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Revista Salud Uninorte

Print version ISSN 0120-5552On-line version ISSN 2011-7531

Salud, Barranquilla vol.34 no.1 Barranquilla Jan./Apr. 2018

https://doi.org/10.14482/sun.34.1.9587 

Cartas al editor

¿Psicofármacos o psicoterapia?

Psychotropic drugs or psychotherapy?

Julio Torales1  * 

Iván Barrios2 

1Profesor de Psiquiatría y Jefe del Departamento de Neurociencias, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3277-7036

2 Ayudante de Cátedra, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. https://orcid.org/0000-0002-6843-7685


Señor editor:

Por muchos años ha existido una tensión entre dos polos opuestos en el tratamiento de los trastornos mentales: el polo biológico, que esgrime que los trastornos psiquiátricos tienen una base orgánica; y el polo orientado psicológicamente, que se enfoca en el rol de los estresores emocionales, traumas infantiles, problemas interpersonales y conflictos intrapsíquicos como agentes causales del desarrollo de las enfermedades. Si bien estos polos todavía están vigentes, y podría decirse que están representados por la psicofarmacología y la psicoterapia, respectivamente, actualmente se ha logrado desarrollar una visión que engloba tanto a los factores biológicos como a los psicológicos y sociales en la etiología y tratamiento de los trastornos mentales 1, 2.

¿Psicofármacos o psicoterapia? Existen dos principales maneras de encarar esta pregunta: por un lado, se podría tratar a la medicación y a la terapia como dos formas de tratamiento útiles por sí solas o en tratamientos combinados de diversas condiciones psiquiátricas, del mismo modo que las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos médicos son utilizados para diversas enfermedades médicas. Por otro lado, a decir de Gómez y Salgueiro, se podría continuar insistiendo en una visión “dicotómica, antitética y confrontativa”, alegando el mérito absoluto o relativo de una sobre la otra, constituyéndose esta posición en una verdadera incoherencia 3.

La psiquiatría se basa, principalmente, en dos modelos: el modelo biomédico, que establece que el concepto de enfermedad implica una anormalidad biológica subyacente (estructura o función anormal en algún lugar del organismo) y que el tratamiento, básicamente biológico, se dirige a la supuesta causa orgánica de la enfermedad mental; y el modelo psicosocial, que pretende ser ecléctico aspirando a integrar, de una forma global y dinámica, la personalidad con los niveles biológicos y sociales 4. Se podría resumir afirmando que las particularidades propias de ambos modelos hacen que terminen siendo complementarios, y no deberían dejar lugar a la confrontación 3.

Las psicoterapias tienen que enfrentarse al reto de demostrar que son tratamientos eficaces mediante estudios controlados, a fin de establecer en qué trastornos están indicadas, cuáles son sus posibles efectos adversos, el tiempo y el modo de aplicación y los criterios de suspensión. Es decir, las psicoterapias deben continuar demostrando, a través de estudios clínicos rigurosos, que son eficaces con niños y adolescentes, adultos y adultos mayores 5, 6. La psicofarmacología, por su parte, debe enfrentarse al extendido problema social que representa buscar la solución -“la curación”- en una pastilla.

Es deber de cualquier médico, no sólo del psiquiatra, determinar, de manera científicamente sustentada, si un paciente se beneficiará de un tratamiento psicofarmacológico, de uno psicoterapéutico, o de una combinación de ambos. Por lo expresado, se hace perentorio continuar en la senda de establecer, de manera precisa, criterios basados en la evidencia y en las particularidades de cada paciente, para la indicación de intervenciones psicoterapéuticas o psicofarmacológicas. Esta tarea deberá ir necesariamente unida a la formación y capacitación de los médicos y otros profesionales de la salud, durante el grado, el posgrado y la educación médica continua.

REFERENCIAS

1. Torales J, Arce A, Zacarías M, Girala N, Moreno M, Szwako A. La Guía TAZ de Psicofarmacología Clínica. Asunción: EFACIM; 2014. [ Links ]

2. Preston J, Johnson J. Clinical psychopharmacology made ridiculously simple. 8.ª ed. Sacramento: MedMaster; 2014. [ Links ]

3. Gómez B, Salgueiro MC. Terapia cognitiva y medicación: un dilema en la trinchera. Revista Argentina de Clínica Psicológica. 2007; 6(3):205-218. [ Links ]

4. Tyrer P. Biopsychosocial models of aetiology and management. In: Bhugra D, Bell S, Burns A, Howes O, editors. The complete psychiatrist. London: RCPsych Publications; 2010. p. 9-16. [ Links ]

5. Chorpita BF, Daleiden EL, Ebesutani C, Young J, Becker KD, Nakamura BJ et al. Evidence-Based Treatments for Children and Adolescents: An Updated Review of Indicators of Efficacy and Effectiveness. Clin Psychol Sci Prac. 2011;18(2):154-172. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1111/j.1468- 2850.2011.01247.xLinks ]

6. Beutler LE. Making science matter in clinical practice: Redefining psychotherapy. Clin Psychol Sci Prac. 2009;16(3):301-317. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1111/j.1468- 2850.2009.01168.xLinks ]

Recibido: 04 de Julio de 2017; Aprobado: 30 de Agosto de 2017

*Correspondencia a: Prof. Dr. Julio Torales. Avda. Mariscal López y Cruzada de la Amistad. Campus Universitario de la UNA, San Lorenzo-Paraguay. Teléfono: +595971683748. Fax: +59521480081 jtorales@med.una.py

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