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Acta Biológica Colombiana

Print version ISSN 0120-548X

Acta biol.Colomb. vol.14  suppl.1 Bogotá Dec. 2009

 

LAS CONCEPCIONES DE LA NATURALEZA DE DARWIN Y GOETHE,DISCUTIDAS POR TRES FILÓSOFOS ALEMANES(NIETSZCHE, CASSIRER Y SIMMEL)

Darwin’s and Goethe’s Conceptions of Nature, Discussed by Three German Philosophers (Nietzsche, Cassirer and Simmel)

NÉSTOR JAVIER ZÚÑIGA1, Biólogo. 1Universidad del Valle, sede Pacífico, Avenida Simón Bolívar, km 9,contiguo al Colegio ITI, GVC, Buenaventura, Valle, Colombia.nejavizu@yahoo.com

Presentado el 6 de noviembre de 2009, aceptado 31 de enero de 2010, correcciones 27 de mayo de 2010.


RESUMEN

En este artículo se presentan las semejanzas y diferencias entre las concepciones de la naturaleza de Darwin y Goethe, discutidas por tres filósofos alemanes: Friedrich Nietzsche, Ernst Cassirer y Georg Simmel. La discusión se centra principalmente en reconocer el método histórico del cambio caprichoso funcional por parte de los tres filósofos, como un principio estructuralista de la metodología histórica y las diferencias sobre los enfoques explicativos: el goethiano morfológico y el darwiniano funcionalista. Nietzsche y Cassirer integran en sus filosofías aspectos de la teoría morfológica goethiana, y aunque reconocen en la teoría de Darwin la importancia de la explicación histórica, rechazan lo que ellos consideran la permanencia de la explicación teleológica en la teoría de Darwin. Por otra parte, Simmel establece una relación entre las concepciones de Goethe y Darwin, por medio del concepto de acción, mediante éste, intenta disolver la dicotomía formalismo-funcionalismo.

Palabras clave: descendencia con modificación, metamorfosis, cambio caprichoso funcional, filosofía alemana, acción.


ABSTRACT

In this paper, similarities and differences between the conceptions of nature of Darwin and Goethe are discussed by three German philosophers: Friedrich Nietzsche, Ernst Cassirer and Georg Simmel. The discussion focuses mainly on two issues: first, recognition of the historical method of quirky functional shift by the three philosophers, as a structural principle of historical methodology and second, recognition of differences in explanatory approaches, the Goethe morphological and the Darwinian functionalism. Cassirer and Nietzsche integrate into their philosophies morphological aspects of Goethe’s theory, and while recognizing the importance of Darwin’s theory of historical explanation, reject what they consider the permanence of teleological explanation in the theory of Darwin. Moreover, Simmel establishes a relationship between the ideas of Goethe and Darwin, via the concept of action, through this, attempts to dissolve the dichotomy formalism-functionalism.

Keywords: descentwithmodification,metamorphosis,quirkyfunctionalshift,Germanphilosophy, action.


INTRODUCCIÓN

El problema que aborda el presente artículo se fundamenta en la discusión que realizaron sobre las ideas evolucionistas de Charles Darwin y Johann Wolfgang Goethe tres filósofos alemanes: Friedrich Nietzsche, Ernst Cassirer y Georg Simmel. Tanto Nietzsche como Cassirer desarrollan el principio del cambio caprichoso funcional, y Georg Simmel recoge ambas propuestas, intentando establecer una relación entre ellas a partir del concepto de acción. La hipótesis planteada es que el cambio caprichoso funcional constituye el principio estructuralista de la metodología histórica que articula sus propuestas y el posible elemento que permita superar la dicotomía entre funcionalismo y estructuralismo.

Entre las distintas fuentes que podríamos citar como origen de la concepción epigenética de Goethe, encontramos en primer lugar la teoría epigenética del desarrollo embrionario de Caspar Friederich Wolff, de la cual Goethe rechazó la vis essentialis como explicación teleológica y propuso una explicación en términos de leyes mecánicas. Goethe consideró a Wolff como uno de sus precursores en la investigación de lo que él denominó impulso de formación (Bildungstrieb; Goethe, 1997: 188), además, en su ensayo llamado “Caspar Friederich Wolff sobre la formación de las plantas” expone algunos apartes sobre la epigénesis en la obra de Wolff que a él más le interesaron (Goethe, 1997: 94). En segundo lugar vale mencionar, el concepto químico de afinidad electiva, el cual tomó Goethe de la obra Venus Physique (1759) del naturalista francés Pierre Louis Maupertuis, en donde este plantea que la materia orgánica estaría ordenada de acuerdo a atracciones o aversiones naturales (Palti, 2005). A partir de este concepto químico Goethe desarrolló su idea de plan de formación, además, motivó una novela “Las afinidades electivas” en que utiliza el concepto para referirse a la manera en que se establecen las relaciones amorosas entre humanos (Palti, 2005). Un tercer aspecto, es la reflexión que hace Goethe sobre la filosofía de Baruch de Spinoza, propone particularmente un cambio en la base metafísica de lascientia intuitiva para sustituirlo por una intuición fenomenológica. Un cuarto aspecto, constituye el interés que le produjo la concepción epigenética de Immanuel Kant, de la cual retomó su concepto de arquetipo intelectual y lo modificó naturalizándolo y eliminando su carga teleológica que concebía el desarrollo del hombre en términos de su capacidad racional. De acuerdo a esta modificación, Goethe propone una visión intuitiva con la cual se pudiera ver como ocurren de forma espontánea los cambios en la naturaleza (Sánchez, 1998). También de Kant retomó Goethe la teoría epigenética de Johann Friedrich Blumenbach quien desarrolló el concepto de nisus formativo, este concepto, al igual que la vis essentialis de Wolff, fue rechazado por Goethe por incluir un aspecto teleológico trascendente. Algo interesante es cómo esta teoría de Blumenbach fue también retomada por Darwin en “La variación de los animales y las plantas bajo domesticación”, en su capítulo sobre las leyes de la variación, y cómo lo desarrolla en su hipótesis sobre la pangénesis bajo el concepto de materia formativa (Noguera y Ruiz, 2005). Esta teoría tanto en el caso de Goethe como en el de Darwin fue utilizada para establecer los principios de la plasticidad morfológica en los individuos. En su concepción epigenética Goethe desarrolló una teoría de los cambios orgánicos llamada metamorfosis; esta teoría la aplicó a las plantas y a los animales. En “La metamorfosis de las plantas” (Versuch, die Metamorphosen der Pflanzen zu erklären), Goethe propone que los cambios se originan a partir de una estructura primigenia o arquetipo (Urbild), que en este caso sería una hoja primordial, pero además incluye otros dos elementos dentro de esta teoría del cambio. Un elemento direccional, que corresponde al progresivo refinamiento de la savia, en el sentido abajo-arriba de la planta, y un elemento recurrente que en este caso consiste en los ciclos de expansión y contracción de las diferentes partes de la planta que han sufrido transformación. Estos tres elementos son recogidos por Stephen Jay Gould, en su libro “Ocho cerditos”, identificando la estabilidad con el arquetipo, la dirección con el refinamiento progresivo y la recurrencia con la variación (Gould, 1994: 149.) Esta estructura triádica será expresada metafóricamente por Darwin para referirse a la selección natural en su ensayo de 1844 cuando dice:

"Supongamos ahora la existencia de un ser con la suficiente perspicacia para notar diferencias imperceptibles (...) Con el tiempo suficiente, un ser así podrá racionalmente (salvo que se le oponga alguna ley desconocida) perseguir casi cualquier resultado." (Darwin, 2006: 231).

En este caso el “ser” corresponde al elemento de estabilidad, el carácter racional al elemento direccional y el resultado corresponde a la variación. Esta tríada, que coincide en estas dos teorías sobre el cambio orgánico se encuentra también en la concepción de la individualidad que ambos desarrollan. En el Fausto, Goethe recrea estas características de la individualidad de la siguiente manera:

"Procura sin embargo hacerte digno de lo que heredes de tu padre para poseerlo, aquel que no se aprovecha es una grave carga. Solo lo que el momento crea es lo que puede ser de provecho para él" (Goethe, 1975: 89).

Estos tres elementos (generación, herencia y variación) referidos a una concepción interaccionista del individuo histórico son puntualizados en su libro “Máximas y reflexiones” (Goethe, 1999: 194.), en la máxima: “el hombre no es solo lo innato sino también lo adquirido”. De la misma manera en la teoría de la descendencia con modificación que desarrolló Darwin se expresan estos tres elementos definitorios de la individualidad. En la conclusión de “El origen de las especies”, Darwin dice:

"(...) y reflexionar que estas formas primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente unas de otras de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran en rededor nuestro. Estas leyes, tomadas en su sentido más amplio, son: la de crecimiento con reproducción; la de herencia, que está casi comprendida en la de reproducción; la de variabilidad, por la acción directa e indirecta de las condiciones de vida, y por el uso y desuso" (Darwin, 1968: 479).

Estas coincidencias, en la explicación tanto en las características que definen la individualidad, como en las teorías sobre el cambio (metamorfosis y selección natural) llevan a que en ambas propuestas el cambio orgánico sea explicado como un cambio caprichoso funcional. Gould en su libro “La estructura de la teoría de la evolución” define el cambio caprichoso funcional como: “la discordancia entre el origen histórico y la utilidad presente, y la consiguiente falacia de la inferencia directa del sentido inicial a partir de la condición actual” (Gould, 2004: 1255). En esta discordancia entre el origen histórico y la función que actualmente cumple una estructura, radica la contingencia que determina la impredecibilidad de la historia. Gould plantea que este principio histórico es un principio estructuralista que fue desarrollado por Darwin y por el filósofo alemán Nietszche, tanto así que Gould lo denomina el principio Nietzsche-Darwin del cambio caprichoso funcional (Gould, 2004: 1246). Pero mientras Nietzsche —más cercano al enfoque goethiano— tiene una explicación internalista morfológica sobre el cambio caprichoso funcional, Darwin tendrá una explicación funcionalista externalista. Sobre estas diferencias se discutirá más adelante.

Sobre las relaciones históricas entre las dos propuestas —la de Darwin y la de Goethe— como hipótesis que explicaría las semejanzas encontradas, algunos historiadores de la biología como Robert Richards consideran que Darwin fue influido fuertemente por las concepciones provenientes del romanticismo alemán y que su interés por la obra de Alexander von Humboldt, su cercanía con el filósofo y científico alemán Ernst Haeckel o las lecturas que hizo de Carl Gustav von Carus, quien fue discípulo de Goethe, lo hayan llevado a plantearse soluciones concordantes con las de la morfología goethiana (Richards, 2004). Otros como Michael Ruse consideran más apropiado buscar en la Inglaterra de su época, las fuentes de su teoría de la evolución (Ruse, 2004 ), pero lo cierto es que Darwin fue un gran lector y un gran observador y sus fuentes fueron muy variadas, no solo naturalistas o científicos alemanes, también filósofos ingleses como William Whewell (quien tradujo la obra de Goethe al inglés) o figuras como Thomas Carlyle (quien intercambió correspondencia con Goethe y lo consideraba una de sus principales influencias) pudieron ser fuente de los aspectos estructuralistas de la teoría darwiniana. Darwin a pesar de las diferencias con Carlyle, llegó a discutir con él la teoría de los colores de Goethe (Darwin, 1993: 60). No solo los naturalistas alemanes o estos filósofos ingleses, sino también poetas como Coleridge o Worsdworth —autor del poema“Laexcursión”leídoporDarwinconmuchointerés(Darwin,1993:51))—sevieroninfluidos por la concepción de la vida goethiana. Además, Darwin conocía la obra de Goethe; en su bosquejo histórico sobre “El origen de las especies”, al referirse a la obra de Lamarck, en el pie de página Darwin comenta:

(...)" Según Isidore Geoffroy no cabe duda de que Goethe era ferviente partidario de las mismas opiniones, como queda demostrado en una obra escrita en 1794 y 1795, pero no publicada hasta mucho tiempo después: él ha observado agudamente (Goethe als naturforscher, por el doctor Karl Medig: 34) que la cuestión futura para los naturalistas había de ser explicar como por ejemplo, las vacas llegaron a tener cuernos y no para que son usados" (Darwin, 1968: 479).

Darwin, en el capítulo V, de “El origen de las especies”, también incluyó la que denomina “teoría de la compensación y economía de crecimiento desarrollada por Ettiene Geoffroy Saint-Hilaire y Goethe”. Todas estas relaciones muestran que en la época de Darwin existió un fluido y constante intercambio de ideas entre científicos, naturalistas, filósofos y poetas de Alemania e Inglaterra. Por esta razón Darwin pudo haber adoptado algunas ideas o teorías sobre el cambio provenientes de la filosofía natural alemana.

La coincidencia en la forma de plantear los mecanismos del cambio orgánico y la individualidad, como resultado de la interacción y como resultado de la acción de los tres elementos (generación, dirección y variación), son fundamentales en ambas propuestas, pero estas coincidencias no deben ocultarnos las diferencias. Mientras en la teoría de la metamorfosis de Goethe hay una explicación internalista o estructuralista acerca del cambio, en la teoría de Darwin la explicación es externalista o funcionalista. Serán estas coincidencias y diferencias los temas que Nietzsche, Cassirer y Simmel discutirán sobre estas dos concepciones de la naturaleza.

NIETZSCHE: “EL SIGNIFICADO DE LA HISTORIA: UNA METAMORFOSIS DE LAS PLANTAS

Nietzsche se interesó por la teoría de la metamorfosis de las plantas de Goethe, como una manera de fundamentar su teoría filosófica de la voluntad de poder, relación que expresa en el siguiente aforismo:“las transformaciones de la voluntad de poder, sus conformaciones y sus especializaciones– ¡exponerlas paralelamente a la evolución morfológica!” (Nietzsche, 1993: 145). Esta concepción morfológica del cambio, al igual que lo había hecho Goethe, la utilizó Nietzsche para criticar el enfoque teleológico de la epigénesis kantiana. Además, Nietzsche consideró la explicación morfológica del cambio como un principio explicativo de la historia. Nietzsche dice en uno de sus aforismos retomando la teoría morfológica goethiana “El significado de la historia: una metamorfosis de las plantas. Ejemplo” (Nietzsche, 1871, en Miller, 2006: 65), en este sentido Nietzsche plantea en la genealogía de la moral este principio histórico de la siguiente manera:

"Por muy bien que se haya comprendido la utilidad de un órgano fisiológico cualquiera (o también de una institución jurídica, de una costumbre social, de un uso político, de una forma determinada en las artes o en el culto religioso), nada se ha comprendido aún con ello respecto a su génesis: aunque esto pueda sonar muy molesto y desagradable a oídos más viejos– ya que desde antiguo se había creído que en la finalidad demostrable, en la utilidad de una cosa, de una forma, de una institución, se hallaba también la razón de su génesis, y así el ojo estaba hecho para ver, y la mano estaba hecha para agarrar(...) Pero todas las finalidades, todas las utilidades son solo indicios de que una voluntad de poder se ha enseñoreado de algo menos poderoso y ha impreso en ello, partiendo de sí misma, el sentido de una función y la historia entera de una cosa, puede ser así una ininterrumpida cadena indicativa de interpretaciones y reajustes siempre nuevos, cuyas causas no tienen siquiera necesidad de estar relacionadas entre sí, antes bien a veces se suceden y se revelan de un modo meramente casual" (Nietzsche, 1994: 88).

Según Gould en su libro “La estructura de la teoría de la evolución”, Nietzsche define allí el principio del cambio caprichoso funcional, como principio del método histórico, en el cual la contingencia es el resultado de la no concordancia entre el origen de una estructura y la función que actualmente pueda estar realizando. Nietzsche es crítico de la teleología kantiana, pero también de la explicación funcionalista en la teoría de Darwin, en este sentido mencionó en uno de sus aforismos:

"Antidarwin: en cuanto a la famosa “lucha por la vida” me parece por ahora más afirmada que demostrada. Esta se presenta, pero como excepción, el aspecto general de la vida, no es la indigencia, el hambre, sino todo lo contrario, la riqueza, la opulencia y hasta la absurda dilapidación– donde se lucha es por el poder" (Nietzsche, 1973: 109).

Esta apreciación negativa que hace Nietszche sobre la teoría de Darwin, es el resultado de su crítica al enfoque funcionalista de la obra darwiniana, pero también posiblemente al prejuicio que tuvo Nietzsche sobre su obra, debido al desconocimiento de ésta y a la lectura que él hizo de comentadores como Huxley, Haeckel o Spencer quienes incluían aspectos teleológicos y progresivos en la propuesta darwiniana.

Nietzsche igualmente reconoce en la teoría darwiniana el desarrollo de la concepción histórica de la naturaleza y ubica a Darwin como deudor de Hegel; sobre este aspecto Nietzsche dice positivamente sobre Darwin:

"Citemos finalmente en tercer lugar el admirable descubrimiento de Hegel, que transformó todos los hábitos de la lógica, “niña mimada”, cuando osó enseñar que las ideas específicas nacen unas de otras, principio que preparó a los espíritus de Europa para el último gran movimiento científico: El darwinismo. Pues sin Hegel no hubiera podido surgir Darwin" (Nietzsche, 1973: 89).

Aunque Nietzsche sea crítico de Darwin, por su enfoque externalista en la explicación de los cambios orgánicos, coincide con él, en el principio del cambio caprichoso funcional como metodología de la historia. También Darwin desarrolla este principio no solo en “El origen de las especies” en el capítulo VI sobre las dificultades de la teoría en donde Darwin expone varios ejemplos sobre el cambio funcional, sino también en su libro sobre “La fecundación de las orquídeas”, en el cual Darwin dice:

"Aunque un órgano no haya sido creado originalmente para un fin determinado, si ahora sirve para dicho objetivo, podemos asegurar que está especialmente hecho para él (...) Por lo tanto, es posible que en la naturaleza casi todas las partes de cada organismo viviente hayan servido, en una forma ligeramente modificada, para diversos objetivos, y actuando en la maquinaria viviente de muchas antiguas y distintas formas específicas" (Darwin, 2007: 348).

Como conclusión podríamos decir que Nietzsche coincide con Darwin, en el cambio caprichoso funcional como metodología histórica, también reconoce la importancia de la teoría darwiniana como una teoría que da explicaciones históricas, pero rechaza el enfoque externalista darwiniano.

CASSIRER: EL CAMBIO FUNCIONAL BASADO EN GOETHE Y LA CRÍTICA A DARWIN

La filosofía de Cassirer adopta el concepto de Urphaenomene goethiano, como explicación del origen de la función simbólica, debido al cambio funcional ocurrido en el paso de la condición animal a la condición humana. En el libro “Las ciencias de la cultura”, Cassirer define muy bien la separación entre las explicaciones causales y las explicaciones formales (o morfológicas) en el conocimiento, y sus respectivas e inherentes limitaciones.

En el concepto de evolución que desarrolla Cassirer, que es parte fundamental de su teoría filosófica (Krois, 2004) recoge la explicación morfológica de tres maneras. La primera, tomando como punto de partida el Urphaenomene goethiano, a partir del cual debemos considerar el proceso de los cambios funcionales como “hechos irreducibles” que no tienen una explicación causal. La segunda tomando la biología de Jakob von Ueskull, cuya teoría de los círculos funcionales plantea que los organismos son el resultado de la interacción entre redes receptoras y redes efectoras, sobre esta interacción dice Cassirer:

"También las plantas y los animales existen solamente por el hecho, no ya de recibir constantemente estímulos del mundo circundante, sino también de “contestar” a ellos de un determinado modo. Cada organismo da esta respuesta a su manera" (Cassirer, 1975: 142).

El funcionamiento de estos círculos funcionales, es el resultado de conocer el plan de construcción o Bauplan, es decir, éste depende de la anatomía de los organismos.

La tercera teoría biológica de tipo internalista que adoptó Cassirer, es la de las mutaciones de Hugo de Vries, esta teoría es saltacionista y con ella Cassirer rechaza la continuidad de la teoría darwiniana expresada como natura non facit saltum, es decir, la naturaleza no da saltos. Cassirer utiliza la idea aristotélica de “Metabasis eis allo genos” o el paso de un género a otro, como ejemplo de lo que él considera la verdadera evolución, sobre esta idea dice Cassirer:

"no existe en efecto ninguna evolución que lleve en sucesión continua de una dimensión a otra al llegar a un punto cualquiera, habrá que reconocer la existencia de una diferencia genérica que sea posible establecer pero sin que se deje explicar" (Cassirer, 1975: 91).

En el libro “El problema del conocimiento en filosofía y en las ciencias modernas”, Cassirer critica lo que él considera la permanencia de la explicación teleológica en la teoría de Darwin:

"Lo que nadie podrá afirmar, si es que se detiene a contemplar la estructura lógica más general de esta teoría es que haya separado definitivamente la concepción teleológica es decir que haya logrado prescindir de todos los conceptos de fin en la investigación científica de los fenómenos de la vida" (Cassirer, 1979: 204).

Para Cassirer aunque Darwin haya eliminado la teleología metafísica de su teoría, no excluye la “teleología crítica”, que Cassirer encuentra en conceptos como adaptación, selección, lucha por la existencia o supervivencia de los más aptos. Cassirer también señala que la importancia que cobró la teoría de Darwin en el pensamiento biológico del siglo XIX, se debió a que en este siglo se proclamó “la primacía del conocimiento histórico” y que la teoría de Darwin contribuyó con el posicionamiento que logró este tipo de conocimiento. Además, considera que la teoría darwiniana de la historia evolutiva debe ser tenida en cuenta solamente como “un principio regulativo del conocimiento biológico” y no como un dogma que lo puede explicar todo. En este sentido Cassirer es bastante crítico con el enfoque “teleológico” darwiniano y con una explicación exclusivamente histórica que deja de lado aspectos morfológicos propios del conocimiento biológico.

LEY INDIVIDUAL: ÉTICA Y EPISTEMOLOGÍA EN SIMMEL A PARTIR DE LAS CONCEPCIONES DE LA NATURALEZA DE DARWIN Y GOETHE

Georg Simmel fue un filósofo y sociólogo alemán que hizo parte del movimiento considerado como filosofía de la vida o Lebenphilosophen. Sus intereses filosóficos fueron bastante amplios, su obra incluye entre otros temas reflexiones sobre arte, filosofía de la historia y epistemología. A pesar de tener dificultades con su ejercicio como docente en las universidades alemanas, impartió clases sobre filósofos como Kant, Nietzsche, Schopenhauer y también sobre científicos como Darwin. Además tuvo como fuerte influencia en su obra, la concepción goethiana de la naturaleza. Simmel escribió el libro “Goethe”, que es una obra en la cual él estudió con profundidad el pensamiento de este autor.

En el ensayo “Kant y Goethe, para la historia de la concepción moderna del mundo”, Simmel muestra las diferencias, (a pesar de lo que él considera semejanzas superficiales porque en ambas propuestas se intenta restaurar la unidad), entre el enfoque del pensamiento kantiano que es definido como cientificista y mecanicista, y el enfoque del pensamiento goethiano que él define como vitalista o artístico, en el fondo de estas diferencias se encuentra lo que Simmel considera un intento por restituir la unidad en las dos propuestas; sobre estas diferencias Simmel dice:

"En este caso, como en todos, el esquema de su divergencia es que Kant va en pos del desarrollo de un estado analítico, Goethe del de uno sintético, más exactamente, de un estado situado antes de la antítesis de análisis y síntesis. Goethe se coloca con elevadísima conciencia y hondísima fundamentación en el terreno de la uniformidad indiferenciada, que fue el punto de partida de todos los movimientos espirituales. Kant acentúa la dualidad en que ésta se bifurcó; frente al que podríamos calificar de estado paradisíaco, el Scientes bonum et malum alcanzó el máximo rigor; la unidad que el obtiene ostenta las huellas de la bifurcación, la sutura no es completa" (Simmel, 1956: 305).

En su libro intuición de la vida y siguiendo la misma línea de razonamiento de Goethe, Simmel plantea, una filosofía de la vida basada en la acción, ya que la acción es considerada por él como un “latido de la vida directa, que no se presta a ser incluida adecuadamente en un esquema conceptual previamente existente, sino que determina su esencia desde el interior de la vida” de acuerdo a este “principio de la acción” Simmel hace una crítica a la ética del deber ser kantiano, recurriendo a los conceptos de ley o norma e individuo histórico goethiano. Este individuo es definido por Goethe como la interacción en el hombre, entre lo innato y lo adquirido, por su parte, el concepto de norma o ley, hace referencia a una ley dinámica que puede aceptar sus excepciones, Simmel dice: “La naturaleza, así lo formula Goethe en una ocasión, tiene un gran margen de juego, en el cual puede moverse, sin salirse de los límites de su ley” también dice Simmel sobre este concepto de ley” la ley móvil es la síntesis de límite y margen de juego” este concepto no es compatible con el concepto de ley natural o mecanicista, Simmel dice:

"las leyes de Goethe no son las de las partes mínimas, sino que encierran en sí, a título de su moviente propiamente dicho, la figura, el tipo” es decir la ley goethiana es una ley morfológica" (Simmel, 1956: 142).

De esta manera Simmel, 1954: 211, define una ética del deber ser historizada como su teoría filosófica de la ley individual, en este sentido, la ley individual se asemeja a la ética expuesta por Darwin en “El origen del hombre”, en la cual adopta el deber ser kantiano pero rechaza la dicotomía hecho-valor que subyace a este concepto ético:

"el objeto de la normación ética debe quedar emancipado ante todo de su encadenamiento al concepto, encadenamiento que fue determinante para toda la ética racionalista desde Sócrates hasta Kant, y para su fundamentación última en un principio moral" (Simmel, 1954: 162).

Respecto a la epistemología Simmel en el artículo Beziehung ueber Selektionlehre zur erketnisstheory (Una relación entre la teoría de la selección con la epistemología; Simmel, 1895, en Coleman, 2002), desarrolla una epistemología de la acción igualmente como con su propuesta ética. En este ensayo Simmel trata de resolver el conflicto suscitado en una epistemología basada en la selección natural y la existencia de verdades objetivas y absolutas. Coleman, 2002, se refiere a esta solución de la siguiente manera:

"sobre la visión de Simmel, el conocimiento de la acción benéfica (resultado de la selección natural) es accesible al conocimiento humano, debido a que la experiencia del efecto de la acción crea al mismo tiempo, la verdad. No hay dualismo y no se necesita una experiencia especial".

Simmel en este sentido reconoce la semejanza en la acción de las propuestas goethiana y darwiniana, es decir en una concepción unitaria, no absoluta y que da lugar a la pluralidad y a la individualidad histórica. Frente a las posiciones dicotómicas surgidas en la discusión entre los defensores del formalismo internalista y los defensores del funcionalismo externalista, Simmel parece tomar como propias las palabras que Goethe profirió al referirse al debate entre Étienne Geoffroy Saint-Hilaire y George Cuvier

"Cuanto más vital sea la relación entre estas dos funciones de la mente como inhalar y exhalar, mejores serán las perspectivas para la ciencia" (Gould, 2004: 340).

CONCLUSIÓN

La discusión en estos filósofos sobre las dos concepciones de la naturaleza, sus coincidencias y diferencias, se define principalmente en el carácter dinámico de las dos propuestas, la darwiniana y la goethiana, y en las diferencias de enfoques explicativos en las mismas. La morfológica goethiana con su enfoque internalista y la funcionalista darwiniana con su enfoque externalista, mientras Nietzsche y Cassirer, recogen en sus filosofías la morfología goethiana y son críticos de la explicación funcionalista darwiniana, pero al mismo tiempo, reconocen su importancia como una teoría científica que aborda el problema de la historia. Simmel establece una relación directa entre las dos propuestas a través del concepto de acción.

AGRADECIMIENTOS

Al profesor Manuel Giraldo de la Universidad del Valle por su dedicación a la teoría de la evolución, por su constante apoyo al presente trabajo y las frecuentes conversaciones sobre este y muchos otros temas de la obra de Darwin.

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