SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue67An ethnography of violence in daily life. Methodological aspects of a case studyFor Which Other Reasons Than Political Affiliation Did We Colombians Kill Each Other in the 1950s? author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Universitas Humanística

Print version ISSN 0120-4807

univ.humanist.  no.67 Bogotá Jan./June 2009

 

La representación social del fenómeno del desplazamiento forzado en la prensa colombiana

Social Representation of the Forced Displacement Phenomenon in the Colombian Press

A representação social do fenômeno do deslocamento forçado na imprensa colombiana


Juliana Angélica Molina Ríos1
Pontificia Universidad Javeriana
juliana.molina@javeriana.edu.co


1Profesora de Tiempo Completo del Departamento de Lenguas de la Pontificia Universidad Javeriana y miembro del grupo de investigación Moralia (Colciencias-Categoría A). Lingüista de la Universidad Distrital "Francisco de José de Caldas" y Master en Lingüística Española del Instituto Caro y Cuervo. Este artículo es producto de la investigación de la autora sobre este tema para su grado de maestría en Lingüística Hispánica del Instituto Caro y Cuervo, así como de investigaciones posteriores sobre las representaciones del desplazamiento forzado en otros periódicos del país.

Recibido: 20 de noviembre de 2007 Aceptado: 4 de agosto de 2008



Resumen

El artículo presenta, desde el análisis crítico del discurso, los elementos esenciales para la caracterización del fenómeno del desplazamiento forzado a causa del conflicto social en Colombia, a través de la revisión y análisis de los periódicos nacionales2 con mayor difusión en nuestro país durante el año 2005. Se examina cómo se configura y valora esta realidad, a partir de la representación social de los actores y sus acciones.

Palabras clave: representación social, actor, acción, desplazamiento forzado, análisis crítico del discurso.


Abstract

The article presents, from a critical analysis of discourse, the essential elements for the characterization of the phenomenon or forced displacement due to the social conflict in Colombia, through the revision and analysis of national newspapers with the largest distribution in the country during the year 2005. The article examines how this reality is configured and valued, based on the social representation of the actors and their actions.

Key words: social representation, actor, action, forced displacement, critical analysis of discourse.


Resumo

O artigo apresenta, a partir da análise crítica do discurso, os elementos essenciais para a caracterização do fenômeno do deslocamento forçado derivado do conflito social na Colômbia, através da revisão e análise dos jornais nacionais com maior difusão no nosso país durante o ano de 2005. Examina-se como se configura e valoriza essa realidade, a partir da representação social dos atores e suas ações.

Key words: representação social, ator, ação, deslocamento forçado, análise crítica do discurso.


El problema de los desplazados es tan inmenso que es difícil de describir
y mucho más de aliviar. ¿Cómo es posible que a los «paras» y a la guerrilla
para que se desmovilicen les den sueldo y todas las garantías y a nosotros,
que somos sus víctimas, el Estado no nos dé nada?"

El País, 23 de agosto de 2005

Introducción

El desplazamiento forzado ha sido una constante en la historia reciente de Colombia. Éste se ha agudizado en las últimas décadas del siglo XX e inicios del siglo XXI por el conflicto social, la intensificación de la guerra sucia, la violación sistemática de los derechos humanos, la incapacidad del estado colombiano para garantizar la vida, la propiedad y la seguridad de la población rural. Todo lo anterior se suma a los intereses de las multinacionales que generan expulsiones masivas de población para ocupar zonas geoestratégicas.

Desde este contexto, el desplazamiento forzado en Colombia fue, es y será noticia nacional, configurada y valorada por los medios de comunicación (radio, televisión, prensa e internet). Pero la lógica de éstos es la de la fragmentación y el espectáculo; como ejemplo de ello, la prensa escenifica y fragmenta los acontecimientos maquillándolos dependiendo de los intereses del productor del discurso.

En efecto, interpretar el discurso de la prensa escrita implica tener en cuenta que los usos discursivos construyen, legitiman o cambian la representación de los actores sociales o de los hechos de la vida diaria. El discurso dota de sentido las interacciones sociales teniendo en cuenta un contexto cognitivo, social, moral, político, jurídico y cultural que se da en un momento histórico determinado. Así, se puede afirmar que mediante el estudio del discurso sabemos cómo piensa e interactúa determinado grupo social, que puede ir desde el entorno familiar hasta una nación entera.

En los medios de comunicación, las vidas, experiencias e historias de las víctimas del desplazamiento son contadas de forma tergiversada o son silenciadas, de manera que sus voces se amordazan, se manipulan, se ignoran o son interpretadas a la luz de otros intereses. Rostros y testimonios esporádicos aparecen entre páginas y entre muchas noticias sin un contexto necesario para su interpretación. El desplazamiento se revela ante nuestra mirada como una estampida humana donde se niega toda individualidad, es decir, se aniquila la diversidad, la cual queda contenida en la homogeneidad.

En este sentido, el artículo presenta, desde el Análisis crítico del discurso, una reflexión sobre la construcción del desplazamiento forzado en la prensa colombiana a partir de la representación social tanto de las víctimas como de los agresores, y sobre la responsabilidad social de los medios de comunicación en la configuración de dicha realidad.

Para tal fin, el artículo parte del sustento teórico acerca de la importancia del lenguaje en la configuración de las representaciones y de los actores sociales en los medios de comunicación; luego presenta el análisis de las categorías de «inclusión» y «exclusión» de los actores sociales en el discurso de la prensa colombiana; seguidamente, expone la representación social de las acciones de los actores y continúa con un análisis de los titulares de las noticias, para posteriormente develar el uso de las metáforas en el corpus antes mencionado; finalmente, paso a las consideraciones sobre esta investigación.

1. Lenguaje: comunicación, discurso y representación del actor social

El estudio de las representaciones sociales empieza con el estudio de la comunicación y el lenguaje. En palabras de Moscovici (2003: 145) «[l]a comunicación forma parte del estudio de las representaciones, porque las representaciones se generan en este proceso de comunicación y luego, por supuesto, se expresan a través del lenguaje». El lenguaje, al transportar significado de una persona a otra, permite representar un objeto ausente, un suceso pasado o evocar el futuro; al hacerlo se convierte en un medio de importancia en el análisis de las representaciones sociales.

Sin embargo, aquí el lenguaje no sólo se contempla desde una visión instrumental, sino desde una visión de construcción social porque es a través de éste como sostenemos una relación esencial con el mundo y con los otros. El lenguaje está presente en todos los ámbitos de la vida humana y es mediante el lenguaje como se expresa y cristaliza el mundo y las relaciones sociales que emergen diariamente. En este sentido, el lenguaje no es mera designación lingüística sino que es creación, expresión y realización del mundo.

El lenguaje es mucho más que un instrumento de comunicación, pues es determinante en la forma en que construimos y significamos el mundo en que vivimos. En efecto, nuestra percepción del mundo se corresponde con la estructura del lenguaje. Asimismo, es importante tener en cuenta los medios de comunicación porque es a través de ellos como construimos y reconstruimos gran parte de la realidad. Es decir, éstos se convierten en un componente cultural de las representaciones sociales. Para Moscovici,

    Las representaciones están en los medios de comunicación tanto en la mente de las personas y es necesario interceptarlas, ejemplificarlas y analizarlas en ambos lugares [...] Se trata de una teoría que confiere significación a los medios masivos de comunicación y a sus contenidos. Las representaciones no sólo forman parte de la cognición sino también de la cultura (Farr, 2003: 160).

Es a través de los medios de comunicación como se construyen y presentan sucesos, se significa la realidad y se establecen marcos de referencia para interpretarla, pensarla y vivirla. Es mediante la información recibida por éstos como clasificamos y establecemos juicios sobre los acontecimientos, y dirigimos nuestro accionar en la vida social.

Ahora bien, lo que une o crea un vínculo entre el Análisis crítico del discurso y la idea de las «representaciones sociales» es el estudio del lenguaje y la actitud crítica que toman los analistas frente al objeto analizado, la cual puede llevar a un compromiso práctico en la sociedad.

La representación, como instancia fundamental del análisis crítico del discurso, es, para Norman Fairclough (2003), un proceso de construcción social de prácticas que supone dos instancias: una forma directa relacionada con las actitudes que se expresan llanamente y una indirecta sustentada en el discurso, compartida socialmente y particularizada en los modelos mentales. De esta manera, un modelo mental es el conjunto de elementos (conocimiento, actitudes, ideologías, valores) que permite fijar una representación cuyo origen es siempre un texto, de la cotidianidad o de otro tipo de ámbitos, que comparten los sujetos de un grupo o red de grupos.

Entre las formas de representación se encuentran la de los actores sociales que ha sido estudiada y desarrollada por Leeuwen (1996). De acuerdo con Wodak (2003: 28):

    Van Leeuwen distingue dos tipos de relaciones entre los discursos y las prácticas sociales: «el propio discurso [como] práctica social, el discurso como forma de acción, como algo que la gente hace a alguien, para alguien o con alguien. Y luego está el discurso en sentido Foucaultiano, el discurso como forma de representar la práctica o prácticas sociales, como forma de conocimiento, como sucede con las cosas que dice la gente sobre la práctica o prácticas sociales.

En este sentido, es en el discurso como instrumento de la construcción social de la realidad como es posible ubicar al actor social. El actor social, según Neyla Pardo (2005), es una categoría que procede de la sociología y se entiende como un individuo o un grupo de individuos que se encuentran organizados según un conjunto de intereses, de manera que se ubican de forma estratégica en un sistema de poder en el que las prácticas sociales y tomas de posición sugieren estrategias de acción determinadas. Sin embargo, el actor social también está determinado por su tradición cultural (conjunto de creencias, símbolos compartidos en sociedad, entre otros), la cual se actualiza en la interacción con el otro3. Así, el actor social se determina desde el horizonte de compresión histórico-cultural.

El actor social es, por tanto, la conformación de colectivos a partir de una adhesión motivada en necesidades de reconocimiento y del logro de un fin común relacionado con la ostentación del poder. No obstante, la actividad del actor social se legitima a través de la articulación de la cognición social mediante los discursos; por esta razón, entre el actor social y el actor discursivo media la adquisición de sentido, la cual se da a partir del intercambio entre quienes participan de la acción comunicativa.

De esta manera, el actor, entendido como la voz que opera en el discurso, es actualizado y ubicado por el mismo discurso; es esta instancia la que hace que el actor se convierta en práctica y refleje formas de representar estructuras, valores, actitudes e ideologías. De allí que el estudio de la representación de los actores se centre en clases de discursos como el periodístico4, el cual, al definirse como un discurso público, colabora en la constitución del estatuto e identidad de los actores, los define e interpreta de acuerdo con un marco axiológico de lo esperado por la sociedad.

1.1 Discurso periodístico

En este artículo se retoma la noción propuesta por Dijk (1990) según la cual el concepto de noticia está estrechamente relacionado con la nueva información, pero no cualquier tipo de información, sino la que es generada por los medios de comunicación de masas. El concepto de noticia, para este autor, puede abarcar los siguientes aspectos:

  1. Nueva información sobre sucesos objetos o personas.
  2. Un programa tipo (de televisión, o de radio) en el cual se presentan ítems periodísticos.
  3. Un ítem o informe periodístico, como por ejemplo un texto o discurso tal como es expresado, utilizado o hecho público en los medios periodísticos o los medios de información pública tales como TV, radio, prensa.

De estos tres aspectos, el último es el que contiene un concepto del medio periodístico puesto que abarca todo el sentido de discurso, tanto de una noción de su aspecto físico como del medio periodístico y se acerca a la definición de noticia de Dijk (1990: 17): «nueva información tal como la proporcionan los medios y tal como la expresan los informes periodísticos». Se entiende, entonces, por discurso periodístico, el discurso sobre todo aquello que ha sucedido en la política, la sociedad o la cultura y que es expresado por un medio de comunicación, en este caso la prensa escrita.

2. Inclusión y exclusión de los actores sociales en el discurso de la prensa

Para desarrollar el análisis de la representación de los actores sociales se retoma la propuesta de Theo Van Leeuwen (1996) específicamente las categorías5 de «inclusión» y «exclusión»: la primera categoría se centra en la manera como se nominan los diferentes actores que aparecen en el discurso; la segunda categoría se refiere a la omisión de una nominación de los actores en el discurso que puede ser total o parcial. Si es total, es imposible encontrar quién es el actor, pero si es una exclusión parcial, indica que la representación de los actores está en la estructura profunda del discurso.

La categoría de «inclusión» se refiere a cómo son representados los actores sociales -personalmente, impersonalmente, individualmente o colectivamente, por referencia a su ser como sujetos o lo que se dice de ellos- sin privilegiar ninguna opción como más «literal» que otras y sin privilegiar el contexto en el cual una u otra opción ocurre. En otras palabras, es analizar si los actores sociales están representados como las fuerzas dinámicas de cierta actividad o como pacientes (sobre ellos recaen las acciones) o si el papel de los actores sociales se pone en un primer plano.

Por otra parte, para Leeuwen (1996) todas las prácticas sociales envuelven un grupo de actores sociales, pero en una representación dada no todos los actores son incluidos, lo cual sirve para legitimar o deslegitimar ciertas prácticas sociales. "Representations include or exclude social actors to suit interests and purpose in relation to the readers for whom they are intended" (Leeuwen, 1996: 38). En este sentido, aparece la categoría «exclusión» puesto que los discursos pueden excluir en la representación tanto a los actores sociales como a sus prácticas o pueden incluir las acciones pero algunos o todos los actores sociales envueltos en ellas son excluidos, y esto deja un rastro para saber que existen los actores sociales.

En cuanto a la categoría de «inclusión», se identificó que la representación de las víctimas se construye a partir de su reconocimiento como seres capaces de acción, que son considerados objetos que se ponen o quitan, se apoyan u olvidan. Por ejemplo:

    «Hoy viven en una casita en Altos de Cazucá (Soacha), que la mujer construyó gota a gota con la venta de comidas y la limpieza de locales». P.1

    «Los mataron a todos frente a nosotros. Después, con otras mujeres a las que también les mataron a sus maridos, nos fuimos para Sincelejo y buscamos un sitio en donde poder vivir, trabajar y sacar a nuestros hijos a delante». P.2

    «Al menos 287 mil 581 personas, que integran en promedio 61 mil 182 hogares, fueron desplazadas en Colombia durante el año 2004». P.10

    «Organismos internacionales apoyan a los desplazados de la región». P.2

    «En la Red nos ayudan con unos mercaditos durante un tiempo y luego nos olvidan, y ni qué hablar del Distrito", comenta Otilbio, quien dice tener siete años de vivir en Cartagena». P.5

La representación de los actores sociales del desplazamiento forzado se caracteriza por mostrar las cualidades negativas de las víctimas, por un lado, y las cualidades positivas del Estado, por el otro. La población desplazada se distancia de «nuestra sociedad» desde la presentación de las diferencias materiales, pues ellos son los que no tienen techo, los que carecen de educación y cultura, los que piden limosna en los semáforos, los que viven en las calles o en lugares de invasión; y nunca se habla de ellos por sus cualidades positivas o como sujetos de derechos y víctimas del conflicto. Estas imágenes hacen que los veamos como personas que dependen de la caridad y, en este sentido, no los reconocemos como sujetos que tienen derechos como ciudadanos.

    «...le conmovió ver a muchas mujeres desplazadas por el conflicto armado mendigando hasta una bolsa de agua». P.1

    «Era muy triste verlas caminando 6 horas con sus hijos a cuestas. No sabían a dónde ir. No conocían la Defensoría, ni nada sobre sus derechos como mujeres». P.1

    «Llegan a Sincelejo en busca de mejores oportunidades y luego de vivir donde algunos familiares, se establece en un pequeño cuarto en el barrio de invasión La Pollita». P.4

    «El apoyo que reciben del estado no les satisface todas sus necesidades, por eso es muy común verlos con sus caritas sucias y vestidos desarrapados,..."» P.7

    «...la atención que se le brinda al desplazado es una ayuda humanitaria, conformada por tres mercados, tres meses de arriendo, kits de aseo, de alojamiento y de cocina». P.8

Así pues, frente a las víctimas es común su inclusión como protagonistas de las acciones de invasión, como integrantes de un colectivo o como parte de las cifras de un informe. Las víctimas aparecen minimizadas o disminuidas en su fuerza social.

A partir del corpus analizado en esta categoría se puede afirmar que las víctimas se ubican entre la soledad y la similitud: en la primera porque el Estado los tiene en el olvido, y en la segunda porque todos son presentados como iguales.

Asimismo, y continuando con el análisis, se encontró que dentro de la categoría de inclusión, los mecanismos lingüísticos que más emplea la prensa escrita son: la activación6, generalización7, asimilación8: agregación9 y colectivización10. Estos mecanismos contribuyen a la representación de las víctimas como un grupo de personas homogéneo. Además, la nominación aparece como una categoría que crea la ilusión de inclusión de las víctimas en las noticias, pero, en realidad, los actores sociales son clasificados mas no nombrados. Con esta categoría lo que se pretende es darle un mayor realce a la noticia; generalmente cuando se recurre a este tipo de citas lo que se muestra son casos particulares de determinadas víctimas, y con ello, además, se le imprime cierto dramatismo a los eventos ocurridos11.

El corpus analizado presenta a las personas en situación de desplazamiento como grupos uniformes, familias que se han visto en la obligación de huir de sus tierras para conservar sus vidas. Los testimonios de los desplazados -niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos- no tienen cabida en las noticias; no tienen posibilidad de explicar y comunicar a la sociedad el dolor y la vulnerabilidad a la que están expuestos. Cuando se brinda ese espacio se los muestra como sujetos que no tienen la competencia comunicativa para expresarse. Por tal razón, las voces de las víctimas se maquillan o se invisibilizan.

    «...las personas que han tenido que huir para proteger sus vidas o a sus familias». P.3

    «La familia de Alba Rocío Zabala tuvo que dejar su finca en la vereda El Amparo, de Ituango, y huir a Medellín para proteger su vida». P.6

    «Huyen de los combates». P.8

    «Su nuevo hogar es para ellos tan desconocido como su futuro. El cemento, los carros y la muchedumbre con los cuales tienen que convivir ahora, aún no lo asimilan». P.7

Desde tal perspectiva, la representación del desplazamiento forzado incide en el reconocimiento social de la persona desplazada, pues, generalmente, se desconoce que ellos se ven enfrentados a encontrar una nueva forma de reestablecimiento en un nuevo espacio social. En este sentido, y siguiendo a Vasilachis (2003), se atribuye a «unos» el derecho de decidir el sentido del desarrollo de la existencia de «otros». Es la negación a algunos del derecho a elegir por sí mismos su propio destino y el de su familia, y es el beneficio de unos cuantos a costa de esta privación.

También se encontró que todas las noticias repiten un patrón de descripción de la realidad del desplazamiento. Éste tiene que ver con la presentación de las acciones del antes y después o sólo del después del desplazamiento forzado. O sea, que el durante del desplazamiento queda oculto. Y, en la medida en que la realidad es representada por los medios, existe mucho más que cualquier otra.

En cuanto a los agresores cabe señalar que su presentación es mínima en relación con la inclusión de las víctimas. Esa representación sugiere que existen unos responsables, pero no se sabe quiénes son con certeza. No se puede identificarlos en su totalidad, porque las noticias no presentan indicios identitarios, lo cual complica la labor de justicia y reparación «real» para las víctimas. ¿A quién o a quiénes se juzga?

    «Muy lejos de donde vieron por primera vez la luz del día, apartados del canto melodioso de las aves y del verde multicolor de la virgen naturaleza, se encuentran hoy cientos de niños campesinos cuyas familias, por cosas del destino, debieron abandonar sus parcelas y venir a Barrancabermeja en busca de refugio para sus vidas». P.7

    «Quieren aliviar el dolor con tres remesas y con un arriendo de tres meses que le pagan a algunos, no a todos. Nosotros dejamos por la fuerza nuestras casas, nuestra tierra y aquí nos tratan como mendigos. Somos el balón que patean de una oficina a otra». P.8

Continuando con el análisis, respecto a la categoría de exclusión en la representación de los actores sociales se puede señalar que:

  1. En los artículos analizados la población desplazada en algunas ocasiones recibe supresión por medio de la voz pasiva, mientras que se presenta un nivel alto de supresión para los agresores.
  2. La exclusión así presentada contribuye con la representación asimétrica entre los actores sociales, pues las víctimas reciben mayor tratamiento en la noticia que los agresores. Sin embargo, esto no es garantía para una mayor y mejor identificación de las víctimas.

El empleo de este mecanismo lingüístico construye una estrategia discursiva de ocultamiento de las prácticas de los agresores, presenta los hechos de tal modo que no es posible saber, con puntualidad, quién o quiénes son los responsables de las muertes y del desplazamiento.

    «...han sido expulsados de sus tierras». P.3

    «Alrededor de 9.376 aborígenes fueron desplazados en el primer semestre del año...». P.6

    «...en Colombia hay más de dos millones de personas que han sido forzadas a dejar sus viviendas y trabajos para buscar protección». P.7

En realidad lo que estructuran las noticias es la impunidad para algunos actores y la responsabilidad para otros. Desde este contexto es preciso complementar el mecanismo lingüístico de exclusión con las categorías de «lo reprimido» y «lo no representado», propuestas por Guillermo Sunkel (1984). «Lo reprimido», según este autor, es el conjunto de actores, espacios y conflictos que han sido condenados a subsistir en los márgenes de lo social. En este caso, los actores como los niños, las niñas, las mujeres, los hombres, los homosexuales, los ancianos que se desenvuelven en espacios particulares como las calles, los semáforos, las casas de plástico que construyen en la periferia de la ciudad, las plazas de mercado a las que acuden para recoger los alimentos que no están en buen estado. Estos son escenarios de los que nunca se habla a fondo, que sabemos de su existencia porque puede aparecer alguna referencia general, pero que más allá de esto no hay noticia.

En la misma línea, se encuentra lo no representado, es decir, lo que no es nombrado o interpelado. Esa realidad que habita diariamente la persona desplazada, como lo es su vida sexual, sus relaciones familiares y sociales, su salud, su tristeza o su humor, sus sentimientos, quedan ocultos bajo las estadísticas que indican el aumento de personas que han tenido que abandonar la tierra para conservar sus vidas.

3. Representación social de las acciones de los actores

En la estructuración del discurso periodístico, los actores no aparecen desligados de las situaciones en las que se concretan sus actos aunque, precisamente, de la naturaleza de la disposición de las acciones depende en gran medida el tipo de representación que se lleva a cabo en las noticias. Por tal razón, se realizó un análisis de las acciones y valores comunes atribuidos a las personas en situación de desplazamiento en cada periódico para contribuir con la caracterización del fenómeno del desplazamiento forzado a partir de la representación de las acciones de los actores sociales.

Desde esta perspectiva, se encontró que prácticamente las acciones atribuidas a las personas en situación de desplazamiento son: huir, arribar a un lugar desconocido, pedir limosna y esperar ayuda. En esta última acción, se hace la representación negativa del otro. En este caso, las personas desplazadas se presentan como sujetos pasivos; por otro lado, se muestra la representación positiva del Estado, puesto que si la persona desplazada surge de nuevo o logra adaptarse a la «nueva vida» es gracias a la ayuda que brinda éste a través de mercados o proyectos productivos.

    «Los hombres y mujeres que siguen con vida son obligados a abandonar la vereda, dejando atrás sus tierras, animales y las pequeñas viviendas». P.4

    «Se sienten invitados de piedra en una ciudad que aún no se acostumbra a su presencia o, lo que es peor, que no se decide al igual que las autoridades, a reconocerles su condición de víctimas de la violencia». P.7

    «Se les ve por todas partes, en las esquinas, caminando por el caliente pavimento de las calles y avenidas, muchos de ellos largando sus tiernas manitas para pedir una moneda». P.7

    «Más que quejarnos lo que estamos buscando es que nos apoyen allá en "Púa 2" con un capital de trabajo para que las familias podamos cultivar en esa tierra que esta apta». P.5

    «Alba se siente afortunada porque cuando llegó a Ituango algunas personas le explicaron los trámites que debía hacer al llegar a Medellín para recibir los auxilios que contempla la Ley 387 que protege la población desplazada». P.6

En este contexto, se puede hablar de las tres funciones de representación que presenta el libro titulado La representación de lo indígena en los medios de comunicación (Varios autores, 2005) y que contribuyen a la caracterización del fenómeno del desplazamiento forzado.

  1. Función de colectivización: «todos los desplazados son igualitos». La presencia de las personas en situación de desplazamiento generalmente se representa como colectiva y en casi todas las noticias éste hecho se acentúa cuando se presenta la cuantificación o porcentajes de la población desplazada.
  2. Función de victimización: «pobrecitos los desplazados». En la prensa escrita es frecuente encontrar las representaciones de miseria de la población desplazada, construyendo así una imagen de sujetos en situación de impotencia, vulnerabilidad e indefensión, sin capacidad de resistir o de organización.
  3. Función de criminalización: «los desplazados son invasores». Las personas desplazadas se muestran como sujetos que llegan a invadir las calles, los semáforos o la periferia de la ciudad y con ello «quebrantan un orden social y estético de lo urbano».
  4. Función de segregación y exclusión: «Los desplazados no son como nosotros. Los desplazados son de otro lado». La exclusión se reafirma cuando la población desplazada arriba a la ciudad o a un casco urbano, la demarcación de los límites adscribe al otro en un espacio social diferente al de nosotros porque muchos de ellos vienen de zonas rurales y por lo tanto no son como nosotros.
  5. Función de defensa y revaloración. Casi nunca se hace este tipo de reconocimiento, o cuando se hace, se los presenta como héroes o los sobrevivientes que lograron vencer la batalla, y esto gracias, a la ayuda que haya brindado el Estado.

4. Análisis de los titulares de las noticias

Los titulares son considerados como el elemento más destacado de la noticia. Según Dijk (1988: 35) éstos

    definen subjetivamente la situación y expresan el mayor tópico de la noticia, su estructura temática [...] Los titulares definen la coherencia de un texto y aseguran que los significados de las palabras y de las oraciones estén interconectados de manera que el texto constituya una unidad.

La función del titular es presentar la macroproposición de la noticia; así pues, el lector sólo con el hecho de ver el titular ya puede realizar conjeturas acerca de lo que trata el texto. Por tal razón se convierte en un texto autónomo, el cual adquiere un rol principal en la noticia misma. Para Vasilachis (1998: 222), «es común que los titulares aludan implícitamente a la información privilegiada de la noticia por medio de una metáfora o una ironía, con lo que se exige al lector ubicarse en el sistema cognitivo de referencia seleccionado por el autor del titular».

Así pues, las metáforas son entendidas como figuras del lenguaje en las que hay una transposición consciente de significados teniendo en cuenta rasgos en común en los usos o funciones. En el pensamiento de Ricoeur (Vasilachis, 1998: 225),

    [...] la metáfora juega un papel relevante a nivel de la interpretación, dado que con ella la imaginación productiva asume la forma de una innovación semántica. A través de la metáfora se crean, pues, significados emergentes y se producen nuevos mundos, debido a que su empleo no constituye una mera sustitución del significado literal de la expresión. Mediante dicha sustitución se crea un lenguaje y se puede reemplazar el sistema de connotaciones y de lugares comunes.

En efecto, las metáforas pertenecen al sistema conceptual que permite que se desarrollen los pensamientos y, por lo tanto, las palabras con las que asignamos significados a las personas, los sucesos y los objetos.

A continuación se presenta un análisis de los titulares que contienen un significado más allá de lo textual.

    «Desplazados salieron "en paz"». P.1 Esta es una expresión irónica12 porque siempre las personas tienen que salir por obligación y la huida se da en momentos en que no tienen sino unas cuantas horas para alcanzar a empacar lo que se pueda o simplemente se debe salir con lo que se lleva puesto. Además son momentos en los que prevalece la angustia, la incertidumbre, el temor y el miedo. Vale la pena resaltar que ésta noticia habla sobre la toma que realizaron 20 familias desplazadas a la Iglesia Santa Luisa de Patio Bonito, al sur de Bogotá, para que sus peticiones fueran escuchadas y cuando lo lograron tuvieron que desalojar la Iglesia, por eso se dice que «salieron en paz». Pero si uno como lector sólo lee el titular las conjeturas sobre la noticia serán otras.

    «Desplazados a un paso de la indigencia». P.3 Este titular refleja otro problema que trae el desplazamiento y es la indigencia, asociándolos al estado de miseria. En efecto, lo que hace el titular es resaltar situaciones negativas.

    «Niños desplazados cantores de paz». P.4 Esta expresión muestra que los niños a pesar de su condición de desplazados aún le cantan a la paz. Este hecho se muestra como un acto ejemplarizante porque como sobrevivientes del conflicto continúan la vida, así sea en condiciones precarias.

    «Desplazados ocultos por la pobreza». P.5 Aquí se muestra a la pobreza como un problema social que prima sobre el desplazamiento. Y el hecho de que no se reconozcan a los desplazados se debe a que están a la sombra de la pobreza.

    «Trámites, otro dolor para los desplazados». P.6 Con esta expresión metafórica se alude a que, además del «desplazamiento como un dolor de cabeza», las personas desplazadas deben seguir cargando con «otros dolores de cabeza» como lo son los trámites que ellos deben hacer cuando llegan a la cuidad o municipio para que se les «reconozca su condición de desplazado».

    «Niños desplazados: Un presente sin futuro». P.7 Este titular es irónico puesto que siempre se piensa y se habla de la niñez como el futuro no sólo de un país sino del mundo, entonces si son «un presente sin futuro», en este caso, el país tampoco tendrá futuro.

    «Desplazados y olvidados». P.8 Esta expresión presenta la condición de ser desplazado como algo negativo y, peor aún, se asocia con el olvido. En efecto, se muestran cualidades negativas, es decir, al hecho de ser desplazado se le suma el problema de ser olvidados.

    «La enferma salud de los desplazados». P.9 Nuevamente se alude a las diferencias negativas de las personas desplazadas, porque se habla de «la enferma salud» de ellos. Estas diferencias lo que hacen es marcar límites entre ellos y nosotros por eso se puede decir que se construye la representación de que ellos no son como nosotros.

    «Desplazados decidieron quedarse en Ibagué». P.9 Con este titular se muestra la capacidad de decisión de los desplazados para seguir haciendo parte de la sociedad de Ibagué. Pero tiene un tono irónico porque se podría pensar que si ellos decidieron quedarse entonces ¿por qué no decidieron resistir y luchar por su tierra?

    «"Estamos condenados al olvido del Estado"». P.10 Este titular naturaliza la condición de ser olvidados por el Estado. En tal sentido el desplazamiento forzado se convierte en un estado natural, como lo es la violencia en nuestro país.

A partir de la anterior reflexión acerca de los titulares se puede pensar básicamente en tres categorías que están presente en los mismos y en las noticias: la trivialización, la homogeneización y la superficialidad. En esencia, no existe una explicación o descripción de la realidad con razones de fondo donde expliquen el desplazamiento; se caracterizan a las personas desplazadas como iguales, y generalmente los temas que se presentan son de carácter coyuntural y obedecen a la crisis del momento.

En este sentido cabe preguntarse: ¿Hasta dónde llegan los medios de comunicación y hasta qué punto, específicamente la prensa escrita, se aproximan a la construcción objetiva de la realidad?; ¿cuál es la responsabilidad social de los medios en la configuración de la realidad?

5. Metáforas

Además de las categorías anteriormente trabajadas, es conveniente hacer mención del tipo de metáforas que se emplean o enuncian en el corpus analizado. La metáfora «impregna la vida cotidiana, no solamente el lenguaje sino el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica» (Lakoff y Johnson, 1991: 39). En la metáfora se da una transposición de significados de forma consciente, la cual se basa en la similitud de aspectos, de usos o de funciones.

Según Lakoff y Johnson (1991), existen tres tipos de metáforas: orientacionales, ontológicas y estructurales. En este caso voy a trabajar las metáforas orientacionales13 (porque en la mayoría de las noticias encontramos referencias que tienen que ver con la orientación espacial: arriba/abajo, dentro/fuera, delante/detrás, profundo/superficial, central/periférico y las metáforas ontológicas (que tienen que ver con la entidad/substancia/contenedor a la que se refiere la expresión).

Las metáforas orientacionales muestran que la sociedad se representa espacialmente de tres formas: adentro/afuera, arriba/abajo y centro/periferia. Estas «tipologías sociales» se basan en que una de las categorías se corresponde con la norma social dominante mientras que la otra se refiere al borde y al límite de esa norma (Lakoff y Johnson, 1991). La primer forma de representación espacial de la sociedad: adentro/afuera se ve reflejada en las noticias cuando se hace referencia a la vida o los avatares que les toca vivir a las personas en situación de desplazamiento cuando llegan a la ciudad -adentro-, y el afuera hace referencia a la vida que llevaban las personas en el campo antes del desplazamiento.

El arriba/ abajo se relaciona con: «Salud y vida son arriba; la enfermedad y la muerte son abajo» (Lakoff y Johnson, 1991: 5). Y, en la «base física: las enfermedades graves nos obligan a yacer físicamente. Cuando alguien está muerto, físicamente está tendido» (Lakoff y Johnson, 1991: 52). Asimismo, se puede pensar en que el poder social y el poder físico están asociados con la categoría arriba, puesto que el bienestar social se asocia con la felicidad, la salud, la vida y el control.

En este caso, el arriba/abajo se relaciona con las condiciones materiales y psicológicas que se hace de ellos, puesto que siempre se presentan las diferencias negativas como la pérdida de los bienes que les dan estabilidad o la «enferma salud» de los desplazados o la dificultad de adaptación cuando llegan a la cuidad. Esto hace que se piense en ellos como lo underground de la sociedad. Y que nosotros nos veamos como los miembros que estamos en correspondencia con el arriba, con un estatus social y con la norma social.

La metáfora centro/periferia está presente en todas las noticias, específicamente en las acciones atribuidas porque siempre se hace un paralelo entre las acciones de lo que hacía la población desplazada antes del desplazamiento y lo que llegan a realizar en el lugar receptor. En todas las noticias se los presenta como sujetos separados de la sociedad, sea porque realizan otras acciones que son rechazadas por la misma, como el llegar a tomarse un espacio, o porque llegan a pedir ayuda o a esperar la caridad de los vecinos o peatones.

El centro/periferia ubica a las personas en situación de desplazamiento en los márgenes de la sociedad; además, se muestra que se necesita de la ayuda o la atención de funcionarios del Estado con actitud mesiánica para solucionar los problemas que conlleva el desplazamiento forzado14.

Asimismo, aparecen las metáforas ontológicas, las cuales proporcionan una base más allá de las metáforas orientacionales porque presentan nuestra experiencia con los objetos físicos y las sustancias. Es decir, considerar los acontecimientos, actividades, ideas y emociones como entidades y sustancias. Lo cual permite una manera de referirnos a la experiencia del desplazamiento como entidad:

    «El desplazamiento va en aumento».

    «En Nariño no descartan que aumente el desplazamiento».

    «El desplazamiento continuó creciendo en zonas donde de desarrolla el Plan Patriota»...«El desplazamiento aumentó...».

    «...brindar la atención al desplazamiento».

    «El desplazamiento ha disminuido en los dos últimos años».

    «Hay que hacer frente al desplazamiento».

    «El desplazamiento se agravó».

En estos ejemplos, ver al desplazamiento como una entidad permite referirse a ella, cuantificarla, identificar un aspecto particular y, creer, incluso, que la entendemos.

Dentro de las metáforas ontológicas se hallan las metáforas de recipiente, que en este caso tienen que ver con las extensiones de tierra. Parafraseando a Lakoff y Johnson (1991), somos seres físicos, limitados y separados del resto del mundo; percibimos y vemos el mundo como algo fuera de nosotros, cada uno de nosotros es un recipiente con una orientación dentro-fuera y proyectamos esa orientación sobre los objetos físicos, pues los consideramos también recipientes con un interior y un exterior. Este tipo de metáforas se encuentran en las noticias cuando se dice que los desplazados salieron de sus tierras y entraron en la ciudad. Este tipo de metáforas define un territorio, pone fronteras, lo cual se constituye en un acto de cuantificación. Los objetos o extensiones de tierra tienen tamaño. Eso permite que sean cuantificados en términos de la cantidad de sustancia que contienen.

Asimismo, el desplazamiento, algo que no es humano, se considera como humano, personificándolo («el desplazamiento es un adversario») porque se piensa como algo que puede atacarnos, herirnos, atropellarnos, destruirnos. La metáfora da lugar y justifica acciones políticas y económicas por parte del gobierno.

6. Consideraciones finales

A las personas desplazadas, y como se ha enunciado en otras reflexiones, no sólo se las desplaza de sus tierras, sino que sus voces también son excluidas del discurso con el que se describe su realidad. Aquí se considera que el letrado, en este caso la prensa escrita, es el que tiene el poder discursivo de ordenar, regular y controlar el discurso.

En tal sentido, el artículo señala cómo la prensa escrita colombiana ha construido una representación social homogénea y estereotipada de las personas desplazadas, ubicadas dentro de un contexto coyuntural determinado. Es decir, la prensa reproduce estereotipos, fragmenta y muestra el lado superficial de esta realidad.

Las víctimas de esta problemática aparecen en las noticias como objetos que se ubican de acuerdo a unos intereses particulares de otros actores quienes nunca aparecen en el discurso periodístico. Así, la representación de los victimarios es mínima, en relación con la que se hace de las víctimas. Las piezas periodísticas analizadas nunca enuncian rasgos o cualidades identitarias de los agresores; estos actores aparecen de forma tímida en las mismas. Se sabe de ellos por algunas referencias implícitas que aparecen en el discurso, pero son elementos mínimos de representación. Finalmente, el discurso de la prensa escrita al ocultar o evitar nombrar a los actores directamente implicados en el desplazamiento forzado, consolida y legitima ciertas prácticas sociales que siguen reproduciendo las injusticias en la sociedad.


Pie de página

2Los diarios seleccionados fueron: P.1- El tiempo, P.2- El Espectador (difusión semanal), P.3- El Nuevo Siglo, P.4-El Heraldo, P.5- El Universal, P.6- El Colombiano, P.7- Vanguardia Liberal, P.8- El País, P.9- El Nuevo Día, P.10- Diario del Sur.
3Para complementar la anterior idea, y citando a Halliday (1978:18): «[l]a lengua es el canal principal por el que se transmiten los modelos de vida, por el que se aprende a actuar como miembro de una "sociedad" -dentro y a través de los diversos grupos sociales, la familia, el vecindario, y así sucesivamente- y a adoptar su "cultura", sus modos de pensar y de actuar, sus creencias y sus valores».
4La prensa escrita se considera como un género discursivo, uno de los múltiples que permite la lengua, que requiere su propio modo de narración y presentación de los acontecimientos.
5La aplicación de estas categorías al análisis del corpus seleccionado se configura a partir de víctimas y agresores, considerando como víctimas a la población desplazada y como agresores a los diferentes actores quienes agencian el desplazamiento.
6En la activación, los actores sociales están presentados como las fuerzas dinámicas de cierta actividad.
7La generalización hace referencia a los actores que están representados por medio de referencias genéricas.
8En la asimilación, los actores sociales aparecen inscritos a un colectivo (plural), contrario a la representación individual (singular), que en la memoria del lector se estabiliza como parte de un saber común y no específico.
9Esta categoría cuantifica a los actores sociales.
10Los actores se presentan como colectivo.
11En la misma línea, se puede afirmar que se da la pérdida del nombre, donde nadie sabe quién es el autor o a qué corresponde. En palabras de Moscovici y Marková (2003:135), «lo que tiene un nombre tiene un valor. Una entidad sin nombre es efímera, pasajera, perecedera. No tener nombre significa no ser nada o no ser nadie. El anonimato es también una de las características de la vida moderna, de las grandes ciudades, las capitales, las metrópolis y sus representaciones sociales». Desde esta perspectiva, es posible señalar que este tipo de mecanismo lingüístico ofrece una descripción de la realidad que no proporciona indicios acerca de los actores sociales involucrados, no como colectivo, sino como personas desde su carácter, personalidad o visión de mundo individual.
12Según Perleman y Olbrechts (1989: 324) con la ironía se quiere dar a entender lo contrario de lo que se dice. Es decir, la ironía invierte la interpretación de un mismo acontecimiento. Y para ello, la ironía siempre supone conocimientos complementarios respecto a algo. Sin embargo, la ironía ha llegado a tener un sentido más específico, el cual designa una manera de abordar el discurso no como algo literal sino como un producto de determinado intereses. En este sentido, la ironía socava el carácter descriptivo-literal de lo que se dice.
13Para Lakoff y Johnson (1991) este tipo de metáforas no son arbitrarias, sino que por el contrario se sustentan en nuestra experiencia física y cultural. La cual puede cambiar de una cultura a otra.
14Según Lakoff y Jonson (1991: 60): «Parece que nuestros valores no son independientes, sino que deben formar un sistema coherente con los conceptos metafóricos de los que vivimos. No estamos afirmando que todos los valores culturales coherentes con un sistema metafórico existan en realidad, solamente que aquellos que existen y están profundamente establecidos son consistentes con el sistema metafórico».


Bibliografía

Dijk, Teun A. Van. 1990. La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la información. Barcelona, Paidós.        [ Links ]

Dijk, Teun A. Van. 1988. «El discurso y la reproducción del racismo». Lenguaje en Contexto I(1-2): 131-180.        [ Links ]

Fairclough, Norman. 2003. Analysing Discourse. Textual analysis for social research. Londres, Routledge.        [ Links ]

Farr, Robert. 2003. «De las representaciones colectivas a las representaciones sociales: ida y vuelta», en José Castorina (comp.), Representaciones Sociales. Problemas teóricos y conocimientos infantiles. 153 -175. Barcelona, Gedisa.        [ Links ]

Halliday, M.A.K. 1978. El lenguaje como semiótica social. La interpretación social del lenguaje y del significado. México DF, Fondo de Cultura Económica.        [ Links ]

Lakoff, George y Mark Johnson. 1991. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid, Cátedra.        [ Links ]

Leeuwen, Theo Van. 1996. "The representation of social actors", en Carmen Rosa Caldas-Coulthard y Malcolm Coulthard (eds.), Text and practices: readings in critical discourse analysis. 32 - 69. Londres, Routledge.        [ Links ]

Moscovici, Serge y Ivana Marková. 2003. «La presentación de las representaciones sociales: diálogo con Serge Moscovici», en José Castorina (comp.), Representaciones Sociales. Problemas teóricos y conocimientos infantiles. 111 - 152. Barcelona, Gedisa.        [ Links ]

Pardo, Neyla. 2005. «Representación de los actores armados en conflicto en la prensa colombiana». Forma y Función. 18: 167-196.        [ Links ]

Perleman, Chaïm y Lucie Olbrechts. 1989. Teoría de la argumentación. Madrid, Gredos.        [ Links ]

Ricoeur, Paul. 1988. Hermenéutica y acción. Buenos Aires, Docencia.        [ Links ]

Sunkel, Guillermo. 1984. Representación del pueblo en los diarios populares de masas. Chile, Ilet.        [ Links ]

Varios autores. 2005. La representación de lo indígena en los medios de comunicación. En Minga con los pueblos indígenas y por el derecho a su palabra. Medellín, Lealon.        [ Links ]

Vasilachis, Irene. 1998. La construcción de representaciones sociales. Discurso político y prensa escrita. Un análisis sociológico, jurídico y lingüístico. Barcelona, Gedisa.        [ Links ]

Vasilachis, Irene. 2003. Pobres, pobreza, identidad y representaciones sociales. Barcelona, Gedisa.        [ Links ]

Wodak, Ruth. 2003. «De qué trata el análisis del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos», en Ruth Wodak y Michael Meyer (comps.), Métodos de análisis crítico del discurso. 17-34. Barcelona, Gedisa.        [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License