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Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307

Invest. educ. enferm vol.31 no.2 Medellín May/Aug. 2013

 

ARTÍCULO ORIGINAL / ORIGINAL ARTICLE/ ARTIGO ORIGINAL

 

El cuidado en Enfermería desde las perspectivas de la ética del cuidado y del género

 

O cuidado em enfermagem desde as perspectivas da ética do cuidado e do gênero

 

 

Cecilia Beatriz Burgos Saelzer1

 

1 Enfermera, candidata a Magíster. Universidad Austral de Chile, Chile, email: cecilia.burgos@uach.cl.

 

Fecha de Recibido: Junio 25, 2012. Fecha de Aprobado: Febrero 4, 2013.

 

Artículo asociado a investigación: El cuidado en Enfermería desde la perspectiva de la ética del cuidado y género.

Subvenciones: ninguna.

Conflicto de intereses: ninguno.

Cómo citar este artículo: Burgos-Saelzer C. Nursing care from the perspective of ethics of care and of gender. Invest Educ Enferm. 2013;31(2): 243-251.

 


RESUMEN

Objetivo. Explorar las dimensiones éticas del concepto y aplicación del cuidado desde una perspectiva de género, en enfermeras y enfermeros de un hospital público de la zona austral de Chile. Metodología. Se realizó una investigación cualitativa utilizando la metodología de estudio de caso. Entre los meses de diciembre 2011 y enero 2012 se efectuaron entrevistas semiestructuradas a 11 profesionales de enfermería (6 mujeres y 5 hombres) pertenecientes al Hospital Base de la ciudad de Valdivia, Chile. Los datos obtenidos y transcritos fueron leídos y codificados con el fin de establecer categorías de significado. Se realizó análisis temático a partir de los discursos. Resultados.Se observó una marcada vocación de servicio y motivación para aplicar el cuidado tanto en hombres como mujeres, haciendo énfasis en la esfera psicosocial de los pacientes. Adicionalmente, se verificó que el compromiso y aplicación de valores en la práctica del cuidado es reconocido como parte de la excelencia del profesional de enfermería. Lo perciben como un aspecto propio y característico de la profesión. Conclusión. El cuidado en Enfermería no es exclusivo del sexo femenino. Los varones y las mujeres desarrollan un sentido ético del cuidado muy ligado a lo vocacional.

Palabras clave: ética en enfermería; atención de enfermería; identidad de género.


RESUMO

Objetivo. Explorar as dimensões éticas do conceito e aplicação do cuidado desde uma perspectiva de gênero, em enfermeiras e enfermeiros de um hospital público da zona austral do Chile. Metodologia. Realizou-se uma investigação qualitativa utilizando a metodologia de estudo de caso. Entre os meses de dezembro 2011 e janeiro 2012 se efetuaram entrevistas semiestruturadas a 11 profissionais de enfermagem (6 mulheres e 5 homens) pertencentes ao Hospital Baseie da cidade de Valdivia, Chile. Os dados obtidos e transcritos foram lidos e codificados de maneira de estabelecer categorias de significado. Realizou-se análise temática a partir dos discursos. Resultados. Observou-se uma marcada vocação de serviço e motivação para aplicar o cuidado tanto em homens como mulheres, fazendo ênfases na esfera psicossocial dos pacientes. Adicionalmente, verifica-se que o compromisso e aplicação de valores na prática do cuidado é reconhecido como parte da excelência do profissional de enfermagem. Veem-no como próprio e característico da profissão. Conclusão. O cuidado em Enfermagem não é exclusivo do sexo feminino. Os homens e as mulheres desenvolvem um sentido ético do cuidado muito unido ao vocacional.

Palavras chaves: ética em enfermagem; cuidados de enfermagem; identidade de gênero.


 

 

INTRODUCCIÓN

Hablar de Enfermería lleva implícito el concepto del cuidado, tema de vital importancia, pilar de las relaciones humanas y necesidad de la sociedad, el cual llega a ser la base del desarrollo de esta profesión. Considerando sus inicios y su relación con el cuidado a cargo del género femenino, y por otro lado la evolución que ha tenido desde el siglo XIX hasta la actualidad, cabe plantearse el cuidado desde una perspectiva de género y fundamentado en la ética del cuidado en salud, ya que, como conceptos, se han vinculado inicialmente a la Enfermería, entre otras razones, porque esta profesión brinda la mayor parte de los cuidados a la persona y ha estado dirigida como profesión, desde sus inicios al sexo femenino . Existen variadas teorías y modelos de enfermería que definen cuidado como su eje fundamental. Entre ellas las de Jean Watson y su teoría de filosofía y ciencia del cuidado, Katie Eriksson y su teoría del cuidado caritativo, Madeleine Leininger y su teoría de la diversidad y de la universalidad de los cuidados, Anne Boykin y Savina O. Schoenhofer y la Enfermería como cuidado, entre otras. Es así como la práctica del cuidado es fundamental para la Enfermería.1 Como ciencia emergente, tiene como objeto de estudio el cuidado en su dimensión más amplia.2 El término cuidado es difícil de definir, y más aún complejo de apreciar. Según la Real Academia Española, se define como la 'solicitud y atención para hacer bien algo', 'acción de cuidar' (asistir, guardar, conservar), y 'recelo, preocupación, temor'.3

El cuidado otorgado a la persona, desde la mirada ética, comprende también el respeto a la autonomía, la privacidad, la confidencialidad, confiabilidad y fidelidad.4 La ética del cuidado, en consecuencia, reivindica la importancia de la comprensión y preocupación por las personas y sus particularidades. Tiene además como concepto central la responsabilidad (del latín 'responsum', responder, respuesta). Para Levinás, y desde el punto de vista ético, es compromiso, es hacerse cargo del otro y preocuparse por lo que le pasa al otro.5 Para Leste autor, la responsabilidad no está condicionada por ningún conocimiento. De hecho, se da en el encuentro con el rostro del otro. La ética de la responsabilidad nos obliga a ser responsables del otro, incluso antes de conocerlo.6 Desde la ética Kantiana, la propia humanidad es una dignidad, porque el hombre no puede ser tratado por ningún hombre (ni por otro, ni por sí mismo) como un simple medio o instrumento, sino siempre como un fin en sí mismo, y en ello estriba precisamente su dignidad.7 Un fin que no tiene precio y que por lo tanto no puede ser sustituido por cualquier cosa equivalente, confiriéndole a la dignidad un criterio de aplicación moral.8 La responsabilidad se hace patente frente a la fragilidad y la vulnerabilidad, y la respuesta es el cuidado, como forma de responsabilidad solidaria, como ejercicio de justicia ante el mundo, bajo una mirada de la bioética global.

Desde la mirada de género, su construcción se forma a través de un proceso que tiene lugar subjetivamente entre las personas y objetivamente es experimentado por el mundo. Es una construcción social influenciada por sistemas políticos, económicos y culturales que a lo largo de la historia han estereotipado al hombre y a la mujer como dos universos simbólicos, totalmente diferentes en todo lo que concierne a sus dinámicas internas y al cómo se extrapolan estas dinámicas para llevarlas al plano cotidiano. Las mujeres se caracterizarían por la responsabilidad, la racionalidad con la que enfrentan situaciones y su capacidad resolutiva. En cambio, el hombre socializa bajo una visión que incluiría dimensiones diferentes, pero no por eso pertinentes sólo al género masculino, como lo son la tecnología, economía y la burocracia.9

En tiempos anteriores, el cuidar fue - y en muchos sitios lo sigue siendo - una tarea relegada a las mujeres, sin asignarle mucha importancia, pero en la actualidad es un indicador importante de la calidad de los servicios sanitarios. La reforma de Florence Nightingale marcó un período de apogeo para la feminización en la enfermería, ya que en 1867 propuso en una de sus cartas que: 'La reforma consiste en tomar el poder de las manos de los hombres y ponerlo en las manos de una mujer entrenada para hacerla responsable de todo lo que concierne a la enfermería'.10 Con esto, instaló el concepto de que esta profesión era inherente a la mujer, actuando como la ejecutora de las actividades domésticas y el ejercicio enfermero en la familia, durante un período en que se vivía bajo un modelo patriarcal, donde el hombre era el padre y jefe de familia. Si se extrapola al modelo institucional, se observa que la enfermera trabaja bajo órdenes del médico, quien vendría asumiendo el papel del padre. Por lo tanto, la noción del hombre enfermero era incompatible con el modelo institucional.11

El modelo masculino, de justicia imparcial, correspondería a los médicos (curar); el modelo femenino, de atención y cuidado, correspondería a las enfermeras (cuidar). El cuidado, como atención solícita y desinteresada al otro que requiere ayuda, es irrenunciable, pero su ejercicio debe realizarse en el marco de la justicia.12 La compasión y el cuidado han de complementarse con los principios universales de justicia, alcanzado así la madurez del desarrollo moral. De acuerdo con la evolución del desarrollo humano, según Kohlberg, la madurez moral se alcanzaría por etapas, conforme una investigación en la que se proponían dilemas morales a niños (varones) de diversas edades, con el fin de evaluar respuestas y determinar si existían patrones comunes que permitieran establecer una secuencia de fases.13 Su discípula, Carol Gilligan, cuestiona lo anterior por un sesgo de género al haber investigado sólo con varones. Ella propone luego de una investigación (incluyendo niños de ambos sexos), que todos alcanzan la madurez moral, pero en diferentes etapas y tiempos.14 Plantea la hipótesis que las intuiciones morales serían inconscientes, involuntarias, instintivas, como una suerte de 'sentido moral innato', que estarían presentes en el ser humano de forma independiente, y que predominarían sobre los aprendizajes intelectuales. Adicionalmente, propone que los varones presentarían una orientación ética a la justicia y los derechos, mientras que las mujeres, una orientación ética al cuidado y la responsabilidad.15 De acuerdo con lo anterior, es válido preguntarse ¿Qué entienden por cuidado los profesionales de enfermería?, ¿el cuidado como concepto ético es comprendido y aplicado de la misma forma por enfermeras y enfermeros?, ¿los varones también son capaces de cuidar?

 

METODOLOGÍA

Se optó por la investigación cualitativa, con el fin de tener flexibilidad en la búsqueda de comprensión del fenómeno, respecto a los factores impredecibles en el desarrollo del estudio. Esta metodología aparece como una perspectiva para mirar los fenómenos sociales, entre ellos los de salud y enfermedad. Este trabajo se describe como un estudio exploratorio descriptivo adoptando como tradición el estudio de caso.16,17 Éste ha sido considerado útil como una alternativa creativa a las aproximaciones tradicionales de descripción, enfatizando en la perspectiva de las personas como centro del proceso. Se eligió esta tradición dado el interés de examinar y explorar en profundidad la percepción de enfermeras y enfermeros clínicos en relación con el concepto del cuidado desde un punto de vista ético y de género.

A través de un muestreo, teórico se seleccionaron, de manera intencionada, 11 profesionales de enfermería de ambos sexos - seis enfermeras y cinco enfermeros - pertenecientes al Hospital Base de la ciudad de Valdivia, Chile, entre diciembre de 2011 y enero de 2012. Se siguió la metodología de muestreo de máxima variación.18 Esta estrategia permitió representar diversos casos para mostrar múltiples perspectivas sobre el caso en estudio y así documentar toda la variación del fenómeno para discernir patrones comunes y rangos de variación y diferenciación. Consecuentemente, se incorporaron enfermeras y enfermeros de diferentes edades, años de ejercicio profesional y servicios clínicos. El número de participantes estuvo determinado por el criterio de saturación.

En concordancia con los propósitos del estudio se utilizó como técnica de recolección de datos la entrevista semiestructurada. El propósito de la entrevista conducida como parte de un estudio de caso es descubrir qué ocurre, por qué y lo que significa; a su vez, se espera generalizar procesos más amplios, descubrir causas y explicar o entender un fenómeno.19 A través de ellas se accedió a los contenidos de significado y fue el único evento que ocurrió entre el informante y el entrevistador de manera aislada y formal. También, se contó con una pauta de preguntas introductorias, la cual sirvió de guía para la entrevista. A su vez, se anticiparon los siguientes tópicos o dimensiones de acuerdo con los cuales se estructuraron las preguntas guías: experiencia y trayectoria profesional al brindar cuidados, concepto de cuidado, aplicación del cuidado, valoración del cuidado. No obstante, el desarrollo de las entrevistas mantuvo su carácter flexible y permitió la libre expresión de los informantes.

Desde el punto de vista ético, el protocolo de estudio fue evaluado por el Comité Ético-Científico del Servicio de Salud Valdivia. Para llevar a cabo esta investigación fue necesario contar con el consentimiento de los informantes para obtener y utilizar los datos, como también la autorización para que las entrevistas fueran registradas y la libertad de elección acerca de la participación o retiro de la misma, respetando su autonomía y valorando confidencialmente la información recopilada. En consecuencia, la participación de los informantes y las entrevistas en particular, tuvieron un carácter formal, enfocadas a tópicos o temas específicos y fueron planificadas y programadas en conjunto con el personal de enfermería al momento de desarrollar el proceso de consentimiento informado. La información y datos se almacenaron como notas de campo, grabación en sonido digital (formato WAV), transcripciones y archivos computacionales de texto (formato para MS Word).

Para el análisis de datos se agrupó la información de acuerdo con las dimensiones preestablecidas, desarrollando categorías y subcategorías, intentando rescatar lo más fielmente la esencia del discurso a través de la interpretación y recurrencia del relato en las entrevistas grabadas. Una vez efectuada una entrevista, ésta fue transcrita fiel y detalladamente según lo expresado por los informantes; luego se analizó mediante análisis de contenido. A través de lecturas repetidas se constataron y registraron temas en común y diferencias. De esta manera, los datos obtenidos y transcritos fueron leídos y codificados de manera de establecer categorías de significado. Para resguardar la identidad de los participantes se describieron los diferentes testimonios utilizando el número secuencial de la entrevista según su ocurrencia (E1 - E11).

 

RESULTADOS

Los participantes se caracterizaron por representar ambos géneros, con un promedio de años de ejercicio profesional de 18, tanto en la atención pediátrica como de adultos (Tabla 1). El grupo de entrevistados en su mayoría se desempeña en servicios clínicos de atención cerrada y sólo 36% en atención ambulatoria.

Los resultados se describen a partir de las cuatro dimensiones establecidas para su análisis. Dentro de ellas se exponen las subcategorías más relevantes de la investigación junto con algunas citas textuales entregadas por los entrevistados que muestran las percepciones predominantes dentro de los profesionales enfermeros del Hospital Base Valdivia.

Dimensión 1. Experiencia y trayectoria profesional al brindar cuidados

Al analizar la categoría de la experiencia adquirida en el tiempo al brindar cuidados, los entrevistados, con un promedio de servicio de 25,5 años en el caso de las mujeres y 9 años en el caso de los varones, señalan que ha sido gratificante -como adjetivo más recurrente-: (...) Gratificante, en el fondo es una experiencia que si tú lo piensas fríamente es lo que yo quería, y lo importante es la relación de apego que tú logras con el paciente y tratar de solucionarle sus problemas... (E1); (...) Dios me ha llenado de regalos (...) de cariño. Estoy en un lugar que me gusta, hago lo que me gusta...(E5); (...) Gratificante el poder ayudar a una persona... (E7).

El balance es positivo en el transcurso de los años y se destaca la vocación y grado de compromiso y empoderamiento del profesional en su rol. Se observó alta motivación en los profesionales de diferentes servicios, con relatos como: (...) Desde estudiante me enamoré de la Enfermería, me gusta mucho el trabajo que realizo... (E6); (...) Buena, mi experiencia ha sido buena, creo que como enfermera si tuviera que estudiar, estudiaría Enfermería de nuevo... (E11). No obstante, se describen diferencias en relación con el tipo de paciente. En este sentido, en unidades críticas la relación con pacientes alterados de conciencia no permite contacto tan cercano, sino que se enfatiza en la ejecución de técnicas o cuidados puntuales: (...) Hay pacientes con ningún tipo de contacto verbal, porque están con alteración de conciencia, entonces en ese tipo de pacientes uno se dedica sólo a hacer procedimientos y atención, control y evaluación... (E4). En el caso del varón, una motivación es la sobrevaloración que percibe y que le permite reafirmarse en su desempeño: (...) Soy capaz de resolver situaciones y de ejercer el cuidado... (E9).

También se menciona la forma holística de abordar el cuidado, destacando el contacto directo con los pacientes y sus familias. Si bien no se describen diferencias entre pacientes que acuden a la atención pública y privada, la interacción con familiares es distinta. Por otra parte, se destacan diferencias en la provisión de cuidados y relación con pacientes ambulatorios y hospitalizados: (...) No es solamente el paciente acostado en la cama, sino también lo ves en forma holística, su familia, su entorno, todo... (E3); (...) La satisfacción de entregar cuidados es igual tanto en la parte pública como privada. El paciente generalmente es el mismo, pero la familia es diferente... (E3); (...) Como este es un servicio de urgencia, no es un contacto continuo con los pacientes, ni tan prolongado como pudiera ser un servicio de hospitalizados, donde uno muchas veces tiene un contacto más cercano con los pacientes... (E7); (...) Tienes pacientes que están hasta 14 ó 15 días contigo, por lo tanto se establecen mejores vínculos... (E8).

Dimensión 2. Concepto de cuidado

El análisis del concepto de cuidado que tienen los entrevistados resulta interesante, pues sin distinción de género coinciden en aspectos importantes, como satisfacer las necesidades básicas del ser humano, ayudar a otro, entregar herramientas para la recuperación de la salud y la reincorporación a su medio: (...) Satisfacer las necesidades básicas de un ser humano que se encuentra impedido de realizarlas por sí mismo... (E2); (...) Es la necesidad que tiene el paciente de recibir atención que sea acorde a lo que él tiene, no lo que yo le quiera dar... (E4); (...) El cuidado es ayudar al otro, estar presente cuando alguien tiene una necesidad que no puede satisfacer por sí mismo... (E6); (...) Es el apoyar y acompañar a esa persona en todo ese proceso... (E7); (...) Es proporcionar la atención integral a la persona que lo necesita... (E8); (...) Enseñar cuando no se sabe, ayudar cuando hay parcial incapacidad, o suplir cuando hay incapacidad total para satisfacer necesidades básicas. Para mantener la salud, el bienestar de una persona en su totalidad, porque eso incluye a veces áreas que no son tan físicas... (E9); (...) El cuidado es cariño, respeto, mística... tú naces con eso y si no, tienes que aprenderlo... (E5).

Dimensión 3. Aplicación del cuidado

En la categoría de cómo se aplica el cuidado se mencionan conceptos como apoyo, escuchar, holístico, compromiso, mística, respeto, cariño y acto de servicio continuo y transversal: (...) Está presente desde que tú naces hasta que tú te estás muriendo...(E10). Nuevamente se incluye a la familia al momento de entregar cuidados, ya que actualmente se acepta y promueve el acompañamiento durante la hospitalización: (...) Brindarle el apoyo, escuchar muchas veces y tratar de interceder por el paciente (...) también integrando a la familia (...) antes las hospitalizaciones eran más prolongadas, tú le hacías todo al paciente, ahora la gente quiere irse antes y la familia está integrada... (E1); (...) Conocer a la madre, a la familia (...) si va estar presente para que nos ayude en el cuidado del niño... (E11); (...) En forma holística. Tú no estás viendo al paciente como una cosa en la cama, una cosa de la cual vas a aprender tú y todo el resto de la gente, sino es un compromiso, (...) tú como persona tienes que tener características humanas especiales para dar la atención, (...) nosotros somos instrumentos de Dios y la mística está muy ligada al acompañamiento del paciente...(E5); (...) El cuidado es propio de enfermería, creo que somos los profesionales que tenemos la visión mucho más abierta en cuanto a lo que el paciente necesita y que no nos enfocamos en cosas puntuales como otros profesionales... (E6); (...) Tratando de no hacer tantas cosas en la parte técnica...algunas veces ni siquiera hablar, algunas veces es más escuchar... (E7).

Aunque destacan que el cuidado debiera abarcar todas las áreas, biológica y psicosocial, reconocen que se deja un poco de lado la segunda en presencia de pacientes inconscientes o por la misma presión asistencial, limitándose más a los cuidados biológicos: (...) Lamentablemente donde yo trabajo los pacientes están todos inconscientes, entonces se satisfacen las necesidades biológicas más que nada (...) se podría decir que el cuidado es parcial... (E2). En el relato de enfermeros que han tenido experiencia en unidades prehospitalarias, el ejercicio del cuidado se describe más estructurado y racional, enfocándose en la aplicación de protocolos: (...) Un poco evaluando la condición del paciente (...) si necesita intervención y a qué nivel. Sólo de educación, sólo apoyo o suplir completamente o en conjunto varias cosas (...) e ir adaptando también según las condiciones y recursos... (E9); (...) Nosotros nos basamos en protocolos y normativas de tratamiento...(E4).

Dimensión 4. Valoración del cuidado

Al analizar la valoración que se le otorga al cuidado enfermero, se deben diferenciar dos subcategorías, la visión de los pacientes y la del equipo de salud (médicos, personal de enfermería y técnicos paramédicos). Los términos confianza y compromiso aparecen en distintas entrevistas para destacar la importancia que se le otorga a la entrega del cuidado. La percepción de médicos es positiva, reconociendo y confiando en las acciones de enfermería, que apuntan a tratar problemas de la esfera biológica principalmente: (...) Hay buena recepción en el equipo médico, eres como importante para ellos... (E1); (...) El cuidado biológico se valora muy bien [en opinión de médicos], pero lo que es el cuidado emocional o psicológico no se toma mucho en cuenta... (E2); (...) Los médicos confían en mi trabajo... (E8). En cambio el personal de colaboración le asigna mayor importancia a las indicaciones médicas: (...) El cuidado ha sido bien evaluado por el equipo, por los pacientes y por el personal también (...) porque se sienten más empoderados del cuidado que se otorga, no es lo mismo asignar 6 a 8 pacientes que 3... (E3); (...) Pero los técnicos no lo ven importante, ellos sólo ven importante la indicación médica... (E1).

Por su parte el reconocimiento de los pacientes es percibido casi siempre como positivo, destacando la importancia de la empatía: (.) Pero si uno va y le explica al paciente lo que está haciendo o conversa un rato con él y demuestra un poco de empatía, eso lo valoran mucho. (E2); (.) dentro del grupo de enfermería yo diría que estamos todos muy comprometidos y entusiasmados. (E6); (.) Son muy pocos los familiares que hacen reclamos.y la mayoría son relacionados con el trato a veces frío, muy impersonal. (E6); (.) El equipo respeta el hecho de que uno tenga un lado humano más que un lado técnico.un trato más completo a la persona. (E7); (.) Mis pacientes lo valoran muy bien (.) tienen mucha confianza conmigo y con el equipo (...) porque vuelven, incluso con problemas de otro tipo. (E1).

 

DISCUSIÓN

La ética en la profesión de enfermería ha experimentado grandes cambios en las últimas décadas. La profesión ha transitado desde un cuidado ético basado en una manera de ser, centrada en la virtud de la obediencia, sumisión y la adhesión a un código de conducta preestablecido, a desarrollar una ética basada en el respeto, en el rigor científico y profesional, y en los Derechos Humanos. Este estudio ha permitido recoger la perspectiva de los profesionales de Enfermería de distintos servicios clínicos, evidenciándose que no hay diferencias sustanciales en la descripción del concepto y ejercicio del cuidado vinculadas al género. Adicionalmente, se constata que el compromiso y aplicación de valores en la práctica del cuidado es reconocido como parte de la excelencia del profesional de enfermería. Lo ven como propio y característico de la profesión. El análisis de los relatos obtenidos de cómo las enfermeras y enfermeros experimentan, entienden, aplican y se autorreafirman con la valoración del cuidado, apunta hacia la misma meta: preservar la dignidad del ser humano. Tomamos conciencia de la vulnerabilidad de la naturaleza, del otro y de nosotros mismos, vemos en la fragilidad del otro la nuestra, empatizamos.

El adjetivo gratificante fue el más utilizado por ambos géneros para definir el grado de satisfacción al proporcionar cuidados, lo cual le da un valor ético a la motivación para llevar a cabo su rol profesional y de cuidado, pese a las largas jornadas laborales y más allá de la exclusiva búsqueda de una recompensa económica. La ética tiene lugar en el cuidado y es a partir de él que se desarrollan los principios que rigen la profesión. Por eso, el cuidado es un referente ético como lo son los Principios y Derechos Humanos.20 Hombres y mujeres socializan bajo distintas pautas de comportamiento, lo que indica patrones de género diferentes: las mujeres se caracterizan por la responsabilidad, la racionalidad con la que enfrentan situaciones y su capacidad resolutiva. También se atribuye que la diferencia de comportamientos éticos entre varones y mujeres puede ser el resultado de la educación e, incluso, de una situación discriminatoria en la cual la mujer se ha visto siempre relegada a funciones de servicio y de atención de las necesidades domésticas. El ámbito profesional es uno de los campos que probablemente propicia mayor enfrentamiento de géneros y deja al descubierto las potencialidades y debilidades de ambos, situación que muchas veces es conflictiva y acarrea la divergencia total entre ambos sexos, pero lleva a pensar en el éxito que se puede alcanzar haciendo uso de la complementariedad. Ser un grupo minoritario ofrece a los varones la oportunidad de visibilizarse de una manera positiva y como desafío facilitador hacia la realización en la profesión como consecuencia del deseo de demostrar que el hombre, al igual que la mujer, puede cuidar.21 Esto ha quedado demostrado ya en etapas de la formación profesional tal como lo plantean Whittock y Laurence, quienes a través de entrevistas comparativas entre estudiantes enfermeros y enfermeras de diferentes edades y etnias, encontraron que los hombres son vistos tan dedicados al cuidado como las mujeres.22

Llama la atención que las respuestas de enfermeros sean más racionales y estructuradas a la hora de hablar de la forma como aplican el cuidado, demostrando una clara inclinación por la responsabilidad, que responde más bien, por una parte, a un nivel convencional de desarrollo moral y, por otra, a un concepto central de la ética del cuidado.15 Según Stott, los estudiantes varones de enfermería se sienten más cómodos desempeñándose en áreas tecnologizadas y de alta presión, asumiéndolo como un desafío. Esto, desde una perspectiva de género, puede entenderse como el producto del placer que siente el hombre al trabajar con la tecnología, además del reflejo de las características masculinas como es asumir los retos y el riesgo.21

Sin embargo, no se puede hablar de éticas diferentes o de una ética del hombre y otra ética de la mujer. El comportamiento ético de todo ser humano implica la relación de muchos elementos. En ese sentido, la ética del cuidado no puede ser una ética sólo 'para mujeres', sino que corresponde a las exigencias más profundas de toda persona, llamada a existir desde los demás y para los demás. El desarrollo del concepto de Género no tiene por objetivo reelaborar los términos ya existentes enfocados al hombre y la mujer, sino que ayuda a replantear temas de suma importancia para ambos y a encontrar respuestas que lleven a comprender mejor la relación que existe entre las concepciones existentes al respecto y como éstas influyen en la aplicación del cuidado. Al considerar el cuidado de enfermería como un fenómeno complejo y multifacético, el desafío es comprenderlo en sus múltiples expresiones. Solamente así, los enfermeros tendrán una base sólida para un cuidado que reconozca su valor, su dimensión política y social y su implicación en la vida de los ciudadanos.23

Finalmente, la ética del cuidado tiene características positivas que sólo los seres humanos con espíritu de servicio pueden otorgar. Además, no distingue género, ideología o raza, lo que convierte el cuidado en un llamado a servir.

 

REFERENCIAS

 

 

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