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Signo y Pensamiento

Print version ISSN 0120-4823

Signo pensam. vol.32 no.62 Bogotá Jan./June 2013

 

Insumos para una cartografía en comunicación. Historia de una travesía

Inputs for a Cartography in Communication. Story of a journey

Insumos para uma cartografia em comunicação. História de uma travessia

Entrevista con Jesús Galindo Cáceres*
María Patricia Téllez Garzón**

*Profesor investigador del Posgrado en Comunicación de la facultad de Comunicación. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
**Doctora en Comunicación de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS). Profesora asociada del Departamento de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana. Correspondencia: transversal 4.a No. 42-00, piso 6, edificio 67, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: maria.tellez@javeriana.edu.co.

Recibido: Enero 23 de 2013 Aceptado: Enero 26 de 2013
Submission date: January 23, 2013 Acceptance date: January 26, 2013


Resumen

Esta entrevista indaga por la trayectoria de más de 40 años del profesor Jesús Galindo y los temas que se han convertido en objeto de estudio, entre los que sobresalen la promoción cultural, la ingeniería social y la comunicología, que aparecen como pretexto para reinterpretar el movimiento de la llamada vida social. A lo largo de esta travesía, el profesor Galindo nos conduce hacia temas y problemas abordados desde "otras orillas", a partir de las cuales es posible formular preguntas para pensar el campo académico de la comunicación.

Palabras clave: Comunicología, ingeniería social, cibermundo, redes sociales, cultura política.

Descriptores: Comunicación, teoría, comunicación y cultura, redes sociales.


Abstract

This interview explores the career path of more than 40 years of Professor Jesús Galindo and the topics that have become the subjects of his research, among which stand the cultural promotion, social engineering and communicology. These subjects appear as an excuse to reinterpret the movement of the so called social life. Throughout this journey, Professor Galindo leads us toward issues tackled from "alternative perspectives", from which it is possible to formulate questions to think the academic field of communication.

Keywords: Communicology, Social Engineering, Cyberworld, Social Networks, Political Culture.

Keywords plus: Communication, Theory, Communication and Culture, Social Networks.


Resumo

Esta entrevista indaga pela trajetória de mais de quarenta anos do professor Jesús Galindo e os temas que tem se convertido em objeto de estudo, entre os que sobressaem a promoção cultural, a engenharia social e a comunicologia, que aparecem como pretexto para reinterpretar o movimento da chamada vida social. Ao longo desta travessia, o professor Galindo conduz-nos para temas e problemas abordados desde "outras orilhas", a partir das quais é possível formular perguntas para pensar o campo académico da comunicação.

Palavras-chave: Comunicologia, engenharia social, cibermondo, redes sociais, cultura política.

Palavras-chave descritores: Comunicação, teoria, comunicação e cultura, redes sociais.


Origen del artículo

Esta entrevista con el profesor e investigador mexicano fue realizada por la profesora María Patricia Téllez, entre diciembre de 2012 y el 13 de enero de 2013, a propósito de su participación como invitado en el cierre de la Cátedra UNESCO de Comunicación, la cual se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, del 24 al 26 de octubre de 2012, en la Pontificia Universidad Javeriana.


Presentación

Jesús Galindo Cáceres es profesor e investigador mexicano, doctor en Ciencias Sociales (1985), maestro en Lingüística y licenciado en Comunicación (1978 ). Autor de más de 29 libros y de 350 artículos académicos, publicados en 14 países de América y Europa. Ha sido promotor cultural desde 1972, profesor universitario en Argentina, Brasil, Colombia, Perú y España desde 1975, fundador de programas de doctorado en los estados de Colima, Veracruz y Puebla en México. Miembro y gestor de redes sociales, como RECIBER, REDECOM y GUCOM. Actualmente es coordinador del proyecto de Altos Estudios en Comunicación Estratégica, en el Posgrado en Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, de la Benemérita Universidad de Puebla.

María Patricia Téllez: En el prólogo de su libro Ingeniería social y promoción cultural. Sobre cultura, cibercultura y redes sociales (Rosario, Homo Sapiens, 2011), usted hace la precisión de que este libro aparece como una bitácora y una actividad que, desde mi punto de vista, 40 años después se ha convertido en una parte central de su proyecto de vida. Podría respondernos en ese interés por reinterpretar la vida social, ¿ cuáles son los ejes centrales de esta cartografía y qué características tienen hoy en día?

Jesús Galindo: En el libro hago referencia a mi vida como promotor cultural. Inicia en la escuela, impulsando un proyecto de autoorganización estudiantil, que fracasa. Sigue con un proyecto de promoción del rock mexicano, que es un éxito. Continúa en mis años veinte, con la militancia política, que es toda una época por evaluar. En esos mismos años veinte, muchas inquietudes se materializan en la formación de una casa colectiva, la vida en comunidad, la construcción de otro tipo de vida desde el experimento social. Después sigue la vida profesional adulta con las redes sociales, las redes académicas, las primeras experiencias desde la ingeniería social. Y así pasan mis treinta y mis cuarenta. Es hasta mis años cincuenta que retomo toda la experiencia vivida, y trato de sintetizarla y actualizarla en la primera década del siglo XXI, con el trabajo en varias asociaciones civiles mexicanas, y la propuesta de la ingeniería en comunicación social, que es un proyecto en el que convergen el promotor cultural y el académico. Esa es mi ocupación actual.

Sobre los ejes centrales de esta cartografía y las características que tienen hoy en día, un comentario. La bitácora a la que alude el libro es generacional, colectiva, toca a diversos grupos y momentos de un proceso general que no es homogéneo y lineal. El primer grupo, el de la adolescencia, está tocado por un ambiente donde la globalización de la perspectiva libertaria de los sesenta es quizá la clave, pero no la única. Deseábamos más espacio de acción, más diálogo dentro de los espacios institucionalizados, menos sumisión a un modelo autoritario de educación aún vigente el día de hoy. Mi generación se fragmentó, quedaron pocos sobrevivientes, la mayoría se acomodó a lo que suponían era un escenario con poca movilidad o necesidades de alteración, algunos pocos seguimos. El segundo grupo es más selecto en ese sentido, deviene del mundo escolar, pero se aparta de él. El rock en la calle permite ganar el espacio que en la escuela es prácticamente imposible. La calle misma nos conecta con otros, nos permite percibir que hay muchos más en la búsqueda, algo distinto al status quo. Es una época maravillosa, donde aún se combinan la vida familiar tradicional con la vida alternativa pública. De ese grupo solo quedé yo, pero conocí a otros, lejanos de mi primera ecología barrial, escolar y familiar. Eso preparó el siguiente momento. La comuna y la militancia se desarrollan como proyectos fuera del orden familiar-escolar previo. Estamos en los años setenta, el statu quo en la Ciudad de México es fuerte y hegemónico, pero hay muchos moviéndose fuera de ese círculo cerrado y amplio a la vez. El ensayo de lo posible se metaboliza con nueva información y experiencia. Arte, política, sexo, amistad, vida privada y vida pública, se combinan en cocteles que permiten imaginar otra forma de vida, y somos muchos, diversas generaciones nos encontramos en esta búsqueda y práctica de lo distinto. Es una época impresionante, por la ingenuidad mezclada con la pasión y la energía creativa.

A principios de los años ochenta el sueño termina en apariencia, el país entra en una crisis de ideas y de realizaciones. Miro hacia afuera de mi contexto de casi toda la vida hasta entonces, salgo de Ciudad de México a explorar mi país y sus mundos. A este trabajo le dedico más de una década, mis treinta pasan pronto, y llego a los cuarenta con una red de amigos y conocidos que es nacional e internacional. La moderación no es la norma, pero tampoco la radicalidad. El sentido común y la prudencia son la guía de nuevos experimentos de vida social, en lo académico y en otros ámbitos. Son años de intensa preparación, de exploración, de conocimiento, de articulación, de vida social en comunicación. La red es el concepto constructivo, y hay múltiples formas y sentidos de las relaciones posibles y construidas. Esos años son intensos, extenuantes, de viajes constantes a lo largo del territorio mexicano y por Iberoamérica. La masa crítica del movimiento grupal y generacional parece tener un momento de fructificación hacia el final del siglo XX, pero no sucede, volvemos a fracasar como asociación civil y movimiento social, aun con el apoyo del ciberespacio. La cosmología de la red y la colaboración no pudieron institucionalizarse o sustentarse a mediano y largo plazos.

Parecía que las emergencias son golpes de energía que no configuran nueva estabilidad y continuidad, el movimiento lento del cambio social tiene sus normas, no le gustan las urgencias. Pero de cualquier forma, afectamos a nuestra ecología en diversos aspectos. Y la vida siguió. El hombre de cuarenta a cincuenta años decide profundizar en la ciencia y la ingeniería del movimiento y la articulación social, para ello aprovecho la experiencia en grupos y redes de las últimas décadas. En el siglo XXI tengo mi época de oro académica en estudio y producción. Al mismo tiempo que consolido un precario prestigio académico de individuo no sujeto a las normas del campo académico, formo grupos y redes para estudiar, investigar y crear. El proceso está llegando a su aparente culminación en los próximos años. El hombre de sesenta años tendrá en sus manos modelos, tecnologías, programas metodológicos, ciencia e ingeniería, para entender y promover la vida social, y tendrá diversos medios y redes para continuar y compartir.

MPT: ¿ Cuáles son los objetos de estudio que se destacan en la comunicación al observarlos desde el patrimonio cultural, la ingeniería social y la comunicología transcurridos un poco más de una década del siglo XXI?

JG: La comunicología es un punto de vista, no un marco para un catálogo de objetos. Todo puede ser visto como comunicación, y ese es el mensaje principal de la perspectiva comunicológica. La ingeniería social es la parte práctica de la vida académica entramada con la vida social en general. Somos producto de diversas intenciones asociadas con ingenierías sociales históricas, como la religión, la política, la mercadotecnia, entre otras muchas. Nuestra forma de comer, nuestros gustos, nuestros deseos, nuestros miedos, nuestras prácticas cotidianas, nuestros pensamientos, nuestras maneras de relación social, todo eso es producto de una o varias ingenierías sociales históricas.

La forma en que la comunicología y la ingeniería en comunicación social se intersectan se puede sintetizar en la figura de lo que nos une y lo que nos separa, en lo que tenemos en común y lo que tenemos de diferente. La promoción y la gestión culturales son formas de ingeniería social, y pueden ponerse en la forma de una ingeniería en comunicación social posible, que permitiría percibir primero, diagnosticar después, y construir vida social y cultural, desde las situaciones mismas de la vida diaria, con tecnologías de comunicación. En este sentido, destacar situaciones y contextos es muy prematuro. Toda situación y contexto han sido y pueden ser afectados por una buena ingeniería en comunicación social.

MPT: En el contexto actual, caracterizado por la presencia de ciberculturas, convergencias y transmedialidades, consideradas como rasgos que nos sirven para identificar el escenario donde transitan los nuevos medios y que se refieren a la relación medios de comunicación y sociedad, la pregunta que surge es si realmente vale la pena seguir haciendo una epistemología de la comunicación. En esa misma línea, ¿cuál es el balance de la experiencia del proyecto titulado "Hacia una comunicología posible", que a partir de los años noventa buscó construir una ciencia de la comunicación, de tal forma que esta consiguiera un estatuto propio, y qué temas de agenda surgen como resultado de esta apuesta?

JG: Lo que el campo académico de la comunicación acuerde o no como necesario está por fuera del proyecto "Hacia una comunicología posible". Ese campo académico se manifestó inconforme, indiferente, intolerante, ante el proyecto. El diagnóstico realizado entre finales del siglo XX y principios del XXI, dentro del proyecto, concluía que era posible construir una teoría de la comunicación más poderosa que la que teníamos en ese momento, y que era posible una teoría general de la comunicación a partir del diálogo entre las epistemologías que habían configurado históricamente las teorías de la comunicación vigentes, y las epistemologías diversas que no habían tenido una presencia clara en el campo del pensamiento en comunicación.

El proyecto se desarrolló a lo largo de casi una década. Las conclusiones del proceso son claras, es posible una teoría de la comunicación más poderosa, y es posible el diálogo entre lo aparentemente diverso de nuestra historia teórica.

El interés programático en una comunicología posible era la obtención de una base conceptual para una ingeniería en comunicación social. En los años que van en este siglo de la segunda parte del proyecto sobre comunicación el asunto es claro, es posible una ingeniería en comunicación social, sólida, útil, poderosa. Lo que sigue es el desarrollo de los operadores constructivos tecnológicos y la sistematización de la experiencia práctica, en muy diversos ámbitos de la vida social, como la familia, el vecindario, la comunidad, la empresa, la escuela, la iglesia, la internet. En todos estos ámbitos estamos desarrollando modelos y marcos de estudio en diversos grupos de trabajo, nacionales e internacionales. Las tareas no se agotan, las líneas de investigación y desarrollo se multiplican.

MPT: Al intentar centrarnos en el cibermundo como entorno macro, ¿ cuáles son las hipótesis, visiones y cartografías alrededor del cibermundo como resultado de la exploración que en las últimas décadas se ha realizado sobre este y cuáles de ellas se han validado?

JG: No es mi trabajo actual sistematizar lo que el mundo académico y no académico está haciendo y pensando sobre el cibermundo. Ese trabajo lo ensayé entre la segunda parte de los años noventa y la primera del siglo XXI. Dentro de la vida académica de grupos y redes, estoy articulado a dos ámbitos de trabajo relacionados con este tema del cibermundo, una red mexicana-iberoamericana de investigación, que trabajamos con los principales posgrados especializados en el área. Y una asociación internacional, la Media Ecology, que ensaya la relación entre lo que el pensamiento anglo y otros pensamientos estamos explorando. Mi trabajo personal sobre el ciber-mundo está enfocado en los servicios de redes sociales y los movimientos sociales, en particular Facebook y la vida mexicana.

El cibermundo es una nueva ecología social, como en su momento fue la vida urbana o la vida social determinada por geografía y clima. En este sentido, es una nueva totalidad, ordenando y organizando todos los aspectos de la vida social en general. Su movimiento tiene un metabolismo muy alto, la tecnología asociada con su desarrollo tiene un lugar ciego, como lo ha tenido el clima o la geografía en épocas anteriores. La conectividad y la interacción son fenómenos por observar, son aún incipientes condiciones de nuevas formas de vida social. El cibertiempo cada vez es mayor. El cibernauta ya es un nuevo tipo de ciberentidad social con aspectos inéditos en la historia humana. Todo ha sucedido muy rápido, en poco tiempo, con efectos aún por percibir. Estamos quizá en el tránsito hacia una nueva etapa del proceso social general; por tanto, toda afirmación es una conjetura, una hipótesis, un juicio parcial e incompleto. La era de las conversaciones que estamos empezando a vivir nos mostrará nuevas formas de entender y producir conocimiento, y guías prácticas sobre este y otros temas.

MPT: ¿ Qué rasgos presenta el cibermundo en el proceso de construcción de su propia lógica en los ámbitos económico, político y, de manera particular, sociocultural?

JG: En la historia del cibermundo, es quizá la vida económica la que primero percibió el metabolismo y las posibilidades de su 'Crecimiento' con mayúsculas. La llamada vida política ha sido la última en enterarse, está muy sujeta a figuras institucionales previas al ciberespacio. La vida cultural pronto se inmiscuyó en el cibermundo, pero lo hizo en forma más claramente segmentada que la vida económica y la vida política. Hay un sector de la vida social muy curioso, muy intenso, muy explorador, al que le vino muy bien que apareciera en su horizonte la cibervida. Pero la vida social no cambia en bloque hasta que muchos, cerca de la mitad, han decidido cambiar, eso dicen los sociólogos y los antropólogos histórico-sociales. Los datos hablan de un avance demográfico nunca o pocas veces visto en la historia humana. Y el proceso sigue, no parece estabilizarse por ahora. Lo que nos habla de una mayoría de la humanidad conectada dentro de una generación.

Desde la perspectiva comunicológica del grupo 'Hacia una Comunicología Posible' (GUCOM), los procesos de comunicación básicos son la dominación y la colaboración. Ambos se han presentado en diversas formas en la historia humana. El proceso central en la construcción de la vida social ha sido la dominación. Pero esto está cambiando en los últimos tiempos, la colaboración parece avanzar a gran velocidad en los últimos cincuenta años. Parece ser que hay una decisión colectiva en marcha en mutar de la forma hegemónica de los sistemas de comunicación, la dominación, a una forma de colaboración, que solo puede surgir cuando la interacción social aumenta en forma significativa. La vida social horizontal, multiarticulada, multitemática, está en emergencia, parece gastar menos energía en lo particular, aunque requiere más energía en lo general, supone una totalidad más distribuida en el gasto energético y una menor concentración ecosistémica de la energía. Todo esto parece coincidir con el fenómeno general del cibermundo emergente, lo cual nos permite suponer que hay convergencia entre el cibermundo emergente y el mundo en cambio hacia un hipermundo, donde el viejo mundo preciberespacial se transforma en otra entidad en su interacción con el cibermundo.

MPT: ¿ Cuál es el aporte de esta realidad del cibermundo frente a lo que usted denomina como la agenda cosmológica civilizatoria y qué efecto positivo genera sobre el desarrollo personal y el carácter de nuestra civilización?

JG: La comunicación solo es un principio constructivo civilizatorio en la historia humana en el sentido de la dominación, según una propuesta comunicológica. En el siglo XX aparece como constructo reflexivo por primera vez. Este siglo XXI parece ser que tiene una posible bifurcación caótica, en una dirección se continúa el sentido de la dominación, en el otro, el de la colaboración. La aparición de la comunicación como constructo constructivo es contemporánea de la bifurcación, y parece impulsar al sentido colaborativo. Esta es una imagen de la nueva agenda cosmológica civilizatoria. El cibermundo es un escenario privilegiado para observar y experimentar el proceso descrito antes. El cibermundo está conformado para favorecer la colaboración, pero también la dominación. El punto es que aparece por primera vez una plataforma global que favorece la colaboración, las posibilidades son múltiples.

MPT: En relación con este aspecto de la construcción de agendas, el pasado octubre, en la Cátedra UNESCO convocada por la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, el profesor Armando Mattelart estableció entre los temas la necesidad de repensar como elementos centrales recuperar la realidad de la sociedad de la información abordada desde el punto de vista del control y la vigilancia de los ciudadanos, la realidad de las industrias culturales consideradas desde su condición de industrias creativas, las cuales desempeñan un papel hegemónico en el mercado, que aparece hoy como elemento rector y articulador de la vida social y colectiva, y, finalmente, el debate sobre la relación existente entre comunicación y democracia. Este último debido a la crisis que hoy enfrentan Europa y Estados Unidos. ¿ Considera usted que esta agenda es válida para pensar la realidad de América Latina? ¿Existen otros temas que quedan fuera de ella y que son relevantes para entender la realidad del continente?

JG: Si la pregunta es sobre lo que opino de la propuesta del profesor Mattelart, la respuesta es muy corta, su propuesta no es pertinente para lo que yo trabajo, me parece que refuerza lo que para mí es solo una parte del movimiento general y no aporta algo de importancia pertinente a la otra parte. Sigue una agenda que viene de visiones y tratamientos que la comunicología emergente parece implicar y superar. Enfocar de nuevo a los dispositivos de ejercicio del poder parece tener sentido, pero no aporta nada relevante sobre cómo sería algo distinto, o cómo moverse hacia algo distinto. Su enfoque es lineal y unidimensional, no permite percibir o imaginar mundos posibles, mucho menos las operaciones concretas para su configuración. Sobre lo que los diversos sectores latinoamericanos hacen o pueden hacer con la propuesta del profesor Mattelart, eso es asunto de cada quien. Me parece que habrá algunos a los que les interesa, seguidores y admiradores de su trabajo. Otros no se enterarán, seguirán otras propuestas. Y algunos no tendremos interés en seguirlas por interesarnos otras visiones.

MPT: En esta Cátedra UNESCO, el tema de las redes sociales y su impacto estuvo presente en las diferentes mesas de trabajo, de modo especial en las que se trabajó la relación entre "política, ciudadanía y medios de comunicación". Independientemente de que como lo señala usted es prematuro hacer inferencias sobre esta realidad, acontecimientos como la elección del presidente Barac\ Obama, o la llamada "primavera árabe", mostraron nuevas formas de ejercicio de la política. ¿ Qué tan determinante ha sido internet en la ampliación y profundización de los procesos de democratización a escala mundial?

JG: En un posible diálogo con personas muy interesadas en la política, tal y como la vivimos hoy, a través de las agendas del periodismo y de la llamada crítica social, aparecen algunos puntos que me interesan, otros no. A los interesados en la política siempre les interesan los personajes y las declaraciones, eso es algo que no está en mi agenda personal de reflexión. El tema de las llamadas redes sociales y el internet ha ido apareciendo en esas agendas especializadas en política, pero poco es lo que me ha llamado la atención de sus conversaciones.

El interés sobre lo político empieza en el siglo XIX; se percibe a la vida social desde parámetros y guías que vienen de, por lo menos, hace un siglo. Lo contemporáneo solo es pertinente en cuanto a objeto, asunto, situación, acontecimiento. Esta lectura y su marco tienen un problema de ajuste sobre lo actual y contemporáneo. Intentaré un comentario sobre este tema, que me parece de lo más interesante, hasta cierto punto. Cuando aparece internet, y a lo largo de su breve y sustantiva historia, la reducción de su presencia a un lugar más en el catálogo de los medios masivos ha sido una norma. Percibir lo que implica la dinámica social mediada y promovida por el ciberespacio es un proceso que aún no llega a las agendas del sentido común de periodistas y analistas políticos convencionales.

En nuestro medio latinoamericano aparece la coartada de que la cibersociedad es marginal al espacio social mayoritario, y con ello se desentiende la percepción reflexiva convencional de observar y entender lo que sucede en nuestro medio desde que apareció el ciberespacio. Es increíble que no se pueda identificar por lo menos lo que implica que clases medias y clases altas estén conectadas; estos estratos sociales siempre han vivido una vida social distinta a la de las mayorías y han afectado en forma definitiva a las mayorías desde esa diferencia. Y lo que sucede hoy es de una magnitud por lo menos semejante, y no hay guías de valoración de la situación del efecto del ciberespacio en la vida social general.

El punto es que los académicos no están viviendo una situación muy distinta. Ellos se guían en forma cotidiana por las agendas oficiales y convencionales, no tienen necesidad de entender lo que esas agendas no incluyen, como el internet o la cibervida. Y cuando incluyen estos ámbitos en sus estudios, lo hacen con prejuicio y con poco método, con algunas excepciones. El resultado es que un movimiento avanza, el del cibermundo, y poco sabemos de lo que está sucediendo, más allá de estadísticas generales y datos comerciales. Los empresarios de la red están más enterados que los políticos, los académicos, los periodistas. Y en general nadie sabe qué sucede, todos estamos enfocados en agendas preciberespaciales, y cuando las ampliamos, no hay un efecto de fondo en la reorganización de los campos de percepción y lectura. La vida social como nunca supera en metabolismo a la inteligencia académica.

Y entonces aparece el tema de la democracia. El punto es si lo que entendíamos por democracia antes de internet es pertinente ahora, y solo para empezar. La vida social antes de internet se estructuraba de tal manera que nuestros viejos conceptos de democracia parecían estar vigentes, ante las realidades de sociedades autoritarias, verticales, desinformadas, desarticuladas en lo horizontal. Cuando aparece internet y aparece la comunicación horizontal, lo viejo deja de tener sentido en una parte, y necesitamos nuevos ojos y nuevas categorías. Me parece que el concepto mismo de democracia y las dimensiones en que lo construimos necesitan ajustes de fondo para encarar a la cibersociedad, su desarrollo y sus posibilidades constructivas hacia el futuro.

MPT: A este respecto, México vivió una experiencia interesante en el pasado proceso electoral que llevó a la presidencia a Enrique Peña Nieto, donde jóvenes universitarios conformaron el movimiento "Yo soy 132", demandando acceso a la información y exigiendo un proceso electoral justo y transparente, a través de distintos mecanismos, entre ellos el acceso a la información. ¿ Qué balance hace usted de este proceso de participación democrática y qué implicaciones tiene para el futuro?

JG: El fenómeno de movimiento social juvenil "Yo soy 132" es muy interesante para ejemplificar en parte el problema que tenemos de viejas visiones, ante la necesidad de nuevas visiones. La anécdota es corta. Un candidato a la presidencia, que hoy es presidente, se enfrenta ante un grupo de estudiantes de una universidad privada cara en Ciudad de México. En el momento, lo que parece que sucede es un juego de descalificación, que el grupo político convierte en una fiesta, cuando esconden al candidato en un baño. Era un juego de jóvenes contestatarios. La respuesta de la sociedad política, la prensa y los primeros críticos es por completo previsible, son jóvenes de izquierda, que quieren desestabilizar el proceso político mexicano; provocadores profesionales. Ante esta reacción oficial, común y corriente en nuestro escenario mexicano, los jóvenes hipsters, que tienen una distancia importante de la política mexicana, de lo mexicano, y sobre todo del sentido común del status quo mexicano, responden con un video que también es un juego ingenioso que circula en forma viral por el ciberespacio, para mostrar que son estudiantes comunes y no provocadores, y para poner en evidencia a políticos y a medios de difusión. Dos culturas distintas se enfrentan, una que viene del pasado, preciberespacial, que tiene por completo bajo control los rituales y acciones institucionales, y otra que viene del ciberespacio, de la vida cosmopolita, de las comunidades estéticas. Eso es lo más interesante de la anécdota.

En una semana, la reacción de jóvenes estudiantes acomodados y lejanos de la política común se convierte en un movimiento político juvenil gestionado por jóvenes estudiantes politizados. Y ahí vienen otros escenarios también muy interesantes. El punto es que la vieja política solo es capaz de identificar movimientos políticos bajo ciertos parámetros de una sociedad sin ciberespacio, sin comunidades estéticas, sin vida social horizontal, bajo una agenda de intereses donde todos son movidos por la búsqueda del poder. Así que cuando aparece un movimiento que repudia la situación misma del interés político tradicional, todo es una confusión y una emergencia. Con las semanas, todo vuelve a la normalidad. El gobierno es el gobierno, los jóvenes políticos son jóvenes políticos, la sociedad civil vuelve a la calma y a la inmovilidad, y los jóvenes hipsters regresan a sus territorios fuera de la vida oficial. Lo acontecido es, sobre todo, el roce de dos visiones que no se habían tocado, y que al tensionarse nos muestran lo que la cibercultura le está haciendo a nuestra vida preciberespacial.

El tema es fascinante, tanto que estoy escribiendo un libro con dos amigos, que estará listo en el 2013. La vida social nos seguirá sorprendiendo, sobre todo por el efecto del roce entre los dos mundos, uno anterior que no quiere irse, y uno actual que no termina de llegar. Nos conviene a los académicos, a los investigadores, apurarnos a entender estas trayectorias y tendencias para tener algo con qué acompañar por lo menos lo que sucederá.