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Investigación y Educación en Enfermería

Print version ISSN 0120-5307

Invest. educ. enferm vol.33 no.2 Medellín May/Aug. 2015

https://doi.org/10.17533/udea.iee.v33n2a12 

ARTÍCULO ORIGINAL / ORIGINAL ARTICLE / ARTIGO ORIGINAL

 

DOI: 10.17533/udea.iee.v33n2a12

 

 

El cuidado de enfermería al paciente en proceso de fallecer: una dolorosa función profesional y humanaP

 

Nursing care of patients during the dying process: a painful professional and human function

 

O cuidado de enfermagem ao paciente em processo de falecer: uma dolorosa função profissional e humana

 

 

Martha Adiela Lopera Betancur1

 

1Enfermera, Doctoranda. Profesora, Universidad de Antioquia UdeA, Calle 70 No. 52-21, Medellín, Colombia. email: lopera9701@gmail.com.

 

Fecha de Recibido: Septiembre 9, 2014. Fecha de Aprobado: Abril 15, 2015.

 

Artículo vinculado a investigación: "Significado de la muerte de los pacientes para las enfermeras".

Subvenciones: Ninguna.

Conflicto de intereses: Ninguno.

Cómo citar este artículo: Lopera MA. Nursing care of patients during the dying process: a painful professional and human function. Invest Educ Enferm. 2015; 33(2): 297-304.

DOI: 10.17533/udea.iee.v33n2a12

 


RESUMEN

Objetivo. Describir las funciones de cuidado de las enfermeras con el paciente en proceso de fallecer. Metodología. Estudio cualitativo con enfoque etnográfico partiendo del análisis de la cultura de las enfermeras, realizado en la ciudad de Medellín, Colombia. Se obtuvo saturación teórica con 23 entrevistas y 100 horas de observación. Resultados. Las enfermeras sienten el deber de cuidar del paciente a lo largo del ciclo vital mediante funciones que definen como: servir, ayudar, acompañar, brindar soporte, abogar, educar y realizar el rol de vicario, las cuales identifican como indispensables. También, sienten como propia la responsabilidad social por algunos asuntos relacionados con la muerte y por esto se involucran personalmente del cuidado cuyo resultado es su afectación como personas. Conclusión. El cuidado del paciente en proceso de morir trasciende los límites de las funciones profesionales de la enfermera para convertirse en una obligación humana

Palabras clave: atención de enfermería; muerte; estrés psicológico; relaciones interpersonales.


ABSTRACT

Objective. This work sought to describe the care functions of nurses with patients during the dying process. Methodology. This was a qualitative study with ethnographic approach stemming from the analysis of the culture of nurses; it was conducted in the city of Medellín, Colombia. Theoretical saturation was obtained with 23 interviews. Results. Nurses feel the duty to care for patients throughout the vital cycle through functions defined as: serving, helping, accompanying, offering support, advocating, educating, and representing, which they identify as indispensable. They also perceive as their own the social responsibility for some issues related to death and due to this they get involved at the personal level, appropriate care and are affected as persons. Conclusion. Patient care during dying processes transcends the limits of the nurse's professional functions to become a human obligation.

Key words: nursing care; death; stress, psychological; interpersonal relations.


RESUMO

Objetivo. Descrever as funções de cuidado das enfermeiras com o paciente em processo de falecer. Metodologia. Estudo qualitativo com enfoque etnográfico partindo da análise da cultura das enfermeiras, foi realizado na cidade de Medellín, Colômbia. Obteve-se saturação teórica com 23 entrevistas e 100 horas de observação. Resultados. As enfermeiras sentem o dever de cuidar do paciente ao longo do ciclo vital mediante funções que definem como: servir, ajudar, acompanhar, brindar suporte, advogar, educar e consolar, que identificam como indispensáveis. Também sentem como própria a responsabilidade social por alguns assuntos relacionados com a morte e por isto se envolvem a nível pessoal, se responsabilizam do cuidado e resultam afetadas como pessoas. Conclusão. O cuidado do paciente em processo de morrer transcende os limites das funções profissionais da enfermeira para converter-se numa obrigação humana.

Palavras chave: cuidados de enfermagem; morte; estresse psicológico; relações interpessoais.


 

 

INTRODUCCIÓN

El deber de las enfermeras es el cuidado de las personas, el cual es considerado por Henderson como la deuda de la enfermera con el paciente.1 Además, está planteada en el Código deontológico de enfermería como "la responsabilidad profesional primordial de la enfermera".2El deber del cuidado es el sello de la disciplina, que va más allá del diagnóstico médico y por eso "la enfermería se encarga del cuidado de las personas especialmente cuando no tienen posibilidad de curación".3 Las enfermeras tienen un compromiso con el cuidado de la vida,4también cuidan y se preocupan por la calidad de vida de los pacientes en procesos de transición como la muerte.5,6 A pesar de ser el resultado de la fase terminal de una enfermedad, "la muerte es algo problemático en la práctica de enfermería",7 además "tiene implicaciones en la vida privada y laboral de las enfermeras".8 Partiendo de que la muerte de los pacientes es una realidad que las enfermeras viven en el hospital;9 este artículo plantea que no es un fenómeno trivial que las lleve a acostumbrase, sino más bien que es objeto de significados los cuales deben conocerse para mejorar el cuidado. El objetivo último de este estudio es describir las funciones de cuidado de las enfermeras con el paciente en proceso de fallecer.

 

METODOLOGÍA

Esta investigación se realizó con técnicas de la etnografía particularista,10 en Medellín (Colombia) entre diciembre del 2012 y febrero del 2014. Los criterios para la elección de los participantes fueron, primero, ser profesional de enfermería; y, segundo, que hubiera cuidado a un paciente en proceso de fallecer por lo menos una vez en su vida laboral. Participaron 23 personas con edades entre 25 y 50 años, 19 mujeres y cuatro hombres, ocho con formación de posgrado en enfermería en áreas de cuidado al adulto y al niño en estado crítico y dos en oncología y cuidados paliativos, egresados de diferentes universidades del país y que laboraban en diferentes hospitales de la ciudad. La información se recolectó a partir de entrevistas semiestructuradas para captar "el punto de vista" de las enfermeras acerca del cuidado del paciente en proceso de fallecer. Se realizó una sesión por participante y los datos se recolectaron hasta lograr saturación teórica. Las preguntas dependieron del desarrollo de la entrevista. Asimismo, se llevó un diario de campo, donde se anotaron, además del desarrollo de las entrevistas, el lenguaje verbal y no verbal de la enfermera durante la misma, y se hicieron notas analíticas y metodológicas sobre temas que justificaron una mayor exploración.

Para el análisis de la información se hizo una lectura general. Posteriormente, se seleccionaron códigos que se cortaron y agruparon para formar categorías y subcategorías; el análisis se realizó en forma paralela a la obtención de los datos.11 Para garantizar la credibilidad del estudio, se presentaron y discutieron los resultados preliminares con los participantes. A su vez, los datos se presentaron adicionalmente a veinte enfermeras quienes han cuidado pacientes en proceso de fallecer y a pares académicos en dos eventos de carácter internacional con la intención de buscar explicaciones alternativas para los mismos. Para velar por la auditabilidad y la transferibilidad se detalló la ruta metodológica. Los datos se examinaron como un todo. En los resultados se describió lo típico de las respuestas de los participantes.

Durante la investigación se cuidaron los aspectos éticos y las disposiciones exigidas en la Resolución 8430 del Ministerio de Salud de Colombia de 1993 para investigaciones de bajo riesgo, por consiguiente se protegió la confidencialidad de los participantes al analizar los datos en forma global y cuando se debió citar algún testimonio se hizo de manera impersonal, usando como seudónimo nombres de personajes de la literatura universal, que ellos mismos eligieron. Se tuvo consentimiento informado antes de las entrevistas, el cual fue firmado. Esta investigación recibió el aval del Comité de Ética de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia con acta N0_CEI-FE 2012-3.

 

RESULTADOS

Se encontraron dos categorías, la primera, describe la muerte como asunto de importancia para la disciplina. Para ello se contemplan las funciones de la enfermera y su responsabilidad social. La segunda describe de qué manera la muerte del paciente está relacionada con la enfermera como persona. En esta se encontraron dos subcategorías: apersonarse del cuidado y la muerte afecta a la enfermera como persona.

La muerte es asunto de enfermería: el deber de cuidar hasta el final

Los participantes consideran que cuando fracasan las medidas terapéuticas para la curación se deben buscar las mejores condiciones posibles para el paciente. De esta manera el cuidado recae en gran medida en la enfermera: yo creo que el momento de la muerte es netamente de enfermería, pues hablando del personal de salud, obviamente ahí está la familia, pero eso es de enfermería, un médico no se va a ir a que usted se sienta cómoda, a ponerle una almohada, cierto (Dulcinea, 4). En estas circunstancias, las enfermeras brindan un cuidado que busca la comodidad, la limpieza, el alivio del dolor y asegurar un ambiente confortable: Es uno el que está ahí, doctor mándele un analgésico, pongámosle algo para el dolor, que este cómodo, que este con la familia, un médico no es el que va a dejar entrar a la familia, es uno el que está ahí en todo ese momento, en todo ese proceso de transición a la muerte... (Dulcinea, 4).

Las participantes consideran que para cuidar del paciente y de sus familiares deben llevar a cabo funciones como servir, asistir, ayudar, acompañar, brindar soporte, abogar, educar y realizar el rol de vicario. El servicio aparece como una vocación, pues no todas las personas podrían dedicarse al servicio directo de otros en condición de vulnerabilidad; es un convencimiento personal para realizar con gusto algunas tareas que se le facilitan: el servicio, lo siento como algo equivalente a la vocación, porque uno no tiene vocación para todo y no todos tienen vocación para lo mismo (Sherezade, 9). Asistir a los pacientes en sus necesidades supone interacción persona a persona para conocer las necesidades y poder realizar intervenciones direccionadas a cumplir la meta de cuidado, la cual consiste en que aquellos tengan un proceso humanizado de muerte: La razón de ser de enfermería es la asistencia a los pacientes y las familias, estar con ellos todo el turno y pasar menos tiempo en el puesto de enfermería (Sherezade, 5). Además, ellas sienten que se preocupan por suplir integralmente las necesidades del paciente, algunas de las cuales se muestran en el siguiente testimonio: aspirarlo si se necesita (Sherazade, 7); evitar el ahogamiento (Ana Karenina, 6); y, El paciente necesita apoyo (Pocahontas, 3).

La ayuda a los pacientes y familiares se refiere a ser y sentirse útil al otro, aspecto que las enfermeras de este estudio, consideran que es su función clave y única porque sabe que uno hace la diferencia en la vida de una persona y las ayuda (Sherezade, 6). Otro significado del concepto de ayudar es facilitar la solución a las necesidades del paciente. Esta se manifiesta en doble sentido, por una parte dándole la posibilidad de que conserve su autonomía, y, por otra procurando la participación de los familiares en el cuidado: ayudar es estar con el familiar, [...], uno les ayuda y les enseña, está ahí, pero ellos son los que cuidan al paciente (Sherezade, 8). Acompañar, así duela, es una función importante. Las enfermeras participantes sienten el deber de brindar acompañamiento a los pacientes y sus familiares durante el proceso de muerte. Este es un pilar del cuidado, que llega a cobrar protagonismo a medida que se acerca el momento de la muerte, cuando los cuidados se cierran en torno al acompañamiento y es uno de los cuidados que persiste hasta después de la muerte: el cuidado de uno radica en estar acompañándolos en ese proceso de duelo (Ana Karenina, 5).

También, las enfermeras deben ser un soporte para los pacientes y sus familiares. El concepto de soportar tiene dos significados. En el primero ellas identifican que son una especie de roca para evitar que los pacientes y sus familiares se derrumben en su situación de vulnerabilidad y sufrimiento: uno es la vara que soporta el dolor inmediato de los pacientes (Pocahontas, 1). En el segundo, soportar es sostenerse a sí misma sin desfallecer, es aguantar su propio dolor para no incrementar la aflicción de los familiares: yo hasta ese día concebía que nosotros no deberíamos llorar delante de un familiar, porque era precisamente incrementar ese dolor; tú deberías ser la parte fuerte del asunto (Celestina, 10). Es aquí donde cobra importancia el carácter cultural de las decisiones de cuidado que toman las enfermeras, pues esta forma de entender el concepto implica aguantar en soledad su involucramiento personal porque entienden que ser profesional es como un ser objetivo y fuerte.

Asimismo, las enfermeras se sienten protectoras de los pacientes y de sus derechos, en una función de abogacía: somos los ángeles de los pacientes y los abogados de ellos y las familias (Sherezade, 4). Otra función es dar educación a los familiares del paciente. Por lo tanto, la importancia de la misma se centra en que ellos pueden aprender cómo cuidar al paciente en su casa, el manejo de síntomas, la prevención de circunstancias agravantes como las úlceras por presión, las infecciones agregadas o el dolor y, también, cuándo volver a buscar ayuda al hospital: les dije cómo cuidaban al señor en la casa, como les hacían las curaciones y todo eso del cuidado en la casa, donde conseguían cremas y colchones antiescaras (Sherezade, 4). La última de estas funciones es realizar el rol de vicario, que se refiere a reemplazar a los familiares en acciones que ellos no pueden realizar por el sufrimiento en que se encuentran, como hacer llamadas a otros familiares o las pertinentes para diligenciar el sepelio: a veces a uno mismo es al que le toca llamar a la funeraria, buscar en el directorio (...), y hacer eso (Julieta,7). Otra razón para hacerlo es que los familiares necesitan tiempo para estar con el cadáver: es horrible uno con dolor en ese momento, y vea, vaya llame y no sé qué, no [...], uno, vea déme los datos, nosotros nos ocupamos de eso, para que la familia tenga el espacio con el cadáver (Dulcinea, 3).

Adicional a las funciones, los participantes mencionan que las enfermeras tienen una responsabilidad social en lo que se refiere a la muerte, puesto que deberían educar a la población en general en aspectos relacionados con esta, para que hablen con libertad, incluso de las preferencias para los últimos días de su vida, lo que les gustaría luego de fallecer, así como conocer su postura acerca de la donación de órganos o la limitación del esfuerzo terapéutico: entonces uno tiene que sensibilizar mucho acerca de eso que la vida puede ser corta pero con dignidad (Fausto,2). Esta función tiene el significado de facilitar las decisiones de los familiares en un momento determinado.

La muerte tiene que ver con la enfermera, es un asunto personal

La muerte también está vinculada con la enfermera como ser humano y significa apersonarse del cuidado y hacer de este algo personal. Las enfermeras participantes mencionan cómo se apersonan del cuidado y en ocasiones también de la persona, pues consideran que ellos están bajo su responsabilidad y les incumbe su muerte, por esto buscan no causarle daño y que nadie lo haga. En la frase del participante a usted se le muere (Joel, 4) con énfasis en la voz (diario de campo), se muestra que él percibe al paciente como de su propiedad, lo cual muestra la otra cara de la situación puesto que es una forma de desconocerlo en su condición de ser autónomo. Emergieron, entonces, tres formas de apersonarse: la primera, hacer del cuidado algo personal para el paciente; la segunda, hacer del cuidado algo personal para la enfermera; y finalmente, comprometerse con el cuidado. Apersonarse cuando el cuidado se toma como algo personal para el paciente, significa hacer un cuidado personalizado para él y sus familiares, de forma que incluya sus consideraciones, preferencias, creencias religiosas y culturales. Esta postura es una manera de mostrar interés por el paciente y su proceso: a uno si le importa lo que le pase y busca que no lo sometan a medidas heroicas y si ya se va a morir que esté bien, por ejemplo el que quiere el cura (Aureliano, 3).

Las enfermeras también pueden tomar las decisiones del cuidado partiendo de su perspectiva y de lo que le gustaría para sí misma o para su familia; así hacen del cuidado algo personal para ellas, atribuyéndose la prerrogativa de tomar las decisiones de manera unilateral pues sí uno piensa, yo te cuido como quisiera que cuidaran a mi mamá (Escarlett, 3). Esta forma de apersonarse del cuidado puede ser tomado por el paciente y sus familiares como adecuado y lo agradecen, porque ella se pone en su lugar y es sensible frente a la situación y al dolor que viven en ese momento. Sin embargo, las enfermeras no siempre logran cumplir con las expectativas y necesidades de los pacientes y sus familiares.

Apersonarse del cuidado significa, también, comprometerse para que el paciente tenga un proceso humanizado de muerte. De esta manera, la enfermera puede ir más allá del cumplimiento de los protocolos y de la función encomendada por la institución, por lo que demuestra finalmente que su motivación no es solo salarial: pero a mí me duele, por eso el estrés mío, mire el celular y va a ver mis llamadas pérdidas, yo le he dejado por ahí 10 mensajes (Joel, 4). También el compromiso puede llevar a extender los horarios: ah sí, no es que yo le dije a él así me toque quedarme aquí el pico y placa [restricción horaria para la circulación de vehículos en la ciudad, dependiendo del número de la placa] y quedarme más, yo lo no dejo (Julieta, 7).

Igualmente, la muerte del paciente afecta personalmente a la enfermera de manera que puede trascender los límites de sus funciones profesionales: esa muerte lo toca a uno también, eso hace falta dejar que la muerte lo toque a uno como persona (Celestina, 18). También, la puede afectar el paciente que muere por él mismo, por su realidad y circunstancias puesto que es un ser humano con historia, con familia y proyectos: pues porque me toca en lo personal, yo creo que a las enfermeras nos toca mucho en lo personal, todos los pacientes nos tocan muchísimo (Dulcinea, 4). Se contemplan tres variaciones: considerarlo semejante, adoptar afectivamente al paciente, dejarse conmover.Las enfermeras creen que para cuidar al paciente es necesario considerarlo un semejante, con quien comparte entre otras cosas la condición de la mortalidad: el cuidado de enfermería depende mucho de uno ser una persona, de acompañarlos, de mostrar que no somos rocas, sino que somos humanos como ellos (Sherezade, 10).

De esta manera no establece distancia entre ella, el paciente y sus familiares en la relación del cuidado, por lo que se torna accesible, sensible, con capacidad de comprender la situación del otro, despojándose de la idea cultural que debe esconder sus sentimientos por ser una profesional. El siguiente fragmento resalta la importancia de convertir el cuidado en un encuentro persona a persona sin establecer una distancia profesional yo creo que eso es lo que debería hacer una enfermera, quitarse ese paño de títulos y cosas y ser una persona que acompaña, acortar las distancias ya no fue enfermera, paciente, familia, sino ya somos personas (Mafalda, 3). Algunas veces, las enfermeras se relacionan con el paciente de manera que terminan por establecer lazos afectivos con ellos, llevando a cabo un proceso de adopción afectiva porque casi que era adoptada por nosotros: o sea, fue una bebé que se volvió parte del equipo de salud (Celestina, 6). Este fenómeno se presenta con pacientes de todas las edades.

También, como uno de los hallazgos del estudio, las enfermeras que participaron del mismo consideraron importante dejarse conmover por el sufrimiento de los pacientes y sus familiares, pues afirmaron que así el cuidado puede ser mejor: yo tengo un lema personal que el día que yo deje de sentir dolor por las personas y no haga ese acompañamiento, dejo de ser enfermera, hasta ese día llego (Ana Karenina, 8).

La vulnerabilidad de las enfermeras

Las enfermeras se sienten vulnerables porque están en contacto frecuente con la muerte y deben soportar el dolor de los otros: soportar el dolor, que nos toca soportar, porque nosotros vivimos en medio de mucho dolor y sufrimiento (Celestina, 17), situación, que según las participantes, no ha sido reconocida ni intervenida, pero a uno nadie lo interviene (Celestina, 17). A su vez, la falta de reconocimiento puede hacer que no la comuniquen.

Por otro lado, las enfermeras tienen la sensación de desprotección legal que respalde sus decisiones en un momento dado: pero entonces desde la parte legal estamos descubiertos porque solo hablan de la parte médica, entonces queda uno como ahí, nos estamos exponiendo (Fausto, 2).

 

DISCUSIÓN

Este estudio arrojó como uno de sus resultados que para las enfermeras el cuidado de una persona en el proceso de muerte es, en gran medida, responsabilidad de enfermería, así el cuidado del moribundo afecte su vida profesional, pero también emergió que ellas sienten afectación en su vida personal, aspecto que coincide con los hallazgos de Castanedo et al.,12 quienes encontraron que la muerte de los pacientes las afecta en ambos aspectos.

La muerte es asunto de enfermería: el deber de cuidar hasta el final

Las enfermeras participantes consideran que tienen el deber de cuidar al paciente y sus familiares, en un cuidado que no termina, con el fin que este tenga confort, compañía y alivio de los síntomas molestos. De la misma manera, Hodo y Buller13 opinan que el cuidado de enfermería es crucial para crear una experiencia pacífica al final de la vida. En esta medida, tienen un rol y funciones que cumplir en el cuidado al paciente. Al respecto Codorniu et al.14 encontraron que las enfermeras de su estudio se ocupaban de "los cuidados como aplicación de un tratamiento técnico y especializado, y los cuidados a través de la preocupación por la persona, y sus necesidades como enfoque global o integral".

La primera de estas funciones de cuidado al final de la vida es el servicio, lo que coincide con Paredes, quien además lo menciona como parte importante de la identidad profesional.9 La función asistencialsurgió como la manera de suplir las necesidades del paciente y sus familiares con cuidados pertinentes a la situación que están viviendo, lo que contrasta con categorías teóricas como cuidados básicos o invisibles que han sido descritas por autores como De la Rosa y Zamora.15 La asistencia implica que sea directa y dirigida a las necesidades de todo tipo, incluyendo las emocionales, que los participantes de este estudio llaman apoyo psicológico ofrecido por la enfermera, aspecto que coincide con Almenares.16 Sin embargo, decir asistencia de enfermería directa podría ser una tautología, puesto que el cuidado se entiende como la interacción entre el paciente y la enfermera.17 Además, Las enfermeras describen la ayuda como una de sus funciones que significa ser y sentirse útil; este significado parte del convencimiento de que sus acciones hacen la diferencia ante el estado de vulnerabilidad de los pacientes. Asimismo, Waldow encontró que el cuidado es una manera de ayudar a las personas con sufrimiento.18

La cuarta función de enfermería es el acompañamiento, la cual se torna como una indispensable pues hace sentir a los pacientes que son importantes.16 También, Bello et al.19 encontraron que las enfermeras de su estudio consideraron que el acompañamiento es terapéutico al final de la vida. La quinta función de enfermería es el soporte a los pacientes y familiares, lo cual coincide con los hallazgos entre las enfermeras de Bello y compañeros19 y con Morse20 al decir que ellas deben reconfortar en el sufrimiento de los pacientes y familiares. Además, este estudio encontró que las enfermeras deben "resistir". Según la misma autora, es una forma de sufrimiento para hacer lo que se debe hacer.

La función de abogacía, nace porque las enfermeras se sienten protectoras de los pacientes. Por su parte, Hodo y Buller encontraron que esta función contribuye con la mejor comunicación entre el equipo de salud, el paciente terminal y sus familiares.13 Estas funciones de enfermería son congruentes con la definición de cuidado paliativo que tiene la Organización Mundial de la Salud,21 pues buscan aliviar los síntomas, ofrecer cuidado integral, mejorar la calidad de vida del paciente y ayudar a los familiares.

La muerte tiene que ver con la enfermera, es un asunto personal

En la segunda categoría, la muerte tiene que ver con las enfermeras, ya que ellas sienten afectación en su vida personal. Al respecto, Watson22 sostiene que "el cuidado trasciende el nivel de control profesional de la enfermera"; esto es contrario a la visión de una cultura de profesionales objetivos que no se deberían involucrar personalmente. Como uno de los hallazgos de este estudio, las enfermeras toman la muerte de un paciente como algo personal y en esta medida se apersonan del cuidado, muestran empatía hacia el paciente y sus familiares y toman las decisiones de cuidado poniéndose en su lugar, lo cual podría tener buenos resultados o por el contrario homogenizar a quienes mueren, pues ellas no escuchan ni entienden sus necesidades y preferencias. Por su parte, Bello y otros,19 encontraron este tipo de empatía y compasión hacía el paciente en proceso de morir. Al respecto Skilbeck y Payne23 describen que es ideal una posición en la cual se conozca al paciente y se atiendan sus preferencias y necesidades. Las enfermeras se apersonan del cuidado mostrando compromiso. De igual manera, King y Thomas encontraron que las enfermeras de su estudio se veían así mismas como fuertemente comprometidas con que el paciente tenga un final tan confortable, pacífico y digno como sea posible.24 También, se evidenció que la muerte de un paciente afecta notablemente a las enfermeras. Esto sucede porque lo consideran un semejante y en esa medida piensan en la muerte como una realidad ineludible.25 A su vez, lo adoptan como un familiar, fenómeno que también fue hallado por Moss y compañeros.8

Pero tomar el cuidado del paciente como algo personal puede hacer que la enfermera tenga mayor vulnerabilidad, por las posibles implicaciones en salud mental, llevando a "estrés por compasión".26 Bello et al.19 encontraron que el 50% de los profesionales de su estudio sintió carga emocional al cuidar pacientes en fase terminal. Sin embargo, sería interesante explorar si aumenta la sensación de vulnerabilidad en la salud mental de las enfermeras el hecho que ellas se resistan a mostrar sus sentimientos, por estar en esta amalgama cultural del deber y la necesidad de soportar y ser un soporte. Para disminuir esta vulnerabilidad es importante el apoyo psicológico.

A modo de conclusión, la muerte trasciende los límites de las funciones profesionales para convertirse en una obligación humana. En este sentido, el cuidado de un paciente en proceso de fallecer y sus familiares significa una obligación profesional y humana. También, la enfermería como disciplina cuida durante todo el ciclo vital, hasta el final de la vida y aun después, con unas funciones específicas que buscan mejorar la calidad de vida del paciente y ayudar a sus familiares. No obstante, necesita a su vez equilibrio con el cuidado tomado como un asunto personal donde se apersona e involucra más allá de lo profesional, situación que no siempre se evidencia por la cultura científica donde están inmersas, en la que entienden que al ser un profesional de la salud no debería involucrarse más allá de la labor que desempeñan.

Se recomienda seguir con investigaciones al respecto y fortalecer el concepto de enfermería enfocado al compromiso y compasión sin que sufra o desfallezca. Por otra parte, se debe considerar la implicación personal que las enfermeras pudiesen tener con respecto a la muerte de los pacientes, así no la expresen abiertamente. Esto con el fin de facilitar grupos de apoyo y educativos donde ellas puedan manifestar sus emociones y, por consiguiente, se logren fortalecer mecanismos para ayudarlas a afrontar estas situaciones de modo que se les facilite encontrar el equilibrio entre su perspectiva profesional y personal.

 

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