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Lingüística y Literatura

Print version ISSN 0120-5587On-line version ISSN 2422-3174

Linguist.lit.  no.77 Medellìn Jan./June 2020  Epub Oct 26, 2021

https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n77a07 

Artículos de investigación

UNA CONFIGURACIÓN TOPONÍMICA DEL RESGUARDO INDÍGENA KANKUAMO1

A TOPONYMIC CONFIGURATION OF THE KANKUAMO INDIGENOUS RESERVATION

Andrés Alfonso Pastrana Salas1  *  2

1Universidad del Atlántico (Colombia) aps120@hotmail.com


Resumen:

Esta investigación se propuso constatar el origen y la existencia de los topónimos en el resguardo indígena Kankuamo por medio de un análisis morfológico y lexicográfico. Se determinó el origen y la filiación lingüística de la comunidad kankuamo, así como el proceso de reconfiguración de su identidad con base en los atributos topográficos y culturales atribuidos por sus miembros. Entre los hallazgos, se destaca el carácter simbólico que cada espacio del territorio kankuamo asume como parte de la identidad individual y colectiva de esta comunidad.

Palabras clave: toponimia; sociocultural; indígena

Abstract:

This research aimed to verify the origin and existence of toponyms in the Kankuamo indigenous reservation, through a morphological and lexicographic analysis. The origin and linguistic affiliation of the Kankuamo community was determined, as well as the process of reconfiguration of their identity, based on the topographic and cultural attributes assigned by its members. Among the findings, the symbolic character that each space in the Kankuamo territory assumes as part of the individual and collective identity of this community stands out.

Key words: toponymy; sociocultural; indigenous

1. Introducción

Todo territorio o espacio habitado manifiesta un proceso territorial de simbolización, representación y uso, resultado de un conjunto de elementos en interacción dinámica entre factores humanos, como los étnicos, los culturales, los sociales, los económicos, los legales, entre otros. Este sistema da sentido a sus habitantes y se refleja a través de su sistema lingüístico, el cual incorpora un diverso tipo de rasgos y elementos contextuales territoriales. En este sentido, la lengua como subsistema de ese gran sistema cultural enmarcado desde lo territorial, contempla una serie de estructuras lingüísticas desde los diferentes niveles de la lengua, como reflejo y creación de ese territorio. Estos elementos léxicos, morfosintácticos y fonético-fonológicos llegan a convertirse en referentes importantes arraigados al territorio de los habitantes, pues dan cuenta de las imágenes y los significados que el contexto contiene: montañas, llanuras, árboles, lluvia y todas las manifestaciones que surgen allí. Por tal razón, la toponimia, como disciplina de análisis del origen y significado de los nombres de los lugares, se establece como elemento pertinente para este estudio.

En las lenguas que han perdido vitalidad reduciendo los dominios de uso -al punto de no llegar a cumplir las funciones comunicativas básicas-, aún es posible identificar la relación con los orígenes de las comunidades ancestrales, desde las evidencias lingüísticas identificadas en los nombres atribuidos a los lugares y espacios circundantes, que tienen representatividad para los nativos, pasando así a ser reconocidos como topónimos. En este sentido, esta investigación buscó constatar el origen y la existencia de la toponimia en el resguardo indígena Kankuamo, mediante el análisis morfológico y lexicográfico de los topónimos kankuamos.

La zona de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia) es reconocida como un sistema multilingüe y plurilingüe con una gran complejidad intercultural, donde se encuentran cuatro pueblos ancestrales indígenas de ascendencia tayrona: los wiwas, los koguis, los ikas y los kankuamos. Estos pueblos se consideran mitológicamente emparentados y se autoproclaman como los pilares del corazón del mundo, con un papel establecido en su mitología de origen, en pro de la salvaguarda de los espacios naturales, con el fin de mantener el equilibrio ecológico; por lo tanto, son comunidades con un pensamiento ancestral relevante alrededor de su cosmogonía, la cual le da sentido a su existencia.

De estos cuatro pueblos, los kankuamos evidencian las condiciones ya mencionadas, en relación con las comunidades que sufren la pérdida de su sistema lingüístico y, en ese sentido, la pérdida de gran parte de su sistema cultural. Sin embargo, entre los kankuamos aún es posible encontrar la conexión con sus orígenes en los topónimos usados en todo el asentamiento y que aún hacen parte de los determinantes identitarios cohesionadores de la comunidad.

2. Comunidad indígena kankuamo

Las comunidades indígenas que se encuentran en el Departamento del Cesar están repartidas en siete etnias, que a su vez se distribuyen en catorce resguardos. La gran mayoría de estas etnias se diseminan a lo largo y ancho de la Serranía del Perijá y La Sierra Nevada de Santa Marta; y otros más en municipios cercanos a estos lugares, como Valledupar, Becerril, Codazzi, etc. Según el censo de 2005, se registra la existencia de siete etnias en el departamento: ette ennaka, motilones bari, kogui, wiwa, yukpa, kankuamo y arhuaco (Gobernación del Cesar, 2009). Según datos del Censo 2005, se estima que la población con mayor porcentaje demográfico es la comunidad arhuaca (42 %), mientras que la comunidad kankuamo ocupa el segundo lugar (24 %) de población indígena en el Departamento del Cesar.

Gráfico 1  Comunidades Indígenas en el departamento del Cesar. Fuente: (DANE, 2005; OIK, 2006) 

El resguardo kankuamo tiene una extensión de 24 600 hectáreas, desplegadas en el macizo de las estribaciones de la Sierra, a unos 12 km de la cabecera municipal, Valledupar. Limita por el norte con el resguardo kogui-malayo, cerca al río Guatapurí y al río Cherúa; por el sur, con el valle del río Guatapurí en la zona baja; por el oriente, con el corregimiento de Patillal y el río Badillo; por el occidente, con el resguardo arhuaco, en medio de los ríos Donachuí y Guatapurí. La riqueza hídrica que bordea este territorio, sumado a la cultura ancestral y la biodiversidad, la convierten en un punto estratégico.

Mapa 1 Resguardo indígena kankuamo 

El Censo DANE 2005 reportó 12 714 personas que se consideran pertenecientes al pueblo kankuamo, de las cuales el 48,62 % son hombres (6 182 personas) y el 51,38 % mujeres (6 532 personas). La mayoría de ellos se concentran en el Cesar, en donde habita el 96,29 % de la población, seguido por La Guajira, con el 1,30 % (165 personas) y Bogotá D.C., con el 0,87 % (111 personas). Estos dos departamentos y la capital del país concentran el 98,46 % del total poblacional de este pueblo. Los kankuamos representan el 0,91 % de la población indígena de Colombia.

Tabla 1 Número de miembros de la comunidad kankuamo en Colombia. Elaborada por el cabildo kankuamo, con base en el Censo 2005 

En lo concerniente a ese 96,29 % de la población kankuamo que se encuentra apostada en el resguardo kankuamo, según datos del OIK (2003), Atánquez es la comunidad que posee más familias, con 600, seguida de La Mina, con 155; las aldeas con menos familias son Murillo, con 18, y Las Flores, con 11. Se presenta una mayor proporción de hombres, con un promedio del 52,3 %, mientras que las mujeres alcanzan el 47,7 % del total. La población infantil se estima en un total de 2 457; el mayor índice de natalidad ocurre en los poblamientos, como es el caso de Rancho de la Goya, El Mojao, Ramalito y Los Haticos.

3. Marco teórico

La toponimia es una disciplina que se ocupa de estudiar el origen y significado de los nombres propios de los lugares. El campo de estudio de la toponimia es ilimitado. Permite un mayor y mejor conocimiento de un determinado lugar desde los puntos de vista histórico, geográfico y humano, pues «[…] los nombres que la gente da a los lugares en donde vive y sus alrededores proporcionan una extraordinaria fuente de información acerca de la historia, creencias y valores de la sociedad» (Crystal, 1994, p. 114).

Esta disciplina permite comprender mejor el alma popular, sus tendencias místicas y realísticas, así como sus medios de expresión. A través de ella se pueden constatar las transformaciones del nombre de un lugar, la evolución fonética, las alteraciones de diverso orden, etc. Desde esa disciplina se contempló la esencia del objetivo de la investigación: desentrañar la estructura asociativa que se establece en la organización lingüística del topónimo y la referencia identitaria que el kankuamo utiliza en la reivindicación étnica de su cultura.

En muchas ocasiones, los antiguos nombres de lugar sobrevivieron a las distintas ocupaciones; como ejemplo ilustrativo, se puede citar la Península Ibérica, donde numerosos topónimos resistieron a los procesos de conquista y colonización romana, germánica e incluso árabe. En el caso de Colombia, particularmente, en lo atinente a la etnia kankuamo, el proceso de colonización española acarreó un transcurrir sistemático en el cambio de los nombres de lugares, ríos, parajes, montañas, calles, etc. Sin embargo, aunque el proceso de cambio terminó por exterminar la lengua kankuamo, no impidió que los topónimos se conservaran, los cuales aún son utilizados en gran parte de su territorio.

Tradicionalmente, se ha entendido que la toponimia estudia los nombres de lugar y sus transformaciones a través del tiempo. Da cuenta de diversos fenómenos (migraciones de pueblos, conquistas, colonizaciones, cambios de lenguas, extinción de lenguas, valorización de una tierra y etapas sucesivas de desarrollo cultural). Dentro del concepto de nombres de lugar se circunscriben, asimismo, los nombres de ríos, lagos o lagunas (hidronimia), los de accidentes topográficos (orónimos), los de poblados (ecónimos) y los nombres de divinidades (hagiónimos). En este sentido, esta disciplina ha ejercido un interés avasallador en el campo de las ciencias sociales, en vista de su función interdisciplinaria: la lingüística, la geografía, la etnografía, la historia y la sociología, para citar algunas ciencias, favorecen la toponimia y coadyuvan en su quehacer, en función de tratar de averiguar nombres de lugar, su antigüedad, sus características y sus etimologías. Tal y como lo expresó Ramón Menéndez Pidal (1968):

Los nombres de lugar son viva voz de aquellos pueblos desaparecidos, transmitido de generación en generación, de labio en labio, y que por tradición ininterrumpida llega a nuestros oídos en la pronunciación de los que hoy continúan habitando el mismo lugar, adheridos al mismo terruño de sus remotos antepasados; la necesidad diaria de nombrar este terruño une a través de los milenios la pronunciación de los habitantes de hoy con la pronunciación de los primitivos (Menénedez Pidal, 1968, p. 5).

Con base en lo anterior, se puede afirmar que la tradición oral es un elemento vital en la conservación de la toponimia de las comunidades. A través de la historia, el hombre ha tenido la necesidad de significar el mundo que lo rodea, apoyado en las particularidades de su visión de mundo; sin embargo, cuando las lenguas se desvirtúan o desprestigian, también ocurre lo mismo con sus hablantes. Esta situación influye en la esencia de la cultura de cada comunidad, conllevando a la resignificación o transformación de las estructuras de las lenguas, y, así mismo, en la toponimia de esta.

3.1. El topónimo

La palabra topónimo se compone de dos voces, es decir, de la palabra topos que significa «lugar» y de onoma que expresa «nombre». El topónimo, como cada unidad lingüística, observándola desde el punto de vista estructuralista, tiene dos bases: el significado y el significante. Un topónimo puede ser expresado por una sola palabra o por una frase (compuesta de dos o más palabras). Un nombre de lugar puede ser representado por un nombre, un adjetivo o un verbo nominalizado.

3.1.1. Formación del topónimo

La formación de palabras es un proceso que se da en todas las lenguas, gracias a la cual se amplía el léxico de un idioma. Los procedimientos de la formación de palabras son los siguientes: la derivación, la composición, la abreviación, la apócope y la aféresis. No obstante, estos no son los únicos mecanismos que posibilitan el proceso de cambio lingüístico, pues quedan de lado la síncopa y otros de refuerzo articulatorio, como la prótesis, la epéntesis, la paragoge, entre otros de asimilación. Puente Cándido (2009), señaló los mecanismos que generan cambio de sonidos. De la derivación y la composición se hablará más adelante al analizar los topónimos. Con relación a los demás, se quiere especificar en el proceso de la abreviación, que consiste en la reducción de dos palabras a una. En el caso de la apócope, se pierde la sílaba o el sonido final de la misma, mientras que en el de aféresis se pierde la inicial. Las siglas se forman de las letras iniciales de más palabras, y en cambio, al formar los acrónimos se utilizan las sílabas iniciales, o algunas veces se unen con letras iniciales.

En el análisis lexicógrafo se tuvieron en cuenta dos aspectos fundamentales para este estudio, como lo son la derivación y la composición, que permiten descifrar el proceso constitutivo de los topónimos kankuamo, y clarificar si dentro de estos elementos existen voces de otras lenguas indígenas o indoeuropeas

3.2. Derivación

La derivación es uno de los procedimientos que permite conocer la creación de otras palabras a través de la adición de sufijos morfológicos a la raíz. Pero antes de hablar sobre los afijos, hay que aclarar que algunos lingüistas distinguen dos tipos de morfología: la léxica y la gramatical (Spitzová, 2001). La primera estudia la derivación y la composición: el resultado de estos dos procedimientos son nuevas unidades léxicas. La morfología gramatical estudia la flexión. La derivación estriba en añadir los afijos a la raíz, la cual tiene sólo significado léxico, pero ninguna función gramatical. Existen tres tipos de afijos en la lengua española: prefijos, interfijos y sufijos. Los prefijos se anteponen a la raíz, los sufijos se posponen a la raíz y los interfijos se colocan entre la raíz y el sufijo de derivación o flexión.

3.3. Composición

El proceso de composición presupone la combinación de por lo menos dos unidades léxicas (palabras, raíces, bases), que tienen una existencia autónoma en la lengua. El resultado de la composición son nuevas unidades. Existen más tipos de composición. Bartoš y Valíková, (2002) mencionaron la sinapsis, la disyunción, la contraposición y la yuxtaposición.3 En el primer caso se trata de la unión de un sustantivo junto con una denominación preposicional o de un adjetivo. En el segundo se trata de:

[...] formaciones denominativas en el que no se produce la unión gráfica. [...] son unidades lexicalizadas, aunque en ciertos casos el segundo componente nominal, que cumple la función de modificar o especificar, puede causar la vacilación en la definición de su estatus (Bartoš & Valíková, 2002, p. 16).

Se habla de contraposición en el caso de la unidad de dos palabras, constituyendo una unión gráfica. Se puede componer de dos sustantivos o adjetivos, o un sustantivo junto a adjetivo. El último término denomina las unidades que se forman de dos palabras, pero sin una conjunción o guion. Los dos componentes pueden existir solos al descomponer una nueva unicidad y seguirán designando la misma realidad denominadora.

4. Metodología

El diseño metodológico de la investigación incluyó una serie de recursos procedimentales y herramientas de recolección de datos, en relación con la complejidad de su objeto de estudio. A continuación, se hará una descripción del mismo y se dará a conocer la justificación de cada recurso; se expondrá la selección paradigmática del enfoque de investigación, así como también del método para aproximarse a la comunidad y acceder a los datos para consolidar el corpus. Así mismo, se detallará la construcción de las herramientas de recolección de datos y el análisis e interpretación de la información.

4.1. Espacio geográfico y selección de la comunidad de habla

En el caso de la toponimia de la comunidad indígena kankuamo, se tuvieron en cuenta dos aspectos: en primera medida, la extensión geográfica del territorio (24 212 206 hectáreas), dentro de las cuales habitan en su gran mayoría el pueblo kankuamo, la cual a su vez se encuentra concentrada en cinco asentamientos, a saber; Atánquez, Chemesquemena, Guatapurí, El Pontón y, en menor medida, La Mina. El segundo aspecto entra en consonancia con el primero, pues en dichos asentamientos se delimitó la búsqueda de los topónimos kankuamos.

5. Fundamentos de la investigación

Este estudio asumió una postura interdisciplinaria para así acceder a todo tipo de posibilidades teórico-metodológicas, que a su vez permitieron desarrollar procesos acordes a las condiciones históricas, geográficas y socioculturales que el contexto demandó. Los aportes de diferentes disciplinas como la antropología, la sociología, la lingüística, etc. ayudaron a mirar el objeto de estudio desde la complejidad de su realidad sociocultural, en relación con los factores que le dan sentido.

Lo ya planteado hasta el momento permitió orientar la investigación y circunscribirla en el marco del enfoque cualitativo. Éste dio la oportunidad de abordar la realidad de los actores sociales y el uso de los topónimos de manera confiable, acorde al empleo natural de los nativos. A partir de dicho enfoque, se aplicaron los diferentes tipos de observación, además de la interacción con nativos de manera directa por medio de diálogos.

5.1. Método

El método etnográfico fue escogido como procedimiento de acercamiento in situ al contexto sociocultural de la comunidad kankuamo. A través de este, la investigación logró desarrollar una aproximación transcultural, comparativa y tipológica, la cual permitió visitar los lugares relacionados con los nombres tradicionales indígenas y así obtener claridad sobre las características de la comunidad. Se interactuó con los nativos de la comunidad por medio de diálogos y se verificó la existencia de algunos topónimos en relación con sus referentes geográficos y culturales, a la vez que se estudiaba el uso de este tipo de léxico y se recababa el corpus.

La recolección de datos de topónimos en el contexto fue acompañada de un acercamiento metodológico documental, que permitió la determinación del origen de las palabras en cuestión. Se revisó la bibliografía de lenguas indígenas a la mano y trabajos especializados sobre la estructura de las lenguas indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta. También se prestó especial atención a los trabajos realizados por Trillos Amaya (2001), Celedón Robert de Wavrin (2006) y Gerardo y Alicia Reichel Dolmatoff (1982, 1985).

5.2. Instrumentos

Los procesos y herramientas para recolectar la información fueron diseñadas a la luz del paradigma, los enfoques y el método investigación seleccionados. Los procesos de observación participativa y distante, complementados con la entrevista semi-dirigida, fueron las principales técnicas de recolección de datos en el contexto de la comunidad kankuamo.

La observación participativa se desarrolló en los asentamientos de Chemesquemena, Guatapurí, Atánquez, El Pontón y La Mina, todos ellos ubicados dentro del territorio kankuamo. Esta técnica se aplicó en varios periodos de tiempo, iniciando a mediados de 2013 y finalizando hacia finales de 2015. El desarrollo de las observaciones participativas y no participativas se pudo lograr gracias a la filiación regional del investigador y a sus afinidades culturales con los kankuamos. De ese modo, se facilitaron las condiciones para tener un mayor grado de cercanía y aceptación como un miembro más de la comunidad. A partir de intercambios comunicativos cercanos con habitantes de la zona caribeña colombiana se pudo mantener una interacción natural, de las cuales se obtuvo información valiosa. Dichos intercambios permitieron evidenciar la existencia y el uso natural de recursos lingüísticos asociados a los topónimos y su articulación en situaciones comunicativas, además de su distribución como parte de actos de habla naturales asociados a la descripción, estancia o desplazamiento hacia los espacios que referencian los topónimos.

Las observaciones se desarrollaron en diversos lugares que vinculaban ámbitos familiares, educativos, religiosos, recreativos, cotidianos y, en algunos casos, laborales. Entre los principales lugares visitados se encuentran tiendas de abarrotes, escenarios deportivos, viviendas y el transporte público. De igual manera, la entrevista semidirigida contribuyó a complementar la información recolectada, así como al acceso y recopilación de los topónimos kankuamo referentes a nombres de lugares, pueblos y montes originarios de la etnia. Se entrevistaron a integrantes nativos de la comunidad en un margen de edad que oscilaba entre los 25 y 80 años, de los cuales fueron, en su gran mayoría, personas mayores, ya que contaban con el saber ancestral del origen y el significado de los topónimos en lengua kankuamo. Igualmente, se desarrollaron entrevistas no estructuradas, tanto individuales como grupales, orientadas hacia el eje temático de la descripción espacial del territorio. Estas intervenciones orales coadyuvaron a la consolidación del corpus, que permitiera descifrar el vínculo intrínseco entre el índice geográfico, la excepcionalidad y la significancia como fuentes primarias de identidad lingüística y étnica.

Se dialogó, además, con algunos de los miembros más representativos de algunas comunidades vecinas dentro del área de la Sierra Nevada, quienes compartieron un poco de sus conocimientos sobre el origen y la esencia de la etnia kankuamo, lo que permitió comprender el imbricado lingüístico y cultural que se esboza dentro del territorio kankuamo4. Entre los más destacados que accedieron a participar del estudio se encuentran Moisés Gil, líder de la etnia wiwa y Rubiel Zalabata investigador e integrante de los ikas.

5.3. Hacia el análisis lingüístico

Desde una perspectiva lingüística, esta investigación se enfocó en realizar dos tipos de análisis: uno etimológico y otro onomasiológico, con el objetivo de encontrar el origen de los topónimos analizados y sus componentes léxicos. Estos tipos de análisis se desarrollaron de la siguiente forma:

-1. Para el proceso de análisis etimológico, se sistematizaron las palabras organizándolas por categorías y se compararon sus componentes estructurales en relación con los componentes léxicos y morfológicos de las lenguas en contacto, que podrían haber ejercido una influencia como superestrato, sustrato o adstrato. A medida que se observaban las palabras, se contrastaba la relación entre la forma, el significado o la función gramatical que pudieran contener, toda vez que las lenguas indígenas emparentadas de la familia lingüística chibcha5 funcionan de manera similar en contraste con el español. Este tipo de análisis conllevó al origen de la palabra en cuestión, de modo que se pudo determinar su procedencia, bien fuese hispánica, de lenguas indígenas americanas, africanas, o desconocida.

-2. El análisis onomasiológico se concentró en determinar el significado o lo que da a entender el topónimo (expresión de distancia, de irregularidad topográfica, peligro, belleza, grandeza, pequeñez, etc.). Se siguió el mismo proceso comparativo orientado en el análisis etimológico con la atención centrada en los significados, para lo cual se organizó el corpus léxico recabado en campos semánticos.

Se partió de unos criterios extralingüísticos para analizar y explicar el vínculo simbólico que la comunidad kankuamo le atribuye a su entorno, y cómo este contexto se estableció como elemento representativo de su identidad cultural. Estos criterios fueron tomados como categorías que permitieron organizar las ideas por ejes temáticos alrededor de la cultura, la historia, los estados psicológicos y condiciones topográficas:

  • Criterio topográfico: Dentro de este criterio se determinaron las características topográficas o físicas del territorio, los cuales dan origen a nombres que designan la fauna y la flora, así como a aquellos que dan testimonio de la importancia de las vías de comunicación para la orientación geográfica.

  • Criterio sociocultural: bajo este criterio se estudiaron nombres que reflejan hechos de la vida social de la comunidad. Nombres que recuerdan a sus fundadores, o bien a algún benefactor o persona de renombre. También pueden hacer referencia a nombres de divinidades, seres mitológicos, sitios de descanso o lugares sagrados.

  • Criterio histórico: se buscó identificar nombres que recuerdan algún acontecimiento importante. Por ejemplo, dentro de este criterio se reunieron topónimos referentes a las sucesivas colonizaciones. Al igual que en otro país latinoamericano, los nombres dan idea de los asentamientos fundados por esclavos africanos (Palenque), así como por colonos ingleses (Montego Bay, Greytown, Bluefields), holandeses (Willemstad), o españoles (Cuenca, Nueva Segovia, Nueva España, Nueva Granada).

5.4. Lexicografía como herramienta de análisis toponímico

Al momento de emprender el estudio de los topónimos kankuamo no solo se exploraron desde el origen que cada uno de ellos tiene, sino que fue imprescindible detallar lexicográficamente cada uno de los topónimos, partiendo de la distribución de los lexemas que estos contienen. Como punto de partida para el análisis lexicográfico, se emprendió la tarea de definir, caracterizar y aislar científicamente a cada topónimo encontrado. Gracias a los aportes de la lexicografía se facilitó la misma, mediante el empleo de una serie de técnicas, criterios y métodos que permitieron dar cuenta de las dificultades que el análisis de los topónimos, a nivel léxico, trajo consigo.

Resultó interesante entender el origen del topónimo como fuente de comprensión lingüística y social de la estructura interna del topónimo, lo a su vez permitió conocer la procedencia de estos vocablos, por lo cual se hizo necesario hacer un análisis lexicográfico que permitiera descifrar la composición semántica de cada topónimo. En este sentido, Sevilla (1974) estableció que: «…la lexicología es una disciplina que tiene por objeto el origen, la forma y el significado de las palabras». (Sevilla, 1974, p.11). Esta definición lleva a reafirmar que el análisis lexical es evidentemente un complemento paradigmático y conceptual del análisis etimológico de los topónimos kankuamos.

Como se mencionó en el primer párrafo, la lexicografía ha facilitado una serie de herramientas que posibilitan la eficacia del análisis, a través de técnicas que viabilizan el estudio del objeto de la investigación -en este caso, los topónimos-, que además de ser considerada como el arte de componer y entender léxicos, también fue entendida por Sevilla (1974) como «…una técnica científica encaminada a estudiar los principios que deben seguirse en la preparación de repertorios léxicos de todo tipo, no sólo diccionarios sino también vocabularios, inventarios, etc.» (Sevilla, 1974, p. 15).

De este modo, se reitera que esta investigación se encaminó a descifrar el significado oculto detrás de cada topónimo de la etnia kankuamo a través de un análisis lexicográfico, con el fin de reconstruir el proceso de fijación de un nombre como topónimo. En lo concerniente al caso de la toponimia kankuamo, muchos de sus topónimos aluden a particularidades del terreno, acontecimientos de la etnia o la reivindicación de algún personaje connotado de la comunidad.

6. Resultados

Partiendo del hecho de que la lengua kankuamo se encuentra extinta y considerando la dificultad de encontrar un punto de análisis de una lengua sin hablantes, se tomó como eje referencial las lenguas que tienen una mayor familiaridad lingüística con la kankuamo, que en este caso son el damana, (de la etnia wiwa) y el koguian, (del pueblo kogui). Todo lo anterior sustentado en el estudio realizado por Trillos Amaya (1998) a través de su trabajo Observaciones al documento de Robert de Wavrin sobre la lengua kankuamo o kampanake. La investigadora se propuso a realizar una investigación sobre el pueblo kankuamo y su lengua en el asentamiento Maruamake. Al no encontrar un informante que le permitiera hacer un análisis fonológico y gramatical preciso del kankuamo, recurrió a los documentos aportados por el sacerdote Rafael Celedón, el antropólogo Gustaf Bolinder y el jurista Pedro Castro Trespalacios, quienes ya habían visitado el territorio kankuamo y recabado algunos vocablos de su lengua. Los datos registrados por los autores en cuestión fueron contrastados con los datos etnográficos recolectados por la investigadora de las lenguas mencionadas a través de un análisis comparativo fonológico y gramatical, con el fin de determinar el grado de filiación lingüística entre el kankuamo, el damana y el koguian.

Para dicho análisis, se recurrió a un léxico conformado por 106 expresiones, encontrando un 15 % de coincidencias absolutas, otras parciales del 30 %, sin ninguna relación del 45 % y un 10 % de préstamos del español del. También se estableció que las mayores coincidencias se encuentran en relación con la información sobre el cuerpo humano, las plantas y la naturaleza.

6.1. Análisis lingüístico

Este apartado versará sobre el análisis de los topónimos desde el punto de vista morfológico y léxico. En primer lugar, se darán detalles sobre la formación de los topónimos, donde se mostrará un acervo de los prefijos y sufijos junto con su carácter y aspectos lingüísticos. En segundo lugar, se explicará la formación de los nombres híbridos. Por último, se hará énfasis en la ordenación de las palabras en los topónimos compuestos y su composición lexical.

6.1.1. Topónimos según el origen

Es evidente que los topónimos de las lenguas de la Sierra Nevada reflejan la cosmovisión y cosmogonía de cada una de las culturas que habitan la zona. En el caso que ocupa la atención de este estudio, la lengua kankuamo guarda una estrecha relación con las otras lenguas de la Sierra Nevada (damana, koguian, ikan), tanto en su estructura sintáctica como en su componente semántico. También se determinó que algunos topónimos en kankuamo tienen vínculos etimológicos con el español. El corpus consta de 49 topónimos, que señalan puntos ubicados a lo largo y ancho del resguardo Kankuamo. Estos topónimos, en este informe, serán acompañados, de igual forma, de una serie de hidrónimos y zoónimos recabados por el investigador.

En relación con la lengua tayrona, la incursión española no dejó ningún material lingüístico6 que permitiera establecer una relación con las lenguas de la Sierra Nevada. Sin embargo, de los vestigios toponímicos recopilados en los diversos documentos antiguos, puede establecerse una relación de origen entre las distintas lenguas de la región. Los topónimos que se presentarán a continuación corresponden al corpus, a manera de datos inéditos, recogidos in situ por el investigador en el territorio kankuamo; Posteriormente, estos datos serán analizados teniendo en cuenta las formas de los morfemas que las estructuran y contemplan una función gramatical o de significación. Los nombres aparecerán con sus respectivas descripciones y apreciaciones metalingüísticas, las cuales fueron proporcionadas por algunos habitantes kankuamo y otros miembros del pueblo wiwa.

Tabla 2 Topónimos recabados del resguardo kankuamo 

CORPUS. Topónimos de la comunidad indígena kankuamo
1 BUKUNKÜSA Cerro cerca de Guatapurí 25 DUMASKÁMAKE Sitio cerca de Atánquez. Ahí está enterrado un mamo.
2 SUSUNGÁKA Nombre de un sitio asociado al uso de hilar 26 GOROKINAKA Cerro al nororiente de Atánquez. Los mayores dicen que era antes una casa.
3 BURUNKUÁMAKE Paraje cerca de Atánquez 27 KUNUKORO Sitio de pagamento de la comunidad de Chemesquemena.
4 BIRINTUKUA Paraje cerca de Atánquez 28 BUNKUA-MARÍA Sitio de pagamento al suroccidente de Atánquez.
5 RISÁTUKUA Paraje cerca de Atánquez 29 AHIRUA Lugar cerca de Atánquez
6 MATERÚA Paraje cerca de Chemesquemena 30 ANKURÚA Lugar cerca de Atánquez, donde antes había una kankurúa
7 BURIBA Paraje cerca de Atánquez. Ahí vivió un mamo del mismo nombre. 31 AVIRÚA Paraje cerca de Atánquez.
8 CHEMENA Paraje cerca de Atánquez 32 BUNDJIYANE Arroyo al oeste de Atánquez, sobre las laderas del cerro de la montaña. Algunos mayores dicen Buchiyane
9 CHEMESKEMËNA Comunidad del territorio kankuamo 33 CHICHIMENA Lugar cerca de Atánquez
10 DUNARÚA Cerro cerca de Atánquez 34 CHINAKÁRE Lugar cerca de Atánquez
11 CHENDÚKUA Pueblo ubicado en la parte alta de la cuenca del rio Guatapurí, territorio ancestral kankuamo. Su nombre está asociado a temblor 35 CHINGÁKA Posesión cerca de Atanquez, actualmente ocupada por finqueros. Es zona de cultivo de café y caña, con escasos espacio para el pastoreo.
12 DUMËNA Sitio cerca de Surivaka, en el territorio ancestral kankuamo. Allá se recogen piedras de pagamento. 36 KAMÍN-TUKUA Lugar cerca de Atánquez
13 SILIMÍN Cerro cerca de Atánquez 37 KANKARAJIKA Una de las denominaciones del sitio donde el mamo kankuamo realiza sus ritos tiene afinidad con teorarika.
14 KUINKÁMAKE Pueblo ubicado en la parte alta de la cuenca del rio Guatapurí, territorio ancestral kankuamo. 38 KANKUÁKA Nombre con el cual se conocen las primeras denominaciones del pueblo kankuamo. Según algunos ancianos kankuáka era también el nombre del pueblo y de su lengua.
15 KAMINTUKUA Paraje cerca de Los Haticos 39 KAPIMPÍKE Paraje cerca de Atánquez
16 TUSÍMAKE Sitio cerca de Atánquez 40 KUNCHUIMÉKE Nombre de arroyo y loma cerca de Atanquez.
17 CHUSKERI Sitio cerca de Atánquez 41 KUNCHURÚA Paraje cerca de Atánquez
18 KAKATÚKUA Sitio cerca de Atánquez 42 KURUVINTIKUA Sitio de recolección de materiales tradicionales cerca de rancho de La Goya.
19 USIRIBA Sitio cerca de Atánquez 43 SIRINGUA Nombre de laguna mítica de los kankuamoss, considerada sitio de pagamento donde ofrendan oro.
20 MUSKERE Sitio cerca de Guatapurí 44 MANERÚA Sitio cerca de Atánquez
21 SABUNCHIRIKE Sitio cerca de Chemesquemena 45 MANGÁRA Sitio cerca de Atánquez, donde había antes una teorarika. Es un sitio de pagamento.
22 MACHINDIKA Pozo situado en la parte baja del río Candela. Este sitio es de pagamento. Dicen que así se llamaba un mamo enterado ahí. 46 TOUBRUKU Según algunos mayores con este nombre se llamaba antes a Atánquez.
23 TARAGAMA Sitio cerca de Guatapurí. Pocita de Leticia 47 PITUNGÁKA Lugar cerca de Atánquez
24 BURUNGÉMA Sitio cerca de Guatapurí, (El Boguete), los mayores dicen que ahí están las siete puertas. 48 UANKANAMÚSKE Lugar cerca de Atánquez
49 YERGÁRA Quebrada cerca de Pontón.

6.2. Análisis morfológico

6.2.1. Distribución en el espacio y desplazamientos {-kα}

Ya se señaló en el componente contextual y teórico de este documento la importancia de la cultura en relación con el uso de la lengua, toda vez que la lengua evidencia, desde sus formas, el tipo de cultura que condiciona los estilos de vida de los nativos. El análisis de los topónimos recolectados en el resguardo kankuamo revela la contemplación del espacio de desplazamiento de los habitantes alrededor de una cultura de montaña. La comparación entre las formas observadas en los topónimos hallados y las formas de los registros existentes en la literatura etnolingüística de las lenguas damana y koguian permiten corroborar este hecho, pues se evidencian formas emparentadas con las culturas y lenguas alusivas a este contexto.

La forma {-kα} funciona en el registro estudiado como un afijo continuo que se añade a la raíz de la palabra, ampliando así su significación. El significado de su forma evidencia el caso locativo como punto de referencia espacial, lo cual concuerda con los hallazgos develados por Trillos Amaya (2000) para la lengua damana y verificados en este estudio a partir de la comparación con los registros kogui. Se podrán ver algunos ejemplos de uso del morfema de lugar {-kα} en la lengua kankuamo en los siguientes topónimos:

Tabla 3 Análisis locativo de los topónimos en la lengua kankuamo 

La función gramatical del morfema {- kα} del kankuamo se corrobora a partir de la comparación con las formas y significados evidenciados en la gramática del damana y el koguian desde los datos proporcionados por Reichel-Dolmatoff y Reichel-Dolmatoff (1951) para el koguian y de Trillos Amaya (2000) para el damana, respectivamente. Cabe recordar que dentro de la comunidad kogui se presenta esta forma con la misma función gramatical, manifiesta como sufijo {- kα}, que concuerda en significación con un «lugar donde está, donde hay..., lugar de...», en similitud con la misma forma y función del damana, (Trillos Amaya 2000, p. 754).

Es de notar que el parentesco entre las diferentes comunidades de la Sierra Nevada, especialmente el que asocia a la comunidad wiwa en relación con la kankuamo, deja ver líneas difusas donde las funciones de las formas son de difícil rastreo, pero donde sus léxicos aún se encuentran entrelazados en su significación. Este es el caso del topónimo [ʧiŋgá-kα] el cual, es posible asociarlo a la misma forma en lengua damana con significado similar, y en ese sentido también a la lengua tayrona. Según Reichel-Dolmatoff y Reichel-Dolmatoff (1951)Chinguey, palabra de origen tayrona, era también catalogada como Chimanguey por esta comunidad. Esta palabra hace alusión a un lugar cerca de Santa Marta, denominado Chingáka por los koguis y correspondiente a un cerro en el corregimiento de San Francisco, municipio de Ciénaga, (Magdalena). Por su parte, para los kankuamos, Chingáka corresponde a un lugar al sur de Atánquez donde se realizan ritos de pagamentos.

6.2.2. Distribución en el espacio- Lugares específicos {-kua}

Desde el mismo proceso comparativo se pudo percibir la manifestación de otro morfema locativo en la forma {-kua}. Este morfema aparece en 7 de los 49 topónimos kankuamo como morfema continuo, que sufijado a la raíz da el sentido de «enramada». Reichel-Dolmatoff y Reichel-Dolmatoff (1951) hicieron alusión a este significado a partir del análisis etimológico de las formas del nombre de la comunidad de Atánquez. Este autor señaló que es posible trazar las raíces de la palabra y su significado desde el análisis de la palabra tánquez, lexema que hoy da sentido a la palabra que denomina al pueblo de Atánquez. Esta palabra se deriva de tankua que quiere decir «enramada, rancho». Estos significados se pueden identificar de igual forma y con significado similar en la lengua damana, donde se constituye a partir de la composición tanki-kuega, con el significado en damana de «ramas verdes». En el siguiente cuadro se podrán apreciar algunos ejemplos de topónimos en la lengua kankuamo de la comunidad atanquera, que contemplan dicha forma y significado.

Tabla 4 Descripción léxica de los topónimos en la lengua kankuamo 

Formas léxicas en la lengua kankuamo
Topónimo ortográfico Transcripción fonética Descripción de la forma
BIRINTU-KUA [biɾintu-kua]
RISÁTU-KUA [ɾisátu-kua]
CHENDÚ-KUA [ʧendú-kua]
KAMINTU-KUA [ʧamintu-kua] Significado de la forma: enramada
KAKATÚ-KUA [kαkαtú-kua]
KAMÍN-TU-KUA [kαmín-tu-kua]
KURUVINTI-KUA [kuɾuvinti-kua]

Así, al analizar cada uno de estos topónimos, basado en el sufijo que comparten, se pueden establecer sus particularidades en la construcción morfológica. El sufijo {-kua} brinda el significado de «enramada o rancho, lugar rodeado de abundante vegetación». En el recorrido por el resguardo kankuamo, estos sitios presentan elementos en común en relación a la concepción del sufijo; en primer lugar, se encuentran en un área de influencia cercanos entre sí, que comprenden los corregimientos de Atánquez, Guatapurí y Chemesquemena, en el municipio de Valledupar (Cesar), donde se concentra una gran diversidad en fauna y flora características de la Sierra Nevada, encontrándose árboles como el arce, el melojo y el quejigo7; allí mismo, abundan los cultivos de subsistencia, en el especial de la caña de azúcar, cuyo extracto sirve como ingrediente fundamental para la preparación de panela en un trapiche de un rancho ubicado en la zona.

6.3. Procesos de composición nominal

6.3.1. Distribución en el espacio-relación con el tejido {- susu-}

No obstante, el ya mencionado obstáculo de aproximarse directamente a la lengua kankuamo para identificar sus formas, función y significación, así como el hallazgo de algunas pistas producto de una amplia discusión académica y de la interacción con los habitantes de la zona, son circunstancias que reflejan claramente la dificultad de realizar una descripción lingüística precisa. Sin embargo, esta ha permitido dar sentido a unos cuantos nombres de lugares fruto de la composición léxica que pasa desapercibida ante la percepción de nativos y foráneos, debido a su fijación como un nombre propio o un topónimo que designa a un lugar. Uno de estos topónimos corresponde a la forma {susungakα} («mochila», en damana), la cual es el resultado de la articulación de las formas {susu} y {ɡakα} por medio de la adición del interfijo {-n-}, donde - en {ɡakα} se refiere a un espacio donde se desarrolla algo o se encuentra algo, como ya se había señalado anteriormente.

6.3.2. Distribución en el espacio-relación con personas {chemes-} {- mena-}

El topónimo Chemesquemena, palabra muy popular en la Sierra Nevada de Santa Marta, entre el norte del departamento del Cesar y el sur de La Guajira, puede hacer referencia a la autoridad de un mamo del resguardo kankuamo o a una voz de la lengua damana que nombra a una zona montañosa, identificada así por los indígenas de la comunidad wiwa. Este topónimo guarda una fuerte relación topográfica con el lugar, porque se encuentra en la ladera de un cerro en el lado nororiental del asentamiento.

En síntesis, los procesos de composición léxica del kankuamo se pueden ilustrar mejor de la siguiente manera:

Suzungaka sitio que guarda relación con la acción de hilar

Suzu mochila (damana)

Suzu- n -gaka (Pastrana Salas, 2017)

Chemesquemena Asentamiento indígena Kankuamo

Chemes nombre de un antiguo mamo kankuamo

Mena montaña o cerro (damana)

7. Conclusiones

Ahora bien, el análisis toponímico y morfológico arroja evidencia para entender que existe una relación entre los topónimos de la cultura prehispánica tayrona y la comunidad indígena kankuamo, en base a la información recabada por Reichel-Dolmatoff y Reichel-Dolmatoff (1951), donde se estableció una relación de origen entre las distintas lenguas de la Sierra Nevada y los tayronas.

A nivel morfológico, en la estructura de los topónimos kankuamo se evidencia que el sufijo -ka guarda una sólida relación semántica y lexical con el uso del terreno; así mismo, el sufijo -kua se correlaciona con diversos asentamientos del territorio kankuamo, y de igual manera, con algunas características propias del espacio geográfico. En ese mismo sentido, el trabajo permite reafirmar que el damana, lengua de los wiwas, contiene una estrecha filiación morfológica y semántica con el kankuamo, evidenciado a través de la composición de los topónimos kankuamo con unidades léxicas del damana.

En el desarrollo de la investigación se pudo describir la toponimia kankuamo a través de un inventario conformado por 49 topónimos que designan lugares ubicados a lo largo y ancho del territorio ancestral kankuamo, y así mismo, se ratifica el uso de una lengua propia por parte de sus habitantes, denominada por ellos como kankuamo8. En este sentido, se asume que el territorio kankuamo aún conserva dentro de su vasta geografía los vestigios de una lengua ya extinta y de una etnia que pervivió en el tiempo, que se expresan a través del nombre que designa a un cerro, un paraje o incluso a una roca.

La toponimia expresada muchas veces en lenguas distintas habla de su historia y de las formas como sus pobladores en distintos tiempos han concebido su lugar en el mundo. Por esto, al hacer referencia a los kankuamos, se percibe que el proceso de reivindicación lingüística se sustenta en su propio territorio, el cual expresa en cada espacio un fragmento de la génesis de una lengua extinta.

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1. Artículo de investigación presentado como ponencia en el iii Congreso Internacional de Investigación Lingüística, realizado en la Universidad de Antioquia entre el 4 y el 6 de septiembre de 2019.

3. Añaden dos tipos más (prefijos vulgares y acortamiento), pero estos dos no se especifican. (Bartoš & Valíková, 2002, p. 15).

4. O kankui, como algunos de ellos la denominan.

5. Pertenecientes a la familia lingüística chibcha, este grupo compartía con los koguis, los ikas y los wiwas, también de familia chibcha, tradiciones míticas de origen y de construcciones simbólicas particularmente importantes, como el consumo de la hoja de coca y un sistema de jefes políticos-religiosos basado en la figura del mamo (Morales Thomas, 2000).

6. Al respecto, Brinton (1946), adujo que, a pesar de no haber contado con datos lingüísticos, afirmó que tanto las lenguas tayrona y chimila presentan el grado de similitud suficiente como para clasificarlas dentro de la familia lingüística chibcha.

7. Tanto el quejigo como el melojo son árboles con un tamaño promedio de hasta 20 metros de altura, también conocidos en la zona como robles.

8. Otras denominaciones para este pueblo son: kankuamos o atanqueros. 9. Otras denominaciones de la lengua son: kakachuco, kakatukua, kampanake y lengua de Atánquez.

2. Artículo derivado de su tesis de Maestría en Lingüística, presentada en la Universidad del Atlántico, dirigida por la Dra. María Trillos Amaya, en el conjunto del grupo de investigación CELIKUD.

Recibido: 23 de Enero de 2020; Aprobado: 20 de Marzo de 2020

*Autor para correspondencia: Andrés Alfonso Pastrana Salas. Correo electrónico: aps120@hotmail.com

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