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Lingüística y Literatura

versión impresa ISSN 0120-5587

Linguist.lit.  no.70 Medellìn jul./dic. 2016

https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n70a02 

LINGÜÍSTICA / LINGUISTIC

MARCADORES DISCURSIVOS EN EL BLOG DE JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ

DISCOURSE MARKERS IN JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ’S BLOG

Sara Quintero Ramírez1 

1Universidad de Guadalajara, México. qsara@hotmail.com


Resumen:

En este artículo nos proponemos identificar los marcadores discursivos más recurrentes en un corpus de seis textos escritos por el comentarista deportivo José Ramón Fernández en su blog de ESPN. Con este artículo pretendemos contribuir al estudio de marcadores discursivos y la caracterización del discurso deportivo, particularmente del idiolecto de Fernández. La relevancia del estudio yace en la identificación de peculiaridades lingüísticas del discurso deportivo respecto de otros discursos. Nuestro análisis consistió en identificar los marcadores, contabilizar sus frecuencias y determinar sus funciones. En nuestros resultados los marcadores más frecuentes resultaron ser los conectores, seguidos de los marcadores conversacionales.

Palabras clave: marcadores discursivos; periodismo deportivo; José Ramón Fernández; blog.

Abstract:

The goal of this article is to identify the most frequently used discourse markers in a corpus of six of José Ramón Fernandez’s texts. He is a sports journalist who has an ESPN blog. The purpose of this research is to contribute to the study of discourse markers and the characterization of sports discourse, in particular Fernandez’s idiolect. The importance of this study lies on the identification of linguistic features in sports discourse. That analysis was conducted identifying discourse markers, counting discourse-marker frequencies and determining their functions. Our most frequent discourse markers were connectors followed by conversational markers.

Keywords: discourse markers; sports journalism; José Ramón Fernández; weblog.

Introducción

El deporte se establece como un fenómeno considerablemente relevante en los medios de comunicación. Medina (2010, p. 164) afirma que «[e]l deporte es un soporte privilegiado de la información masiva: al ser una fuente inagotable de noticias. Produce sin detenerse acontecimientos novedosos, hechos memorables, anécdotas sensacionales». En este el periodista tiene un rol importante, pues es el especialista en materia deportiva que no solo se encarga de informar, valorar e interpretar los acontecimientos (Armañanzas y Sánchez, 2009, p. 9), sino también de promover, fomentar y hacer que los espectadores se identifiquen con un determinado jugador o equipo, de tal suerte que un deporte llegue a atraer masas (Ubidia y Enrique, 2012, p. 31).

Desde un inicio, el surgimiento de los duelos deportivos generó mucho interés no solo entre los deportistas, sino también entre los espectadores, de tal manera que el deporte y sus diversos enfrentamientos fueron tomando gran impulso hasta lograr que los medios de comunicación se interesaran por difundir los acontecimientos deportivos. Para Medina (2010, p. 164), el aporte de los medios de comunicación en la difusión deportiva ha sido doble, ya que, por un lado, han contribuido a la formación de un imaginario del deporte, imprimiendo de pasión el evento deportivo y, por otro lado, han establecido un discurso específico, una manera determinada de hablar sobre los diferentes deportes.

El discurso deportivo constituye un objeto de estudio muy relevante para la lingüística, ya que en sus diversos textos tanto fónicos como gráficos, el periodista deportivo le estampa al texto su personalidad (Armañanzas, 2008 y Armañanzas y Sánchez, 2009), de tal suerte que resulta de interés estudiar las particularidades que despliega este discurso respecto de otros como el científico, el filosófico y el publicitario. Y es que el lenguaje que se emplea para referirse a los diferentes eventos deportivos debe considerarse una variante de la lengua, pues tal como sucede con los otros tres discursos antes aludidos, este se emplea en un campo específico de la vida social y profesional (Groppaldi, 2009, p. 107).

Luego de exponer de manera general la relevancia del discurso deportivo en el campo de la lingüística, hemos de presentar el objetivo de este artículo que consiste en identificar los marcadores discursivos más frecuentemente utilizados en seis textos redactados por el periodista deportivo José Ramón Fernández en su blog de ESPN. Con ello intentamos contribuir al estudio de los marcadores discursivos y a la caracterización del discurso deportivo. Para lograr lo anterior, comenzaremos por presentar una breve biografía de Fernández. Posteriormente, daremos lugar a los fundamentos teóricos en donde expondremos qué son los marcadores discursivos y cómo se ha concebido su clasificación. Enseguida, continuaremos con el apartado de la metodología en el que explicaremos cómo formamos nuestro corpus y cómo hemos procedido para analizarlo. Ulteriormente, expondremos el análisis del corpus antes aludido. Por último, presentaremos las conclusiones del estudio.

1. El periodista deportivo José Ramón Fernández

José Ramón Fernández es considerado uno de los comentaristas y críticos deportivos de mayor relevancia en el periodismo televisivo mexicano con casi cuarenta años de experiencia profesional. Inició su carrera periodística en la empresa televisiva de Imevisión, que posteriormente cambiaría su nombre a TV Azteca, donde concibió uno de los programas deportivos más antiguos e importantes en México, DeporTv, programa del que fue presentador titular por más de 33 años.

En 2007 se desvinculó de la empresa de TV Azteca para incorporarse a la cadena de televisión de ESPN, en la que labora actualmente como presentador titular y comentarista de varios programas deportivos como Fútbol Picante, Los Capitanes y Cronómetro. Es en la página web de esta cadena televisiva que el periodista creó un blog deportivo hace varios años, en el que publica y da a conocer textos de opinión respecto del acontecer deportivo más importante en México y el mundo. Es precisamente de este blog deportivo del que tomaremos una muestra a fin de constituir nuestro corpus de estudio.

José Ramón Fernández ha cubierto una gran cantidad de eventos deportivos, tales como nueve Mundiales de Fútbol y diez Juegos Olímpicos. De igual manera, se ha dedicado a narrar y comentar un considerable número de partidos de balompié de diferentes partes del mundo en diversos eventos fútbolísticos. Desde sus inicios, Fernández se ha destacado por presentar un periodismo creativo e innovador, sin miedo a criticar situaciones burocráticas en el manejo del deporte.

Igualmente, Fernández ha transformado el concepto de «programa deportivo», ya que en la emisión televisiva Los Protagonistas, dedicado a la transmisión de Copas del Mundo y Juegos Olímpicos, tuvo la idea de integrar segmentos de humor a la presentación de los eventos deportivos. En efecto, desde las Olimpiadas de Seúl 1988 invitó a participar a Andrés Bustamante, reconocido comediante mexicano, con la presentación de un sketch humorístico relacionado con el deporte en el marco de dicho programa. Los segmentos de humor resultaron ser bien aceptados por parte del teleauditorio mexicano, de tal manera que otras televisoras latinoamericanas han adoptado la misma estrategia para transmisiones de eventos deportivos destacados como Copas del Mundo y Olimpiadas de verano.

Podemos observar que se trata de un importante comentarista y crítico deportivo no solo en México sino también en toda Latinoamérica. Por lo anterior, consideramos relevante llevar a cabo un análisis de los marcadores discursivos a los que recurre Fernández a fin de construir el discurso en su blog de ESPN.

2. Marcadores discursivos

En casi todas las gramáticas del español, se observa que las partículas como adverbios, conjunciones, locuciones preposicionales y otros elementos invariables pueden desempeñar funciones en cuanto al discurso que no concuerdan con aquellas que cumplen normalmente en la sintaxis oracional. Estas partículas han recibido una diversidad de denominaciones: Gili Gaya (1973) las llama enlaces extraoracionales, Alcina y Blecua (1975) las denominan ordenadores del discurso,Blakemore (1987, 1992) las ubica como conectores discursivos (discourse connectives), Briz (1998) las conoce como conectores pragmáticos y Martín y Portolés (1999) las designan con el nombre de marcadores del discurso.

Blakemore (1987) presenta una perspectiva de los marcadores discursivos en el marco de la teoría de la relevancia de Sperber y Wilson (1986) y advierte que los marcadores discursivos no poseen un significado representacional, sino uno procedimental que provee de instrucciones al receptor de un texto sobre cómo manipular la representación conceptual de los enunciados que componen dicho texto. De tal manera que para Blakemore (1992, pp. 138 y ss.) y Portolés (2001, pp. 25-26), los marcadores discursivos deben analizarse forzosamente en el contexto en el que se emplean, pues guían al interlocutor hacia la interpretación adecuada del discurso, estableciendo una relación entre el enunciado que los contiene y el texto precedente (Blakemore, 1992, p. 326). «De hecho, [los marcadores discursivos] instruyen sobre la actividad argumentativa y la interpretación de los enunciados, ayudan a formular y reformular los enunciados, ordenan otras veces la materia discursiva y, en fin, controlan con frecuencia el contacto» (Briz, 2008, p. 218).

Algunos de los rasgos gramaticales que Meneses (2000, pp. 318-319) destaca respecto de los marcadores discursivos son: a) que pertenecen a diversas categorías gramaticales, b) que su posición puede variar en el enunciado, c) que si bien no se coordinan entre ellos, sí llegan a yuxtaponerse, d) que no pueden negarse, e) que son elementos extraoracionales, f) que se relacionan sintácticamente con todo el sintagma, afectando la oración, g) que no poseen un valor sémico per se y h) que pueden comportarse de diferente manera en un mismo turno de habla. Asimismo, algunos marcadores discursivos, especialmente aquellos interoracionales, tienden a presentarse entre comas o pausas (Errázuriz, 2014).

Igualmente, Murillo (2010, p. 258) señala que a pesar de que los marcadores discursivos despliegan un abanico de funciones y, por ende, cada grupo y subgrupo se distingue de los demás, todos poseen al menos tres características comunes: a) un significado procedimental (como lo destaca Blakemore, 1987), b) la función de guiar inferencias y c) el hecho de encargarse de la organización de la estructura discursiva.

Así pues, advertimos que el valor sémico de los marcadores discursivos se desprende de la situación comunicativa en la que se emplean, de tal suerte que su función no se logra explicar a partir de la gramática, sino de la pragmática y del discurso (Briz, 2008, p. 217). De esta manera, sus principales funciones consisten en la conexión argumentativa o estructuradora, la modalización, la focalización y el control de contacto entre los interlocutores (Martín y Portolés, 1999; Pons, 1998 y 2000; Briz, 2008).

López Serena y Borreguero Zuloaga (2010) relacionan los marcadores discursivos con la variación concepcional que sirve como punto de partida para determinar un contínuum entre oralidad y escrituralidad de los diferentes géneros textuales, dejando de lado la dicotomía oral vs. escrito como una oposición meramente del medio a través del cual se transmiten los textos. Partir de la concepción de los géneros textuales nos parece importante para el presente estudio, aunque sin olvidarnos del medio, ya que nuestro corpus está constituido de textos del blog de una figura pública.

Ciertamente, los textos del blog pertenecen al medio escrito; sin embargo, desde una perspectiva de la concepción, observamos que sus rasgos tienden más a la oralidad (o espontaneidad) que a la escrituralidad (o elaboración) (Koch y Oesterreicher, 2001), pues es precisamente gracias a las características híbridas del blog (medio escrito y concepción - elaborada y + espontánea) que el autor de este género textual se permite expresar las ideas con menos formalidad.

Además de las diferencias de concepción, Roloff (2010, p. 51) asevera que los marcadores del discurso no se utilizan con la misma frecuencia en los diferentes géneros textuales. En efecto, el autor advierte que los estructuradores suelen emplearse más asiduamente en textos de historia que en textos de otras disciplinas de las humanidades. Asimismo, los textos de humanidades emplean casi el doble de los estructuradores que se utilizan en textos de ciencias naturales. De tal suerte, que nos parece relevante determinar con qué frecuencia se emplean los marcadores discursivos en un género sumamente específico: el blog deportivo de Fernández. Consideramos que el blog, al ser un texto híbrido que aparece en medio escrito pero que despliega rasgos de oralidad (Koch y Oesterreicher, 2001), resulta un género textual ideal para llevar a cabo el presente estudio y contribuir de esta manera a los estudios de los marcadores discursivos.

Respecto del blog, Sun y Chang (2012, p. 43) señalan que se trata de una herramienta tecnológica que ha modificado la manera de utilizar el Internet, pues el autor del blog puede crear y publicar textos a su gusto sin seguir reglas escriturales; de tal suerte que los textos que ahí se producen poseen rasgos de menor elaboración que los textos que se publican en contextos más formales. De acuerdo con Murray, Hourigan y Jenneau (2007, p. 11), el uso de blogs se ha vuelto una práctica común en una diversidad de contextos que van desde comentarios periodísticos hasta escritos de carácter personal. En el presente estudio, nos enfocamos justamente en el uso que un periodista deportivo le da a este género textual. Asimismo, de acuerdo con Sun y Chang (2012, p. 43), el blog invita a los usuarios a compartir, crear e interactuar con una gran cantidad de interlocutores en un espacio virtual. Esto suscita que los usuarios del blog escriban textos más directos, menos formales y menos rebuscados a fin de estimular la interacción entre los blogueros.

3. Clasificación de marcadores discursivos

Con base en criterios esencialmente comunicativos, aunque sin dejar de lado propiedades semánticas y funciones discursivas, Martín y Portolés (1999, pp. 4081-4082) proponen la siguiente clasificación de los marcadores discursivos:

a) estructuradores de la información, b) conectores, c) reformuladores, d) operadores argumentativos y e) marcadores conversacionales.

Los estructuradores de la información, que conforman el primer grupo, tienen la función de organizar la información del discurso y carecen de significado argumen- tativo. Estos marcadores son ordenadores del contenido del discurso.

Desempeñan un papel demarcativo, esto es, señalan las partes del discurso [superestructura del evento conversación]. Además, poseen un valor concreto al ir regulando el inicio, progresión [con o sin ruptura] y cierre [suave o brusco] de las intervenciones y de las secuencias que constituyen la conversación. Pueden desempeñar distintas funciones, tales como recepción de mensaje en una intervención reactiva, ruptura discursiva [apertura o cierre de una intervención, cambio de tema en una intervención o en el transcurso de un intercambio]. (Meneses, 2000, p. 328)

Martín y Portolés (1999) y Meneses (2000) ubican en este grupo comentadores, ordenadores y digresores. Los primeros presentan un comentario nuevo, los segundos engloban varios elementos discursivos como partes de un solo comentario y los terceros incluyen un comentario adyacente a lo que se ha expuesto con anterioridad.

El segundo grupo está conformado por los conectores cuya tarea consiste en relacionar semántica y pragmáticamente dos elementos del discurso. Lehmann (2004) define estas relaciones como aquellas que se producen entre dos proposiciones a través de conectores interproposicionales. A manera de ejemplo, en una relación p porque q, tal como no vino porque estaba enfermo, la conjunción porque rige la cláusula subordinada q, es decir, estaba enfermo, y juntas, cláusula y conjunción, forman una cláusula adverbial que modifica a p, es decir a no vino. Martín y Portolés (1999) en este grupo consideran solamente conectores aditivos, consecutivos y contraargumentativos. No obstante, autores como Calsamiglia y Tusón (2002) añaden los conectores de tiempo, condición, causa y finalidad.

El grupo de los reformuladores se encarga de presentar lo que se acaba de decir de una forma más apropiada, pues al autor del discurso puede parecerle que no ha referido adecuadamente su intención comunicativa, de tal suerte que emplea un reformulador a fin de expresar de mejor manera lo que pretende exponer. Aquí Martín y Portolés (1999, pp. 4121 y ss.) distinguen cuatro tipos de reformuladores, a saber: explicativos, rectificativos, de distanciamiento y recapitulativos. Los primeros se ocupan de explicar el pasaje precedente, los segundos corrigen el pasaje discursivo anterior, los terceros le restan eficacia y pertinencia al elemento discursivo antes expuesto y los últimos recapitulan, cierran o concluyen.

El cuarto grupo está constituido de los operadores argumentativos que «condicionan por su significado las posibilidades argumentativas del miembro en el que se incluyen sin relacionarlo con otro anterior» (Martín y Portolés, 1999, p. 4081). En este grupo se ubican operadores de refuerzo argumentativo y operadores de concreción. Los primeros refuerzan el argumento en el que se ubican frente a otros argumentos y los segundos se encargan de presentar un ejemplo de una generalización. Portolés (2001, p. 80) hace la distinción entre un conector argumentativo y un operador argumentativo. El primero es «una unidad que articula dos miembros del discurso, o más, que intervienen en una estrategia argumentativa única (v. gr. pero, sin embargo, además, etc.)»; mientras que un operador argumentativo «es una unidad que, aplicada a un contenido, transforma las potencialidades argumentativas de este contenido (v. gr. bien, casi, un poco, etc.)».

Finalmente, en el quinto grupo localizamos los marcadores conversacionales, aquellas partículas discursivas que se emplean más a menudo en la conversación y evidencian la relación entre los participantes del discurso, ya que suponen la copresencia del hablante y del oyente, con una relación en dos direcciones (Loureda Lamas, 2010, p. 91); su función es expresiva-apelativa y fática (Meneses, 2000,

p. 330). En este último grupo Briz (1998), Martín y Portolés (1999) y Meneses (2000) distinguen marcadores de modalidad epistémica, marcadores de modalidad deóntica, enfocadores de la alteridad y metadiscursivos conversacionales.

De acuerdo con Martín (1999, p. 27), la modalidad epistémica se refiere a nociones que se asocian con la posibilidad o la necesidad, según el grado de certeza o evidencia. De acuerdo con la misma autora, la modalidad deóntica hace referencia a actitudes que se relacionan con la voluntad o el afecto, indicando actitudes volitivo- afectivas. Los enfocadores de la alteridad, que Briz (1998) denomina marcadores metadiscursivos de control de contacto, evidencian manifiestamente la relación entre los participantes de la comunicación (Meneses, 2000, p. 330). Por último, los metadiscursivos conversacionales «forman parte de los procedimientos que utilizan los interlocutores para construir la conversación» (Martín y Portolés, 1999, p. 4191).

Luego de observar los cinco grupos de marcadores discursivos, Portolés (2010) nos advierte que los seres humanos organizamos el discurso adecuándolo y acomodándolo a los conocimientos contextuales de los interlocutores. Ciertamente, el autor de un texto organiza su discurso no solo partiendo de su objetivo comunicativo, sino también de los «estados mentales» que prevé en sus posibles interlocutores, esto es tanto en lo que conocen como en aquello que desconocen.

En el caso del discurso deportivo, y más específicamente del blog deportivo de Fernández, el comentarista no concibe su discurso para un público general, sino que «está confeccionado para una comunidad reducida que puede descifrar lo que está implícito […] una comunidad integrada por un lenguaje y un saber […] que sólo ellos advierten en el relato de los locutores deportivos» (Medina, 2010, p. 187). Por lo anterior nos parece relevante analizar cómo organiza su discurso Fernández y de qué marcadores discursivos se vale para organizarlo en función de sus interlocutores (Portolés, 2001, pp. 25-26).

4. Metodología

El comentarista deportivo es comparado con un juez, pues tiene jerarquía y autoridad suficientes para transmitir su verdad, ya que en su comentario se basa en «la comprensión del mundo que tiene su auditorio, construye símiles y comparaciones con el mundo inmediato de la experiencia para apoyar lo dicho por él y convencerlo de sus argumentos» (Medina, 2010, p. 179). La argumentación presentada por el comentarista deportivo se basa en qué debieron, deben o deberán hacer los atletas ante los resultados de una justa deportiva. A fin de hilvanar su discurso y presentar un abanico de argumentos, el comentarista se vale de diversos recursos lingüísticos, entre los que sobresalen los marcadores discursivos.

Por lo establecido en el párrafo anterior nos parece relevante constituir un corpus de textos en los que Fernández comente diferentes eventos deportivos, a fin de determinar la gama de marcadores discursivos de los que se sirve para ello. Consideramos que el blog personal del comentarista en cuestión resulta un texto idóneo no solo por lo ya argumentado en el apartado teórico, sino también porque en el blog el periodista ya no se dedica a narrar o relatar lo sucedido en un evento deportivo, sino que se dedica a analizar, recapitular, evaluar, pronosticar, hacer conexiones con otros eventos, buscar antecedentes y consecuencias de lo que sucede en el terreno de juego (Medina, 2010, p. 177).

4.1. Constitución del corpus

Para el presente estudio hemos considerado seis textos del blog del cronista deportivo Fernández en ESPN. Los seis textos aquí examinados fueron publicados en el blog del periodista entre septiembre de 2012 y abril de 2013 y tratan de diversos acontecimientos deportivos.

El primer texto, al que nos referiremos como [JRF: 1], salió publicado en el blog el lunes 24 de septiembre de 2012 y lleva como título «Chivas-Pumas fue el mejor partido». En el texto el periodista comienza exponiendo los acontecimientos más relevantes del partido Guadalajara vs. UNAM. Enseguida, el periodista presenta lo sucedido en el juego Cruz Azul frente a América y culmina su texto hablando de fútbol español.

El segundo texto, al que haremos referencia como [JRF: 2], se publicó el sábado 8 de diciembre de 2012 y se titula: «Dinamita vs. Pacman IV, cierre de una época». Fernández expone en el texto quién es su boxeador favorito de la pelea entre Juan Manuel Márquez y Emmanuel Pacquiao y por qué. Asimismo, explica las cualidades de cada pugilista.

El tercer texto, que identificamos como [JRF: 3], se hizo público en el blog el domingo 9 de diciembre de 2012 y se titula: «Márquez debe retirarse como un gran Campeón». Este texto está ligado con el anterior; en él se explica lo sucedido en la pelea entre Márquez y Pacquiao. Además, Fernández expone lo que resultaría más sensato para Márquez.

El cuarto texto, referido como [JRF: 4], se publicó el miércoles 13 de marzo de 2013 con el siguiente título: «No me extraña el llamado de Omar». En este texto el comentarista expone, en primer lugar, por qué el fútbolista Omar Bravo merecía ser convocado a la Selección Mexicana. Enseguida, el periodista se cuestiona por qué el director técnico de dicha selección no convocó a jugadores de ciertos equipos. Finalmente, Fernández se deslinda del discurso deportivo para hablar de la elección del papa Francisco.

El quinto texto de nuestro corpus, al que nos referimos como [JRF: 5], se divulgó en el blog el jueves 18 de abril de 2013 con el título «Será una pelea muy atractiva». Este texto presenta el anuncio que hace el pugilista Juan Manuel Márquez sobre su enfrentamiento con Tim Bradley en el Thomas & Mac el mes de septiembre de 2013. Posteriormente, el periodista argumenta que Márquez debería pensar en su retiro.

El sexto y último texto de nuestro corpus que redactó Fernández, al que hacemos alusión como [JRF: 6], salió a la luz el miércoles 24 de abril de 2013 y lleva por título «Vergara me asegura: Chivas no se vende». Este texto presenta cómo el cronista se puso en contacto con el dueño del club deportivo Guadalajara y las respuestas categóricas que recibió de este sobre el rumor de la venta de dicho club.

Como podemos observar, los textos escritos por Fernández se caracterizan por pasar de un tema a otro, tal como sucede con los programas televisivos en los que participa el comentarista deportivo. Por ello, nos parece que dichos textos constituyen un corpus propicio para examinar, entre otros fenómenos lingüísticos, los marcadores discursivos.

Por último, cabe señalar que hemos optado por analizar los marcadores discursivos del blog de un solo periodista deportivo, es decir el caso específico de Fernández, con la finalidad de identificar los marcadores más recurrentes en su idiolecto, pues consideramos que en posteriores estudios podríamos extrapolar dichos resultados en relación con otros periodistas deportivos mexicanos. Lo anterior lo decimos con base en observaciones que hemos realizado respecto del discurso de diversos periodistas deportivos que siguen con frecuencia el estilo discursivo de Fernández.

4.2. Procedimiento de análisis

Luego de caracterizar los seis textos que constituyen el corpus de esta investigación, presentamos cómo hemos procedido para clasificar los marcadores discursivos que hemos registrado. Así pues, este estudio llevó a cabo un análisis descriptivo en el que se empleó una metodología cualitativa-cuantitativa que consistió en examinar el corpus para identificar los marcadores discursivos, contabilizar sus frecuencias y determinar sus funciones pragmáticas.

En primer lugar, examinamos los seis textos del corpus a fin de resaltar todas las partículas extraoracionales (Meneses, 2000) que tuvieran una función de conexión, modalización, focalización o control de contacto entre el autor y el receptor del texto (Briz, 2008; Martín y Portolés, 1999; Pons, 1998 y 2000). Una vez resaltadas las partículas, verificamos que figuraran en las listas de marcadores discursivos propuestas por los diferentes autores que conforman nuestro apartado teórico. Posteriormente, proseguimos con la clasificación de los marcadores con base en las propuestas de Martín y Portolés (1999), Calsamiglia y Tusón (2002), Briz (2008) y Errázuriz (2014), así como con base en la observación detallada del cotexto y el contexto en donde figuraban en nuestro corpus. Así pues, de acuerdo con los dos criterios antes aludidos, consideramos la siguiente clasificación:

1. Estructuradores de la información:

a. ordenadores

2. Conectores:

a. aditivos

b. consecutivos

c. contraargumentativos

d. causativos

e. finales

3. Marcadores conversacionales:

a. de modalidad epistémica

b. de modalidad deóntica

Finalmente, contabilizamos los marcadores discursivos que registramos en cada una de las categorías antes presentadas y elaboramos algunas tablas que permitieran, por un lado, tener una visión general de los resultados obtenidos en el corpus y, por otro lado, concebir de mejor manera las recurrencias de los marcadores discursivos en cada categoría. Consideramos que el registro y la contabilidad de los marcadores es importante a fin de cumplir con el objetivo que nos hemos planteado al inicio del estudio.

Hemos de advertir que la clasificación que proponemos en este apartado es más reducida que aquellas presentadas por los diferentes autores considerados en el apartado teórico. La razón de ello se deriva de la ausencia de ciertos marcadores discursivos en nuestro corpus. Ciertamente, los seis textos del blog deportivo del periodista Fernández se distinguen por presentarse en un medio gráfico, lo cual hace que ciertos marcadores más característicos de los textos fónicos estén prácticamente ausentes.

Así pues, hemos de notar que nuestro corpus carece de reformuladores y operadores argumentativos. Igualmente, en el caso de los estructuradores de la información nuestro corpus no presentó ni comentadores ni digresores, y en el caso de los marcadores conversacionales, no se identificó ningún marcador metadiscursivo de control de contacto ni marcadores metadiscursivos conversacionales. Finalmente, en el rubro de los conectores, no encontramos ni de tiempo ni de condición. De tal manera, hemos decidido presentar en esta clasificación únicamente los marcadores discursivos que sí hemos observado en el corpus.

5. Análisis

Con base en lo que hemos expuesto en el apartado anterior, consideramos adecuado hacer hincapié en los rasgos de los textos que conforman nuestro corpus. Por un lado, estos aparecen en un medio escrito. Por otro lado, el género textual de blog permite que el autor utilice ciertos recursos que tienden a mayor espontaneidad y menor elaboración. En efecto, Fernández expone su opinión en estos textos como lo hace muy a menudo en sus programas televisivos de discusión y debate. Algunas evidencias de lo anterior se observan en el uso frecuente de verbos modales volitivos conjugados en primera persona del singular: Por último quiero mencionar que en el fútbol de España… [JRF: 1]; el uso común de verbos de opinión conjugados en la misma persona y número: Creo que frente a los catrachos, México… [JRF: 4]; el empleo asiduo de determinantes posesivos de primera persona del singular: ratifico mi idea de que Márquez debería... [JRF: 5]; la utilización de frases personales que muestran simpatía o preferencia por un deportista como: Me cae bien [JRF: 2], En verdad le deseo suerte a Márquez [JRF: 2]. Además de lo anterior, observamos el empleo constante de diversos marcadores discursivos que examinaremos en detalle en el presente apartado siguiendo la clasificación que hemos elucidado en la metodología.

Luego de examinar el corpus, identificar y contabilizar los marcadores discursivos, observamos que los conectores resultan ser los más abundantes de nuestro corpus con 51 recurrencias, seguidos de los marcadores conversacionales con 10 frecuencias y, por último, los estructuradores de la información con 1 sola aparición en el corpus. Lo anterior se ilustra en la tabla 1.

Tabla 1 Frecuencias de los marcadores discursivos 

5.1. Estructuradores de la información

Como ya hemos señalado anteriormente, al momento de concebir los textos, los autores van organizando la información, de tal suerte que echan mano de los estructuradores. En nuestro corpus, Fernández utiliza solo un ordenador, este es por último que Errázuriz (2014, p. 223) clasifica como marcador de cierre y subclasifica como de epílogo o recapitulación. Dicho marcador se encarga, por lo general, de cerrar una serie discursiva. Aquí, el periodista, además de presentar el párrafo que cierra el texto, lo utiliza de transición, esto es para cambiar del tema de fútbol mexicano al de fútbol español, tal como se evidencia en (1).

(1)Para la segunda parte, Memo Vázquez rectificó su planteamiento y con el ingreso de Maranhao contó con mayor desequilibrio al frente, hasta que consiguió el tanto del empate por medio de Javier Aquino. Una igualada que resultó justa.

Por último, quiero mencionar que en el fútbol de España al Barcelona le costó mucho trabajo vencer al Granada, lo superó hasta los minutos finales con un gran gol de Xavi Hernández. [JRF: 1]

5.2. Conectores

En el caso de los conectores, hemos dicho que se utilizan para vincular semántica y pragmáticamente dos elementos discursivos. En nuestro corpus, estos han sido los marcadores más frecuentemente empleados con 51 frecuencias. Los conectores contraargumentativos son los más utilizados por Fernández con 31 frecuencias, seguidos de los causativos con 11 recurrencias, los consecutivos y finales con 4 iteraciones cada uno y finalmente, los aditivos con solo una recurrencia. Lo anterior se sintetiza en la tabla 2.

Tabla 2 Frecuencias de los conectores 

De conectores aditivos, solo hemos registrado un ejemplo como se observa en (2). En dicho ejemplo incluso tiene la función de señalar que el elemento discursivo en manos de Grupo Carso es más fuerte argumentativamente que el rumor sobre la venta del club Guadalajara a cualquier otro empresario.

(2) El empresario se encuentra en Perú y vía telefónica lo localicé para aclarar las especulaciones que han crecido fuertemente y que ponen al Guadalajara, incluso, en manos de Grupo Carso. [JRF: 6]

Además del conector aditivo, encontramos cuatro ejemplos con conectores consecutivos, 3 de ellos con entonces y una con pues. Por un lado, el conector entonces despliega un significado de consecuencia un tanto débil, de ahí que pueda emplearse en situaciones comunicativas en las que otros conectores consecutivos como por lo tanto, por ende, por consiguiente, etc., sonarían extraños (Martín y Portolés, 1999,

p. 4107). Por eso, se emplea muy a menudo.

En (3) encontramos el conector entonces precedido de una cláusula contraargumentativa constituida por pero es muy bueno que se asocia a su vez con la cláusula relativa que es un boxeador que pelea poco, que habla del peleador Mayweather Jr., todo esto se une a la vez con la idea del triunfo potencial del boxeador Pacquiao frente a Márquez y el posible enfrentamiento entre el primero con Mayweather Jr. El marcador entonces tiene la función de retomar este último supuesto duelo con la idea de que ambos boxeadores son muy buenos y la consecuencia de ello es que esta sería la pelea ideal.

(3) El triunfo de Pacquiao caería bien, porque los promotores y el mundo de las apuestas ya se saborean la pelea con Mayweather Jr., que es un boxeador que pelea poco, pero es muy bueno, entonces, es la pelea ideal. [JRF: 2]

Por otro lado, pues tiene diversas funciones como marcador discursivo, ya que se le puede considerar comentador, conector causal y conector consecutivo. En el caso de esta última función, el marcador retoma lo enunciado anteriormente en el texto y presenta lo que sigue como su consecuencia. En (4) observamos un claro ejemplo de esto, ya que el periodista hace uso del conector pues para señalar las consecuencias que pueden derivarse del hecho de que los jugadores cometan faltas ante la presencia de árbitros exigentes.

(4) Los árbitros son muy quisquillosos y en el momento que toque a alguien, pues pueden venir las consecuencias. [JRF: 4]

Además de conectores aditivos y consecutivos, en nuestro corpus registramos conectores contraargumentativos2 que resultaron los más abundantes y los más variados. En efecto, pero se contabiliza en diecinueve ejemplos, sin embargo en siete, no obstante que en dos, mientras que en dos y aunque en una. Los tres primeros tiene la función de señalar que la cláusula en la que se ubican elimina cualquier conclusión que pudiera inferirse de la información expuesta en las cláusulas anteriores. En (5) apreciamos uno de los numerosos ejemplos registrados con pero, en (6) un ejemplo con sin embargo y en (7) uno más con no obstante que:

(5) Se alargó la racha de Pumas de 30 años sin poder derrotar a Chivas en Guadala jara, es muy duro para los universitarios, pero lo deben olvidar y concentrarse en su próximo partido como local para buscar su primer triunfo con Mario Carrillo como técnico. [JRF: 1]

(6) Sin embargo, en el sexto round, cuando el combate está con dominio de Pacquiao, que desde mi punto de vista en las tarjetas iba un punto arriba, Márquez lo esperó con el clásico contragolpe en los últimos segundos, Manny cometió un error, se abalanzó sobre Juanma y ahí lo recibe con un recto de derecha. [JRF: 3]

(7) No me extraña el llamado de Omar Bravo con la Selección Nacional. Es el premio a lo bien que lo ha venido haciendo con el Atlas, no obstante que no le fue muy bien con el Sporting Kansas City de la MLS y el Cruz Azul de México. [JRF: 4]

Aunque es otro conector que no mencionan Martín y Portolés (1999); sin embargo, sí se considera en Montolío (2001), así como en Sánchez Avendaño (2005). Aunque se utiliza para conectar dos proposiciones adversativas, expresando cierta rectificación o reajuste de lo enunciado en la cláusula anterior, tal como sucede en (8), donde el conector aunque despliega esta función de rectificar o reajustar lo dicho en la cláusula anterior, esto es que el boxeador mexicano Márquez parta como favorito ante el estadounidense Timothy Bradley:

(8) Sin duda el regreso de Juan Manuel Márquez es la noticia del momento. El ‘Dinamita’ no se retira, pelea en septiembre, en fechas patrias, frente a Tim Bradley en el Thomas & Mack Center de Las Vegas [...] Estoy seguro que va a ser un combate donde Márquez partirá como favorito, aunque también debe reconocerse que el púgil estadounidense es muy peligroso. [JRF: 5]

Los conectores causativos fueron los segundos más abundantes en nuestro corpus, ya que registramos el uso de porque seis veces, debido a dos ocasiones y pues, ya que y gracias a una vez cada uno. Ciertamente, Martín y Portolés (1999) no mencionan conectores causativos; sin embargo, Montolío (2001) y Sánchez Avendaño (2005) sí los consideran en sus respectivos estudios. Es importante advertir que muchos de los conectores que identificamos en el corpus, y que presentamos en los ejemplos, son considerados intraoracionales y no interoracionales, de ahí que muchos de ellos no sean abordados por algunos autores (Errázuriz, 2014).

En (9-13) presenciamos una serie de ejemplos con el uso de los conectores porque, debido a, pues, ya que y gracias a, respectivamente. En todos los casos, con la excepción de (13), la construcción está conformada de cláusula consecutiva + conector de causa + cláusula causativa. En (9) la consecuencia es que la fecha para la que se programó la pelea entre Márquez y Pacquiao no es época de boxeo para los mexicanos; la causa de lo anterior la constituyen las fiestas decembrinas y los gastos que estas producen. En (10) la consecuencia la establece el hecho de que el marcador no se movió; la causa es que Emanuel Villa erró las oportunidades que tuvo. En (11) la consecuencia es que el partido Chivas vs. Pumas resultó agradable; la causa la constituyen las llegadas de gol. En (12) la consecuencia es que el Real Madrid tiene jugado un partido menos; la causa es que el partido contra el Rayo Vallecano no se pudo llevar a cabo. Finalmente, en (13) advertimos un ejemplo con el conector gracias a; aquí observamos la siguiente construcción: conector de causa + sintagma nominal causativo + cláusula de consecuencia. Cabe destacar no solo la ubicación de la causa que antecede a la cláusula consecutiva, sino también que la causa, a diferencia de los otros ejemplos, está constituida de un sintagma nominal.

(9) Es un hecho que no es una época de boxeo para los mexicanos, porque se acerca el 12 de diciembre, navidad, los gastos están allá, entonces los que vengan serán connacionales radicados en Los Ángeles, en Las Vegas y algunos de la capital, pero sí tendrá más parcialidad Márquez que Pacquiao. [JRF: 2]

(10) El marcador no se movió debido a dos claras oportunidades que erró Emanuel Villa para los visitantes, pero la falla más increíble fue la de Luis Pérez. [JRF: 1]

(11) Me pareció un mejor partido el que disputaron el domingo Chivas y Pumas. Resultó más agradable pues contó con más llegadas de gol. [JRF: 1]

(12) Claro que el Madrid tiene un partido menos ya que el duelo ante Rayo Vallecano [...] no se pudo celebrar el encuentro. [JRF: 1]

(13) Manny es un pugilista muy peligroso que tiene una velocidad impresionante en los puños. Mete derecha e izquierda con mucha velocidad y sale inmediatamente, pero gracias a las peleas previas, Márquez se ha vuelto experimentado e inteligente, es un Campeón de boxeo a los 39 años en su apogeo. [JRF: 2]

Por último, hemos de comentar los conectores de finalidad utilizados por Fernández en los textos de nuestro corpus. Es importante señalar que ni Martín y Portolés (1999) ni Montolío (2001) hablan de estos marcadores discursivos en sus respectivos trabajos, pero con base en Calsamiglia y Tusón (2002) nosotros consideramos adecuado añadirlos en el grupo de conectores, pues su función de junción de cláusulas es muy clara. De acuerdo con estas dos autoras, los conectores de finalidad «introducen la causa como meta o propósito que se persigue» (Calsamiglia y Tusón, 2002, p. 248).

En el corpus registramos el conector para + sintagma de infinitivo en 3 ocasiones y para que + cláusula en subjuntivo presente en 1 ocasión. En (14) apreciamos el sintagma de infinitivo aclarar las especulaciones que han crecido [...], antecedido del conector para, que constituye la cláusula de finalidad ubicada después de la cláusula principal: vía telefónica lo localicé, coordinada a su vez mediante la conjunción y con otra cláusula principal: el empresario se encuentra en Perú. En (15) distinguimos la cláusula de subjuntivo negativa: no se subiera en el ring antecedida del marcador para que, que conforma la cláusula de finalidad localizada enseguida de la cláusula principal de indicativo: Hay dramatismo en la arena [...] deteniéndola.

(14) El empresario se encuentra en Perú y vía telefónica lo localicé para aclarar las especulaciones que han crecido fuertemente y que ponen al Guadalajara, incluso, en manos de Grupo Carso. [JRF: 6]

(15) Hay dramatismo en la arena, el grito de los mexicanos de euforia, pero al mismo tiempo con la preocupación al ver en la pantalla el rostro de la mujer de Pacquiao y de Bob Arum deteniéndola para que no se subiera en el ring. [JRF: 3]

5.3. Marcadores conversacionales

En el rubro de marcadores conversacionales, encontramos tanto de modalidad epistémica como de modalidad deóntica. En el caso de los primeros, ubicamos 8 frecuencias, de estos 5 fueron marcadores de evidencia, es decir, que expresan seguridad o certeza plenas y solo un marcador que expresa inseguridad o duda utilizado en 3 ocasiones. Respecto de los marcadores de modalidad deóntica, localizamos solo uno, este expresa volición, empleado en 2 ocasiones. La tabla 3 representa estos datos.

Tabla 3 Frecuencias de marcadores conversacionales 

En referencia a los marcadores conversacionales de modalidad epistémica de evidencia, en nuestro corpus aparecen sin duda en 3 ejemplos y seguramente en 2 ejemplos más. Estos marcadores conversacionales epistémicos de evidencia refuerzan lo que exponen enseguida. En (16) observamos un ejemplo en el que se refuerza la idea de la conveniencia del triunfo de Pacquiao frente a Márquez. En (17) el adverbio oracional seguramente refuerza la idea de haber lastimado la parte de atrás del cuello de Pacquiao.

(16) Si uno le preguntara al MGM, a Bob Arum, o a la gente de boxeo, sin duda la conveniencia es que Pacquiao triunfe, es de la casa y la idea sería que ganara el filipino. [JRF: 2]

(17) Generalmente los boxeadores caen para atrás, noqueados, éste cayó hacia adelante, Juanma le pega en la barbilla y seguramente le ha de haber lastimado la parte de atrás del cuello, por eso Manny cae brutalmente como una tabla y no se para. [JRF: 3]

Así como encontramos algunos marcadores conversacionales de modalidad epistémica de evidencia, también registramos tres ejemplos con marcador de incertidumbre o duda, todos ellos con quizá; en (18) advertimos un ejemplo. Este marcador es un adverbio de duda que puede emplearse tanto con modo indicativo como con subjuntivo; sin embargo, el uso de este último obliga a que el marcador se ubique antes del verbo, tal como lo señala Martín (1999: 32): «En relación con el modo verbal que seleccionan todas estas unidades, merece la pena destacar tam- bién que, si comparecen con subjuntivo, deben preceder al verbo, mientras que, con indicativo, pueden precederlo o seguirlo». En nuestro ejemplo notamos el uso del modo subjuntivo y, por consiguiente, la presencia del marcador de incertidumbre antecediendo la construcción en subjuntivo.

(18) Sin duda el regreso de Juan Manuel Márquez es la noticia del momento. El ‘Di namita’ no se retira, pelea en septiembre, fechas patrias, frente a Tim Bradley en el Thomas & Mack Center de Las Vegas. Quizá el rival no le diga mucho a usted. Sin embargo, Timothy Bradley le ganó a Manny Pacquiao, en una pelea muy dividida y difícil. [JRF: 5]

En el corpus solo registramos una partícula de modalidad deóntica que expresa volición: ojalá en 2 ocasiones. Este marcador refleja una valoración afectivo-senti- mental, de tal manera que comenta la proposición a la que remite como algo deseable (Martín, 1999, p. 51). Por ende, se asocia con la modalidad desiderativa y no con la asertiva. En (19) presenciamos el empleo del marcador ojalá que es seguido de una construcción en subjuntivo que remite ciertamente a algo deseable, esto es que las luchas en el Vaticano cesen por muchos años.

(19) Los jesuitas trabajan muy bien y seguramente acabarán las luchas en el Vaticano.

Ojalá sea por muchos años y por bien del mundo. [JRF: 4]

A manera de recapitulación, podemos señalar que los conectores fueron, por mucho, los marcadores discursivos más utilizados por el periodista deportivo Fernández, ya que estos constituyeron el 82,25% del total de marcadores discursivos del corpus. Por su parte, los marcadores conversacionales resultaron los segundos más asiduos; estos conformaron el 16,14% de los marcadores discursivos analizados. Finalmente, ubicamos los estructuradores de la información de los que apenas registramos 1,61% del corpus.

Consideramos conveniente contrastar nuestros hallazgos con aquellos de Errázuriz (2014), ya que, si bien en su estudio la autora analiza los marcadores discur- sivos utilizados en ensayos de estudiantes universitarios, es interesante observar que los resultados de su estudio son similares a los nuestros. En efecto, la función que Errázuriz identifica más comúnmente en los ensayos de los estudiantes es «la de oponerse a la idea anterior para defender los propios argumentos a través del conector ‘pero’ […]» (Errázuriz, 2014, p. 227). En nuestros materiales, descubrimos que los conectores contraargumentativos resultan los más utilizados, ya que en todos los textos analizados localizamos una diversidad de conectores de este tipo, aunque el conector pero resulta el más constante, pues se le encontró en cada uno de los textos de nuestro corpus.

Cabe señalar que otro resultado similar entre el estudio de Errázuriz (2014) y el nuestro se produce en el rubro de los conectores que dan cuenta de la relación causa-efecto, ya que estos constituyen los terceros marcadores más asiduos en sus materiales, solamente detrás de los marcadores de oposición y de los de adición. En nuestra investigación los conectores de causa se ubican justamente detrás de los contraargumentativos. Asimismo, en nuestros materiales los conectores de consecuencia se sitúan debajo de aquellos de causa. De tal suerte que juntos conectores de causa-consecuencia representan el 29,41% del total de conectores, una cifra bastante significativa en el rubro aludido.

6. Conclusiones

Luego de presentar el análisis de los seis textos redactados por Fernández en su blog de ESPN, advertimos que el periodista utiliza un considerable número de marcadores discursivos con la finalidad de organizar su discurso y guiar al lector a una adecuada interpretación del mismo (Portolés, 2001). Los marcadores discursivos más asiduos en nuestro corpus fueron los conectores, pues de estos registramos 31 contraargumentativos, 11 causativos, 4 consecutivos, otros 4 finales y uno aditivo. Los segundos marcadores discursivos más frecuentes en el corpus fueron los marcadores conversacionales, ya que de estos contabilizamos 8 de modalidad epistémica y otros 2 de modalidad deóntica. De los marcadores de modalidad epistémica, 5 expresaron evidencia y 3 duda. Los únicos 2 marcadores de modalidad deóntica expresaron volición. Finalmente, de los estructuradores de la información, solo ubicamos un marcador ordenador.

Con base en nuestros hallazgos, es importante hacer dos advertencias: en primer lugar, que el blog es un género textual que le permite al autor utilizar ciertos elemen- tos discursivos que le restan formalidad al texto y que en principio tienden más a la espontaneidad y a un menor grado de elaboración (Sun y Chang, 2012). En segundo lugar, cabe advertir que no todos los marcadores discursivos resultan adecuados para utilizarlos en un medio escrito que tiende a desplegar rasgos de más espontaneidad y menos elaboración, como es el caso del blog (Koch y Oesterreicher, 2001).

Consideramos que el género textual blog junto con el estilo de Fernández en el marco del discurso deportivo ha constituido una combinación interesante que ha dado lugar al uso esencialmente de conectores y, en menor medida, de marcadores conversacionales y estructuradores de la información. Esto significa que en nuestro corpus no apareció ningún tipo de reformulador, ni de operador argumentativo; además, en la categoría de los estructuradores de la información, no registramos tampoco comentadores, ni digresores; finalmente, de los marcadores conversacionales, no encontramos ningún enfocador de la alteridad, ni marcador metadiscursivo conversacional. Lo anterior se debe principalmente a que muchos de estos marcadores discursivos resultan más apropiados para ciertos géneros textuales y no para otros, tal como señala Roloff (2010).

Respecto de los marcadores discursivos ausentes en el corpus, a manera de ejemplo consideramos que los reformuladores no aparecieron en este género textual porque si bien el autor escribió sus textos de manera un tanto directa y espontánea, contó con el tiempo necesario para rectificar que lo expresado en ellos fuera justamente lo que quería decir (Martín y Portolés, 1999); por ende, deducimos que no requirió este tipo de marcadores. Igualmente, creemos que los enfocadores de la alteridad no aparecieron en nuestro corpus porque en los textos de Fernández no se evidencia manifiestamente la relación entre los participantes de la comunicación (Meneses, 2000). Por último, concluimos que los marcadores metadiscursivos conversacionales no se emplearon en el corpus porque estos tienden a aparecer en textos que ratifican la copresencia del hablante y del oyente en una conversación, situación ausente en los textos que analizamos aquí (Martín y Portolés, 1999; Loureda Lamas, 2010).

Finalmente, consideramos que este trabajo es una pequeña contribución al campo de estudio del discurso deportivo, así como al de los marcadores discursivos. Sin embargo, todavía resta mucho por hacer al respecto. En efecto, creemos que los textos deportivos, en especial textos fónicos como crónicas de diferentes eventos, pueden constituir un corpus sumamente interesante de analizar en esta misma rama del conocimiento, pues estimamos que en estos géneros textuales puede recurrirse a diferentes marcadores discursivos de aquellos que hemos examinado en el género que nos ha ocupado en este artículo. Igualmente, reconocemos que, si bien en el presente estudio hemos elucidado los marcadores discursivos del idiolecto de un solo periodista deportivo, vale la pena contrastar nuestros resultados con aquellos de otros corpus constituidos de textos de diferentes periodistas deportivos.

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1El presente artículo se inscribe en el marco del proyecto de investigación: Análisis sintáctico contrastivo de textos deportivos en español, francés e inglés, financiado por el programa 7.1 de la Universidad de Guadalajara, México. La autora es responsable del grupo académico UDG-CA-560: Traducción y lingüística aplicada a la enseñanza de lenguas.

2Muchos de estos son denominados como marcadores de disconformidad y subclasificados como de oposición

Recibido: 29 de Octubre de 2015; Aprobado: 06 de Abril de 2016

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