SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.26 issue1Self-assessment of quality of life and aging of Alzheimer development risk adultsSome old people life paths: experiences of an urban group author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307On-line version ISSN 2216-0280

Invest. educ. enferm vol.26 no.1 Medellín Jan./June 2008

 

INVESTIGACIÓN

 

Análisis de la periodización utilizada en historia de la enfermeríaa

 

Periodization analysis of history of nursing

 

 

Ana Luisa Velandia Morab

b) Enfermera General, Lic. en Enfermería, Magíster en Administración, Ph. D. en Ciencias Médicas, Profesora Emérita Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: avelandiam@yahoo.com

Cómo citar este artículo: Velandia Mora AL. Análisis de la periodización utilizada en historia de la enfermería. Invest Educ Enferm. 2008; 26(1): 36-47.

 

 


RESUMEN

En primer lugar se explora el significado de la periodización en historia. Seguidamente, se hace un examen de la periodización de los libros sobre historia de la enfermería más conocidos en el medio, analizando las obras de: Molina (1961); Frank y Elizondo (1961); Jamieson, Sewall y Suhrie (1968); Verderese (1980); Eseverri Chaverri (1984); Martínez y otros (1985); Ávila (1986); Donahue (1985-1993); Collière (1982-1993); Velandia (1994, 1995 y 2005); Hernández Conesa (1995); Aramayo (1997); Pérez González (1997); Siles (1999); García y Martínez (2001); Sánchez Puñales (2002); Benavent, Ferrer y Francisco del Rey (2003), Ancheta Niebla (2004). La intención es desvelar los enfoques externalistas e internalistas que subyacen al establecimiento o utilización de una periodización determinada y, específicamente, en la historia mundial o nacional de enfermería. Un objetivo complementario de este trabajo es dar a conocer, o “redescubrir”, autores de publicaciones sobre historia de la enfermería que no son suficientemente conocidos.

Palabras clave: historia de la enfermería, periodización de la historia, profesiones en salud.


ABSTRACT

The first part of this article assesses the importance of periodization in History; followed by an analysis of the different types of periodization as defined by the most popular publications within the field: Molina (1961); Frank and Elizondo (1961); Jamieson, Sewall y Suhrie (1968); Verderese (1980); Eseverri Chaverri (1984); Martínez et al. (1985); Ávila (1986); Donahue (1985-1993); Collière (1993); Velandia (1994, 1995 y 2005); Hernández Conesa (1995); Aramayo (1997); Pérez González (1997); Siles (1999); García y Martínez (2001); Sánchez Puñales (2002); Benavent, Ferrer y Francisco del Rey (2003), Ancheta Niebla (2004). The main objective of this article is to discover both the externalist and internalist approaches underlying an author’s decision to create or use a particular type of periodization. The secondary objective is to introduce or rediscover publications about history of nursing, from unknown authors.

Key words: history of nursing, periodization of history, health occupations.


 

 

INTRODUCCIÓN

Conceptos sobre periodización

En los estudios de historia, los investigadores establecen una serie de divisiones en periodos o etapas que se suceden en el tiempo y en el espacio. El por qué se hace y cómo se hace, no es algo indiferente, trivial o determinado al azar, ya que corresponde a unos fundamentos que tienen que ver con la manera de acercarse al conocimiento de la historia humana.

Galasso1 nos dice que la variación de la perspectiva historiográfica puede dar lugar, naturalmente, a distintas articulaciones de la periodización. Braudel2 plantea que todo trabajo histórico descompone el tiempo pasado y elige entre sus realidades cronológicas según preferencias y exclusividades más o menos conscientes. La historia tradicional, muy atenta al tiempo breve, al individuo, al acontecimiento, desde hace mucho tiempo nos ha habituado a su relato precipitado, dramático, de corto aliento. Existe, junto al relato tradicional, un recitativo de la coyuntura, que se ocupa del pasado en amplias porciones: decenas, veintenas o cincuentenas. Más allá de ese segundo recitativo, según Braudel, se sitúa una historia de aliento aún más sostenido, esta vez de amplitud secular: la historia de larga, incluso muy larga duración. La estructura domina los problemas de larga duración.

Según Cantón3, la posibilidad de reconocer “el tiempo” como una dimensión en la que nos encontramos inmersos requiere, en un primer momento, reconocer los cambios, los movimientos del mundo físico y social que nos permiten diferenciar un “momento” (ocurrencia de un evento) de otro. Esta operación de verificación se basa en la realización de “cortes” que determinan esos “momentos”. Los cortes a los que nos referimos, según Cantón, se realizan como efecto de una operación simbólica e imaginaria que nos permite, “al cortar”, generar una lectura de los eventos y crearles o integrarlos en un sentido.

Iracheta4, considera que la periodización en la historia no obedece a la arbitrariedad del historiador de imponer cortes al tiempo histórico. No se trata, como suele creerse equivocadamente, de fijar fechas para explicar los periodos históricos. Eso es cronología, sostiene. La periodización tiene un sentido más profundo. Debe responder a necesidades varias: “las de dividir el tiempo histórico en épocas que obedecen a leyes especificas; la localización de los momentos de cambio cualitativo y de las rupturas en la historia de un fenómeno; y el esfuerzo por ubicar la relación temporal que existe entre los sucesos particulares y la totalidad”5. Esto significa que la periodización descansa sobre bases teóricas y epistemológicas.

Tanto Zemelmann6 como Bagú7, enfatizan en los puntos de ruptura de las estructuras, frente a una larga duración, al parecer sin fin, propuesta por Braudel. En esta línea, Zemelmann6 explica cómo se realiza el análisis de las estructuras en el tiempo corto, insertando su explicación en la tradición marxista. Lo básico es descubrir lo estructural en el acontecimiento (fenómeno o fenómenos que tienen presencia en un tiempo corto), para reconstruir la estructura a partir del acontecimiento. Cardoso8 analiza que en ciertos textos de Braudel, el tiempo aparece como algo exterior que se impone a los hombres.

Gallini9, considera que la historia no debería absorber acríticamente las temporalidades heredadas por la tradición historiográfica. Entonces, parece abrirse dos rumbos para los historiadores. Por un lado, la historia latinoamericana puede seguir las sendas ya trazadas en otras latitudes y beneficiarse de la experiencia, en particular norteamericana y europea. Existe, sin embargo, otro rumbo que no necesariamente debería pensarse como antitético al primero; se trata de buscar una “vía latinoamericana” a la historia.

Para Torres10 el problema de la periodización de la historia está directamente determinado por la teoría, la metodología y la filosofía de la historia. La periodización y la posición que cada historiador asuma respecto a ésta, corresponde, fundamentalmente, a su posición filosófica.

Historia de las profesiones

En el prólogo al libro de Hernández Conesa11 se plantea que la naturaleza disciplinar se caracteriza, ante todo, por la existencia de un núcleo conceptual. El conjunto de conocimientos que configuran este núcleo puede surgir de muy diversas formas. En unos casos, la propia naturaleza y organización de los conocimientos establece el estatuto epistemológico de las ciencias básicas. En ese caso, es la propia naturaleza del conocimiento y su organización lógica la que se impone con evidencia como ciencia. En otros casos, en cambio, como suele ocurrir en las disciplinas aplicadas, técnicas o prácticas, el proceso de configuración científica procede de una manera determinada en gran medida por factores históricos y sociales. Tal es el caso de las profesiones que, habiendo tenido un origen práctico y asistemático, han ido organizándose a través de los siglos como actividades o profesiones altamente estructuradas, con un amplio campo de conocimientos específicos pertinentes a esas prácticas, una metodología precisa y definida y un objeto, material y formal, perfectamente identificable.

En el campo de la historia de las ciencias y la tecnología puede encontrarse una gama de posiciones que van desde una perspectiva epistemológica internalista hasta las de un enfoque sociológico externalista, pasando por lo que se ha denominado historia social de las ciencias, como una alternativa para integrar las perspectivas enfrentadas. La perspectiva internalista trabaja sobre la construcción de un tipo de saberes y de práctica, analizando los cambios teóricos y metodológicos que sustentan esos saberes y prácticas de una disciplina o profesión12. La perspectiva externalista utiliza categorías de la sociología de las profesiones para organizar la información y establecer relaciones, para entender, e incluso arriesgar, explicaciones sobre las transformaciones que ocurren en un momento dado y en un contexto determinado13.

En enfermería, desde comienzos de la década de los 90 podemos sentir un llamado a la historia internalista. En el prólogo al libro de Hernández, la enfermería cuenta ya no sólo con unas prácticas asistemáticas y ocasionales, sino con una historia de los cuidados de enfermería. Y “ninguna disciplina renuncia a su historia por momentos difíciles y negros que pueda haber atravesado”11.

Resulta todavía más exacta esta afirmación cuanto más práctica es la profesión historiada, hasta el punto que algunas de las profesiones que han llegado a constituirse como disciplinas con un cuerpo teórico propio no pueden reconocerse epistemológicamente sin el sentido de su historia como profesión. En el prólogo a su libro, Collière sobre este punto aporta: “La clave de la evolución de la profesión parece estar en aclarar la evolución de los cuidados de enfermería, no trazando un perfil de lo que es, lo que debe ser o en lo que se debe convertir la (el) enfermera sino identificando la naturaleza, la razón de ser, el significado, la valoración social y económica de la prestación profesional que se ofrece a los necesitados de cuidados”1.

Yo misma, en otros escritos, he planteado la necesidad de pasar de la profesionalización al profesionalismo. Entendiendo la profesionalización como el fenómeno de reconocimiento social a las ocupaciones que han logrado o buscan un status profesional14. Y entendiendo el profesionalismo como una de las formas más institucionalizadas de control ocupacional, o como actitudes profesionales o atributos actitudinales, los principales de los cuales serían los siguientes: uso de la organización profesional como principal referente, creer en el servicio público, creer en la autorregulación, poseer sentido de vocación y tener un sentido de autonomía15.

Gallego16, considera que falta una visión nueva de la historia como conjunto. Cuando uno trabaje la idea de sintetizar la historia de un tema en particular, por ejemplo la historia de la enfermería en América Latina, si pretende incorporar las orientaciones de la nueva historia, el resultado no podrá ser el mismo que el de una historia clásica de la enfermería en el siglo XX. Debemos dar razón de nosotras mismas.

Un aporte interesante de este autor es lo que yo llamaría el compromiso con la historia, o mejor, la necesidad de hacer una historia comprometida. Al respecto dice que quienquiera tenga que ver con la historia tiene que comenzar por explicitar su propia concepción de la vida. Hobsbawm17, al hablar sobre “la historia desde abajo”, la asimila a la historia de los de abajo, la historia vista desde abajo o la historia de la gente corriente. La mayor parte de la historia que escribían los cronistas y eruditos desde el principio de la alfabetización hasta, digamos, finales del siglo XIX, nos dice muy poco sobre la gran mayoría de los habitantes de los países o estados que eran el tema de dicha historia. De ahí la pregunta de Brecht: ¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?

En tiempos pasados la mayoría de la historia se escribía para glorificar a los gobernantes y, tal vez, para que éstos la usaran en la práctica. La historia de la gente corriente como campo de estudio especializado comienza con la historia de los movimientos de masas del siglo XVIII. Yo me atrevo a aventurar aquí la idea de que la historia de la enfermería es historia desde abajo, por una parte por ser historia de mujeres, y por otra, por ser historia de un grupo que generalmente ha sido “la mano derecha de”, a veces hasta “muy cerca del corazón de”; pero con muy poca frecuencia, “hombro a hombro con”.

Desde los años setenta, la historia de las mujeres resulta ser uno de los ámbitos más renovadores de la investigación histórica, debido tanto a la novedad de su sujeto de investigación como a la flexibilidad de una metodología que ha ido experimentando profundos cambios18.

Análisis de algunos elementos de la periodización utilizada por los autores seleccionados

El interés por la historia de las ciencias como disciplina autónoma es relativamente reciente, y todavía se trabaja en la definición de su objeto y su metodología, al decir de Cardona19.

La intención de este trabajo es desvelar los enfoques sociológicos, políticos, económicos, religiosos y de otros ó rdenes que subyacen al establecimiento o utilización de una periodización determinada y, específicamente, en la historia mundial o nacional de enfermería.

Para el análisis de la periodización de la historia mundial de la enfermería, utilizaremos los libros de María Teresa Molina, editado en Argentina en 1961; de Frank y Elizondo, editado en México en 1961, de Jamieson, Sewall y Suhrie, publicado en español en 1968; el trabajo de Ehreinreich y English, publicado en español en 1979; el libro de Marie Françoise Collière, publicado en francés en 1982 y en español en 1993; de Cecilio Eseverri, editado en España en 1984; de Patricia Donahue, publicado en español en 1993; de Juana Hernández, editado en España en 1995; de José Siles, publicado en España en 1999; de Sánchez Puñales, publicado en Uruguay en 2002, y de Benavent, Ferrer y Francisco del Río, publicado en 2003, también en España. Tangencialmente, revisaré dos trabajos, uno de María Mercedes Durán de Villalobos y otro de María Consuelo Castrillón publicados, respectivamente, en 1998 y 2002 en Colombia.

La periodización de la historia de la enfermería en América Latina es estudiada teniendo en cuenta las publicaciones de algunas autoras latinoamericanas: la muy conocida de Verderese en relación con América Latina, de 1980; la de Martínez, Latapi, Hernández y Rodríguez en un trabajo enfocado en México en 1985, y otro de Ávila sobre México de 1986; de Velandia, su libro sobre la historia de la enfermería en Colombia, de 1995; una historia de la enfermería boliviana, de Delicia Aramayo, de 1997; el trabajo de Lydia Pérez sobre la enfermería en Puerto Rico, de 1997; un trabajo de Velandia enfocado en Bolivia, en 2001, otro trabajo de la misma autora sobre América Latina, publicado en 2005; la historia de la enfermería en Uruguay, publicada en 2002, y la historia de la enfermería en Cuba, de Eduarda Ancheta, publicada en 2004. Tangencialmente, un trabajo de Zárate sobre el Perú, de 1992 y uno de Gómez Serrano sobre Colombia, de 2002.

Se utiliza la clasificación en historia externalista o sociológica e internalista o epistemológica, como esquema central de análisis. Dentro del externalista, podemos ubicar un enfoque de corte religioso, y por lo menos otro diferente, el enfoque con matiz sociopolítico y, a veces, también antropológico. Por su parte, en el enfoque internalista también podemos ver varias corrientes: una orientada al análisis del desarrollo teórico, otra al análisis de la evolución de la práctica o de los cuidados, y una tercera, a la evolución de la formación de personal, o dicho de manera más concreta, de la educación. Podría haber una cuarta orientación, que combina varias de las anteriores.

Sobre este tema, yo he planteado en otras ocasiones que la historia externalista sería la historia de la profesión como gremio; y la historia internalista, sería la historia de la disciplina como cuerpo de conocimientos. Otra variante de análisis es la de la historia oficial, frente a la historia cotidiana, o historia desde abajo, de que habla Hobsbawm.

Summers20 muestra que hay dos estereotipos representados en las Hermanas de la Caridad y en Sarah Gamp, la enfermera de la obra de Dickens, Martin Chuzzlewit, publicada en los años 1843 - 44.

Enfoque externalista

Religioso

Entre los trabajos analizados, Frank y Elizondo21 utilizan un enfoque de corte religioso, no sólo por su periodización en: la era precristiana; el cristianismo desde el siglo I al siglo XV; el periodo de transición; el periodo moderno; y la sociedad contemporánea, sino por la importancia que le dan al cristianismo en la historia de la enfermería.

Donahue22, no tanto por la periodización que utiliza, que no tiene una orientación muy definida, sino más bien por los análisis que hace, también se puede ubicar en este enfoque religioso.

Sociopolítico

Eseverri inicia el capítulo sobre la protoenfermería americana, haciendo un análisis de la periodización utilizada por los historiadores de la historia americana. “Hay quienes la dividen en dos periodos. Uno que trata de cuanto se sabe de antes del descubrimiento y, otro, de cuanto se conoce de después del descubrimiento. Para otros autores, sin embargo, la historia americana presenta tres aspectos diferenciados: cuanto aconteció antes del descubrimiento; el periodo que transcurrió entre el descubrimiento, la exploración, la colonización, etc., y el tiempo transcurrido entre las colonias establecidas y su emancipación”23.

Benavent, Ferrer y del Rey24, en el capítulo I: “ Configuración y evolución de la enfermería”, analizan los aspectos que han influido en ello y los clasifican en dos grupos. Generales: organización social, consideración de la persona, concepción de salud, tipo de atención a la salud; y de la profesión: sobrenaturales/religiosos, de género, bélicos/militares, la medicina, el tipo de conocimiento. El análisis, al decir de las mismas autoras, ha sido planteado desde una perspectiva sociológica, tratando de considerar los diferentes fenómenos que han intervenido en la configuración de la enfermería y de las enfermeras en los distintos periodos de la historia.

Verderese25 hace un análisis histórico de la práctica de enfermería en América Latina, explicando los cambios más importantes en este campo como consecuencia de transformaciones en la totalidad social, sin dejar de reconocer un cierto grado de autonomía en la determinación de ciertas características de la enfermería, que son resultado de una dinámica interna. En tal sentido, en su caracterización de la práctica de enfermería, la práctica de salud y la estructura socioeconómica, señala tres etapas: 1900 a 1930, caracterizada como de “desarrollo hacia fuera”; de 1930 a 1960, como de “desarrollo hacia adentro”; y de 1960 en adelante (hasta finales de la década del 70), como una época de implantación de un nuevo modelo de acumulación capitalista. Esta clasificación fue utilizada posteriormente en algunos trabajos sobre historia de la enfermería, como me parece que es el caso de Zárate26 para la historia de la enfermería en el Perú, en un trabajo presentado en una reunión internacional, pero del que, infortunadamente, no hay publicación conocida. El autor trabaja sobre los siguientes periodos: 1900 – 1930, 1930 – 1960; y añade dos periodos: 1960 – 1990; y situación actual y perspectiva.

Á vila, en un trabajo enfocado en México, dice textualmente: “ La enfermería, en su desarrollo histórico, ha pasado por diferentes etapas que, a nuestro juicio, pueden clasificarse en tres grandes épocas, de acuerdo con una perspectiva marxista: la empírica asistencial, la científica individualista, y la concepción integral y totalizadora que comienza a desarrollarse en la actualidad. Ésta última se basa en el conocimiento histórico de la persona inmersa, tanto en el proceso salud–enfermedad, como en la estructura políticosocial y su interrelación dialéctica”27.

Sánchez Puñales, en la introducción a su libro, plantea: “ Teóricamente consideramos que un estudio de esta naturaleza (histórica), debería correlacionar la educación y la práctica de enfermería conformando una relación dialéctica con el contexto socioeconómico general, y en particular de salud de la población, en que ambas se desarrollan; y todo ello a la luz de las transformaciones científico–tecnológicas que van operándose”28. Y su periodización es abiertamente política, pues dedica tres de las nueve partes de su libro a la enfermería universitaria, desde su origen hasta la dictadura militar, y luego la quinta parte, a los efectos de la dictadura militar sobre la enfermería uruguaya.

Otros han hecho análisis específicamente de corte sociológico, como Martínez y otros29; quienes plantean que hay siete características de la enfermería que la especifican sociológicamente: el ser profesión femenina, la procedencia de sus miembros, predominantemente de estratos sociales bajos, la naturaleza no universitaria de sus estudios, la supeditación de su práctica al médico, el bajo nivel de su remuneración, el carácter cautivo de su ejercicio y su debilidad gremial y política. Esta caracterización, aun cuando puede tener algunos elementos comunes a otros países de América Latina, a mi parecer es aplicable al México de comienzos de la década de los años ochenta.

Dentro de este enfoque sociopolítico se enmarca también la relación de la historia de la enfermería con la historia de la región del mundo estudiada.

En este sentido, Colliére12 analiza la influencia de las corrientes socioeconómicas sobre el “rol de la enfermera”. 1) la corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermería, 2) la corriente de revalorización de la relación cuidador – persona cuidada, y 3) la corriente centrada en el desarrollo de la salud.

Siles30 hace un análisis socioantropológico, y dentro de este enfoque identifica los siguientes periodos: prehistoria y cuidados de la salud; la fase religioso – institucional en la historia de la enfermería; la enfermería preprofesional; y finalmente, incluye un capítulo sobre el futuro de la enfermería como ciencia y como profesión. Para el análisis de los primeros periodos establece un esquema socioantropológico, centrado en dos ejes: a) vida cotidiana y cuidados de la salud; y b) cuidados de la salud en el plano religioso – institucional.

Velandia13, teniendo en cuenta el desarrollo socioeconómico y político de su país; su sistema educativo y de salud; su influencia en la educación; la evolución de la práctica; el desenvolvimiento científico; y el desarrollo legislativo y gremial de la profesión; establece cuatro etapas para el análisis global de los fenómenos: a) de 1900 a 1934, b) de 1935 a 1954, c) de 1955 a 1974, y d) de 1975 a 1994.

Aramayo31, organiza su trabajo sobre la enfermería en Bolivia (1997), en los siguientes temas: la precolonia; la colonia; la época republicana; la guerra del Pacífico; Los caminos hacia la profesionalización de la enfermería; El camino es largo pero va hacia delante; La función de la enfermería en la guerra del Chaco; La posguerra; Se inicia la lucha hacia el progreso de la profesión; La década de los años 60; Conflicto en el seno de la comunidad de enfermería, y finalmente, Ingreso de las escuelas de enfermería de La Paz a la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés).

Pérez, en el prefacio de su libro, expone: “La búsqueda de datos y eventos históricos sobre la profesión de enfermería se originó en los documentos escritos sobre la historia de Puerto Rico desde las siguientes épocas: precolombina, colonización española, soberanía americana y contemporánea”32.

La periodización establecida por Ancheta33 es la siguiente: Primera parte: Época precolombina, colonial y de intervenciones norteamericanas; Segunda parte: Época republicana; Tercera parte: Época revolucionaria; Cuarta parte: Complementos.

Velandia34, en su trabajo sobre influencias étnicas en la enfermería latinoamericana, consultó la periodización que manejan: Eseverri, Donahue, Velandia (1995), Aramayo y Siles; y con base en ellos, estableció los siguientes periodos: Periodo precolombino o prehispánico, hasta finales del siglo XV; Exploración y colonización, de los siglos XVI a XVIII; Emancipación o República: siglo XIX, y Contemporáneo: siglos XX y XXI.

Enfoque internalista

Desarrollo teórico

Durán de Villalobos35, en su libro “Enfermería: desarrollo teórico e investigativo”, presenta, primero, una evolución de las definiciones de enfermería y luego, el desarrollo teórico e investigativo de enfermería, siguiendo las etapas planteadas por Meleis en 1985, y las cuales, son de: 1) práctica, 2) educación y administración, 3) investigación, y 4) teoría de enfermería o desarrollo teórico, propiamente dicho. Complementa diciendo que la etapa investigativa se desarrolló con más lentitud y no tan dramáticamente en Inglaterra y los países nórdicos; en América Latina, y especialmente en Colombia, Brasil y Chile, el cambio fue significativo.

Velandia13, en su eje de análisis sobre el desarrollo científico tecnológico de la profesión, establece una serie de indicadores con el objeto de evaluar el desarrollo del cuerpo de conocimientos de la profesión a partir de la producción científica del gremio.

Evolución de la práctica

Ehrenreich y English36 analizan la enfermería desde la evolución de su ejercicio, y formulan varias etapas de los cuidados: la de las mujeres curanderas, la de las brujas, la de las comadronas, y la de las enfermeras.

Según Collière12, inicialmente se pueden identificar los cuidados en la mujer, luego se identifica una práctica de los cuidados administrados por (mujeres) consagradas y luego se identificaron los cuidados en la (mujer) enfermera – auxiliar del médico, y en este momento se puede hablar de una filiación conventual y luego de una filiación médica, de lo cual surge una valoración social y un valor económico de la enfermería, relacionados con la doble filiación conventual y médica. Establece tres momentos en la evolución de la práctica: 1) la corriente vinculada a la técnica y centrada en la enfermería, 2) la corriente de revalorización de la relación cuidador – persona cuidada, y 3) la corriente centrada en el desarrollo de la salud. Esta conceptualización ha sido utilizada posteriormente por otras enfermeras, como es el caso de Castrillón37.

Respecto a la evolución de los cuidados, Collière12 describe cuatro etapas: la doméstica, la vocacional, la técnica y la profesional. Estas etapas han sido utilizadas por otros autores, como Hernández Conesa11, García y Martínez38, para analizar la historia del cuidado enfermero. Al igual que Colliére y Siles, podemos decir que Hernández también analiza la evolución de los cuidados como evolución de la práctica y como concepción teórica.

Velandia13, al reconstruir la historia de la enfermería en Colombia, en el aparte sobre el proceso de profesionalización de las ocupaciones, con base en un trabajo de Wilensky39 que resume la historia de 18 ocupaciones en los Estados Unidos, entre ellas la enfermería, y establece un orden de los acontecimientos cruciales o criterios históricos generales de un proceso típico por el cual han pasado todas las ocupaciones para llegar a la profesionalización, analiza ese mismo proceso en la enfermería colombiana: el trabajo respectivo se empieza a hacer de tiempo completo; se establece una jurisdicción técnica; los primeros maestros de la técnica o los primeros promotores del movimiento se preocupan de los estándares de entrenamiento, si no se inicia dentro de la universidad; esta escuela comienza a hacer conexiones académicas; los maestros y activistas de la ocupación promueven luego organizaciones más efectivas, primero a escala local y luego nacional; al final del proceso aparece la protección legal para el monopolio de la habilidad profesional y se acogen a un código formal de ética.

Ávila dice textualmente: “La enfermería, en su desarrollo histórico, ha pasado por diferentes etapas que, a nuestro juicio, pueden clasificarse en tres grandes épocas, de acuerdo con una perspectiva marxista: la empírica asistencial, la científica Individualista y la concepción integral y totalizadora que comienza a desarrollarse en la actualidad”27.

Por su parte Martínez, Hernández, Rodríguez y Latapi40, al hacer la reconstrucción de la historia de la carrera y profesión de la enfermería en México, siguen las tres vertientes que, según ellos, ha tenido la profesión en ese país: la enfermera–partera, la enfermera–sanitaria y la enfermera-hospitalaria.

Sánchez Puñales28 dice que en toda actividad humana que culmina como profesión científica, es posible reconocer: una etapa precientífica, una etapa de transición y una tercera etapa de identificación científico profesional.

Evolución de la educación

Con mucha frecuencia en las historias nacionales de enfermería, los datos se orientan, o casi se circunscriben, a la formación de personal y, especialmente, a las escuelas de enfermería.

Fitzpatrick41, citada por Donahue, describe las siguientes cuatro fases dentro del desarrollo de los programas universitarios de enfermería (en los Estados Unidos de América): 1) Orígenes: 1930-1952; 2) Etapa de transición: 1953-1964; 3) Regionalización, la del Sur y la del Occidente; y 4) Maduración de la licenciatura: 1964-1975.

Velandia42, para el estudio de la evolución de la educación de enfermería en Bolivia, consideró conveniente utilizar la periodización establecida por el Colegio Nacional de Enfermeras de Bolivia (1988), añadiendo a ella una cuarta etapa y algunos antecedentes históricos, así: a) Antecedentes históricos de la enfermería en el país. Aquí aprovecha el trabajo de Aramayo (1997) ya mencionado; b) Organización inicial: de 1913 a 1937; c) Periodo de consolidación: de 1938 a 1969; d) Periodo de avance académico: de 1970 a 1983; y e) Aparición de nuevas escuelas: a partir de 1984.

Sánchez Puñales28 orienta varios de los objetivos de su estudio a analizar elementos relacionados con la educación: creación de una escuela, características de la formación en otra, situación de una tercera en determinada é poca, formación sistematizada de auxiliares de enfermería.

De tal manera, algunos autores tratan de hacer una historia externalista-internalista, como serían los casos de Colliére, Hernández, Velandia y Siles.

Historia oficial

El libro de Jamieson, Sewall y Suhrie43 podría corresponder a lo que llamamos historia oficial, es decir aquella que utiliza la periodización clásica, de corte “eurocentrista” y presenta la versión más aceptada de determinados hechos históricos. Ellas dividen su trabajo en los siguientes periodos: Las civilizaciones antiguas; La edad media; La era moderna de la civilización científica y social; y La evolución científica y social acelerada.

A Donahue22 también la podríamos ubicar dentro de este enfoque. Ella presenta la siguiente organización: 1) Los orígenes de la enfermería. El cuidado de los enfermos en los pueblos primitivos; 2) Las civilizaciones antiguas. El oriente medio, el extremo oriente, el mundo mediterráneo y el lejano este (las Américas); 3) La enfermería en el mundo cristiano. La primera era cristiana y la alta edad media; 4) La enfermería en un mundo en transformación: influencias aristocráticas y militares. La baja edad media; 5) La enfermería en transición. El renacimiento y la reforma; 6) El desarrollo de la enfermería en América. El nuevo mundo; 7) El avance hacia nuevas fronteras. El cambio de siglo; 8) Las enfermeras en acción, y 9) El escenario cambiante de la enfermería.

Historia desde abajo

Ehrenreich y English36 plantean que la supresión de las mujeres trabajadoras de la salud y el surgimiento del dominio de los profesionales hombres, no fueron procesos “ naturales”, resultantes automáticamente de los cambios en la ciencia médica. La supresión de las curanderas fue parte de un conflicto político, unido a conflictos más generales de clase y de sexo. Concluyen que la mujer no ha sido una circunstancia pasiva en la historia de la medicina. El presente sistema (el de la enfermera como auxiliar del médico), nació y se formó en la competencia desigual entre el hombre y la mujer curandera. El profesionalismo médico no es otra cosa que la institucionalización del monopolio de la clase alta masculina. En este sentido es un enfoque de la historia de la enfermería como historia de las mujeres.

Sánchez Puñales28, en las hipótesis interpretativas que plantea para su trabajo, expone una serie de suposiciones relacionadas con la vinculación y dependencia de la enfermería uruguaya de la clase médica y los valores derivados de una disciplina autoritaria de tipo religioso– militar.

Otras formas de periodización

Algunas autoras parecen no seguir un enfoque determinado o utilizar caminos diferentes para sus exposiciones. Es el caso de Molina44, que inicialmente hace una historia mundial de la enfermería utilizando los periodos clásicos de la historia universal, y luego toma una serie de temas relacionados con la historia de la enfermería en su país, Argentina.

En este libro de Molina no se encuentra propiamente una periodización de la historia de la enfermería. La organización de los capítulos está más enfocada en el tratamiento de temas de interés para la autora. Es de anotar que esta obra tiene un valor muy grande, dado que parece ser la primera historia de la enfermería en el ámbito mundial escrita en español y, además, que haya sido escrita por una autora de América Latina.

Eseverri Chaverri hace una organización semejante a la de Molina, en la cual es más visible su interés en algunos temas en particular, que la presentación de la historia de manera periodizada.

Ejes de análisis

Velandia establece como ejes para el análisis socio-histórico del proceso de profesionalización de la enfermería en Colombia: Educación, práctica, conocimiento científico– tecnológico y aspectos ético–legales y gremiales, que ya habían sido definidos en trabajos anteriores de la misma autora (1986)45, (1990)46, 1992)47, (1992)48, los cuales, en su intento de aclarar las influencias recibidas y sus aportes al desarrollo nacional, se estudian más en detalle como: prácticas de salud, sistema educativo nacional, educación femenina universitaria, educación de enfermería, desarrollo científico y tecnológico de la profesión, práctica de enfermería, evolución legal y gremial y permanencia de las herencias recibidas por tradición. Estos ejes de análisis parecen haber influido posteriormente en otras autoras colombianas, como parece ser el caso de Gómez Serrano49, quien en su artículo sobre la profesionalización de la enfermería en Colombia, presenta las siguientes características de la profesión: educación formal, prestación de un servicio, organización colegiada o gremial, cuerpo de conocimientos, y agrega un elemento, la tradición escrita, que Velandia había incluido dentro del conocimiento científico tecnológico.

Si nos atenemos a los objetivos trazados por Sánchez Puñales28 para su investigación, encontramos que orienta su trabajo al conocimiento y análisis de: la formación de enfermeras y auxiliares de enfermería, la integración de la fuerza de trabajo de enfermería y las condiciones laborales existentes, la evolución del departamento de enfermería de un importante hospital, las características de la organización gremial, el imaginario social de las mismas enfermeras y de las autoridades, los efectos de la dictadura militar y, de manera colateral, la influencia extranjera sobre la enfermería uruguaya.

Modelos de periodización de la historia de la enfermería en América

El tema de una periodización específica para la historia americana resulta fundamental. La historia americana arrastra, de hecho, un notorio desfase con respecto a la del resto de la humanidad. Esta situación particular dificulta la aplicación del modelo de periodización del Viejo Mundo: (prehistoria, historia antigua, media, moderna y contemporánea), porque las cosas no sucedieron del mismo modo y al mismo tiempo en todos los lugares.

Diferentes autores han propuesto modelos de periodización diseñados específicamente para el continente americano. Vitale50, en un intento por superar la unilateralidad que conlleva toda periodización, contempla la existencia de los siguientes periodos o formaciones sociales: Primero: pueblos cazadores-recolectores; Segundo: revolución neolítica de los pueblos agroalfareros; Tercero: transición entre la producción comunal y las formaciones sociales incas y aztecas; Cuarto: modo de producción comunal – tributario de los incas y aztecas; Quinto: Formación social colonial que se inicia con la colonización hispano–portuguesa que culminará en el siglo XIX; Sexto: revolución anticolonial (1804–1860); Séptimo: consolidación de la formación social capitalista primaria exportadora (1860–1890); Octavo: Formación semicolonial I en los inicios de la fase imperialista (1890–1930); Noveno: Formación semicolonial II, o paso de la sociedad rural a la urbana – industrial (de 1930 en adelante).

Trataremos de identificar las diferencias en la periodización de la historia de la enfermería en América, hecha por los autores latinoamericanos, y a las procedentes de otras regiones del mundo. Esta periodización ha sido estudiada teniendo en cuenta las publicaciones ya citadas y otra de Velandia42.

Molina44, luego de presentar la historia de la enfermería mundial, dedica un capítulo a la enfermería americana y varios a la de su país.

Frank y Elizondo21, en el periodo que llaman de transición, presentan la influencia del renacimiento y la reforma en la sociedad, de la enfermería en el Nuevo Mundo (Centro y Sur América), en México y América del Norte, y específicamente en los Estados Unidos.

Jamieson, Sewall y Suhrie43, en su capítulo Evolución científica y social acelerada, hablan de la enfermería en Iberoamérica y en otros países.

Eseverri, aun cuando su libro se titula: Historia de la Enfermería Española e Hispanoamericana, sólo dedica uno de sus 18 capítulos a la protoenfermería americana, y en otros dos habla de los hospitales americanos e hispanoamericanos. Donahue dedica uno de sus 9 capítulos al desarrollo de la enfermería en América.

Hernández11, al hablar de la enfermería en la Universidad, dice que las enfermeras latinoamericanas participan del movimiento anglosajón desde finales del siglo XIX, por lo que sus certificados, evidentemente, contemplan la obtención de títulos académicos superiores, y cita, aun cuando con algunos errores en las fechas, las primeras escuelas de enfermería en América Latina.

 

DISCUSIÓN

Es necesario anotar que, en general, la periodización utilizada por los historiadores de enfermería estudiados en este trabajo, es de corte tradicional, está más orientada al tiempo breve, al individuo, al acontecimiento, al decir de Braudel2. Algunos autores, junto al relato tradicional, buscan un recitativo de la coyuntura, que se ocupa del pasado en porciones más amplias. Sin embargo, muy pocos autores van más allá de ese segundo recitativo que, según Braudel, promueve una historia de aliento aún más sostenido, esta vez de amplitud secular.

La historia de la enfermería en este continente fue inicialmente escrita por norteamericanas y muestra la evolución en los países que estaban a la vanguardia del desarrollo de la enfermería. Los autores españoles han hecho intentos de adentrarse en la historia de la enfermería en sus excolonias, tratando de rescatar su carácter iberoamericano.

Parece que la mayoría de las autoras latinoamericanas han querido establecer para sus trabajos una periodización de carácter sociopolítico, que nos hace recordar la propuesta de Vitale para la periodización de la historia americana. Y de tal manera, se han separado del enfoque eurocentrista de la historia y de su periodización.

Aun cuando el objetivo central de este trabajo es hacer visibles los enfoques sociológicos, políticos, económicos, religiosos y de otros órdenes que subyacen al establecimiento o utilización de una periodización determinada, se pretende hacer un resumen comparativo de los periodos establecidos por los autores estudiados, con el á nimo de orientar a los lectores y, en cierta forma, como una propuesta de análisis para los historiadores de enfermería. El resumen se presenta a manera de tablas: periodización de la historia mundial de enfermería, periodización del desarrollo teórico de enfermería y periodización de la historia de la enfermería en América Latina.

 

REFLEXIONES A MANERA DE CONCLUSIONES

Las autoras anglosajonas, y específicamente Donahue, centrando la historia de la enfermería en el norte de Europa, plantean que hubo un periodo oscuro de la enfermería, entre 1550 y 1850, relacionando su inicio con la aparición del protestantismo y su terminación con la aparición de Florencia Nightingale. Aun cuando no se puede negar la importancia de estos hechos, tenemos ya muy claro que en el sur de Europa hubo un gran desarrollo de la enfermería con las órdenes religiosas creadas por esta época. La más destacada de estas órdenes fue una de hombres, los Hermanos de San Juan de Dios, o Hermanos de la Misericordia, fundada en España en 1538 por un portugués, Juan Ciudad, conocido como Juan de Dios. Otra orden de enfermería de hombres que alcanzó gran renombre, fue la Orden de Enfermería de los Ministros de los Enfermos, fundada por San Camilo de Lelis. Y otra muy interesante es la de las Hermanas de la Caridad, fundada por San Vicente de Paúl, sacerdote católico francés.

A desvelar esta situación han contribuido las nuevas visiones desde Francia y España, como son los casos de Colliére, quien ha iluminado a otros autores, Siles, Hernández, y Garbayo y Ferraz51; aun cuando se quedan sin citar muchos trabajos españoles. Algo muy significativo son los aportes de las historias nacionales de enfermería: Argentina, Bolivia, Colombia, Puerto Rico, Cuba y Uruguay. Otras manifestaciones son las historias especializadas de facultades o escuelas de enfermería, de asociaciones gremiales y las biografías de aquellas colegas que se consideran más significativas en cada país. Por otra parte, se están utilizando otras fuentes y otras maneras de expresión surgidas de los avances tecnológicos, como son, por ejemplo, los videos que recogen aspectos históricos de personas o instituciones. Finalmente, se hace necesario seguir construyendo la historia propia de la enfermería: hecha por las mismas enfermeras, analítica y no meramente descriptiva, enfocada a los hechos nacionales y que llegue hasta el presente, de tal forma que al comparar y hacer analogías del presente con el pasado, se construyan ejes tendenciales hacia el futuro y así sea posible visualizar sus perspectivas de desarrollo.

Tabla1. Periodización de la Historia Mundial de Enfermería

Tabla 2. Periodización Desarrollo Teórico Enfermería

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Galasso G. Nada más que historia. Teoría y metodología. 2a ed. Barcelona: Ariel; 2001. p.10-36.         [ Links ]

2. Braudel F. Escritos sobre historia. México: Fondo de Cultura Económica; 1991. p.40 – 50.         [ Links ]

3. Cantón Arjona V. Viva la historia… si nos es útil. La tarea [Internet] 1997 [acceso agosto 21 de 2005]; (9). Disponible en: http://www.latarea.com.mx/articu/articu9/canton9.htm         [ Links ]

4. Iracheta Cenecorta MP. La periodización y el tiempo en la historia. La Gaceta del Colegio Mexiquense. 2001; (6-7): 1-2.         [ Links ]

5. Semo E. Historia mexicana, economía y lucha de clases. México: ERA; 1978. p.139.         [ Links ]

6. Zemelman H. Historia y política en el conocimiento. México: UNAM; 1983. p.54.         [ Links ]

7. Bagú S. Naturaleza y teoría de la periodización. Coloquio sobre periodización de la historia de México, estudios políticos. Revista del Centro de Estudios Políticos. 1978; 20-21:1         [ Links ]

8. Cardoso CF. Introducción al trabajo de la investigación histórica. Barcelona: Crítica; 1981. p.15 – 68.         [ Links ]

9. Gallini S. Invitación a la historia ambiental. Cuadernos digitales [internet] 2002 [acceso marzo 9 de 2008]; 6(18). Disponible en: http://ns.fcs.ucr.ac.cr/~historia/cuadernos/c18-his.html.         [ Links ]

10. Torres Fumero C. El problema de la periodización de la historia y la contemporaneidad. Revista de Historia y Ciencias Sociales, Morelia, Michoacán, México [internet] 1996 [acceso marzo 18 de 2005]; (primavera). Disponible en: http://www.umich.mx/univ/publica/formacion/num11/el-problema.html.         [ Links ]

11. Hernández Conesa J. Historia de la enfermería. Madrid: McGraw Hill; 1995. 195 p.         [ Links ]

12. Colliére MF. Promover la vida. De la práctica de las mujeres cuidadoras a los cuidados de enfermería. Madrid: Interamericana– McGraw Hill; 1993. p.395.         [ Links ]

13. Velandia Mora AL. Historia de la enfermería en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; 1995. 190 p.         [ Links ]

14. Velandia Mora AL. La formación de los profesionales de salud orientada hacia el sujeto de atención y no hacia su problema médico. En: Grupo Académico de Cuidado de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. Cuidado y Práctica de Enfermería. Bogotá: UNIBIBLOS, Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia; 2000. p.106 -114.         [ Links ]

15. Velandia Mora AL. Análisis crítico de las áreas de desempeño del profesional de enfermería. Av Enferm. 1995; 13(2): 125 – 131.         [ Links ]

16. Gallego JA. New history, nouvelle histoire: hacia una nueva historia. Madrid: Actas; 1993. p.17–20.         [ Links ]

17. Hobsbawm E. Sobre la historia. 2a ed. Barcelona: Crítica; 1998. p.205 – 210.         [ Links ]

18. López–Cordón Cortezo MV. Mujer e historiografía: Del androcentrismo a las relaciones de género. En: De la Granja JL, Reig Tapia A, Miralles R. Tuñón de Lara y la historiografía española. Madrid: Siglo XXI de España; 1999. p.257 – 275.         [ Links ]

19. Cardona Á. Historia, ciencia y salud-enfermedad. Medellín: Zeus Asesores; 1995. p.20.         [ Links ]

20. Summers A. Frameworks or Straitjackets? secular and religious models in the historiography of nursing. En: Canadian Association for the History of Nursing. The CAHN/ACHN Keynotes Presentations 1988 – 1996. Vancouver: CAHN/ ACHN; 1997. p.215–239.         [ Links ]

21. Frank Ch, Elizondo T. Desarrollo histórico de la enfermería. México: Prensa Médica Mexicana; 1961. 350 p.         [ Links ]

22. Donahue P. Enfermería. Una historia ilustrada. St Louis: Mosby; 1993. p.10 – 200.         [ Links ]

23. Eseverri Chaverri C. Historia de la enfermería española e hispanoamericana. Barcelona: Salvat; 1984. p.35–48.         [ Links ]

24. Benavent Garcés A, Ferrer Ferrandis E, Francisco del Rey C. Fundamentos de enfermería. Madrid: Difusión Avances de Enfermería; 2001. p.17 – 75.         [ Links ]

25. Verderese O. Análisis de la Enfermería en América Latina. Washington: OPS; 1980. p.1-24.         [ Links ]

26. Zárate León M. Historia de la enfermería peruana. Río de Janeiro: Fundación W. K Kellogg; 1992. p.1–1. 17.         [ Links ]

27. Ávila R. Situación académica y de ejercicio profesional en la enfermería en México. En: Castañeda I, Hierro G, Hernández Tezoquipa I, et al. Enfermería: Cadena o Camino. México: Circulo de estudios de enfermeria; 1986. p.81 –104.         [ Links ]

28. Sánchez Puñales S. Historia de la enfermería en Uruguay. Montevideo: Trilce; 2002. 439 p.         [ Links ]

29. Martínez Benítez MM, Latapi P, Hernández Tezoquipa, et al. Sociología de una profesión. El caso de enfermería. México: Centro de Estudios Educativos; 1985. p.47 – 146.         [ Links ]

30. Siles González J. Historia de la enfermería. Alicante: Aguaclara; 1999. p.69 – 232.         [ Links ]

31. Aramayo de Mendoza D. Historia de enfermería en Bolivia. La Paz: Colegio de Enfermeras de Bolivia; 1997. p.22–59.         [ Links ]

32. Pérez González L. Enfermería en Puerto Rico desde los precolombinos hasta el siglo XX. Mayagüez: Universidad de Puerto Rico; 1997. p.3.         [ Links ]

33. Ancheta Niebla E. Historia de la enfermería en Cuba. La Habana: Ciencias Médicas; 2003. p.11 -12.         [ Links ]

34. Velandia Mora AL. Influencias étnicas en la enfermería latinoamericana. Temperamentvm [internet] 2005 [acceso agosto 10 de 2005]; 1: [7 pantallas]. Disponible en: www. index-f.com/temperamentum/1revista/a0101.php.         [ Links ]

35. Durán de Villalobos MM. Enfermería: desarrollo teórico e investigativo. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Proyecto INNOVAR; 1998. p.39-53.         [ Links ]

36. Ehrenreich B, English D. Brujas, comadronas y enfermeras. En: Alberto Vasco U. Enfermedad y sociedad. Medellín: Hombre Nuevo; 1979. p.148 – 171.         [ Links ]

37. Castrillón Agudelo MC. Desarrollo disciplinar de la enfermería. Invest Educ Enferm. 2002; 20(1): 82-88.        [ Links ]

38. García Martín-Caro C, Martínez Martín ML. Historia de la enfermería. Evolución histórica del cuidado enfermero. Madrid: Harcourt; 2001. p.13-21.         [ Links ]

39. Wilensky ML. The professionalization of everyone? Am J Sociol. 1964; 70(2): 137-157.         [ Links ]

40. Martínez MM, Hernández Tezoquipa I, Rodríguez Velásquez J. La enfermera mexicana, un estudio sociológico de su carrera y profesión. Invest Educ Enferm. 1988; 6(1): 11-20.        [ Links ]

41. Fitzpatrick ML. Prologue to professionalism. Bowie: Brady Co; 1983. p.37-182.         [ Links ]

42. Velandia Mora AL. Algunos hechos importantes en la historia de la enfermería en Bolivia, 2001. En: Grupo Académico de Cuidado de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. La Investigación y el Cuidado en América Latina. Bogotá: UNIBIBLOS, Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional; 2005. p.101-119.         [ Links ]

43. Jamieson E, Sewall M, Suhrie E. Historia de la enfermería. México: Interamericana; 1960. p.10-150.        [ Links ]

44. Molina MT. Historia de la enfermería. Buenos Aires: Intermédica; 1961. p.85-93.        [ Links ]

45. Velandia AL. Las enfermeras colombianas y las agremiaciones. ANEC. 1986; 17(45-46): 42.         [ Links ]

46. Velandia Mora AL. Evolución y tendencias de la educación en enfermería en Colombia entre 1960 y 1990. Revista ALADEFE. 1990; 1(1): 26-29.         [ Links ]

47. Velandia Mora AL. Análisis histórico social de la evolución y tendencias de la práctica de enfermería en Colombia en el siglo XX. Invest Educ Enferm. 1992; 10(2): 39 - 48.         [ Links ]

48. Velandia Mora AL. Desarrollo científico y tecnológico de la profesión de enfermería en Colombia. Panamá: Universidad de Panamá; 1992. p.1-15.         [ Links ]

49. Gómez Serrano C. La profesionalización de la enfermería en Colombia. En: Grupo Académico de Cuidado de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. El Arte y la Ciencia del Cuidado. Bogotá: UNIBIBLOS, Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia; 2002. p.61 – 90.         [ Links ]

50. Vitale L. El tiempo en la relación sociedad – naturaleza – ambiente [Internet]. Santiago de Chile: Sociedad Geológica de Chile; 1998 [acceso 18 de abril de 2008]. Disponible en: http://mazinger.sisib.uchile.cl/repositorio/lb/filosofia_y_humanidades/vitale/obras/sys/gda/b.pdf        [ Links ]

51. Garbayo Sandino M, Ferraz Lorenzo M. Paralelismo entre las obras de Pedro de Betancur y Bernardino de Obregón. Av Enferm. 2003; 21(2): 54-65.        [ Links ]

 

 

Recibido: 29 de enero de 2007. Envío para correcciones: 22 de enero de 2008. Aprobado: 26 de marzo de 2008

 

 

a) Conferencia por invitación en el 2º. Coloquio Latinoamericano de Historia de la Enfermería. Rio de Janeiro (Brasil), 12 a 15 de septiembre de 2005.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License