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Signo y Pensamiento

Print version ISSN 0120-4823

Signo pensam. vol.32 no.63 Bogotá July/Dec. 2013

 

Comunicación y desarrollo Prácticas comunicativas y empoderamiento local

Marcelo Martínez Hermida y Francisco Sierra Caballero (Coords.)

Comunicación, serie Comunicología Latina Barcelona: Gedisa, 2012, 429 p.
ISBN: 978-84-9784-691-2

La serie 'Comunicología Latina', de Gedisa, sigue haciendo el ejercicio de sostener la dinámica del debate sobre el pensamiento en comunicación en habla hispana. Ante la débil oferta de otras editoriales, excepción hecha de la bien reconocida Crujía, la serie a la que pertenece el libro Comunicación y desarrollo está aportando para el trazado presente de las coordenadas del debate en comunicación.

El título obvio, pero abarcador, y el subtítulo que engancha el texto a las dinámicas del presente constituyen una buena propuesta y ante todo un ejercicio serio de un grupo de trabajo académico, la Red Europa América Latina de Comunicación y Desarrollo (REAL_CODE), y de los editores, al comprender lo que viene logrando en esta iniciativa. La cooperación, que en este caso se plantea con un diálogo con mayores simetrías que las usuales entre Europa y América, apela implícitamente a un diálogo entre sures globales en una lógica sur-sur, donde las dinámicas de protesta y movilización social, así como las movilizaciones comunicativas de identidades políticas en explosión desde el sur político de Europa, dialoga con la experiencia del sur latino en su diversidad y acumulado para enfrentar las crisis y construir aquello a lo que, por cierto desgaste terminológico, se ha dejado de llamar alternativo.

Si algo pone de presente el libro Comunicación y desarrollo es lo que significa el pensamiento latinoamericano hoy, y su capacidad de acción en unas nuevas dinámicas contrahegemónicas y en el escenario de las crisis de la Europa latina. Por esto, cabe resaltar algunos factores clave del conjunto del libro para poder entrar luego en el detalle, dando foco a las secciones.

Un factor que se debe resaltar lo constituye, a mi manera de ver, que la estructura del texto se corresponde con lo que podríamos pensar como marcas de la naturaleza del saber propio del pensamiento latinoamericano en comunicación. ¿A qué me refiero con eso? El libro aborda los fundamentos del debate sobre comunicación y desarrollo en la perspectiva del diálogo entre la reflexión y la experiencia, tal como se ha hecho en este ámbito desde hace años en el sur latino. En este diálogo cabe, y ese es un segundo factor, la polifonía que produce tanto el encuentro entre los debates más conceptuales y los relatos más cercanos a la acción, así como la pluralidad de las formas narrativas, donde participa desde el moldeado y ajustado artículo académico hasta las movilidades del ensayo y del debate reflexivo. Esto quiere decir que el texto no olvida que más allá de los esquemas de los estándares académicos de la indexación hay otras formas de decir y de saber que eligen formas discursivas como el ensayo o el relato.

Es en este lugar donde se puede resaltar el tercer factor, constituido por el aporte para enfrentar lo que podemos llamar, en términos de Boaventura de Soussa, el desperdicio de la experiencia, como lo hace desde la lógica de sus diálogos y sus apuestas de saber REAL_CODE: unir saberes diversos, traerlos al diálogo, contraponerlos, dejarlos enunciados. Todo esto se recoge en un cuarto factor que aunque ha sido señalado implícitamente en este comentario, no sobra recordar, y es el carácter profundamente dialógico (en el más freireano de los sentidos) de la apuesta del libro.

Comunicación y desarrollo hace un ordenamiento de su debate en tres momentos que estructuran el libro. Por un lado, un momento epistemológico en la primera parte ("Repensar las mediaciones. Nuevas fronteras de conocimiento"), que, de manera incisiva, toca el debate sobre lo que significa desarrollo (cambio) y junto con eso se hace en el fondo una pregunta clave: ¿qué sabemos y qué hacemos con lo que sabemos desde la experiencia en torno al desarrollo y el cambio en comunicación?

Esta pregunta y esta sección reflejan esa potencia, por un lado hacen un esfuerzo genealógico interesante, sin que se quede en la constatación de lo que hay (Gumucio), sino que se mueve a hallar lugares desde dónde pensar lo que se ha hecho. Por ejemplo, Carlos del Valle en su artículo propone algo interesante, no solo saber qué se ha hecho en comunicación y desarrollo, sino quiénes y desde qué lugares, instituciones y agencias, y nos deja el sabor de la duda por las intencionalidades que subyacen a las instituciones que han colaborado en la trayectoria de la formación del campo de estudios en comunicación y desarrollo.

Así, también lo vemos en Tomas Tuftte, quien señala preguntas clave y requerimientos: "revisar nuestras nociones de desarrollo, nuestras percepciones y usos de los medios y la comunicación y reconsiderar las posibilidades y limitaciones de las estrategias de nuestro camino hacia el cambio social" (p. 99). Creo que ahí hay una parte clave de cómo hacer esa genealogía que, más allá de la mirada celebratoria, permita una mirada crítica y sobre todo volcada a los reclamos del presente en diálogo con la variedad de la ecología comunicativa y sus dinámicas.

Cierro este primer punto de la dimensión epistemológica señalando los muy potentes —y debería decir incisivos— trabajos de Gustavo Cimadevilla y Cesar Bolaño, los dos en diálogo con la raíz profunda de lo que significa pensar desarrollo y cambio en América Latina. Por ejemplo, el texto de Cimadevilla nos propone los términos de dilemas y certemas como dos expresiones muy interesantes para nombrar un campo inestable como el de la comunicación y el desarrollo. Se reconoce en estos dos autores traer al debate comunicativo el diálogo con Celso Furtado y el diálogo de Cimadevilla con el trabajo de Kusch acerca de la América profunda. Es decir, con otros ámbitos de la reflexión sobre lo social que se ponen en juego en el proceso de interlocutar con las concepciones de desarrollo y cambio que vienen de la antropología, la economía, la sociología etc.

El debate metodológico corresponde a la segunda sección ("Metodologías y estrategias de intervención"), el cual creo que recoge algo muy importante en tanto se piensan en un solo bloque las metodologías y la intervención, esto es también un compromiso con ese pensar del que he venido hablando: se proponen abordajes metodológicos y de intervención no objetivantes, ni interpretativos, sino fuertemente comprensivos y orientados a la acción. En este sentido, ofrecen entradas posibles de esa búsqueda, como es el caso del análisis de redes y su diferenciación en la relación entre comunidades políticas y redes temáticas que proponen Daniela Favaro y Francisco Sierra, o la categoría y modo de acción que enriquece el concepto de género al verlo como modo de comunicar y como abordaje a la agenda pública en el trabajo de Lucía Benítez. Igualmente, otra entrada la ofrece la propuesta de abordar las comisiones fílmicas como modelo de gestión en la compleja relación entre imagen y ciudad, un fuerte componente que busca mover a la acción en el enfoque de Martínez Hermida.

Pero lo que en síntesis quiero decir no se trata de fórmulas, sino de acciones, de procesos en los que complejamente los modos de actuar y las maneras de intervenir se articulan y en los que queda un acumulado importante sobre las metodologías volcadas a la acción y no solo a la comprensión, que, creo, es uno de los tópicos sugestivos del libro. Y sobre todo quitarse el temor y el prejuicio del uso de términos como intervención, que siempre despiertan sospechas, pero que se pueden ver en su versión más reflexiva al traerlos al centro de la discusión.

Finalmente, el libro se cierra con el lugar del saber en el hacer ("Buenas prácticas"). Esta última sección ofrece elementos contundentes, pues desde la pluralidad narrativa logra recoger relatos divergentes, diversos, no académicos o, si se quiere, que se desmarcan de lo académico formal y buscan en la subjetivación, en el señalamiento de las fronteras e incluso en sus expresiones de compromiso o sorpresa, matices propios del modo de pensar que Eduardo Galeano llamó senti-pensante, constitutivos del decir, la experiencia propia del pensamiento que podemos llamar latinoamericano; igualmente, son relatos que dan cuenta de lo que se llamaría una diversidad de ecologías comunicativas en las que trabajamos y en las cuales se pueden desarrollar procesos de diálogo, al tiempo que se apuesta por la mirada y la acción críticas y transformadoras propias de este pensamiento en comunicación en la gama de trabajos que van desde los ensayos de Amparo Cadavid y Eliana Herrera, hasta las reflexiones sobre el 15-M de Alejandro Barranquero. Todos ellos entrañan en su capacidad de divergencia y de alternatividad una potencia de la utopía o tal vez de la heteropía.

Esto a su vez da cuenta de lo que yo llamaría una diversidad de ecologías comunicativas en las que trabajamos y en las cuales desarrollamos procesos de diálogo, al tiempo que apuesta por lo que llamaríamos ese toque necesariamente crítico y transformador del pensamiento latinoamericano en comunicación; esa gama que va desde los trabajos de las compañeras hasta las reflexiones sobre el 15 M de Alejandro Barranquero; que a la vez entrañan en su capacidad de divergencia y de alternatividad una capacidad de utopía o tal vez de heteropía.

Gilberto Eduardo Gutiérrez
Magíster en Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana
Profesor asistente del Departamento de Comunicación de la misma universidad,
Bogotá, Colombia