SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue75ÁNGEL CUERVO: CURIOSITIES OF THE AMERICAN LIFE IN PARIS OR IN DEFENSE OF THE LATIN AMERICAN IDENTITY author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Lingüística y Literatura

Print version ISSN 0120-5587

Linguist.lit.  no.75 Medellìn Jan./June 2019

 

Editorial

FILOLOGÍA Y POLÍTICA

Selnich Vivas-Hurtado1 

1Editor-Director, Revista Lingüística y literatura, Universidad de Antioquia, Colombia.


Las constelaciones políticas le confieren a la filología un lugar de privilegio, ser un refugio para el disenso. Sentir, analizar y poner en diálogo la vida secreta de las lenguas y las literaturas es indefectiblemente enfrentarse a las estructuras del poder. Las formas de sujeción y exterminio habitan los hechos del lenguaje. Detrás de la expresión transparente e ingenua se esconde el juicio implacable. Al hacer estudios filológicos hacemos memoria con quienes han padecido la brutalidad. Desenmascaramos las razones de quienes la han imaginado por escrito. Propiciamos, de algún modo, la sanación de unos y otros, mediante el bordado de retazos. Maduro, Duque, Bolsonaro, Macri -todos señores- preferirían acallar las voces de quienes viven en intensidad la palabra. Para ellos la palabra, artefacto explosivo, debe ser controlada por los agentes secretos de los dogmas. Debe ser reducida a algo carente de espíritu, porque podría avivar las movilizaciones sociales y la búsqueda de la justicia. En nosotras, por el contrario, la memoria, enriquecida con el debate, es lo más necesario para la salud. La vida se nos antoja celebrante y prolongada cuando se refleja en numerosos guijarros rotos, cada uno con su voz, con su tradición. De esos fragmentos bordamos nuevas imágenes de lo que hemos sido y podremos ser: de sociedades violentas, excluyentes, pasamos a sociedades dispuestas para la convivencia.

En este número 75 de Lingüística y literatura la expresión rastaquouère adquiere un valor sociológico. Da a entender quiénes eran y qué anhelaban las élites latinoamericanas del siglo XIX. Los americanos querían ser aceptados en París, pero su obsesión por parecer lo que no eran y por odiar lo que eran, por adquirir títulos nobiliarios y degradar lo poco o mucho que tenían de indígenas y afros, los llevó a arrastrarse, a desbordarse en lujos y despilfarros. Cualquier parecido con los narcotraficantes no es mera coincidencia. Los nietos de aquellos y los hijos de estos gobiernan en matrimonio sagrado y armado. El rastaquouère supo preservar con astucia y creatividad el modelo feudal en la república. Chapeau ! De esas mismas curiosidades excéntricas podríamos hablar cuando pensamos en Alan García. Cuando las castas sociales no brillan en el rostro, resuenan estrambóticamente en las declaraciones públicas. Reforzar la imagen negativa de las culturas ancestrales, significa retornar al tiempo en el que unos eran cristianos y otros caníbales. Dentro de esas relaciones de poder es inaceptable sentirnos orgullosas de las herencias de africanía. La defensa de la hispanidad llevó a la invisibilización y al desprecio de nuestra inmensa diversidad. Pero qué saludable, escuchar que en nuestra forma de hablar pervive el kikongo y que su influencia en las hablas afrohispanas nos conectan directamente con el antiguo Reino del Congo y las lenguas bantúes.

También nos reconfortamos con esa diversidad cuando encontramos líneas paralelas entre los escritores argentinos (Sábato, Juarroz, Bizzio) y los procesos de profesionalización de los novelistas colombianos del siglo XX. Unos y otros padecen y desafían lo que está detrás del oficio de escritor, es decir, el mercado, las instituciones. A veces, también, la autonomía estética de la poesía. Apostarle a la elaboración estética antes que al número de ejemplares vendidos es un proceder político. El exilio se da en silencio musical; la venta de ejemplares, en la construcción de un tipo de lectoras. Es legítimo crear obras que se vendan y obras que nadie entienda. Es legítimo ver y palpar la realidad opresora de las dictaduras a la luz del “long labyrinth of darkness” de la novela gótica. Así cabría llamar el universo visual de Sobre héroes y tumbas. Los límites de lo literario están trazados allí donde terminan los límites del lenguaje. Los “manchetes” periodísticos pueden indicar una estructura de mundo que alimenta los odios y las fantasías en torno al “futebol brasileiro”. Son recursos retóricos y a la vez estructuras cognitivas. Ya no podemos discernir si el lenguaje crea la realidad o apenas la sigue. Decir lo uno sin aceptar lo otro es absurdo. El lenguaje influye en nuestro sentir el mundo; el mundo influye en nuestra manera de crear lenguaje. Lejos estamos de creer que hay literatura de ficción y textos científicos objetivos. Aquello que pase por la palabra está atravesado por la ficción. Lo creado, aunque hable de la realidad tangible, siempre será una realidad editada, en la que vive una humanidad sin conciencia. A dicha realidad le podemos atribuir nuestra capacidad para argumentar. Lo que opinamos es lo que hemos escuchado, leído y creído. Las decisiones humanas no son más o menos morales; están ancladas a un sistema de valores propio de grupos, clases, épocas. Así mismo la pertenencia a las tertulias literarias y la defensa de un estilo. Se escribe y se lee lo que encuentra simpatía dentro de un círculo de amigos. El gusto estético le da la razón a quienes me leen y leo. No quiere decir, por supuesto, que quienes no gustan de la lectura y la escritura deban ser considerados incapaces de producir ideas estéticas. Tampoco que quienes aparecen dentro de la historia literaria son más inteligentes que quienes fueron excluidos de ella por efecto de la alfabetización. La historia de la transmisión textual es una rama de los estudios de la cultura escrita; la escritura académica, una herramienta más de la formación universitaria. Pero ni aquella ni esta son las formas privilegiadas de entender la literatura ni de producir conocimiento.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons