). Solamente del E4 para arriba la respuesta más frecuente es que ser aprovechado no depende del estrato en el que se vive, pero con una diferencia sustancial entre el E4 (el 42% señala que los aprovechados pueden ser de cualquier estrato), y los dos estratos superiores (75% del E5 y el 70% del E6).53

Otra característica deseable, que se manifiesta igualmente distribuida, es la de ser buenos ciudadanos. Para todos los bogotanos encuestados, la respuesta más frecuente es que se puede ser buen ciudadano siendo de cualquier estrato, con una frecuencia cercana al 50% entre residentes de los primeros cuatro estratos, pero esta frecuencia es del 82% en E5 y del 72% en E6.54

Con respecto a las representaciones sobre eventos de la vida social, tres eventualidades se preguntaron a los encuestados:
Si le gustaría que un hijo o hija suya se casara con alguien de un 1. estrato…

Si le gustaría que sus amigos o amigas sean de un estrato…2.

Si le gustaría elegir un presidente de la República que venga de un 3. estrato…


Para cada uno de tres eventos sobre los cuales se preguntó a los encuestados se construyeron tablas de probabilidad de ocurrencia del mismo.

El evento sobre el cual los bogotanos están más proclives a preferir que se haga con personas de su mismo estrato es el de un eventual matrimonio de un hijo(a) suyo(a). Los residentes de los cuatro primeros estratos prefieren que se haga con alguien de su mismo estrato55 y la predilección porque la elección recaiga sobre personas de cualquier estrato entre los residentes de E5 y E6 es solamente de la mitad de ellos, a diferencia de las cuestiones anteriores en la que era mayoritaria.

Cuando el evento del que se trata es la elección de sus amigos, la proporción de aquellos que señalan que el estrato no importa para esa elección sube entre los residentes de E5 (54%) y E6 (60%) con respecto a la anterior sobre el matrimonio de un hijo o hija suyos, pero no tiene la misma contundencia que las preguntas sobre atributos morales según los estratos. La mayor frecuencia expresada por los residentes de los dos primeros estratos es que prefieren que sus amigos sean su mismo estrato (54% los de E1, 50% los de E2) y los residentes de E3 y E4 están divididos entre ambas preferencias casi por igual.56

En temas no personales, como la elección del presidente del país, se vuelve al patrón arriba anotado de que las preferencias para residentes de estratos superiores son de que éste provenga de cualquier estrato (50% del E5 y 72% del E6), pero la preferencia de los residentes de los cuatro primeros estratos es que sean bien de su mismo estrato o de los estratos inferiores (58% del E1, 55% del E2, 41% del E3 y 36% del E4).57

Si se trata de opinar sobre cualidades morales de los conciudadanos o de expresar expectativas sobre situaciones hipotéticas que tocan a si mismo o a su familia, los bogotanos expresan libremente opiniones sobre las jerarquías sociales; en ellas, se hace evidente que es preciso mantener las diferencias. Votar por un presidente sería una de las prácticas más democráticas por parte de los bogotanos, mientras que una situación como mostrar preferencias para el cónyuge de sus hijos, o para elegir amigos, está más mediada por la pertenencia a un estratificado determinado.

Conclusiones

El concepto de estrato social se encuentra en el diccionario de la lengua española y se utiliza corrientemente, sobre todo en la literatura sociológica y en temas afines, para designar diferencias entre los grupos humanos. Lo propio de los estratos sociales en Colombia es que la noción ha tomado la forma en que la política pública ha decidido que se entienda, con representaciones y prácticas que se derivan de la racionalidad propia de dicha política. Es como si, alrededor de la política pública, se hubiera configurado una representación social constituida en la mentalidad actual sobre las divisiones y jerarquías sociales.

Los estratos sociales y la estratificación como una representación social, es decir, un sistema simbólico que relaciona las posiciones ocupadas por los distintos individuos en la organización social, tienen plena vigencia en Bogotá. Ellos son una forma vigente de expresión de las jerarquías sociales en la ciudad. A su vez, la sociedad como la suma de sus estratos es una representación social comprehensiva sobre las divisiones sociales en Colombia. Por su parte la inclusión social estaría dada por tener en cuenta al conjunto de "todos los estratos sociales".

Una modificación de las mentalidades como la que aquí se ha señalado, de un tiempo medio como el que Braudel concebía para las representaciones alrededor de los sistemas sociales, a un tiempo corto —veinte años desde que se impuso la política de la estratificación socioeconómica— merece ser resaltada. Este tipo de aceleración del proceso de cambios de mentalidades debería ser objeto de estudios más específicos, pues es preciso llegar a algún grado de formalización de los efectos de los medios de comunicación de masas, incluido el Internet, en la aceleración de cambios históricos de dichas mentalidades.

Las expresiones usadas por los bogotanos sobre las diferencias sociales que acompañan a la estratificación dan cuenta de una objetivación y legitimación de dichas diferencias, algo que es percibido como natural sobre todo por los residentes de los estratos inferiores.

La objetivación y naturalización del inicio de la política de estratificación es palpable, no solamente porque se ubica en momentos míticos (desde siempre, desde la Biblia), sino también porque se sitúa en momentos precisos de la historia nacional, muy anteriores al momento en que efectivamente la política se puso en efecto. Su ubicación en el tiempo como política pública y su relación con el pago de tarifas diferenciales para servicios públicos son reconocidas por aquellos que tienen un nivel educativo superior o experiencia de trabajo en temas relacionados. Los demás, han hecho un proceso de aceptación del concepto que supera ampliamente el propósito de la política.

El examen del uso de la noción de clases sociales y la de estratos da cuenta de conceptos en plena transición. Aunque se reconoce que las clases tienen una vigencia importante, se confunde su sentido con el de los estratos; en conjunto, los bogotanos están mucho más propensos a utilizar el concepto de estrato que el de clase. La facilidad que otorga el uso de una escala numérica para designar a los estratos no la tiene la noción de clase social, que parece más inmóvil y cuyas fronteras son más difíciles de delimitar. Por inferencia, el estrato sería "menos permanente", menos clasista, menos tendiente al statu quo. El concepto de clase social tampoco comparte la propiedad de ubicación geográfica que tiene la estratificación. Es precisamente esa propiedad georreferenciada la que ha hecho posible que se traslade la noción de estrato de las residencias a parques, planteles educativos y centros comerciales.

El espacio social, siguiendo a Bourdieu, se materializa en Bogotá en torno a una dimensión geográfica, por medio de la ubicación social de diversos sectores de la ciudad. La ocupación del espacio físico de la ciudad está muy marcada por la ubicación en un barrio y en un estrato al interior de una localidad. Al tiempo, la división norte/sur, que antecede a la creación de los estratos, toma precedencia, ocupando un mayor nivel de abstracción que los estratos. La división norte/sur sigue marcando a los residentes bogotanos de manera determinante.

En cuanto a la movilidad social, se encontró que tiene relación con ser raizal (haber nacido en Bogotá) o venir de fuera (migrante), pues los residentes de estratos superiores tienen mayor probabilidad de ser raizales y de que sus madres lo fueran a su vez. Venir a la ciudad como migrante es percibido como una forma de movilidad ascendente, por un cúmulo de oportunidades que no se tenían en su lugar de origen. Para los migrantes desplazados por el conflicto armado, la ciudad no solamente es un lugar de mayor oportunidad, sino también el sitio en donde se accede a ayuda del Estado. Sin embargo, para ellos, Bogotá se presenta como excesivamente compleja, difícil de manejar y en donde se encuentran en desventaja con respecto a los raizales.

Finalmente, el hecho de que los bogotanos de estratos inferiores atribuyan características negativas a sus conciudadanos de estratos superiores, mientras que ello no ocurre con los residentes de estratos superiores, es una confirmación de que las diferencias sociales se viven muy diversamente de acuerdo al lugar que se ocupa en el espacio social. El hecho de que el ideal democrático sea expresado solamente por los bogotanos de estratos superiores puede tener dos explicaciones: su mayor nivel educativo y su propia posición social. Al atribuir una distribución igualitaria de características positivas y negativas a todos los habitantes de la ciudad, los residentes de los estratos superiores están legitimando su propia posición. Pero esta misma legitimación no es percibida por los bogotanos de estratos inferiores. La violencia simbólica y la legitimación de las jerarquías se hacen así patentes.

La fuerza que tiene la estratificación para impregnar múltiples instancias de la vida social en la ciudad es muy impactante. En últimas, se trata de una representación social que ha trascendido la lógica y el alcance de la política pública para la cual se creó, creando verdaderas barreras para la integración social.


1 El presente artículo está basado en dos proyectos del grupo de investigación Política Social y Desarrollo, financiados por la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universidad Javeriana. El primer proyecto, denominado Los efectos de la estratificación socioeconómica sobre la movilidad social en Bogotá se desarrolló entre 2004 y comienzos del 2006. El segundo proyecto, denominado Movilidad y estratificacion social en Bogotá: dinámicas y representaciones se desarrolló entre agosto de 2006 y agosto de 2007. Ambos proyectos fueron llevados a cabo por Consuelo Uribe, Camila Pardo y Socorro Vásquez.

2 Doctorado en Antropología Social y Etnología. Ecole Des Hautes Etudes En Sciences Sociales, EHESS, Francia. Maestría en Formation a la Recherche en Anthropologie. Ecole Des Hautes Etudes En Sciences Sociales, EHESS, Francia. Maestría en Salud Pública, Harvard University, Estados Unidos.

3 Este artículo se benefició de los comentarios de los profesores Jaime Borja, Jefferson Jaramillo y Germán Mejía.

4 En Bogotá, desde 1981 la Junta Nacional de Tarifas le pidió a las empresas de servicios públicos que estratificaran las tarifas de acuerdo a las zonas de las ciudades que servían.

5 En Colombia, no todas las empresas de servicios públicos se privatizaron; algunas, como las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) permanecieron siendo públicas, pero introdujeron elementos comerciales que se reglamentaron en la ley 142 de 1994.

6 Se incluyen como Servicios Públicos Domiciliarios (SPD) al agua potable, servicios de alcantarillado y aseo, electricidad, gas domiliciario y teléfono fijo.

7 Aunque la ley 142 de 1994 señaló una contribución del 20% para los estratos 5 y 6, el Acuerdo 504 de 2006 del Consejo de Bogotá permitió elevar dichos porcentajes al 50% para estrato 5 (de ahora en adelante, E5) y 60% para E6 en el servicio de acueducto y alcantarillado; en los mismos servicios, los sobrecostos por cargo fijo de conexión ascienden a 124% (E5) y 174% (E6) para acueducto y a 149% (E5) y 246% (E6) para alcantarillado; en aseo, el sobrecosto es del 40% (E5) y del 50% (E6).

8 Los subsidios que fueron definidos en 1994 como del 70% (para E1), 40% (para E2) y 15% (para E3), fueron reducidos por una determinación del Consejo Económico de Política Económica y Social (CONPES) en 2005. En Bogotá, por medio del Acuerdo 504 de 2006 del Consejo Distrital, a partir de 2007 los subsidios quedaron así: 70% para alcantarillado y acueducto (E1), 50% para aseo (E1), 40% para los tres servicios (E2), 15% para E3 en aseo y 5% en acueducto y alcantarillado para E3.

9 Para los municipios por debajo de los 1.000 metros del nivel del mar, el nivel de subsistencia es de 193 Kwt al mes para electricidad y por encima de esta altitud, 182 Kwt al mes; para agua potable, el nivel de subsistencia es de 20m3 al mes y para teléfono fijo es de 250 pulsaciones por mes. El servicio de telefonía celular no recibe subsidios y no entra en el esquema de estratificación.

10 La estratificación de predios rurales (llamados Unidades Agrícolas Familiares) se modificó en el año 2002 (ley 732) y, con el paso de la responsabilidad de la clasificación del Departamento Nacional de Planeación al DANE en 2004 (decreto 262) se demoró el inicio de este ejercicio. En Bogotá, solamente por medio de la cuarta actualización de estratificación realizada en 2007, se empezó a estratificar estos predios.


11 Esta metodología y su implementación era responsabilidad del Departamento Nacional de Planeación hasta 2006, cuando pasó a manos del organismo público de Estadística, el DANE.

12 La base de datos sobre la cual se basa esta conclusión del estudio es 23.073 hogares, formada por la Encuesta de Calidad de Vida de 2003 del DANE (11097 hogares) y la Encuesta de Capacidad de Pago del CID (11.979 hogares) en 2005, representativa de todos los estratos. homogeneidad que busca, especialmente en los estratos dos y tres y, en cambio, sí ha creado condiciones que incentivan la segregación socioespacial (González et al, 2007:12-13).

13 El esquema de subsidios cruzados tiene efectos sobre las finanzas de las empresas de servicios públicos y sobre las arcas de municipios o del fisco nacional, pues el faltante entre la sobretasa y el subsidio debe ser asumido por la nación o la administración municipal en uno u otro caso. Esto depende de la naturaleza de las empresas respectivas; algunas de ellas, como Codensa (de electricidad), son nacionales; otras, como la EAAB (agua y alcantarillado), son municipales.

14 La primera encuesta fue realizada en abril de 2005 e incluyó a 231 entrevistados, hombres y mujeres, mayores de 18 años, de una muestra estratificada según la distribución de manzanas por estratos en la ciudad. El primer criterio para la selección de la muestra fue el del número de manzanas por estrato y por localidad; la siguiente etapa de la muestra fue tomar por igual personas de tres grupos de edad (18 a 30 años, 31 a 55 años y más de 55), y de los sexos (50% hombres, 50% mujeres). El número de encuestas por estrato fue el siguiente: 36 en E1, 80 en E2, 62 en E3, 21 en E4, 16 en E5, 15 en E6.

15 La segunda encuesta fue realizada en octubre de 2006, utilizó el mismo tipo de muestra e incluyó a 1005 personas; el número de encuestas por estrato fue el siguiente: 181 en E1, 400 en E2, 311 en E3, 60 en E4, 28 en E5 y 25 en E6.

16 La encuesta de Calidad de Vida de 2003 incluyó 12.745 encuestados y fue desarrollada por el DANE.

17 Se realizaron dos historias de vida por cada estrato.

18 Las veintiuna entrevistas se distribuyen así: 2 en el Estrato 1 (E1), 7 en el Estrato 2 (E2), 3 en el Estrato 3 (E3), 4 en el Estrato 4 (E4), 2 en el Estrato 5 (E5) y 3 en el Estrato 6 (E6). En el anexo 1 se presenta una lista de las personas entrevistadas, con sus características de estrato, género y grupo de edad. En principio, se había decidido realizar tres entrevistas por estrato por investigadora, pero se fue ampliando el número cuando se presentó la ocasión de realizar otras adicionales.

anexo 1

19 Estas entrevistas fueron realizadas por el investigador Jefferson Jaramillo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana. como parte del proyecto de investigación denominado Representaciones y discursos emergentes sobre la política de atención a la población desplazada. Estudio de caso en Bogotá. Este proyecto fue llevado a cabo por el profesor Jaramillo y por Consuelo Uribe Mallarino entre septiembre de 2006 y septiembre de 2007.

20 Otros municipios aledaños que fueron anexados en 1954 (decreto/ley 3640) son hoy parte legal de la ciudad: Bosa, Engativá, Fontibón, Suba, Usaquén y Usme. Un sector de la ciudad que hoy se encuentra integrado a la misma es Chapinero, el cual fue anexado en 1885; actualmente una de las 19 localidades de la ciudad.

21 El decreto 677 de 1972 creó 17 Alcaldías Menores.

22 En Bogotá hay 117 Unidades de Planeación Zonal.

23 La manera como la ciudad se originó alrededor de las autoridades y la vida religiosas se ejemplifica al ver que en 1886 de los nueve barrios existentes todos, salvo Chapinero, debían su nombre a una iglesia que les dio origen: La Catedral, Chapinero, San Diego, Las Nieves, Las Aguas, Egipto, Santa Bárbara, Las Cruces y San Victorino (Mejía, 2000:327).

24 La joven francesa imputa, equivocadamente, la atribución del estrato 1 del barrio La Candelaria, a "su mala fama". Pero este barrio colonial fue catalogado como patrimonio arquitectónico de la ciudad; las residencias así declaradas se ubican en estrato 1, en compensación a que sus dueños no pueden cambiarle la fachada o derruirla. Esta excepción a la estratificación cobija solamente a un porcentaje reducido de residencias bogotanas.

25 Mi experiencia en Colombia (Julio 2003-julio 2004) por Claire Syette de Villette en la página Web de la U. del Rosario, En http://www.urosario.edu.co/FASE3/internacionalizacion/inter_conmunidad_glocal-04.htm, recuperado en Nov. 22, 2007).

26 (http://www.bogota.gov.co/histo.php?idh=444&patron=1&pos=2589, recuperado en Nov. 4, 2007).

27 Crece la utilización de Internet en el país, Marcos Guglielmetti - 14/03/2007. Consultado el 17 de enero de 2008.

28 A cada una de las personas entrevistadas se le ha dado un número de testimonio para que el lector pueda saber, cuando se citan palabras textuales, si se trata de una misma persona citada en otra parte del texto, o si se trata de otra persona (ver Anexo #1).

29 (en http://www.tupatrocinio.com/patrocinio.cfm/proyecto/71334070072568485257545551554565.html, recuperado en Nov. 4 de 2007).

30En Colombia, "estar llevado" es una expresión coloquial para designar a alguien que se encuentra en dificultades permanentes.

31 El ganador final del desafío (ganando el equivalente de US$ 300 000), fue un miembro del equipo de los "privilegiados", por votación de los televidentes. La asignación de los concursantes a alguna de los tres estratos sociales se hizo por autoclasificación.

32 En nuestra encuesta en 2006, el máximo nivel educativo más corriente alcanzado por los residentes de los tres primeros estratos es secundaria (52% para E1, 60% para E2 y 50% para E3), mientras que es el nivel universitario para los residentes de los estratos superiores (57% para E4 y 64% para E5 y E6), de un total de 1005 encuestados. Los residentes del E3 presentaban, además, un 13% de nivel tecnológico y un 24% de nivel universitario.

33 (Discusión por la expresión estrato; "La Violencia de las Palabras", por Andrés Zambrano, diario El Tiempo, 2 de abril de 2007).

34 ("La gran avalancha de centros comerciales y marcas extranjeras en Colombia hacen parte de una alianza", FENALCO Bogotá. En: http://www.fenalcobogota.com.co/index.php?option= com_content&task=view&id=314&Itemid=48, recuperado en Nov. 4 de 2007).

35 ("Bogotá necesita un pacto de seguridad ciudadana para el entorno escolar" Elkin Velásquez, 3 de marzo de 2006. En: http://www.polodemocratico.net/Bogota-necesita-un-pacto-de, recuperado en Nov. 4 de 2007).

36 (Portal de la Secretaría de Hacienda del Distrito, disponible en: http://www.shd.gov.co/portal/page?_pageid= 53,2142038&_dad=portal&_schema=PORTAL, recuperado en Nov. 4 de 2007).

37 Este primer estudio incluyó 234 encuestas y se llevó a cabo entre 1992 y 1998. La muestra siguió la estratificación de la ciudad, aunque no de manera proporcional. El estudio cubrió aspectos de pronunciación (las silabas s. r, y, ll, ch y f; los grupos tr, pc, bj, gn, dg, ns, xtr y pt) y el uso de expresiones extranjeras. En materia gramatical, los investigadores revisaron el uso del género en algunos sustantivos (como calor, computador, azúcar, terminal y mugre), la formación de plural en palabras terminadas en i, en e y en u, y el uso de pronombres para tratar a los otros (tú, usted, su merced, vos y aquel a personas de respeto); finalmente, se incluyó el uso de léxico de nombres utilizados en la vida en la ciudad.

38 En este segundo estudio se realizaron 108 encuestas con relatos semilibres a personas de distintos estratos, género y edad entre 2003 y 2005. El estudio forma parte de la iniciativa del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA).

39 (PRESEEA, 2004 en www.linguas.net/PRESEEA).

40 (Aviso clasificado en MundoAnuncio/ Cundinamarca el 20 de Octubre del 2007, en http://www.mundoanuncio.com/anuncio/ busco_amiga_sencilla_1155606843.html, recuperado en Nov. 7 de 2007).

41 (En el portal AmigosFree, en http://www.amigosfree.com/index.php/cod.buscar/postBack.1/sexo./buscando./edad_min.18/edad_max.99/zona./provinciai./provinciat./foto./onlylogin./subseccion.avanzada/username./paquete./intereses.Estudio/busca./pagina.5/lang.es/ recuperado en Nov. 7 de 2007).

42 Encuesta de Estratificación y Movilidad social en Bogotá, 2006 (N=1005).

43 La distribución de los que se quedarían en su mismo estrato es la siguiente: 51% (E1), 61% (E2), 61% (E3), 44% (E4), 46% (E5) y 48% (E6). Compraría en estrato inferior un 11% del E5 y un 20% del E6; se iría fuera del país: un 6% del E1, un 5% del E2, un 10% del E3, un 15% del E4, un 29% del E5 y un 20% del E6.

44 (Disponible en: http://www.cafedelasciudades.com.ar/lugares_32.htm, recuperado en Nov. 7, 2007).

45 (Informe de Equipo PRESEEA, 2004, en http://www.linguas.net/preseea/contenido/informe_bogota.pdf, recuperado el 7 de Nov., 2007).

46 (Unas vacaciones para superar las diferencias de clase, diario El Tiempo pág. 3-2, 2 de diciembre de 2007).

47 El número de personas que respondió la pregunta fue de 730 si se excluyen a aquellos que no dijeron no saber o no respondieron. Fuente: Encuesta de Estratificación y Movilidad en Bogotá, PUJ 2006.

48 Tres meses es el tiempo que los programas públicos de atención a población desplazada garantizan a los usuarios registrados oficialmente.

49 El adjetivo "tenaz" en Colombia es equivalente a "duro", "insensible".

50 Así, en la encuesta de 2006, contestaron que vivían en el campo cuando pequeños 28% del E1, 23% del E2, 18% del E3, 9% del E4, 0% del E5 y 4% del E6.

51 Esta percepción surgió claramente en la primera encuesta de 2005 y, por esa razón, se repitió en el cuestionario de la segunda encuesta de 2006, cuando quedó confirmada.

52 La fuente es la Encuesta de Estratificación y Movilidad de 2006, y el número de encuestados que respondieron fue de 982 personas.

53 Fuente: Encuesta de Estratificación y Movilidad 2006. N= 969.

54 Fuente: Encuesta de Estratificación y Movilidad 2006. N= 983.

55 Con una frecuencia del 44% (E1), 46% (E2), 34% (E3) y 37% (E4) respectivamente.

56 Fuente: Encuesta de Estratificación y Movilidad 2006. N= 989.

57 Fuente: Encuesta de Estratificación y Movilidad 2006. N= 983.


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