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Signo y Pensamiento

versión impresa ISSN 0120-4823

Signo pensam. v.30 n.58 Bogotá ene./jun. 2011

 

Itinerario de un intelectual mestizo (o) A la búsqueda de la identidad latinoamericana

Itinerary of a "mixed-blood" intellectual (or) In search of Latin America's identity

JOSÉ MARQUES DE MELO*

* José Marques de Melo. Brasileño. Periodista, doctor por la USP de Brasil y con estudios postdoctorales en Estados Unidos y España. Es titular de la Cátedra UNESCO de Comunicación de Sao Paulo y ha recibido el premio Wayne Danielson de Ciencias de la Comunicación en 1997 como reconocimiento a su labor docente e investigadora a lo largo de treinta años de carrera profesional. Correo electrónico: marquesmelo@uol.com.br

Recibido: Septiembre 24 de 2010 Aceptado: Noviembre 24 de 2010

Submission date: September 24th, 2010 Acceptance date: November 24 th, 2010


El autor brasileño emprende en este artículo una narración reflexiva de su trayectoria en el área de la comunicación social. Desde hace cinco décadas, José Marques de Melo ha combinado cuatro actividades: la práctica del periodismo, la reflexión sobre su entorno mediático, la investigación sobre los fenómenos comunicacionales y la escritura de libros y artículos en los que se exponen sus conclusiones. Con base en sus circunstancias y el camino recorrido por él, finaliza este artículo autobiográfico preguntándose por los retos a los que se enfrenta la comunidad latinoamericana en el campo de las ciencias de la comunicación.

Palabras Clave: Comunicación social, ciencias de la comunicación, formación, legitimación académica, comunidad académica.

Descriptores: Melo, José Marques de, 1943 --Autobiografías-Historia y crítica-Formación profesional - Investigacion en comunicación.


In this article, the Brazilian author undertakes a thoughtful account of the path he has followed in the social communication field. Over the last five decades, José Marques de Melo's work has merged four main activities: practicing journalism, reflecting on his particular media environment, researching communicational phenomena, and writing books and articles in which he sets out his conclusions. Thus, based on his own circumstances and the way he has thread, Marques de Melo closes this autobiographical text pondering on the challenges that the Latin American community faces vis-à-vis studies in communication sciences.

Keywords: social communication, communication sciences, training, academic recognition, academic community

Search tags:Melo, José Marques de, 1943-Autobiographies -- History and criticism - Professional education - Investigation in communication.


Origen del artículo

Este artículo fue leído por el autor durante el X Congreso de alaic, que se llevó a cabo en octubre de 2010 en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.


Trayectoria

Periodista por vocación e investigador por pasión, desarrollé habilidades complementarias e independientes: las de profesor y las de escritor. Todo empezó en 1959, cuando fue publicado mi primer texto periodístico. Yo tenía entonces 15 años y no sabía que esa aventura me ubicaba peligrosamente en el espacio público. Además de penetrar como intelectual en el gueto de los dueños del saber, desafié ingenuamente (pero enfrenté conscientemente) el arsenal de los oligarcas en el poder.

Para solucionar los desafíos cognitivos, decidí estudiar sistemáticamente el periodismo en la universidad. Para enfrentar las trampas políticas, rescaté mi legado ancestral, pues nací y viví en una familia ubicada en el centro del poder comunitario. Pero sufrí en la propia piel las lecciones de la inexperiencia, al entrar y salir sin heridas del callejón sinuoso de la militancia partidaria. Temprano aprendí que el ejercicio del periodismo y la militancia política son inconciliables.

Fueron exactamente los beneficios y las pérdidas de mi fructífera iniciación en el campo periodístico los que me empujaron hacia la academia. Desde entonces, el periodismo se ha convertido en mi objeto preferencial de observación científica y en mi referencial temático para el trabajo pedagógico en el aula.

Hace medio siglo que intento combinar cuatro actividades, practicar el periodismo, reflexionar sobre su entorno mediático, investigar los fenómenos comunicacionales y, a propósito de ellos, dictar clases o conferencias, escribir libros y publicar artículos.

Formación

Mi opción por la comunicación social hace parte natural del proceso de socialización vivido en la infancia y en la juventud, que se proyecta hacia la madurez. Nací y crecí en los confines del noreste brasilero, en comunidades castigadas por la naturaleza, cuyos jóvenes las abandonan por falta de oportunidades educacionales y culturales. Aunque, por pertenecer a una familia que reconocía el valor de la educación, mis raíces simbólicas están impregnadas por la cultura popular.

Mi identidad simbólica se fue constituyendo por medio de los canales folkmediáticos, que me convertían en un intelectual culturalmente mestizo. Educada en la posguerra, mi generación se enfrentó con un mundo bipolar, en el cual las adhesiones teóricas no eran tranquilas.

Desafiado a elucidar la naturaleza de los fenómenos comunicacionales, en el tiempo y en el espacio, recurrí inicialmente a fuentes teóricas, que se remontan al academicismo griego (Aristóteles) y al iluminismo francés (Diderot). Más adelante, al tener que escoger opciones de naturaleza pedagógica, e influenciado por el ideario progresista, asimilé el pragmatismo norteamericano (Dewey), abrasilerado por Anisio Teixeira.

Posteriormente, sensibilizado por la coyuntura autoritaria de los años sesenta-ochenta, maticé mi actuación didáctica al incorporar la dialogicidad redimensionada por Paulo Freire, que se inspiró doblemente en el transcendentalismo de Karl Jasper y en la dialéctica de Karl Marx.

Cuando tuve que construir el referencial teórico-metodológico de mi tesis doctoral, me respaldé en dos científicos sociales brasileros: Darcy Ribeiro y Florestan Fernandes. Ribeiro me condujo por la teoría sociocultural, motivando el mestizaje paradigmático en el cual fundamenté mis argumentos (al transitar entre los clásicos legitimados por las ciencias sociales: Karl Marx, Max Weber, Ruth Benedict, Georges Gurdoff, Fernand Braudel; sin olvidar los clásicos emergentes en el ámbito de las ciencias de la comunicación: Marshall McLuhan, Wilbur Schramm, Daniel Lerner, Robert Escarpit, Fernand Terrou; además de los pioneros latinoamericanos Toribio Medina, Octavio de la Suarée, Carlos Rizzini, Luiz Beltrão).

A su vez, Florestan Fernandes me animó a emplear el método de interpretación funcionalista. Fundamentado en sus estudios antológicos sobre los procesos de dominación social en la organización tribal de los tupinambás, rescaté las lecciones de investigación social dictadas por Durkheim, Malinowsky, Merton Boas y Margaret

"Mi obra es producto de mis circunstancias. Fue tejida como consecuencia de las demandas que me desafiaron en este medio siglo de labor intelectual."

Mead, robustecidos por los métodos empleados por Otto Groth (discípulo de Weber), para intentar comprender la naturaleza y los fenómenos periodísticos en las sociedades modernas.

Mis circunstancias

Mi obra es, pues, el producto de mis circunstancias. Fue tejida como consecuencia de las demandas que me desafiaron en este medio siglo de labor intelectual. Confieso que muchas veces tuve que renunciar a proyectos individuales coyunturalmente seductores, para dedicarme a trabajos de interés colectivo.

Los testimonios elocuentes de esa primera fase están en mis libros referenciales: especialmente Comunicação social: teoria epesquisa (1970), Comunicação, opinião, desenvolvimento (1971), Contribuições para uma pedagogia da comunicação (1974) y Subdesenvolvimento, urbanização e comunicação (1976 ). Completan ese listado las obras dedicadas al periodismo: Estudos de jornalismo comparado (1972), Sociologia da imprensa brasileira (1973) y A opinião no jornalismo brasileiro (1985).

El estado subsecuente de mi producción académica se define por una actitud de intervención en el espacio público. El agotamiento del régimen militar y el fortalecimiento de la sociedad civil crean oportunidades para impulsar la democratización del sistema nacional de comunicación, al influir en las políticas públicas del gobierno de transición.

Una vez más, las circunstancias determinarían mi acción intelectual. Ella está contenida de cierto modo en los libros Comunicação e libertação (1981), Comunicação: teoria e política (1985), Para uma leitura crítica da comunicação (1985), Comunicação: direito à informação (1986) y Comunicação e modernidade (1991).

Temprano, percibí que la legitimación académica de la comunicación, durante aquella coyuntura, dependía esencialmente de la constitución de una comunidad académica, cuya misión era enfrentar resistencias y convencer a los tomadores de decisión. Atendiendo a la convocatoria de mis pares, asumí el liderazgo del movimiento, que resultó en la fundación de la Sociedad Brasilera de Estudios Interdisciplinares de Comunicación (Intercom, Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação) y, más adelante, en la refundación de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC).

Contribuyendo para consolidar nuestra transición democrática, coordiné la publicación de dos series de libros. La primera serie, dedicada al panorama nacional: Ideologia e poder no ensino da comunicação (1978), Comunicação e classes subalternas (1979), Comunicação e populismo (1980), que culminó con A pesquisa em comunicação no Brasil (1983), Teoria e Pesquisa em Comunicação: panorama latino-americano (1984) y Comunicação e transição democrática (1985).

La otra, ubicada en el universo mundializado: As telenovelas da globo: produção e exportação (1988), Espanha: sociedade e comunicação de massa (1989), Comunicación multicultural en Iberoamérica (2009), y las coetáneas Comunicação na América Latina: desenvolvimento e crise (1989 ), Comunicação comparada: Brasil/ Espanha (1990), Ibero-América: integração e comunicação (1990), Desafios da pesquisa latinoamericana de comunicação (1990), Communication and democracy (1991), Comunicación latinoamericana (1992), Communication for a new world (1993). Allí también se incluyen los volúmenes del Brazilian communication research yearbook (1992-1993).

Los principales resultados de los estudios que vengo realizando individualmente pueden ser consultados en libros más recientemente publicados: História do pensamento comunicacional (São Paulo, Paulus, 2003), A esfinge midiática (São Paulo, Paulus, 2004), História política das ciências da comunicação (Rio, Mauad, 2007), Mídia e cultura popular (São Paulo, Paulus, 2008) y Caminhos cruzados da comunicação (São Paulo, Paulus, 2010). También, en algunas antologías: Teoria da comunicação: paradigmas latino-americanos (Petrópolis, Vozes, 1998 ), Comunicação eclesial: utopia e realidade (São Paulo, Paulinas, 2005), A batalha da comunicação (2008) y Televisão brasileira (São Paulo, Unesco/Umesp, 2010), en las cuales reuní estudios anteriores, fundamentales para recoger las decisiones epistemológicas de los participantes.

La síntesis de esa intensa labor fue reunida en un libro publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), con el título Entre el saber y el poder: pensamiento comunicacional latinoamericano (Monterrey, México, 2007), posteriormente reeditado en España por Comunicación Social (Sevilla, 2009).

Capitalizando el manantial cognitivo acumulado en toda mi carrera, pretendí retribuir a la comunidad académica que ayudé a construir y a fortalecer al encabezar un proyecto editorial ambicioso. Propuse a mis colegas de Intercom la preparación de una obra de referencia capaz de rescatar la singularidad del pensamiento comunicacional brasilero. Trabajé durante un decenio en esa tarea ciclópea; movilicé alrededor de mil investigadores, en todo el país. Con la ayuda de los colegas Marialva Barbosa, Antonio Hohlfeldt, Sonia Virginia Moreira y Osvando Morais, el proyecto está cerca de su finalización, después de la presentación del primer volumen de la Enciclopedia Intercom de comunicação (São Paulo, Intercom, 2010). Los otros dos volúmenes están siendo editados para su publicación en 2011 y 2012, respectivamente.

Nuevos y viejos desafíos

La emergente comunidad latinoamericana en el campo de las ciencias de la comunicación, vanguardia a la cual me integré tempranamente, asumió distintas fisonomías en épocas sucesivas. Surgió prematuramente como una fraternidad corporativa en el periodo de la posguerra (años cuarenta a sesenta), y se transformó en una diáspora intelectual durante los años setenta, al reunir a los analistas del impacto social de los medios de comunicación de masas en los países de la región. Después, se configuró como una red investigativa, integrada por los participantes de los foros y proyectos patrocinados por la alaic, en su primera fase. Su formación privilegiaba a aquellos investigadores independientes; generalmente actuaba en instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales o movimientos sociales.

"Sin asumir un comportamiento xenófobo, ha llegado el momento de aceptar que América Latina posee un legado comunicacional de buena calidad, reconocido y respetado internacionalmente."

"Vivimos en un contexto de dispersión investigativa, lo que suscita la fragmentación del objeto de estudio y conduce al aislamiento analítico".

El embrión de la emergente comunidad académica es, sin duda, el histórico Congreso de alaic, en Embu-Guaçu, Brasil (1992 ). Para consolidarla, es necesario desarrollar iniciativas en varios frentes, superar idiosincrasias, sobrepasar prejuicios o, simplemente, construir alianzas.

La tarea primordial en la arena institucional sigue siendo la ampliación y fortalecimiento de las comunidades nacionales de las ciencias de la comunicación. Paralelamente, debemos redimensionar nuestra cooperación internacional, al evaluar el resultado de la intensificación de la participación latinoamericana en los foros internacionales del área comunicacional.

En el plan epistemológico, es necesario valorar la perspectiva holística y comparativa. Vivimos en un contexto de dispersión investigativa, consecuencia del crecimiento impetuoso de la última década, lo que suscita la fragmentación del objeto de estudio y conduce al aislamiento analítico.

Gran parte de la tradición comunicacional latinoamericana tiene su origen en las adaptaciones metodológicas que hicimos de los modelos importados, y de soluciones engendradas que asimilamos de las culturas populares. En la formación de las nuevas generaciones de comunicadores debemos tener el coraje suficiente para recorrer al arsenal empírico alcanzado por las corporaciones profesionales, ayudar a sistematizarlo y actualizarlo, a partir de la referencia crítica que siempre ostentó el trabajo universitario. Como resultado, debemos intensificar el rescate del pensamiento comunicacional latinoamericano, que viene destacándose por su capacidad innovadora, audaz y creativa.

Sin asumir un comportamiento xenófobo, ha llegado el momento de aceptar que América Latina posee un legado comunicacional de buena calidad, reconocido y respetado internacionalmente. Se trata, ahora, de fortalecerlo y de hacerlo avanzar, para ocupar el espacio que nos pertenece en el atlas mundial de las ciencias de la comunicación.

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