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Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307

Invest. educ. enferm vol.31 no.2 Medellín May/Aug. 2013

 

EDITORIAL

 

Práctica Basada en la Evidencia: Una oportunidad para un cuidado de calidad

 

 

Prática Baseada na Evidência: Uma oportunidade para um cuidado de qualidade

 

 

René Mauricio Barría-Pailaquilen1

 

1Enfermero, Doctor, Académico del Instituto de Enfermería y Director de la Oficina de Salud Basada en Evidencia (OSBE), Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile. Miembro del Comité Editorial de la revista Investigación y Educación en Enfermería. email: rbarria@uach.cl.

 

Cómo citar este artículo: Barría-Pailaquilen. Practice Based on Evidence: An opportunity for quality care. Inv Educ Enferm. 2013;31(2): 181-182.

 

 


La investigación en enfermería es fundamental para el desarrollo de conocimiento científico orientado a proporcionar cuidados eficientes y, consecuentemente, mejorar la calidad de la atención a los usuarios. No obstante, en muchos países, entre ellos, los latinoamericanos, la investigación en enfermería por parte de profesionales clínicos es escasa y ha sido relegada a las esferas académicas durante diferentes épocas. Por consiguiente, constituye un hecho que los enfermeros clínicos no investigan, para lo cual aluden a variados factores que limitan su desarrollo, entre ellos, la falta de tiempo, incentivos o financiamiento. Incluso, algunos reconocen falta de interés. Sin embargo, no hacer investigación no impide que la práctica de la enfermería se desarrolle y adopte estrategias e intervenciones actualizadas y efectivas como forma de evitar que se vuelva obsoleta y basada en un actuar arbitrario.

A comienzos de los ochenta, se argumentaba que la falta de aplicación de la investigación en enfermería tenía como consecuencia que las enfermeras no sabían acerca de los resultados de la investigación, tampoco los entendían, ni creían en ellos; no sabían cómo usarlos o no estaban autorizadas a utilizar los resultados de la investigación.1 En las últimas décadas, el desarrollo disciplinar y profesional ha valorado la investigación y su aplicación como una de las herramientas fundamentales en el quehacer enfermero y en la toma de decisiones para la gestión del cuidado. En consecuencia, se han integrado en los planes de estudios contenidos específicos de investigación y de aplicación de evidencia. No obstante, pareciera ser que estas medidas no han generado los cambios que se esperaban en la práctica dada la presencia de una serie de obstáculos y barreras. En este sentido, se observa que si bien algunos profesionales utilizan fácil y rápidamente las intervenciones basadas en la investigación, otros, por el contrario, se niegan a hacer cambios en sus prácticas. La resistencia al cambio y la sola valoración de la experiencia clínica obstaculizan claramente una entrega de cuidados basados en evidencia.

Aunque la práctica basada en evidencia (PBE) ha demostrado ser fundamental en la provisión de cuidados de salud favoreciendo la calidad de la atención brindada a pacientes y sus familias, su uso en enfermería aún no se ha generalizado y en muchos lugares, incluso, se ha desestimado. En términos simples, la PBE es una forma sistemática de revisar y evaluar la literatura de investigación con el fin de seleccionar la mejor intervención para un problema. Puede entenderse, entonces, como un método de resolución de problemas que implica identificar un problema clínico, buscar y seleccionar literatura científica pertinente, evaluar la evidencia y decidir sobre su aplicación. En el ejercicio profesional, la PBE considera que los profesionales de enfermería toman decisiones clínicas y aplican los cuidados basándose en la mejor evidencia actual y los evalúan conforme a la PBE.

Una característica fundamental de este proceso es que explicita e integra intencionadamente los resultados de las investigaciones existentes sobre un ámbito particular buscando la mejora continua de la calidad de los cuidados. La experiencia clínica y trayectoria profesional permiten decidir si la evidencia disponible es o no aplicable al propio contexto. Para ejercer la PBE, surge como dificultad que para muchas intervenciones se requiere sintetizar evidencia proveniente de ensayos clínicos aleatorizados (ECA), los cuales en muchos ámbitos son limitados. Sin embargo, en los últimos años se ha constatado un incremento de estudios de intervenciones de enfermería utilizando este diseño.2 Para otras intervenciones se dispone de revisiones sistemáticas que facilitan la toma de decisiones en el quehacer cotidiano de la práctica.3

Los contextos actuales en que los profesionales de salud desarrollan su quehacer instan a responder a las demandas de atención y de cuidados de manera rápida y con un alto rendimiento. De esta manera, se ha configurado un escenario de exigencia que impone actuar, muchas veces, sin evaluar cómo se otorga el cuidado. Por lo tanto, el espacio en que la enfermería se desempeña la sitúa en medio de demandas institucionales y de los usuarios que generan una tensión en la práctica que puede desdibujar cualquier reflexión más profunda sobre las acciones. Es así como, actualmente, todavía muchas decisiones sobre los cuidados de salud están basadas en valores, recursos y necesidades, con escasa atención a aplicar cualquiera evidencia derivada de la investigación.4

Reconociendo las limitaciones aún presentes en muchos lugares para ejercer una PBE, la enfermería debe transitar desde prácticas hegemónicas y arbitrarias basadas en la autoridad de la experiencia o por un cuidado que solo responde a las exigencias y requerimientos sin crítica ni reflexión. Se hace necesario, entonces, fortalecer las habilidades y competencias para la PBE, para lo cual es preciso iniciar desde el pregrado pero manteniendo la formación continua. En ello, no basta entregar contenidos sobre metodología de investigación sino aportar, especialmente, herramientas para interpretar, evaluar y aplicar los resultados de la investigación.

Por esto, se debe reconocer que la PBE es una oportunidad para optar por cuidados de excelencia y, más que un dogma, valorar sus potencialidades. No obstante, enfermeras y enfermeros no deben permitir que un énfasis en la PBE sea utilizado como excusa para limitar recursos e intervenciones o generar inequidad en la provisión de los cuidados.

 

REFERENCIAS

 

 

1. Hunt JM. Barriers to research utilization. J Adv Nurs. 1996; 23(3):423-5.         [ Links ]

2. Urra E, Rivas E, Barría RM. Clinical trials for Evidence-Based Nursing a possible challenge. Acta Paul Enferm. 2011; 24(3):419-25.         [ Links ]

3. Urra E, Barría RM. Systematic review and its relationship with evidence-based practice in health. Rev Lat Am Enfermagem. 2010; 18(4):824-31.         [ Links ]

4. Gray M. Evidence-based Healthcare and Public Health: How to make decisions about health services and public health. Third ed. London: Churchill Livingstone Elsevier; 2009.         [ Links ]