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Lingüística y Literatura

versión impresa ISSN 0120-5587

Linguist.lit.  no.67 Medellìn ene./jun. 2015

 

ARTÍCULOS

LO QUE SANCHO VINO A DECIR Y DESPUÉS TORNÓ A CREER: UN ESTUDIO DIACRÓNICO DE PERÍFRASIS CON VERBOS DE MOVIMIENTO EN DON QUIJOTE*

WHAT SANCHO GOT TO MEAN AND THEN RETURNED TO BELIEVE: A DIACHRONIC STUDY ON PERIPHRASES WITH MOTION VERBS IN DON QUIXOTE

Patricia Fernández Martín

Universidad Complutense de Madrid, patriciafernandezmartin@gmail.com

Recibido: 20/08/2014 - Aprobado: 10/09/2014


RESUMEN

El objetivo de este artículo es profundizar en la evolución diacrónica de cinco perífrasis verbales (ir (a) + infinitivo, ir + gerundio; venir a + infinitivo, venir + gerundio y volver/tornar a + infinitivo), utilizando como texto fuente Don Quijote de la Mancha. Tras ofrecer un concepto de perífrasis aplicable a un estadio de la lengua diferente al actual, analizamos las perífrasis en el texto cervantino, teniendo en cuenta el español medieval y el moderno. La principal conclusión es que, por lo que a las perífrasis se refiere, Don Quijote funciona como un puente lingüístico entre el español medieval y el del siglo xxi.

Palabras clave: Don Quijote, perífrasis verbal, verbos de movimiento, gramática histórica.

 


ABSTRACT

The aim of this paper is to analyze the diachronic evolution of five Spanish verbal periphrases (ir (a) + infinitive, ir + gerund; venir a + infinitive, venir + gerund and volver/tornar a + infinitive), using as main text Don Quixote of La Mancha. After providing a concept of periphrasis useful to study a stadium of language different from ours, we analyze the periphrases in Cervantes' text, taking always into account how they work in Middle Age and Modern Spanish. The main conclusion leads us to consider Don Quixote as a linguistic bridge between the medieval Spanish and the current one, as far as the periphrases are concerned.

Keywords: Don Quixote, verbal periphrasis, motion verbs, historical grammar.

 


1. Introducción

El principal objetivo de este artículo es profundizar en el estudio diacrónico de las perífrasis verbales con tres verbos de movimiento (ir, venir y volver/tornar), utilizando como texto fuente Don Quijote de la Mancha (1605-1615), joya tan literaria como lingüística, y por ello, excelente representante del estado de lengua del español del siglo xvii. Creemos que dicha obra funciona como puente lingüístico perfecto entre el castellano medieval y el moderno, al ofrecer la evidente continuidad en los valores de las perífrasis señaladas, por lo que se muestra como corpus de estudio lingüístico ideal para ampliar nuestros conocimientos de la historia de la gramática española, a los que tratamos de contribuir siguiendo la perspectiva diacrónica de Alicia Yllera (1980), Chantal Melis (2006) y Mar Garachana (2010, 2011), y la sincrónica de Fernández de Castro (1999) y Olbertz (1998), esencialmente, lo que nos sitúa en una perspectiva eminentemente funcionalista-cognitivista (Olbertz, 1998, 2003; Fernández de Castro, 1998; Garachana, 2010, 2011, Melis, 2006).

En nuestro análisis, utilizando las herramientas básicas de la lingüística informática, hemos empleado el corpus electrónico del español dirigido por Mark Davies (www.corpusdelespanol.org), en las siguientes etapas:

1. Empleo del motor de búsqueda para localizar cada uno de los verbos auxiliares en todas sus formas [ir], [venir], [volver], [tornar], con dos palabras a la derecha y ninguna a la izquierda, en el caso de las de infinitivo; y con una a la derecha y ninguna a la izquierda, en el caso de las perífrasis de gerundio, y dentro de colocaciones formadas por infinitivo ([VR*]) o gerundio ([VPS*]), según corresponda.

1.1. El siglo seleccionado es el xvi (pues en este siglo se encuentra etiquetado el Quijote) y las perífrasis que consideramos más relevantes dentro del período elegido son ir (a) + infinitivo, ir + gerundio, venir + gerundio, venir a + infinitivo y volver/tornar + infinitivo.

1.2. El motivo de una búsqueda tan acotada se encuentra, principalmente, en el hecho de que cuanto más lejos aparezca la forma no personal de la construcción, mayores son las probabilidades de que no forme perífrasis verbal, al permitir la inserción de un argumento propio del verbo de movimiento entre dicha forma no conjugada y el auxiliar.

2. Localización de los ejemplos más relevantes en el CORDE para detectar la página exacta de la que han sido extraídos, ya que en el Corpus del español de Mark Davies no se ofrece la página del texto que se analiza.1

2. La perífrasis verbal: hacia un concepto prototípico

Para comprender el concepto de perífrasis verbal, asumimos como necesaria la teoría cognitivista del prototipo (Croft y Cruse, 2008, p. 107; Fernández Martín, 2012), según la cual existe un ideal de perífrasis que va a cumplir al completo con todos los requisitos que le exijamos, los cuales, dada la naturaleza analítica del concepto, han de ser pruebas sintáctico-morfológicas que nos permitan, sencillamente, delimitar nuestro objeto de estudio, independientemente de motivos ontológicos externos, es decir, independientemente de que existan más perífrasis fuera de él (Fernández Martín, 2014).

Por tanto, creemos que lo más adecuado para analizar nuestro objeto de estudio consiste en seleccionar, en un primer momento, algunas pruebas-rasgo de manera eliminatoria, es decir, de forma excluyente, de modo que cada una sirva para clasificar como perifrásticas ciertas construcciones y dejar al margen otras. En una segunda fase, nuestro concepto de perífrasis verbal va a enriquecerse sobre la base del excelente libro de Olbertz (1998). Nos parece muy adecuada su sistematicidad para nuestros propósitos, porque, por un lado, las pruebas establecidas para defenderlo resultan relativamente aplicables a los textos de los siglos áureos, debido a su sencillez y claridad; por otro, porque permite una perspectiva gradual del concepto de perífrasis verbal, acorde con el modelo del prototipo que suponga calificar a una construcción de "más" o de "menos" perifrástica y nunca de "perifrástica" o "no perifrástica" en términos absolutos; y, finalmente, porque encaja también con nuestra perspectiva dinámica de la historia de la lengua, que es la que pretendemos ofrecer aquí en el estudio de dichas perífrasis.

Así pues, las dos características perifrásticas básicas son: el filtro morfológico, es decir, que la construcción esté formada por un verbo conjugado y una forma no personal (infinitivo o gerundio), la primera de ellas unida, en nuestro caso, por la preposición a (ir a + infinitivo, venir a + infinitivo); y la identificación del agente entre ambas formas verbales, lo que descarta como perifrásticas las construcciones causativas.

Las dos pruebas-rasgo para determinar la naturaleza perifrástica de las construcciones que nos atañen son la sustitución y la omisión (Olbertz, 1998, p. 31 ss.). La primera consiste en comprobar si la forma no conjugada del verbo es realmente un verbo y no un sustantivo (perífrasis de infinitivo) o un adverbio (perífrasis de gerundio), sustituyendo las formas no personales por otras expresiones lingüísticas como un nombre (Me fui a trabajar à Me fui al trabajo; No tengo que narrar toda la historia à*No tengo que la narración de toda la historia) o el pronombre eso (Me fui a eso vs.*No tengo que eso), en el caso de las de infinitivo, o así (Tu amigo viene siendo un poco listillo últimamente à *Tu amigo viene así últimamente), en el caso de las de gerundio.

La segunda prueba reside en elidir la forma no conjugada, de manera que en las construcciones perifrásticas resulte agramatical el resultado, debido a la unión nuclear existente entre los verbos (¿Vas a empezar? à *Sí, claro que voy; *Tu amigo viene à *¿Cómo viene?), mientras que en las construcciones léxicas el resultado es aceptable (Me fui a trabajar à Me fui; Esos jóvenes vienen por la carretera cantando locamente à Esos jóvenes vienen).

Este es, por tanto, nuestro concepto de perífrasis verbal, a lo que hay que añadir dos matizaciones fundamentales. Por un lado, conviene recordar que las manipulaciones, mayoritariamente, surgen a partir del lenguaje actual, que es la variante diacrónica mejor conocida por la investigadora, por tratarse de su lengua materna, lo que puede suponer algún que otro inconveniente (en el que no entraremos en este trabajo) a la hora de seleccionar una construcción áurea como perifrástica o no perifrástica.

Por otro lado, resulta necesario indicar que los tres verbos de movimiento seleccionados para su análisis no siempre conforman perífrasis, por lo que debemos tomar nuestra propuesta desde una perspectiva gradual a un doble nivel: el puramente diacrónico, según el cual una perífrasis se construye a lo largo de los siglos mediante un complejo proceso de gramaticalización (Yllera, 1980; Melis, 2006; Garachana, 2010, 2011) que afecta a la interrelación entre el verbo conjugado y el no conjugado; y el nivel sincrónico, en el cual una misma construcción puede funcionar como perífrasis en unos casos y como construcción disjunta en otros. De ahí, creemos, la necesidad de trabajar con un concepto prototípico que funcione como núcleo de la categoría analítica y permita, así, considerar otros ejemplos que se alejen de él, sencillamente, como menos prototípicos.

Para este trabajo, descartamos como objeto de estudio las construcciones que no son perifrásticas, motivo por el cual ofrecemos primero la aplicación de dichas pruebas a las estructuras correspondientes, para descartar aquellos casos en que son disjuntas. Asimismo, dejamos de lado las construcciones de participio conformadas por los verbos de movimiento mencionados, porque se encuentran, a nuestro juicio, más cerca de las estructuras disjuntas que de las perifrásticas (Olbertz, 1998, p. 38 ss.; Fernández de Castro, 1999, p. 97 ss.) y porque la naturaleza misma del participio es lo suficientemente compleja como para merecer un estudio aparte (Fernández Martín, 2012). Tampoco vamos a estudiar, finalmente, construcciones atípicas de la lengua española como venir de + infinitivo (RAE, 2009, § 28.9t), y dejamos para posteriores trabajos las estructuras con andar o llegar, de consolidación postclásica (Melis, 2006).

En síntesis, nuestro estudio va a centrarse en los valores semántico-cognitivos que cada perífrasis ofrece a lo largo de su historia, siempre que funcione como perífrasis y no como un mero verbo de movimiento, lo que nos permitirá trazar una línea aproximada de la evolución de cada una de ellas desde el Medievo hasta la actualidad, tomando siempre como referente la monumental obra cervantina. A este respecto, cabe señalar que seguimos la denominación de las etapas de la lengua española como habitualmente se hace en gramática histórica: el castellano medieval comprende los siglos xii al xv (Yllera, 1980); el clásico (o áureo o de los Siglos de Oro) abarca aproximadamente los dos siguientes siglos (Melis, 2006; Keniston, 1937); el español posclásico hace referencia al xviii y al xix (Melis, 2006; Garachana, 2010, 2011) y, finalmente, el español contemporáneo o actual alude al castellano de los siglos xx y xxi.

3. Las perífrasis verbales de movimiento en Don Quijote

3.1. Perífrasis con ir

Ir a + infinitivo pasa sin problema el filtro morfológico puesto que consta de un verbo que se conjuga, una preposición y otro verbo en forma no personal, en este caso, en infinitivo, y también cumple con la restricción de la identidad agentiva, dado que el agente que realiza la acción de ir es el mismo que el que realiza la denotada por el infinitivo.

En la inmensa mayoría de los casos, esta construcción no forma perífrasis verbal:

  1. De allí a dos días se levantó don Quijote, y lo primero que hizo fue ir a ver sus libros (DQ, 89).
    1. Y lo primero que hizo fue ir a eso
    2. Y lo primero que hizo fue ir a sus libros
  2. [...] luego en aquel mismo instante fui a decirle a mi padre lo que deseaba [...] (DQ, 264).
    1. fui {a eso / y se lo dije}
    2. fui a mi padre [a decirle lo que deseaba]

En otros casos (una decena), sin embargo, al aplicarles las pruebas de sustitución y de omisión, los resultados dejan entrever la naturaleza perifrástica de los ejemplos. Así, en el primero de los siguientes ejemplos, de interpretación ambigua, el valor intencional (y de acción interrumpida) se encuentra patente gracias, en parte, al aspecto gramaticalmente imperfectivo del tiempo en que se encuentra el verbo ir, mientras que en el siguiente ejemplo la lectura perifrástica parece más clara (10):

  1. [...] el miedo y ruido [...] le hizo volar por la campaña hacia el lugar donde iban a hacer la fiesta (DQ, 715).
    1. ?hacia el lugar donde iban a eso
    2. ?hacia el lugar donde iban a la fiesta
  2. Ya le iba a dar las gracias don Quijote, cuando sintieron a sus espaldas un ruido como de tropel de caballos [...] (DQ, 1120).
    1. *ya le iba a eso
    2. *ya le iba

 

Ir + gerundio, por su parte, no sólo supera el filtro morfológico y la restricción de la identificación de agentes, sino que además pasa las pruebas de la sustitución (a) y de la omisión (b), constituyentes del concepto prototípico de perífrasis verbal defendido aquí, por lo que, en una cincuentena de ejemplos, el gerundio no puede interpretarse como un complemento circunstancial de modo (15-20):

  1. Ven acá, mentecata e ignorante (que así te puedo llamar, pues no entiendes mis razones y vas huyendo de la dicha) [...] (DQ, 668).
    1. *y vas así
    2. *y vas de la dicha
  2. Yendo, pues, caminando nuestro flamante aventurero, iba hablando consigo mesmo y diciendo [...] (DQ, 46).
    1. *iba así
    2. *iba consigo mesmo

En otros casos, sin embargo, la interpretación perifrástica parece más compleja, debido fundamentalmente a una ambigüedad en la superación de las pruebas:

  1. [...] y harta desventura ha sido topar con vos, que vais buscando aventuras (DQ, 204).
    1. ?que vais {así / en busca de aventuras]
    2. *que vais aventuras
  2. ¿Por dicha vas caminando a pie y descalzo por las montañas rifeas [...]? (DQ, 870)
    1. ?vas así a pie
    2. vas a pie y descalzo por las montañas

Por último, en una minoría de ejemplos aparece una construcción claramente léxica:

  1. Habléla, pero no me respondió palabra; antes, me volvió las espaldas, y se fue huyendo con tanta priesa, que no la alcanzara una jara (DQ, 826-827).
    1. Se fue así
    2. Se fue con tanta priesa

 

En el presente trabajo nos centraremos en analizar los ejemplos con valor  perifrástico, siquiera ambiguamente, y dejaremos de lado aquellos en que solo quepa una interpretación disjunta.

3.1.1. Ir (a) + infinitivo

No es sencillo distinguir entre el significado temporal (futuro) e intencional de la perífrasis ir a + infinitivo en los textos medievales, dado que en muchas ocasiones se encuentran sumamente cercanos. Así, por ejemplo, en "Doña Ximena al Çid la manol va besar" (Cid, 369, ap. Yllera, 1980, p. 140), no existe una intencionalidad pura sino que el auxiliar mantiene, probablemente, un significado originario de movimiento que impide interpretarlo como una mera intención o un futuro próximo (Yllera, 1980, § 2.2.4.2). 

Por otra parte, esta construcción podía usarse durante el Medievo para expresar un ruego en primera persona del plural con el auxiliar en presente de subjuntivo, sin que desapareciese por ello la idea de movimiento ("Vayamos posar, ca la çena es adobada", Cid, 1531, ap. Yllera, 1980: 149). Esta estructura se considera así pleonástica por ser este el único valor del subjuntivo (Yllera, 1980, § 2.2.5.3).

Dejando de lado la posible diferencia entre las variantes con preposición (ir a + infinitivo) y sin ella (ir + infinitivo) (Yllera, 1980, p. 173), esta perífrasis aparece siempre con un mínimo de gramaticalización a partir del siglo xiv, por lo que difícilmente se puede hablar de construcción conjunta en períodos anteriores, y sí resulta frecuente su empleo pleonástico, equivalente, en el siguiente ejemplo, a un pretérito perfecto simple: "El ayo dixo: "Sseñor, / el que vos fue consejar / dióvos el consejo mejor"" (El poema de Alfonso XI, 181ac, ap. Yllera, 1980, p. 173). Este uso pleonástico llegará, al menos, hasta dicho siglo, momento en el cual se hará muy frecuente, especialmente en el verso (Yllera, 1980, p. 173).

Durante esa época también ofrecía una visión de una acción inminente generalmente frustrada, con el auxiliar en imperfecto ("sy non que lo reçebistes en los braços quando yo me yua derribar con el de los andamios commo muger salida de entendimiento", El libro del cavallero Zifar, 68, 21-23, ap. Yllera, 1980, p. 162).

Finalmente, el valor más importante de esta construcción es el de futuro próximo, aparentemente creado poligenéticamente en época tardía (finales de la Edad Media), aunque existiera en latín la construcción ire + supino o infinitivo, y supino activo + iri para expresar un infinitivo de futuro pasivo (Yllera, 1980, p. 171).

Comprobemos ahora cómo aparecen en el español clásico los valores medievales citados de ruego u orden ("vamos todos a suplicalle", Lazarillo, 62,15 ap. Keniston, 1937, p. 463), acción inminente frustrada ("assí iva yo a decir", Lope de Rueda, 188, 23, ap. Keniston, 1937, p. 463) o futuro próximo ("en mis patadas siente que le voy a echar cebada", Tragicomedia de Lisandro y Roselia, 25, 3 ap. Keniston, 1937, p. 463):

  1. [...] que buen siglo hayan y buen poso (iba a decir al revés) los que estorban que se casen los que bien se quieren (DQ, 784; valor de acción inminente frustrada [3].
  2. -Todo eso es verdad -dijo don Quijote-; pero no sé dónde vas a parar. -Voy a parar -dijo Sancho- en que vuesa merced me señale salario conocido de lo que me ha de dar cada mes el tiempo que le sirviere [...] (DQ, 680; en ambos casos el valor de futuro inmediato no puede separarse del intencional [4], parafraseables, respectivamente, a 'dónde quieres llegar' o 'quiero parar en'; también se puede entender cierto valor culminativo [13]).
  3. Fuéronse a comer, y la comida fue tal como don Diego había dicho en el camino que la solía dar a sus convidados: limpia, abundante y sabrosa (DQ, 776; valor pleonástico, equivalente a un pretérito perfecto simple 'comieron'; también interpretable no perifrásticamente 'marcharon para comer').

Saltando el español contemporáneo, menos estudiado (Melis, 2006; Garachana, 2010, 2011) y llegando, directamente, al actual, cabe destacar los siguientes valores (Gómez Torrego, 1999, § 51.3.2.1; RAE, 2009: § 28.8; Garachana, 2011): el aspecto incoativo (Vámonos a casa, que va a llover); la temporalidad futura inmediata, bien en la realidad física (Dentro de unos segundos va a dar comienzo el partido), bien en la realidad psicológica (Dentro de unos años vamos a construir una casa); la intención, ya sea potencial (Vais a creer que estoy loco, pero aun así os lo diré = 'posiblemente creáis que estoy loco') o de inoportunidad (¿Ahora te vas a duchar, con lo tarde que es?) y, en relación con ella, la acción frustrada (Me iba a levantar cuando sonó la explosión); el valor conativo, para modificar la voluntad del interlocutor (¡Eso se lo vas a contar a quien yo te diga!); o el valor imperativo, bien en presente de indicativo, en oraciones afirmativas (¡Vamos a estudiar un poquito, eh!), bien en presente de subjuntivo, en oraciones negativas (¡No vayas a estropeármelo ahora!); y un valor escalar o culminativo próximo al de acabar + gerundio o terminar por + infinitivo (Fue a chocar contra un árbol).

Como ocurre con ir + gerundio (cfr. infra), en la novela cervantina también observamos algunos de estos valores modernos:

  1. -¿Adónde vas a parar, Sancho, que seas maldito? -dijo don Quijote-. Que cuando comienzas a ensartar refranes y cuentos, no te puede esperar sino el mesmo Judas, que te lleve (DQ, 786; valor conativo; también posible valor culminativo [11]).
  2. Ven, hijo, y vamos a buscar donde me embosque (DQ, 699; valor imperativo).

En síntesis, la evolución de la perífrasis mencionada es la siguiente (Yllera, 1980, p. 171): en el siglo xiii, ir (a) + infinitivo indicaba la disposición para la acción y la acción futura no inmediata; en el siglo xiv expresa la acción inminente, por lo general, frustrada; bien entrado el siglo xv, formará el futuro próximo (Yllera, 1980, p. 171) y comenzarán los primeros significados modales, una vez se ha concluido la gramaticalización de a, si bien no será hasta épocas posteriores cuando se expanda el uso temporal. De todo lo cual hay, como vemos, muestras en mayor o menor medida en el Quijote y, restos, en el español actual.  

3.1.2. Ir + gerundio

Como suele ocurrir con estas perífrasis, en los textos antiguos del siglo xii resulta complejo determinar cuándo esta construcción es perifrástica y cuándo en ella el gerundio funciona como un complemento circunstancial de modo (Yllera, 1980, p. 58). Así, partiendo del significado literal del verbo de movimiento ("Los que ivan mesurando", Cid, 1513, ap. Yllera, 1980, p. 58), acaban apareciendo los demás valores (Yllera, 1980, § 1.1.4.1.3.1), entre los que cabe distinguir fundamentalmente dos: a) progresivo, que indica la acción realizada gradualmente ("Vio los sos commos van allegando", Cid, 791, ap. Yllera, 1980, p. 59) o con dificultad ("Prendiendo de vos e de otros ir nos hemos pagando", Cid, 1046, ap. Yllera, 1980, p. 59); y b) inceptivo-continuativo, que implica el comienzo de una acción que se prolonga ("Alegrando se va mio Çid con todos sos vassallos", Cid, 568, ap. Yllera, 1980, p. 59). Se puede pensar en un valor cursivo, que presenta la acción en su desarrollo ("con Minaya Álbar Fáñez él se va consejando", Cid, 1256, ap. Yllera, 1980, p. 59), no muy lejano, en realidad, al meramente progresivo.

Así, el origen de la perífrasis puede encontrarse en la aparición del verbo ir con verbos de movimiento, ya en la siguiente centuria, tanto en construcciones donde conserva su significado propio ("ir corriendo", Primera Crónica General, 72b, 13-14, ap. Yllera, 1980, p. 64) como en aquellas otras en las que funciona claramente como auxiliar ("fue saliendo el sol", Historia Troyana, 114, 2, ap. Yllera, 1980, p. 64). 

Los principales valores de las construcciones durante dicho siglo xiii no varían con respecto a los que aparecían para el siglo anterior, tanto en verso como en prosa (Yllera, 1980, § 1.1.4.1.3.1). Se da un ir + gerundio progresivo, tanto con verbos que indican cambio como con verbos que no lo indican e incluso con verbos de movimiento general; un valor inceptivo-continuativo, especialmente con reflexivos y con los adverbios ya, luego, después o de allí que podría incluir otro puramente continuativo dado que la acción continúa desarrollándose.

Estos mismos valores son los que presentará también durante los siglos xiv y xv (Yllera, 1980, § 1.1.4.1.3.3): progresivo ("E ívanles respondiendo / donzellas de gran altura", El poema de Alfonso XI, 401ab, ap. Yllera, 1980, p. 66) e inceptivo-continuativo ("irá ya dejando de ver nuestro viso", El laberinto de la fortuna, 287c, ap. Yllera, 1980, p. 67) y continuativo ("luego rrespondio Job, diziendo: "¿Fasta quando / con tan cruas palabras me ydes manzallando?"", Poesías del Canciller, 1118ab, ap. Yllera, 1980, p. 66).

Por lo que respecta a la perífrasis en el Siglo de Oro, época en que aún aparece especialmente con verbos de movimiento (huir, correr, caminar... [9]), se siguen manteniendo los valores medievales, esto es, progresivos ("Como yva tentando si era allí el mesón", Lazarillo, 25, 25 ap. Keniston [1935, p. 469]), inceptivo-continuativos ("Paresce que me voy acordando ya", Lope de Rueda, 36, 19, ap. Keniston [1937: 469]) y continuativos ("Id leyendo, Sabino, en él", De los nombres de Cristo, I, 24, 20, ap. Keniston [1937: 469]), posibles herederos de los cursivos medievales:

  1. [...] echaban de ver que su señor por momentos iba dando muestras de estar en su entero juicio (DQ, 625; valor progresivo [5]).
  2. [...] sosegándole [a Rocinante] don Quijote, se fue llegando poco a poco a las casas, encomendándose de todo corazón a su señora, suplicándole que en aquella temerosa jornada y empresa le favoreciese [...] (DQ, 218; valor inceptivo-continuativo [6]).
  3. Quedé yo viuda y desamparada, y con hija a cuestas, que iba creciendo en hermosura como la espuma de la mar (DQ, 1020; valor continuativo).

Finalmente, en el español actual, el principal valor de esta perífrasis es el de duración (La gente iba diciendo que éramos unos traidores), que denota la acción en progreso (Garachana, 2011). Sin embargo, hay más valores que debemos tener en cuenta (Yllera, 1980, § 1.1.4.1.2; 1999, §§ 52.1.4.1-52.1.4.4; RAE, 2009, § 28.13): a) aspecto incoativo-progresivo, según el cual se focaliza el principio de la acción y a la vez su progreso (Se va haciendo tarde); b) aspecto incoativo en modalidad imperativa, utilizado como su nombre indica para dar órdenes que hacen referencia al principio de la acción (Ve poniendo la mesa = empieza a ponerla); c) el aspecto durativo-distributivo-reiterativo, que indica la repetición de la acción que dura lo suficiente como para que se pueda hacer una y otra vez (Juan se iba parando en todas las tiendas de motos que veía); d) valor descriptivo, consecuencia del aspecto durativo, típico del lenguaje literario (Las grandes montañas iban dando paso a un paisaje agreste y desolador).

Resulta altamente interesante comprobar cómo algunos de estos valores, típicos del español contemporáneo, ya se encuentran en la obra cervantina, lo que viene a demostrar la enorme actualidad lingüística del texto:

  1. [...] de la mesma manera que yo lo voy contando, lo cuentan todos aquellos que están enterados en la verdad deste caso (DQ, 837; valor durativo).
  2. Tenga vuestra merced cuenta en las cabras que el pescador va pasando [...] (DQ, 214; valor durativo-distributivo-reiterativo).
  3. De tal manera y por tan buenos términos iba prosiguiendo en su plática don Quijote, que obligó a que, por entonces, ninguno de los que escuchándole estaban le tuviese por loco (DQ, 444; valor descriptivo).

Como conclusión, puede esgrimirse que la estructura ir + gerundio adquiere el rango de perífrasis a partir del significado figurado que le otorga el matiz de 'acción vista en curso', y que permite posteriormente configurar los demás valores: cursivo, progresivo, inceptivo-continuativo y continuativo que, comenzando a forjarse en la Edad Media, se consolidan en el español áureo y se mantienen, prácticamente intactos, hasta la actualidad (Yllera, 1980, § 1.1.4.1.4).

3.2. Perífrasis con venir

A venir a + infinitivo se le pueden aplicar las pruebas de sustitución (a) y omisión (b), puesto que puede comprobarse fácilmente que supera el requisito del filtro morfológico (verbo conjugable + nexo + verbo en forma no personal) así como la restricción de la identidad agentiva (correferencia entre el sujeto del verbo venir y el agente del infinitivo). La conclusión es que puede funcionar como perífrasis en unos casos (21, 26), pero no en otros (22):

  1. Allí concertaron que el Capitán y Zoraida se volviesen con su hermano a Sevilla y avisasen a su padre de su hallazgo y libertad, para que, como pudiese, viniese a hallarse en las bodas y bautismo de Zoraida (DQ, 499).
    1. *para que [...] viniese a eso
    2. *para que [...] viniese en las bodas
  2. Siendo esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes no le deseches ni le afrentes (DQ, 971).
    1. si acaso viniere {a eso / para eso}
    2. si acaso viniere

 

En cuanto a venir + gerundio, cumple con ambos requisitos para ser analizada como posible perífrasis verbal: pasa el filtro morfológico por estar compuesta por un auxiliar conjugable, venir, y una forma no personal como es el gerundio, y supera la restricción de la identidad de agentes porque el sujeto del verbo venir coincide siempre con el que realiza la acción denotada por el gerundio. No obstante, no en todas las ocasiones ofrece la agramaticalidad de las pruebas de sustitución (a) y de omisión (b):

  1. Queríale responder Sancho, cuando se lo estorbó ver que por aquella campaña venía huyendo una liebre (DQ, 1210).
    1. venía así
    2. venía una liebre

En una decena de ejemplos, sin embargo, sí aparece como perífrasis, puesto que las pruebas producen ejemplos agramaticales (24) o, cuando menos, ambiguos (25):

  1. ¿No oyes lo que viene cantando ese villano? (DQ, 698)
    1. *lo que viene así
    2. *lo que viene
  2. Sucedió, pues, que así como yo me mostré y mis compañeros, todos los demás escondidos que nos vieron se vinieron llegando a nosotros (DQ, 478).
    1. *se vinieron así
    2. ?se vinieron a nosotros

Pasamos ahora a analizar ambas perífrasis desde la Edad Media hasta la actualidad.

3.2.1. Venir a + infinitivo

El origen de esta perífrasis se encuentra en la construcción latina venire ad + infinitivo, de la cual surgirán diversos valores, como el efectivo (vino a ser jefe) y aproximativo (esto viene a costar 1000 euros), frecuentemente con un matiz de hecho accidental (Yllera, 1980, p. 189).

Como ocurría con otras perífrasis (cfr. §§ 3.1, 3.3), resulta complejo decidir cuándo comienza a tener un significado verdaderamente perifrástico, inferido por un claro alejamiento semántico del verbo auxiliar y, concretamente, por una metaforización del espacio al tiempo.

Así, en el Cid esta construcción aparece con un significado de 'llegar a una acción' (punto temporal) ("la vin fer", 3131, ap. Yllera, 1980, p. 189), que comenzará a ser perifrástico en el siglo xiii ("et por la razon que uiniessen a entender los saberes", Primera Crónica General, 3a, 36, ap. Yllera, 1980, p. 190) y culminará en el siglo xiv, convertida ya en plena perífrasis ("e quando vyno a ser en çinta del quarto", Sumas de historia troyana, 73, 4, ap. Yllera, 1980, p. 190).

Durante el siglo xv, también frecuente, la estructura significa en algunas ocasiones 'acertar a' (significado aproximativo) ("el mesmo Absalon, discurriendo por las esquadras, [ve]nia a pasar so vn robre que tenia las ramas entensas en grand espesu[ra]", Cancionero de Juan Fernández de Ixar II, 460, 38, ap. Yllera, 1980, p. 190), en lugar de 'llegar a', como en épocas anteriores. Incluso, puede implicar un matiz de acción fortuita, accidental, imprevista ("Dizen que el rrey de Rravena seyendo rrustico vino a ser rrey", Libro de los Exenplos por A.B.C., 81, 1982, ap. Yllera, 1980, p. 190).

En el español del siglo áureo nos encontramos estos dos principales valores medievales: el de 'llegar a una acción' ("quando viene a hablar latin, no se conforma con decir ita", Diálogo de la lengua, 349,10, ap. Keniston, 1937, p. 468) y el de 'acertar a' ("ella había venido a ser monja por solo leer lo que dice el evangelio", Cartas de Santa Teresa, 12, 16, ap. Keniston, 1937, p. 468). En el Quijote, sin embargo, sólo hemos encontrado el primero (21, 26), quizá debido a la escasa importancia cuantitativa que tiene venir a + infinitivo en época clásica (una cinquena de casos perifrásticos en la obra):

  1. Dijo también como su señor [...] se había de poner en camino a procurar cómo ser emperador [...], y era cosa muy fácil venir a serlo, según era el valor de su persona y la fuerza de su brazo (DQ, 296; valor de 'llegar a una acción').

Del proceso que media entre el significado, en el siglo xiii, de 'llegar a una situación' y, a partir del xiv, 'acertar a suceder' (Yllera, 1980, p. 191) pueden deducirse los principales valores de la perífrasis en la actualidad (Gómez Torrego, 1999, § 51.3.3.1; Garachana, 2010, p. 76 ss.): aproximativo, según la cual se expresa un hecho de manera próxima semejante al de parecer (RAE, 2009: § 28.9s), como en Esto habrá venido a costar unos 500 euros; perfectivo-durativo (terminativo o imperfectivo-terminativo), como en el ejemplo Aquel dinero vino a solucionar mi problema (RAE, 2009: § 28.9r); intencional como en ¿Se puede saber qué vienes a decir con eso?; intensivo-reiterativo, generalmente con el verbo venir en tercera persona del singular del presente de subjuntivo y con un matiz semántico de fastidio: Y ella venga a hablar, ¡y que no se callaba! (Gómez Torrego, 1999, p. 3343).

No hemos localizado ninguno de ellos en la obra cervantina, lo que sin duda da la razón a Melis (2006) y a Garachana (2010, 2011), cuando afirman que los valores modales de esta perífrasis aparecen, como muy pronto, en el siglo xviii y no cuentan con huellas aparentemente rastreables en época medieval (Yllera, 1980, p. 189 ss.).

3.2.2. Venir + gerundio

La perífrasis venir + gerundio, poco frecuente en la Edad Media, aparece a partir del empleo de venir con verbos de movimiento en cuyas estructuras conserva el significado léxico original (Yllera, 1980, p. 72), como ocurre, de hecho, en el Quijote, donde aparece con huir, caminar, correr, acercar... cuya naturaleza perifrástica resulta, por tanto, ambigua (cfr. supra). A partir de su empleo con verbos que significan 'acercarse' o 'allegarse', se va forjando su utilización perifrástica, debido a la paulatina adquisición, por parte del verbo, del matiz 'acercarse el tiempo' (Yllera, 1980, p. 73).

En efecto, durante los siglos xiv y xv venir + gerundio, dentro de la poca frecuencia con la que aparece, se da con llegarse, acercarse y allegarse y un sujeto inanimado (el tiempo, la muerte) y durante el siglo xvi, en prosa, la significación se relaciona con la determinación temporal que suponía un acercamiento cronológico al presente (Yllera, 1980, § 1.1.4.2.4; Olbertz, 2003): "vino una perdiz volando" (Lorenzo Galíndez Carvajal, 447,18 ap. Keniston, 1937, p. 469); "riéndose viene" (Lope de Rueda, 189,13 ap. Keniston, 1937, p. 469).

En el siglo siguiente, se mantienen los significados típicamente medievales, con verbos como acercar (27), llegar (25) y sujetos inanimados (28):

  1. [...] perdiendo alguna parte del miedo, poco a poco se vinieron acercando hasta donde claramente oyeron las voces de don Quijote (DQ, 767).
  2. [...] todos juntos daban manifiestas señales que el día que al aurora venía pisando las faldas había de ser sereno y claro (DQ, 929).

Sin embargo, también empieza a vislumbrarse alguno de los valores que primarán en el español actual (cfr. infra), lo que nos permite deducir que su completa gramaticalización tuvo lugar durante los siglos del español posclásico:

  1. Luego, acabado este pleito, entró en el juzgado una mujer asida fuertemente de un hombre vestido de ganadero rico, la cual venía dando grandes voces, diciendo [...] (DQ, 996; aspecto durativo-frecuentativo-reiterativo).
  2. Don Quijote, que le pareció que ya su enemigo venía volando, arrimó reciamente las espuelas a las trasijadas ijadas de Rocinante [...] (DQ, 743; valor descriptivo, intensificador).

En la actualidad, venir + gerundio expresa esencialmente un aspecto durativo-frecuentativo-reiterativo, que permite que la acción tenga lugar una y otra vez a lo largo de un período de tiempo extenso, siempre con matiz de acercamiento hacia el presente (He venido luchando durante cincuenta años contra esta enfermedad); una modalidad de aproximación (Vienen aprobando cinco de cada veinte estudiantes), que tiende a ser más frecuente con venir a + infinitivo (Olbertz, 2003); y un valor descriptivo, como consecuencia del aspecto durativo (El río se venía desbordando según avanzaban en la excursión) (Yllera, 1980, § 1.1.4.2.2, 1999, §§ 52.1.4.7-52.1.4.11; RAE, 2009, §§ 28.14i-28.14s; Garachana, 2011).

Como principal conclusión, parece muy complejo encontrar ejemplos completamente perifrásticos de venir + gerundio en el español de los Siglos de Oro. No obstante, algunos de los casos aquí esgrimidos pueden demostrar que bien podríamos encontrarnos en la época áurea en el principio del proceso de metaforización espacio-temporal, que culminaría probablemente ya en el siglo xix (Melis, 2006).

3.3. Tornar/volver a + infinitivo

La perífrasis tornar {a/de} + infinitivo va a desarrollar dos significados metafóricos que darán lugar a sendas perífrasis verbales (31-33), dado que supera las pruebas de la sustitución y la omisión.

Por un lado, hasta el siglo xiv aproximadamente, expresa un significado incoativo, que destaca el comienzo de la acción o su realización ("e torno a lidiar con el; et uenciol Julio Cesar otra uez", Primera Crónica General, 84a, 28-29, ap. Yllera, 1980, p. 197). Este significado se forma a partir de la idea original de 'dar vueltas en el torno', de donde surge la metonimia que permite relacionar la imagen de la vuelta incompleta con el significado temporal de 'ponerse a hacer algo, empezar a hacer algo', como en el ejemplo "Alegras le el coraçon e tornos a sonrrisar" (Cid, 1266, ap. Melis, 2006, p. 908).

Por otro lado, ya en el siglo xiv se consolida el valor iterativo ("tornol a dezir", El conde Lucanor, 56, ap. Yllera, 1980, p. 198), que se mantiene también en el xv ("Aquí fyso fin, tornando a dormir", Cancionero de Juan Fernández de Ixar, II, 627, 72, 36, ap. Yllera, 1980, p. 198), aunque en esta segunda centuria aparece ya volver a + infinitivo, cuyo significado perifrástico es muy raro ("por eso os buelbo a ynstruir", El cancionero de Gallardo, 264, 65, 32, ap. Yllera, 1980, p. 198).

Durante los siglos posteriores, este significado iterativo ("descosía y tornava a coser", Lazarillo, 21,17, ap. Keniston, 1937, p. 468) convive con el restaurativo ("que buscasen algún remedio para que ellos las tornasen a señorear y poseer", Cortés, V.262, ap. Melis, 2006, p. 909) y ciertos restos del incoativo:

  1. Tornó a tomar su báculo el deudor y, bajando la cabeza, se salió del juzgado (DQ, 995; valor incoativo).
    1. *Tornó a eso
    2. ?Tornó a su báculo el deudor
  2. [...] le pidieron que dijese la carta otras dos veces [...]. Tornóla a decir Sancho otras tres veces, y otras tantas volvió a decir otros tres mil disparates (DQ, 296; valor reiterativo [Melis, 2006: 911]).
    1. *tornóla a eso / *volvió a eso
    2. *tornóla Sancho otras tres veces / *volvió a otros tres mil disparates
  3. Por este camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan al grado que desean (DQ, 444-445; valor restaurativo [35]).
    1. *tornando a eso acá
    2. *tornando acá

La construcción volver a + infinitivo, por su parte, se encuentra escasamente documentada en el siglo xvi (Keniston registra 21 en total, de los que tres pertenecerían a la primera mitad de siglo [1937, p. 468]), pero comienza a hacerse común hacia la segunda mitad de dicha centuria, como de hecho muestran nuestros propios datos: en la joya literaria analizada, la quincena de casos de volver a + infinitivo triplica a los registrados de tornar a + infinitivo, lo que confirma lo defendido por Melis (2006, p. 911) sobre la existencia de tornar durante las primeras décadas del siglo xvii:

  1. -Quizá, Sancho -respondió don Quijote-, no se extenderá el encantamento a quitar el conocimiento de Dulcinea a los vencidos y presentados gigantes y caballeros; y en uno o dos de los primeros que yo venza y le envíe haremos la experiencia si la ven o no, mandándoles que vuelvan a darme relación de lo que acerca desto les hubiere sucedido (DQ, 712; valor restaurativo; también interpretable con significado espacial [final] no perifrástico).
  2. Esto dicho, se tornaron a dividir [valor restaurativo] y a volver a sus rebuznos, y a cada paso se engañaban y volvían a juntarse [valor restaurativo], hasta que se dieron por contraseño que para entender que eran ellos, y no el asno, rebuznasen dos veces, una tras otra (DQ, 838).

Como puede observarse en el segundo ejemplo, la selección de volver en lugar de tornar puede deberse, sencillamente, a una decisión estilística del autor, dada la existencia de la misma perífrasis tornar a + infinitivo unas palabras antes del empleo de la moderna volver.

A finales de dicho siglo, pues, volver (a) + infinitivo acaba desplazando a tornar a + infinitivo (Yllera, 1980, p. 198) y, un siglo después, la sustitución será prácticamente completa (Melis, 2006, p. 912). La prueba más evidente de que volver a + infinitivo sustituye a tornar a + infinitivo en el léxico es que hereda directamente todos sus valores perifrásticos y no deja entrever en ellos la evolución semántica que sí ha sufrido tornar (Garachana, 2011; Melis, 2006, p. 912).

En efecto, en el español actual, la perífrasis se ha convertido ya formalmente en volver a + infinitivo (tornar a + infinitivo no tiene gran presencia en el español peninsular2). Su principal valor, el iterativo, puede perfectamente deducirse a partir ya de su significado medieval (RAE, 2009, § 28.9n; Garachana, 2011). No obstante, puede ofrecer en ciertos casos una acepción restauradora que implica el restablecimiento de la acción denotada por el auxiliado (Se levantó y se volvió a sentar), lo que ya se veía, como decimos, en la Edad Media y, naturalmente, en la obra maestra de Cervantes, con su antecesor el verbo tornar (Gómez Torrego, 1999, § 51.3.2.8).

4. Conclusión

El objetivo principal de este artículo consiste en conocer con mayor profundidad las perífrasis verbales con verbos de movimiento, en el español áureo, para completar la evolución de nuestras construcciones entre la Edad Media (Yllera, 1980) y el español actual (Olbertz, 1998; Fernández de Castro, 1999). El corpus seleccionado ha sido, como se sabe, Don Quijote de la Mancha, si bien se ha complementado con otros textos medievales y clásicos, a los que se les ha añadido ejemplos del español moderno, a veces tomados de la bibliografía reseñada, a veces inventados sobre la propia competencia lingüística de la investigadora.

Como síntesis de dicha evolución, cabe señalar la idea de alejamiento metafórico denotada por el verbo ir (partiendo siempre desde el punto deíctico marcado por el hablante), y en sentido inverso del movimiento por el verbo venir. Tornar/volver marca, en realidad, la fusión de ambos verbos (Melis, 2006). Estos, al gramaticalizarse, comienzan adquiriendo primero valores temporales (principalmente en la Edad Media), después aspectuales (algunos de ellos en el español clásico) y, finalmente, valores modales (ya en los siglos xviii o xix). En ocasiones, se desprenden de algunos de ellos para adquirir otros y otras veces los acumulan, sin perderlos (cfr. anexo).

Las formas con gerundio de los verbos ir y venir parecen, por lo general, más frecuentes que las formas con infinitivo, lo que puede explicarse dada la naturaleza narrativa de la novela, la necesidad de expresar movimiento (en el espacio y en el tiempo) y la relevancia de comprender la acción en curso, lo que, gracias a la metáfora espacio-temporal, el autor conjuga a la perfección.

Naturalmente, los valores aquí analizados pueden ser completados en próximos estudios, en los que quepa desde ampliar el corpus textual de la época estudiada o incluir otros verbos de movimiento, hasta llegar a los siglos xviii y xix, siempre menos atendidos; pasando, claro está, por cotejar la evolución del español con la que tuvo lugar en otras lenguas romances, y por emplear técnicas metodológicas que faciliten una sistemática comparación entre los valores antiguos y los modernos. En cualquier caso, lo que podemos sin duda afirmar es que la magnífica obra de Cervantes se presta a nuevas interpretaciones y a lecturas estrictamente lingüísticas, dada la riqueza expresiva con la que -sabido es- cuenta. De ahí que no nos sorprenda que pueda utilizarse en un futuro cercano para continuar profundizando en el conocimiento de las perífrasis verbales de los Siglos de Oro (o de cualquier otro aspecto gramatical), al mostrarse, así, como una fuente textual prácticamente inagotable para el investigador de cualquier disciplina humanística.


NOTAS

* Este artículo se enmarca dentro del Proyecto de investigación de referencia FFI2008-02828/FILO, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación – MICINN, España.

1 El lector interesado en las ventajas y los inconvenientes de trabajar con este tipo de corpus, los cuales tenemos siempre muy presentes, puede acudir a lo dicho en Garachana y Artigas (2012) o en Fernández Martín (2012).

2 Según el CORPES [29/07/2014], de los 16 casos totales con la forma 'tornó a', tan sólo tres aparecen registrados como conformantes de la perífrasis, en el español de España (2002-2012). Por el contrario, las ocurrencias de 'volvió a' superan los 13.000 en toda la zona hispanohablante.   


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Fuentes primarias

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ANEXO