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Universitas Philosophica

versão impressa ISSN 0120-5323

Univ. philos. vol.33 no.66 Bogotá jan./jun. 2016

 

Con dolor profundo reportamos en esta entrega de Universitas Philosophica el fallecimiento del Dr. Manuel Domínguez Miranda, Fundador, Director, Editor e inspirador de esta publicación periódica. 'Manolo' fue para todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo un ser humano de amistades profundas, de confianza, creyente, leal, riguroso, emprendedor y, sobre todo, visualizador de los cambios del mundo y del ser humano. Todas estas cualidades se reflejaron durante su desempeño como profesor de la Pontificia Universidad Javeriana (1965-2013) y de la Universidad Centroamericana de El Salvador (1975-1980); como Miembro del Consejo Directivo Universitario (1971-1975), Decano de la Facultad de Filosofía y Letras (1969-1975), Decano de la nueva Facultad de Filosofía (1995-1998) y Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Javeriana (2001). También, como fruto de su gran iniciativa, hoy tenemos a la mano las revistas Universitas Humanística y Universitas Philosophica, la Carrera de Bibliotecología, actualmente Ciencia de la Información, y la Biblioteca Virtual del Pensamiento Filosófico en Colombia (1620-2000), proyectos fundados y dirigidos bajo su más profundo compromiso e inteligencia académica.

En lo que respecta a nuestra revista, durante 18 años, 35 números y cerca de 200 artículos publicados bajo su atenta e implacable dirección, 'Manolo', además de ser el alma editorial de Universitas Philosophica, hizo de ella una escuela sin igual de la escritura filosófica en Colombia. Hoy, al cumplir 33 años de su inicio, en septiembre de 1983, no tenemos duda de que muchas de las dificultades y del arduo camino que visualizaba 'Manolo' en la primera entrega, ya han sido superadas. Si bien afrontamos nuevos desafíos, propios de nuestros tiempos, "las funciones de vehículo para el diálogo y de nexo entre nuestra Facultad y todas las personas que en este país y en todos los países de habla hispana se dedican al trabajo filosófico", ya es un proceso maduro y en constante y dinámico cumplimiento. Hoy seguimos asumiendo el reto de hacer de nuestra revista y de nuestra Facultad un espacio de comunicación del saber filosófico, en el que no se excluya ni privilegie alguna de las muy plurales y diferentes tendencias de nuestra disciplina.

Con nuestros más hondos sentimientos de cariño, gratitud y admiración por la obra de 'Manolo', acompañamos a su familia en este difícil momento de dolor y entregamos a los lectores las palabras pronunciadas por distintas personas en la celebración eucarística de la Pascua de 'Manolo', el 13 de abril de 2015 y las intervenciones de los conferencistas invitados al evento HOMENAJE IN MEMORIAM DR. MANUEL DOMÍNGUEZ MIRANDA, celebrado el 3 de noviembre de 2015 en nuestra Facultad. Agradecemos la participación de la profesora Marcela Forero, de nuestra Facultad, y del profesor Rafael Cristo Figueroa, de la Facultad de Ciencias Sociales, en las que narraron con detalles la fundación de la revista Universitas Humanistica y de la Biblioteca Virtual del Pensamiento Filosófico en Colombia, pero de las que no conservamos su escrito.

El Editor

* * *

A mi PAPÁ.

De pequeño me tomaban del pelo que tenía y me decían que me habían encontrado en un basurero, en una caneca por la calle lleno de popó, que era un recogido, pero ese recogido resultó clavado a ti, papá, no me puedes negar, y eso de decir que soy igualito a ti es un orgullo para mí.

Hoy estamos reunidos celebrando tu vida, y estoy seguro que en el cielo también están reunidos y de fiesta, en tu honor, los ángeles de Dios, porque un ángel de Dios que estaba acá en la tierra llegó al cielo. Ese ángel eres tú, papá. Eres un ángel a quien Dios envió para cuidarnos, para amarnos y para bendecirnos. Yo me imagino a mi papá entrando al cielo y a Jesús recibiéndolo con los brazos abiertos diciéndole: ¡Manolito, te estábamos esperando!

Y es que no tengo duda de que tú, papá, eres un ángel, porque en ti se reúnen todos los frutos del Espíritu, del Espíritu de Dios. Voy a leerles lo que dice la palabra de Dios con respecto a los frutos del Espíritu Santo. Quiero que piensen en mi papá, relacionen cada fruto con él y noten cómo Dios vivía en él. De ningún fruto se escapaba mi papá. Gálatas 5:22-23 dice: "la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No existen leyes contra esas cosas".

Por efectos de tiempo, quiero analizar solo 3 de estos 9 frutos en ti. El amor, por ejemplo. Siempre hubo amor en ti, siempre tenías un abrazo que dar, siempre trataste con dulzura a los que estaban cerca de ti, nunca fuiste celoso, ni fanfarrón, ni orgulloso, ni ofensivo, no te irritaste, ni llevabas un registro de las ofensas recibidas.

¿Y qué me dicen de la paz? ¿ Cuántas veces salió de la boca de mi papá un agravio, un insulto? Pocas, muy pocas veces, además, siempre estabas silbando (la misma canción de toda la vida, que nunca supe cuál era), pero era un silbido lleno de calma, de serenidad y de paz. ¿Y cómo fue tu partida? En paz, en silencio, sin dolor, como los justos.

Para mí, el siguiente fruto es el campeón: la paciencia. Creo que esa es tu mayor virtud. Miraba yo la definición de paciencia y estaba tu foto ahí, papá. De manera muy filosófica dice así: la paciencia "es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él". Increíble, ¿no ? Nótese lo de "no se deja dominar", esto me prepara el camino para el dominio propio, que lo expongo en tono de pregunta ¿Cuándo vieron a mi papá fuera de sus cabales?

Papá, tu vida ha sido tan ejemplar, que estoy seguro que nadie puede levantar la mano y decir: "ese señor es malo, ese señor me debe o ese señor me ofendió". No, no la hay. No existe. Y es porque tú no fuiste malo, tú fuiste bueno; es más, tú no sabías ser malo y eso te hace un ángel, te hace único.

Papá, esa es nuestra herencia, todos esos frutos, tu legado, es esta familia unida, sólida, bien plantada, y eso es algo que perdurará y que se trasmitirá de generación en generación.

Tú eres como ese gran roble en la pradera que, si bien tiene muchos años, aún sigue dando frutos y se reverdece.

Gracias, Papá Dios; gracias, Jesús, por este superpapá, por este superesposo, por este superprofesor, por este superpensador, por esos ojos azules profundos y brillantes llenos de paz y ternura. Mamá, ese es tu esposo y siempre seguirá siéndolo. Lela, Nana, Lolo, ese es nuestro papá. Qué alegría, amigos y amigas, ese es El super-'Manolo'.

Le doy la gloria a Dios Padre, a Jesús y al Espíritu Santo.

José Alberto Domínguez Gabriel
Hijo

Traigo la voz de mi propio dolor y el eco lacerante de una inmensa pesadumbre. Ha muerto Manuel Domínguez Miranda, el caminante. Creo, sin lugar a dudas, que esa es la mejor palabra para definir a este maravilloso hombre.

Y recordado apartes de la canción de Joan Manuel Serrat, "Caminante", quien basó su composición en algunas estrofas de una de las obras del poeta Antonio Machado, encontré las frases adecuadas para describir a Manuel.

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.

Caminante, fueron tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Nunca persiguió la gloria,

amó los mundos

ingrávidos y gentiles.

Murió lejos del hogar,

lo cubrió el polvo de un país vecino.

Pero Manuel sembró tantas semillas en los que tuvimos la fortuna de conocerlo que jamás lo sentimos un extranjero.

La bondad, el amor y la luz que irradió a su paso por este temporal mundo, trascendieron ya los límites materiales de la vida para quedarse en los corazones de quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y compartir con él.

Manuel no ha muerto, el caminante no ha muerto. Murió su cuerpo, pero su legado maravilloso queda entre nosotros. Y ahora tenemos la obligación de multiplicar sus enseñanzas mientras nos quede vida.

Me he preguntado muchas veces cómo sería Jesucristo. Y más allá de las respuestas que hubiese podido obtener por todo lo que está escrito de él, siempre sentí que Manuel era la mejor manera humana de entender su legado. Manuel aplicó cada día de su vida el más importante mensaje que nos dejó Jesús: amarnos los unos a los otros, sin límites, sin restricciones, sin excusas. Siempre de frente.

Hace algún tiempo, en ese lugar

donde hoy los bosques se visten de espinos,

se oyó la voz de Manuel gritar:

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Hasta siempre Doctor Domínguez.

Jorge Acosta
Yerno

* * *

Quiero empezar por agradecer a doña Zoila y a sus hijos por haberme permitido pronunciar unas breves palabras en este acto solemne en que, en presencia de Dios, despedimos a ese esposo, a ese padre, a ese colega y, sobre todo, a ese gran amigo que fue Manuel Domínguez.

Tuve la oportunidad de ver a 'Manolo', en compañía del P. Fabio Ramírez, hace solo tres días: el viernes de la semana anterior. Cuando supo de nuestra presencia, abrió los ojos y nos regaló una inmensa sonrisa.

Guardo en mi mente, porque no me ha abandonado desde entonces, el recuerdo de su figura, y no he hecho otra cosa que intentar desentrañar su significado.

Por fin creo haberlo descubierto esta mañana: ha muerto un noble hidalgo, un caballero que se propuso llenar nuestra vida de las más hermosas aventuras. Los que nos lo encontramos por el camino de la vida sabemos que él nos la hizo más plena, porque nos enseñó dos cosas que muchas veces no van juntas: nos enseñó a soñar y nos enseñó a poner por obra lo soñado.

Porque eso fue la vida de Manuel Domínguez: una quijotada tras otra. Y por quijotada no quiero decir quimera o simple ilusión, porque las quijotadas tienen existencia efectiva cuando hay un Quijote para emprenderlas. Una quijotada es una empresa grande, a veces, incluso desproporcionada, que se hace para una mayor gloria de Dios y de los hombres; y, sobre todo, la expresión de un ser único y lleno de virtudes.

Eso fue 'Manolo': un hombre leal, generoso, servicial, prudente, buen amigo.

Y eso fueron cada una de sus obras: quijotadas. Fue una quijotada que se empeñara en defender a toda costa la presencia de la filosofía en la academia javeriana. Quijotadas fueron las revistas y las carreras que fundó y mantuvo vivas por muchos años. Quijotesco fue su esfuerzo por recoger la producción filosófica en Colombia en su proyecto de la Biblioteca Virtual.

Quijotesco no es cualquiera. Lo es solo el que a la bondad natural de que está dotado es capaz de agregar una elevada fe y un profundo amor por la sabiduría.

¡Vete en paz, 'Manolo'! Somos muchos los que estamos dispuestos a seguir trabajando para cultivar las semillas que sembraste.

Diego Antonio Pineda R.
Decano Académico
Facultad de Filosofía
Pontificia Universidad Javeriana

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