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Universitas Philosophica

Print version ISSN 0120-5323

Univ. philos. vol.27 no.55 Bogotá July/Dec. 2010

 

Presentación

Acercarse a RENÉ GIRARD (Avignon, France, 1923) y hablar de él, supone enfrentarse a un pensador polifacético. Girard cursó sus primeros estudios universitarios en el campo de la filosofía, en el Liceo de Aviñón. Más tarde, en la Escuela de Chartres, se especializó como archivista paleógrafo en estudios medievales. Pocos años después, obtuvo el doctorado en historia en la Universidad de Indiana, institución en la que comenzó a trabajar impartiendo clases de francés; ello le supuso concentrarse en obras literarias que nunca antes había estudiado, dado el peso de su formación en el ámbito de la historia. Esta particular atención a la literatura se va a reflejar en sus primeros artículos. No obstante, para 1961, cuando publica su primer libro: Mentira romántica y verdad novelesca, seguido de Proust: A Collection of Critical Essays (1962) y, Dostoievski: du double à l'unité (1963), su relación con la literatura había cambiado: de su inicial fascinación, pasó a una preocupación por la psique, por la historia y por la sociedad, expresada en el concepto de deseo mimético. Estos primeros libros le merecieron el título —que él rechaza, con razón— de crítico literario.

Pero, la búsqueda de Girard, en realidad, no se limitó a la literatura. Sus estudios sobre el deseo mimético lo llevaron al campo de las tragedias griegas, y al de los estudios del origen de la cultura, adelantados por Freud en Tótem y tabú. Fue así como, del deseo mimético, emergió el concepto de 'chivo expiatorio' o de 'mecanismo sacrificial', como explicación del origen de las religiones o de la cultura y la violencia. Girard plasmó estos estudios en su libro La violencia y lo sagrado (1972), publicación que le brindó una gran notoriedad en los medios académicos norteamericanos.

Dentro del conjunto de su obra, el libro más importante de Girard aún estaba por venir: El misterio de nuestro mundo, claves para una interpretación antropológica (1978). Este texto es una larga reflexión elaborada a tres manos entre los psiquiatras Jean-Michel Oughourlian y Guy Lefort, y Girard. El libro está dividido en tres secciones: una antropología fundamental; una revisión sobre los aportes que hace la Escritura judeo-cristiana a sus reflexiones sobre la violencia y lo sagrado; y, un estudio sobre la psicología interindividual. En la primera, los autores hacen una reflexión sobre la emergencia de la humanidad, a modo de una construcción conceptual con pretensiones universales, que expone los conceptos que suponen las ciencias sociales, pero a los que no apelan en sus descripciones o análisis de datos empíricos. Si bien, esta sección filosófica, lo mismo que la que trata de las relaciones con la psicología eran problemáticas, contaron con la aceptación del público; no así, la exposición sobre las Escrituras que causó un enorme escándalo en los medios académicos franceses. Claramente, no se trata del trabajo de un teólogo reflexionando sobre unas verdades de fe, sino de una comprensión conceptual de unos procesos que se narran en las Escrituras, y que Girard considera uno de los conocimientos más valiosos del mundo occidental; algo que no halló eco ninguno en una intelectualidad que despreciaba al cristianismo. En cambio, sí fue bien recibido por algunos intelectuales que buscaban un referente para la experiencia humana más allá del lenguaje, o por quienes buscaban recuperar el aporte filosófico y teológico de las Escrituras.

En 1981, el pensador francés se vinculó a la Universidad de Stanford, de la que hoy es profesor emérito, tras su jubilación en 1995. De estos años son sus libros: El chivo expiatorio (1988) y La ruta antigua de los hombres perversos (1985); así como una reflexión, desde sus teorías ya desarrolladas, sobre obras literarias en Shakespeare: los fuegos de la envidia (1991). Tras su retiro, ha publicado una entrevista con Michel Treguer: Cuando empiecen a suceder estas cosas (1996), y una selección de textos para el Girard's Reader (1996), editado por James G. Williams. En la última década, ha escrito Celui par qui le scandale arrive (2001); Veo a Satán caer como el relámpago (2002); La voix méconnue du réel. Une théorie des mythes archaïques et modernes (2002); Le sacrifice (2003); Verità o fedde debole, junto con Gianni Vattimo y Pierpaolo Antonello (2006); una entrevista con Benoit Chantre: Achever Clawsewitz (2007). Asimismo, ha publicado: Evolution and Conversion. Dialogues on the Origins of Culture, junto con Pierpoalo Antonello y João Cezar De Castro Rocha (2007); Anorexie et désir mimétique (2008) y La conversion de l'art (2008). En el año 2005, fue elegido miembro de la Académie Française.

En la actualidad, los medios académicos hablan de René Girard como un filósofo, cuyos aportes a la antropología filosófica le son reconocidos, a la par de sus contribuciones a la teología, a la psicología, y al conjunto de las humanidades y de las ciencias sociales. Bajo estas premisas, la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, acogió en junio de 2010, el Seminario Latinoamericano "Mimesis e identidades. El alcance del pensamiento de René Girard en América Latina"; iniciativa promovida y financiada por la Fundación Imitatio, y que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de la República de Colombia. El objetivo de este seminario —el primero que se realiza en América Latina sobre la obra de René Girard— fue promover la recepción y discusión de su obra, hasta ahora muy incipiente en nuestro contexto y en nuestro idioma, comparada con una verdadera explosión de producción teórica generada en Europa y en los Estados Unidos, y que la convierte, en los últimos años, en una referencia obligada para el pensamiento humano.

El Comité Académico del Seminario, conformado por James Alison, Carlos Enrique Angarita y Roberto Solarte, cursó invitaciones a académicos destacados de Latinoamérica en el tema, seleccionó dieciocho ponencias de la convocatoria pública a ser presentadas en el evento y, inalmente, tras una nueva invitación y selección, sometió muchas de ellas como artículos para que fuesen publicados en esta entrega de Universitas Philosophica, asegurando así una memoria escrita más pública de este significativo encuentro.

¿Cómo se hallan dispuestas estas contribuciones en el presente número? El lector encontrará primero cuatro artículos de carácter filosófico. A continuación, se presentan dos trabajos teóricos escritos por expertos en ciencias humanas, seguidos de otros dos que aportan reflexiones teológicas. Finalmente, aparecen tres colaboraciones desde las ciencias sociales, en las que se explicita el rendimiento de los conceptos girardianos de estructura teórica y marco interpretativo en situaciones concretas. Para terminar, la ya establecida sección: Lectio Inauguralis, tradición con la que esta Facultad abre su trabajo académico cada semestre.

El componente filosófico de este número comienza con el texto de Stéphane Vinolo, Ipseidady alteridad en la teoría del deseo mimético de René Girard: la identidad como identidad. Se suele decir que la teoría mimética deconstruye al sujeto, al punto que éste pierde su identidad en el proceso de imitación. Vinolo responde a este problema con base en Spinoza, y propone el concepto de "razón mimética" según el cual, se puede replantear la identidad personal para asumirla como fractura, con un estatuto intermedio entre una ipseidad diferenciadora y una mismidad mimética. Desde este nuevo horizonte, es posible pensar la complejidad de los procesos de identificación y diferenciación en términos de una estructura descentrada, en la que lo que se reclama como propio es lo ajeno. El segundo artículo: Mimesis y noviolencia. Reflexiones desde la investigación y la acción, de Roberto Solarte, tiene como contexto la discusión académica sobre lo que significa investigar en filosofía. Para esto, el autor recurre a Heidegger, y establece relaciones y diferencias con las posiciones de Girard. Al poner el énfasis en estas últimas, Solarte insiste en el avance del preguntar girardiano hacia el origen, donde subyace la violencia fundadora que constituye lo sagrado de toda forma cultural. Frente al problema de la investigación filosófica, esto implica cuestionar los presupuestos desde los cuales pensamos con el fin de que nuestra investigación no se convierta en una nueva reproducción de alguna forma de violencia. Por otra parte, en el tercer artículo: La interpretación filosófica y política de la violencia y lo sagrado de René Girard, y su influencia en la antropología latinoamericana, Michele Rozzi analiza en tres planos las relaciones entre el sacrificio y el origen de la cultura, tal como los aborda Girard en La violencia y lo sagrado. El primer plano expone la regulación de la violencia a través de la violencia, que se mantiene relativamente oculta en los sistemas sociales; el segundo, se ocupa del ritual, como un mecanismo de control y ocultamiento de la violencia presente en todas las instituciones; el tercero, analiza la sacrificialidad del capitalismo y del comunismo, sistemas en los que la violencia está autorizada para penalizar y prevenir, sin que por esto dejen de ser ejercicios de la violencia sagrada. Estos sistemas sociales no surgen de este tipo de violencia, sino que la reproducen provocando siempre nuevas crisis sacrificiales que tienden a la destrucción de los vínculos sociales. El último artículo de esta sección específicamente filosófica: Elementos para la reconstrucción de una filosofía de la historia en René Girard, es de Juan Manuel Díaz Leguizamón. El autor propone una filosofía de la historia reconstruyendo elementos dispersos en la obra de Girard, e incluye una posición sobre el método de la reflexión histórica, así como una serie de efectos sobre el sentido del quehacer mismo del historiador, a partir del filósofo francés.

A la primera sección de índole filosófica le siguen dos artículos escritos desde las ciencias humanas, y que formulan preguntas abiertas a futuros desarrollos. En: ¿Es falseable la teoría mimética? Girard, Poppery la muerte de Simón Bolívar, Gabriel Andrade cuestiona el carácter científico de la teoría de Girard sobre los mitos a partir de los criterios popperianos de falsabilidad; y, concluye que, no obstante se pueda apelar al recurso narrativo de una posible interpretación sacrificial de la muerte de Bolívar, ésta no se ajusta a los estándares del racionalismo crítico. En consecuencia, habría que tener en cuenta cómo, Girard mismo, sostiene que él hace ciencia en el sentido en el que la hacían los filósofos y teólogos medievales, a quienes se remite cuando considera su método como alegórico; se trata, entonces, de una invitación a pensar en los alcances y límites de la obra de Girard. A continuación: Historia cultural latinoamericana y teoría mimética: ¿por una poética de la emulación? un sugestivo artículo de João Cezar De Castro Rocha, aborda conceptos expuestos por Girard en su primer libro: Mentira romántica y verdad novelesca, para pensar sobre nuestra identidad latinoamericana a partir de algunas citas de textos periodísticos juveniles de Gabriel García Márquez y de Alejo Carpentier, que le permiten hablar de una corriente de imitación que atraviesa todo nuestro continente. Su análisis de nuestra historia cultural le abre el espacio para pensar en una "poética de la emulación" como una estrategia propia de la historia cultural latinoamericana.

Pasando al ámbito teológico, dos textos exploran las posibilidades de recepción de la obra de Girard en la teología actual. Roberto Caicedo, en: Una relectura de la sacrificialidad en la Biblia a partir de la obra de René Girard, asume las hipótesis de Girard como una perspectiva para hacer exégesis bíblica que cuestione formas tradicionales de hacer teología cristiana y, en particular, de comprender la muerte de Jesús. Para el autor, es preciso seguir el ejemplo del nacido en Nazareth; esto es, situarse en la opción de querer hacer un acompañamiento solidario a las víctimas concretas de los procesos históricos. Se invita, entonces, a hacer teología de una forma y desde un lugar diferente; a renovarla manteniendo la fidelidad al Evangelio. Por su parte, en: Subjetividad posmoderna e identidad reconciliada. Una recepción teológica de la teoría mimética, Carlos Mendoza-Álvarez sostiene que el contexto de esta acogida ha sido la crítica posmoderna a la razón instrumental, en medio de la cual Girard aporta valiosos elementos para una comprensión crítica de la intersubjetividad, asumida como categoría central en el pensamiento moderno tardío; es más, el autor muestra las dificultades inherentes a la constitución de la subjetividad en las sociedades modernas occidentales, puesto que están mediadas por complejas relaciones miméticas de poder y de dominación. La teoría mimética aporta una comprensión renovada del pecado y, a la vez, ésta recibe del cristianismo la comprensión de la gracia como don de sí y como perdón.

Los tres últimos textos son aplicaciones de la teoría mimética a asuntos sociales concretos que brotan de la praxis de sus autores con comunidades, y en los que siempre se mantiene la tensión entre las exigencias empíricas y la comprensión filosófica. Mauricio Burbano, en: La "teoría mimética" de René Girard y su aporte para la comprensión de la migración, explora las posibilidades de esta teoría en la comprensión de los procesos migratorios, más allá de las descripciones básicas propias de las ciencias sociales. La teoría mimética ilumina muchos otros aspectos de la migración irregular, del desplazamiento forzado y del refugio. A su turno, Michael Rolland en su artículo: La perspectiva antropológica de Girard en la etnografía actual. Retos teóricos y desafíos empíricos, reconoce la validez de la aplicación de la teoría mimética en el estudio empírico de las comunidades mayas de Chiapas, México; al mismo tiempo, reconoce la reticencia que esta teoría tiene entre los científicos sociales, a causa de su pretensión de ofrecer una comprensión universal sobre la emergencia de la humanidad, cuya evidencia se asienta en textos literarios, relatos míticos y narraciones religiosas, sin ninguna prueba empírica. El autor propone acercar la teoría mimética a las prácticas etnográficas de los antropólogos, aunque deja abierta la cuestión de la imposibilidad de demostrar algo básicamente conceptual, el deseo mimético, como la base de toda la construcción girardiana. El último artículo del Seminario Mímesis e Identidades: Los mecanismos miméticos de reproducción de la violencia vistos a través de los narco-corridos, escrito por Rubén Corona, propone comprender el conflicto entre el Estado mexicano y las bandas de narcotraficantes como un efecto de rivalidad mimética, en el que la guerra implica el igualamiento de los actores; para estudiar este fenómeno, el autor recurre al análisis de algunos narcocorridos, como versión popular concreta de esta sangrienta rivalidad.

La revista se cierra con la Lección Inaugural de agosto de 2010: El griego y el latín en la conformación del pensar como ciencia, del profesor Jaime Escobar. En ella, el profesor resalta la importancia de las lenguas clásicas en la formación filosófica y científica; lenguas que, lejos de estar muertas, permiten comprender cómo se ha ido configurando nuestro propio idioma y, por lo tanto, nuestra propia forma de pensar. En nuestra sociedad, siguen siendo necesarias las lenguas griega y latina para que tengan lugar, otra vez, el cuestionamiento filosófico, el trabajo del pensar, el quehacer científico y cultural, de un modo siempre diferente.

Mario Roberto Solarte Rodríguez
Editor invitado