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Lingüística y Literatura

Print version ISSN 0120-5587On-line version ISSN 2422-3174

Linguist.lit.  no.77 Medellìn Jan./June 2020  Epub Oct 28, 2021

https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n77a15 

Estudios lingüísticos

REALIDAD, REALITY Y FICCIÓN: UN ANÁLISIS DE LA FRASEOLOGÍA ESPAÑOLA EN TRES CONTEXTOS COMUNICATIVOS INFORMALES1

REALITY, REALITY SHOW AND FICTION: AN ANALYSIS OF SPANISH PHRASEOLOGY IN THREE INFORMAL COMMUNICATIVE CONTEXTS

Enrique Gutiérrez Rubio1  * 

1Universidad Palacký de Olomouc (República Checa) enrique.gutierrez@upol.cz


Resumen:

Esta investigación pretendió revelar la configuración de la fraseología española documentada en conversaciones obtenidas de tres tipos de discurso oral informal: realidad, reality y ficción. Para tal efecto, se analizaron la frecuencia general de uso, la distribución tipológica y las marcas estilísticas de un total de 5 000 palabras obtenidas de tres fuentes orales: el corpus oral Val.Es.Co., el reality show Gran Hermano y la serie televisiva Cuéntame cómo pasó. Los resultados confirman que, en general, las conversaciones recogidas en Val.Es.Co. y en Gran Hermano muestran, a diferencia de Cuéntame cómo pasó, una configuración de la fraseología relativamente semejante.

Palabras clave: fraseología española; corpus oral; registro informal; Gran Hermano; Cuéntame cómo pasó

Abstract:

This research sought to reveal the configuration of Spanish phraseology documented in conversations obtained from three types of informal oral discourse: reality, reality show and fiction. For this purpose, the general frequency of use, the typological distribution and the stylistic marks of 5,000 words obtained from three oral sources were analyzed: the oral corpus Val.Es.Co., the reality show Big Brother and the television series Cuéntame cómo pasó. The results confirm that, in general, the conversations collected in Val.Es.Co. and in Big Brother show that, unlike Cuéntame cómo pasó, of a relatively similar phraseology.

Key words: Spanish phraseology; oral corpus; informal register; Big Brother; Cuéntame cómo pasó

1. Introducción

El estudio presentado en este artículo forma parte de un proyecto de mayores dimensiones y de carácter multidimensional, dirigido a revelar la configuración de la fraseología empleada en discursos orales y, especialmente, en contextos que cabría clasificar de informales, familiares o coloquiales, según las muy diversas definiciones y etiquetas que algunos de los mayores especialistas en el tema han empleado a lo largo de las últimas décadas (Casares, 1950/1992; Seco, 1973; Lázaro Carreter, 1980; Beinhauer, 1985). En este sentido, se partió de la hipótesis según la cual no existe un registro netamente informal frente a otro formal, sino que en cualquier discurso oral espontáneo se pueden registrar rasgos más o menos formales en función de muy diversos factores. En consecuencia, se tomó como base la visión dinámica y contextualizada defendida principalmente por Briz al respecto, de acuerdo a la cual existe una cuestión de carácter contextual y gradual, donde no hay espacio para parámetros absolutos, de modo que «[...] cabe distinguir entre situaciones de mayor o menor coloquialidad y situaciones de mayor o menor formalidad (entre la constelación comunicativa +/−coloquial y la +/−formal [o, en otros términos, de] situaciones de más o menos inmediatez comunicativa» (Briz & Albelda, 2013, p. 293).

En este sentido, se consideró un acierto la propuesta de Briz de una serie de características propias de la conversación coloquial prototípica, o los llamados rasgos coloquializadores, en función de los cuales una conversación tendrá una naturaleza más o menos coloquial/formal, siendo los cuatro principales los siguientes:

+ relación social o funcional de igualdad entre los interlocutores: acercamiento social o de los papeles comunicativos en un momento dado

+ relación vivencial de proximidad entre estos: saberes, experiencias y contextos compartidos

+ marco interaccional familiar: relación de cotidianidad de los participantes con el marco espacial en el que se sitúa la interacción

+ cotidianidad temática de la interacción: temas de la vida cotidiana, no especializados (Briz, 2010, p. 126).

En este artículo se presentará una parte significativa de ese mayor proyecto de carácter multidimensional, concretamente aquella que pretende revelar las similitudes y discrepancias respecto a la configuración de la fraseología española documentada en tres tipos de discurso oral de naturaleza informal: el corpus Val.Es.Co., que representa la realidad; el concurso de televisión Gran Hermano, que, como reality show, se halla en un espacio -impreciso- ubicado entre la realidad y la ficción; y, por último, la serie Cuéntame cómo pasó, un guion televisivo que, a pesar de procurar retratar la realidad, no puede ser calificado de otra manera que como ficción.

2. Fuentes para el análisis lingüístico del discurso oral informal: realidad, reality y ficción

Una vez aclarado brevemente el punto de partida teórico de esta investigación, en este segundo apartado se procederá a exponer por qué se han elegido tres tipos de discurso oral distintos y qué se espera obtener de su comparación.

Sin embargo, antes que nada, es necesario recordar la dificultad inherente a la creación de un corpus oral informal, es decir, donde se cumplan adecuadamente los cuatros rasgos coloquializadores a los que se ha hecho referencia en el apartado anterior, dado que, tal y como ya señalara Labov en la conocida «paradoja del observador», resulta muy complejo observar sistemáticamente el modo en que los hablantes se expresan de forma natural sin que su discurso se vea influido por el mismo hecho de saberse observados.2

2.1. Realidad: Corpus Val.Es.Co.

El primero de los corpus que se emplearon en el análisis es el creado por el grupo Val.Es.Co. (Valencia, Español Coloquial) y dirigido, en sus orígenes, por el propio Briz. Su metodología a la hora de la recogida de datos estuvo pensada para tratar de evitar la «paradoja del observador» mediante la realización de grabaciones secretas, en contextos con rasgos marcadamente coloquializadores. A pesar de los problemas técnicos que esto supuso, ante todo en relación con la calidad de los audios, el 90 % de las 46 conversaciones y 120 246 palabras que conforman este corpus, se realizaron de este modo; así, apenas en un 10 % de las grabaciones los hablantes eran conscientes de que estaban siendo monitorizados3. Dadas sus características, este corpus parece ser, al día de hoy, la fuente de material lingüístico espontáneo, oral e informal más fiable en español.

Sin embargo, este corpus está lejos de ser una fuente ideal, especialmente para aquellos estudios que, como el presente, no trabajan con el material descontextualizado, sino que, por el contrario, le otorgan una gran relevancia a los factores individuales y situacionales, tal y como se especificará a continuación. Así, para el análisis multidimensional de la fraseología española en contextos comunicativos espontáneos e informales, el material aportado por el grupo Val.Es.Co. resulta inadecuado, en primer lugar, porque la mayoría de las conversaciones están grabadas en un único contexto comunicativo -del que apenas se pudieron deducir algunos detalles a través de los datos aportados por los propios diálogos- y una parte importante de esta investigación se dedica precisamente al estudio del distinto uso de las unidades fraseológicas (UF) en función de la situación discursiva. En segundo lugar, porque Val.Es.Co. recolectó diálogos mantenidos entre varios hablantes, quienes apenas pronunciaron unas cuantas palabras; no obstante, para los fines específicos de este estudio, fue necesario hacer un seguimiento más detallado y profundo de los sujetos observados, lo que implicó que el número de palabras por hablante debía ser elevado; únicamente de este modo el factor individual podría ser tenido en cuenta. Tercero, porque la investigación incluyó un análisis de género, para el que se necesitaba tener acceso a conversaciones mantenidas por un mismo hablante con interlocutores tanto de su mismo sexo como del sexo opuesto. Por último, de los hablantes del corpus Val.Es.Co. apenas se supo su sexo, su rango de edad y su formación académica; entretanto, para esta investigación resultó necesario conocer más detalles, especialmente para el ya mencionado estudio de género, dado que conocer la orientación sexual (heterosexual u homosexual) de los distintos hablantes fue un elemento fundamental.

2.2. Reality: Gran Hermano

A partir de todo lo expuesto en el punto anterior, para este proyecto fue necesario crear un propio corpus, compuesto por conversaciones orales espontáneas mantenidas en situaciones que cumplieran del modo más estricto posible los cuatro rasgos coloquializadores propuestos por Briz y en el que, además, se registre un elevado número de intervenciones por parte de los hablantes analizados. Estos, además, habrían de interactuar en distintas situaciones comunicativas con diversas personas, tanto de su mismo sexo como del sexo opuesto. Por si esto fuera poco, dado que no se cuenta con colaboradores, estos diálogos debieron ser de fácil acceso.

Bajo los criterios de este estudio, los concursantes del reality show Gran Hermano cumplen a la perfección todos los requisitos aquí propuestos. Lo fundamental, sin lugar a dudas, es que, por las propias condiciones en que transcurría el concurso -es decir, un grupo de personas que conviven durante semanas-,4 se consideró que las conversaciones mantenidas entre los habitantes de la casa cumplían a la perfección los cuatro rasgos coloquializadores a los que hacía referencia Briz y ya anteriormente presentados. Además, es posible monitorizar con una excelente calidad de audio -e incluso vídeo- conversaciones realizadas por un grupo cerrado de personas, mantenidas por prácticamente todas las combinaciones posibles de hablantes y en diversas situaciones comunicativas. Por último, dado que la emisión a través de Internet se realizaba 24 horas al día durante un periodo de aproximadamente tres meses, la cantidad de material lingüístico disponible como objeto de estudio fue ingente, con una duración potencial de miles de horas.

A pesar de lo aquí expuesto, no cabe duda de que hay mucha desconfianza entre los especialistas en el uso de Gran Hermano como fuente de material lingüístico, precisamente por tratarse de un programa de televisión en el que solamente se «imita» la realidad. Así, la gran duda metodológica de este proyecto era hasta qué punto se puede tomar por «naturales» las conversaciones mantenidas entre los concursantes. Posiblemente no quepa hablar de material lingüístico absolutamente natural, ya que como cualquier otro producto televisivo está, en mayor o en menor grado, dirigido. Efectivamente, los diálogos se desarrollaron en un espacio artificial donde la realidad resulta ser una mera imitación o que, como indicó Castañares (2003), se halla a medio camino entre el mundo de la vida real y el de la ficción. Sin embargo, se consideró, por las razones que se expondrán un poco más adelante, que las conversaciones incluidas dentro del corpus pertenecen a una variante muy cercana -prácticamente idéntica, en realidad- a la lengua natural.

En cualquier caso, no deja de resultar curioso que hayan sido muy escasos los trabajos de orientación lingüística basados en este concurso, a pesar de que la emisión de este reality show se haya prolongado ya durante casi veinte años y de que se convirtiera, desde su lanzamiento, en un fenómeno televisivo -e incluso sociológico, como se señalará a continuación- y en una nueva forma de entender la televisión en pleno cambio de milenio. De hecho, solo se conoce un trabajo en español al respecto, de muy reciente publicación, que propuso un análisis lingüístico del programa: el estudio realizado por Haugh y Sinkeviciute (2018) acerca del uso de acusaciones y conflictos interpersonales en las versiones española y argentina de Gran Hermano. La situación es más alentadora en otras lenguas, especialmente en noruego, del que incluso existe un corpus desarrollado por el Departamento de Lingüística y Estudios Escandinavos de la Universidad de Oslo, el cual recoge las conversaciones de los concursantes de la versión noruega de Gran Hermano5. Aun así, se consideró extraño que, a pesar de las características específicas de este concurso, este no hubiese sido empleado de forma mucho más generalizada como fuente de material lingüístico espontáneo e informal. Un buen ejemplo de esto sería que, en la única investigación que aborda de forma monográfica un estudio de carácter lingüístico del fenómeno de los reality shows, concretamente desde la perspectiva del análisis del discurso, apenas se le preste atención a Gran Hermano y, sin embargo, se trabaje sobre la base de otros programas y concursos de televisión que se alejan claramente del extremo menos «formal» de los rasgos coloquializadores (Lorenzo-Dus & Garcés-Conejos Blitvich, 2013).

A pesar de que, como se ya se dijo, Gran Hermano sea un fenómeno aún minoritario entre los estudios de lingüística, el interés por este concurso desde la perspectiva sociológica y de los estudios de los medios de comunicación fue enorme e inmediato, tal y como señalaría la aparición de una obra que, desde una perspectiva preeminentemente sociológica, abordó el tema de Gran Hermano de forma monográfica, apenas unos meses después de haber comenzado la emisión del primer concurso en Países Bajos, en 1999 (Balke, Schwering & Stählich, 2000) o de un número especial de la revista académica Television & New Media, en 2002 (Hill & Palmer, 2002). Precisamente desde estas otras disciplinas no es infrecuente considerar que Gran Hermano tiene un gran potencial como fuente de conocimiento real. Así, tal y como señaló Dovey:

[Although we are watching] simulated situations that only exist because of the intervention of the TV production [...] the simulation, in my understanding, is not about unreal states [...] the simulation as a material practice produces real knowledge about real things in the real world and has real effects upon real lives (Dovey, 2004, p. 233).

Por todo lo expuesto hasta aquí, se partió de la premisa de que dicho material lingüístico resulta más válido para el objetivo del estudio que el contenido de la mayoría de los corpus orales del español, los cuales, en el mejor de los casos, suelen estar basados en entrevistas o diálogos semidirigidos (como en el proyecto PRESEEA), así como de otras muestras creadas ad hoc para las investigaciones, como las basadas en interacciones naturalizadas (Tran, 2006), un recurso quizá ineludible en el análisis de grupos de hablantes muy específicos -especialmente, en el caso de estudiantes de una lengua extranjera (Marsily, 2018)- pero poco recomendable en otras circunstancias.

Otro dato que hablaría en favor del carácter natural de las conversaciones de Gran Hermano se encontró en una observación de Penadés Martínez, quien precisamente realizó un análisis fraseológico sobre la base del material del corpus PRESEEA Alcalá de Henares, recogido mediante una grabadora a la vista de los hablantes. Respecto a la formalidad del registro, la investigadora afirmó que esta disminuía con el paso del tiempo, de modo que algunos participantes terminaron usando palabras propias de un tono informal e incluso llegaron a asegurar «[...] no recordar que la conversación estaba siendo grabada» (Penadés Martínez, 2004, p. 2227). Teniendo en cuenta que estas grabaciones tienen una duración de entre apenas 45 y 60 minutos, pareció justificado que el grado de «naturalidad» de las conversaciones en Gran Hermano, luego de varios meses de grabación y emisión ininterrumpida, pudiese resultar muy elevado. Precisamente por este motivo, los fragmentos de Gran Hermano que conforman el corpus creado para este proyecto fueron grabados a mediados de noviembre de 2015, tras más de dos meses de estancia de los concursantes en la casa y con miles de horas potenciales de conversación registradas.

Queda abierta, por tanto, la cuestión de si Gran Hermano es o no una fuente adecuada para la investigación del lenguaje espontáneo e informal, si bien uno de los objetivos de esta investigación fue, concretamente, comprobar hasta qué punto la configuración de la fraseología empleada en este concurso es o no comparable, en términos principalmente de presencia de rasgos coloquiales, a las conversaciones obtenidas del corpus Val.Es.Co.

2.3. Ficción: Cuéntame cómo paso

El tercer y último elemento sujeto a análisis de la fraseología española en contextos comunicativos informales se realizará sobre material lingüístico que nada tiene de natural, dado que son diálogos interpretados por actores sobre la base de un guion televisivo, concretamente en referencia a la popular serie de RTVE Cuéntame cómo paso. La inspiración para incluir este material lingüístico en la investigación procedió, por una parte, de las palabras de Penadés Martínez, quien denunció «[...] la utilización, incluso abusiva, de fraseologismos en los guiones que reproducen situaciones de la vida diaria, como los que se hacen para series de televisión del tipo Cámara Café, Aquí no hay quien viva o Aída» (Penadés Martínez, 2015, p. 76). Así, otro de los propósitos de la investigación que aquí se presentará fue comprobar en qué medida los diálogos de ficción que trataban de recrear conversaciones reales muestran una configuración de la fraseología similar a las recogidas en el corpus Val.Es.Co. y en el reality show Gran Hermano. La elección de la ficción televisiva Cuéntame cómo pasó, en lugar de las apuntadas por Penadés Martínez, se debe a su carácter dramático, el cual trata de reproducir la realidad, lo que, a priori, acercaría la tipología de sus conversaciones a las recogidas en los otros dos corpus analizados. Además, Cuéntame cómo pasó ya ha sido empleado como fuente de material para probar teorías lingüísticas, como si de conversaciones «naturales» se tratara, concretamente en referencia a las investigaciones de Ariel Laurencio (2017b) sobre la modulación ilocutiva del enunciado.6

De este modo, se pretendió arrojar luz sobre la configuración de la fraseología empleada en esta ficción televisiva y, de este modo, comprobar hasta qué punto cabe tomar estos guiones como recreaciones fidedignas del discurso oral natural y, por tanto, como fuentes válidas para el análisis lingüístico.

3. Principios metodológicos e hipótesis de investigación

Una vez aclarada y justificada la elección de las tres fuentes de material oral objeto de análisis, se procederá a detallar brevemente los principios metodológicos sobre los cuales se cimentó la investigación.

Para cada una de las tres fuentes se analizó la fraseología incluida en una muestra de 10 000 palabras. La única excepción es Gran Hermano, pues al tratarse de la base del proyecto multidimensional de la fraseología empleada en discursos orales informales, cuenta con un corpus tres veces mayor, es decir, de 30 000 palabras. Por ende, todos los datos aportados en este trabajo se referirán a ocurrencias y no a tipos de UF, dado que los números obtenidos para estos últimos no pueden ser sistemáticamente confrontados a causa de los distintos tamaños de los corpus empleados.

La recopilación de material (UF) de este estudio empírico se ha realizado de la forma más sistemática posible y atendiendo a las especificidades de los tres corpus analizados. Respecto al corpus Val.Es.Co., se leyeron cuidadosamente las transcripciones de las conversaciones escogidas y, en caso de dudas, se recurrió a los audios con las grabaciones originales que las complementan. En principio, se pensaba proceder de manera similar con los subtítulos en español que acompañan a Cuéntame cómo pasó. Sin embargo, pronto se comprobó que estos no eran un reflejo fiel de los audios, de modo que se trabajó con los vídeos y no con los subtítulos. En el caso de Gran Hermano, no se transcribieron todas las conversaciones por falta de tiempo, y en lugar de ello, se anotaron tan solo las combinaciones de palabras que, bajo los criterios de este estudio, fuesen susceptibles de ser consideradas como UF. En los tres casos se leyeron o visionaron las conversaciones en varias ocasiones, con el fin de tener certeza de que se extraían todas las UF presentes en ellas. Todas las UF documentadas se anotaron en una hoja de cálculo. A continuación, se revisó minuciosamente el material obtenido de las tres fuentes y se clasificaron las UF, siguiendo la taxonomía que se detallará un poco más adelante en este mismo apartado. Además, se comprobó la presencia de dichas UF en tres diccionarios: la segunda edición del Diccionario fraseológico documentado del español actual: locuciones y modismos españoles (Seco et al., 2017), la primera edición del Diccionario fraseológico del español moderno de Valera y Kubarth (1994) y la versión electrónica de la 23ª edición del Diccionario de la lengua española de la RAE.

Se anotaron, igualmente, las marcas de estilo aportadas por estas obras lexicográficas, asociadas a las UF extraídas de los tres corpus orales. Por último, se añadieron en la hoja de cálculo otros datos de interés para el estudio (código de la conversación, número de la escena, emisores y receptores de las UF y la presencia de variantes).

Respecto a qué diálogos en concreto fueron analizados, del corpus Val.Es.Co. se tomaron al azar tres conversaciones (números 1, 12 y 26) en las que los hablantes -o al menos su mayoría-pertenecieran al primer grupo de edad (18-25 años), dado que dentro de este se enmarca, asimismo, la mayor parte de los concursantes de Gran Hermano. De hecho, para tratar de darle la mayor coherencia posible al análisis, solo se tuvieron en cuenta las intervenciones del corpus Val.Es.Co. realizadas en conversaciones entabladas entre individuos de este primer grupo. En total, hay nueve hablantes, (cuatro mujeres y cinco hombres). Respecto a Gran Hermano, se realizaron grabaciones al azar de varias horas en distintos días de la emisión vía Internet de la 16ª edición de Gran Hermano España, transmitida por el canal 24 Horas entre noviembre y diciembre de 2015, es decir, cuando los participantes ya habían convivido durante más de dos meses en la casa y, por tanto, habían mantenido conversaciones entre sí durante un periodo de tiempo potencial de unas 1 500 horas. Así, las 3 000 palabras que forman el corpus se han extraído de diálogos mantenidos entre los concursantes en contextos de comunicación espontánea -descartando, por tanto, los monólogos en el confesionario y las conexiones en directo con el programa diario o semanal- de los días 65º, 67º y 76º de dicha edición del concurso. En cuanto a los hablantes, durante el periodo analizado vivían en la casa diez concursantes (seis hombres y cuatro mujeres), cuyo rango de edad oscilaba entre los 19 y los 28 años. Para el tercero de los espacios comunicativos, en la serie de televisión Cuéntame cómo pasó se analizaron exclusivamente conversaciones mantenidas en contextos altamente coloquializadores, es decir, tanto entre los miembros de la familia Alcántara como entre estos y sus parejas o amigos íntimos. Se han descartado, por tanto, conversaciones mantenidas con otros personajes de un círculo menos cercano, como vecinos, profesores, amigos de amigos, etc. En los fragmentos analizados -correspondientes a los episodios 350, 351 y 352 de la vigésima temporada- se han incluido las intervenciones de once hablantes que, a diferencia de los concursantes del reality show, se ubican dentro de un rango de edad más amplio, desde los once años de Santiago Alcántara hasta los 91 de Herminia López.

Respecto al tema de la clasificación y taxonomía de la fraseología española, han sido muchas y muy variadas las propuestas de los especialistas -que no se detallarán aquí por falta de espacio-. Después de revisarlas y valorarlas, esta investigación propone tres tipos principales de UF:

a) Locuciones: En el sentido más o menos tradicional del término, tal y como lo propuso Corpas Pastor (1996, p. 88) se caracterizan por ser «[...] unidades fraseológicas del sistema de la lengua con los siguientes rasgos distintivos: fijación interna, unidad de significado y fijación externa pasemática. Estas unidades no constituyen enunciados completos y, generalmente, funcionan como elementos oracionales». Además, se distinguen siete subtipos de locuciones, según la función que desempeñan en la oración: adjetiva, adverbial, conjuntiva, marcadora7, nominal, prepositiva y verbal.

b) Fórmulas oracionales: Unidades que forman enunciados por sí mismas y que funcionan a nivel del discurso. Según la definición dada por López Simó (2016, p. 77): «[...] son enunciados, productos lingüísticos de un acto de habla, y, por lo tanto, no son unidades de la gramática sino del discurso-en-interacción (dirigido a otro que también actúa) cuyo ejemplo más prototípico es la conversación». Para su categorización se recurrió precisamente a la propuesta de López Simó, quien diferenció entre fórmulas de relación interpersonal, fórmulas personales, fórmulas impersonales y fórmulas metainteractivas.

c) Paremias: dentro de este tipo se incluyen refranes, proverbios, citas y otros enunciados independientes de naturaleza supradiscursiva.

Para cerrar este apartado, se reitera la hipótesis básica propuesta en esta investigación: los datos obtenidos de los corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano mostrarán una configuración muy similar entre sí, mientras que los relativos al corpus de Cuéntame cómo pasó serán sensiblemente distintos. Además, en caso de demostrarse cierta esta hipótesis sobre la semejanza estructural de la fraseología en Val.Es.Co. y Gran Hermano, cabría sugerir un corolario de mayor repercusión: la conveniencia de emplear Gran Hermano como fuente de material lingüístico natural.

4. Resultados del análisis y su interpretación

Tras el análisis sistemático de las 5 000 palabras que componen los tres corpus, se pasará a detallar e interpretar los datos obtenidos en función de tres dimensiones de estudio de la fraseología: a) frecuencia general de uso, b) distribución tipológica y c) estudio de las marcas de estilo. Por último, cabe recordar que, por las causas arriba apuntadas, los datos presentados en este artículo se referirán siempre al número de ocurrencias y no al de tipos de UF.

4.1. Estudio de frecuencia general

Los datos relativos al análisis de frecuencia general que se expondrán a continuación deberían mostrar si, tal como argumenta Penadés Martínez (véase sección 2.3.), en la ficción televisiva se hace o no un uso abusivo de las UF, así como dar pistas sobre el lugar que ocupa Gran Hermano entre la realidad y la ficción.

En las tres conversaciones analizadas del corpus Val.Es.Co. se documentaron 404 ocurrencias, lo que supone 40,4 UF por cada 1 000 palabras. En el caso de Gran Hermano 1 501 ocurrencias en 30 000 palabras, es decir, 50 UF por cada 1 000 palabras. Por último, en el corpus de Cuéntame cómo paso se registraron un total de 522 ocurrencias, lo que supone 52,2 UF por cada 1 000 palabras. De esta manera, la ratio de UF por palabra es muy similar entre los datos obtenidos para el reality show y la serie televisiva, lo que, a priori, hablaría en favor de que Gran Hermano se acercaría más a la ficción que a la realidad. Además, parecería demostrarse el empleo desproporcionado de las UF en los guiones televisivos apuntado por Penadés Martínez, incluidas las series de un carácter más dramático, como Cuéntame cómo pasó.

Por otra parte, tanto en este como en los dos siguientes apartados, se considerará que se deben tomar los datos con cierta cautela, dado que existen variables que podrían influir en los resultados obtenidos, como las diferentes situaciones discursivas en las que las conversaciones tuvieron lugar, la edad y el grado de formación de los hablantes, las relaciones establecidas entre ellos, etc.

4.2. Estudio tipológico

En la Tabla 1 podrán observarse los datos relativos a la distribución de las UF documentadas en los tres corpus analizados, de acuerdo con la taxonomía fraseológica propuesta en el apartado 3 de este trabajo.

Tabla 1 Tipología de las UF en Val.Es.Co., Gran Hermano y Cuéntame cómo pasó 

Tipo Val.Es.Co. Gran Hermano Cuéntame cómo pasó
Ocurrencias % Ocurrencias8 % Ocurrencias %
Locuciones 275 68,1 % 952 (317) 63,4 % 263 50,4 %
Fórmulas oracionales 129 31,9 % 542 (181) 36,1 % 257 49,2 %
Paremias 0 0 % 7 (2) 0,5 % 2 0,4 %
Total 404 100 % 1 501 (500) 100 % 522 100 %

Los datos presentados en la Tabla 1 confirman la principal premisa de esta investigación, es decir, se documenta una mayor afinidad entre los datos relativos a la distribución tipológica de Val.Es.Co. y Gran Hermano respecto a los de Cuéntame cómo pasó. La diferencia registrada para los dos primeros corpus, respecto a la frecuencia de locuciones y fórmulas oracionales, es inferior al 5 %. Por el contrario, esta cifra se sitúa en torno al 13 % al comparar los datos del concurso y de la serie de televisión, y se eleva hasta casi el 18 % al poner en relación los corpus Val.Es.Co. y Cuéntame cómo pasó. Si bien es cierto que, como ya se comentó respecto a los resultados del estudio de frecuencia general, el contexto puede jugar un papel muy importante -y difícil de cuantificar-, parece razonable afirmar que la elevada presencia de fórmulas oracionales documentada en Cuéntame cómo pasó, cercana al 50 % de todas las UF, supone una cierta anomalía. Así, cabe afirmar que en los guiones de esta serie de ficción se hace un uso excesivo de esta clase de UF. De hecho, si se profundiza en los datos obtenidos, puede observarse que en Cuéntame cómo pasó la segunda y tercera UF con mayor número de ocurrencias son fórmulas oracionales, más concretamente «¡por Dios!» con treinta ocurrencias y «¿qué te pasa?» con diecisiete. No deja de ser curioso que las treinta entradas de «¡por Dios!» sean pronunciadas por dos únicos hablantes, (Antonio Alcántara y Mercedes Fernández), por lo que cabría pensar que se trata de una suerte de marca familiar, posiblemente empleada a propósito por los guionistas de la serie para dar una voz propia -y común en este caso- a estos dos personajes. Por otra parte, en el corpus Val.Es.Co., aunque es cierto que la segunda posición la ocupa también la fórmula oracional «¡qué sé yo! / ¡yo qué sé!», esta apenas presenta quince entradas. Por último, en Gran Hermano no se documentó una fórmula oracional hasta la tercera posición, concretamente «no (lo) sé» para expresar tanto duda como queja, con 24 entradas en 30 000 palabras, es decir, apenas 0,8 ocurrencias por cada mil palabras, frente a las 3,0 de «¡por Dios!» en Cuéntame cómo pasó. Otro dato interesante se refiere a que «es que», empleado en muchos casos como muletilla sobre la que apoyar una rectificación o vacilación en el discurso, es la UF con mayor número de ocurrencias en los tres corpus, si bien su frecuencia varía entre estos: 5,1 cada mil unidades léxicas en el corpus Val.Es.Co., 3,8 en Gran Hermano y 3,4 en Cuéntame cómo pasó. Este último dato daría cuenta de que, a pesar de las divergencias, los guiones de la serie televisiva efectivamente comparten algunas de las características propias de las conversaciones informales naturales.

Por otra parte, cabe reiterar la importancia que la situación comunicativa puede tener respecto a estos datos. Así, la mayoría de las conversaciones que componen los corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano se enmarcaron en contextos que cabría denominar como neutros, es decir, donde se trataron temas cotidianos con poca carga emotiva. Sin embargo, en Cuéntame cómo pasó se suelen dar con mucha frecuencia diálogos que surgen a raíz de situaciones que cabría denominar como extraordinarias y con alta carga emotiva, dado que es precisamente en estos momentos donde, a menudo, se desarrolla la trama (una discusión de pareja, una cocina que arde, malentendidos, sucesos inesperados, etc.) Aun así, no queda claro que estas diferencias en las situaciones comunicativas justifiquen por sí mismas las importantes divergencias registradas en cuanto a la tipología registrada en estos corpus y, por tanto, no parece exagerado afirmar que los guionistas hayan hecho uso de fórmulas oracionales por encima de lo que cabría esperar en conversaciones naturales.

Por último, se debe constatar que el uso de las paremias en las conversaciones llevadas a cabo en situaciones comunicativas informales fue enormemente infrecuente en los tres casos, dado que no supera en ninguno de los corpus el 0,5 % de frecuencia relativa. En este sentido, se puede confirmar la apreciación de Ruiz Gurillo, quien, en su estudio de la fraseología coloquial, afirmó que «[...] las paremias, y en concreto los refranes, son escasos» (Ruiz Gurillo, 1998, p. 47). No obstante, su hipótesis según la cual este tipo de expresión se vería sustituido con frecuencia por enunciados fraseológicos bimembres del tipo «de eso nada, monada» no parece cumplirse, dado que entre las 50 000 palabras de este estudio no se registró ni una sola entrada de estas características.

Antes de pasar a la tercera dimensión de este análisis, la relativa a las marcas de estilo de las UF documentadas, es importante observar más detenidamente la configuración de las locuciones, dado que este tipo es incuestionablemente el paradigma de las UF y, lógicamente, el elemento prioritario de estudio de la mayoría de los especialistas en fraseología.

En la Tabla 2 se expondrán los datos de acuerdo con los siete subtipos de locuciones a los que ya se hizo referencia en este mismo apartado, obtenidos para los tres corpus objeto de análisis.

Tabla 2 Subtipos de locuciones en Val.Es.Co., Gran Hermano y Cuéntame cómo pasó 

Subtipo de locución Val.Es.Co Gran Hermano Cuéntame cómo pasó
Ocurrencias % Ocurrencias % Ocurrencias %
Adjetiva 11 4,0 % 21 (7) 2,2 % 12 4,6 %
Adverbial 60 21,8 % 319 (106) 33,5 % 80 30,4 %
Conjuntiva 13 4,7 % 40 (13) 4,2 % 9 3,4 %
Nominal 23 8,4 % 75 (25) 7,9 % 21 8,0 %
Marcadora 129 46,9 % 337 (112) 35,4 % 67 25,5 %
Prepositiva 7 2,5 % 12 (4) 1,3 % 1 0,4 %
Verbal 32 11,6 % 148 (49) 15,5 % 73 27,8 %
Total 275 100,0 % 952 (317) 100,0 % 263 100,0 %

La Tabla 2 muestra algunos datos de sencilla interpretación. Así, no cabe duda de que, en cuanto a las locuciones nominales, los tres corpus presentan configuraciones muy similares, tanto respecto a porcentajes como a números totales. El extremo contrario fue documentado en las locuciones marcadoras, que suponen aproximadamente la mitad del total en Val.Es.Co, un tercio en Gran Hermano y apenas un cuarto en Cuéntame cómo pasó9. Este dato puede ser relevante para este estudio, ya que las locuciones marcadoras parecen ser un buen indicador del grado de espontaneidad del discurso, pues en la mayoría de los casos documentados se trata de un recurso lingüístico empleado por los hablantes para ordenar o rectificar sus ideas en el discurso improvisado, como puede observarse en las UF «es que», «o sea» o «a ver». Por lo tanto, las cifras obtenidas respecto al empleo de locuciones marcadoras parecen confirmar una notablemente mayor naturalidad de las conversaciones recogidas en los corpus Val.Es.Co y Gran Hermano respecto a Cuéntame cómo pasó.

Otro dato que se considera relevante sería el relativo a las locuciones verbales. Estas son generalmente tratadas como el prototipo de las UF y, por tanto, su subtipo más representativo. El hecho de que en Cuéntame cómo pasó el número de ocurrencias de este subtipo fuese muy elevado en relación con el de los otros dos corpus podría interpretarse como un intento -poco natural- por parte de los guionistas de poner en boca de los personajes algunas UF que aportan expresividad a sus discursos. Así, mientras que en la serie de ficción se documentó un mayor número de locuciones verbales (73) en comparación a las marcadoras (67), en las conversaciones de Val.Es.Co se reconoció una locución verbal por cada cuatro marcadoras. En el caso de Gran Hermano se registró una cifra mucho menor, de 2,3 locuciones marcadoras por cada locución verbal.

Por último, si se obtienen las diferencias totales respecto a los porcentajes por subtipo -es decir, si se realiza la suma de las divergencias de los siete subtipos- y se confrontan en grupos de dos corpus, nuevamente queda claro que Val.Es.Co y Gran Hermano mostraron configuraciones mucho más cercanas entre sí, con una diferencia total del 31,2 %, diferente a la relación entre Val.Es.Co y Cuéntame que pasó, con un 50,6 % de divergencia. Sin embargo, al confrontar los datos de Gran Hermano y Cuéntame cómo pasó, la divergencia (29,3 %) fue muy similar a la obtenida -y ya presentada anteriormente- para la comparación entre el reality show y Val.Es.Co (31,2 %).

Por tanto, se da por sentado que las conversaciones recogidas en Val.Es.Co y Gran Hermano presentaron una configuración notablemente más cercana entre sí que respecto a Cuéntame cómo pasó. Sin embargo, también cabe afirmar que -con alguna excepción, como las cifras relativas a las locuciones adverbiales- el reality show mostró datos mucho más cercanos a la serie de ficción que el corpus Val.Es.Co.

4.3. Estudio de registros

La tercera y última dimensión de este estudio de la fraseología -tal y como esta se documenta en tres contextos comunicativos informales- se refiere a los registros estilísticos relacionados con las UF documentadas. Dado que el objetivo consistió en realizar un estudio sistemático para etiquetar por cuenta propia las UF -lo cual ya resultaría ser una labor muy trabajosa que excede las posibilidades de esta investigación-, se recurrirán a las marcas de registro propuestas por el diccionario fraseológico más completo y actual de los publicados en español hasta el momento: la segunda edición del Diccionario fraseológico documentado del español actual: locuciones y modismos españoles (DFDEA), a cargo de Seco et al. (2017). Por desgracia, este procedimiento metodológico dejó fuera del análisis un buen número de UF, lo que desvirtúa, en cierta medida, los resultados de este, ya que precisamente suelen ser expresiones informales -y especialmente, claro está, las de naturaleza neológica- las que no vienen recogidas en los diccionarios. De hecho, resulta probable que algunas UF informales de uso ya relativamente generalizado hayan sido excluidas de esta obra por los propios principios lexicográficos que guían a sus autores. Así, todas las entradas de este diccionario documentado han sido contrastadas con alguna de las fuentes textuales -y no orales- de referencia (Seco et al., 2017, pp. XI-XII). Sin embargo, a la espera de la aparición de algún diccionario fraseológico más completo o elaborado a partir de corpus orales, solo puede contarse con la información aportada por el DFDEA.

Así, un primer dato de interés es el grado de inclusión en el DFDEA de las UF documentadas en los tres corpus. En este sentido, los números obtenidos muestran unas cifras casi idénticas: de las 404 ocurrencias documentadas en el corpus Val.Es.Co., el 70,5 % están registradas en el DFDEA, al igual que el 69,1 % de las 1 494 de Gran Hermano -es decir, descontando del número total las siete paremias, dado que el DFDEA no recoge este tipo de UF- y el 70,8 % de las 520 UF -excluyendo de igual modo las dos paremias- documentadas en los diálogos de Cuéntame cómo pasó. La mayor divergencia entre estos porcentajes es apenas del 1,7 %, una cifra que se juzga como irrelevante.

En cuanto a las marcas de registro, el estudio se ciñó, por una cuestión de coherencia y sistematicidad, a las propuestas por el DFDEA, es decir, de más a menos formal: literario, semiculto, neutro -sin etiqueta en el diccionario-, coloquial, juvenil, popular, jergal y vulgar. Su distribución en los tres corpus podrá comprobarse en la Tabla 3.

Tabla 3 Etiquetas de registro propuestas por el DFDEA 

arcas de registro Val.Es.Co Gran Hermano Cuéntame cómo pasó
Ocurrencias % Ocurrencias % Ocurrencias %
Literario 0 0,0 % 0 0,0 % 0 0,0 %
Semiculto 0 0,0 % 0 0,0 % 0 0,0 %
Neutro 171 60 % 613 (204) 59,3 % 267 72,6 %
Coloquial 83 29,1 % 277 (92) 26,8 % 95 25,8 %
Juvenil 2 0,7 % 4 (1) 0,4 % 0 0,0 %
Popular 15 5,3 % 75 (25) 7,3 % 2 0,5 %
Jergal 0 0,0 % 1 (0) 0,1 % 0 0,0 %
Vulgar 14 4,9 % 63 (21) 6,1 % 4 1,1 %
Total 285 100 % 1 033 (344) 100 % 368 100 %

De este modo, los datos presentados en la Tabla 3 muestran con claridad dos tendencias bastante marcadas: las cifras obtenidas a partir de los corpus Val.Es.Co y Gran Hermano son mucho más similares entre sí que respecto a las de Cuéntame cómo pasó. En este último caso, el 72,6 % de las UF registradas son neutras, mientras que en las conversaciones naturales esta se reduce en torno al 60 %. Además, en la serie televisiva apenas hay ocurrencias marcadas como juveniles, populares, jergales o vulgares, es decir, que las UF de carácter coloquial se enmarcan en lo que cabría denominar «lengua coloquial media».10 Por el contrario, en los otros dos corpus, y muy especialmente en Gran Hermano, se documenta un porcentaje relativamente elevado de estos registros menos neutros: un 7,3 % de las UF de registro vulgar y un 6,1 % del popular, entendido este como un «uso propio de un nivel cultural bajo» (Seco et al., 2017, p. xxv).

Así, los guionistas de Cuéntame cómo paso no solo ofrecen un uso menos frecuente de las UF coloquiales en general, sino que además evitan, salvo muy contadas excepciones, las expresiones que cabría calificar de inapropiadas para la televisión o, si se quiere, las propias de los registros más bajos. Finalmente, las similitudes entre los datos obtenidos de los corpus Val.Es.Co y Gran Hermano son una clara prueba de que los concursantes del reality show no trataron de expresarse de forma neutra ante las cámaras, sino que, según parece, lo hicieron con la misma naturalidad -en el sentido de falta de formalidad- que los hablantes que no saben que están siendo grabados. Tanto es así que incluso se documenta un porcentaje ligeramente más elevado de las UF de registro vulgar y popular que entre los hablantes del corpus Val.Es.Co. En definitiva, todo esto sería una prueba de peso, si bien no concluyente, de que los concursantes de Gran Hermano se comportaron lingüísticamente de un modo tan natural como lo hacen los hablantes de conversaciones informales grabadas de forma secreta -el 90% del material presente en el corpus Val.Es.Co-, al menos pasado un número importante de horas de convivencia en la casa -que, en el caso del reality show, equivale a más de sesenta días-.

5. Conclusiones

Las cifras presentadas en este artículo parecen confirmar la hipótesis básica de la investigación: los datos obtenidos a partir de los corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano muestran, en general, una configuración relativamente similar, al menos al compararlos con los relativos al corpus de Cuéntame cómo pasó. Sin embargo, debe reconocerse que algunos resultados no han sido los esperados a priori. Se hace referencia concretamente al estudio de frecuencia general, en el que los números obtenidos para los dos corpus televisivos muestran gran similitud respecto a los del corpus Val.Es.Co. Aun así, la frecuencia general de uso es el menos concluyente de todos los aspectos tratados en este estudio, ya que no quedó demostrado por ningún estudio previo la relación entre naturalidad o informalidad del discurso y frecuencia de uso de la fraseología. En cualquier caso, se trata de un dato inesperado que deberá de ser objeto de nuevas investigaciones para ser adecuadamente aclarado.

Mucho más relevante parece ser el segundo estudio realizado sobre la distribución tipológica. En este sentido, los datos relativos a los corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano muestran una mayor afinidad respecto a los de Cuéntame cómo pasó. A pesar de que el contexto puede jugar un papel muy importante -y difícil de cuantificar- respecto a la distribución tipológica, se determina que el hecho de que casi una de cada dos UF documentadas en Cuéntame cómo pasó sean fórmulas oracionales es una anomalía y un claro reflejo de que se trata de un guion televisivo, y no de conversaciones naturales.

A esto cabría sumarle la configuración de los subtipos de locuciones. En este sentido, no cabe duda de que, especialmente en el caso de las locuciones marcadoras y verbales, los guionistas de Cuéntame cómo pasó parecen realizar un uso muy distinto a la configuración fraseológica de las conversaciones naturales.

El dato más concluyente, sin embargo, es posible encontrarlo en la tercera de las dimensiones: el estudio de registros estilísticos. Aquí, nuevamente, las afinidades entre el corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano respecto a Cuéntame cómo pasó son muy marcadas, especialmente a la hora de considerar las expresiones vulgares propias del nivel cultural bajo, prácticamente inexistentes en la serie televisiva, cuyos guionistas se esforzarían por evitar el empleo de expresiones coloquiales perteneciente a la lengua baja.

Además, el hecho de que los corpus Val.Es.Co. y Gran Hermano muestren en general una configuración de la fraseología relativamente semejante apoyaría la hipótesis metodológica: las conversaciones espontáneas del reality show pueden ser empleadas como fuente de material lingüístico natural. Empero, en muchos de los aspectos estudiados, se observa que la configuración de Gran Hermano se asemeja a la de la serie de ficción que a los datos obtenidos del corpus Val.Es.Co. Esto parece indicar que, en el caso del concurso, puede hablarse de un discurso menos natural que en el producido en contextos totalmente naturales, lo que podría desvirtuar, al menos hasta cierto punto, las conclusiones obtenidas del análisis lingüístico de las conversaciones llevadas a cabo entre los participantes del reality show. No obstante, entre otros datos, y especialmente el mayor uso de las UF populares y vulgares, parecen apuntar a que la causa de las divergencias podría hallarse en los distintos contextos discursivos en los cuales los diálogos tienen lugar, y no necesariamente en el hecho de que se trabaje con una fuente lingüística menos natural. De esta manera, un futuro estudio de las UF empleadas en los distintos contextos discursivos resulta imprescindible para aclarar este aspecto fundamental del presente proyecto de investigación.

En última instancia, afirmar que el uso de Cuéntame cómo pasó como material lingüístico que refleje el uso del español en contextos espontáneos informales sería, sin duda, mucho menos recomendable que el de Gran Hermano. Al hecho incontestable de que sus diálogos no pueden ser catalogados de naturales, sino de meras recreaciones por parte de los guionistas, habría que sumarle la información presentada en este artículo, es decir, que los textos interpretados por los actores no reproducen un importante número de las características propias de las conversaciones informales naturales. Dicho esto, se estima que las diferencias observadas entre la configuración de la fraseología en contextos naturales y en la ficción televisiva tampoco pueden ser catalogadas de radicales, como se demostraría, entre otros datos, que la UF «es que» haya sido la expresión con mayor número de ocurrencias en los tres corpus. Por tanto, se debe reconocer que los autores de estos guiones televisivos lograron reflejar en sus textos algunos de los elementos propios de los discursos naturales.

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1La investigación presentada en este artículo forma parte de las actividades del proyecto de investigación FPVČ2017/04 que lleva por título Análisis multidimensional del uso actual de la fraseología española, financiado por el Fondo para el Fomento de la Actividad Científica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Palacký de Olomouc (República Checa).

2«[T]he aim of linguistic research in the community must be to find out how people talk when they are not being systematically observed; yet we can only obtain these data by systematic observation» (Labov, 1972, p. 209).

4. No se considera necesario detallar en estas páginas el funcionamiento del concurso; en caso de querer profundizar en este aspecto, se recomienda consultar la obra de Castañares (2003), en español, o de Mathijs y Jones (2004), en inglés.

6En su tesis doctoral, Laurencio (2017) trató de justificar el empleo de estos diálogos que, como él mismo reconoció, «[...] no son ni pueden ser espontáneos» (Laurencio, 2017a, p. 21), apoyándose, ante todo, en «[...] la relativamente fácil verificabilidad del contexto situacional y la buena formación del enunciado» (Laurencio, 2017a, p. 22). A esto le añade el hecho de que algunos de los actores tiendan a improvisar, tal y como se evidenciaría en un capítulo especial de la serie (en referencia al número 136 <http://rtve.es/v/881267>), en el que se puede observar cómo los actores trabajaban sobre una primera versión del guion, que aparentemente corrigieron en caso de que sus parlamentos no se ajustaran a la forma de hablar natural de los personajes.

7En el caso de este estudio —y a diferencia de la tipología propuesta por otros especialistas— las locuciones marcadoras se refieren exclusivamente a lo que suele denominarse marcadores del discurso y, dentro de estos, tan solo a aquellas expresiones que son dependientes de la oración, a la que ayudan a dar cohesión, careciendo, por tanto, de una función pragmática. Así, de la taxonomía propuesta por Martín Zorraquino y Portolés (1999, pp. 4081-4082) se excluyen los marcadores conversacionales —como desde luego cuando es usado como respuesta a una apelación anterior— por considerar que son fórmulas oracionales, es decir, por presentar un carácter supraoracional y discursivo.

8En el caso de Gran Hermano se incluyó, además, el número de ocurrencias por cada 10 000 palabras entre paréntesis en todas las tablas, de modo que pueda compararse más fácilmente las cifras en los tres corpus objeto de estudio.

9En este sentido habría que notar que, si en lugar de los porcentajes relativos se observan las cifras totales de locuciones marcadoras, resulta que la divergencia entre los números obtenidos de los corpus Val.Es.Co y Gran Hermano (129 y 112 ocurrencias, respectivamente) no es tan importante, al menos al confrontarlos con las apenas 67 ocurrencias documentadas en la serie televisiva.

10No está de más recordar aquí que, tal y como señaló Vigara Tauste, dentro de la lengua coloquial se hallan distintos registros: «El error de enfoque en que seguimos incurriendo con frecuencia es el de identificar sin más “lengua coloquial” con “lengua popular informal”, olvidando que también hay una vertiente coloquial en la lengua “media”» (Vigara Tauste, 1987, p. 12).

Recibido: 06 de Septiembre de 2019; Aprobado: 11 de Noviembre de 2019

*Autor para correspondencia: Enrique Gutiérrez Rubio. Correo electrónico: enrique.gutierrez@upol.cz

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