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Revista Salud Uninorte

Print version ISSN 0120-5552On-line version ISSN 2011-7531

Salud, Barranquilla vol.32 no.1 Barranquilla Jan./Apr. 2016

https://doi.org/10.14482/sun.32.1.8481 

http://dx.doi.org/10.14482/sun.32.1.8481

Relación entre el dolor lumbar y los movimientos realizados en postura sedente prolongada. Revisión de la literatura

The relationship between low back pain and movements in prolonged sitting posture. Literature review

Fernanda Maradei García1

Leonardo Quintana Jiménez2

Lope H. Barrero3

1 Universidad Industrial de Santander. mafermar@uis.edu.co

2 Docente Pontificia Universidad Javeriana. lquin@javeriana.edu.co

3 Profesor Asociado, Departamento de Ingeniería Industrial, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, lopehugo@javeriana.edu.co

Correspondencia: Fernanda Maradei. Cra 27, calle 9, ciudad universitaria. Santander (Colombia). Tel: 6344000. mafermar@uis.edu.co

Fecha de recepción: 17 de octubre de 2015
Fecha de aceptación: 6 de noviembre de 2015


Resumen

La evidencia científica muestra que existe asociación entre dolor lumbar y postura sedente prolongada y que una de las poblaciones más propensa a esta enfermedad es la de conductores, con una alta prevalencia. De igual manera, los movimientos posturales en la silla son la respuesta natural del cuerpo debida a la incomodidad percibida por el dolor lumbar, pero esta difiere en función de la historia previa. Con base en esto se realizó una revisión de los estudios relacionados con el dolor lumbar y el movimiento en postura sedente prolongada, incluyendo la población de conductores, con el fin de comprender esta relación. Se recuperaron 6226 artículos, de los cuales 16 fueron publicados entre 1970 y 2010; estos proporcionaron la información necesaria para contestar la pregunta de revisión. Se pudo constatar que ninguno de los estudios fueron realizados en actividades de conducir y la mayoría involucró sujetos voluntarios sin considerar si la población era trabajadora. El movimiento con dolor lumbar en postura sedente prolongada solo se pudo explicar desde el rango de movimiento lumbar, debido a que solo se encontró un artículo con estas características. También se encontró que los sintomáticos se mueven más, pero que el dolor lumbar no disminuye en función del tiempo, es decir que conocemos muy poco acerca de la paradoja movimiento y dolor en postura sedente prolongada.

Palabras clave: lumbalgia, movimiento, dolor, sedente prolongada.


Abstract

Scientific evidence shows an association between low back pain and prolonged sitting posture, also one of the most sensitive populations to this disorder are the drivers with a high prevalence. Postural movements in the chair are body's natural response to perceived discomfort caused by back pain but this is different depending on each individual's background of back pain. Based on this, we perform a review of studies related to low back pain and movement in prolonged sitting posture, including the driver population, in order to understand this relationship. We retrieved 6226 articles, of which 16 matched the established criteria and provided the information necessary to answer the review question. We found that none of the studies considered were conducted in driving activities and most of them were done with volunteer subjects regardless if they were workers or not. The movement with low back pain in prolonged sitting posture could only be explained from the range of lumbar motion because only one article matched these characteristics, finding that symptomatic people move more but low back pain does not decrease as a function of time, proving that we know very little about the paradoxical between movement and pain in prolonged sitting posture.

Keywords:low back pain, LBP, movement, pain, sitting posture.


INTRODUCCIÓN

El dolor lumbar (DL) es una de las enfermedades que afecta gran parte de la población mundial (1, 2), e influye considerablemente en la salud pública al ser una de las primeras causas de ausentismo laboral (1-4). Por tanto, la prevalencia de lumbalgia es alta; en términos generales, alrededor del 33 % de la comunidad ha tenido experiencia de dolor lumbar (DL) en el último mes (McBeth y Jones, 2007), mientras que entre el 39 y el 67 % lo ha tenido durante los últimos 12 meses (McBeth y Jones, 2007). De forma similar, otros estudios (Tunks et al., 2008) muestran que el riesgo acumulado de DL de por lo menos una recurrencia dentro de los tres meses es igual al 26 % y dentro de los 12 meses de 73 % (5-7).

Adicionalmente, en la actualidad la actividad laboral exige más tareas en postura sedente prolongada; debido en parte a la industrialización de algunos sectores, como el textil, marroquinero, petroquímicos, farmacéuticos, salud, comunicaciones y transporte, entre otros. Aunque no se ha podido demostrar que esta postura sea una causa del dolor lumbar, sí se considera que lo agrava (8). Además, la incomodidad debido al dolor lumbar aumenta con la exposición en postura sedente prolongada, inclusive en sujetos que no tienen lumbalgia (9-11). Por lo tanto, es importante conocer más acerca de esta postura y su relación con una de las patologías más importantes desde el siglo XX.

Se sabe que en comparación con la postura de pie, la postura en posición sedente tiene significativamente más carga en el raquis (12); además, cuando se mantiene de forma prolongada se presenta más riesgo relativo de dolor lumbar (8, 13, 14) en el primer año de trabajo (15). La baja nutrición de los discos, que conlleva a un proceso degenerativo de los mismos, está fuertemente asociada con el dolor lumbar (16, 17). Las condiciones de trabajo que demandan posturas estáticas por largos periodos de tiempo no permiten variaciones de presión intradiscal necesarias para dicha nutrición; además, la postura cifótica debido a la flexión del tronco mantiene un aplastamiento continuo de los discos que generan una deshidratación de estos(18).

Ahora bien, la evidencia también muestra que la historia previa está asociada con el incremento del riesgo de dolor lumbar (19, 20) debido a cambios en el comportamiento postural (21-24) que inducen a un aumento de la carga en el raquis (20). Por consiguiente, debido a la alta prevalencia de dolor lumbar en la población trabajadora, se puede suponer que gran parte de los trabajadores se estarían enfrentando a continuar con sus labores sin posiblemente una modificación de su trabajo y con estrategias de compensación que buscan mitigarlo pero que no solucionan el problema, sino que al parecer lo agravan.

Precisamente uno de los grupos que han venido reportando mayor riesgo de desarrollar esta patología es la población de los conductores (1, 25-27). Los estudios muestran que la prevalencia de dolor lumbar en dos semanas es de 20,5 %, de un mes de 50,3 % y de un año es del 72 % (8). Asimismo, algunos estudios realizados sobre terreno en condiciones laborales reales describen las estrategias utilizadas por esta población para evitar y mitigar el dolor lumbar durante las actividades de conducción (23, 28, 29), lo cual permite suponer que estarían trabajando en presencia de dolor lumbar.

Con base en lo anterior, parece ser que existen diferencias comportamentales entre sujetos sintomáticos y asintomáticos cuando se encuentran en postura sedente. Comprender las teorías que explican la relación entre movimiento y dolor lumbar permitiría generar pistas que busquen mitigar el dolor en esta postura.

Por ello, este artículo se propone realizar una revisión de la literatura que evidencie la relación que existe entre la relación entre dolor lumbar y movimiento en postura sedente prolongada, incluyendo la población de conductores. También identificar si estos movimientos tienen efectos perjudiciales que generan más dolor o si estos movimientos son respuestas preventivas, resultado de la percepción de incomodidad debida al dolor lumbar después de estar expuesto a postura sedente prolongada.

Método

La ruta metodológica propuesta en este artículo para dar respuesta a la pregunta de revisión se define principalmente en los siguientes momentos: identificación de los motores de búsqueda, identificación de las palabras claves que permitan abordar el universo de conocimiento pertinente y la selección y lectura de los estudios que darían respuesta.

Motores de búsqueda

Los estudios científicos se identificaron mediante búsqueda bibliográfica en tres bases de datos distintas: PubMed, ISI Web y EBSCO. Las publicaciones deberían corresponder al 1° de enero de 1970 y el 31 de diciembre de 2011.

Términos de búsqueda

Se generó una lista de 51 términos que buscaban responder a la pregunta ¿Qué teorías existen sobre la relación entre dolor lumbar y movimiento en postura sedente prolongada?

Los términos de búsqueda se clasificaron en cuatro grupos, como se muestra a continuación Tabla 1:

Se realizó una primera búsqueda combinando (a)+(b)+(c) y luego se realizó una segunda combinando (a)+(b)+(d).

Criterios de inclusión

Artículos en inglés y español. Estudios implementados y medidos durante la ejecución de una tarea en postura sedente. Estudios que incluyeran población con dolor lumbar dentro de la experimentación. Estudios observacionales, siempre y cuando incluyeran medidas directas. Estudios realizados con población adulta.

Criterios de exclusión

Artículos de revisión o artículos realizados con estudios observacionales que no tuvieran medidas directas y estudios realizados en posturas diferentes a la sedente. En caso de encontrar estudios realizados en diferentes posturas pero que incluían la postura sedente y que cumplían los criterios de inclusión, fueron seleccionados y se examinó en ellos solo los resultados obtenidos en postura sedente.

Selección de estudios

Se revisaron los títulos y los resúmenes de los artículos arrojados por las búsquedas. En primer lugar, con base en la revisión de títulos se seleccionaron aquellos que podrían ser elegibles; posteriormente se procedió a leer cada uno de los resúmenes, lo cual permitió descartar los artículos que no daban respuesta a la pregunta de revisión; por último se obtuvo los textos completos de los artículos seleccionados para definir su inclusión o no definitiva.

Esquema general de la búsqueda

La búsqueda en las diferentes bases de datos permitió encontrar 6226 artículos; a 169 de estos se les realizó una revisión por título; a 90 de estos se les realizó una revisión por resúmenes; de estos fueron descartados 12 por no cumplir con alguno de los criterios de inclusión y 59 debido a que el estudio se realizó en posturas diferentes a la sedente (22, 30-87). Se seleccionaron 19 artículos para ser leídos, de los cuales se excluyeron 3 por no cumplir con algunos de los criterios de inclusión. Al final se pudo identificar 16 artículos, publicados entre 1970 y 2011, que proporcionaron la información que se utilizó para dar una perspectiva a las preguntas de revisión Figura 1).

RESULTADOS

Objetivos de los estudios y variables estudiadas

La revisión muestra una gran variedad de estudios con objetivos diferentes. En forma general se pueden encontrar 3 grandes grupos, orientados a estudiar principalmente:

a) La activación de los músculos del tronco: estudios que buscan comparar y determinar diferencias de la actividad de los músculos paraespinales, abdominales y extensores de la cadera entre sujetos con dolor lumbar y sujetos sanos. Evaluar los efectos de la fatiga y el reclutamiento en estos músculos. Estudios analizados a partir de respuestas electromiográficas.

b) El error de reposicionamiento: estudios que buscan determinar si existen errores en el reposicionamiento lumbar o si la capacidad de reposicionamiento lumbar es menor en sujetos con dolor lumbar en comparación con sujetos sanos. Estudios analizados a partir del rango de movimiento (RoM) de la columna, del VAS (Visual Analogue Scale) y de Oswestry Disability Questionnaire.

c) La respuesta postural del tronco y pelvis: estudios que buscan determinar si existen diferencias en el control del movimiento lumbar e investigar estas diferencias con relación a las estrategias utilizadas en el control postural de pelvis y tronco entre sujetos con dolor lumbar y sujetos sanos. Estudios analizados a partir del RoM del tronco y pelvis, el VAS y el centro de presión (CoP). Estudios que buscan caracterizar las limitaciones funcionales, así como las diferencias de postura y de movimiento y la relación que tienen estas respuestas con el dolor lumbar entre sujetos con lumbalgia y sujetos sanos. Estudios analizados a partir del RoM lumbar. Estudios que buscan comparar entre sujetos con lumbalgia y sujetos sanos si el movimiento asimétrico del tronco en postura sedente está asociado con la asimetría pélvica.

Términos utilizados para clasificar los individuos con y sin dolor lumbar

Solo el 56,25% de los estudios revisados explican las herramientas utilizadas para la clasificación de los sujetos con dolor lumbar (CDL) y sin dolor lumbar (SDL). El 18,75 % de los estudios utiliza una combinación de exámenes físicos y cuestionarios para determinar la selección a partir de los criterios de inclusión y exclusión. El 25 % de los estudios informa que ha utilizado personal especializado, como fisioterapeutas, y un 12,5 % ortopedistas Tabla 2.

En cuanto a los criterios de inclusión para los sujetos sin dolor lumbar, solo el 37,5 % de los estudios revisados muestra específicamente los criterios tenidos en cuenta; de estos, el 66,6 % utilizó sujetos que no tuvieran dolor de espalda en el último año.

Los estudios son más específicos con relación a los criterios de exclusión e inclusión para los sujetos con dolor lumbar. De esta forma, el 68,75 % de los estudios revisados incluye sujetos con dolor lumbar durante más de 2 meses, pero solo el 31,25 % especifica que el dolor no es producto de una limitación para la realización de la prueba.

El criterio de exclusión más importante para los sujetos con dolor lumbar son los problemas neurológicos o desórdenes inflamatorios (50 %), seguido por las cirugías de espalda reciente (43,75 %), deformaciones de la espalda, como cifosis o escoliosis (37,5 %), fracturas (31,25 %) y embarazo (25 %).

Otros criterios de exclusión tenidos en cuenta son la presencia de traumas o tumores, diabetes, alteraciones de las extremidades, hernias discales que causen dolor por debajo de las rodillas, estenosis y sujetos que se encontraban en rehabilitación del control motor.

Hallazgos sobre la activación de los músculos del tronco

En los estudios cuyo objetivo fue observar la activación de los músculos del tronco en postura sedente no se detectaron diferencias que permitan establecer que el funcionamiento de la espalda al realizar movimientos comunes sean diferentes entre sujetos SDL y CDL (88); tampoco se encontraron diferencias en el par máximo de flexión/extensión (90). Las diferencias fueron detectadas en el desbalance que se presenta en sujetos con dolor lumbar, entre las contracciones excéntricas y concéntricas tanto en flexión como en extensión de la columna (91) y en el incremento del proceso de coactivación, sobre todo en el movimiento de extensión de la columna (89, 92). Por lo anterior, algunos autores consideran que los sujetos con dolor lumbar tienen un patrón de reclutamiento de los músculos del tronco diferente pero adecuado para mejorar la estabilidad de la columna en postura sedente(92).

Hallazgos sobre el error de reposicionamiento lumbar

Los estudio orientados a analizar el error de reposicionamiento en sujetos con dolor lumbar han encontrado una incapacidad en los individuos sintomáticos a reposicionar la columna lumbar a una posición neutral después de un disturbio en postura sedente (94), debido tal vez a las deficiencias propioceptivas encontradas en estos sujetos.

En oposición, los estudios de Asell (2006) consideran que los errores de reposicionamiento en sujetos con dolor lumbar son normales, y por tanto deduce que no existen diferencias entre sujetos CDL y SDL. Los disturbios sensoro-motores propios de los sujetos con dolor lumbar son atribuidos a deficiencias en la transmisión de las señales sensoriales (93).

Las diferencias en los resultados de estos dos estudios pueden deberse a la cantidad de población participante en las pruebas: mientras el estudio de Asell utilizó 123 sujetos, de los cuales 92 eran pacientes con dolor lumbar, el estudio de O 'Sullivan (2003) utilizó 30 , de los cuales 15 eran pacientes con dicha patología (94). Además, la exclusión de pacientes que habían sido sometidos a un período reciente de rehabilitación de control motor en el estudio de O'Sullivan puede ser un determinante importante en la diferencia de los resultados encontrada con el estudio de Asell.

Por otra parte, se ha encontrado también que los sujetos con dolor lumbar tienen poca habilidad para detectar cambios en la posición lumbar y los individuos sintomáticos responden tardíamente a la contracción de los músculos del tronco, lo cual aumenta la inestabilidad de la columna vertebral, probablemente debido a una pobre propiocepción. Sin embargo, se pudo mostrar que la fatiga es un factor que deteriora esta habilidad tanto en sujetos con dolor lumbar como en aquellos sin dolor lumbar (94, 95).

Hallazgos sobre respuesta postural de tronco y pelvis

a) Relacionados con el control del movimiento

En el caso de los estudios centrados en el control del movimiento del tronco y la pelvis en postura sedente, se ha encontrado que en condiciones de desequilibrio las personas con dolor lumbar tienen mayor movimiento del tronco y menor movimiento de la pelvis, probablemente asociado a la coactivación de los músculos del tronco, que es mayor (100, 101). De la misma forma, las correlaciones lumbo pélvicas son mayores en los sujetos con dolor lumbar; lo cual sugiere que el movimiento de balanceo del tronco y la cadera se hace como una unidad y no de forma separada, como en los sujetos sin dolor lumbar (100).

También existe evidencia que muestra que la capacidad de controlar activamente los movimientos de la espalda baja es diferente en sujetos con dolor lumbar en comparación con aquellos asintomáticos; lo cual sugiere mayor inestabilidad en la columna que puede producir daños y dolor. Se pudo mostrar que las diferencias dependen de la duración del dolor en el sujeto (99).

b) Relacionados con el rango de movimiento (RoM) lumbar

En cuanto a la amplitud del movimiento lumbar, los estudios en postura sedente reflejan conclusiones diferentes en función de la tarea (con carga o sin carga); muestran que los individuos con dolor lumbar buscan limitar el movimiento del tronco, y se observan menos movimientos de rotación y más flexión lateral que en aquellos asintomáticos en actividades de transporte de carga (16).

Asimismo, en postura sedente prologada se muestra que existen diferencias significativas entre sujetos sintomáticos y asintomáticos cuando realizan tareas de oficina: los sujetos sin dolor lumbar adoptan posturas generalmente estáticas, usando en promedio el 26,5 % de su rango de movimiento (RoM) en comparación con un 61,4 % en promedio de su RoM en personas con dolor lumbar (96); el RoM lumbar en los movimientos de extensión es reducido en comparación con sujetos sanos (97); debido probablemente al síndrome postural de Mackenzie (98), quien manifiesta que en las actividades cotidianas, los sujetos con dolor lumbar tienen mayor flexión del tronco y raramente realizan movimientos de extensión, lo cual conlleva a un pérdida progresiva de la amplitud del movimiento extensor de la columna lumbar.

La frecuencia de los cambios posturales también es elevada y los macromovimientos asociados con la incomodidad y descritos por Vergara (2002) son 2,5 más frecuentes en los sujetos con dolor lumbar; aunque este aumento de la amplitud y frecuencia de los movimientos lumbares no beneficia y no reduce el dolor lumbar; lo cual sugiere que tal vez si los movimientos se realizan de forma lenta y controlada podrían aliviar el dolor (96).

c) Relacionados con el comportamiento postural

Por último, las alteraciones posturales en sujetos con dolor lumbar también han sido estudiadas a partir de la relación entre la asimetría pélvica y el movimiento del tronco en postura sedente.

El estudio de Al-Eisa et al. (2006) muestra que la asimetría pélvica influye en el movimiento del tronco en postura sedente y los mecanismos de compensación son diferentes entre sintomáticos y asintomáticos. De esta forma, la asimetría de la pelvis es compensada con el movimiento de todas las regiones del tronco en sujetos sin dolor lumbar, en comparación con los sujetos con dolor lumbar en los cuales la compensación se realiza solo en la región lumbar. Estos mecanismos de compensación distintos en los sujetos con dolor lumbar ponen la columna en un mayor grado de estrés (102).

Discusión

Este artículo tiene como propósito identificar las teorías que existen sobre la relación entre dolor lumbar y movimiento en postura sedente prolongada, incluyendo estudios en la población de conductores.

De esta forma, la revisión pudo constatar que se conoce muy poco sobre la postura sedente prolongada con dolor lumbar en términos generales, debido a que solo un estudio fue realizado en estas condiciones (96). Además no se encontraron estudios específicamente en la población de conductores.

Hallazgos sobre la relación de la postura sedente prolongada y el dolor lumbar

Uno de los hallazgos más importantes encontrados en esta revisión consiste en que no existen diferencias en los patrones de activación de los músculos entre sujetos CDL y SDL (88, 89); no obstante, los patrones de reclutamiento son diferentes (91, 101); lo cual conlleva a la adaptación postural en los sujetos con dolor lumbar, que aunque mejora la estabilidad de la columna, el patrón de adaptación es inadecuado. Esto eleva la cocontracción de los músculos del tronco, con un consecuente aumento de la carga en el raquis y del dolor. Sin embargo, se desconoce si el implemento de estas nuevas estrategias posturales es el resultado del miedo al dolor o son mecanismos preventivos para evitar el dolor.

Igualmente, aun cuando las estrategias posturales de los sujetos con dolor lumbar pueden ser consideradas adecuadas para mantener estable la columna, la poca capacidad para controlar los músculos de la espalda (99) y para reposicionar la espalda con precisión (94) pueden ser factores agravantes que inducen al dolor lumbar; debido a que los sujetos con dolor lumbar pueden adquirir posturas inadecuadas en los periodos de tiempo en los que no se ha reposicionado correctamente la columna; en ese momento las cargas anormales transferidas al raquis pueden producir daños. Sin embargo, no es claro si esta deficiencia en la habilidad de reposicionar correctamente la columna es debida a una pobre propiocepción (94) o a disturbios en las señales sensoriales (93) o a ambos; tampoco es claro cuál es el grado de importancia de cada uno de ellas en el desarrollo del dolor lumbar. Lo que sí se pudo mostrar es que la fatiga afecta esta habilidad para detectar cambios de la posición lumbar tanto en sujetos con dolor lumbar como en sujetos sin dolor lumbar (95).

La fatiga está presente en la postura sedente prolongada, así como los movimientos para el reposicionamiento de la postura que permiten discipar la tensión acumulada y nutrir los discos. Esto hace suponer que los resultados obtenidos en condiciones de postura sedente podrían ser diferentes de aquellos realizados en postura sedente prolongada. De todas formas, se sabe que los movimientos utilizados por los sujetos con dolor lumbar durante la postura sedente prolongada no reducen el dolor; son movimientos rápidos y de gran amplitud que se convierten en perjudiciales y agravan el dolor lumbar (96).

Se desconoce la relación que tiene la fatiga con estos movimientos de reposicionamiento o si estos últimos favorecen la fatiga acumulada y, en consecuencia, la inestabilidad que agrava el dolor debido a daños en los tejidos o articulaciones.

Por otra parte, que los sujetos con dolor lumbar se muevan más no necesariamente quiere decir que exista menos cocontracción del músculo del tronco. Esta cocontracción puede deberse a los movimientos de reposicionamiento de tronco y pelvis que se realizan simultáneamente, es decir, como si fueran una sola unidad (100), o a la presencia de una carga externa durante la ejecución de una tarea en postura sedente para estabilizar la columna y limitar el movimiento.

Por lo tanto, se puede suponer que en postura sedente prolongada las estrategias posturales utilizadas por los sujetos con dolor lumbar pueden producir más carga en el raquis que en postura sedente normal; debido a la poca habilidad para detectar cambios en la posición lumbar, al aumento de los movimientos de reposicionamiento, a la fatiga acumulada y a la rapidez de los movimientos. Además, la vibración en tareas como la conducción podría ser considerada una carga externa adicional que según los estudios revisados aumentaría la cocontracción para mejorar la estabilidad del raquis, lo cual empeora la situación de los conductores en términos de dolor lumbar.

Según Yamazaki (1992), citado por Andreoni et al. (2002), la postura del conductor depende realmente de las características ergonómicas del diseño del asiento (103). Por tanto, si el asiento permite generar reposicionamientos lentos y controlados, manteniendo la estabilidad de la columna, para liberar la tensión y mejorar la nutrición de los discos, la carga mecánica sobre el raquis sería menor en comparación si estos movimientos, como se hace en un asiento normal, son realizados por el sujeto con dolor lumbar durante la postura sedente prolongada. De ser cierta esta hipótesis, se podría mitigar el dolor lumbar durante la postura sedente prolongada.

Además, estos reposicionamientos controlados por el asiento deberían reducir el reposicionamiento normal del sujeto, llamados por Vergara (2002) macromovimientos (11); lo cual permitiría explicar si el movimiento es debido al dolor percibido o como medida preventiva para evitar el dolor.

Propuesta de un modelo del movimiento en postura sedente con dolor en conductores

Con base en la información revisada se puede suponer que en postura sedente prolongada las estrategias posturales utilizadas por los conductores con dolor lumbar pueden producir más carga en el raquis, lo cual aumenta el riesgo de permanecer en la patología. Con base en lo anterior se puede sugerir algunas de las características intrínsecas y extrínsecas que influyen en la población de conductores. En la Figura 2 se propone un modelo de causalidad que explica en parte la prevalencia de dolor lumbar en esta población:

• La gran amplitud de los movimientos de macroreposicionamiento, unido con la poca capacidad de controlar los músculos de la espalda, que puede aumentar la inestabilidad de la columna.

• La rapidez de los movimientos de macroreposicionamiento, unido con la poca habilidad para conocer la posición de la columna, acentuada por la fatiga. La respuesta tardía de la contracción de los músculos del tronco puede aumentar la inestabilidad de la columna vertebral y la posibilidad de asumir una postura inadecuada.

• El aumento de los movimientos de macroreposicionamiento a partir del movimiento del tronco y pelvis como una unidad, que pueden aumentar la cocontracción de los músculos del tronco.

• La vibración, considerada como una carga externa, puede aumentar la cocontracción para mejorar la estabilidad del raquis.

• La disminución del ROM en los movimientos de extensión lumbar que pueden someter a la columna a una constante flexión, pudiéndose presentar el síndrome postural que está asociado con el DL.

En síntesis, esta revisión permite dejar abiertos varios interrogantes sobre la relación de dolor lumbar y postura sedente prolongada. En primer lugar, no existe evidencia que demuestre si las estrategias posturales utilizadas por los sujetos CDL son el resultado del miedo al dolor o son mecanismos preventivos para evitar el dolor.

Tampoco se ha podido demostrar si la deficiencia en la habilidad para reposicionar correctamente la columna en los sujetos CDL es debida a una pobre propiocepción o a disturbios en las señales sensoriales.

Además se desconoce si la fatiga acumulada influye en la inestabilidad de la columna y, en consecuencia, agrava posiblemente el dolor percibido.

El estudio pudo tener algunas limitaciones que redujeron la posibilidad de encontrar más artículos relevantes para explicar las teorías de movimiento vs. dolor lumbar. No se utilizó un equipo de pares que realizara la revisión en paralelo para luego discutir los resultados. Asimismo, se excluyeron los estudios realizados con animales que podrían proponer otras teorías sobre el tema de interés de esta revisión.

En conclusión, la revisión pudo mostrar que existen diferencias significativas en las estrategias posturales de aquellos sujetos sintomáticos en comparación con los asintomáticos; también pudo explicar cómo se realiza el movimiento en personas con historia de dolor lumbar o con dolor lumbar en condiciones en las que el trabajo demanda postura sedente; en cuanto a la postura sedente prolongada, solo se pudo explicar con certeza desde el rango de movimiento lumbar.

Por último, la revisión mostró que no existe información suficiente que permita determinar si los movimientos tienen efectos perjudiciales que generan más dolor o si estos movimientos son respuestas preventivas o debidas al dolor que se siente cuando se está expuesto a postura sedente prolongada.

Conflicto de interés: ninguno.

Financiación: Pontificia Universidad Javeriana, Universtiy of Texas. Proyecto: PPTA 4167


Referencias

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