INTRODUCTION
La relación entre el profesional de la salud, el médico, y el paciente debe ser comprendida como una interacción dialéctica entre dos personas que tienen intereses personales diferentes 1, es un encuentro humano. Dicha relación contiene, en sí misma, una eminente subjetividad e intersubjetividad que va más allá de la dimensión puramente clínica de un diagnóstico o tratamiento 2,3. Como consecuencia, el factor humano en la atención en salud cobra importancia y, por tanto, la valoración de los profesionales (particularmente del campo de la medicina) sobre sus pacientes no se hace solamente según sus competencias cognitivas y técnicas. De esta manera, se ha planteado, en diversas investigaciones, que para una atención de salud humanizada es necesario que los profesionales del área de la salud sean capaces de desarrollar una comunicación empática con sus pacientes 4-14.
La empatía en la atención de salud puede ser entendida como un atributo cognitivo y del comportamiento que implica la capacidad para comprender cómo las experiencias y los sentimientos del paciente influyen y son influidos por la enfermedad y sus síntomas, y la capacidad de comunicar esa comprensión al paciente 15,16. Constituye uno de los elementos necesarios para desarrollar una habilidad comunicacional básica para las relaciones humanas que se realiza, además, en forma voluntaria 15.
Las investigaciones con profesionales del área de la salud indican que la empatía ha estado relacionada, teórica o empíricamente, con diversos atributos, tales como el comportamiento prosocial, habilidad para recabar la historia clínica, aumento del grado de satisfacción del paciente y del médico, mejores relaciones terapéuticas y buenos resultados clínicos 16-24. Se ha planteado, bajo métodos de evaluación con diferentes instrumentos de medición de la empatía desarrollados para la población general como para el área médica, que las mujeres presentan mayores niveles de empatía que los hombres 25,26; sin embargo, los resultados empíricos en la medición de los niveles de este atributo en ambos géneros han resultado contradictorios 27. Por otra parte, se ha propuesto que la empatía es modificable y puede ser desarrollada en forma intencional 25,28, como consecuencia, si esto es así, la "introducción" de la empatía en los procesos de enseñanza-aprendizaje de la formación académica de los estudiantes de ciencias de la salud debiera ser considerada en forma constante durante todo el proceso formativo, todo lo cual implica que las universidades deberían tener un grado de responsabilidad en la formación de este atributo. Por otra parte, la empatía pudiera ser una "variable" que está sometida a la influencia de muchos factores tales como la edad, el género, intencionalidad acerca de la especialidad a seguir en el futuro, curso en que transcurre el estudiante, estructura y clima familiar, personalidad, experiencias empáticas, entorno socio-cultural, escala de valores morales y éticos, entre otros factores; los cuales podrían actuar como "variables" independientes o confundentes (variable de confusión) y, a su vez, podrían contribuir a explicar la variabilidad observada de los niveles de orientación empática encontrada en algunas investigaciones 12,14,15. El objetivo de la presente investigación es medir los niveles de empatía en estudiantes de medicina de la Universidad Metropolitana de Barranquilla.
MATERIAL Y MÉTODOS
Este trabajo es de tipo exploratorio con análisis transversal. La muestra analizada estuvo constituida por los estudiantes de primero a sexto año académico de la carrera de Medicina de la Universidad Metropolitana de Barran-quilla (Colombia) (n = 1581 de un N= 2061). La estratificación por año académico fue la siguiente: primero: 219; segundo: 324; tercero: 258; cuarto: 278; quinto: 359 y sexto: 143. En el factor género, la composición muestral fue la siguiente: femenino: 1146 y masculino: 435. La recolección de datos se realizó en julio de 2016.Alos participantes se les aplicó la Escala de Empatía Médica de Jefferson (EEMJ) en la versión en español para estudiantes de medicina (versión S), validada en México y Chile 1,2. Antes de ser aplicada la EEMJ fue sometida a criterio de jueces (tres académicos relevantes de profesión médico) con el objeto de verificar la validez cultural y de contenido 2. La comprensión de los estudiantes de la escala adaptada culturalmente se realizó mediante una prueba piloto, la aplicación de la EEMJ fue anónima y confidencial (operador neutral) siguiendo criterios bioéticos basados en las normas de Helsinski.
ANÁLISIS ESTADÍSTICO.
Se estimaron las medias y desviaciones estándar. Se aplicó un análisis de varianza (ANOVA) bifactorial (modelo III), con el objeto de encontrar diferencias de las medias entre los años académicos, entre los géneros y en la interacción de estos dos factores, previa verificación de los supuestos de normalidad (test de Kolmogorov-Smirnov) y de igualdad de varianza (Levene), así como la estimación la confiabilidad interna de los datos mediante el alpha de Cronbach general y el coeficiente de correlación intraclase, y los valores de alfa de Cronbach en la medida que se eliminaban cada uno de los elementos (preguntas), T2 de Hotelling y prueba de no aditividad de Tukey.
Posteriormente, se empleó la prueba de comparación múltiple de Tukey, con el propósito de determinar el orden jerárquico de las medias. Los datos fueron descritos mediante gráficos de cajas. El nivel de significación utilizado fue de α < 0,05 y β < 0,20 en todos los casos y procesados mediante el programa estadístico SPSS 20.0.
RESULTADOS
Los resultados de la estimación de las medias, la desviación estándar y el tamaño dela muestra en el factor “Años Académicos” se muestran en la Figura 1 y la combinación de los niveles de ambos factores, se muestran en la Tabla 1.
Los resultados del ANOVA fueron significativos (p=0,001) para el factor "Años Académicos", pero no para el "Género" (p=0,224) y la interacción (p=0,098). El valor de eta cuadrado fue de 1,0 para el factor Año Académico, todo lo cual demuestra que la probabilidad de cometer el error de tipo II es igual a 0,0. El otro factor y la interacción tuvieron valores inferiores al valor de la potencia aceptada (0,80). De estos resultados se puede inferir que el tamaño del efecto de las diferencias estadísticas encontradas es alto. El valor del R2 corregido fue de 0,152; lo cual quiere decir que los factores estudiados explican el 15,2 % de la variación total de la empatía. En la Tabla 2 se observan los resultados de la comparación múltiple de las medias de los Años Académicos. Se encontró que las medias forman cuatro subgrupos con diferencias significativas entre ellas (p<0,05). El primer grupo está constituido por las medias de tercero y quinto año (entre las cuales no existen diferencias significativas (p>0,05). El segundo grupo está formado por las medias de quinto y cuarto año (entre las cuales no existen diferencias significativas (p>0,05), pero, la media de cuarto año si difiere significativamente con respecto a la media de tercer año (p<0,05). El tercer grupo está formado por las medias de sexto y segundo año (entre las cuales no existen diferencias significativas (p>0,05); pero ambas difieren significativamente (p<0,05) de los grupos 1 y 2. Por último, en el cuarto grupo se observa la media del primer año, la cual difiere significativamente (p<0,05) de todos los demás grupos.
En la Figura 2 se muestra la distribución de las medias de los géneros en cada uno de los años académicos. Se observó que el comportamiento es semejante en ambos géneros y ambos decaen de primero a tercero y comienza un leve incremento de los niveles de empatía a partir de cuarto año.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
La investigación realizada en los estudiantes de la Universidad Metropolitana del Programa de Medicina tuvo como objetivo evaluar el nivel de empatía de los estudiantes según género y año de estudio, observándose una diferencia significativa con otros estudios hechos en programas de medicina de universidades latinoamericanas 15-25 donde los estudiantes entran con grandes niveles de empatía y descienden sustancialmente en los años segundo y tercero y después mantienen un comportamiento "in crescendo", mientras que en este trabajo se observó una reducción en el quinto año en comparación con lo observado en el cuarto año. Probablemente esto se deba a factores relacionado con la especificidad de las prácticas formativas, donde los aspectos medico quirúrgicos demandan menos contacto personal con el paciente en comparación con los referidos a la Medicina Interna, Pediatría y Ginecología y obstetricia.
Las prácticas formativas en instituciones hospitalarias con atención de pacientes demandan una mayor formación humanística, además, es mayor la permanencia en los estudios de quienes tienen mayor nivel de empatía, ya que ser empático es una emoción y no cualidad que nace del esfuerzo por comprender la relación asistencial o vinculo del paciente, lo que podría explicar porque se espera que en los últimos años, quinto y sexto el nivel de empatía ascienda.
De esta manera, a medida que el estudiante de medicina comprenda y entienda lo que el paciente siente o piensa, a través de la relación médico-paciente que se instaura en los semestres de clínica y practica hospitalaria, será mejor, en términos empáticos, su atención 28.
Respecto a los semestres de formación, se evidencian diferencias significativas en los extremos del proceso formativo, primero y sexto semestre en comparación con el segundo y tercer año donde se observa un menor nivel de empatía, probablemente ello se deba a la expectativa no colmada frente a lo esperado, explicándose de esa manera los resultados observados, lo que invita a considerar, si se asume que la empatía es enseñable, bien sea desde el currículo oculto, o como parte del currículo oficial, trabajar con los estudiantes su actitud empática desde el inicio de sus actividades formativas, tanto en escenarios de aprendizaje de prácticas formativas, así como en los de actividades teóricas.
En la investigación se destaca que la puntuación obtenida en el primer año no se mantiene en el segundo año y tercer año, mostrando patrones de disminución para los hombres y las mujeres, lo cual, como ya describimos podría guardar relación con el hecho que el estudiante no logre empalmar sus expectativas, contenidas en su imaginario, con lo real de su práctica formativa en el programa, lo que puede promover en él una desmotivación y disminución de sus emociones empáticas frente al ejercicio de las actividades propias de la profesión que estudia.
El estudio demostró que se afecta casi por igual a hombres y mujeres, resultado que difiere de otros estudios que ha mostrado que las mujeres son más empáticas que los hombres, siendo, incluso, en este estudio, en algunos casos mayor el nivel de empatía en los hombres que en las que las mujeres, lo cual puede estar explicados por variables que no fueron objeto de estudio, como, entre otras, la formación del estudiante de medicina durante la educación secundaria y nivel de educación de los padres.
La empatía guarda relación con el comportamiento individual de la calidad humana de cada persona, en este caso de cada estudiante, los cuales construyen su proyecto de vida incidido por su proceso de formación, que para el caso de medicina, demanda, especialmente a partir del cuarto año una íntima relación con el "otro" pretendiendo, tanto desde lo emocional como de lo cognitivo, comprenderlo "poniéndose en sus zapatos", lo que probablemente explique por qué generalmente a partir de ese momento se rompe la llamada "erosión empática", que es más frecuente entre el segundo y tercer año de estudio de medicina 29.