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Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307On-line version ISSN 2216-0280

Invest. educ. enferm vol.26 no.2 suppl.1 Medellín Sept. 2008

 

EDITORIAL

Una aproximación a su historia

 

Bertha Ligia Díez Mejíaa; María Consuelo Castrillón Agudelob; Beatriz Zuluaga Ángelc; Martha Lucia Palaciod; Silvia Orrego Sierrae; Martha Lucia Toro Restrepof; Luz Ángela Ramírez Jaramillog; Amparo Zapata Villah; Clara Inés Giraldo Molinai.

a. Enfermera, Magíster en Educación, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectora-editora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: bligiadiez@tone.udea.edu.co.

b. Licenciada en Enfermería y Magister en Educación de la Universidad de Antioquia, Colombia. Primera Directora y miembro del Grupo Gestor de la Revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: concastri@une.net.co.

c. Enfermera, Profesora Jubilada de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, miembro del comité de distribución de la revista. E-mail: tzapata@tone.udea.edu.co.

d. Enfermera, Magíster en Salud Pública, profesora jubilada de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, exdirectora-administradora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: marthapalacio@une.net.co.

e. Enfermera, Especialista en Salud Mental y Psiquiatria, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectora-editora de la revista Investigación y Educación en Enfermería.E-mail: silviads@une.net.co.

f. Enfermera, Magíster en Salud Pública, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectoraeditora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: martatoro1@hotmail.com.

g. Enfermera, Especialista en Orientación y Educación Sexual, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectora-editora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: luzaf@une.net.co.

h. Enfermera, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectora-editora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: amparozv@une.net.co.

i. Enfermera, Magíster en Salud Pública, profesora jubilada Facultad de Enfermería Universidad de Antioquia, exdirectoraeditora de la revista Investigación y Educación en Enfermería. E-mail: cigiraldo@catios.udea.edu.co.

 


 

Presentación

Bertha Ligia Díez Mejía, Directora

Hace 25 años la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia realizó uno de sus sueños, la creación de la revista Investigación y Educación en Enfermería, como respuesta a la necesidad de divulgar y gestionar el conocimiento propio, consciente de que sabía y podía hacerlo.

Para celebrar esta efeméride, las directivas de la facultad declararon el 2008, el “año de la revista”, como una invitación a reflexionar sobre un proyecto que tantas glorias le ha dado a la facultad y, por qué no decirlo, a la profesión de enfermería. En el marco de esta celebración, se programaron diversas actividades académicas y culturales y la edición de un número especial de celebración. En este sentido, se acogió la sugerencia de la doctora Carmen de la Cuesta, integrante del comité editorial, de incluir en este número la historia de la revista.

Con la intención de armar una historia contada en plural por cada una de sus protagonistas, se decidió llevar esta propuesta a las ex directoras y gestoras de la revista, quienes amablemente se dieron a la tarea de rescatar la memoria histórica del periodo durante el cual estuvieron al frente de la dirección de la revista, o colaboraron con ella, como el caso de Beatriz Zuluaga, anotando que éste sería el camino para crear una conciencia de su pasado en la nueva generación, para que sea ella la que identifique los procesos que merecen mejorarse para el fortalecimiento de la revista y para continuar con la noble misión de compartir, expandir y transferir el conocimiento, ojalá, a todos los lugares del mundo, con la idea de aportar soluciones globales en materia de salud, el cuidado y la formación de recurso humano en enfermería.

Buscando que los relatos fueran expuestos libremente, no se elaboró ningún guión, ni se establecieron normas para su escritura y, como era de esperarse, no hubo unidad de estilo; cada texto fue presentado en forma diferente. Algunas, lo hicieron con un lenguaje propio y descriptivo, referido a sus propias vivencias y estilo de trabajo; otras, respaldaron su intervención en textos escritos y números de la revista y, una sola, Beatriz Zuluaga, gentilmente autorizó la transcripción de la entrevista concedida a Constanza Forero, pero igualmente, testimonian el trabajo y los desarrollos alcanzados en cada periodo. Su contenido se presenta en orden cronológico, desde sus comienzos hasta nuestros días. Puede decirse que alcanza su máxima expresión cuando se le mira en su conjunto.

Lo que aquí presentamos es sólo una aproximación a su historia. Este proyecto como una construcción colectiva que ha sido, tiene muchos actores, en ella entran y salen personajes que figuran en cada una de las entregas, en cada número, junto a otros personajes anónimos, con los que compartimos esfuerzos, inquietudes y la alegría de tantos logros. A cada uno quisiéramos darle la palabra, e incorporar de manera sistemática el conjunto de sus acciones e intervenciones, contadas en su propia versión. Sería lo ideal. Sin embargo, por razones del espacio disponible en la revista, no es posible en esta ocasión. Se espera una nueva oportunidad para hacerlo y así lograr una historia con un contenido más amplio, más diverso.

Con esta historia, de cómo nace, crece y se consolida la revista Investigación y Educación en Enfermería se quiere por un lado, demostrar el compromiso, la dedicación y el esfuerzo de sus directoras y equipos de trabajo, por alcanzar los criterios de calidad científica y editorial que han contribuido a la progresión del conocimiento enfermero y el cuidado de la salud, no sólo en Colombia, sino también en el espacio iberoamericano y, por otro, expresar el deseo de que se mantenga como un legado para las próximas generaciones y que quienes tomen sus banderas orienten sus esfuerzos hacia el desarrollo sostenible a través del tiempo.

Finalmente, les expreso mi infinita gratitud y reconocimiento a las ex directoras, editoras y a Beatriz Zuluaga, por su decidido apoyo para hacer posible la publicación de esta historia.

María Consuelo Castrillón Agudelo

Período 1983-1987

El despegue

Con motivo del 25º aniversario de la Revista Investigación y Educación en Enfermería, su Directora convocó a las gestoras y ex directoras de la misma para compartir las propuestas de celebración y vincularnos a ella. Una de las ideas fue la de reconstruir la memoria del surgimiento y desarrollos de esta publicación durante este primer cuarto de siglo de circular regularmente con dos entregas al año. De ahí surge esta reseña, de lo que fue el despegue de la revista que hoy alcanza una de las más altas calificaciones dentro de las publicaciones periódicas del país, al recibir de Colciencias la clasificación en Categoría A dentro del raiting de las revistas científicas del país.

El primer número de la Revista se entregó en el mes de septiembre de 1983, durante la celebración del III Coloquio Nacional de Investigación en Enfermería, cuya sede fue la Universidad de Antioquia. Inspiró esta iniciativa la idea de salir de un claustro aislado y vuelto sobre sí mismo, como caracteriza la doctora María Teresa Uribe el contexto de los 80 en el libro Universidad de Antioquia: Historia y Presencia (1) y las ideas de una Universidad propositiva expresadas por el señor Rector Darío Valencia en su documento “Hacia un proyecto de Universidad” (2).

Entre los preparativos para la organización del Coloquio se realizó un inventario de la investigación realizada por enfermeras, o con participación de enfermeras, en el Departamento de Antioquia, Colombia (3). El principal resultado de esta labor fue un mejor conocimiento de varios aspectos de la situación de la investigación de enfermería en el medio, entre otros se verificó que las enfermeras en Antioquia sí investigaban y lo hacían desde el decenio de los 70, su invisibilidad se debía a la escasa publicación. En segundo lugar, que la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia contaba con un importante número de investigaciones e investigadoras: de 51 investigaciones reportadas en el inventario citado, el 50% eran de profesoras de la Facultad. Si bien la mayor parte de las investigaciones correspondía a requisitos para obtener el grado de Maestría, también se observó una forma de realizar investigación como parte de la actividad profesional y de vinculación de la docencia con la investigación, y una tendencia a especializarse en campos que bien podían entenderse como el nacimiento de lo que hoy denominamos líneas de investigación, en temas de: epidemiología, educación, administración de servicios de salud, medicina social y ciencias básicas.

Como resultado de los hallazgos se emprendieron diversas tareas, entre ellas la de divulgar los resultados de los estudios a través de las Reuniones Académicas de Enfermería que se realizan en la Facultad semanalmente; se motivó la preparación de artículos para publicar, de presentaciones para el Coloquio de Investigación y un esfuerzo por debatir y sistematizar las líneas de investigación que se perfilaban en el inventario. El producto de las reflexiones sobre las líneas de investigación se publicó en el segundo número de marzo de 1984, cuando ni la Universidad ni Colciencias se referían en su discurso y políticas a estas formas de organización de la actividad investigativa.

La escasa publicación se convirtió en desafío y búsqueda de alternativas; se debía, entre otras razones, a la escasa presencia de publicaciones periódicas de enfermería, tanto en el país como en América Latina. En Colombia solamente circulaban la Revista Anec, editada por la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, que es la publicación de enfermería más antigua del país, creada en 1966 (4). La Universidad Nacional de Colombia, había editado su revista Avances en Enfermería, creada en 1982 y de la cual apenas se contaba con el primer número. Las profesoras de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia publicaban sus investigaciones en las revistas de especialidades médicas, de educación y de psicología. En algunas ocasiones, en el Boletín Epidemiológico de Antioquia y en la Revista de la Facultad Nacional de Salud Pública.

La iniciativa de crear la Revista Investigación y Educación en Enfermería fue del sociólogo Orlando Sáenz Zapataj, profesor de la Facultad, quien tenía clara la necesidad de contar con una publicación científica. Estaba convencido de su importancia para fortalecer la comunidad académica, visibilizar la producción investigativa, socializar el conocimiento producido y como referente para la docencia y antecedente importante para crear más adelante un Centro de Investigaciones que facilitara la administración de esta actividad en la Facultad. Y qué mejor momento que preparar el primer número para que coincidiese con la celebración del Coloquio Nacional de Investigación en Enfermería.

Conformaron el grupo gestor del proyecto, las profesoras Amparo Zapata Villa y María Consuelo Castrillón Agudelo, con el respaldo de las Decanas Lola Zapata Escobar, que dio aliento a la idea y facilitó procesos, y Liria Pérez Peláez, a quien correspondió la presentación del primer número. Se recibieron importantes apoyos, entre ellos el compromiso de la Imprenta de la Universidad de Antioquia de realizar el proceso de impresión; el de la Asociación de Enfermeras de Antioquia que financió por varios años el tiraje de la carátula de la revista que, por razones técnicas, debía ser procesada en una imprenta particular debido a que los equipos de la imprenta universitaria no podían responder a formas modernas de edición, ni contaban con capacidad en su cronograma para atender requerimientos diferentes a las demandas ya establecidas por la universidad.

Es importante recordar que, para entonces, la imprenta de la Universidad dependía del Departamento Comercial, hasta marzo de 1984 cuando se creó el actual Departamento de Publicaciones (5), justamente en la fecha en que debía salir el segundo número de la revista que sólo fue posible en abril, y el tercero, que debía salir en septiembre, con muchas dificultades se entregó en octubre. Los retrasos de un mes en la entrega que debía realizarse en marzo y septiembre, llevaron al equipo editorial, entre el período de 1989 y 1990, a realizar la edición en diferentes editoriales de la ciudad, hasta cuando se modernizó el Departamento de Publicaciones y fue posible incluir en su agenda la edición de la revista.

Para aprender la dinámica del proceso editorial, y en particular de los procesos técnicos, se hicieron reuniones para conocer la experiencia de los editores de las revistas que tenía la universidad: la Revista de la Facultad de Salud Pública, la del Instituto de Educación Física y Deportes y la del Instituto de Filosofía. El profesor y comunicador Jaime Mercado Jr. asesoró y participó del primer Comité Editorial y la profesora Beatriz Zuluaga, se sumó al equipo para ocuparse de planear y llevar a cabo la dura labor de venta, suscripción, y distribución de la revista.

La doctora Luz Elena Zabala, por entonces directora del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad, apoyó la idea asignando tiempos al pintor Maestro Carlos Mejía para que hiciera el diseño de la Carátula. El maestro se interesó y entusiasmó con el proyecto, visitó la Facultad de Enfermería para comprender mejor el contexto de esta iniciativa y poder volcarlo en lenguaje pictórico. Muchas visitas hicimos al maestro, quien nos reconfortaba el espíritu con su especial gusto por la música y el vino, pero su trabajo no avanzaba y no logró estar para la fecha establecida en el cronograma. Entonces el Director de la Imprenta asignó esta tarea al diseñador Mario Peláez V. del Departamento de Artes Gráficas, quien es el autor del diseño a rayas de los primeros números y que hasta el año 2000 identificó cada revista con la fuerza del color, más que con la norma universal de volumen, número y fecha.

Por mucho tiempo las solicitudes de la revista en la biblioteca y a quienes la vendían eran hechas de acuerdo con el color. Desde esa lógica se identifica la revista verde con el primer número; la revista fucsia, que fue la segunda, se publicó en marzo de 1984 con una confusa nomenclatura porque corresponde al volumen II N.º 1 y en la carátula aparece como el volumen II N.º 2, que realmente corresponde a la revista del mes de septiembre de 1984. La revista amarilla – septiembre de 1985 – se agotó rápidamente, fue un especial sobre la salud de los ancianos. La de septiembre de 1989 – volumen V, N.º 2 – es la revista negra, color que fue seleccionado por corresponder a uno de los períodos más difíciles de la Universidad, que enfrentaba por esa época la violencia de actores que asesinaron, señalaron y obligaron al exilio a numerosos académicos y estudiantes.

Durante los primeros meses de 1983 el Comité Editorial trabajó animando a las profesoras para que enviaran sus artículos, revisando y evaluando los primeros materiales, escribiendo el editorial y produciendo artículos por si no se lograban reunir los suficientes para la publicación. Se afinaron los objetivos y las normas para los autores. La actividad se aceleró con el ir y venir entre la imprenta, la editorial Lealónk y los diseñadores de la carátula. Todo esto en los ratos que se podía liberar a la docencia que no daba tregua. Administradores y colegas veían esta actividad como un hobby para el que no existía la figura de “descarga académica” y pocos creían en el futuro de un proyecto que requería, además de financiamiento para asegurar la regularidad de la edición, contar con material que reuniera los requisitos exigidos para mantener la calidad y nutrir dos números por año. La cuestión financiera se planeó en términos de sostener la edición con el producto de la venta y las suscripciones. Esto fue posible durante los primeros cinco años, cuando solamente se publicaban los créditos a la Asociación de Enfermeras de Antioquia como financiadora de la carátula. A partir del 1987 fue necesario vender pautas publicitarias para lograr mantener la regularidad de las ediciones.

La Revista Investigación y Educación en Enfermería se presentó con el propósito de ser el principal órgano de expresión de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, para difundir conocimientos referidos a los procesos de salud y enfermedad y a la práctica de enfermería producto del trabajo investigativo, docente, asistencial y administrativo de profesionales de enfermería y para ser un canal de intercambio de conocimientos y experiencias con Facultades de Enfermería de otras regiones del país y de América Latina. Se definió como revista especializada de corte académico, dirigida fundamentalmente a profesionales, técnicos y estudiantes de enfermería, con circulación nacional e internacional. Se propuso, desde el comienzo, incluir en el contenido dos sesiones que dieran cuenta del título de la revista: una sesión para publicar resultados de investigaciones y otra para experiencias educativas, además de la nota editorial, de incluir publicaciones comentadas y anunciar o comentar eventos académicos.

Fue sorprendente desde el comienzo la respuesta en envío de artículos, no sólo de las enfermeras sino también de profesionales de otras áreas y disciplinas, y de otras universidades del país y del exterior (6).

La primera difusión se realizó aprovechando la participación de las profesoras en eventos académicos; a quien viajaba de la Facultad se le entregaba el paquete de revistas y formatos para suscripciones. El desafío para su difusión estaba en la capacidad de comunicación voz a voz, por no contar para entonces con el poder que ofrece la tecnología de las comunicaciones en particular internet y las páginas Web.

Beatriz Zuluaga Ángel

Periodo 1983-1990

La revista inició en septiembre del 1983 siendo Decana Liria Pérez, pero la idea se venía gestando desde la decanatura de Lola Zapata. Logramos lanzarla para un coloquio de investigación. Para ese lanzamiento se hizo un tiraje creo, de 3000 ejemplares y eso era una barbaridad, repartir y guardar 3000 ejemplares. Así que se la dimos regalada a todo el que viniera al coloquio, dábamos a granel porque eso era tanta cantidad que necesitábamos evacuarla y empezamos a hacer suscripciones en ese coloquio. Recuerdo mucho que la revista era de color verde hierba; no sé por qué escogimos el color tal vez en honor de la universidad, el fondo era blanco y el resto era verde.

Fueron Consuelo, Orlando y Amparo los que empezaron ese proceso. Fue difícil. En la facultad no creían en él. Era una época en que las cosas no salían por su valor sino que las personas tenían que liderarlo y se rechazaban o se aceptaban. Al preguntar en los departamentos quién quería participar (yo era del departamento de Materno infantil que así se llamaba y estábamos en la calle Moore, en una sede totalmente aparte de la Facultad de Enfermería), y me vinculé como distribuidora, Me llamaban algo así como “la que repartía”. Era del comité de distribución, que se llamaba así pero era yo sola a la hora de la verdad.

Entonces empezamos a hacer propaganda. Las más reacias eran las de la misma facultad, donde menos escritoras había. Yo empecé a hacer enlaces con diferentes instituciones. Me acuerdo mucho que una enfermera del Sena me ayudaba, una fiel compañera que siempre me ayudó fue Marta Elena Hernández; ella se encargaba de hacerme las suscripciones en el Sena. Yo simplemente tomaba mi paquetico en mi carro (porque eso nadie lo trasportaba), se lo llevaba a ella y ella se encargaba de distribuir. Cada año, cuando se pasaba la solicitud, ella estaba pendiente de que la renovaran. Ella era la mano derecha en ese proceso. En el Seguro Social, clínica León XIII era Celina Urrego; ella era mi contacto y ayudaba a que cada vez se inscribieran más personas; de esa manera lográbamos mantener vigente un número muy pobre de suscriptoras.

María Estela Fernández me ayudaba mucho a través de la clínica Noel y las instituciones donde iba a práctica; ella también se apersonó mucho de ayudarme en ese proceso. En el Hospital San Vicente también había un número de suscriptoras que yo decía que era bueno, pero en realidad eran apenas10 personas, yo las dejaba en el departamento de enfermería y ellas se encargaban de hacerla llegar a los diferentes pabellones de la institución; en Bogotá logramos hacer contacto con Ana Luisa Velandia, persona muy importante que participaba con documentos. También en Bogotá ella se encargaba de ayudarme a que hubiera suscripciones. En la Nacional aumentaba cada vez más y Ana Luisa me ayudaba en ese mercadeo, que no era fácil.

La revista se les regalaba a muchas personas porque realmente era un número muy grande. Estaban en cajas; no había una sede donde guardarlas, estaban represadas; entonces, cada vez que salía una se guardaban cinco y el resto lo regalábamos al Consejo Académico de la Universidad. También en la Facultad de Enfermería se les daba su revista a las jefas de departamento y al consejo estudiantil. Además, en todo evento que se presentara de estudiantes o profesoras el regalo eran revistas y más revistas.

Nunca sacamos más de 3.000 porque eso fue una exageración. Por muchos años sólo se sacaban 1000 revistas. Eso era todo lo que se tiraba y tenía que ser ese número porque así se exigía para poder estar inscritos en los eventos donde se exhibía.

El correo se hacía a través de la administración postal. Ellos nos hacían la distribución gratis pero yo era la que tenía que hacer todo el trabajo: me montaba en un Renault 4 con todas las revistas, iba a la administración (que era en la autopista Norte donde es el tránsito hoy); tenían que ir en sobre de manila y amarradas con una pitica y eso también subía costos.

Cuando llegaban de la imprenta, las recibía en el laboratorio con María del Carmen Herrera. Ella me daba asilo mientras yo hacía la organización, les ponía los etiquetas, las empacaba y me ayudaba a empacar, después me ayudaba a montarlas al carro, yo salía después con el carro lleno, como una vendedora prácticamente, a las instituciones y después para el correo. En los primeros años no teníamos canje con ninguna revista. A medida que tuvo bastantes inscripciones a nivel nacional y en el gremio, con Olguita Gomez la bibliotecóloga de la facultad logramos hacer intercambio. Para cuando yo finalicé teníamos en canje 40 revistas, lo que lograba enriquecer la biblioteca.

Nosotras logramos llevar la revista a otras bibliotecas del área de la salud: medicina, bacteriología, nutrición, todas la tenían. Cada año se le daba un color diferente. La elección del color la hacíamos por ojo, por gusto o por el color de moda, pero siempre se le daba un color diferente.

Después, empezamos a vender publicidad, yo iba a los laboratorios de la gente que conocía, ofrecíamos y logramos tener un buen número de anuncios y eso nos ayudaba a costear la revista, porque salía cara y con sólo suscripciones en cada repartida si acaso se movían doscientas entre suscripción, canje y donación. El resto había que empezar a enviarlas a cualquier lugar; a todas las compañeras que salían para algún congreso yo les empacaba de a 10 revistas. El objetivo era que la vendieran en el congreso o en la salida nacional o internacional pero, si no las vendían, tenían autorización para regalarlas porque el asunto era de ese tamaño; lo importante era que se fuera dando a conocer y que la gente al leerla se enamorara de ella y empezara a adquirir suscripciones. En ese momento era la única manera. Al finalizar la repartición de la revista yo hacía un informe manual. En ese momento no había computador. En ese informe decía cómo se había repartido la revista y en qué lugares estaba: En total se habían movido 250 revistas.

El dinero que entraba se manejaba en la facultad, ó sea, la que salía decía: te traje 10.000 pesos de tantas revistas y se le pasaba a Teresita Castillo como un recibo de caja menor o no sé cómo era el manejo, pero no era nada de ir a pagar a tesorería. Si así era difícil, ¿cómo hubiera sido si tuvieran que hacer gestión administrativa con todos esos dineros?

En la imprenta de la Universidad fue donde se inició el proceso; allá era donde se realizaba la revista, con tropiezos porque ellos no daban a basto para todas las facultades. Empezábamos a patinarla seis meses antes, y a la hora en que tenía que lanzarse o entregarse nos daban 100 o 200 revistas porque no estaba el trabajo completo.

Bueno, yo me siento como si hubiera estado toda la vida en la revista; nunca pasé del cargo de distribuidora, no fui directora, tal vez estuve alguna vez en el comité de redacción, y a mí me parecía que yo la manejaba prácticamente de cabeza (a esta le faltó, esta no se suscribió). En ese tiempo no eran tantas personas, yo era más ágil, yo no confiaba en computadores sino en mi cabeza y a ojo sabía a qué persona le llegaba la revista. Yo les hacía un seguimiento completo y vivía pendiente de que cuando se cancelaba una suscripción, rápidamente entrara otra.

Fuimos creciendo lentamente, después se acreditó, y empezaron las profesoras a querer participar. Yo iba a los puestos y me decían: en la quincena te pago la mitad, o la tercera parte; eso parecía un mercado completo.

Finalmente, la gente se fue enamorando y empezaron a mandar artículos para la revista. El problema era que cuando los artículos no llenaban los requisitos, se los devolvíamos y ahí la gente se molestaba porque “fulana no me quiso publicar un artículo”. No se ponían en el trabajo de pulirlo o calificarlo pero sí aparecían los problemas personales.

No fue fácil, fue una cosa dura pero yo creo que la revista logró posicionarse cuando comenzó a ganar premios y la gente empezó a ver realmente que valía la pena y que en ella podían publicar sus trabajos de investigación.

Finalmente, cuando me retiré, cuando entré a bienestar, ya no podía callejear tanto (porque eso era en la calle, de institución y institución, sobre todo en los primeros 2 meses). Hasta el final, con todas las directoras que pasaron, trabajé muy agradablemente.

En el Hospital San Vicente de Paúl estaban Leticia López y la hermana Graciela. Cuando estaban ellas allá yo les pedía su ayuda para repartir las revistas. Había una enfermera que trabaja en Medicancer, que se llamaba Adela Múnera y una señora Josefina que nunca faltaron con la revista.

Desde que empezó, casi hasta el 90 y pico de pronto, aparecía en la revista mi nombre como Comité de Distribución, pero después no apareció nunca más. Esa era una cosa como de adorno, de gusto. Era de puro amor, ni qué descarga, ni qué descuento, nada, era puro amor, porque me gustaba y tenía muy buenos contactos y todos saben que las relaciones públicas me encantan.

Yo, en todo evento ponía mi puestecito: una mesita con revistas, y ya después empecé a involucrar a los estudiantes; ellos vendían revistas y el que vendía tenía derecho a la suscripción. Plata no podíamos darles pero sí les dábamos como un contrato y una suscripción. Teníamos estudiantes de diferentes niveles de la carrera que venían por su paquetico de revistas y se encargaban de ellas. En esa época, si no estoy mal, el precio para la suscripción por estudiante era casi a la mitad esa era la idea. La revista nunca tuvo propiamente ánimo de lucro si no que lográramos librar gastos. No era que por ese lado le fuera a entrar plata a la facultad, sino que queríamos darnos a conocer, que la gente tuviera dónde publicar y que también los estudiantes se fueran enriqueciendo intelectualmente. Después ya hubo artículos de España; y después de 10 -12 años de la creación de la revista, los estudiantes empezaron a publicar sus artículos.

La revista empezó toda en blanco y negro y las propagandas eran también en blanco y negro, después fue a color, ya todo fue cambiando. El papel inicial era ordinario y después tuvimos un papel fino. La revista pasó por muchas etapas muy bonitas realmente; por eso es importante tener desde la primera hasta la última, donde ya se revela un cambio total.

Socorro Díaz, profesora de la facultad, tenía un almacén de ropa blanca de enfermería y ella nos tenía ahí la propaganda; lo mismo se hacía en El Cisne Blanco, otro almacén de ropa para enfermeras, que quedaba en la Villa del Aburrá. A Socorro le dábamos 10 revistas y ella, en su almacén, las vendía o las regalaba. Pagaba muy poquita plata pero pagaba; yo iba y la visitaba y empezamos a mirar la posibilidad de sacar en la revista publicidad sobre la ropa de enfermería. Yo tenía amigos personales y ellos también empezaron a sacar anuncios por atención, y así hacían su propaganda. En ese tiempo era prácticamente puerta a puerta.

En esa época también pautaba la administración postal, pero esa pauta era a cambio del correo, porque ya cuando yo me retiré, el correo se hacía a través de la Universidad de Antioquia, ya era otra cosa y había que llevarlo de otra manera, empacado en bolsa transparente. Ya era un programa distinto.

El lugar donde trabajaban Consuelo y Orlando era en el patio de la biblioteca. Hoy es un patio de estudio grande pero tenía, al lado izquierdo entrando, una oficinita pequeña que era parte de la biblioteca, con puerta y ahí estaba la oficina de Consuelo y Orlando, Ahí guardábamos todo, eso era un arrume de cosas. Después nos dieron un archivador grande en la oficina que era de María Estela Fernández.

Y no sabíamos escribir, yo me quedé sin saber escribir, soy muy fácil para hablar y de pronto para redactar cosas, pero me dan dificultad. Las investigadoras fueron las primeras que empezaron a entrar a la revista.

Yo sé que hice un papel que considero fue muy importante en su momento como se ve ahora en retrospectiva. Empezar no es fácil pero se hizo y ahí vamos para los 25 años. Increíble.

Martha Lucia Palacio

Periodo 1985-1988

Revista Investigación y Educación en Enfermería. En el año 1985 me inicié como administradora de la revista con el volumen III n 2 hasta el año 1987 cuando pasé a ser editora de la revista.

Como administradora cumplí actividades en relación con: búsqueda de artículos, lo cual conlleva envío de comunicaciones a diferentes instituciones y profesionales de enfermería, cotizaciones en empresas editoriales de la ciudad de Medellín para la edición de la revista, distribución de la revista a nivel de la facultad, otras instituciones de la ciudad y a nivel nacional e internacional.

Venta de revistas, mercadeo y suscripción a la revista, canje con otras revistas, participación en eventos editoriales de la Universidad.

Búsqueda de patrocinadores, venta de publicidades.

A partir de 1988 pasé a ser editora de la revista. Para el desempeño de este cargo realicé el curso de escribir para publicar, en la editorial de la universidad.

Realicé las actividades mencionadas y, en coordinación con el comité de redacción se hacía la edición de la revista. En el año 1988 celebramos los 5 primeros años de la revista.

A partir del año 1991 la contraportada de la revista se diseño con fotografías clásicas de la historia de la medicina.

En el año 1992 renuncié al cargo de editora.

El trabajo en la revista se inició en una forma muy manual. Su promoción se hacía de institución en institución, motivando a los estudiantes, buscando la participación de docentes en eventos locales, nacionales e internacionales para que hicieran conocer la revisa, para captar suscriptores, en la búsqueda de artículos. Igualmente la biblioteca colaboró propiciando el canje de la revista.

Silvia Orrego Sierra

Período 1988-1990

De este período quiero hacer referencia a dos aspectos que considero de importancia para la historia de la publicación: los logros y dificultades de tipo administrativo, y los retos personales que acompañaron esa dirección.

En cuanto a lo administrativo, se recibe la dirección en julio de 1988, y en el mes de septiembre se celebra el primer quinquenio de la Revista. En el editorial del número correspondiente a dicha fecha, la decana, Martha Lucía Toro R, destaca el propósito de la Revista, cual es el de “recoger y divulgar trabajos que presentan los resultados obtenidos interinstitucional e interdisciplinariamente, donde se expresa el pensar de la Institución, se muestran las tendencias de educación e investigación en enfermería y se establece un vínculo de comunicación con egresados, instituciones y estudiantes”

En aquel entonces se identificaba como una situación problemática la poca investigación en enfermería, y más aún la exigua escritura de sus profesionales, lo que incidía en la calidad de la educación y de la prestación de los servicios.

En el número antes citado se inicia el proceso de indización de los artículos publicados en los números anteriores, por materia y por autor, índice que se sigue divulgando periódicamente.

Para el número correspondiente a marzo de 1990, se logra conseguir con ADPOSTAL la disminución en los portes de correo para el envío de las suscripciones y el canje, lo que requirió como contraprestación la inclusión de una pauta publicitaria de dicha entidad, con un tamaño de media página. Dicha tarifa postal reducida se distingue con el número 841.

En ese mismo año, la Revista se vincula a la celebración de los 40 años de la Facultad, con la publicación de una separata especial: “Atención de salud en situaciones de desastre”, que recogió y puso a disposición de diferentes públicos, varios artículos derivados de la experiencia en ese campo de algunos docentes tanto de la Facultad como de otras dependencias de la Universidad, así como de personas vinculadas a otras instituciones de salud.

Uno de los propósitos fundamentales de mi dirección se centró en mantener e incrementar el canje de la Revista, como una de las formas de enriquecer el acervo documental de nuestra biblioteca, con el convencimiento de que las hemerotecas de una biblioteca representan la mayor riqueza de conocimiento, dada la actualidad del material que acopian las revistas.

Por otra parte, en cuanto a las dificultades se pudieran considerar las de tipo financiero, que hacían necesario buscar editoriales que ofrecieran precios módicos, además de calidad y oportunidad de la edición. Por ello no fueron pocas las visitas y desplazamientos a diferentes editoriales e imprentas, no sólo para buscar cotizaciones, sino para evaluar y concertar los colores de la carátula. En ese entonces, el uso de sólo dos tintas era imprescindible para lograr los bajos costos de la publicación.

Llama la atención cómo para los lectores y suscriptores el color de la carátula se constituye en un referente especial. Era común que profesoras, estudiantes y colegas preguntaran por la revista fucsia, la verde o por la de otro color, más que por su número, volumen o por la temática que trataban.

En relación con la oportunidad de entrega de la edición, fue uno de los motivos para sacar la publicación de la editorial de la Universidad, ya que se hacía difícil cumplir con los dos números anuales en los meses de marzo y septiembre como estaba previsto. Mantener esa periodicidad era requisito para conservar el registro en el Ministerio de Gobierno.

Otro de los periplos que debía llevar a cabo la directora, para lograr la autosuficiencia financiera, era rebuscar personas o empresas interesadas en tener pautas publicitarias en la Revista. Muchas colegas que estaban vinculadas a empresas, o que tenían su propio negocio, así como algunos familiares y amigos, se vincularon afectiva y publicitariamente a la Revista. Sin embargo, el propósito final era mantener la viabilidad financiera de la publicación con la menor publicidad posible, dado el carácter académico de la Revista.

Así pues, otra tarea primordial, en compañía de la administradora, era lograr el incremento de las suscripciones y las ventas. Cabe mencionar que para esa época, el tiraje era de 1.000 ejemplares y el valor de la suscripción anual mil doscientos pesos y el de cada número seiscientos pesos.

Con relación a la cantidad y calidad de artículos para la Revista, en ese tiempo eran más bien pocos, dado que apenas se estaba haciendo visible a nivel nacional e internacional. Por ello, todas las profesoras que participaban en eventos por fuera de la Facultad, se convirtieron en agentes que la promocionaban, no sólo para el canje, las suscripciones y ventas, sino también para invitar a otras colegas a enviar sus trabajos.

Así mismo era necesario buscar la participación de profesionales que evaluaran los artículos que se recibían, con rigor para mantener la calidad, pero también con ecuanimidad para no desestimular a quienes entregaban su producción para que se les publicara en la Revista.

Finalmente, quiero compartir el reto que para mí representó el ser directora de la revista, cargo que asumí más por mi gusto por investigar y escribir así como por mi compromiso con la Facultad y con la profesión, que por considerar que tenía experiencia en el desempeño de tales funciones. De tal manera debí aprender, sobre la marcha, lo referido a calidades y tipos de papel, así como de sus precios según tamaño, gramaje, entre otros; asuntos que para mí eran desconocidos, pues lo habitual en una enfermera es hablar de dosis, vías de aplicación y otros aspectos del cuidado. El papel, sólo para las historias clínicas y otros registros allí utilizados. No obstante creo que el haber aceptado dicho reto hizo posible que obtuviera una nueva experiencia que enriqueció mi vida profesional y personal.

Martha Lucia Toro Restrepo

Periodo 1991-1992

Durante el tiempo que dirigí la revista Investigación y Educación en Enfermería se publicaron 4 números correspondientes a septiembre de 1990, marzo de 1991, septiembre de 1991 y marzo de 1992. Como hechos característicos de estos periodos sobresalen:

1. Se inició el uso de las palabras clave las cuales permiten que mediante una clasificación internacional se ubiquen los temas de los artículos y en la biblioteca o en el PC se puedan buscar esas palabras y se obtendrá la información respectiva.

2. Con respecto al diseño de la revista se introdujo a partir del volumen 9 de marzo de 1991 la publicación en la contracaratula de pinturas famosas que se relacionaran con salud, enfermedad. En este periodo aparecieron las pinturas: El medico y la enferma de amor del artista Jan Oteen que se encuentra en el museo de la Haya; La Consulta correspondiente al artista Eugene De La Croix de propiedad de la Biblioteca Nacional de Paris y Ciencia y Caridad de Pablo Picaso de propiedad del museo Picaso de Barcelona.

3. En esa época se inició y desarrolló la programación con motivo de los cuarenta años de la facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia por lo tanto en las ediciones correspondientes se realizaron los anuncios de dicha celebración y en dos de las publicaciones de este periodo se publicaron los tres ensayos ganadores del concurso MI PASO POR LA FACULTAD DE ENFERMERIA cuyas ganadoras fueron en su orden Rocio González , Cecilia Mabel Restrepo y Luz Maria Vasco.

4. El volumen correspondiente a septiembre de 1990 se dedicó al tema Articulación docente asistencial dado que la facultad se encontraba en el liderazgo de estas propuestas con experiencia en ellas de cinco años en ese entonces.

5. El volumen correspondiente a marzo de 1991 se dedicó a la participación comunitaria y el trabajo comunitario como alternativa para los servicios de salud. En este número además del recuento de experiencias y de resultados de investigaciones sobre el tema se publicó un articulo elaborado por enfermeras profesoras de la facultad de enfermería y a la vez pertenecientes en ese entonces a la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia seccional Antioquia denominado PROPUESTA DE SALUD PARA LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE que habría de formular un nueva carta magna para Colombia en 1991.

6. La publicación de septiembre de 1991tuvo un particular interés y todo su contenido tuvo como tema la salud ocupacional. La explicación para esto consiste en que el campo de la salud ocupacional habia tenido hasta entonces una importancia como campo de trabajo para los profesionales de enfermeria y se estaba desarrollando en las instituciones de educación posgrados, diplomados y cursos de educación continua en el area. Ademas la facultad de enfermeria venía trabajando con un comité interinstitucional integrado por todos los profesionales que en Medellín laboraban en esa área. Fue quiza la revista mas extensa hasta la fecha publicada.

Luz Ángela Ramírez Jaramillo

Periodo 1992-1998

En septiembre de 1992, por asignación de la decana de la Facultad, recibí la dirección de la revista. No tenía experiencia, sólo mi compromiso de colaborar en los proyectos de la Facultad; sin embargo fui consciente de mí responsabilidad para sostener la revista en el estatus alcanzado, gracias a todas las anteriores directoras y sus equipos de trabajo.

Cumpliendo con los objetivos de difundir el conocimiento y actualización del personal de enfermería y de la salud se definió, por el comité editorial, la temática de cada edición. Siempre se tuvo en cuenta el momento de desarrollo que vivía la profesión, y sus avances en la teorización y en la investigación. Algunos temas fueron: la práctica de la enfermería, avances en la teorización y aplicación de la planeación estratégica en la administración de los servicios de salud y de enfermería, los avances de la investigación en la Facultad, proceso de enfermería, cuidado de enfermería, importancia de la conformación de grupos de investigación, necesidad de publicar los resultados de la investigación. En 1996, el Instituto Colombiano para el Desarrollo de las Ciencias y la Tecnología, Francisco José de Caldas, “Colciencias”, abrió un concurso a nivel nacional e invitó a participar a las diferentes publicaciones científicas seriadas del país. Como premio, las revistas ganadoras ingresarían al escalafón de Colciencias índice Publindex y recibirían un importante estimulo económico.

Gracias al compromiso de ese entonces logramos, en tiempo récord, enviar la extensa información solicitada. Esto implicó, entre muchas otras tareas: consultar cuidadosamente los 10 ejemplares publicados en los 5 años anteriores a la fecha del concurso, revisar archivos de la Facultad, actas del Comité Editorial de la revista de muchos años, hojas de vida de los autores y evaluadores de artículos de publicaciones anteriores.

Gran alegría desencadenó entre la Facultad, la Universidad y el gremio, el ingreso de nuestra revista a dicho í ndice y su clasificación en “categoría A”. Las revistas ganadoras fueron seleccionadas por su calidad científica, evaluación de artículos, antigüedad, periodicidad, puntualidad y cobertura a nivel nacional e internacional.

Así mismo, recibimos importantes reconocimientos de todas las Facultades de Enfermería del país, Acofaen, el Concejo de Medellín y la administración de la Universidad de Antioquia.

Como estímulo a este logro por parte de la administración de la Universidad, la Vicerrectoría de Investigación invitó a los directores de las revistas clasificadas a integrar el comité de fondo para el apoyo de las revistas de divulgación científica de las distintas facultades de la institución.

icación, en términos de exigencia de calidad en los artículos, a invitar a participar como autores a profesores de otras facultades y disciplinas a nivel nacional e internacional, a buscar estrategias de mercadeo, incluir información de dirección, estudios y cargo, que permitieran la localización de los autores por parte de los consultores.

Por iniciativa de la Decana de la Facultad, quien por norma de funcionamiento de la revista, hace parte del Comité Editorial, se conforma, en 1997, el Comité Consultor. Se invitó a hacer parte de él a reconocidos profesionales de enfermería, colombianos y extranjeros, con trayectoria académica y científica respaldada en estudios de posgrados, investigaciones y publicaciones en medios reconocidos a nivel nacional e internacional.

Entre las funciones de este comité están: asesorar y evaluar en forma permanente la calidad académica y científica de la publicación, buscar suscriptores y autores de talla internacional.

Aceptaron gustosas de hacer parte él:

Doctora Clarice Aparecida Ferraz, Profesora Ribeirao Preto USP.

PhD Doris Grinspun. Toronto-Ontario .Canadá.

PhD Carmen de la Cuesta Benjumea. Profesora de la Facultad Nacional Pública de la Universidad de Antioquia.

Doctora Angélica Muñoz G. Profesora Universidad Austral de Chile.

En este lapso de tiempo (septiembre del 93 y 97) se publicó el índice de autores, índice de títulos e índice de materias, contenidos en los ejemplares anteriores a cada fecha.

Con miras a aumentar el número de consultores de habla inglesa, se inició, en 1996 la traducción del resumen y palabras claves al inglés de todos los artículos publicados en cada ejemplar, contando siempre con la colaboración de un profesor de inglés de la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia.

También ha sido tarea de la revista estimular y exaltar a aquellos profesionales que han sobresalido en su quehacer como enfermeras o ganadores en los concursos.

La Academia Nacional de Medicina otorgó el cuarto premio Rhone Poulesc Rorer a las profesoras de nuestra Facultad: María Consuelo Castrillón A, Isabel Escobar S y Socorro Pulido de Lalinde, por la investigación: Calidad de atención de enfermería en salas de trabajo de parto.

El enfermero Oscar Beltrán, egresado de esta Facultad se hizo merecedor al primer premio nacional a la investigación en Enfermería por su trabajo: Protocolo de atención en posoperatorio.

El Consejo Internacional de Enfermería, CIE, en el XXI Congreso en Vancouver, otorga el premio Cristiane Reiman, la distinción más prestigiosa de Enfermería, a las doctoras Hildegard E. Peplau, de los Estados Unidos y Mo-Mi Kim, de Corea.

Igualmente se hizo alusión a hechos importantes para enfermería como los ciento setenta y cinco años del natalicio de Florence Nightingale.

El haber leído, una y otra vez, extensos artículos de temas variados, trabajar en el computador por varias horas, tener que contactar importantes personajes de la Enfermería y diversas profesiones, fue para mí una extraordinaria experiencia que alimentó mi vida personal, académica y profesional.

Agradezco el apoyo del personal administrativo de la Facultad y de la Universidad (Imprenta), a la editora, autores, evaluadores, correctores de estilo, traductores, monitores y secretarias que me facilitaron cumplir con tan importante proyecto.

Amparo Zapata Villa

Periodo 1998-2001

Aunque el primer número de la revista se publicó en septiembre de 1983, la idea se venía gestando desde dos años antes, cuando las profesoras Noyra Robledo O, Clara Inés Giraldo M, Martha Lucia Toro R y Amparo Zapata V, se dieron a la tarea de analizar la madurez investigativa y académica que tenía la facultad. La idea y análisis que fue acogido y apoyado por el profesor Orlando Sáez, quien participaba en la elaboración del inventario de investigaciones hechas por docentes y profesionales de enfermería, para presentar en el III coloquio de investigación que se realizaría en la ciudad de Medellín en septiembre de 1983, trabajo que dejó ver la necesidad de tener un medio de divulgación con el que la facultad apoyara la producción intelectual de las docentes y de aquellas que en el hacer profesional, enriquecían y siguen enriqueciendo el cuidado. Así se consolidó lo que hasta entonces había sido una idea ya conversada con la decana Lola Zapata, idea que sustentada con los resultados del inventario de las investigaciones, exigía la presentación de un proyecto que mostrara la seriedad, solidez y posibilidades de mantener la continuidad.

Aunque desde sus inicios la revista ha tenido excelente respuesta por parte de profesionales de enfermería y de otras disciplinas, tanto de universidadades como de instituciones de salud locales, nacionales e internacionales, es interesante compartir algunos aspectos del proceso que se ha dado en la administración, con los colaboradores y con los escritores de la revista.

Inicialmente no se contaba con secretaria del proyecto ni existía la figura de monitor, por lo tanto cada escritor, por sus propios medios, elaboraba el texto que pasaba al comité de dirección o comité de redacción; como el compromiso de quienes iniciaron el proyecto de revista era la publicación semestral resolviendo los obstáculos que se presentaran, asumieron la responsabilidad de la corrección de los escritos, con la doble tarea: aprender a escribir texto para publicar y ayudarle a otros a corregir los escritos que serían publicados. Con el tiempo y según las necesidades, se le asignó a una de las secretarias de la facultad, la tarea de apoyar la revista en aspectos administrativos; mas adelante cuando la universidad abrió los espacios para monitores, la revista contrató medio tiempo de estudiantes.

La colaboración del profesor Jaime Mercado, fue muy importante en las primeras publicaciones, puesto que a pesar de sus múltiples compromisos con la universidad, vio con muy buenos ojos que la facultad tuviese este reto, brindó su asesoría y acompañamiento hasta cuando sus múltiples compromisos le permitieron su participación en este proyecto. Luego el departamento de publicaciones de la universidad apoyó el proyecto facilitando corrector de estilo que más adelante debió ser contratado por la revista para darle más agilidad a la publicación; también se obtuvo apoyo del éste departamento dictando talleres para escritores.

El comité editorial de la revista de la facultad, fue invitado al comité de editores de las revistas de la universidad, en el cual participó activamente. El intercambio de experiencia, permitió darle cada vez más cuerpo científico a la nuestra, así mismo, nuestra experiencia les sirvió a las otras revistas para su consolidación.

Desde los primeros números, se procuró que cada publicación tratara una temática específica, para fortalecer así áreas del conocimiento y del hacer en enfermería, con avances presentados por la investigación y por la producción intelectual. Entre 1998 y 2001, período en el cual asumí la dirección de la revista, las temáticas tratadas fueron: Septiembre de1998 prevención de la enfermedad y promoción de la salud; marzo de 1999 la enfermería en Colombia, y la dimensión del cuidado; septiembre de 1999 planes de cuidado, el auto cuidado y el proceso de atención, además se inició una serie de artículos en homenaje a las maestras de la enfermería, en este número se hizo referencia a Hildegard Peplau; marzo de 2000 el homenaje a Virginia Henderson, maestra de maestras, además un artículo sobre el cuidado orientado por la teoría de Orem; septiembre de 2001 la temática se orientó hacia diferentes aspectos de las urgencias en salud; y marzo de 2002 la salud de la mujer.

Destacar el trabajo de la profesora Beatriz Zuluaga Ángel, quien asumió por muchos años la tarea de la suscripción, distribución y venta de la revista, conformó un grupo de colaboradoras con participación de enfermeras de cada institución de salud, es sólo un reconocimiento a una labor tan importante como la de los directores y editores de la revista.

Algunos momentos importantes de la revista han sido: su primera publicación en 1983; la inclusión en la contra carátula obras de pintores famosos relacionadas con la salud y la enfermedad, el afiche de los cuarenta años de la facultad e imágenes de piezas arqueológicas que se encuentran en el museo de la Universidad de Antioquia; la publicación de algunos artículos del congreso de estudiantes de enfermería y de trabajos académicos elaborados por estudiantes y destacados como excelentes; resumen en inglés; publicación de artículos en otro idioma y la conformación del consejo editorial con destacadas autoridades de la enfermería internacional. En el 2000, año incluido en el período en el cual fui directora de la revista, se hizo el cambio de formato, la disminución del número de ejemplares por tiraje con lo cual se garantiza mejor rotación y menos almacenamiento, la elaboración del sitio Web, facilitándole a los lectores la revisión de artículos importantes a través del internet y la iniciación del proyecto editorial de la facultad.

Clara Inés Giraldo Molina

Periodo 2001-2004

Un tramo apasionante en la historia de Investigación y Educación en Enfermería

Construir conocimiento en enfermería, y divulgarlo en el empeño de acrecentar la disciplina y la profesión, han sido obsesiones en las que se ha embarcado la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia desde siempre. Obsesiones que logran su cometido solamente por el trabajo severo, comprometido y articulado de muchas personas: autores, árbitros, consejos editoriales; revisores de estilo, asesores de edición, orientadores sobre ilustraciones, monitores y digitadores, para mencionar sólo algunos.

Como lo han indicado las directoras que me antecedieron en el cargo, Investigación y Educación en Enfermería floreció en los inicios de la década de los ochenta como publicación científica de la Facultad, no obstante las dificultades derivadas de la reciente incursión de enfermería en el mundo científico de nuestro país. Para todos es conocido cómo en Colombia esta querida profesión era considerada un quehacer dependiente y sometido a la medicina, aún avanzada la segunda mitad del siglo XX, cuando ya comienza a ser visible el trabajo de investigación de enfermeras, dificultades que se suman a los tropiezos de carácter económico en los que se incurre cuando han de publicarse y editarse textos con calidad académica y científica.

Pero, gracias a la tenacidad de decanas, directoras y editoras, Investigación y educación en enfermería logró no sólo surgir, mantenerse con sus dos ediciones anuales, y permanecer altiva en el tiempo, sino también sobresalir en el universo de las publicaciones científicas del país cuando, como resultado de tan espinosa labor, ingresa al escalafón de Colciencias, en tanto en 1996 se ubica en la categoría A de esa exigente clasificación, en recompensa a la ardua labor de la directora de ese entonces, mi querida amiga y colega Luz Ángela Ramírez J.

Calificación que, además de representar un júbilo para la Facultad y la Universidad, significaba un reto para las personas que asumiéramos la dirección de la Revista, como era mantenerla en el Índice de las publicaciones científicas del país definido por Colciencias y conocido como Publindex, el cual, para cada convocatoria acrecentaba el nivel de exigencia de las categorías del escalafón.

En este orden de ideas conviene anotar cómo las revistas científicas, con el transcurrir del tiempo, pasaron de ser órganos de difusión particular de la producción científica y académica de los profesores de las facultades de cada institución editora, a ser publicaciones donde constituía un imperativo de calidad científica la participación internacional de autores, árbitros, miembros de consejos consultivos y editoriales, quienes, además, debían ostentar trayectoria académica y científica demostrada por su formación en postgrados y por sus artículos recientes en revistas reconocidas en los contextos nacional e internacional.

Otra característica de Publindex consistía en que, para las categorías de mayor exigencia, el número de artículos de calidad científica se ampliaba periódicamente, lo que en todo momento representaba un esfuerzo importante para que los directores o editores de revistas lograran acopiar, para cada número, una cantidad significativa de artículos científicos de alta calidad, y, que además obtuvieran el aval de á rbitros calificados, y sin lugar a dudas muy exigentes.

Pero la dificultad se establecía porque la modificación de criterios se daba a conocer al momento de la convocatoria, es decir a escasos días de presentar toda la información de la publicación ante Publindex - y no al comienzo del período del concurso, dos años antes- lo que hacía imposible cumplir con algunos criterios en los números ya editados de las revistas que iban a ingresar al concurso, inconvenientes que propiciaron desarmonía entre las directivas de Publindex y los directores y editores de revistas de la Universidad y, aún de otras instituciones del país. Esto significó que era posible que, no obstante se mejoraran las condiciones de las publicaciones en cuanto al número de artículos de alta exigencia científica y demás criterios académicos y administrativos, su ubicación en el escalafón se sostuviera, o peor aún, se llegara a descender algún escaño. Es decir, mantenerse en una categoría encarnaba haber mejorado la calidad de la publicación, asunto de difícil comprensión para quienes no fueran actores directos de esos procesos.

En consecuencia, durante este período se vivieron momentos de malestar entre los editores y directores de revistas de la Universidad que motivaron la reconstitución del Comité de Editores de Publicaciones Científicas de la Institución que por un tiempo considerable -más de tres años- había dejado de sesionar. Cuerpo colegiado que durante los años 2003 y 2004 se dio a la tarea intensa de elaborar una propuesta para actualizar la reglamentación de las publicaciones científicas seriadas del Alma Máter. Reglamentación representada en un proyecto de Resolución Rectoral orientado a sustituir el Acuerdo Superior 108 de septiembre de 1988, y por la cual se proponían las políticas y el reglamento para las revistas académicas de la Institución de tal manera que se dispusiera de un instrumento normativo actualizado para la conducción administrativa de las publicaciones seriadas, y para lograr mayores apoyos económicos y editoriales de la Universidad.

También cabe aludir a cómo la convocatoria para indexación de revistas científicas, que cada dos años adelantaba Colciencias, aparecía en su sitio Web precisamente cuando nos acercábamos al período de vacaciones, y así comenzaba un periplo tortuoso de inmenso sufrimiento tendiente a acopiar, a como diera lugar, la información requerida por el Índice, datos que en buena proporción se encontraban en los autores de los artículos, árbitros y demás colaboradores, y que, sólo conseguíamos después de muchos intentos infructuosos. En consecuencia, las personas que trabajábamos en Investigación y Educación en Enfermería, en ese entonces, Alex Gómez, monitor entusiasta y comprometido; Ana Lucía Noreña, profesora asistente de la directora, quien volcaba su interés y responsabilidad en los objetivos de la publicación; y la directora, é ramos los últimos en salir de vacaciones, sin embargo con la satisfacción de haber enviado lo necesario para participar nuevamente en el concurso.

No obstante las vicisitudes, fue un trabajo grato gracias al empeño de todo el equipo y durante el período en mención, Investigación y Educación en Enfermería permaneció en el Índice de Colciencias pues obtuvo el escalafón tanto en el año 2001 como en el 2003. La última calificación mereció el reconocimiento por las instancias de la administración central de la Institución, cuando en el año de 2003 como directora fui seleccionada por la Vicerrectoría de Investigación para ser miembro del “Comité del Fondo para apoyar las revistas científicas y de divulgación científica” asesor del CODI, -Comité para el desarrollo de la Investigación de la Universidad de Antioquia-. Igualmente, el director de “IATREIA”, la revista de la Facultad de Medicina de la Universidad, solicitó el apoyo y acompañamiento de la directora de Investigación y Educación en Enfermería con el interés de posicionar su Revista en el Índice de Colciencias.

Ahora bien, el día a día de un director incluía múltiples actividades, no por ello simples, como recibir artículos para su posible publicación, control del cumplimiento de criterios por parte del artículo, lectura del mismo, identificación y selección de árbitros, pares, colaboradores, no sólo del país sino de la comunidad científica internacional. Quizás una de las tareas más delicadas en tanto precisaba lograr contactar al posible árbitro -que en consonancia con los requisitos debía ser un “sabio” y por lo tanto una persona muy ocupada- solicitarle su colaboración en la revisión del artículo y pedirle que lo hiciera en un tiempo prudencial, todo ello sin más retribución que su reconocimiento como miembro del grupo de árbitros de la publicación, amén de las precarias condiciones económicas disponibles para la gestión de la revista.

Así mismo, permanentemente un director de publicación debía invitar a personalidades del mundo científico de enfermería y de salud para contar con su concurso, bien como autores o evaluadores, ora como partícipes de los consejos editorial y consultivo. Igualmente, estar al tanto del acontecer de las publicaciones científicas del mundo, para lo cual convenía buscar la forma de hacer parte de los grupos y redes de editores en enfermería y de salud, en la perspectiva de afianzar y fortalecer el desarrollo de la publicación a cargo.

En el proceso de internacionalización de nuestra publicación, adelantamos acciones en varios frentes como los convenios con la Universidad de Alicante, España y con la Universidad de Guadalajara, México, concebidos para la coedición de textos de interés académico para la formación de grado y de postgrado, además de un contrato para la traducción de libros de investigación con una editorial de Estados Unidos, como se verá más adelante. Se inició la participación en la reunión de directores de revistas de enfermería Iberoamericanas con el apoyo del profesor José Ramón Martínez, de la Universidad de Alicante, miembro de nuestro grupo de colaboradores. Otro asunto de proyección internacional y que nos llenó de regocijo fue el reconocimiento de Investigación y Educación en Enfermería entre las primeras 10 publicaciones científicas de enfermería de Latinoamérica, por la calidad de sus artículos.

Recrear las páginas de la revista con ilustraciones de las artes plásticas fue otra obstinación que se conquistó gracias al acompañamiento del Museo Universitario en las personas del director de ese período, doctor Roberto León Ojalvo y del curador de la sección de artes visuales, Mauricio Hincapié, quienes revisaban con esmero el contenido de cada número para orientarme en la selección de las posibles imágenes que podrían armonizar con el tema de cada artículo y la ilustración más pertinente para la carátula de la revista.

Particularmente, ser directora de Investigación y Educación en Enfermería significó, además de responder por las funciones de profesora e investigadora en la Facultad, asumir la coordinación del Proyecto Editorial que se había iniciado durante la dirección de mi compañera y amiga Amparo Zapata Villa. Proyecto creado para intervenir una de las fragilidades halladas en el proceso de autoevaluación con fines de acreditación del Programa de grado de Enfermería de la Facultad, llevado a efecto en 1998, lo que se puede inferir del informe de autoevaluación de esa época cuando se encontró escaso el número promedio de publicaciones científicas del grupo docente “observaciones no publicadas”.

De otro lado, uno de los propósitos de la celebración de los veinte años de Investigación y Educación en Enfermería, en 2003, consistió en la edición de una separata especial de la publicación con el Índice acumulativo de Investigación y Educación en Enfermería: 1983 – 2003, el cual presentó la información en tres secciones, Índice de autores, Índice de títulos e Índice de materias. Este trabajo fue posible gracias al compromiso de la directora de la Biblioteca de la Facultad de ese momento, Olga Inés Gómez, quien en compañía de la bibliotecóloga Marta Cecilia Galeno realizó la organización y categorización de los artículos publicados desde 1983 y hasta 2003.

Esta bonita tarea de dirigir una revista también incorporó momentos de desaciertos y dificultades, salvables algunos por el respaldo de las directivas de la dependencia y de profesores comprometidos con el conocimiento en enfermería, e insalvables otros como las fragilidades en la motivación para la suscripción a la revista por un mayor número de profesores, o por la insuficiente aplicación de artículos de la Revista en la conducción de la tarea docente y profesional, es decir por el poco aprovechamiento como fuente importante de aprendizaje, y de otro lado por la escasa propuesta de artículos de su autoría para su posible publicación. Sin embargo, las dificultades se vieron compensadas por los muchos momentos de regocijo generados por los permanentes desarrollos y logros de la publicación.

Uno de los aciertos más placenteros para la dirección de la publicación lo constituyó la creación de una nueva sección en la revista que denominamos “Encuentros y desencuentros en la experiencia de cuidar”, que surgió como respuesta al aliento de la profesora Carmen de la Cuesta y que guardaba armonía con un empeño de la Facultad, como era, y sigue siendo, afianzar “El Cuidado” como objeto académico pero también del ejercicio profesional. En este sentido, se creó con el propósito de difundir experiencias de cuidado, hubieran sido estas atinadas o por el contrario desatinadas, en tanto en ambos casos se respaldaría con argumentación teórica y académica mediante el apoyo de profesoras que se encargaran de la reflexión respectiva de acuerdo con el tema de la especialidad. También se pretendía que el grupo docente aprovechara esta sección para aplicarla en experiencias de aprendizaje sobre el cuidado y su trascendencia en el acontecer cotidiano.

Este nuevo espacio tuvo una tutora por iniciativa propia, la profesora María Eugenia Molina, quien identificada con la trascendencia de este espacio de la publicación, prácticamente asumió la tarea de entusiasmar estudiantes para que se atrevieran a escribir experiencias de cuidado que hubieran sido significativas para ellos. La profesora Molina se encargó de la reflexión académica o ética de buena parte de las experiencias publicadas en esta sección durante el período del relato. Así, Encuentros y desencuentros se constituyó en un espacio permanente de la revista dedicado a nuestro ideal disciplinar y profesional.

No quiero terminar sin reconocer el apoyo permanente para la edición de la Revista, por instituciones y empresas, que con su pauta publicitaria y durante todo el período de mi gestión, contribuyeron de manera importante en su parte financiera. En este sentido, Tena, Anec Seccional Antioquia, Ecosesa y Corpaúl, entre otros, fueron socios indeclinables de este propósito académico y editorial.

En fin, ser directora de nuestra revista y del proyecto editorial significó una aventura maravillosa, pues además de lo relatado, la demanda de estar al frente de un computador por horas y horas, me permitió viajar por el espacio virtual e incursionar en distintos contextos y países que ofrecían publicaciones pares con una promesa inconmensurable, llena de oportunidades que merecieron ser tenidas en cuenta en nuestra publicación. También esta experiencia brindó la posibilidad de conocer y frecuentar miembros de la comunidad académica y científica de enfermería y de salud del mundo, colectivo que viene construyendo conocimiento para el cuidado y la salud, tan anhelado y necesario para el ejercicio profesional.

Mi gratitud por siempre a todos aquellos aliados y cómplices de esta extraordinaria experiencia académica y profesional.

Nota: el relato anterior encuentra respaldo en las ediciones de los números de la revista de septiembre de 2001 a marzo de 2004.

Bertha Ligia Díez Mejía

Periodo 2004-2008

Época de grandes retos e importantes desarrollos

La revista ha sido, en mi concepto, un laboratorio de experiencias maravillosas que por alguna razón no son muy conocidas, al menos por las enfermeras. Yo traté de adentrarme en ellas todo el tiempo; sin embargo, la cantidad de detalles e intangibles hacen difícil su descripción.

Cuando asumí la dirección, en el año 2004, durante la decanatura de la profesora Astrid Helena Vallejo Rico, sentí que se trataba de un reto gigante por donde quiera que se mirara, especialmente si me detenía en la ruta marcada por el trabajo tesonero de mis antecesoras, en las nuevas tendencias de la comunicación científica, los avances tecnológicos, así como los procesos de globalización, los cuales, necesariamente, exigen modificaciones en los conceptos de edición y publicación científica.

Con todas estas inquietudes nos dimos a la tarea de ahondar en las características de la revista Investigación y Educación en Enfermería, hasta llegar a un diagnóstico que diera cuenta de las fortalezas y necesidades para intervenirlas, con el objetivo fundamental de garantizar la calidad científica y editorial y ser fiel a su misión.

Las fortalezas fueron varias, tanto internas como externas. Me referiré a algunas de ellas:

1. Reconocimiento nacional e internacional

2. Indexada y clasificada por Colciencias en la categoría “C”

3. Cumplimiento en su periodicidad

4. Formato agradable y fácil de leer

5. Grupo de árbitros con trayectoria y reconocido prestigio dentro de la profesión y el área de la salud

6. Página web

7. Recurso humano, incluida la administración de la facultad, comprometido y con el deseo de posicionarla revista en un lugar cada vez mejor

8. Recursos tecnológicos

9. Importante número y variedad de artículos de diferentes disciplinas y países

10. Grupos y líneas de investigación bien consolidados que garantizan un buen número de artículos por parte de nuestra facultad

Para identificar las necesidades nos basamos en los criterios de calidad exigidos por Colciencias para los procesos de indexación de las publicaciones científicas colombianas (7), con la idea de intervenir las necesarias para seguir mejorando su calidad y aspirar a una mejor calificación. Las siguientes fueron las más importantes:

1. Incrementar la visibilidad y circulación

2. Aumentar el número de suscriptores y canjes interbibliotecarios

3. Capacitar el equipo de trabajo en el manejo y adaptación de las citas y referencias bibliográficasa la modalidad Vancouver

4. Modernizar y ampliar los comités científico y editorial y el grupo de pares evaluadores

5. Aumentar el número de artículos originales

6. Actualizar y modernizar la página web

7. Fortalecer e incrementar la rigurosidad en la aplicación de las normas Vancouver para las citas y referencias bibliográficas

Con base en el análisis de las fortalezas y las debilidades encontradas, procedimos al diseño de un plan de mejoramiento a partir de la edición del Vol. XXII N° 2 de septiembre de 2004. El reto asumido fue grande, debido a que desde el principio se decidió trabajar en la calidad de la revista como una estrategia que buscaba, ante todo, alcanzar una mejor visibilidad a través de su inclusión en nuevas bases de datos. La meta en esta primera fase fue prepararnos para entrar a Scientific Electronic Library Online, SciELO.

Para lograrlo nos dedicamos a conocer, además de los estándares de calidad sugeridos por Colciencias, los emitidos por organizaciones internacionales como el Comité Internacional de Editores de Revistas Biomédicas, más conocido como Grupo Vancouver (8), y algunas bases de datos de cubrimiento internacional, que albergaran principalmente revistas del área de la salud, y con base en ellos definir los objetivos de calidad y el alcance de los mismos.

Con el apoyo y el entusiasmo de la decana, Astrid Helena Vallejo R., iniciamos la tarea. En primer lugar, se hizo una sensibilización e inducción en el proceso de mejoramiento al grupo de trabajo, que para la época estaba constituido, además de la directora, por dos monitores y Liliana González P., ingeniera de sistemas.

Luego, con la convicción de que el conocimiento local aporta soluciones globales y la página web de la revista era una magnífica oportunidad para hacerlo, iniciamos su actualización y mejoramiento. Por iniciativa de la profesora Diva Estella Jaramillo, jefa del Centro de Investigación, y de Olga Inés Gómez Z. bibliotecóloga de la facultad, se hizo un concurso entre los estudiantes de enfermería para seleccionar la mejor propuesta gráfica, al cual respondieron pocos; sin embargo, se logró seleccionar uno de los trabajos, que sirvió de guía para que Luis Carlos Narváez y Liliana González iniciaran el proceso de renovación hasta lograr una página amigable y atractiva, proceso que se ha ido modificando con base en los avances tecnológicos diseñados para los sitios web y las características de nuestra revista.

También, en este proceso de renovación de la página, pasamos de presentar sólo el resumen a la presentación de los artículos en texto completo, lo que sin duda aumentaría la visibilidad y el consumo de su contenido, así como la posibilidad de citación (9). Igualmente, se viene implementando un nuevo sistema, llamado Open Journal System (OJS), con la idea de lograr un mejor manejo de la web que permite, además de mostrar el contenido de forma agradable, agilizar los procesos de edición de la revista. Actualmente se trabaja en su configuración, a fin de que se puedan gestionar otras actividades como la revisión por pares y la comunicación con los autores y con los miembros del comité editorial y científico. Aquí quiero resaltar el empeño y la dedicación de Luis Carlos, quien reemplazo a Liliana en el cargo de asistente de la dirección, para sacar adelante este importante proyecto, tanto para la visibilidad de nuestra publicación, como para agilizar y facilitar el trabajo de los lectores y visitantes.

Con la colaboración de Dora María Gallego H., bibliotecóloga de la facultad, se realizó un curso de capacitación para los monitores sobre el manejo de las normas Vancouver para las citas y referencias bibliográficas y se actualizaron e hicieron algunos ajustes en las indicaciones para los autores, con la intención de afinar este proceso, pieza clave en la calidad documental de los artículos y requerimiento básico para ingresar a las bases de datos. En el mismo sentido, las indicaciones se tradujeron al inglés y portugués con el apoyo especial de las profesoras Clara Victoria Giraldo, Gloria Alcaraz y María Mercedes Arias, con el fin de mejorar la presentación de los artículos y atraer colaboradores de otras lenguas.

A la par con estas intervenciones, y en sintonía con las exigencias del momento para las publicaciones científicas, además de las presentadas por Colciencias y SciELO, se hacía la redefinición y organización de la estructura del comité editorial y científico, así como la diversificación y actualización de la base de datos de los pares evaluadores, variables trascendentales en la calidad científica y editorial de las publicaciones seriadas y una de las debilidades más sensibles de nuestra revista. Esta actividad fue bastante exitosa debido a la afortunada y positiva respuesta que la comunidad nacional e internacional le dio a la iniciativa de cambio y a la solicitud para acompañarnos desde diferentes frentes.

Una tarea que tuvo que ver con el aumento de las suscripciones y el fortalecimiento de la circulación de la revista, fue el hecho de implementar la estrategia de suscripción como uno de los requisitos para publicar en ella, y la de deducir su costo por nómina para los profesores de la facultad. En el mismo sentido debe mencionarse la colaboración de los docentes, cuando en sus viajes académicos a otras ciudades y países, divulgan y promueven su lectura y la suscripción.

Con respecto a los canjes, es bueno señalar que han ido aumentando gradualmente con la colaboración de Dora María Gallego y la de mis colegas editores de otros países y ciudades colombianas.

A medida que avanzábamos en el plan de mejoramiento, algunas veces lento, otras, más rápido - porque déjenme decirles queridos lectores, el trabajo de la revista no es de tiempos, es de dedicación, compromiso y pasión- surgían nuevas ideas, nuevas tareas y sugerencias desde diferentes aspectos, las que asumimos como una oportunidad para mejorar, pero por encima de todo con nuestro deseo de proyectarnos nacional e internacionalmente como una revista de calidad, en armonía con las nuevas tendencias para las publicaciones científicas.

Los logros no se hicieron esperar. En septiembre de 2005 nos presentamos con el apoyo y compromiso de Liliana González P. a la convocatoria de Colciencias para la reclasificación e indexación de las revistas seriadas del país, en la que la revista fue reconocida en la categoría “B”, como respuesta al esfuerzo por mejorar su calidad científica y editorial. Para esta misma época, CUIDEN citación, presentó el Índice de Revistas sobre Cuidados de Salud con repercusión en Iberoamérica, en el que la nuestra aparecía en el tercer lugar en Iberoamérica y el primero en Latinoamérica. Logros que, como era de esperarse, nos plantearon nuevas responsabilidades, retos y desafíos para lograr nuevas posiciones y una mejor competitividad en el espacio Iberoamericano.

Con la motivación y el entusiasmo que provocan estos alcances, continuamos con más fuerza en nuestro empeño por mejorar, hasta alcanzar nuevos objetivos de calidad. Con Luis Carlos Narváez, mi aliado incondicional, nos comprometimos con el ingreso a SciELO, biblioteca virtual para Latinoamérica, el Caribe, España y Portugal, que a manera de red se desarrolla en dos campos:

1. Colecciones regionales (Brasil, Chile, Cuba y Colombia)

2. Áreas temáticas

SciELO Colombia cubre una colección selecta de revistas científicas de todas las áreas del conocimiento. Con el apoyo decidido de Astrid Helena Vallejo, realizamos las tareas distribuidas en diferentes etapas:

— Cursos de capacitación en bases de datos ofrecidos por Colciencias.

— A través de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Antioquia, realizamos el curso para implementar la metodología SciELO, ofrecido por la Universidad Nacional de Colombia para los directores y asistentes de las revistas interesadas en ingresar a esta base de datos. Debe destacarse en este trabajo, el respaldo y acompañamiento de la Vicerrectoría de Investigación en los procesos de marcación de la revista, así como el liderazgo asumido por Luis Carlos Narváez, para todo lo relacionado con el apoyo técnico, a tal punto que fuimos de los primeros en la universidad en ingresar a este importante proyecto en diciembre de 2006.

Este nuevo logro se tradujo en momentos de gran alegría para la facultad, especialmente para Astrid, la decana, quien recibió la noticia y nos la transmitió con especial alborozo, el mismo que sentimos cuando, después de la convocatoria para actualización y nueva clasificación en marzo de 2007, Colciencias le asignó a la revista la categoría A2 en reconocimiento a la calidad alcanzada.

Durante los años, 2007 y 2008, con el apoyo de la decana Beatriz Elena Ospina Rave, continuamos trabajando, con la idea de escalar nuevas posiciones, en esta ocasión mejorando la visibilidad mediante el ingreso a la Base de Datos Thomson- Academic Onefile y al Portal de Revistas de Enfermería con acceso libre, REV @ ENF. Se queda a la espera de que sea admitida en Redalyc, Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal, para la que se hicieron la solicitud y los trámites de ingreso.

Con gran satisfacción podemos informarle a la comunidad académica y a los lectores de la revista Investigación y Educación en Enfermería, que ésta se encuentra actualmente en las siguientes bases de datos: PUBLINDEX, SciELO Colombia, LATINDEX, LILACS, DIALNET, CUIDEN, CINAHL, THOMSON- ACADEMIC ONFILE.

Otras actividades que merecen mencionarse tienen que ver con el cambio del formato de la revista a dos columnas, al tiempo que se aumentaba el número de artículos originales, con el fin de utilizar al máximo sus espacios y brindar la oportunidad de publicación a nuevos colaboradores.

Así mismo, con la acertada asesoría de Mauricio Hincapié, Curador del Museo de la Universidad de Antioquia, se optó por cambiar, en el contenido de los últimos números, las muestras de pinturas de autores universales, por pinturas realizadas por estudiantes de la Facultad de Artes de nuestra universidad y pintores criollos, como el caso de la maestra Teresa de la Cruz Tobón (10).

De otro lado, con motivo de los 25 años de la revista en el 2008, la decana, Beatriz Elena Ospina decretó este año como el de la Revista, con el lema de “25 años compartiendo conocimiento para el cuidado de la Salud humana”, fieles también al propósito con el que iniciamos nuestro período (11), cuando nos comprometimos a compartir teniendo en cuenta el espíritu de la globalización, que nos obliga a difundir el conocimiento a todos los lugares del mundo, y conscientes de que el progreso de la ciencia no está tanto en producirla como en compartirla.

Para celebrar esta efeméride y proponerle a la sociedad académica una reflexión sobre la importancia de las publicaciones científicas en salud, así como visibilizar la revista y nuestra facultad, se programaron diversas actividades:

— Concurso de artículos para los estudiantes de la facultad, el cual fue ganado en las modalidades de segundo y tercer puesto por las estudiantes Jenny Giraldo Toro, del 6° nivel, e Ingrid Carolina Zamorano Pabón, del 8°. Ambos artículos publicados en la edición de aniversario.

— Reconocer a las ex directoras y personas que han aportado a la historia y al crecimiento de la Revista.

— Publicar en la edición especial de celebración las crónicas y avatares de sus directoras en el trabajo de construir esta publicación.

— Editar un número especial de aniversario.

— Programa central con las conferencias:”Los usos de la investigación cualitativa en salud. ¿algo más allá de la difusión de resultados? del doctor Francisco Mercado y “Para qué publicar en enfermería”, de la doctora Ana Luisa Velandia M. invitados especiales

— Curso- taller, “Cómo escribir un artículo científico”.

— Lanzamiento del libro Experiencia de transformación curricular en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia.

Como todo proyecto, la Revista no escapó a las dificultades; coincidiendo con un alto ingreso de artículos provenientes de diversos lugares de Iberoamérica y con un momento especialmente importante del desarrollo disciplinar, en el que las prácticas de investigación cualitativa ganan valor en las áreas de la salud, y de manera particular en enfermería, surge también en nuestra facultad el fortalecimiento de los grupos de investigación, el aumento de los posgrados con la maestría en enfermería y el cambio generacional con un gran interés en la producción académica. Esto generó un aumento exponencial de artículos derivados de investigaciones cualitativas con diferentes enfoques y un mayor énfasis interpretativo, asunto que, no obstante sus lógicas bondades planteó, en algunos casos, serios desafíos relacionados con la validez científica, la importancia y legitimidad de los resultados reportados y falta de análisis, evidenciado por las observaciones, comentarios , sugerencias y un importante índice de rechazo por parte de los revisores que nos obligó a hacer una selección más exhaustiva de los artículos, con el apoyo especial de la profesora Constanza Forero, factor que ha sido necesario, pero no suficiente. Aún, sigue siendo preocupación, dado nuestro permanente interés en ofrecer una publicación legible, fiable y fiel a los objetivos planteados en su misión.

También, cabe mencionarse lo complejo que fue administrar un producto que sólo tiene rentabilidad académica y social y poca financiera, cuando debe responderse por el mantenimiento del equilibrio entre los costos y las ventas para que no se convierta en una carga para la institución. Aunque se logró fortalecer la comercialización de la Revista, no se llenaron del todo las expectativas financieras esperadas.

Recapitulando, la Revista Investigación y Educación en Enfermería me hizo la invitación y el amor por ella me retuvo junto a mi equipo de trabajo, con él emprendí un camino maravilloso y al tiempo largo y difícil para mantener sus fortalezas, y superar sus debilidades. Sólo me queda expresarles mi infinita gratitud a Luis Carlos Narváez, asistente de la dirección, a Leidy Franco y Sulay Urrego, monitoras, a la profesora Constanza Forero, bibliotecóloga Dora María Gallego, Erledy Arana diagramador, Eunice Díaz correctora de estilo, Roberto León Ojalvo y Mauricio Hincapié, director y curador del Museo, asesores en la escogencia de las imágenes, a la administración de la facultad, en particular a las decanas Astrid Helena Vallejo y Beatriz Elena Ospina, a la Vicerrectoría de Investigación, a los miembros del Comité Editorial y Científico, a los pares evaluadores, a los autores, a los lectores, a todos los que me acompañaron y apoyaron de una u otra forma en este lindo proyecto. La lista es larga, quisiera nombrarlos a todos, pero el espacio es poco. Para todos ellos mis reconocimientos.

Para finalizar, podemos decir sin ningún manto de pedantería, que la Revista Investigación y Educación en Enfermería es una demostración del trabajo, dedicación y esfuerzo por hacer de ella una publicación limpia y bien lograda, fiel a su misión, que nos ha trazado el norte en función del máximo compromiso con el crecimiento de la profesión y el cuidado de la salud. Soy consciente, como la mayoría de ustedes los lectores lo considerará, de que aún falta mucho camino por recorrer, pero los avances en el fortalecimiento de su calidad científica y editorial son evidentes, y el sueño de ponerla en un sitial de honor es hoy completamente alcanzable.

A la nueva directora, Pilar Pastor, a los colegas y compañeros, los invitamos a continuar trabajando para hacer de la revista una publicación que vive y siente el legado de entusiasmo y compromiso que dejaron nuestras antecesoras, para hacerla grande entre las grandes, con la calidad que todos añoramos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Uribe MT. Universidad de Antioquia: Historia y Presencia. Medellín: Universidad de Antioquia; 1998. p. 660.         [ Links ]

2. Valencia D. Hacia un proyecto de Universidad. Medellín: Universidad de Antioquia; 1983. 70 p.         [ Links ]

3. Comisión de Investigación. Inventario de investigaciones realizadas por o con participación de enfermeras: Antioquia 1980-1983. Invest Educ Enferm. 1983;1(1):11.         [ Links ]

4. Velandia AL. Historia de la Enfermería en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. 1995; p. 175.         [ Links ]

5. Montoya LC. La Imprenta. En: Uribe MT. Universidad de Antioquia: Historia y Presencia. Medellín: Universidad de Antioquia; 1998. p. 301.         [ Links ]

6. Presentación. Invest Educ Enferm. 1983;1(1):5.        [ Links ]

7. Colciencias. Servicios de indexación y resumen utilizados para los procesos de indexación y homologación de revistas especializadas de CT+ 2003-2006. Colciencias; 2006[30 de agosto de 2008]. Disponible en: http://scienti.colciencias.gov.co:8084/publindex/docs/Sires_2003-2005.pdf         [ Links ]

8. Comité Internacional de directores de revistas médicas. Requisitos de uniformidad para manuscritos presentados a revistas biomédicas. Terra; 1997 [30 de agosto de 2008]. Disponible en: http://www.terra.es/personal/duenas/vanco.htm         [ Links ]

9. Gálvez Toro A. La legitimidad del valor de la producción científica enfermera. Index Enferm. 2007;16(57): 7.         [ Links ]

10. Revista Investigación y Educación en enfermería. Hoja de vida de Teresa de la Cruz Tobón. Invest Educ Enferm. 2008;26(1).         [ Links ]

11. Díez Mejía BL. Editorial. Invest Educ Enferm. 2004;22(2):9.        [ Links ]

 

j. Sociólogo, Magister en Desarrollo Urbano del Colegio de México. Candidato a Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona, España. Fue profesor de tiempo completo de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia durante el período 1979 a 1988. Dirigió el Programa de Investigación en Medio Ambiente en Colciencias y actualmente está vinculado a la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales.

k. Editó la primera carátula

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