SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.29 issue57The Mobilizations of February 4th and March 6th, 2008 Reading Social Representations in the National Press DiscourseCommunication as a Process of Citizenship and Political Agency Construction in Youth Collectives author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Signo y Pensamiento

Print version ISSN 0120-4823

Signo pensam. vol.29 no.57 Bogotá July/Dec. 2010

 

Medios de comunicación y opacidad del conflicto de la Universidad del Cauca

Mass media and the opacity of Universidad del Cauca s conflict

HERNÁN RODRIGUEZ, DIEGO CHAVEZ E ISABEL ANGELICA ORTEGA*

* Hernán Rodríguez Uribe. Colombiano. Comunicador social y periodista colombiano, magíster en Comunicación, de la Pontificia Universidad Javeriana, docente universitario y director del grupo de investigación 'Comunicación para la ciudadanía'. En la actualidad se desempeña como director de la Tecnología en Comunicación Social y Periodismo de Unicomfacauca (Popayán) y como docente ocasional de la Universidad del Cauca. Correos electrónicos: hrodríguez@unicomfacauca.edu.co - hruribe@gmail.com

* Diego Chávez. Colombiano. Comunicador social de la Universidad del Cauca, miembro del grupo de investigación 'Comunicación para la ciudadanía'; se desempeña como editor de medios de comunicación e información de Unicomfacauca. Correo electrónico: dchavez@unicomfacauca.edu.co

* Isabel Angélica Ortega. Colombiana. Egresada de Tecnología en Comunicación Social y Periodismo, de Unicomfacauca, e integrante del grupo de investigación 'Comunicación para la ciudadanía'. Correo electrónico: angelikortega69@hotmail.com

Submission date: April 29th, 2010 Acceptance date: May 28th, 2010

Recibido: Abril 29 de 2010 Aceptado: Mayo 28 de 2010


Como plantea Victoria Camps: "la información como reflejo de la realidad es un mito. Se trata, en verdad, de dar a conocer lo que ocurre. Pero también se trata de dar forma a eso que ocurre". Pero ese ejercicio de "formatear" la realidad no es aséptico, ya que conlleva omisiones, exclusiones, silencios que terminan presentando verdades a medias, como ocurrió con el cubrimiento informativo que hicieron dos medios de comunicación locales acerca del conflicto de la Universidad del Cauca en 2007, y que pone un manto de duda sobre la función social de los mass media en la construcción de prácticas ciudadanas y en el fortalecimiento de la democracia

Palabras Clave: medios de comunicación, ciudadanía, esfera pública, universidad pública, movimiento estudiantil.

Descriptores: Medios de comunicación de masas. Movimientos estudiantiles. Cubrimiento periodístico.


As Victoria Camps puts it: "[to take] information as a reflection of reality is a myth. What it really deals with is with the disclosure or exposure of the things that happen... and, at the same time, shaping that which in fact happens". Yet, the act of giving reality a "format" is not an aseptic exercise, since it implies omissions, exclusions, and silences that end up presenting half-truths, as was the case with the way two local newspapers covered Universidad del Cauca's conflict in 2007, fact which raises questions as to the social function of mass media in the construction of citizenship skills and the strengthening of democracy.

Keywords: mass media, citizenship, public sphere, public university, student movement.

Search Tags: Mass media. Student movements. Press coverage.


Origen del artículo

Este artículo da cuenta de la investigación Papel que cumplieron dos medios de comunicación del Cauca en la construcción de ciudadanía, en el caso del conflicto de la Universidad del Cauca, realizada con recursos de la Vicerrectoría de Investigaciones, de la Institución Universitaria Tecnológica de Comfacauca (Unicomfacauca).

Introducción

Esta investigación surgió a partir de la percepción inicial del conflicto de la Universidad del Cauca, que también vivió el conjunto de las universidades públicas del país en el primer semestre de 2007, y la manera como fue presentado a las audiencias caucanas, a través de los medios de comunicación locales.

Durante esa coyuntura, el manejo efectuado por los medios informativos payaneses pusieron en evidencia varios aspectos:

• La guerra de los comunicados, por medio de los cuales los actores del conflicto expresaban sus posiciones frente a la situación que estaban viviendo.

• La queja frecuente de miembros de la comunidad universitaria y de ciudadanos que acusaban una gran desinformación respecto al conflicto.

• La ausencia de voces diferentes a las de la comunidad universitaria que pudieran emitir sus conceptos y opiniones frente al conflicto, dado que la Universidad del Cauca es una institución pública con gran impacto regional.

Las percepciones iniciales del conflicto y su manejo mediático nos permitieron proponer una hipótesis como planteamiento del problema, que orientaría el ejercicio investigativo que se planteó: el manejo de la información por parte de los medios de comunicación acerca del conflicto de la Universidad del Cauca no permitió contribuir a la construcción de ciudadanía democrática.

Pensamos la ciudadanía no sólo como la "reivindicación y reconocimiento de derechos y deberes de un sujeto frente a un poder" (Garretón, 1995, p. 102), sino, también, como la "identidad superior de la vida pública" en las sociedades democráticas, lo que implica que todas las identidades parciales pueden coexistir, en la medida en que estén arropadas por la identidad ciudadana, concepto que trasciende el antiguo reduccionismo que situaba lo ciudadano como una disposición para la acción electoral y la ubica, mejor, como una serie de disposiciones prácticas para existir en la vida colectiva, lo que permite reconocer la diferencia, admitir al extraño (Serna y Useche, 2004).

Por tanto, la democracia, como sistema político, y la ciudadanía, como condición de existencia en ella, son parte de la estructura del sistema social al cual pertenecen las instituciones educativas en cualquiera de sus modalidades, los medios de comunicación de cualquier carácter y el entorno urbano.

Seleccionamos el periódico El Liberal por ser el principal diario del Cauca, de circulación departamental y de carácter privado; y el programa La Franja, espacio por el cual se difundió la información pertinente al conflicto de la institución, de Radio Universidad del Cauca, 104.1 fm, que se ubica en la categoría de emisoras educativas universitarias, según la reglamentación del Ministerio de Comunicaciones, y por ser uno de los órganos de difusión con que cuenta el Alma Mater.

El conflicto enclaustrado

La descripción del contexto pone de manifiesto la tensión que se genera entre dos actores fundamentales en este escenario educativo: por un lado, la Universidad del Cauca (en adelante Unicauca), debido a su condición de entidad de carácter público con responsabilidades definidas desde la Carta Política. Por otro lado, el movimiento estudiantil, con su condición de actor social privilegiado, en cuanto miembro de la comunidad educativa y razón de ser del quehacer universitario, y como movimiento social con reivindicaciones propias soportadas en su propuesta del tipo de orden social que desean, y con un adversario, en este caso el Estado, representado por la institución universitaria, ante quien hacen sus exigencias, que son parte de la motivación de este conflicto.

Las dimensiones del conflicto

En primer lugar, tenemos la Universidad del Cauca, la mayor institución pública de educación superior del departamento, creada en 1827 por iniciativa de Francisco de Paula Santander; con 9 facultades, 63 programas académicos de pregrado y 52 de posgrado; integrados por cerca de 14.000 estudiantes y unos 2.000 empleados de planta y ocasionales, o contratistas en la docencia, la administración y los servicios; con el Centro de Educación Abierta y a Distancia, y con un presupuesto anual que en 2007 alcanzó los $100.000 millones, lo que representa el 64% del presupuesto de Popayán, que para el mismo año fue de $157.000 millones, aproximadamente.

Esa relevancia por la incidencia en la vida económica, política, social y cultural de la región ameritaría el amplio cubrimiento por parte de los medios de comunicación de mayor alcance e incidencia en el departamento, para que la ciudadanía estuviera informada acerca del desarrollo de los acontecimientos, pues cualquier tipo de desenlace afectaría positiva o negativamente al conjunto de la sociedad payanesa y caucana.

En segundo lugar, tenemos un conflicto aún no resuelto, que ha afectado al conjunto de la universidad pública del país y que generó la movilización nacional que vivimos durante el primer semestre de 2007, motivado por políticas del 'Plan nacional de desarrollo 2006-2010', como el autofinanciamiento y el cubrimiento de obligaciones de tipo pensional que originalmente han estado a cargo de la nación, entre otros aspectos.

El cumplimiento de este mandato ocasionó que la universidad pública haya debido cambiar sus objetivos y propósitos, lo que implica la lenta, pero segura privatización de los distintos programas y servicios, e impide la gratuidad o subsidio de las matrículas de los estudiantes de menos recursos, la existencia de residencias universitarias, el mantenimiento y expansión de programas de becas, y el ofrecimiento de cursos y espacios académicos gratuitos para la comunidad académica y, mucho menos, para la comunidad en general, entre otros efectos.

En tercer lugar, tenemos el movimiento estudiantil de la Unicauca, que, al igual que sus similares en el resto del país, ha venido afrontando diferentes e importantes tareas en defensa de la educación superior pública estatal.

Durante esta coyuntura, en el claustro de Santo Domingo, el 12 de abril de 2007, los estudiantes declararon asamblea general indefinida, que luego desembocó en la toma de esa sede, cuyo colofón es la recuperación del espacio institucional por la fuerza pública, lo que concluye esta expresión del conflicto, pero sin solución a la vista del problema de fondo.

Cubrimiento "encubierto"

Esta investigación se realiza a partir de la metodología de análisis de contenido, un método que estudia y analiza la comunicación de una manera sistemática, objetiva y cuantitativa, con el propósito de encontrar variables de medición; para ello hemos seleccionado la perspectiva que compara el contenido de los medios con el mundo real, que permite analizar la congruencia de la presentación de los medios y la situación real (Wimmer y Dominick, 2001, p. 135).

Debido a que la investigación se centra en un hecho trascendental para los ciudadanos del departamento, las unidades de análisis de muestreo que se trabajaron se basan en la información periodística del hecho noticioso que constituyó el conflicto de la Universidad del Cauca en 2007, y que fue publicado por el diario El Liberal y emitido por el programa La Franja, en la emisora Unicauca Estéreo fm.

Por información periodística compartimos lo propuesto por Germán Rey, que la entiende como: "el texto que contiene un titular (antetítulo, título y subtítulo), un cuerpo informativo (la información que desarrolla ese titular) y unos recursos visuales (fotografías o infografías)" (2004, p. 77).

En el caso de El Liberal, por sus características como diario impreso dedicado a la presentación de noticias, nos centramos exclusivamente en los géneros periodísticos que desarrollan la información noticiosa (noticias, breves, crónicas, reportajes, entrevistas, informe especial), y descartamos los géneros de opinión, como los editoriales, columnas de opinión, comunicados a la opinión pública y toda clase de información que no tenga ese carácter. Respecto al programa La Franja, lo elegimos por ser un magacín que aborda diferentes temáticas de coyuntura, y descartamos aquellos que manejan otros formatos, como las radiorrevistas, que abordaron el tema de manera tangencial.

En tal sentido, debe aclararse que la emisora no tenía en ese momento, dentro de su parrilla de programación, noticieros que manejaran el hecho noticioso, sino diferentes programas educativos y culturales. Visto lo anterior, tanto las noticias publicadas en El Liberal como las opiniones emitidas en La Franja son consideradas unidades referenciales, en cuanto nos permiten cerciorarnos del modo como se describe un fenómeno existente.

Del Proyecto Antonio Nariño que en 2003 realizó un estudio-monitoreo de la información de doce diarios del país, retomamos diversos estándares de calidad periodística que consideramos pertinentes para nuestra investigación y que están relacionados con los siguientes aspectos:

• La independencia de los periodistas para ofrecer de manera libre su información a la comunidad, luego de consultar, cotejar y contrastar diversas fuentes.

• El pluralismo, referido a la posibilidad que tienen diversos actores y sus comprensiones de ser tenidos en cuenta en la elaboración de la información.

• La contextualización que muestre el desarrollo histórico, las coordenadas geográficas rigurosas, las causas y consecuencias de los acontecimientos y fenómenos analizados.

• La imparcialidad, referida a no tener prejuicios, proceder de manera justa, con amplitud de criterios, de manera equilibrada y sin sesgos.

• La precisión, referida a la investigación exhaustiva y la adecuada verificación de los datos.

• La memoria, que permite la continuidad, la relación entre los acontecimientos y la elaboración de relatos que llenen los vacíos y los olvidos fortuitos e intencionados.

• La narración creativa, asociada con contar los hechos por medio de los distintos géneros periodísticos, con el fin de que los lectores queden adecuadamente informados y puedan elaborar su propia opinión de los acontecimientos (Rey, G. [ dir.] et al., 2004, pp. 68-69).

Retomamos siete categorías de análisis definidas en el Proyecto Antonio Nariño y cuantificamos y valoramos la información contenida en estos dos medios de comunicación, teniendo en cuenta aspectos como ubicación y construcción de la información, coherencia informativa, origen/procedencia de la información, pluralidad, exactitud y manejo de las fuentes de información, los temas de la información, la información visual (para el impreso) y la calificación de la información por parte del medio.

Lo que emergió

En este punto hicimos un análisis comparativo del manejo de la información por parte de los medios que, aunque poseen estructuras y características distintas que son propias del soporte mediático, sí muestran tendencias respecto al tema tratado.

Ubicación y construcción de la información

Esta categoría mide la cantidad de veces que aparece la información en relación con los demás temas tratados, las formas como se construye la información y el espacio que se le asigna respecto a la relevancia del tema. Iniciamos al señalar la poca cantidad de información acerca del conflicto brindada por los dos medios (el 1% del total de la información de El Liberal y el 7% en el programa La Franja), lo que permite inferir la poca importancia que tuvo esta situación, a pesar de la alta incidencia de esta institución en la vida económica, política, social, educativa y cultural del departamento.

Ya lo indicaba claramente el pnud, en el Informe de desarrollo humano para Colombia-2003: El conflicto, callejón con salida, cuando afirmaba:

Los medios son el escenario donde el diálogo público tiene lugar. Solamente las personas que hablan por los medios existen para el público, y si un hecho no es registrado por los medios no existe para el público. Los medios son pues quienes dibujan el "mapa" de la comunidad: la primera página de un gran periódico define quién "existe" y cuál es la agenda de interés colectivo en cada sociedad, cuáles problemas se atienden y cuáles se ignoran, a quién se le hace caso y a quién no. Por eso, la cobertura de los medios tiene que ser completa y balanceada. (2003, p. 437)

Lo anterior sugiere que estos dos medios "toman partido" en el conflicto, al hacerlo invisible con una baja cobertura, además incompleta y desbalanceada, en contravía de la función social que deben cumplir los mass media, como lo propone el investigador Germán Rey (1996, p. 22), en aspectos como el papel que desempeñan en la construcción de la opinión y el lugar que ocupan como interlocutores desde la sociedad civil, desde el Estado y como partícipes de las veedurías ciudadanas.

Además, el carácter de noticiabilidad de un suceso está dado por uno de los elementos que caracterizan el acontecimiento hoy, en la dinámica massmediática: la implicación, referida al número y el tipo, la cantidad y la calidad de personas concernidas en el acontecimiento, que en este caso impacta no sólo a la comunidad universitaria, sino a la comunidad en general de Popayán y del Cauca. Por eso llama la atención la poca trascendencia que se le da al hecho noticioso, a pesar de su implicación y el grado de jerarquía de los sujetos implicados en el acontecimiento, el impacto local y regional, y su importancia y significado respecto a su evolución futura, como planteaba Mauro Wolf (1991, pp. 228-248), al referirse a los valores/noticia.

También es importante señalar que El Liberal considera que el tema del conflicto de Unicauca es de carácter local y sólo adquiere la condición de problema de orden público por una sola vez (3%), cuando intervienen las fuerzas policiales, por medio del escuadrón antidisturbios esmad, para desalojar a los manifestantes que habían ocupado la sede de Santo Domingo. Por su parte, el programa La Franja de la emisora de la universidad ubica la información en las secciones Hoy en la universidad y Hechos del día, en su orden, lo que es un indicador de la poca trascendencia que se le da al conflicto, al incluirlo en estos fragmentos y no ser el tema central del programa, con una sola excepción.

Para Wolf, los valores/noticia también tienen en cuenta la presentación de la noticia, la cantidad de tiempo al aire dedicado a su transmisión o la extensión que ocupa en la estructura del medio comunicativo, que por la trascendencia del hecho noticioso estudiado presenta un evidente desequilibrio que se podría interpretar como una manera de opacidad del acontecimiento, ya porque no se considera muy relevante o porque se asume que es un asunto de la órbita interna de la institución universitaria y sus actores. También, se podría deducir que estos medios asumieron el criterio de "protección", que, según Wolf, es quitarle a determinados hechos o acontecimientos el carácter de noticiabilidad, con la pretensión de no generar traumas o ansiedad al público, práctica muy común, denominada "autocensura", en las empresas periodísticas colombianas.

En palabras de Victoria Camps, "la información selecciona, da relieve, a aquello que, según el informante, merece tenerlo" (1996, p. 174). También es interesante destacar que para El Liberal el conflicto universitario, aunque con poco despliegue respecto al total de la información, tuvo relevancia en las ediciones en las que salió publicado, pues figuró en la primera página el 43% de las veces. Caso contrario ocurrió con La Franja, en el que sólo apareció una sola vez (6%) en la sección "Presentación", equivalente a la primera página del periódico impreso.

Lo anterior permite señalar una paradoja: le dio más relevancia al conflicto, con las limitaciones señaladas hasta el momento, el periódico privado El Liberal que el programa La Franja de Unicauca, que se supone debería liderar la información y discusiones públicas sobre este conflicto. Esto también se reafirma cuando El Liberal ubica con prioridad el 54% de la información en el primer cuadrante de la primera página, mientras que La Franja sólo lo referencia una vez (6%) como tema central del programa.

Para El Liberal, el énfasis en el tratamiento del tema está puesto en la noticia y las breves, como género periodístico que permite el recuento inmediato de los hechos, con muy bajo despliegue informativo e investigación, que se evidencian en el poco análisis noticioso del conflicto. Más preocupante es lo realizado desde el programa La Franja, en el que predomina la lectura escueta de los comunicados a la opinión pública sin ningún tipo de análisis ni elaboración, indicativo de la autoinvisibilidad del conflicto, que elimina, en gran porcentaje, la intervención de los periodistas y comunicadores, quienes desde su ejercicio profesional convierten un suceso en noticia, por medio de las narrativas que se construyen desde los géneros periodísticos, como resultado del procesamiento de la información.

En tal sentido, el uso de la entrevista y del informe especial, como géneros periodísticos que implican seguimiento y análisis de la información, se aplicó en un porcentaje reducido frente al énfasis puesto en los comunicados, lo que sugiere un alto grado de desinformación de las audiencias, en especial las de la comunidad universitaria, que estaba expectante frente al desarrollo y desenlace de los acontecimientos.

Para Valerio Fuenzalida, los géneros en cuanto formas del contenido: "'formatean' la materia de modo diverso, con lo cual nos entregan modos diversos de comprender un contenido temático con puntos de vista diferentes, según los actores sociales involucrados" (1999, p. 350). En ese sentido, la lectura escueta de los boletines de prensa es la divulgación de un material sin forma, lo que pone en entredicho la calidad de la información periodística asociada con distintos parámetros, como la importancia y noticiabilidad de los acontecimientos según las necesidades del público, y los valores/noticia utilizados por el periodista en el proceso de producción noticiosa.

En relación con la autoría de la información, en El Liberal el medio la asume por medio de la coordinación periodística, mientras que en La Franja la responsabilidad recae sobre los autores del respectivo comunicado; es decir, elude toda responsabilidad acerca de la información transmitida. Esto podría ser indicativo de pautas expresas o veladas de la dirección de la universidad para evadir el debate sobre el conflicto, la falta de profesionalismo y de ética en el tratamiento de la información... o todas las anteriores.

Coherencia informativa

En lo relacionado con la concordancia existente entre titular, texto e imagen (en El Liberal) y entre presentación y desarrollo de la información radial (en La Franja), encontramos que en el impreso es clara la coherencia informativa entre el titular y el cuerpo de la información, y entre ésta y la imagen que le sirve de soporte.

Por su parte, la falta de coherencia en el programa La Franja se evidencia en que no hay procesamiento de la información, al limitarse, en un amplio porcentaje, a la lectura de los comunicados a la opinión pública emitidos por los distintos actores del conflicto. Entonces queda la pregunta, ¿cuál es el papel de los periodistas en la elaboración de la información noticiosa si se limitan a leer dichos comunicados?

Origen/procedencia de la información

En cuanto a la calidad de la información de acuerdo con su procedencia, en los medios analizados un importante porcentaje de la información suministrada procede de las sedes de la universidad, lo que indica que se privilegia lo manifestado por los actores directos del conflicto, es decir, la comunidad universitaria, y se excluyen otras informaciones de distinto origen y de otros actores sociales que pudieran contribuir a profundizar el debate y aportar otras miradas, desde su condición de ciudadanos preocupados por "la cosa pública". Concordante con esto, la información visual en su mayor parte es aportada por el periódico para complementar lo que dicen los actores de la comunidad universitaria.

Pluralidad, exactitud y manejo de las fuentes de información

Respecto a la importancia de las fuentes utilizadas en la construcción de la información, encontramos que los dos medios coinciden en apelar, mayoritariamente, a una sola fuente; es decir, una sola versión de la situación, lo que se refuerza cuando se citan dos fuentes o más con posiciones similares, lo que no posibilita otros puntos de vista que den paso a la confrontación y al debate.

En el caso de El Liberal, esta visión uniforme del conflicto se profundiza con la presentación de un importante volumen de información (37%) que no registra fuentes; es la versión exclusiva del periódico. Por su parte, en La Franja lo que se informa sobre el conflicto es fundamentado en las fuentes que siempre son citadas y que evidencian un importante equilibrio entre posiciones similares y disímiles respecto a dicho conflicto.

Por otra parte, ambos medios coinciden en consultar sólo una fuente en el género breves, que en este caso es el comunicado a la opinión pública emitido por los actores del conflicto, dos fuentes en el género noticia, dos o tres para las entrevistas y tres o más para el informe especial. Esto permite identificar una especie de "estratificación" del género periodístico en relación con el número de fuentes consultadas; así, las breves y las noticias son géneros periodísticos menores que sólo ameritan la consulta de una o dos fuentes, mientras que el informe especial está mejor "posicionado" o es de categoría superior, y eso lo hace merecedor de poder contar con más de tres fuentes.

Aquí aparece un contrasentido entre lo que plantea la academia al considerar la noticia como el género periodístico más importante en el ámbito informativo, frente a una práctica que lo empobrece, al reducir a su mínima expresión su savia fundamental: las fuentes. También aparece una diferencia entre los dos medios, en relación con la proximidad de las fuentes. El Liberal cita con mucho énfasis las fuentes secundarias, que son las que no tienen proximidad directa a los acontecimientos, lo que demerita la calidad de la información, mientras que La Franja hace su mayor énfasis en el uso de las fuentes primarias, conformadas prioritariamente por los actores de la comunidad universitaria, lo que ratifica el equilibrio entre las posturas similares y disímiles respecto al conflicto de Unicauca.

Por otra parte, los dos medios otorgan gran credibilidad, aunque en distintas proporciones, a las fuentes oficiales que se materializan en los comunicados de los actores de la comunidad universitaria, y dejan al margen a otros actores sociales que en su condición de ciudadanos tienen el derecho a hablar de ese conflicto. En otras palabras, parafraseando el eslogan de Las Vegas: "lo que pasa en la universidad se queda en la universidad". Podríamos interpretar que ésta es una forma velada de exclusión de otros actores sociales para que no intervengan ni opinen en la situación que está viviendo el Alma Mater, aunque impacta al conjunto de la comunidad.

Temas de la información

Respecto a cuáles temas se habla cuando se informa acerca del conflicto de la Unicauca, en ambos medios coinciden en hacer referencia a dos aspectos: el educativo, con el mayor énfasis por el número de fuentes citadas, y el orden público, aunque en menor porcentaje, lo que marca dos tendencias. Una, asumir el conflicto de la universidad sólo desde la dimensión educativa y no desde la complejidad que implica la confluencia de una serie de factores que alteran el desarrollo de las funciones de la institución, lo que le quita densidad al acontecimiento noticioso. La otra, el énfasis puesto en las situaciones que alteran el orden público, asociado con las acciones de los movimientos sociales como el estudiantil, y que se constituye en un temor recurrente por parte de la institucionalidad, que podría explicar gráficas anteriores en las que se evidencia el destacar con mucha fuerza la información proveniente de las fuentes institucionales.

Además, es recurrente que se utilicen mayoritariamente estas fuentes representadas en las organizaciones que nuclean a la comunidad universitaria, y marginar así a las demás organizaciones y actores sociales "externos" al Alma Mater; aunque en el caso de La Franja, son las fuentes de la sociedad civil (sólo dos) las que manifiestan su preocupación por las situaciones que puedan alterar el orden público.

Retomando el planteamiento de Maigret, según el cual una agenda es una jerarquía de prioridades, una lista de asuntos clasificados por importancia creciente (2005, p. 335), lo propuesto por estos dos medios cierran el conflicto en torno a dos temas: el educativo y el orden público, que tienen como fuentes prioritarias la institucionalidad. Entonces, cabría preguntarse si ese reduccionismo en las perspectivas que motivan el conflicto es resultado de la falta de investigación periodística, la escasa consulta de fuentes que no incluyen otros actores de la sociedad civil o el asumir que esa situación sólo le compete a los estamentos universitarios.

Información visual

Ahora veamos la inclusión de imágenes como soporte o aporte al texto, lo que no incluye, por razones obvias, el programa radial, que podría haber introducido el audio de las arengas de los manifestantes, como una especie de imagen sonora. Es importante destacar que más de la mitad de la información publicada se soporta con imágenes aportadas, en su gran mayoría, por el medio de comunicación, y en un porcentaje muy bajo son suministradas por los actores del conflicto, lo que indica la primacía del periódico en este aspecto.

En el mismo sentido, enfocar las imágenes a los jóvenes universitarios en tan amplio porcentaje (50%) implica la reducción visual del conflicto circunscrito a un problema de estudiantes, lo que de paso excluye a otros actores de la comunidad universitaria y de la sociedad civil que podrían ilustrar y profundizar en las repercusiones del conflicto para el conjunto de la sociedad.

Calificaciones

Finalmente, los dos medios calificaron los hechos desde la designación lingüística de cada uno de ellos. El Liberal, en un alto porcentaje, estima los hechos publicados en primera página como negativos, mientras que el programa La Franja no asume ninguna posición respecto al conflicto, al valorarlo como neutro en más del 80% de la información. Lo anterior es indicativo de dos posiciones muy contrastantes: un medio privado que orienta sus mejores esfuerzos tecnológicos y narrativos a mostrar la visión negativa del conflicto frente a un medio de comunicación de la misma universidad que no toma posición frente a la situación que vive Unicauca, como podría ser la defensa de la universidad pública, por ejemplo, y prefiere ubicarse en la orilla de la neutralidad.

En tal sentido, algunos investigadores ponen en cuestión esta posición neutra, cuando se preguntan ¿ cuál es el proyecto de país de los diversos medios informativos y cómo despliegan su responsabilidad en la construcción de escenarios simbólicos para la convivencia? (Rincón y Ruiz, 2002, p. 83). Entonces, quedan varios interrogantes: ¿se podrá asumir esta posición como objetividad en el tratamiento informativo del conflicto ? ¿ O será la expresión de la falta de cultura ciudadana para defender lo que es un bien público de beneficio social? ¿O se podría entender como la expresión de una institución que no está interesada en participar en los debates de los grandes problemas sociales, económicos, políticos y educativos del departamento, como una manera de construir región?

Lo que inferimos

En este punto presentamos el análisis interpretativo realizado con el apoyo de los teóricos propuestos, al mirar estas situaciones de la realidad con el prisma de la pregunta que nos animó para desarrollar esta investigación: el manejo informativo de este conflicto tan trascendental para el Departamento del Cauca, ¿puede contribuir a construir ciudadanía?

Los mundos del ciudadano

Partimos de ubicar la Universidad del Cauca como una institución de carácter público, cuya función social educativa está al servicio de todas las personas aptas, según lo establece la Carta Política y la ley. En tal sentido, es un escenario que forma parte de ese espacio social donde se materializan los derechos constitucionales y se reproduce la sociedad y unas relaciones de producción determinadas (Cuervo, 1996, p. 42). También, forma parte del espacio urbano, aquel que brinda el acceso a los medios culturales y materiales para que los ciudadanos ejerzan sus derechos y obligaciones tendientes a mejorar sus condiciones de vida (Martín-Barbero, 1996, p. 49).

Así mismo, está integrada al espacio público, donde todos podemos existir en nuestra condición de ciudadanos para circular, habitar, opinar y decidir, en cuanto escenario privilegiado del ciudadano, de la opinión pública y de los medios de comunicación (Serna y Useche, 2004). Al ser la Universidad del Cauca un escenario donde convergen, se superponen y se entrecruzan todos estos espacios, surgen varios interrogantes y reflexiones que emergen en la coyuntura del conflicto que estamos analizando.

En primer lugar, porque se presenta el conflicto como una situación de interés exclusivo de la comunidad universitaria, cuando en realidad tiene un alto impacto social, económico, político, educativo y cultural, pues afecta todos los espacios de la vida ciudadana: el social, el urbano y el público. Además, aunque pueda considerarse un problema localizado en una institución, realmente afecta a toda la población local, regional y nacional, teniendo en cuenta que un gran porcentaje de estudiantes son oriundos de otros municipios del Cauca, y de otros departamentos del país, lo cual afecta también su economía familiar.

Como segundo aspecto, retomamos lo propuesto por Ferry cuando afirma que un espacio público global, en cuanto marco mediático (1992, p. 19-20), posibilita que los temas de interés colectivo participen de dicho espacio público a través de los medios de comunicación. Sin embargo, aunque los medios de comunicación analizados divulgaron el conflicto de Unicauca, la poca información suministrada, la falta de relevancia que se le dio -ya fuera por la ubicación en la estructura del medio, por la limitación en el uso de las fuentes, por la calificación negativa de la situación y la falta de profundidad en su tratamiento- construyeron una especie de "visibilidad opaca" (Bonilla, 2002a, p. 54) de lo sucedido.

Un tercer aspecto hace alusión a la visibilidad de los ciudadanos, los movimientos sociales, la sociedad civil y otros sectores en la esfera pública, en la que luchan por obtener el derecho a la palabra pública, por hacerse oír y dejarse ver (Bonilla, 2002b, p. 49), no sólo en la calle y en la plaza pública, sino, también, a través de los diversos medios y tecnologías de la información.

Esa lucha por el acceso a la esfera pública encuentra en estos dos medios de comunicación importantes restricciones. Por una parte, la lucha por el derecho a hablar queda circunscrita a la lectura de comunicados a la opinión pública o a ser registrados en las breves y las noticias, que sólo posibilitan el recuento inmediato de los hechos sin el despliegue informativo y analítico que puede alcanzarse en otros géneros periodísticos, como la entrevista, la crónica y el reportaje. Por otra, la lucha por la significación referida a los modos de ver, nombrar y darle sentido al mundo que habitamos, según lo propone Bonilla, queda desarticulada cuando se la controla mediáticamente, al ser convertida en noticia o breve, en la que es el periodista quien determina el tema por hablar, el enfoque, la extensión y la ubicación.

Además, la escasa presencia de otros actores y movimientos sociales, y de la opinión pública, en esa esfera pública donde son visibles todos los ciudadanos logra "encerrar" el conflicto en las paredes del claustro universitario. De esta manera, todos los ciudadanos que no formaban parte de la comunidad universitaria terminaron siendo "convidados de piedra" de un conflicto que les incumbía a todos, con lo que se cumple la sentencia de Balandier, cuando afirma: "el mundo [ en el espacio mediático] ha devenido una suerte de panóptico, en que todo tiende a ser visto y todos a convertirnos en mirones" (1994, p. 157), pero sin propuestas ni opciones para la acción ciudadana.

La reproducción de los silencios

Retomando a Garretón, el ejercicio de deberes y derechos que dan la condición de ciudadano reclaman el cumplimiento de dos dimensiones: acceso y calidad (1995, p. 103); para nuestro caso, la primera se relaciona con medios de comunicación y la segunda se refiere al derecho irrenunciable que viene de la diferencia de los seres humanos. Sin embargo, encontramos que este acceso está limitado a los actores directos del conflicto, es decir, la comunidad universitaria, por el tipo de tratamiento mediático, al considerarlo una situación intrauniversitaria.

En cuanto a la calidad, asociada con la diferencia, también queda cuestionada por la limitación en los géneros periodísticos utilizados, las pocas fuentes consultadas y que además coincidían en la misma visión de la realidad, y la calificación negativa del conflicto, lo que excluye al otro diferente que pudiera aportar otra mirada a la situación.

Para el autor, hay dos dimensiones de los medios de comunicación en los que se expresa la ciudadanía. Una es que a través de ellos se aprenden formas de realización de libertades, igualdades y calidad de vida, lo que también sale mal librado, ya que no se podría hablar de éstas si no se propicia el libre intercambio de las ideas, y tampoco de calidad de vida cuando los ciudadanos no tienen la posibilidad de incidir en el presente y el futuro de una de las instituciones más importantes y con mayor impacto en la región.

Además, esta dimensión tiene su lado oscuro, ya que los medios sustituyen, de manera ilusoria, los campos de la ciudadanía, afirma Garretón; es decir, están cumpliendo el papel de mediadores entre las instituciones y el ciudadano, y desplazan la relación directa en escenarios y tiempos determinados, que era la predominante.

La segunda dimensión está relacionada con el aumento del poder ciudadano, en relación directa con el aumento de la información, gracias al desarrollo tecnológico massmediático, como una manera de controlar o limitar todos aquellos poderes que restringen la ciudadanía. Sin embargo, es bastante dudoso que la ciudadanía pueda construir poder a partir de esta información que divulgaron estos dos medios, con las limitaciones y opacidades que hemos señalado. Al contrario, lo que han conseguido es reproducir un orden establecido que silencia las opiniones disidentes o divergentes y le dan continuidad a los conflictos enraizados en la intolerancia y la exclusión.

Responsabilidad compartida

Este panorama poco alentador que hemos encontrado nos remite a hablar de la información como un bien público que es producido para todos y no puede ser apropiado de manera exclusiva, asociado con la responsabilidad social de los medios, entendida como la prelación que existe entre el interés general de las comunidades sobre los intereses particulares de las empresas periodísticas (Arias, 2008, p. 28).

Sin embargo, lo explorado pone en evidencia la poca responsabilidad social de estos medios con el interés general de las comunidades: El Liberal, en su condición de empresa privada, y el programa La Franja de Unicauca Estéreo Fm, en su condición de emisora universitaria de una institución pública que tiene como interlocutores privilegiados a los ciudadanos.

Recuperando el brillo

Como lo planteamos al inicio de esta reflexión, nos propusimos indagar, en el marco del conflicto que vivió la Universidad del Cauca en el primer semestre de 2007, no sólo la manera como registraron estos dos medios de comunicación lo ocurrido en dicha coyuntura, sino, también, la incidencia que puede tener en la construcción y el fortalecimiento de prácticas ciudadanas la calidad periodística de la información suministrada.

Con el fin realizar una síntesis de lo encontrado, identificamos los siguientes aspectos, que, como premisas, queremos compartir para el debate en torno a la responsabilidad que tienen todos los medios de comunicación, sean públicos, privados o comunitarios, en la consolidación de una sociedad más democrática, plural e incluyente.

• Premisa 1: los medios de comunicación le prestan un pobre servicio a la democracia y a la construcción de ciudadanía cuando restringen la información de los conflictos sociales y le quitan densidad, al no profundizar en las implicaciones de todo orden que tienen para la vida de las comunidades, ya sea directa o indirectamente.

• Premisa 2: aunque los medios de comunicación analizados informaron acerca del conflicto de Unicauca, la forma como lo hicieron terminó opacando no sólo las dimensiones de la situación, sino, también, el papel activo del ciudadano y de la opinión pública en la toma de decisiones acerca del presente y futuro de la institución.

En otras palabras, los medios de comunicación cumplieron con su obligación de informar, pero les negaron a los ciudadanos la posibilidad de ser parte activa en la opinión y toma de decisiones respecto al conflicto. Es decir, al no construir una representación compleja e imparcial del conflicto se eliminó la posibilidad de pluralizar los procesos de construcción de la opinión pública, mediante la incorporación de nuevas voces y nuevas sensibilidades políticas y ciudadanas (López de la Roche, 2002, p. 39).

• Premisa 3: el acceso a la esfera pública mediática posibilitó que tanto el conflicto como los actores de la comunidad universitaria fueran visibles, pero desde las restricciones que impone convertir el suceso en breve o noticia preferentemente, y limitar la expresión de otras voces, así como no usar otros géneros informativos que le pudieran dar densidad y profundidad a los productos comunicativos, todo lo cual sumió el cubrimiento en la superficialidad.

• Premisa 4: la exclusión de otros actores sociales e institucionales, el limitado uso de los géneros periodísticos, las pocas fuentes informativas con posiciones mayoritariamente concordantes y la calificación negativa del conflicto, entre otros aspectos, evidencian la imposición velada del silencio a las miradas y posiciones divergentes, que son la esencia de la ciudadanía democrática y participativa.

• Premisa 5: el escaso volumen de información, con las limitaciones ya expuestas, no permite construir un poder ciudadano que controle o limite todos aquellos poderes que la restringen. Es todo lo contrario.

• Premisa 6: el manejo de la información acerca del conflicto de Unicauca pone al descubierto dos grandes falencias de estos dos medios: por un lado, el no asumir que la información es un bien público que le presta un "servicio a la colectividad, imprescindible para el desarrollo de la cultura", como dice Victoria Camps; y, por otro, no asumir la responsabilidad social que pone el interés general de las comunidades como prelación frente a sus intereses particulares, en cuanto empresas periodísticas o como entidad pública.

Como lo expresamos en el cierre de este proceso, el propósito no es buscar culpables por lo no dicho o lo mal dicho, sino contribuir a fortalecer los medios de comunicación que tenemos para que cumplan cada día, de mejor manera, esa responsabilidad social, como es la información, en cuanto bien público al servicio de la colectividad y de la democracia ciudadana,

con el ánimo de poder ayudar a fortalecer los medios de comunicación locales y aportar a la reflexión de otros escenarios massmediáticos, como nuestro aporte a ese gran pacto de convivencia que es la Carta de 1991, que sigue siendo nuestra bitácora democrática, a pesar de los embates de sirios y troyanos.


Referencias

Arias, N. (2008), "Responsabilidad social de los medios de información", en Jiménez, C. A. (comp.), No prenda la tele. Contextos y herramientas para una audiencia activa, Bogotá, Corporación Comunicar.         [ Links ]

Balandier, G. (1994), El poder en escenas, Barcelona, Paidós.         [ Links ]

Bonilla Vélez, J. I. (2002a), "Periodismo, guerra y paz", en Signo y Pensamiento, vol. xxi, núm. 40, Javegraf.         [ Links ]

- (2002b), "Apuntes sobre medios de comunicación, esfera pública y democracia", en Comunicación para construir lo público, Bogotá, Convenio Andrés Bello.         [ Links ]

Camps, V. (1996), El malestar de la vida pública, Barcelona, Grijalbo.         [ Links ]

Cuervo, L. M. (1996), "Ciudad y complejidad: la magnitud del reto", en Pensar la ciudad, Bogotá, Tercer Mundo.         [ Links ]

Ferry, J.-M. (1992), "Las transformaciones de la publicidad política", en El nuevo espacio público, Barcelona, Gedisa.         [ Links ]

Fuenzalida, V. (1999), "Géneros televisivos y cultura del protagonismo", en Sunkel, G. (coord.), El consumo cultural en América Latina, Bogotá, Convenio Andrés Bello.         [ Links ]

Garretón, M. A. (1995), "Democracia ciudadana y medios de comunicación", en Los medios, nuevas plazas para la democracia, Lima, Calandria.         [ Links ]

López de la Roche, F. (2002), Periodismo y movimientos sociales: entre la estigmatización y el reconocimiento, Bogotá, Politécnico Grancolombiano.         [ Links ]

Maigret, é. (2005), Sociología de la comunicación y de los medios, Bogotá, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Martín-Barbero, J. (1996), "La ciudad, una institución imaginaria", en Pensar la ciudad, Bogotá, Tercer Mundo.         [ Links ]

- (2003), Oficio de cartógrafo. Travesías latinoamericanas de la comunicación en la cultura, Bogotá, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Mayorga, A. J. y Leon Pino, C. (2007), La noticia en la prensa nacional ¿narración discursiva verosímil o hecho verdadero? Una propuesta teórico-crítica acerca del discurso mediático [ en línea] , disponible en: http://web.upla.cl/revistafaro/03_estudios/pdf/05_estudios_mayorga.pdf, recuperado: 20 de septiembre de 2005.         [ Links ]

pnud (2003), El conflicto, callejón con salida. Informe nacional de desarrollo humano para Colombia-2003, Bogotá, Panamericana.         [ Links ]

Rey, G. (2004), "El periodismo en tiempos difíciles", en Proyecto Antonio Nariño. Calidad informativa y cubrimiento del conflicto, Bogotá, cerec.         [ Links ]

- (1996), "La espalda del vecino. Responsabilidad social de los medios de comunicación", en Desde las dos orillas, Bogotá, Ministerio de Comunicaciones, ImpreAndes.         [ Links ]

Rey, G. [ dir] et. al. (2004), Calidad informativa y cubrimiento del conflicto, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño.         [ Links ]

Rincón, O. y Ruiz, M. (2002), "Más allá de la libertad. Informar en medio del conflicto", en Signo y Pensamiento, vol. xxi, núm. 40, Javegraf.         [ Links ]

Serna, A. y Useche, O. (2004), "Ciudad, ciudadanía y cultura", Radio: un análisis, 88.5 fm, Bogotá         [ Links ].

Wimmer, R. y Dominick, J. (2001), Introducción a la investigación de medios masivos de comunicación, México, Thomson.         [ Links ]

Wolf, M. (1991), La investigación de la comunicación de masas, Barcelona, Paidós.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License