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Revista Salud Uninorte

versão On-line ISSN 2011-7531

Salud, Barranquilla vol.30 no.2 Barranquilla maio/ago. 2014

 

Uso de inhaladores de dosis medida en pacientes adultos: Necesidad de educación dirigida por enfermería

Handling of Metered Dose inhaler in adult patients: a need of education directed by Professional Nursing

Roxana Patricia De las Salas Martínez1, Susana Patricia Mendoza Ballesteros2, Nelly Montenegro Hernández2, María Margarita Hernández Cantillo2, Andrea Karina Saavedra Jiménez2, Daniela Díaz Agudelo3

1 Enfermera. Magíster en Ciencias-Farmacología. Docente del Departamento de Enfermería, Miembro del Grupo de Investigación de Enfermería, Universidad del Norte. Barranquilla (Colombia).

2 Enfermeras egresadas de la Universidad del Norte. Barranquilla (Colombia).

3 Enfermera, Joven Investigadora Colciencias, Grupo de Investigación de Enfermería de la Universidad del Norte. Barranquilla (Colombia).

Correspondencia: Roxana De las salas Martínez. Universidad del Norte. Barranquilla (Colombia), km5 vía a Puerto Colombia. rdelassalas@uninorte.edu.co


Resumen

Objetivo: Describir el uso de inhaladores de dosis medida en pacientes adultos de consulta de neumología en dos instituciones de salud de Atlántico (Colombia), 2013. Materiales y métodos: Estudio descriptivo transversal que evaluó 131 pacientes adultos que utilizaban inhaladores de dosis medida (de cartucho presurizado) con inhalocámara o sin esta, asistentes a dos instituciones de salud del departamento del Atlántico. Se diseñó y aplicó un cuestionario que incluía lista de chequeo que permitió evaluar la técnica. Resultados: De 131 pacientes participantes, la media de edad fue de 44,75 años (DE+/-: 17.77). La tasa de éxito en el uso de la técnica fue baja, menos de 1.52% (2) fue perfecto, mientras que un 24.43% (32) tuvo una técnica adecuada y el 74.05% (97) inadecuada. 105 utilizaban inhaladores sin inhalocámara y 26 con inhalocámara. Conclusiones: Existen debilidades en el uso de los inhaladores. El 74.05% de los pacientes los usó inadecuadamente. Los pasos de la técnica de utilización de inhaladores que fallaron mayormente fueron: no exhalar el volumen residual, no comenzar a respirar cuando se activa el canister, no inhalar lento y profundo, no retener el medicamento por 10 segundos no esperar 30 segundos antes del segundo disparo y no agitar nuevamente el dispositivo antes del mismo. Es necesario implementar programas de educación en los que participen profesionales en enfermería.

Palabras clave: inhaladores de dosis medida, enfermería, Colombia (Fuente: DeCs, BIREME).


Abstract

Objective: To describe the handling of Metered-Dose inhaler (MDI) in adults of the pneu-mology medical consultation located in Atlántico country (Colombia), 2013. Materials and Methods: We conducted a cross-sectional descriptive study which es-timated 131 adults patients that were using MDIs (pressurized inhaler) with or without a holding chamber and were attending into two health institutions located in Atlántico County, Colombia. We designed and applied a questionnaire that contained a checklist that was allowed for the evaluation of the technique.

Results: Mean age was 44.75 years (SD +/-: 17.77). The success rate in the use of the technique was low, 1.52% (2) was perfect, 24.43% (32) was adequate and 74.05% (97) inadequate. Out of 131 patients, 105 used inhalers without holding chamber and 26 with holding chamber.

Conclusions: There are weaknesses in the Handling of Metered-Dose inhaler (MDI). 74.05% of patients misused the MDI. The technique steps that are often wrongly executed by patients were: not exhale the residual volume, not start breathing when activating the canister, not inhale slowly and deeply, not retain the medication for 10 seconds and not hold the breath, not wait 30 seconds in between puffs and not shake again the inhaler be-fore shooting it for a second time. It needs to implement education programs that involve professional nursing staff.

Key words: metered dose inhalers, nursing, Colombia (Source: DeCs, BIREME).


Introducción

Los fármacos inhalados constituyen en la actualidad los medicamentos de elección para el control de las enfermedades obstructivas pulmonares (1). La principal ventaja del uso de fármacos inhalados es la producción de efectos farmacológicos directos en la vía respiratoria y menores efectos adversos sistémicos (2, 3).

Los inhaladores son numerosos y cubren una amplia gama de posibilidades, dentro de los cuales los más utilizados son los cartuchos presurizados e inhaladores de polvo seco. La efectividad de la terapia depende en parte del uso adecuado de estos dispositivos, por lo que es importante asegurar una correcta instrucción en la técnica para que el paciente pueda beneficiarse (4). Debido a que las técnicas pueden variar, dependiendo del dispositivo, el manejo de los inhaladores puede ser complejo (5), por lo que cada paciente debería ser tratado con el sistema que más se adapte a sus características y preferencias (6).

Los errores más frecuentes con la técnica de uso de los inhaladores de dosis medida se relacionan con la coordinación entre la activación del inhalador y la inhalación, seguido por no contener la respiración luego de la inhalación (7). Entre algunos de los factores que se asocian con una adecuada técnica de inhalación se encuentran: el nivel educativo, el tiempo de uso del inhalador, el tipo de inhalador, la instrucción de uso del mismo, la utilización de varios inhaladores y las comorbilidades (6).

Algunos estudios han demostrado que alrededor del 24 al 89% de los pacientes tienen una técnica inadecuada en el uso de los inhaladores. Frente a esto, el soporte y la educación continua por parte del profesional de enfermería es fundamental tanto en la enseñanza inicial como en el seguimiento de las técnicas aprendidas (8).

De acuerdo con lo anterior, resulta importante describir el uso de los inhaladores de dosis medida en pacientes adultos de la consulta de neumología en instituciones de salud del Atlántico (Colombia), a través de la observación y evaluación de las técnicas usadas por los pacientes en la utilización de los mismos.

Materiales y métodos

Diseño y muestra

Se llevó a cabo un estudio no experimental de tipo descriptivo transversal entre marzo y junio de 2013 en dos instituciones de salud del departamento del Atlántico (Colombia). Se estimó una muestra por conveniencia de 131 pacientes que utilizaban inhaladores de dosis medida (cartucho presurizado).

Una vez aceptada la participación de las instituciones de salud, se realizó una prueba piloto, la cual permitió mejorar el formato de recolección. Posteriormente se aplicó un cuestionario estructurado a los pacientes adultos de la consulta neumológica que aceptaron participar, previo consentimiento informado.

Instrumento

El cuestionario conformado por las siguientes macrovariables: datos sociodemográficos (edad, sexo, estrato socioeconómico, escolaridad, tipo de Afiliación a seguridad social), datos clínicos (diagnóstico médico o enfermedad, hospitalizaciones en el último año, medicamento ordenado, tipo de inhalador, dosis indicada, tiempo de uso del inhalador, uso de más de las dosis prescritas). Además, el cuestionario incluyó lista de chequeo que permitió evaluar los pasos de la técnica de uso del inhalador con y sin inhalocámara. Los aspectos evaluados en la técnica se indican en la tabla 1.

La tasa de éxito de uso de inhalador se clasificó teniendo en cuenta lo sugerido por Sánchez (9) en:

• Perfecto: cumple con los once pasos (se excluyó lavado de boca, pues se indagó por separado).

• Adecuado: cumple 8 pasos incluidos los tres pasos mínimos (Ver tabla 2).

Aceptable: cumple al menos los tres pasos mínimos.

Inadecuado: no cumple los tres pasos mínimos

Se incluyeron pacientes adultos de sexo masculino y femenino que utilizaban inhaladores de cartucho presurizado con inhalocámara o sin esta, asistentes a los servicios de consulta de neumología en dos instituciones de salud que aceptaron participar en el estudio y firmaron consentimiento informado. Fueron criterios de exclusión la no aceptación de participación en el estudio, la discapacidad física o mental y los menores de 18 años.

Los datos fueron digitados en el programa de Microsoft Excel v2010 y analizados con SPSS (Statistical Package for Social Sciences). Los resultados se presentaron en forma de frecuencia absoluta y relativa, tablas y gráficos.

El estudio fue clasificado por los investigadores como de Riesgo Mínimo. Asimismo, se respetaron los parámetros éticos para estudios con seres humanos, según lo establecido en la Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia y del Código de Ética de Enfermería, del mismo modo, fue sometido y avalado por el Comité de Ética de Investigación en el área de la Salud de la Universidad del Norte.

Resultados

De 131 pacientes participantes, la media de edad fue de 45,75 años, con rango mínimo y máximo de 18 y 90 años, respectivamente. El 66.41 % (87) fueron mujeres y el 33.59% (44) hombres; el mayor porcentaje de los pacientes pertenecía a estratos 1 y 2, con un 83.21% (109) (tabla 3).

El diagnóstico que más prevaleció fue el asma, con un 49.61% (65), seguido de EPOC, con 19.09% (25) y el 31.30% (41) con diagnósticos misceláneos. El 51.15% (67) estuvo hospitalizado o ingresó al servicio de urgencias por crisis secundaria a la enfermedad de 1 a 2 veces en el último año; el medicamento más utilizado fue salbutamol, en un 75.60% (99), seguido de Bromuro de Ipratropio, en un 18.30% (24) y el 6.10% (8) con medicamentos misceláneos (ver tabla 4). El 32.06% (42) de los participantes refirió que tenía más de 24 meses de uso del inhalador y el 24.43% (32) utilizaba más de la dosis prescrita por el tratante (tabla 5).

Se evidenció que de los 131 pacientes, el nivel educativo con mayor tasa de uso adecuado fue la secundaria incompleta, con 25.95%. En cuanto a nivel educativo técnico, el 12.21% realizó la técnica de forma inadecuada y el 5.34% adecuada, siguiéndole secundaria completa, con un porcentaje de 11.45% de uso inadecuado y un 3.06% adecuado (tabla 5). El porcentaje de éxito Global en el uso perfecto del cartucho presurizado fue del 1.52% (2), mientras que un 24.43% (32) tuvo una técnica adecuada y el 74.05% (97) inadecuada. No se evidenciaron pacientes con uso aceptable del inhalador (figura 1).

Respecto a la evaluación de los pasos de la técnica, se observó que el 96.18% (126) agitó el inhalador (paso 2), el 87.79% (115) lo sostuvo en posición vertical (paso 3). Asimismo, el 33.82% (43) exhaló antes del puff (paso 4); el 93.89% (123) apretó la boquilla del inhalador con los labios (paso 6); el 91.60% (120) inhaló cuando activó el canister (paso 7); el 74.05% (97) inhaló lento y profundo (paso 8); el 80.91% (106) contuvo la respiración por 10 segundos (paso 9), el 31.30% (41) manifestó que se lava la boca después de la administración del medicamento inhalado y el 68.70% (90) refirió que no (tabla 6).

El 19.84% de los que se lava la boca después de utilizar el inhalador, manifestó que lo hace siempre y un 11.45% no siempre (tabla 7).

De los 131 pacientes, 20 estuvieron hospitalizados en el último año, de los cuales 16 (80%) usaban inadecuadamente la técnica y solo 3 (15%) de los que utilizaba adecuadamente la técnica estuvo hospitalizado (tabla 8).

De 32 pacientes que requirieron más de las dosis prescritas por el médico, el 15.27% (20) usó el inhalador de manera inadecuada y un 9.16% (12) adecuadamente, mientras que de los que no usaron más de las dosis prescritas (99), lo usaron de forma inadecuada en un 58.78% (77) y de manera adecuada un 16.79% (22) (tabla 9).

Discusión

Los inhaladores de dosis medida son la base para el control de las enfermedades obstructivas pulmonares. El 80.15% de los pacientes utilizó inhaladores sin inhalocá-mara y el 19.85% con inhalocámara. Según la guía de principios de inhaloterapia (10), las inhalocámaras han sido diseñadas con el fin de facilitar la administración de los medicamentos inhalados, reduce el efecto freón-frío, al tiempo que representan ventajas debido a que se requiere menos coordinación mano-inspiración para el disparo, reduce el impacto del medicamento en la orofaringe, produciéndose la disminución de efectos secundarios locales. Por lo anterior, las inhalocámara son de elección para administrar medicamentos en la mayoría de crisis (leves y moderadas).

El porcentaje de éxito Global en el uso perfecto del cartucho presurizado fue del 1.52% (2), mientras que un 24.43% (32) tuvo una técnica adecuada y el 74.05% (97) inadecuada. El uso del inhalador sin inhalocámara fue perfecto en menos del 1% de los pacientes, adecuado en un 26.67% e inadecuada en el 72.38%. En el uso del inhalador con inhalocámara, menos del 4% de los pacientes realizó una técnica perfecta, el 15.38% adecuada y un 80.77% inapropiada. Es importante resaltar que en ninguno de los pacientes evaluados se evidenció el uso aceptable del inhalador, debido seguramente a en todos los casos observados o se cumplían más de los pasos mínimos o menos de estos. Estos datos son similares a los reportados por Khassawneh y cols. (11), quienes encontraron que el 74.6% (144/193) de los pacientes, usaba los inhaladores de forma incorrectamente.

Como se observa, el uso de la inhalocámara incrementa la utilización perfecta de la técnica de menos del 1 a 3.85%.Estos datos difieren de los reportados en el estudio de Sánchez(9), en el cual se encontró un porcentaje de uso perfecto del inhalador sin inhalocámara de 14.70% (n=68) comparado con 13.00% (n=23) de uso perfecto al usar inhalocámara.

De 131 pacientes observados, se encontró que el 96.18% (126) agitó el inhalador (paso 2) y el 87.79% (115) lo sostuvo en posición vertical (paso 3). Asimismo, el 33.82% (43) exhaló el volumen residual (paso 4); el 93.89% (123) apretó la boquilla del inhalador con los labios (paso 6); el 91.60% (120) respiró cuando activó el canister (paso 7); el 74.05% (97) inhaló lento y profundo (paso 8); el 80.91% (106) contuvo la respiración por 10 segundos (paso 9), el 31.30% (41) manifestó lavarse la boca después de la administración del medicamento inhalado y el 68.70% (90) refirió que no. Los datos reportados en la investigación de Flor y cols. (10) sugieren que un 10.64% de los pacientes no agitaba el dispositivo antes de utilizarlo, el 10,64% no sostenía el inhalador en posición vertical, el 59.57% no espiraba en el tiempo adecuado, el 21.28% no apretaba la boquilla del inhalador con los labios, el 59.57% no realizaba inspiración lenta y profunda, el 65.96% no mantenía la respiración por 10 segundos, el 51.06% no esperaba mínimo 30 segundos entre inhalaciones. Según Lavorini y cols.(12), todos estos errores pueden influir en la efectividad del fármaco y pueden contribuir al insuficiente control de las enfermedades respiratorias.

El nivel educativo con mayor tasa de uso adecuado fue secundaria incompleta, con 25.95%. Estos datos difieren con los reportados por Goodman y cols. (13), pues el 23.5 % de los pacientes que había cursado educación secundaria y universitaria usaba adecuadamente el medicamento. Cabe anotar que en este estudio el nivel educativo no mostró significancia estadística en relación con la utilización de los inhaladores.

De 131 pacientes, 32 (24.43%) requirieron más de las dosis prescritas por el médico, de los cuales el 15.27% (20) usó el inhalador de manera inadecuada y un 9.16% adecuadamente. En contraste, De Blaquiere y cols. (14) encontraron que un 71% utilizaba más de las dosis indicadas.

El 31.30% dijo que se lava la boca después de la administración del medicamento inhalado; esto contrasta con el estudio de Flor y cols. (10), quienes informaron que el 51.06% que utilizaba inhaladores se lavaba la boca. Asimismo, Yokoyama y cols. (15) reportaron que el 72.12c% de los pacientes tratados con corticoesteroides inhalados no se lavaba la boca después de la administración del medicamento.

Conclusiones

El porcentaje de éxito Global en el uso perfecto del cartucho presurizado fue del 1.52% (2), mientras que un 24.43% (32) tuvo una técnica adecuada y el 74.05% (97) inadecuada. Lo anterior refleja un bajo porcentaje de uso adecuado en la técnica de utilización de los inhaladores. Los pasos que mayormente fallan con el uso de los inhaladores de manera global son: no exhalar el volumen residual (67.18%), no inhalar lento y profundo (25.95%), no exhalar y esperar por lo menos 30 segundos antes del segundo disparo (33.59%), no agitar nuevamente el inhalador antes del segundo disparo (24.43%), no lavar la boca después de la administración del medicamento (68.70%).

Son necesarios los programas de soporte y educación continua liderados por equipos multidisciplinario de salud dirigidos al paciente. En estos equipos es importante la participación de profesionales de enfermería.

Un gran porcentaje de los pacientes encues-tados (68.70%) no realizaba el lavado o enjuague de boca después de la administración de medicamentos inhalados, lo que puede conllevar a la aparición de efectos adversos locales y sistémicos, sobre todo con los cor-ticoesteroides inhalados.

Se sugiere la realización de estudios que permitan evaluar el impacto clínico y económico del uso inadecuado de inhaladores, así como estudios que evalúen los conocimientos de las técnicas de uso en el personal de salud. Además de la evaluación de la efectividad del los programas de educación como una estrategia de intervención de enfermería.

Conflicto de interés: ninguno Financiación: Universidad del Norte


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