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Universitas Humanística

versión impresa ISSN 0120-4807

univ.humanist.  no.79 Bogotá ene./jun. 2015

https://doi.org/10.11144/Javeriana.UH79.actm 

Análisis de la categoría Tercer mundo como dispositivo moderno/colonial de reproducción de hegemonía euroreferenciada1

Analysis of the Third World Category as a Modern/Colonial Reproduction Device of Euro-referenced Hegemony

Análise da categoria Terceiro mundo como dispositivo moderno/ colonial de reprodução de hegemonia euroreferenciada

Alejandra del Rocío Bello Urrego2
Universidad Paris 8-Vincennes-Saint-Denis, París, Francia3 bellourrego.alejandra@gmail.com

1En el marco de la exploración inicial del tema de mi tesis doctoral "Medicina Social Latinoamericana y Salud Colectiva: un análisis de las relaciones de dominación involucradas en el proceso de determinación social de la salud", tomé el seminario "El racismo y sus articulaciones de género, clase y sexualidad en la colonialidad latinoamericana y caribeña" dictado por el Grupo Latinoamericano de Estudio, formación y Acción Feminista (GLEFAS). Este artículo de reflexión es producto de la revisión bibliográfica realizada en el marco de ambos procesos así como de las inquietudes teóricas allí surgidas, las cuales desembocaron en la exploración por los modos en que se expresa en la cotidianidad la actual posición hegemónica de occidente. Esta exploración se planteó a través de la investigación: "Mi cuerpo en tu tierra, mi voz en tus labios: Análisis de la categoría Tercer mundo como dispositivo moderno/colonial de otrificación visto en la vivencia de mujeres no europeas habitando Europa" cuyas conclusiones presento en este artículo.
2Politóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en derechos humanos y derecho internacional humanitario y Magíster en Derecho de la misma universidad.
3Estudiante de Doctorado en Estudios de Género y Ciencia Política.

Recibido: 23 de septiembre de 2013 Aceptado: 28 de enero de 2014


Cómo citar este artículo

Bello, A. (2015). Análisis de la categoría Tercer mundo como dispositivo moderno/colonial de reproducción de hegemonía euroreferenciada. Universitas Humanística, 79, 41-62. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.UH79.actm


Resumen

Indagué por los modos en que se materializa la hegemonía euroreferenciada contenida en la expresión tercermundo, utilizando una reformulación de la metodología del análisis narrativo de narrativas. Para ello, realicé entrevistas focalizadas sobre la base de un muestreo intencional estructural. El marco teórico/conceptual está establecido en torno a la definición de sistema mundo moderno/colonial y la estructuración del patrón de dominación colonial sobre los dispositivos de clasificación y jerarquización derivados de las categorías raza, género, sexualidad y clase. Los resultados se presentan bajo la forma de una narrativa estructurada en relación a las narrativas trabajadas y el marco conceptual empleado. Allí se presenta cómo en las narrativas se devela el dispositivo tercer mundo como una expresión de la hegemonía instaurada en la modernidad-colonialidad, a través del cual este sistema se expresa y se reproduce interviniendo en la asignación de privilegios y exclusiones. Los trazos de la modernidad-colonialidad están presentes en las narrativas analizadas haciendo visible el patrón por medio del cual el sistema se reproduce manteniendo una hegemonía euroreferenciada.

Palabras clave: sistema mundo; modernidad-colonialidad; tercer mundo


Abstract

I inquired about how the Euro-referenced hegemony materialized, as contained in the expression third world, using a reformulation of the narrative analysis of narratives methodology. For this purpose, I carried out focused interviews on the basis of an intentional structural sampling. The theoretical/ conceptual frame is established around the definition of a modern/colonial world system, and the structuring of the colonial dominance pattern over the devices for classification and establishment of hierarchies derived from the categories race, gender, sexuality and class. The results are shown as a structured narrative in relation to the narratives I worked with, and the conceptual framework used. I introduce there how the device third world is unveiled in the narratives as an expression of the hegemony established in the modernity/colonialism. Through said device this system expresses and reproduces, intervening in the assignation of privileges and exclusions. The traces of modernity/ colonialism are present in the narratives analyzed, making visible the pattern by which the system reproduces, maintaining a Euro-referenced hegemony.

Keywords: world system; modernity-colonialism; third world


Resumo

Investiguei os modos em que é materializada a hegemonia euro-referenciada contida na expressão terceiro mundo, utilizando uma reformulação da metodologia de análise narrativa de narrativas. Para isso, fiz entrevistas focadas sobre a base de uma amostragem intencional estrutural. O quadro teórico/conceitual está estabelecido em torno da definição do sistema mundo moderno/colonial e a estruturação do padrão de dominação colonial sobre os dispositivos de classificação e hierarquização derivados das categorias raça, género, sexualidade e classe. Os resultados são apresentados sob a forma de uma narrativa estruturada em relação às narrativas trabalhadas e o quadro conceitual empregado. Ali se apresenta como é que nas narrativas desvela-se o dispositivo terceiro mundo como expressão da hegemonia instaurada na modernidade-colonialidade, através do qual este sistema expressa-se e reproduz-se intervindo na alocação de privilégios e exclusões. Os traços da modernidade-colonialidade estão presentes nas narrativas analisadas fazendo visível o padrão por meio do qual o sistema se reproduz mantendo uma hegemonia euro-referenciada.

Palavras-chave: sistema mundo; modernidade-colonialidade; terceiro mundo


Introducción

A lo largo del siguiente texto pretendo abordar la pregunta por las formas en que se materializa la actual posición hegemónica de occidente4. Al desarrollar la temática de estudio se abordan diferentes discusiones frente a las cuales espero aportar elementos: la reproducción de la sociedad y los mecanismos que esta utiliza para hacerlo, la generación de sistemas de privilegios y exclusiones por medio de los cuales se distribuyen los recursos simbólicos y materiales en las sociedades herederas de la modernidad-colonialidad, la pregunta por la hegemonía, entre otros elementos relacionados con la sociedad actual.

Aporto a estas discusiones a partir de lo que la observación de los trazos de la colonialidad en la vida cotidiana me lo permite. Con ello, me refiero a la búsqueda y observación de las huellas de las estructuras coloniales formadas en los siglos XVI y XVII y a los roles que estas juegan en el presente (Castro-Gómez y Grosfoguel, 2007, p. 14), entendiendo que en el capitalismo global contemporáneo, las exclusiones provocadas por el sistema moderno-colonial a través de las jerarquías epistémicas, espirituales, raciales/étnicas y de género/sexualidad desplegadas por la modernidad, lejos de ser superadas, han sido resignificadas de modo que cuentan con plena vigencia5.

Las preguntas de investigación a las cuales se buscó dar respuesta son ¿Cómo se reproduce la hegemonía euroreferenciada en las vivencias en las que está mediando la categoría tercer mundo?; En la configuración de las vivencias de personas que encarnan roles privilegiados y roles subalternos, asignados a partir del dispositivo de reproducción de hegemonía euroreferenciada, visibles en la expresión tercer mundo, ¿cuáles son los trazos de la modernidad-colonialidad?

El análisis narrativo de relatos es la metodología adoptada para responder a estas preguntas. Adoptar este tipo de investigación significa "contar y leer -en el sentido de interpretar—, los hechos y acciones" a la luz de las historias que los actores narran (Bolívar, 2002), asumiendo que el lenguaje no es solo algo que los seres humanos tenemos sino algo que somos (Mignolo, 2003).

Esta elección metodológica se corresponde con la apropiación de la causa de la descolonización en la generación de conocimientos. Este atributo lo asigno en razón de la puesta en duda de la objetividad y neutralidad como elementos fundadores del conocimiento legitimo-científico que implica aceptar la subjetividad como protagonista de la generación de saberes. No obstante considero que su versión original no es totalmente compatible con la causa mencionada pues no permite ir más allá de una supuesta dimensión simbólica productora de la realidad.

A modo de variación de la versión original de esta propuesta metodológica, las narrativas son analizadas como parte de un entramado de relaciones que traspasan lo meramente simbólico (dimensión a la que se limitaría la propuesta original), imbricándose con lo material para formar un solo entramado de relaciones sociales.

Las narrativas sobre las cuales se realizó el análisis se obtuvieron por medio de entrevistas seleccionadas a través de un muestreo intencional estructural. Establecí dos grupos diferentes definidos independientemente y sobre los cuales indago por cuestiones distintas, aunque complementarias, en la construcción de una respuesta a la problemática de estudio.

A través de uno de los grupos, me limito al rastreo del discurso hegemónico, el modo en que se construye al otro desde la posición social privilegiada. En función de esta necesidad escogí hombres y mujeres racializados como blancos y blancas heterosexuales y pertenecientes a la clase media europea. A través del otro grupo, busco explorar dos aspectos distintos: por un lado pretendo rastrear la correspondencia de la vivencia concreta de posiciones subalternas con los elementos del discurso hegemónico, para lo cual escogí mujeres que pertenecieran al tercer mundo, definiendo esta pertenencia desde la perspectiva eurocéntrica. Por otro lado, con el fin de explorar la complejidad del patrón de reproducción de la hegemonía eurocéntrica, incluí mujeres que pese a compartir la subalternidad derivada del dispositivo tercer mundo, representan variaciones en las posiciones sociales que ocupan al pertenecer a clases sociales distintas y a procesos de racialización distintos.

Adicionalmente a estos criterios y en función de limitar la muestra a un territorio geográfico-político específico y asequible para mí como investigadora, las personas incluidas en la muestra debían habitar Europa para el momento de la realización de la entrevista. Al definir a Europa como límite geográfico-político de la muestra, no pretendo asignar a esta región un valor adicional al de escenario de observación. Es decir, si bien la observación de la reproducción de la hegemonía eurocéntrica está en el centro de la problemática, esta podría ser observada en cualquier otro territorio en donde existan interacciones sociales mediadas por los dispositivos de reproducción de la hegemonía moderno-colonial.

Para el caso de ambos grupos diseñé y apliqué entrevistas focalizadas. El foco de las entrevistas se construyó en torno a la expresión tercer mundo: ¿Qué evoca la expresión tercer mundo? ¿Qué llega a la mente al hablar de tercer mundo? ¿Qué evoca la expresión mujer del tercer mundo en relación contigo mismo o contigo misma?...

En cuanto a la definición de los grupos, se tomó como criterio la posición de subalternidad o hegemonía definida a la luz del sistema mundo moderno/colonial. Me refiero a uno de los grupos como Europa y al otro, como tercer mundo6. No pretendo establecer comparaciones entre los dos sino obtener información complementaria. Sobre el grupo Europa me pregunté: ¿Cómo reproducen el privilegio dado por la posición hegemónica que les otorga el patrón de dominación colonial? Sobre el grupo tercer mundo indagué: ¿Es posible hablar de homogeneidad en alguna dimensión de la experiencia de subalternidad derivada del dispositivo tercer mundo? ¿Qué continuidades y qué discontinuidades se pueden ver entre las experiencias de subalternidad derivadas del dispositivo tercer mundo?

Discusión conceptual

El sistema mundo moderno-colonial y su patrón de dominación

El nacimiento del sistema mundo moderno-colonial se ubica en el siglo XVI cuando España se construye frente a sus colonias, no solo como quien venció, sino como moralmente superior. La construcción de superioridad moral ligada a la victoria material en función de extender el control material al control ideológico significa la instauración de la incisión entre colonizadores y colonizados (Fanon, 1999)7 que instauró una hegemonía euroreferenciada8.

La hegemonía euroreferenciada se produce y reproduce a través del patrón9 de dominación moderno-colonial10, siendo este el parámetro de creación, interacción y coproducción de las relaciones materiales y simbólicas constitutivas del sistema. Esta hegemonía se materializa en la naturalización de la jerarquización de los pueblos y los cuerpos a partir de la experiencia y la visión europea moderna-colonial asumida en términos cronológicos11 como culminante en tanto avanzada12.Dicho patrón es intrínsecamente cosa y proceso simultáneamente. En cuanto cosa, es el testimonio vivo del colonialismo como momento en el que se construye la incisión fundamental entre colonizados y colonizadores; y en cuanto proceso lo trasciende, haciendo abstracta esta división original, abstracta en el sentido de que genera posiciones sociales que determinan el privilegio más allá de asignarlo esencialmente a un grupo -colonizadores- o a una geografía especifica -Europa-, recreando constantemente la incisión material y simbólica originalmente establecida entre colonizados y colonizadores.

La repartición inequitativa de riquezas materiales y simbólicas a escala mundial a partir de la clasificación y jerarquización de las poblaciones en términos de clase, raza y género/sexualidad es constitutiva del sistema mundo moderno-colonial, al igual que lo son las opresiones y exclusiones que de allí surgen. Esta repartición se sustenta sobre las relaciones coloniales, producidas desde el patrón de dominación moderno-colonial, que reproducen la hegemonía euroreferenciada.

El patrón moderno-colonial de dominación es el dispositivo de dominación por antonomasia del sistema moderno-colonial. La estructura seminal de este patrón es la interacción de la división internacional del trabajo, la colonialidad del poder y la colonialidad del género desde donde se estructuran relaciones de dominación que fusionan las clasificaciones y jerarquizaciones originadas por cada uno de estos sistemas generando experiencias concretas de opresión en las que componentes de este patrón se hacen inseparables.

Patrón de dominación moderno-colonial: la colonialidad del poder, la colonialidad del género y la división internacional del trabajo

Para iniciar, me remito a las críticas que Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel plantean frente al concepto de división internacional del trabajo en el prólogo del libro El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Allí, los autores señalan que en su definición original, planteada por Immanuel Wallerstein, el concepto responde a la lógica marxista de estructura y superestructura, ubicándose como estructura y relegando a la superestructura a aquello que Wallerstein llama la geocultura. Lo anterior implica que los ámbitos discursivos y/o simbólicos que establecen una división entre poblaciones blancas y no blancas y entre hombres y mujeres, son comprendidos por Wallerstein como una geocultura, lo que implica que se niega el hecho de que estas divisiones son tan constitutivas de la acumulación de capital a escala mundial inaugurada en el siglo XVI como lo es la división internacional del trabajo.

El concepto de Wallerstein y la crítica de los decoloniales se complejiza desde la perspectiva que ya había sido abierta por las feministas racializadas, afrodescendientes e indígenas, quienes desde los años setenta ya habían teorizado sobre el "entramado de poder patriarcal y capitalista, considerando la imbricación de diversos sistemas de dominación (racismo, sexismo, heteronormatividad, clasismo)" (Curiel, 2007, p. 94). En esta línea, aunque sin citarlas y sin darle el mismo estatus al género/sexualidad, Aníbal Quijano formula el concepto de colonialidad del poder con el fin de dar cuenta de la distribución del poder en función de la noción de raza, ofreciendo una explicación clara de las imbricaciones entre la colonialidad del poder y las relaciones de clase en tanto la raza determina una específica inserción de clase en sociedades coloniales.

Desde el concepto de colonialidad del género, María Lugones retoma la potencialidad de la formulación de Quijano desde la perspectiva que ya había sido abierta por los trabajos de las feministas racializadas, afrodescendientes e indígenas. La autora retoma por un lado la idea de un sistema-mundo estructurado en torno al capitalismo y por otro, la critica a Wallerstein realizada por Quijano, añadiendo -desde su propia critica a este último- que la configuración de la jerarquía constitutiva de lo que Wallerstein llama sistema-mundo no se estructura solo partiendo de la división de la sociedad desde la clase social y la raza, sino también desde el género, pues esta marca no surge previa a la colonización, por el contrario, es una "imposición colonial" (Lugones, 2008, p. 93)13.

Los conceptos colonialidad del poder y colonialidad del género permiten comprender los dispositivos por medio de los cuales la modernidad/colonialidad produce experiencias fusionadas de opresión. No es posible entender la sociedad producto de la colonialidad/modernidad fuera de la comprensión de la fusión de las opresiones fruto de estos dispositivos de dominación.

Retomando lo dicho hasta acá, la sociedad heredera del proyecto moderno-colonial se estructura sobre un patrón colonial de dominación que reproduce la hegemonía euroreferenciada. Este patrón funciona desde la raza, la clase, el género-sexualidad entendidas como categorías políticas, tomando la definición de Elsa Dorlin esto significa "categorías de identificación, subjetivación- abyección, de sí y del otro" (Dorlin, 2009, p. 6). La raza y el género/sexualidad imbricadas como centro de la articulación de la dominación moderno/colonial generan efectos materiales concretos materializados en inserciones de clase que garantizan una particular e inequitativa repartición de riquezas a escala mundial constituyendo el sistema-mundo moderno-colonial.

Por otro lado, las diferencias generadas sobre la edad o la discapacidad entre otros, pueden llegar a ser más determinantes en la configuración de una relación de dominación en un contexto específico; no quiero decir que estas diferencias correspondan de manera estructural a generar divisiones de población o categorías de clasificación constitutivas de la acumulación de recursos materiales y simbólicos a escala mundial inaugurada a finales del siglo XV. Lo que quiero marcar es que aun señalando que su rol no es estructural, no es posible obviarles, de hecho ellas encarnan el hecho de que el patrón moderno-colonial de dominación no sea absoluto; está en permanente interacción y coestructuración con otros dispositivos de clasificación y jerarquización de los cuerpos, por lo que no necesariamente se desempeña siempre de la misma manera. Este patrón en sí mismo jamás podrá constituir algo así como un modelo fetiche o un modelo universal de análisis de las relaciones de dominación y las experiencias de opresión.

A modo de conclusión de este apartado, se puede decir que, teniendo en cuenta algunos aportes del pensamiento feminista negro, de las feministas de color, las feministas antirracistas y poscoloniales, y del pensamiento postcolonial y decolonial, asumo que los dispositivos históricos de dominación definidos desde las categorías de raza, clase, sexualidad-género están contenidos en el patrón de dominación moderno-colonial que estructuran el sistema-mundo moderno-colonial.

La incisión entre colonizados y colonizadores desde donde se configura Europa al construir lo no europeo partiendo de la otrificación, resulta fundacional frente a la comprensión de la configuración de las experiencias de opresión producto del sistema. La raza y el género/sexualidad juegan un rol crucial en la recreación de dicha incisión.

La opresión está definida desde la coestructuración de dispositivos de dominación que no se limitan a los contenidos en el patrón colonial y que configuran las posiciones sociales haciendo que estas se definan desde la inseparabilidad de la experiencia de género, de raza, de clase y adicionalmente y en igual medida, (pese a que estos no sean estructurales) desde la experiencia producida por otras categorías de diferencia (Esguerra Muelle y Bello Ramírez, 2012)14.

Modernidad-colonialidad: significado de la noción de tercer mundo

La noción colonial-moderna de desarrollo dota de sentido a la expresión tercer mundo. El rol de aquello que Escobar llama la invención del desarrollo es el mantenimiento de la hegemonía del sistema moderno-colonial aún después del desmonte del colonialismo. La ficción del desarrollo se constituye como un sistema de generación de categorías de división y jerarquización del mundo, en función del parámetro eurorefenciado materializado en dispositivos como tercer mundo o más recientemente, países en vía de desarrollo.

A primera vista pareciera que el mundo de postguerras que sustenta el uso de la categoría tercer mundo ya no existe y que por lo tanto su uso es anacrónico. Si bien es cierto que en ámbitos académicos lo común es encontrar como categoría viva15 de otrificación la expresión países en vía de desarrollo, y a la expresión tercer mundo ya convertida en objeto de investigación, es también cierto que esta última está vigente en el lenguaje coloquial.

La razón por la que creo que la nominación tercer mundo está presente en el lenguaje coloquial aún hoy es porque, al igual que la de país en vía de desarrollo, recrea la posibilidad de imaginar al otro en un contexto donde lo euroreferenciado es la norma. Si bien cada expresión nace de un contexto histórico diferente, la función de ambos conceptos en su dimensión de dispositivos de mantenimiento de la hegemonía euroreferenciada es la misma. No estoy señalando que estas nociones signifiquen lo mismo o respondan a las mismas fuerzas históricas, sino que ambas se asemejan en cuanto reproducen el patrón de dominación moderno-colonial cumpliendo un mismo rol en la reproducción del sistema.

La expresión Tercer mundo es el primer dispositivo ideológico que encarna la lógica moderna-colonial de otrificación en el contexto de fin del colonialismo. Desde la invención del desarrollo16 se define su contenido remitiendo a la pobreza -entiéndase incapacidad de producir riqueza-, a la ignorancia -entiéndase incapacidad para generar conocimiento-, al tradicionalismo -entiéndase atraso-, etc.

En esta investigación me centro en la categoría tercer mundo por tres razones: 1) al ser el primer dispositivo ideológico que encarna la lógica moderna-colonial de otrificación luego del fin del colonialismo, considero que esta es la noción fundacional de los dispositivos moderno-coloniales en la colonialidad global; 2) desde mi experiencia personal de migrante en Europa, he observado a través de mi vivencia y de la de otras personas que han habitado en varios países de Europa y que han compartido sus vivencias conmigo, cómo esta expresión suele ser la más natural para darle nombre a aquello que no corresponde a la visión euroreferenciada de mundo y cuya diferencia se traduce automáticamente en inferioridad; 3) es una categoría especialmente retomada para construir lugares de enunciación contra-hegemónicos, ejemplo de ello son las autodenominadas feministas del tercer mundo.

La narración

Esta sección está construida sobre las narraciones entremezcladas de las y los entrevistados y las dos entrevistadoras17. Las narrativas analizadas son de: Quyen18, una mujer vietnamita de 24 años, estudiante universitaria becaria del gobierno francés que reside en Burdeos (Francia); Carmen, una mujer feminista activista española de más de 40 años que está a cargo de una red para impulsar la igualdad LGBT en América Latina; Aida, una mujer senegalesa que regenta y cocina en su restaurante en Berlín (Alemania), ciudad donde vive con su familia y a donde llegó hace 14 años para trabajar; Flor, una ingeniera civil que nació en Perú hace 25 años y vive en Madrid desde hace 10; Dominique, una mujer francesa de 28 años, licenciada en Filología Hispánica y responsable de comunicación en una empresa de formación para trabajadores; Carolina, una mujer chilena de 31 años de clase media, fotógrafa de profesión que se mudó a Berlín por su pareja, un alemán; Bernt, un hombre danés de 32 años que trabaja en la Ericsson de Madrid e investiga para la Universidad Carlos III sobre historia política y filosofía de la democracia; Layla, una mujer de Ghana de 43 años, que llegó hace 13 años a Madrid para trabajar como empleada doméstica; y Philip, un hombre alemán politólogo/sociólogo de 28 años que trabaja como investigador adjunto para la Universidad de Hamburgo en temas de exclusión social en América Latina.

Entrevistas a las mujeres no europeas habitando Europa: ¿Mujer del tercer mundo?... ¿dónde?

La mujer del Tercer Mundo no está en estos relatos. Hay muchas mujeres con historias muy diversas, pero todas compartimos de alguna manera el vivir dentro del imaginario de quien nos convierte en la otra, aunque esa otredad sea una ficción que se revela cuando nuestras vivencias no dan cabida a la homogeneidad. Las historias narran vivencias que en muchos casos no se cruzan. Son historias de mujeres cuyas vidas están marcadas por pertenecer a clases económicas distintas y por experiencias diversas de racialización. Entre nuestros relatos no existe la unidad que justifique la expresión de Tercer Mundo como aquello en común19.

Carolina, chilena de clase media, nos cuenta que "a veces ha sido casi que un plus", el hablar de su otredad, pues existe curiosidad por conocerla, por conocer el sur exótico y llamativo. Ella es una mujer blanca y atractiva que tiene una profesión liberal, además de haberse insertado en Berlín por medio de su pareja, un hombre alemán. Por otro lado, Aida vive de su restaurante de comida senegalesa en Berlín y llegó junto a su esposo y por él, también senegalés. En un principio, su comida no fue valorada más allá de lo exótico, es decir, de lo otro, lo diferente: "Comida africana aquí en Alemania... la mayoría miraba el restaurante así (gesto de reticencia)".

Quyen siente que ella es identificada como una persona diferente, en cuya diferencia los bordeleses parecieran no encontrar ningún interés, ni por conocerla ni por integrarla. Mientras que Flor cuenta que pese a que nunca sintió ningún tipo de rechazo, cuando llegó detectó un trato distinto por su origen: "me parecía que por pertenecer a un país extranjero y sobre todo del Tercer Mundo me tenían que tomar mayor atención y era la pobrecita de la clase, como pobrecita que viene [...] bueno y pues sí, que lo estaba pasando mal". Con el relato de Quyen y de Flor, me sentí identificada.

Para Layla lo que marca su experiencia de otredad en Europa es ser negra:

Cuando entré en la habitación su hijo se acercó a mí y me preguntó "-Vicky, ¿en tu país hay árboles?", contesté que sí, que había muchos árboles como aquí, y me dijo "-así que en tu país dormís en los árboles" y dije "-¿qué? ¿Por qué me dices esto? ¿Quién te lo ha dicho?". Me dijo que su madre le había contado una historia de que en África dormíamos en los árboles. Y le dije: "-He venido aquí para ganar dinero, pero la casa en la que vivo es como tú casa, con una cama como la tuya y cuando me voy a la cama, mi cama tiene lo mismo que la tuya". La madre me dijo que por qué estaba hablando con el niño y le dijo al niño que no me preguntara muchas preguntas, así que le dije a la mujer que la dejaba. Otra vez le dije a una mujer española que ella y yo éramos iguales. Si ella se cortaba, le salía sangre y si yo me cortaba, salía sangre. Ella era una mujer y yo también, así que si nos desnudábamos, todo lo que ella tenía, yo lo tenía. La única diferencia es el color. Soy de color. ¿Entiendes lo que digo?

El tercer mundo es... allá20... "¡El tercer mundo está en España21¡"

En el caso de Flor y Carolina, este Tercer Mundo es habitado por mujeres que, pese a tener su misma nacionalidad, tienen unas condiciones diferentes a las de ellas. Diferencias que ambas remarcan en sus relatos. Estas dos mujeres latinoamericanas ubicaron el Tercer Mundo en las mujeres pobres de sus propios países y región, ninguna mencionó una región distinta. Quyen señaló África y Aida no ubicó el Tercer Mundo en ningún lugar.

Layla, tras resistirse a la pregunta sobre la ubicación del Tercer Mundo, afirmó fuerte y contestatariamente que el Tercer Mundo es donde hay desesperación por la pobreza y se sufre al enfrentarla, como por ejemplo, en España:

[...] el Tercer Mundo es que la gente llora, no hay dinero, hay dificultades, penurias [...] Quizá un español piensa que ahora vamos a morir porque no tenemos comida. Pero yo pienso que si algún día no tengo, ya llegará. Un español por ejemplo, piensa si no tiene, en cometer un crimen, robar, pero yo no.

El Tercer Mundo es donde se ubica la otredad. Ninguna consideró que su país o nosotras mismas perteneciéramos a esta categoría, aunque casi todas señalaron otro lugar u otras personas donde encontrarlo. Las latinoamericanas, pese a identificar sus regiones o países como parte del Tercer Mundo, se excluyeron a sí mismas afirmando que el Tercer Mundo son las otras mujeres, las que no tienen sus recursos. En palabras de Carolina: ¿La mujer del tercer mundo? No sé, se me vienen como imágenes de mujeres típicas de por ejemplo de Chile" y luego las describe como mujeres con muchos hijos y sometidas por el machismo.

Las vivencias de otredad parecen encontrar más puntos de toque en relación al origen racial y de clase. Las mujeres de clase media y blancas de rasgos occidentales, es decir, Carolina, Flor y yo, tenemos más experiencias en común que las mujeres que han conocido la migración desde experiencias de clase y raza diferentes22.

Lucía23 al igual que Carolina, Flor y yo, es latinoamericana. Ella vive en París sin papeles trabajando como niñera y viene de un contexto empobrecido de Ecuador. Al hablar sobre sí misma señala que sus rasgos son indígenas, si bien ella no es indígena y lo señala como un dato relevante en su cotidianidad. Su experiencia de migración tiene mucho más en común con la narración de Aida y de Layla que con la de Flor, la de Carolina o la mía. En las vivencias narradas por Aida, Layla y Lucía, el rol de la raza y/o la mala remuneración de los trabajos que desempeñan es determinante en su cotidianidad igualmente que la dependencia del ingreso obtenido por tales trabajos, con el cual se sostienen ellas mismas y con la que sostienen a otras personas en sus países de origen.

Fatou24 es una mujer de clase media de Costa de Marfil. Tiene 28 años, una licenciatura, dos máster y un bebé, vive en Burdeos hace algunos años. Al igual que Aida y Layla es africana, sin embargo su experiencia tiene más en común con la vivencia de Carolina, Flor y la mía, pero a diferencia de nosotras ella considera que el ser negra ha marcado negativamente su relación con los franceses: "al conocerme desconfían de mí, esperando que les pida dinero o algún favor'.

Con respecto a la relación frente a Europa, exceptuando a Carolina y a Flor, ninguna mujer estableció una relación entre Europa y sus diferentes lugares de origen y sin explicitarlo, pareciera que hablaran de mundos separados. La peruana y la chilena tienen en común -entre ellas y con los europeos entrevistados- una idea de Europa como meta para el Tercer Mundo, que existe en la medida en que aún no es como lo indica el parámetro europeo. También comparten que en sus relatos, una parte constitutiva del Tercer Mundo es la imagen de una mujer pobre y sometida por el machismo.

En su relato sobre la liberación femenina, la narración de Carolina define el tercer mundo desde el discurso del desarrollo donde el atraso frente a Europa se presenta como el parámetro de existencia e identificación para el Tercer Mundo. Dice Carolina que:

Acá [Alemania, Europa] ha empezado un poco antes, quizás, con esa idea de emancipación o de que la mujer debe tener la misma igualdad que un hombre, la necesidad de ganar lo mismo por el mismo trabajo. Creo que empezó antes. Allá creo que no es la misma. Allá [Chile] no hay tanta emancipación [...] nosotros igual siempre tenemos los ojos sobre Europa y Estados Unidos. Estados Unidos: ese modelo que siempre queremos seguir como el sueño americano. Por eso nuestros ojos son Estados Unidos y en Europa son los ojos en términos de liberación, de emancipación, de bienestar social. Se dice: "si tú vas a Europa es que va a estar todo bien". Como que esa es la idea que se tiene. Allá la gente gana muy buen dinero, gana lo que corresponde, la educación es lo que se merece y es gratis. Nosotros no la tenemos gratis. Las mujeres pueden vivir su vida como les parezca. En esas cosas están los ojos sobre Europa. Entonces yo creo que acá [Alemania, Europa] empezaron antes con eso y lentamente ha empezado allá, copiando quizás modelos de acá o fuerza de los grupos que se han levantado. Si allá lo han hecho, nosotros también tenemos que poder. Pero ha sido más, yo creo, hace poco.

Entrevistas a las europeas y los europeos habitando Europa: En tu tierra (¿en tu mundo?)... en tus labios

Al menos una parte del trabajo de tres de las cuatro personas entrevistadas está relacionada con la producción de conocimiento y el mundo académico. Estas tres personas coincidieron en rechazar la categoría del Tercer Mundo, sin embargo, a lo largo de toda su narración hablaron permanentemente sobre las generalidades de lo no europeo. Solamente Dominique, cuyo trabajo no está relacionado con la academia, no objetó la categoría y la definió como una categoría descriptiva en la que entran países pobres.

A pesar de ser cuatro personas muy distintas, con trabajos y vidas que parecieran no cruzarse más allá de pertenecer a la gruesa capa de la clase media europea, sus narraciones comparten casi por completo, una serie de ideas sobre lo que no responde al parámetro europeo. Cada cual las desarrolla a su manera, no obstante que los núcleos comunes son prácticamente idénticos.

En la narración de las y los cuatro se presentan los valores europeos como punto único de llegada. El único que somete a cuestión este asunto es Bernt, que es también el único que maneja un discurso explícitamente racista basado en lo que él llama socio-biología y -según mi interpretación sobre su narrativa- también se basa en la moral calvinista. Para él lo que no es europeo -explícitamente incluye a EE. UU., Australia y demás extensiones de Europa-, es una clara amenaza: "Si pudieran quedarse en su país y mejorarlo en vez de venir aquí, mejor". En función de esta creencia, considera que cada pueblo puede actuar como le parezca, siempre y cuando no amenace a Europa. La moral calvinista aparece al explicar sus privilegios: "Y creo que la razón principal por la que tenemos tantos privilegios es porque nuestros antepasados han trabajado fuertemente y han luchado y han ganado. Y claro los suyos25 han perdido".

Explícitamente, cuatro26 narraciones excluyen a Europa de las explicaciones frente a la falta de bienestar que todos los relatos señalaron como constitutiva del Tercer Mundo. No obstante, todas las personas construyen su relato utilizando la lógica de la otrificación contenida en la expresión tercer mundo y definen la otredad a partir de Europa. Coinciden en presentar firmemente los valores euro-referenciados como valores universales y supremos. Adicionalmente, definen el rol actual de Europa como el de guía benévolo, sin mencionar su rol hegemónico dentro del sistema mundo moderno-colonial.

En el caso de Carmen, toda su narración refleja los trazos de la modernidad-colonialidad desde la inconsciencia frente a su posición social privilegiada en función del sistema mundo moderno-colonial. Las mujeres del tercer mundo son "más vulnerables a ser victimizadas por los varones de su misma clase". La discriminación que pueden vivir estas mujeres "depende absolutamente de la cultura, del país, o sea de la cultural general del país y luego también del nivel democrático, del nivel de desarrollo de los derechos de las mujeres, etc.".

Al hablar de las luchas feministas y de las mujeres, en todas las narraciones estaba clara la idea de que todas las mujeres necesitamos lo mismo, es decir lo que las feministas europeas han señalado o lo que representa el ideal de mujer europeo. Allí se reproduce la hegemonía euro-referenciada desde una posición social privilegiada en función del sistema moderno-colonial. Si el humanismo naturaliza al hombre blanco europeo como punto cero, aquello que un humano es, la idea de la universalidad de la experiencia de otredad de la mujer europea frente al humano núcleo del humanismo, produce y reproduce igualmente el patrón de dominación moderno-colonial. En las narrativas el trazo de la modernidad-colonialidad se hace evidente cuando la categoría mujer toma un rol en la narración. La construcción de esta categoría, definida desde la hegemonía euro-referenciada es parte constitutiva de la otrificación que define al tercer mundo.

Según estas narraciones, las luchas y vidas de las otras mujeres se definen como vivencias equiparables a las de la mujer europea en un tiempo anterior. Se hace visible lo que Johannes Fabián llama la negación de la simultaneidad. Según Dominique, "yo creo eso, que en el Tercer Mundo las luchas de liberación son las que han vivido nuestras abuelas y ahora son diferentes porque nosotros ya hemos alcanzado un nivel de igualdad, bueno hemos entrado en una sociedad diferente de la que habían conocido nuestros abuelos". La narración de Carmen es muy clara al respecto:

Pues yo ahí soy más bien, a lo mejor muy absoluta. Yo creo que es la misma en otro tiempo histórico. Habla de atrás o adelante o lo que quieras. A lo mejor llevan otros ritmos o tendrás que incorporar cuestiones culturales, pero yo ahí sí que no... no suelo admitir mucha, no sé... yo creo que la lucha de las mujeres es la misma, es ser iguales y eso pasa por tener derecho a autodeterminarse y eso incluye también y fundamentalmente el derecho a tu cuerpo, a la sexualidad, o sea, los derechos sexuales, los derechos reproductivos [...].

Para Bernt existe algo como la naturaleza de ser mujer que todas comparten en todo el mundo. Él dice "yo creo también que es más fácil seguir su propia naturaleza, sus instintos, como mujer en el Tercer Mundo que aquí, porque hay más demandas y más conflictos aquí", entendiendo este instinto bajo la definición decimonónica y europea de femineidad. Esto queda ilustrado en un comentario anterior, en el que explica por qué puede ser más difícil ser mujer en Dinamarca:

Ahora mucha gente ve mal a una mujer que dice que lo que ella quiere es ser madre, hacer lo mejor para sus hijos y hay gente que dice: "-¿pero no tienes objetivos más grandes en tu vida?". Y si yo lo oigo pienso: "pero, ¿qué puede ser más grande que dar vida, que cuidar una familia?. Siempre, cuando veo a mi suegra, que hay mucha gente que dice: "-ella no ha trabajado", a mí me parece que trabaja todo el rato, que ha trabajado toda su vida, y tengo un respeto inmenso por ella. Me impresiona todo lo que ha hecho por su familia y sigue haciéndolo [...].

Según todas las narraciones al señalar aquello que es el Tercer mundo, el parámetro es la riqueza material y la institucionalidad de los valores europeos naturalizados por quienes narran como metas universales. En sus narraciones, Europa no tiene ningún rol en la actualidad más allá de ser un benefactor en tanto garante de Los valores universales y una guía en tanto materialización del progreso.

Cuando Carmen define el Tercer Mundo dice: "un primer vistazo en África, en los países más pobres y lo mismo pues. no democracia y no derechos humanos", en este orden de ideas, este se situaría en relación al referente europeo "entraría una cuestión racial, étnica fundamentalmente, es decir, creo que no entraría en nuestra categoría de mujer del Tercer Mundo una licenciada argentina, por ejemplo. Pero sí una indígena peruana". La naturalización de lo europeo como parámetro está muy presente también en la narrativa de Philip cuando menciona cómo América Latina está dejando de ser del tercer mundo:

Yo creo que son trayectorias largas de educación en las familias que les permiten recibir títulos educativos en el extranjero. Es una cosa que crea mucha riqueza, yo creo. Últimamente hay muchos latinoamericanos que viven en Estados Unidos y han sido educados, yo creo que también hay unos vínculos que crean riqueza incluso en Latinoamérica (el subrayado es nuestro).

Bernt también ubica a Europa como referente natural de progreso, aunque a diferencia de las otras personas él considera que Europa no tiene ningún rol en el mundo en razón de su progreso, esta solo debe defenderse, no guiar. Según él, Europa está mejor que el resto del mundo gracias al trabajo de su pueblo:

En realidad creo que ellos, los no europeos se aprovechan más de nosotros que al revés, pero claro nosotros también nos aprovechamos. Muchos de ellos se aprovechan por la estupidez de nuestros líderes que hablan sobre cosas como derechos humanos que son inventos del Renacimiento e incluso no tanto, la Ilustración y la Revolución Francesa que fue una violencia contra la historia y la continuidad histórica.

En conclusión

El dispositivo tercer mundo es una expresión de la hegemonía instaurada en la modernidad-colonialidad y un dispositivo a través del cual este sistema se expresa y se reproduce interviniendo en la asignación de privilegios y exclusiones. Por consiguiente, en las vivencias de quienes asumen las posiciones sociales privilegiadas y de aquellos que asumen las exclusiones derivadas de su funcionamiento, es posible observar el patrón de reproducción de una hegemonía euroreferenciada, dándonos pistas sobre los trazos de la modernidad-colonialidad en el presente.

El discurso hegemónico analizado en las narraciones del grupo de Europa sobre la categoría tercer mundo está definido por la suplantación de la voz de lo no europeo por un discurso desde el cual se define la diferencia con el parámetro eurocéntrico. Todas las narraciones del grupo de Europa están articuladas sobre elementos comunes, claramente se trata de un mismo discurso narrado por distintas personas.

El discurso hegemónico no resultó visible en las narraciones del grupo de Europa. En el grupo del tercer mundo la expresión tercer mundo se utiliza como dispositivo para encarnar aquello que por definición no es como yo, la otredad. El patrón de dominación moderno-colonial se devela en las narraciones de ambos grupos. En las narraciones de ambos es posible identificar el funcionamiento de la expresión tercer mundo como dispositivo de otrificación y reproducción de la hegemonía eurocéntrica.

Es especialmente notable que al definir el tercer mundo, para todas las personas europeas entrevistadas, se hizo necesaria alguna referencia a la mujer dentro de su definición global del tercer mundo. En las narraciones, la definición de aquello que ella es, encarna la prueba del atraso cronológico de su contexto tercermundista con respecto a Europa.

En el grupo del tercer mundo, las experiencias cotidianas -al estar definidas desde las marcas de clase, raza y genero/sexualidad- son testimonio de la vigencia del sistema moderno-colonial de asignación de recursos materiales y simbólicos. Al observar la narrativas del grupo del tercer mundo, la imbricación de la clase, la raza y el género/sexualidad se develaron como elementos fundamentales en la configuración de la posición social desde la cual se construyen dichas las experiencias, siendo así las marcas dejadas por estas categorías en la experiencia de dominación, trazos claros de la modernidad-colonialidad.

En las narrativas analizadas no existen rastros de experiencias comunes que permitan establecer la existencia de continuidades que justifiquen la homogenización bajo la categoría de tercer mundo. La única continuidad más o menos existente entre las narrativas, fueron las experiencias de otredad vividas en el contexto común de la migración y esta continuidad se remitía más bien al hecho de compartir la experiencia de la migración que a vivencias similares concretas.

En el discurso hegemónico la definición de la mujer del tercer mundo como un todo homogéneo era parte constitutiva de aquello que define al tercer mundo como categoría. Al analizar las experiencias concretas de las mujeres del grupo del tercer mundo se devela que los pocos elementos comunes tienen que ver más con vivencias desde la raza y la clase que a una supuesta pertenencia compartida a la experiencia como mujer. Esta otredad compartida como mujer solo resulta equiparable desde la perspectiva eurocéntrica y es precisamente en esta interacción que esta experiencia se convierte en un denominador común. Más allá de esto, no es posible establecer en las narraciones ninguna forma de homogenización de la experiencia de dominación.


Pie de página

4Conceptos como occidente, tercer mundo o primer mundo, Europa y Europa Occidental son en sí mismos problemáticos en tanto su solo uso supone la aceptación de su existencia como parámetro. Los usos para señalar y denunciar una realidad que debe ser modificada. Estos son útiles porque permiten develar el entramado de relaciones de colonialidad en los que cobran sentido. No pretendo insinuar que Europa o TercerMundo sean realidades homogéneas en sus objetivos o intereses.
5Sobre cómo la colonialidad persiste luego del fin del colonialismo ver: Césaire, Aimé (2006); Lugones, M. (2008); Fanon (1999); Quijano, Castro-Gómez y Grosfoguel (2007).
6No intento sugerir una similitud entre quienes desde la perspectiva hegemónica pertenecen a este grupo.
7Hago referencia a la incisión de Frantz Fanon que señala como fundacional para el colonialismo, aunque no me ciño al modo en que él la definió, dándole forma a lo largo de este trabajo.
8Al hablar de eurocéntrico pretendo hacer referencia a la dimensión geográfica de Europa como continente. Al hablar de euroreferenciado quiero hacer referencia a la sociedad creada desde la mundialización del modelo europeo a través de las diferentes etapas del colonialismo.
9Al hablar de patrón me estoy remitiendo a la teoría de la arquitectura. Esto no implica de ningún modo un análisis del mundo social que pretenda homologar las lógicas de la construcción social a la construcción arquitectónica. Sin embargo, considero que las reflexiones en torno a aquello que genera un patrón en la arquitectura me dan elementos lingüísticos suficientes para que a partir de ellos pueda considerar sus posibilidades frente al análisis del mundo social. La definición original de Cristopher Alexander (1979) en su famosa obra The timeless way of building es: "El patrón es, resumiendo, al mismo tiempo una cosa que tiene su lugar en el mundo, y la regla que nos dice cómo crear esa cosa y cuándo debemos crearla. Es al mismo tiempo una cosa y un proceso; al mismo tiempo una descripción de una cosa que tiene vida y una descripción del proceso que la generó".
10Para construir la definición de patrón de dominación moderno-colonial que presento acá, tomé como base el concepto de patrón colonial formulado por Aníbal Quijano, releyéndolo a la luz de otras interpretaciones sobre la modernidad-colonialidad para generar una reformulación propia.
11Hago referencia a lo que Johannes Fabian llama la negación de la simultaneidad (negation of coeval-ness). Ver Aníbal Quijano (1992)
12Para profundizar en este punto ver: Lander y Castro-Gómez (2000), Curiel (s. f.), Escobar (2004), Castro-Gómez (2005), Wallerstein y Mastrángelo (1996).
13En palabras de la autora "es importante entender hasta qué punto la imposición de este sistema de género fue tanto constitutiva de la colonialidad del poder, como la colonialidad del poder fue constitutiva de este sistema de género. La relación entre ellos sigue una lógica de constitución mutua. Hasta aquí, debería haber quedado claro que el sistema de género moderno, colonial no puede existir sin la colonialidad del poder, ya que la clasificación de la población en términos de raza es una condición necesaria para su posibilidad" (Lugones, 2008, p. 93).
14Esta conclusión la extraigo teniendo en cuenta la definición de interseccionalidad de Camila Esguerra y Bello Ramírez presentada en el documento citado. La definición original de las autoras es la siguiente: "Interseccionalidad: Es un enfoque y una perspectiva que busca comprender el funcionamiento de las opresiones entrelazadas como una "matriz de dominación" (Hill Collins, 2000), en la cual no existen categorías de poder jerarquizadas o sumadas, sino ejes de poder entretejidos que configuran redes de posiciones sociales estructuradas por la inseparabilidad de las categorías de género, raza, clase, sexualidad, edad, capacidad, entre otras categorías de diferencia".
15Al hablar de categoría viva me refiero a que aún es usada como herramienta para la generación de conocimiento legitimo, entendiendo por este aquel que se ajusta al ritual de producción de conocimiento que desde la perspectiva moderno-colonial se define como académico, y así, legítimo.
16Ver Escobar (2011) Encountering Development. The Making and Unmaking of the Third World para más información sobre el contexto de emergencia de la expresión tercer mundo.
17Yo soy una de las entrevistadoras al mismo tiempo que autora de este artículo y la otra entrevistadora es Iris Vera, una periodista madrileña y una de la personas más empáticas que he conocido, cuyo talento y capacidad para compartirse y conocer en la palabra hizo posible estas entrevistas y este trabajo. Al momento de hacer las entrevistas y redactar este texto, Iris se definió de esta manera: "Yo Iris, quien entrevista, soy una mujer blanca española de clase media obrera que busca trabajo en relaciones internacionales". Frente a lo que yo me definí como una mujer blanca colombiana de clase media, migrante en Paris-Francia, que para el momento de hacer estas entrevistas trabajaba de niñera mientras realizaba mi doctorado en ciencia política y género.
18Estos nombres no corresponden con los nombres reales de las personas entrevistadas.
19De hecho solo para las tres latinoamericanas de clase media cercanas a lo europeo, donde me incluyo, existe una idea clara de Tercer Mundo.
20Esta frase hace alusión a las entrevistas de Flor y Carolina.
21Fragmento de la entrevista a Layla.
22Esto lo pude concluir incluyendo a las dos mujeres cuya entrevista formal no pudimos obtener, pero cuyas historias conocí mediante conversaciones informales previas que ellas autorizaron emplear para el análisis de este trabajo.
23Lucía es un nombre que no corresponde al real y ella es una de las dos mujeres cuya entrevista no pudimos obtener por razones ajenas tanto a Lucía, como a Iris y a mí. Tuve acceso a su narración por medio de una persona en común a quien ella autorizó para transmitirla. No obstante, no tomo su historia sino como referencia y no la incluyo junto a las narrativas de quienes sí pudimos entrevistar o con quienes compartimos espacios íntimos de conversación sobre el tema.
24Fatou es un nombre que no corresponde al real y ella es una de las dos mujeres cuya entrevista no pudimos obtener por razones ajenas tanto a Fatou, como a Iris y a mí. Tuve acceso a su narración porque compartimos espacios íntimos de conversación sobre el tema, que ella me autorizo a incluir en este escrito. No obstante no tomo su historia sino como referencia y no la incluyo junto a las narrativas de quienes sí pudimos entrevistar.
25Los suyos hace referencia a los lugares que él incluye dentro de la categoría tercer mundo.
26Es decir, todas excepto la de Dominique -que rechaza la categoría de Tercer Mundo en razón de que la realidad y las categorías han cambiado.


Referencias

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