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Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307On-line version ISSN 2216-0280

Invest. educ. enferm vol.26 no.2 suppl.1 Medellín Sept. 2008

 

INVESTIGACIÓN

Para qué publicar en enfermeríaa

Why to publish in nursing

 

Ana Luisa Velandia Morab

a. Conferencia en el 25 Aniversario de la Revista Investigación y Educación en Enfermería. Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Octubre 2 de 2008.

b. Enfermera General, Licenciada en enfermería, Magister en administración, PhD en Ciencias Médicas Profesora Emérita Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: avelandia@yahoo.com

 


RESUMEN

En primer lugar se muestra la relación entre ciencia y tecnología y, por ende, entre profesión y disciplina; seguidamente se analizan los aspectos que caracterizan el desarrollo de una disciplina y los indicadores de profesionalización. Posteriormente se habla del papel de las publicaciones en el avance del conocimiento, de cómo la universidad es el espacio sustantivo en donde se desenvuelve la investigación y de su papel en el progreso del conocimiento; luego se analizan los indicadores de ciencia y tecnología a nivel nacional, de los grupos de investigación y de los investigadores, y consecuentemente, se habla de para qué publicar en enfermería. Se toca, además, el tema de cómo publicar en revistas científicas y, como cierre, unas reflexiones sobre el tema central, surgidas de la experiencia de la autora.

Palabras clave: publicaciones, enfermería, investigación, ciencia.


ABSTRACT

First, the relation between science and technology is shown, and then between profession and discipline. Second, aspects that characterize the practice of a discipline and professionalization indicators are analyzed. Afterwards, the role of publishing in the evolution of knowledge is discussed since the university is a very important arena where research is developed and how it plays a role in the evolution of knowledge. National science and technology indicators are used to analyze researchers and research groups. The “why one should publish in nursing?” question is also addressed and the topic of how to publish in scientific magazines is mentioned as well. Finally there are some reflections on the central topic based in the author´s experience.

Key words: publications, nursing, research, science.


 

INTRODUCCIÓN

En primer lugar, he recibido la invitación a dictar esta conferencia como una deferencia y no como una tarea. Es un honor que una revista tan prestigiosa como Investigación y Educación en Enfermería, de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, haya considerado mi nombre para este cometido.

Cuando me dijeron que querían que hablara sobre para qué publicar en enfermería, sentí que debería hablar de ciertos aspectos, que aun cuando pueden parecer en cierta forma lejanos al tema central, a mi parecer, son inherentes al mismo. Si la publicación es algo que está relacionado í ntimamente con la disciplina, creo que hay necesidad de hablar de la relación entre ciencia y tecnología, y por ende, entre profesión y disciplina; y naturalmente, hablar de los aspectos que caracterizan el desarrollo de una disciplina y de los indicadores de profesionalización.

Para luego sí poder hablar del papel de las publicaciones en el desarrollo del conocimiento; y como la universidad es el espacio sustantivo en donde se desarrolla la investigación, pues hay necesidad de hablar de su papel en el desarrollo del conocimiento; luego adentrarnos en el análisis de los indicadores de ciencia y tecnología a nivel nacional, de los grupos de investigación y de los investigadores, y necesariamente, de para qué publicar en enfermería. Se me ocurrió, además, que podría haber personas interesadas en el problema de cómo publicar en revistas científicas, y como cierre, unas reflexiones finales, surgidas de mi propia experiencia.

RELACIONES ENTRE CIENCIA Y TECNOLOGÍA, DISCIPLINA Y PROFESIÓN

Aristóteles, según Mockus (1), nos dice que la diferencia entre técnica (tekhné) y ciencia radica en el grado de capacidad de desprendimiento respecto a la utilidad. La valorización extrema de aquellos conocimientos causales “que no se ordenan a lo necesario” expresa el reconocimiento de que su cultivo constituye un placer en sí mismo: se trata de la satisfacción suprema de aquel deseo de saber, postulado al plantear: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”.

Para Aristóteles, según Benoit, las ideas primarias, impresiones originales o de sensación, son la empiria. Sobre ella se construye la tekhné (arte, producción humana con un propósito y utilidad); de ahí hay un tránsito a las ideas que constituyen la episteme (razón, logos, conocimiento, ciencia), luego se pasa a la sophia (sabiduría, filosofía, metafísica), y de allí a la teología (se ocupa del Ser inmóvil y separado o suprasensible); esta filosofía primera, aristotélica, es más una ontología del ser sensible que una teología, es decir, es entendida como un “primer motor” del universo, no el Dios personalizado, determinativo, que intuyó Tomás de Aquino (2). Según Bunge (3), una ciencia fáctica particular tal como la bioquímica o la historia social, se caracteriza por tener los siguientes componentes:

1. Una comunidad de investigadores

2. Una sociedad que apoya o al menos tolera su actividad

3. Dominio o universo de un discurso

4. Una concepción general o filosófica

5. Un fondo formal o sistema hipotético – deductivo

6. Un fondo específico

7. Una problemática

8. Un fondo de conocimiento acumulado (histórico)

9. Objetivos

10. Una metódica

11. Componentes cambiantes (dinámica)

12. Parientes próximos

Ninguna de estas doce condiciones es, por sí sola, suficiente para que un campo de conocimiento sea científico. Sólo la conjugación de todas ellas define el carácter científico de un campo de conocimientos.

Para poder hablar con discernimiento, con criterio profesional, necesitamos una fuerte argumentación conceptual, trabajar sobre nuestro objeto epistémico, profundizar en las tres dimensiones cuya comprensión es esencial para el estudio de nuestra identidad: el ser, que se refiere a nuestro ethos; a su indagación filosófica, el saber, que tiene que ver con la claridad teórica y metodológica, con el conocer; y el hacer o quehacer, que se relaciona con el ejercicio profesional y que tiene su origen en la prestación de un servicio a la población (4).

El término disciplina es inherente a un campo científico en el que se investigan determinados aspectos de la realidad, con el propósito de generar, utilizar o difundir el conocimiento. Cualquier ocupación que desee ejercer una autoridad profesional, tiene que encontrar una base en que asentar esa autoridad. Esta base le permite afirmar una jurisdicción exclusiva en el área de acción de la ocupación; debe unir la habilidad y la jurisdicción con ciertos niveles de entrenamiento y convencer al público de que sus servicios son de una confiabilidad por lo menos mayor que la que se le atribuye al lego en la materia (5). De allí que uno de los dos elementos característicos de una profesión es el criterio de que se trata de un oficio técnico.

El profesional actúa en función social del trabajo y, para algunos, tiene cierto ingrediente de “vocación”. La búsqueda desinteresada de la verdad es, para el científico, el equivalente del ideal de servicio técnico del profesional. No obstante, si una disciplina científica cuenta con un número sustancial de sus miembros en trabajos aplicados, alcanza también los requisitos de una profesión.

En líneas generales, una profesión tiene dos elementos característicos: a) el quehacer de un profesional es un quehacer técnico, y b) el individuo profesional se adhiere a una serie de normas profesionales. Según sea el grado en que estos dos criterios se realicen dentro de una ocupación, podrá hablarse de un nivel de profesionalización mayor o menor (6-7).

La separación entre la filosofía, el derecho y la medicina estableció los puntos de deslinde para el sistema principal de las disciplinas intelectuales modernas.

Parsons (8) habla de dos categorías primarias de profesiones:

1. La erudición misma: investigación, fomento del saber, transmisión del conocimiento actualizado.

2. La rama aplicada del conocimiento a asuntos prácticos; competencia técnica.

Cada uno de estos grupos tiene intereses que les son propios: en la rama académica prima lo cultural, mientras que en la rama aplicada prima lo social.

De tal manera, la denominación de cada grupo la determinaría su ejercicio:

— Los que ejercen la rama académica serían los científicos, encargados de institucionalizar las disciplinas a través del complejo universidad – academia.

— Los que ejercen la rama aplicada, es decir, la práctica de las disciplinas, serían los profesionales.

Por consiguiente, el carácter de científico o profesional está dado más por el rol que el individuo desempeñe: académico o práctico, que por el área de conocimientos a que alguien está dedicado.

Para Mockus, en una conferencia no publicada en la Universidad Nacional de Colombia, con motivo de un aniversario de la Facultad de Enfermería, en las profesiones modernas se forman núcleos académicos de avanzada, cuasidisciplinarios, que jalonan el desarrollo; esto implica que los centros de formación necesitan producir profesionales vinculados de alguna manera a estos núcleos, así sea como “lectores”, lo cual entraña la necesidad de escribir y publicar.

ASPECTOS QUE CARACTERIZAN EL DESARROLLO CIENTÍFICO DE UNA DISCIPLINA

Desde hace algún tiempo los temas relacionados con la identidad profesional y la consecuente y necesaria profesionalización de la enfermería vienen ocupando cada vez más la atención de grupos de avanzada en esta especialidad.

Un buen marco de referencia para estos temas es el estudio de los aspectos que caracterizan el desarrollo científico de una disciplina y su análisis referido al desarrollo científico de la disciplina de enfermería (9).

Aquí tal vez sea de utilidad analizar un poco los criterios populares de lo que es ciencia y las apreciaciones que han incidido en nuestra conceptualización de lo científico.

Según Bunge (3), los criterios más populares para definir lo que es ciencia son los siguientes:

1. Tautológico: la ciencia es lo que hacen los científicos.

2. Consensual: a diferencia de las letras y de las ideologías, que rebosan de controversias, la ciencia las evita, o al menos se propone alcanzar la unanimidad.

3. Empírico: la ciencia admite tan sólo datos o síntesis inductivas de los mismos.

4. Pragmatista: en ciencia sólo cuenta el éxito práctico.

5. Formalista: el sello de lo científico es la matematización.

6. Metodologista: el único requisito para hacer ciencia es adoptar el método científico.

Sin embargo, parece que ninguno de estos criterios es adecuado y podríamos presentar argumentos en contra para cada una de estas posiciones. Entonces, dejemos a un lado los enfoques simplistas y enfrentemos el hecho de que la ciencia, como cualquier otra actividad humana, es compleja y tiene muchas caras.

INDICADORES DE PROFESIONALIZACIÓN

El examinar algunos aspectos de nuestra profesión, haciendo relación con las doce condiciones de la ciencia y la tecnología establecidas por Bunge, nos lleva a pensar que el nivel de contribución de las enfermeras colombianas en el proceso de construcción de su identidad de grupo es todavía limitado, lo cual puede observarse en la insuficiente participación individual en los asuntos de la comunidad de enfermeras, y en la todavía baja producción de investigaciones, presentaciones y publicaciones; y de aquí surge una recomendación que gira en torno a la toma de conciencia por parte de las enfermeras respecto a su responsabilidad social en el impulso al crecimiento de su propia área o campo de acción y la invitación a estimular núcleos académicos de avanzada, especialmente en universidades, centros de investigación e instituciones de salud, y la aceptación decidida y entusiasta del trabajo interdisciplinario (10).

Otras autoras que, creo, también han influido en algunas enfermeras que han hecho análisis sociológicos de la profesión, son Leddy y Pepper (11), quienes plantean que las categorías para evaluar la calidad de la profesión están dadas por: 1) características intelectuales, 2) elementos prácticos, 3) servicio a la sociedad, y 4) autonomía.

Las características intelectuales están compuestas por tres elementos diferentes: un conjunto de conocimientos en el que se fundamenta la práctica de la profesión, educación especializada para transmitir el conjunto de conocimientos, y el empleo de los mismos en el pensamiento crítico y creativo. Los elementos prácticos están relacionados con las habilidades especializadas que son esenciales para el desempeño de una función profesional ú nica. El servicio a la comunidad, que exige integridad y responsabilidad en la práctica ética y un compromiso de toda la vida, que implica no considerar a la enfermería como una manera de ganar el pan, sino como una profesión. La autonomía significa que los practicantes de una profesión controlan sus propias funciones en el ambiente de trabajo; implica independencia, disposición a correr riesgos y responsabilidad de los propios actos, así como autodeterminación y autorregulación.

Collière (12), en su libro Promover la vida, expone que inicialmente se pueden identificar los cuidados en la mujer, luego se identifica una práctica de los cuidados administrados por (mujeres) consagradas, mas adelante se identificaron los cuidados en la (mujer) enfermera – auxiliar del médico, y en este momento se puede hablar de una filiación conventual y luego de una filiación médica, de lo cual surge una valoración social de la enfermería y un valor económico de la enfermería, relacionada con la doble filiación conventual y médica. Considera esta función de la mujer enfermera – auxiliar del médico, como la base del proceso de profesionalización.

Para Collière “la profesión la constituye un grupo de personas que han conseguido un título, un status, mediante una formación, con el fin de ejercer una actividad” (12). Ella utiliza este sistema de análisis:

— Razón de ser de la práctica de enfermería

— Naturaleza del trabajo y características del servicio que se ofrece

— Conocimientos empleados

— Tecnología utilizada

— Investigación (enfoque)

— Publicaciones: prensa profesional

— Repercusiones sociales: imagen social

— Repercusiones económicas (salarios).

Albert, según Hernández, dice: “El desarrollo de una disciplina científica no es sólo el producto de los presupuestos internos de su objeto ni el precipitado natural, espontáneo y súbito de una sistematización de los enunciados internos o de las representaciones de los fenómenos que estudia. Antes que eso, es siempre, o casi siempre, también el producto de una historia y de una práctica profesional” (13).

El mismo Albert dice: “Algunas de las profesiones que han llegado a constituirse como disciplinas con un cuerpo teórico propio no pueden reconocerse epistemológicamente, sin el sentido de su historia como profesión” (14).

Esto implica también hacer una historia tanto externalista como internalista de nuestra profesión. La perspectiva externalista, o de enfoque sociológico, utiliza categorías de la sociología de las profesiones para organizar la información y establecer relaciones, para entender e incluso arriesgar explicaciones sobre las transformaciones que ocurren en el momento dado y en un contexto determinado. La perspectiva internalista o epistemológica trabaja sobre la construcción de un tipo de saberes y de práctica, analizando los cambios teóricos y metodológicos que sustentan esos saberes y prácticas de una disciplina o profesión (15).

La naturaleza disciplinar se caracteriza por la existencia de un núcleo conceptual. El conjunto de conocimientos que configuran este núcleo puede surgir de muy diversas formas. En unos casos, la propia naturaleza y organización de los conocimientos establecen el estatuto epistemológico de las ciencias básicas. En ese caso, es la propia naturaleza del conocimiento y su organización lógica la que se impone con evidencia como ciencia.

En otros casos, en cambio, como suele ocurrir en las ciencias aplicadas, técnicas o prácticas, el proceso de configuración científica procede de una manera determinada en gran medida por factores históricos y sociales. Tal es el caso de las profesiones que habiendo tenido un origen práctico y asistemático, han ido organizándose a través de los siglos como actividades o profesiones altamente estructuradas, con un amplio campo de conocimientos específicos pertinentes a esa práctica, una metodología precisa y definida y un objeto, material y formal, perfectamente identificable.

En definitiva, la enfermería, continúa diciendo Albert en el prólogo al libro de Juana Hernández, cuenta ya no sólo con unas prácticas asistemáticas y ocasionales, sino con una historia de los cuidados de enfermería. El proceso habitual se desarrolla mediante una dinámica que parte de una práctica y una ejercitación ocasional ante necesidades sociales perentorias. Luego, el proceso de organización y desarrollo institucional constituyen su historia, y finalmente, la sistematización de conocimientos y métodos nos sitúa ante una disciplina científica.

Y en ese mismo orden de ideas, Juana Hernández presenta un esquema de la delimitación del objeto específico de la enfermería:

• A través del estudio de su pasado

• A través de la construcción de teorías y modelos

• A través del desarrollo metodológico

• A través del desarrollo tecnológico – instrumental

Y concluye, una historia y una práctica secular nos proporcionan unos conocimientos en busca de una disciplina que configure identidad profesional.

Muñoz (16) considera que en el complejo proceso de definición disciplinaria, se pueden distinguir tres momentos de desarrollo: 1) un periodo de desarrollo investigativo en el cual la disciplina no se ha diferenciado de otras ciencias, profesiones u ocupaciones, que nosotros querríamos denominar Anomia; 2) un periodo en que todavía predomina la indiferenciación, pero en el cual hay una valiosa acumulación de experiencias, que llamaríamos Heteronomia, y 3) un periodo de transición, caracterizado por una continua crisis y una búsqueda de identidad profesional e investigativa, que lleva a un periodo de conformación, caracterizado por aspectos específicos: lenguaje, modelos investigativos, criterios internos de validez, líneas de investigación específicas que podríamos designar como Autonomia.

Como se puede ver al hacer un análisis de la historia de la enfermería en Colombia durante el siglo XX, y especialmente a partir de la década de los 30, la enfermería ha venido desarrollando un amplio proceso de profesionalización. Hoy en día, la enfermería tiene una base institucional muy fuerte: sus facultades y escuelas profesionales, su incremento en la formación de profesionales, sus postgrados, sus publicaciones, sus asociaciones, su legislación, su código de ética. Todo lo anterior hace más fácil hablar de la exclusividad de sus conocimientos.

PAPEL DE LAS PUBLICACIONES EN EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO

Si consideramos que existen diversas formas de objetivación de los conocimientos, es decir de manifestación de su existencia, podemos igualmente identificar los sujetos o “ actores” de la investigación, que vienen a ser los diferentes niveles de organización del conocimiento: el hombre, como sujeto del conocimiento; la escuela científica, o grupo de profesionales que se congregan alrededor de determinadas ideas; las instituciones, en las cuales transcurre el proceso de desarrollo de las ciencias; y finalmente (aun cuando algunos la colocan de primera), la publicación, si tenemos en cuenta que toda la riqueza científica de la sociedad hasta el presente, se manifiesta como una enorme acumulación de distintos tipos de publicaciones y éstas son la unidad fundamental de la fijación del conocimiento científico que a la larga se constituye en la “memoria social” de la humanidad (17). Aquí nos distanciamos de concepciones, por ejemplo la de Kuhn, que proclaman la rareza e imprevisibilidad de las innovaciones, ya que en la actualidad, y cada vez en mayor medida, se fortalece la idea de un flujo de innovaciones, y de una mayor intensidad de las mismas (18).

Dicho de otra manera, el conjunto de “modificaciones discretas” del conocimiento científico, que se expresa en unidades de fijación de los conocimientos, esto es, en publicaciones, significa una innovación. El desarrollo de la ciencia no se da solamente mediante revoluciones científicas, también es un flujo de innovaciones, a pesar de que cada innovación, por sí misma, no represente necesariamente una etapa singular en el proceso científico. Por ello consideramos que la Revista Investigación y Educación en Enfermería es un instrumento de divulgación científica, de fomento de la actividad investigativa, de discusión seria y profunda de problemas académicos que atañen a nuestra profesión y, por ende, una forma de contribuir al desarrollo y a la identidad profesional de nuestra disciplina.

Las primeras revistas científicas fueron fundadas en Francia (Journal des Savants) e Inglaterra (Philosophical Transactions) en 1665, a dos meses la una de la otra (19). Es importante recordar aquí que el American Journal of Nursing, fue fundada en 1900 y está dentro de las primeras publicaciones científicas mundiales en el área de la salud; y la Revista de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, fundada en 1966, es una de las primeras en América Latina. Es un hecho incuestionable que las revistas científicas constituyen desde el siglo XIX, el principal medio de divulgación del conocimiento, y en la actualidad son el instrumento más utilizado por la comunidad científica para dar a conocer el producto de sus investigaciones y sus reflexiones filosóficas. Se constituyen en el principal vehículo para difundir la información científica y son fuentes de consumo y apropiación del conocimiento; por ende, de su situación y características depende el éxito de la comunidad científica a quienes representan. En síntesis, las revistas constituyen el reflejo del funcionamiento general de la ciencia, de las instituciones relacionadas con ella, de las investigaciones, de los mismos investigadores, y en definitiva, de la relación que cada disciplina mantiene con sus propios miembros, con otras disciplinas, y con la sociedad en general (20).

Con base en la premisa que establece que la publicación es la unidad fundamental de fijación del conocimiento y las revistas actúan como un registro oficial y público de la ciencia, y que la organización de eventos científicos es una circunstancia que contribuye a la preparación de escritos, para el primer Coloquio Panamericano de Enfermería, organizado por la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería en 1988, se presentó un análisis de la producción científica de enfermería entre 1959 y 1986 (21); tomando como unidades de análisis los artículos publicados en las seis revistas existentes en nuestro país hasta esa fecha y la realización de eventos científicos como los Encuentros por especialidades, los Congresos de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia y los Coloquios Nacionales de Investigación en Enfermería, de cuyo análisis se sacaron, entre otras, las siguientes conclusiones:

— La investigación inédita no contribuye per se al desarrollo del cuerpo de conocimientos de una disciplina, sino básicamente al desarrollo personal de sus “actores” (investigador, asesor, jurado). Para que la investigación cumpla plenamente su función social, sus resultados (o sus fracasos) deben ser publicados, de tal manera que puedan ser conocidos y utilizados, desde diferentes ángulos, por los profesionales de la misma disciplina y por el público en general.

— El tipo de producción científica es un criterio válido de análisis del desarrollo de una profesión. Por ello nos atrevemos a decir (y lo aseverábamos desde ese momento), que la enfermería estaba dejando de ser una profesión joven- caracterizada por estudiarse a sí misma como gremio-, ateniéndonos a la evolución de los temas que se habían venido manejando en los congresos nacionales de ANEC y a lo largo de los entonces 20 años de historia de la Revista de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, que se estudiaron en esa oportunidad.

— Aun cuando primordialmente debemos reforzar con nuestros escritos las publicaciones de nuestra profesión, sigo creyendo que no está mal que las enfermeras publiquen en diversos órganos de divulgación científica del área de la salud, ya que de esta manera se promueve el mejor conocimiento de la disciplina entre otros profesionales.

— La existencia en ese entonces de cuatro revistas de enfermería y la participación de muchas enfermeras en otro tipo de publicaciones, hacía evidente ya para ese momento que los profesionales de enfermería del país se habían hecho conscientes de que un trabajo, aun cuando sea hecho con seriedad, sólo entra a formar parte del acervo científico de una disciplina cuando es publicado, es decir, cuando se pone al servicio de la comunidad científica. Dicho de otra manera, muy fuerte: “lo que no está publicado, no existe”.

PAPEL DE LA UNIVERSIDAD EN EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO

Las actividades de ciencia y tecnología no pueden concebirse como esporádicas o episódicas; tampoco deben reducirse a una dimensión utilitaria inmediata; ciencia y tecnología deben concebirse más ampliamente, como fundamentos de la cultura nacional, factores que aumentan la productividad colectiva, elementos integrantes de una educación integral y progresiva, aspectos constituyentes de la vida ciudadana y de la civilización (22).

Desde la universidad, su escenario natural, la ciencia irrumpe, y el pensamiento, el conocimiento y la comunicación se apropian de su racionalidad. La historia social de la ciencia muestra claramente cómo las universidades, a lo largo del tiempo y en los distintos contextos sociales, se han organizado para responder a la necesidad de formar investigadores profesionales. Infortunadamente, lo que tenemos todavía en muchas universidades es una yuxtaposición de estructuras académicas y administrativas cuya función principal ha sido la de formar profesionales, en algunos casos de muy buena calidad, pero que no nos ha permitido la formación de los investigadores profesionales que necesitamos y el desarrollo de proyectos de investigación de manera permanente y sistemática (23).

Si estamos hablando de escritores y de publicaciones científicas, estamos hablando de investigación; y esto nos lleva necesariamente a refrendar que no es posible la publicación sin la existencia de instituciones, en nuestro medio, especialmente las universidades, que apoyen decididamente los grupos de investigación y estimulen a sus investigadores.

Algunas conclusiones de un seminario de la Universidad Nacional de Colombia sobre Política de Ciencia y Tecnología (24), elaboradas por el entonces vicerrector académico Antanas Mockus, nos pueden ayudar a dirimir ciertos conflictos:

— Parece que hay consenso sobre la necesidad de fijar prioridades y de concentrar esfuerzos en torno a ciertos trabajos, pero ¿cómo fijar prioridades sin desanimar a los que están iniciándose en esta experiencia de la investigación?

— La estructura colegiada que existe en las universidades, en ocasiones es una ventaja para poder discutir una idea con cierto número de interlocutores calificados, pero en ocasiones estas mismas instancias colegiadas lamentablemente se vuelven simples espacios de negociación de intereses parciales.

— Si bien hay que fortalecer la combinación entre docencia e investigación, hay que fortalecer también el proceso institucional y social de reconocimiento a quienes en uno u otro campo tienen desempeños destacados.

— Pero definitivamente, la universidad tiene que devolverle a la sociedad el apoyo que ésta le da. Sin embargo hay necesidad de explorar los peligros que representan tanto el excesivo repliegue de la universidad y de sus grupos de investigación sobre sí mismos, como el excesivo privilegio de la búsqueda de beneficios económicos y sociales inmediatos.

— Lo fundamental es, entonces, encontrar los mejores medios para una adecuada convergencia entre los intereses de la academia y los de la nación.

INDICADORES DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA

En el ámbito nacional, los indicadores de ciencia y tecnología utilizados por Colciencias (25) han sido: gasto en ciencia y tecnología, número de proyectos, formación doctoral, personas (investigadores, técnicos, auxiliares, etc.), género (presencia de mujeres), resultados de la labor e impacto.

En publicaciones de centros nacionales de impulso a la investigación, se considera que para la evaluación de la acción de los grupos investigadores e innovadores, hay necesidad de tener en cuenta un sistema de indicadores cualitativos y cuantitativos que parta de elementos tales como: el número de publicaciones, la citación de las mismas, el medio de publicación; y se da especial énfasis a aspectos que tienen que ver con la investigación en grupo, como la asociación entre investigadores, la calidad de las asociaciones o cadena de asociaciones, las redes de investigadores y la visibilidad de la producción del grupo (26).

En términos generales, y tomando como base los concursos de Colciencias para el apoyo, la consolidación y fortalecimiento de grupos y centros de investigación, las características más relevantes de un grupo o centro, son: calidad, que se refiere al cumplimiento de ciertos mecanismos establecidos por la comunidad científica y la aceptación que reciban por parte de la sociedad; estabilidad, comprobada por la continuidad y evolución de sus programas y por su capacidad de reproducirse mediante la formación de nuevos investigadores que constituyan la “generación de relevo”; pertinencia, determinada por el impacto que el quehacer de un grupo o centro produce en la comunidad y por la capacidad de articularse con la realidad; y visibilidad, demostrada por el reconocimiento dado por los “pares” y la sociedad, quienes legitiman sus resultados.

En cuanto a los criterios para clasificación de las Revistas científicas, Colciencias (27) estableció los siguientes: calidad científica, que se refiere a la calidad de los artículos publicados; la calidad editorial, verifica que las revistas integren las normas editoriales que caracterizan a las publicaciones seriadas en el campo de la ciencia y la tecnología; la estabilidad, está asociada a su antigüedad y al cumplimiento estricto de las fechas de publicación según su periodicidad; y la visibilidad y reconocimiento internacional, está relacionada con los siguientes criterios: niveles de circulación y de accesibilidad de la revista, formas y niveles de distribución, integración en las bases bibliográficas secundarias nacionales e internacionales, y la existencia de sus colecciones completas en la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Colombia, la Biblioteca del Congreso y las bibliotecas departamentales.

A nivel de cada investigador, y de nuevo tomando como muestra el programa de Colciencias de estímulos a los investigadores, vemos que dentro de los parámetros establecidos, los ítems con mayor valoración tienen que ver con la participación en proyectos de investigación entre grupos de investigación y cofinanciados, el impacto social de su actividad académica en los últimos 3 años, y el plan de trabajo científico o tecnológico que propone; le siguen en valor los libros, vienen luego los artículos en revistas internacionales indexadas (que no significa extranjeras), las patentes y las tesis doctorales concluidas satisfactoriamente; después vienen los estudiantes de doctorado bajo su dirección actual, los estudiantes de maestría con tesis concluidas y con menor puntaje: los estudiantes de maestría bajo su dirección actual, los trabajos de investigación presentados en congresos internacionales, y finalmente, los trabajos de investigación presentados en congresos nacionales y los trabajos de grado actuales (28).

Cuando hablamos de las publicaciones como elemento de valoración de los investigadores y grupos de investigación, salta a la vista el tema sobre el factor de impacto de las revistas.

El factor de impacto de una revista se puede definir como el número de citas que, por término medio, ha recibido el conjunto de los artículos recientes (dos últimos años) publicados por la misma (29). Este índice de impacto se calcula dividiendo el número de veces que un artículo es nombrado por otros investigadores, por el número de artículos que publicó la revista (30). De este modo, todos los años, los editores esperan su clasificación en el “ranking”; ya que éste es un elemento que los investigadores tienen muy en cuenta al enviar sus artículos (31).

De allí se desprende que si alguien pretende mejorar el índice de impacto de una revista en particular, debe colocar como referencia bibliográfica de sus escritos, artículos de la revista que quiere favorecer con su publicación.

Recientemente revisé los indicadores de citación de las revistas de enfermería iberoamericanas y encontré que en el índice 2006 de Revistas con Repercusión, es decir que han sido analizadas como revistas fuente en los estudios bibliométricos realizados por la Fundación Index, en los que ellos sólo analizan las revistas que están incluidas en la base de datos Cuiden, aparecen varias revistas latinoamericanas, entre ellas Investigación y Educación en Enfermería. La revista Avances en Enfermería, aparece en primer lugar en las Revistas Citadas, que son aquellas revistas no analizadas por el GED (Grupo de Estudios Documentales) de Index, seguida de la Revista Brasileira de Enfermagem y de la Biblioteca Las Casas de España. No encontré en ninguno de los dos índices mencionados ninguna otra revista de enfermería de nuestro país, en cambio sí varias brasileras, algunas mexicanas, una chilena, una cubana y una argentina.

PARA QUÉ PUBLICAR EN ENFERMERÍA

Yo creo que se publica, en primer lugar, para contribuir desde nuestra profesión al mejoramiento de la sociedad, trascendiendo de tal manera nuestra condición de profesionales y convirtiéndonos en intelectuales, al decir de Gramsci (32). Y de manera más específica, para aportar al cuidado de la salud de las personas. En segundo lugar, se publica para apoyar el desarrollo de la enfermería como profesión y como disciplina. Y, en tercer lugar, ya a nivel individual, se publica por un interés personal, una necesidad académica y un compromiso con la sociedad.

Se habla mucho de la necesidad de investigar en enfermería, de utilizar sus resultados de la investigación para el mejoramiento del cuidado, de cómo disminuir la distancia entre la investigación y la práctica (33); pero para que ello sea posible, se debe dar el paso absolutamente necesario para que la comunidad de enfermeras, y la sociedad en general, conozcan los resultados de la investigación: la publicación de los mismos. De tal manera, el objetivo final de la investigación, que se logra cuando sus resultados son utilizados para la asistencia y la formación de nuevos profesionales, pasa necesariamente por la divulgación de los mismos.

Las publicaciones se convierten en la manera más expedita de ir haciendo un registro del avance de la investigación en los diferentes campos de acción de la enfermería. Y paralelamente, se va creando un acervo de conocimientos, la “memoria social” de la profesión y del campo de acción específico, bases de datos que contribuyen a la diseminación del conocimiento, la formación de recursos humanos y el intercambio entre colegas. Durán (33) nos presenta como un hito dentro de la etapa del desarrollo investigativo de enfermería, la aparición de la primera serie periódica de investigación en enfermería en el mundo en 1952, el Nursing Research.

Pero también, al decir de Parsons (34) con nuestros escritos vamos construyendo nuestra propia historia, haciendo nuestra “biografía intelectual”. Esto es, podemos ver cómo vamos evolucionando en nuestro “pensamiento de enfermería” y nuestras concepciones acerca de la salud de la población “observaciones no publicadas”.

Las revistas y los artículos que en ellas se publican confieren, además, prestigio y recompensa a todos aquellos que se encuentran ligados a ellas. Le dan visibilidad a los propios investigadores, a la profesión, a nuestras instituciones, a nuestro país.

Entonces, podemos decir que desde la publicación estamos apuntalando los diferentes actores de la investigación y, por ende, del conocimiento: las instituciones, las escuelas de pensamiento y los investigadores como personas.

CÓMO PUBLICAR EN REVISTAS CIENTÍFICAS

Un tema que preocupa a los escritores de artículos es cómo lograr la publicación de sus trabajos. Lo que voy a decir aquí es fruto meramente de mi experiencia. Parece que sobre esto no se escribe mucho pero a mí con frecuencia me lo preguntan mis estudiantes.

Unas sugerencias se relacionan con el texto mismo del escrito, llamémoslas, por aquello de mi sesgo de administradora, factibilidad; y otras, se refieren al tema de dónde publicar, llamemos a estas sugerencias; viabilidad de la publicación.

La factibilidad de que un escrito se convierta en artículo depende, en síntesis, del contenido y de la forma. La calidad del contenido tiene que ver ante todo con el interés que el tema tiene para la comunidad científica de enfermería; su novedad, bien sea desde el punto de vista teórico, o también metodológico; y su aplicabilidad, es decir, por sus aportes al mejoramiento del área del conocimiento a que se refiere. Pero también tiene que ver con la forma de presentación del escrito, es decir el cumplimiento de los estándares establecidos para los artículos científicos, y en particular, por la propia disciplina de enfermería. Sobre el tema de cómo escribir artículos científicos, se encuentra bastante literatura (35).

Pero hay buenos artículos desde su análisis intrínseco, pero que pueden no terminar publicados, por razones de “viabilidad”, filosófica, política o religiosa. Con esto quiero decir que tenemos que pensar a qué revista es mejor enviar nuestros artículos. Por ejemplo, aun cuando no se lo diga abiertamente, hay revistas que podríamos calificar como “de izquierda” y otras, como “de derecha”, o dicho de otra manera, “de avanzada y “tradicionales”. Pero también hay revistas más interesadas en la investigación cuantitativa que en la cualitativa, y viceversa; o más interesadas en aspectos prácticos que teóricos, o en experiencias nacionales que extranjeras, o más en temas de enfermería hospitalaria que comunitaria; y además hoy en día ya hay revistas especializadas, por ejemplo en historia de la enfermería, en evidencia científica, en clínica, en administración, etc.

Sin embargo, ¿cómo podemos llegar a saber eso? Pues la forma más sencilla es por el nombre de la revista, si se llama Enfermería Comunitaria, pues ya sabemos, o si por el contrario, se llama Enfermería Clínica. Pero también nos puede orientar la lectura de sus editoriales, que dicen mucho de los intereses de una publicación, incluso de los no conscientes. Y hoy en día, cuando la mayoría de las revistas de enfermería, por lo menos de las más reconocidas, están en Internet, pues allí podemos revisar las presentaciones que se hacen de las mismas, y de ellas podemos extraer sus intereses.

Hay personas que sugieren enviar cartas al Director o buscar revistas en donde tengamos amigos en el Comité Editorial, u otras cosas por el estilo; pero yo creo que los artículos como los informes de investigación “se deben defender solos”.

Pero algunos investigadores pueden tener ya otros intereses, por ejemplo, publicar en revistas internacionales indexadas, que como ya hemos dicho, no necesitan ser editadas fuera de nuestro país, y en ese caso pueden averiguar esto en un listado de revistas indexadas que se pueden hallar en diferentes sitos web.

REFLEXIONES FINALES

Pretendo que mis reflexiones sobre la publicación de artículos científicos incluyan a todos los “actores” de la investigación, esto es, no sólo las propias publicaciones, sino también las organizaciones que las apoyan, las instituciones en las cuales surgen, las escuelas o grupos que las cultivan, y las personas que los conforman.

Para la Sociedad Matemática Española es muy importante la financiación de la literatura científica y considera que los científicos deben ser conscientes de que su deber profesional exige asegurar la accesibilidad y permanencia más amplia de sus trabajos; en tal sentido enfatiza en que la investigación financiada por fondos públicos debe ser accesible de la manera más amplia posible al menor costo para el contribuyente (36), y de manera coherente, promueve el uso de páginas Web personales, servidores públicos, revistas electrónicas gratuitas y cualquier otro nuevo método que garantice la difusión amplia y a menor costo.

A veces se analizan las publicaciones científicas, asumiéndolas como un mercado y dada la consideración de la inversión pública en investigación, se plantea la importancia de que las publicaciones que informan sobre dicha investigación sean accesibles a un público lo más amplio posible. También se está promoviendo el desarrollo de las publicaciones electrónicas y la creación de archivos digitales en áreas que dispongan de poca inversión privada.

Albornoz (19), identifica algunos problemas de las publicaciones científicas argentinas e iberoamericanas en general: escasa aplicación de normas internacionales de edición; creciente producción de trabajos científicos aunque con escasa visibilidad; irregularidad en la periodicidad de las publicaciones; insuficiente indización de las revistas; dificultades para la distribución y, consecuentemente, difícil acceso a los materiales; magros presupuestos para la edición e insuficiente respaldo institucional; pero además: el tiraje de las ediciones es muy pequeño; existe una desvaloración relativa de las publicaciones científicas iberoamericanas frente a las internacionales (o mejor dicho, en otros idiomas), y colateralmente hay una exagerada tendencia a valorar casi exclusivamente las publicaciones registradas en el Science Citation Index; por otra parte, las publicaciones en línea son aún muy incipientes.

Sin embargo, en los últimos años varios proyectos iberoamericanos avanzan para cambiar esta realidad y dar visibilidad a nuestras publicaciones; el Sistema Latindex y el proyecto SciELO tienen como propósito definir y aplicar ciertos criterios más adecuados para la región. El desarrollo de herramientas bibliométricas y de explotación de bases de datos es otro objetivo que se debe encarar a nivel regional. Yo creo que estas estrategias vienen siendo utilizadas por la Fundación Index de Enfermería de España.

Pero otras estrategias son de carácter nacional. Ciertas acciones necesarias para mejorar el panorama involucran a las instituciones que rigen la política científica y tecnológica del país, así como de las entidades que sustentan cada publicación, entre ellas las universidades, y otras a los propios grupos editores. El apoyo a las revistas científicas y su versión electrónica contribuirá a dar a conocer el valor de la investigación que el país produce y a su visibilidad internacional.

Y si hablamos de investigación, necesariamente debemos referirnos a los grupos de investigación, sin los cuales no puede haber desarrollo sistemático y permanente de ella, ya que el grupo de investigación es el que puede plantear, analizar, reflexionar y proponer alternativas relacionadas con la problemática objeto de su estudio y realmente desarrollar investigación científica en forma colectiva.

Y para que existan grupos de investigación se necesitan personas interesadas en la investigación. Es ineludible que necesitamos diseñar unas estrategias que nos permitan adquirir el “perfil de investigador” exigido por el mundo académico, y paralelamente, ir generando un perfil acorde con nuestro estilo de trabajo. Esto significa que necesitamos mirarnos al espejo, y para ello debemos observar al interior de cada uno de nosotros, como personas, como profesores, como investigadores, como miembros de una comunidad científica, e institucionalmente, como Escuela o Facultad, como estamento valioso de una universidad.

Existen ciertos temas relacionados con las revistas científicas que nos gustaría comentar aquí. El problema del idioma es uno de ellos. Creo, con Ibarra (30), que publicar en español garantiza un buen número de lectores (los colegas de la región) pero es una condena segura a pasar inadvertido entre otros actores de la ciencia. Publicar en inglés deja de lado un buen numero de potenciales lectores (los mismos colegas de la región), pero apuesta a participar de un diálogo científico más amplio. La publicación bilingüe (o trilingüe como se empieza a ver en Latinoamérica) es una solución, que naturalmente requiere un esfuerzo mayor tanto logístico como económico.

Otro tema espinoso, que ya empiezan a criticar algunos investigadores, es el vuelco comercial de muchas publicaciones internacionales que establecen – en pos de lo que ellas consideran rentable – ciertos temas de mucho interés y comienzan a cobrar para publicar en ellas. Dos estrategias que se empiezan a utilizar para rebajar los costos editoriales son la publicación de revistas exclusivamente en Internet y producir ediciones de bajo costo con distribución a través de organizaciones internacionales.

El tema de la edición de revistas electrónicas es otro de aquellos que todavía suscita controversias. Hasta hace algún tiempo, algunos autores y consumidores de literatura científica se resistían a considerar al medio electrónico como válido. Sin embargo, lo que yo estoy observando ú ltimamente parece ser lo contrario. Hay autores que prefieren publicar en revistas online, o que por lo menos tengan accesibilidad en Internet, que en aquellas que tienen su edición sólo en papel.

Respecto a los escritos en sí, una revisión somera de la composición o narrativa, muestra que durante muchos años el enfoque fundamental se dio sobre el producto escrito más que sobre el proceso. El enfoque sobre el proceso mismo de la escritura ha llevado a nuevas comprensiones acerca de cómo la escritura puede mejorar el descubrimiento del conocimiento.

El proceso de escribir nos ayuda a recuperar importantes experiencias subjetivas en enfermería, al tiempo que reflexionamos sobre esas experiencias, creando introspecciones e interpretaciones que promueven otras formas estéticas de conocimiento (37) y de expresión del mismo.

Es cierto, la redacción de un artículo no es fácil, algunos la comparan con la gestación y el parto, pero es lo que nos queda y lo que dejamos a los demás de nuestro devenir histórico, como profesionales, como trabajadoras y como ciudadanas (38).

Y cuando pasado el tiempo los revisamos, y aun cuando podamos encontrar algunos que quisiéramos recoger y rehacer, a la postre vemos reflejada ahí nuestra propia historia, como el álbum fotográfico de nuestra familia.

Pero, ¿por qué no escribimos? Algunos autores llegan a decir que la escasa producción de artículos de enfermería que contengan evidencias se puede entender porque la mayoría del gremio corresponde al género femenino, y ello está relacionado con la falta de tiempo o la falta de información sobre los medios que se tienen para publicar (39). Algunas personas dicen que lo hacen por modestia, yo creo que a veces también no queremos publicar por orgullo, por no someternos a la crítica, que es dura, y a veces, de verdad, puede resultar demoledora; pero hay que tener la modestia suficiente para reconocer los errores y aceptar las sugerencias, que a veces también podemos cuestionar y hasta cambiar, si hacemos una buena sustentación de nuestro parecer.

Pero además, podemos ir “haciendo pinitos”, es decir ir viviendo un proceso. Es probable que nuestro primer artículo no salga publicado en una revista indexada internacionalmente, pero si empezamos publicando como estudiantes, en revistas institucionales, locales, digamos de fácil acceso, luego podremos ir tratando de acceder a revistas con niveles más altos de exigencia. Como digo yo, todo es un proceso. Y a veces es más importante el proceso como tal, que luego permite que se vayan viendo los resultados.

Me queda la esperanza de haber dejado en ustedes alguna motivación para publicar, bien sea como estudiantes en los órganos disponibles; como docentes, sus experiencias, no sólo investigativas sino pedagógicas, y para todos aquellos que ya lo estén haciendo de manera regular, el interés por mejorar su producción escrita.

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Cómo citar este artículo: Velandia Mora AL. Para qué publicar en enfermería. Invest Educ Enferm. 2008;26 (2 sup): 60-71.

Recibido: Agosto 5 de 2008. Envío para correcciones: Agosto 13 de 2008. Aprobado: Agosto 19 de 2008

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