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Lingüística y Literatura

Print version ISSN 0120-5587On-line version ISSN 2422-3174

Linguist.lit.  no.81 Medellìn Jan./June 2022  Epub Feb 16, 2023

https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n81a04 

Estudios lingüísticos

¿ENVEJECEN LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS? LOS ZOOMORFISMOS DEL VOCABULARIO CUBANO (1921): UN SIGLO DESPUÉS1 *

DO PHRASEOLOGICAL UNITS GET OLD? THE ZOOMORPHISMS OF VOCABULARIO CUBANO (1921): A CENTURY LATER

Geisy Labrada Hernández1  * 

Celia María Pérez Marqués2 

Irina Bidot Martínez3 

1Universidad de Holguín (Cuba) geisylh@uho.edu.cu

2Universidad de Oriente (Cuba) celiapm@uo.edu.cu

3Universidad de Oriente (Cuba) bidot@uo.edu.cu


Resumen

El trabajo analiza el uso actual de 34 zoomorfismos, extraídos del Vocabulario cubano de Constantino Suárez, un siglo después de su publicación. Para ello, dichas expresiones han sido cotejadas en diccionarios posteriores, en el sitio webcorp.org.uk y a partir de encuestas. En el análisis se han tomado en consideración la variación fraseológica, el cambio semántico y ciertas preferencias de uso de estos zoomorfismos en la actualidad. Entre los resultados destacan la presencia de variantes léxicas y la vigencia, en más del 65 % de las expresiones, del significado recogido por Suárez en 1921.

Palabras clave: zoomorfismo; variación fraseológica; cambio semántico; fraseología; español de Cuba

Abstract

The paper analyzes the current use of 34 zoomorphisms extracted from Constantino Suárez’s Vocabulario cubano, a century after its publication. For this purpose, these expressions have been compared in later dictionaries, in the web site webcorp.org.uk and from surveys. The analysis has taken into account phraseological variation, semantic change and some preferences in the use of these zoomorphisms today. Among the results, the presence of lexical variants and the conservation, in more than 65 % of the expressions, of the meaning collected by Suárez in 1921 stand out.

Keywords: zoomorphism; phraseological variation; semantic change; phraseology; Cuban Spanish

1. Introducción

El Vocabulario cubano fue publicado en 1921 como suplemento a la decimocuarta edición del Diccionario de la lengua castellana (rae, 1914) por Constantino Suárez, quien, según Camacho (2008, p. 44), forma parte del grupo de diccionaristas cubanos de la llamada lexicografía de autor.2 De acuerdo con lo planteado por Suárez (1921) en el prólogo, el texto tuvo como antecedentes esenciales, además del Diccionario de la Real Academia Española3 (1914), el de Pichardo (1875), el Pequeño Larousse Ilustrado (Augé & de Toro, 1912) y la Lexicografía Antillana de Zayas (1914).

Esta importante obra de Suárez, que apareció simultáneamente en La Habana y en Madrid, recoge 6 828 voces, 321 frases y 52 refranes.5 Asimismo, incluye un total de 6 005 cubanismos -marcados con asterisco los aceptados por la rae en la decimocuarta edición de su diccionario- y 513 americanismos. De manera general y en palabras del propio autor (Suárez, 1921, pp. VII-XXX), su técnica lexicográfica se caracteriza por la inclusión también de palabras «groseras u obscenas» calificadas como «vulgares o muy vulgares». Por otro lado, no toma en consideración los llamados «defectos de la prosodia cubana» -cambios de c por z, r por l u omisión de la d intervocálica-. Tampoco se registran ciertas «incorrecciones de gente rústica» (haiga) ni los diminutivos «no admitidos en el lenguaje correcto» de la época (nadita, ahorita, naitica, enseguidita). Incluye, además, tres apéndices: uno para frases, otro para refranes y otro para nombres propios en estilo familiar.6

1.1. El Vocabulario cubano (1921) como objeto de estudio

No han sido pocos los cuestionamientos hechos al Vocabulario cubano (1921). Entre ellos, destacan los de Ortiz, investigador que, en 1921, publicó una serie de papeletas léxicas y una amplia reseña crítica, que serviría en 1923 como prólogo al Catauro de cubanismos. En él, adicionó también como epílogo algunas «observaciones para terminar el vocabulario cubano de Suárez» (Ortiz, 1923, p. 248). Según Ortiz, el Vocabulario cubano (1921) tiene el valor de haber incorporado «las palabras indecentes y basarse con frecuencia en el léxico del vulgo», pero no profundiza en las diferencias «del hampa afrocubana» (1923, p. 255) y sigue con demasiada pulcritud las orientaciones de la Real Academia Española.

Más adelante, Juan Marinello presentó Un guacalito de cubanismos (1925-1926) como fe de erratas del Vocabulario de Suárez (1921) y del Catauro de Ortiz (1923). Aunque Marinello subraya la «laboriosidad y seria orientación» del Vocabulario cubano (1921), refiere la falta de precisión en las equivalencias y definiciones, sobre todo en aquellos «giros criollísimos», resultado de la condición foránea de Suárez.7 Añade lo contradictorio entre los méritos del texto y su escasa difusión en Cuba.

En lo que va de siglo XXI, otros estudiosos han valorado algunas de las limitaciones de la obra de Suárez. Al respecto, Camacho (2008) señala que «es uno de los diccionaristas menos objetivos en la construcción de las definiciones y en el empleo de las marcas o sus respectivos sustitutos textuales» (p. 48). Asimismo, desde el componente ideológico, afirma que se trata de un autor marcado por su procedencia extranjera y por la severa crítica de su tiempo. No obstante, resalta el manejo relativamente actualizado de algunos principios metodológicos.

Por su parte, Alfaro (2021), al referirse al tratamiento de las unidades fraseológicas (UF) por Suárez (1921), asegura que este concibe al vocabulario cubano como un complemento del castellano y no en toda su originalidad y creatividad. De ello, se desprende la ausencia en la obra de reglas básicas para diferenciar lo hispánico de lo criollo, así como la alusión a una supuesta pobreza del refranero cubano.

El Vocabulario, exiguamente tratado desde el punto de vista lexicográfico, representa un giro importante en la fraseografía cubana, perspectiva desde la que registra muy pocos o ningún acercamiento. Organizadas en apéndices separados, las uf suman un total de 373. Al decir de Suárez (1921) esta decisión responde a la desproporción existente entre las UF y las voces -las primeras representan el 4,7 % del total-. Según aclara, el incorporar las UF en el cuerpo del texto traería consigo la desorganización y la falta de «amenidad que sí ganan en grupo» (s. p.). Destaca entonces la utilidad de los apéndices para coleccionistas y futuras ampliaciones.

Las UF, que, según Suárez (1921), «abundan en cualquier república hispanoamericana más que peces en el mar», fueron recogidas «al oído» (p. VII). Por ello, en el Vocabulario cubano, aparecen tanto las UF de origen cubano como americano, siendo estas últimas también muy usadas en Cuba. Además, el repertorio desecha las uf de uso local frente a las más extendidas. En cuanto a los refranes, solo recoge los cubanos y algunos más propios del castellano de uso muy generalizado en la nación antillana.

Entre los principales aportes de Constantino Suárez sobre este tema debe mencionarse la clasificación ideográfica de los refranes presentados y la organización del resto de las UF a partir del verbo como palabra ordenatriz. También hace referencia a las relaciones y posibles variantes fraseológicas.

Cien años después de su publicación, el Vocabulario cubano (1921) constituye aún, a pesar de su valor, una obra escasamente estudiada por lexicógrafos y, en menor medida, por fraseólogos del país. Algunos trabajos aislados como los de Alfaro (2007, 2021), Camacho (2008), Salto (2016) o Valdés (2018) le dedican algunas líneas, pero siempre como parte del conjunto lexicográfico cubano y no como objeto específico de análisis.

1.2. Una mirada al Vocabulario cubano (1921) en el año de su centenario

El presente trabajo, derivado de la labor del Grupo de Estudios de Fraseología de Cuba (GEFRASCU) que busca revitalizar las investigaciones fraseológicas cubanas, recoge una nueva y merecida aproximación al Vocabulario cubano (1921) en el año de su centenario. Debe precisarse también que los resultados aquí expuestos forman parte de la tesis doctoral en curso La variación de las unidades fraseológicas zoomorfas en el español de Cuba, del Programa de Doctorado en Ciencias Lingüísticas y Literarias de la Universidad de Oriente (Cuba).

Con un enfoque integrador, esta investigación analiza el uso actual de 34 zoomorfismos8 extraídos del Vocabulario cubano (1921). Para ello, se exponen elementos relacionados con la variación fraseológica, el cambio semántico y ciertas preferencias de uso de estas expresiones en la actualidad. Las UF han sido buscadas en textos posteriores, como el Diccionario automatizado de fraseología cubana (DICFRAS) y el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (DEEC). Asimismo, se han obtenido otras variantes y ejemplos de uso a partir de encuestas aplicadas en la región nororiental de Cuba y a través del sitio webcorp.org.uk.

El grupo temático de los zoomorfismos representa casi el 11 % de las UF recogidas por Suárez (1921). En tal sentido, debe destacarse que las expresiones zoomorfas alcanzan un alto grado de representatividad en el caudal fraseológico de diferentes lenguas y constituyen una importante base de análisis traductológicos e interculturales. Esto último se deriva, sobre todo, de su amplia historia cultural y de la marcada presencia del reino animal en la vida cotidiana de los seres humanos.

A partir de lo anterior, se contribuye al estudio de la fraseología zoomorfa cubana, tema escasamente abordado en las investigaciones lingüísticas del país y, por ende, importante línea de trabajo del GEFRASCU. También, de forma integradora, se favorece el acercamiento al fenómeno de la variación fraseológica. Así, se abordan aspectos teórico-conceptuales, metodológicos y prácticos de importancia a través de una muestra de UF del Vocabulario Cubano, de cuyo uso se actualizan elementos formales, semánticos y pragmáticos.

A su vez, no son pocas las nuevas interrogantes y temáticas que revela el Vocabulario cubano (1921) en su centenario. A estas se añaden las ya acumuladas durante este lustro de lecturas intermitentes y observaciones segmentadas. Todo ello configura un amplio campo de estudio, del cual se esbozan algunos puntos de partida en este trabajo, con el fin de resaltar el valor actual de la obra y los aportes de Constantino Suárez a la lingüística cubana.

2. Definiendo la variación fraseológica y los tipos de variantes

La variación fraseológica ha sido entendida, según el tratamiento de las UF en el Diccionario de la lengua española (DLE, 23.a ed.) y en palabras de Ortega y González (2005, p. 97), como la relación que existe entre las uf sinonímicas, es decir, todos aquellos fraseologismos que verbalizan una misma designación. Sin embargo, Zuluaga (1980) excluye como variantes las UF sinonímicas, pues, aunque desde el punto de vista designativo signifiquen lo mismo, son UF distintas. Este autor define la variación como «la relación que existe entre las variantes en sentido estricto» y no incluye las transformaciones reales y las modificaciones que dan como resultado un cambio de significado (ser un guanajo9/guanajera); los miembros de series de significado opuesto; los sinónimos con estructura diferente (caer comején al piano, torcer la puerca el rabo10); las unidades con casillas vacías (con estos/esos/aquellos bueyes hay que arar11) y las variaciones regionales, socioculturales y diafásicas, ya que no pertenecen a la misma lengua funcional (pp. 106-108).

Por otra parte, Carneado (1985) expone que solo puede haber variación cuando se registran modificaciones que no mudan los rasgos esenciales de la unidad, es decir, aquellos que cumplen una función diferenciadora. Cuando se alteran esos rasgos, se deberá reconocer una unidad diferente y no una variante de la misma. Entretanto, García- Page (1996) define las variantes como «construcciones prefabricadas que admiten la sustitución léxica de algunos componentes sin alterar el significado» (p. 479). Este mismo autor recogió, en 1999, las clasificaciones que otros investigadores habían aportado sobre los distintos tipos de variantes -léxicas, morfológicas, gramaticales y gráficas- y se centró en los cambios morfológicos que admiten las UF, ya sean flexivos o derivativos.

En los criterios presentados hasta el momento pueden identificarse ideas comunes en cuanto a la necesidad de que las variantes fraseológicas tengan lugar en la misma lengua funcional y no afecten el significado. Además, se distinguen las variantes fraseológicas de las UF sinonímicas, cuyos rasgos formales pueden ser considerablemente diferentes, aunque mantengan una relación semántica.

Teniendo en cuenta las anteriores conceptualizaciones, se considera como una de las definiciones más integradoras y precisas la de Koike (2001), quien concibe a las variantes fraseológicas como una «relación que existe entre UF que, manteniendo el mismo significado, son parcialmente idénticas en su estructura y en sus componentes» (p. 88) -no moverse/oírse ni las moscas/no oírse volar ni las moscas12-. Este autor retoma a Carneado (1985) y enfoca su propuesta directamente en las locuciones. Más adelante, Koike (2001) plantea que «las variantes fraseológicas admiten diversas clases de alternativas dentro de la misma estructura sintáctica sin presentar diferencias de significado y estas pueden ser morfológicas, morfosintácticas, sintácticas y léxicas» (p. 88). Entre los casos de variación morfológica destaca la derivación -ser un mono/estar en la monería13- y los cambios de género y número gramatical -caminar como los/el cangrejo/s14-. En la sintáctica, incluye el uso de preposiciones, artículos, la alteración del orden de los componentes -se puede jugar con la cadena, pero con el mono no/no con el mono15- y el empleo de formas acortadas -ser como el elefante…16-. Afirma, además, que la variación léxica consiste en la sustitución de uno de los componentes de la unidad -¿qué bicho/avispa/mosca te picó?17-.

Las anteriores reflexiones de Koike (2001) se reflejan, en gran medida, en otra de las definiciones menos ambiguas encontradas en la bibliografía: la de Ortega y González (2005), quienes sostienen que la variación fraseológica «es el fenómeno que se produce cuando una UF, a pesar de estar fijada, se materializa en formas distintas sin que dicho cambio conlleve alteraciones en el significado fraseológico» (p. 92).

En el caso de Montoro (2005), se resalta la relación de las variantes fraseológicas con la sustitución paradigmática y de la variación con la cadena sintagmática. A su vez, este autor incluye dentro de las variantes las series fraseológicas, las variantes ortográficas presentadas por Carneado (1985), y considera como tipos de variantes externas las diatópicas, las diastráticas, las diafásicas y las diacrónicas, reconocidas a su vez por Penadés (2012, 2015) como casos de variación marcada. Luego, propone distinguir los diferentes cambios que puede sufrir una UF en el discurso: alteraciones espontáneas e individuales (desautomatización); variaciones fijadas de una misma expresión (variantes) e inflexiones morfológicas o sintácticas debido a la propia naturaleza sintáctica de las UF, así como a la dinámica del discurso. Subraya, pues, que estas últimas precisan el desarrollo de diferentes estudios descriptivos.

Finalmente, Alvarado (2008) fundamenta la variación como un fenómeno general que se materializa en forma de variantes o modificaciones, entendidas estas últimas como casos de desautomatización. El autor sostiene que las variantes deben presentar un solo cambio léxico en su estructura e incluye como tales los cambios de registro y de código.

A partir de la revisión de cada uno de los criterios presentados hasta el momento, se corrobora la carencia de fundamentos coincidentes en torno al tema, aspecto que obstaculiza la puesta en práctica de algunos de los presupuestos teóricos. Así, con el objetivo de viabilizar el desarrollo de la presente investigación, resulta imprescindible ofrecer y fundamentar la posición teórica asumida a partir de la valoración crítica de las opiniones antes esbozadas.

Para comenzar, debe esclarecerse el criterio seguido en cuanto a la modificación (Labrada, Bidot & Pérez, 2021a), en cuyo caso se asume lo planteado al respecto por Corpas (1996): «las modificaciones tienen que ver con la manipulación creativa e intencionada del hablante» (p. 29). Ruíz Gurillo (1997), por su parte, aborda el tema estrechamente ligado a la idea de desautomatización, es decir, a «la manipulación en la forma y el contenido de una UF para producir determinados efectos» (p. 21).

De acuerdo con Corpas (1996, p. 27) y Alvarado (2008, p. 16), se considera la variación como una característica lingüística de las uf. Asimismo, la definición de variante sigue la propuesta de Koike (2001, p. 77), quien las delimita como las UF que, manteniendo el mismo significado, son parcialmente idénticas en su estructura y en sus componentes.

En ese sentido, se reconoce la clara diferenciación entre variantes y sinónimos fraseológicos, destacando que, aunque los segundos designen referentes iguales, no necesariamente deben coincidir en su estructura formal. En dicha distinción se incluyen las variantes ortográficas -ser una gallina culeca/clueca18-, reconocidas por Carneado (1985) y Montoro (2005). De manera general, teniendo en cuenta principalmente la propuesta de Montoro (2005), la que también sirve de base en el estudio de Mellado, Corpas y Berty (2021, p. 524), en este trabajo se tomarán como punto de partida los siguientes tipos de variantes fraseológicas: morfológicas, sintácticas, léxicas, ortográficas, cambios de extensión y las UF con casillas vacías.

A partir de estas tipologías se analizará la variación de los zoomorfismos que conforman la muestra. A ello se añadirán los cambios de significado experimentados por las UF y los casos de polisemia. Se tomarán como bases la codificación escrita y la definición recogidas en el Vocabulario cubano (1921). Las variantes relativas a estas formas primarias se obtendrán de las fuentes posteriores que han sido consultadas, así como de las encuestas. El análisis se fundamentará, además, con la búsqueda de cada UF en la web cubana para obtener ejemplos reales de uso actual y datos que evidencien los criterios expuestos.

3. Conformación del corpus y precisiones metodológicas

Antes de explicar el proceder metodológico, es necesario subrayar que el presente estudio se rige por una concepción ancha de la fraseología (Ruíz Gurillo, 1997), en tanto abarca todo tipo de combinación de palabras que posea los rasgos de estabilidad y reproducibilidad, cuyo significado sea el producto de una compleja transposición semántica. En él se asume, además, la definición de unidad fraseológica de Corpas (1996):

Unidades léxicas formadas por más de dos palabras gráficas en su límite inferior, cuyo límite superior se sitúa en el nivel de la oración compuesta, caracterizadas por su alto nivel de uso y coaparición de sus elementos integrantes; por su institucionalización, entendida en términos de fijación y especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales, así como por el grado en el cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos (p. 20).

La conformación del corpus estuvo organizada en tres etapas. Primero, se llevó a cabo, a partir de la definición de zoomorfismo mencionada (Cfr. Nota 7), la extracción manual de las expresiones del Vocabulario cubano (1921). Este primer paso constituye la base del análisis en cuestión, debido a que permite advertir la codificación escrita de las uf y el reflejo de su forma y significado en la obra consultada.

Como segundo paso, se procedió a la búsqueda de las uf zoomorfas extraídas en otros textos más recientes, como el DICFRAS (1995) y el DEEC (2016). Al comparar la inclusión o no de cada uf en las obras mencionadas, es posible determinar cambios en cuanto a la estructura formal y al significado y, sobre todo, la evolución o estabilidad de las expresiones.

La tercera etapa incluyó la aplicación de 35 encuestas en la región nororiental de Cuba, específicamente en Las Tunas y Holguín, ambas pertenecientes a la misma zona lingüística.19 La decisión de centrar el estudio en estas provincias se debe, sobre todo, a motivos prácticos relacionados con el objetivo y el alcance de la investigación. También incidieron otros aspectos como las circunstancias epidemiológicas en las que se desarrolló el estudio y, por ende, la imposibilidad de trasladarse hacia otros territorios cubanos. Se reconocen, así, las limitaciones de la investigación y la conveniencia de extenderla posteriormente. No obstante, las encuestas aplicadas responden al objetivo del trabajo y permitieron la ampliación y comprobación de la muestra inicial, su ejemplificación y la identificación de variantes o cambios en el uso y significado de los zoomorfismos.

De los 35 informantes, 18 pertenecen a Holguín y 17 a Las Tunas. Esta misma distribución corresponde a la cantidad de mujeres y hombres de la muestra. Se organizaron en tres grupos etarios: 20-35 años -12: 6 holguineros y 6 tuneros-, 36-50 años -12: 6 holguineros y 6 tuneros- y mayores de 50 -11: 6 holguineros y 5 tuneros-. Se tuvo en cuenta, además, la variedad en cuanto al nivel educacional y a las ocupaciones de cada uno -profesores, estudiantes, ingenieros, amas de casa, cuentapropistas, médicos, tabaqueros, economistas, gastrónomos, etc.-

La limitación geográfica del estudio ha sido superada, hasta cierto punto, a través de WebCorp. Puesta en práctica por la Universidad de la Ciudad de Birmingham desde 1999, la plataforma constituye un conjunto de herramientas que permite el acceso a la World Wide Web como un corpus, una gran colección de textos de los que se pueden extraer datos lingüísticos. Asimismo, presenta entre sus opciones avanzadas la de restringir la búsqueda a sitios dentro de un dominio determinado. Mediante esta opción, para el presente estudio se tomaron como base solo páginas en español correspondientes al dominio .cu -entre las que más datos aportan se encuentran los comentarios de los lectores en portales como Cubadebate, en los sitios de periódicos nacionales y locales, así como en otras páginas de centros culturales, instituciones educativas de Cuba, etc.-.

Finalmente, a partir del análisis comparativo de la muestra de zoomorfismos seleccionados, se identificaron los elementos esenciales en cuanto a la variación de cada UF, las variantes recogidas en diccionarios posteriores o aportadas por los informantes, ejemplos actuales de uso y casos de desuso.20 También se determinaron los cambios de significado que presentan algunas UF. De manera general, esta propuesta metodológica contribuye al alcance del objetivo planificado y favorece, a su vez, la identificación de nuevas interrogantes y temáticas para posteriores estudios.

4. Los zoomorfismos del Vocabulario cubano (1921) cien años después. Resultados y discusión

De los 34 zoomorfismos recogidos por Constantino Suárez en el Vocabulario cubano (1921), solo 16 aparecen en el DEEC, mientras el DICFRAS recoge apenas 11 de ellos. A partir de las encuestas aplicadas en la región nororiental del país, pudo comprobarse que los informantes reconocen como promedio unas 13 UF. Así, las fuentes principales consultadas registran poco menos de la mitad de los zoomorfismos extraídos del Vocabulario.

Otro dato de interés es la relación entre la edad de los encuestados y la cantidad de uf reconocidas. Al respecto, debe destacarse que la persona que más UF identificó (25) tiene 65 años; entretanto, quien menos zoomorfismos reconoció (3) pertenece al primer grupo etario, con 21 años. Sin embargo, aunque la antigüedad del Vocabulario cubano (1921) y elementos como la fijación o la opacidad, inciden en la vitalidad de las UF y, por ende, en la competencia fraseológica de los hablantes, deben considerarse otros factores sociolingüísticos o asociados a la competencia sociocultural. Así lo demuestra el hecho de que un hablante de 54 años apenas reconoció 6 UF, a la vez que otros de 21 y 27 años identificaron 17 y 18 zoomorfismos, respectivamente.

Durante la aplicación de las encuestas, ante lo notorio de estos datos, se indagó en algunos posibles factores incidentes en ellos. Varios de los encuestados jóvenes que identificaron más de 10 UF afirmaron haber convivido durante un largo periodo de tiempo con sus abuelos o con familiares provenientes de zonas rurales. Si se tiene en cuenta, además, la amplia historia cultural, la productividad y la considerable presencia de los animales en diferentes esferas de la vida cotidiana, incluida la lingüística, podría pensarse que es lógico un vasto dominio de este tipo de expresiones. Sin embargo, es preciso un análisis más detallado para determinar cuáles son las UF más identificadas por un grupo u otro, por supuesto, a partir de un número de encuestados más amplio que el aquí utilizado.

Como se explicó en la introducción del trabajo, el presente estudio pretende lograr una aproximación al Vocabulario cubano (1921) como fuente de análisis fraseológicos, pero también ha permitido plantear nuevas interrogantes e incentivar la investigación de temas aún no explorados en la fraseología cubana. Vale resaltar que esta carece, según la bibliografía consultada, de acercamientos pragmáticos o sociolingüísticos que den cuenta del uso discursivo real de las UF, más aún en zonas específicas del país. Se manifiesta, entonces, el valor de estudios comparativos sobre el uso de la fraseología zoomorfa cubana en zonas rurales y urbanas, así como en diferentes grupos etarios.

Es necesario comentar otros elementos importantes, como la ausencia de UF altamente identificadas por los encuestados en los diccionarios posteriores al Vocabulario cubano (1921) que se consultaron. Tal es el caso de comer cotorra y cambiar la vaca por la chiva, reconocidas por 27 y 30 hablantes, respectivamente. Ninguna aparece en el DEEC y solo la primera en el DICFRAS, donde se presentan otras variantes léxicas de significado similar, como desayunar o comer cotorra, también mencionadas por los encuestados. En cuanto a las coincidencias encontradas en la web cubana a través de WebCorp, estas solo corresponden a la UF cambiar la vaca por la chiva (ejemplo 1), no así a la otra expresión de la que no se identificaron usos como UF y sí del referente animal como zoónimo.

1. Creo que es cambiar la vaca por la chiva, Transfermóvil está optimizado, sin embargo cuando se hace la integración con Enzona (…) no te permite siquiera autenticarte (Figueredo Reinaldo, 15 de octubre de 2020).

A sabiendas de que el DEEC no es un diccionario fraseológico, podría argumentarse que es esta la posible razón de la ausencia de ambas uf; sin embargo, se advierte la presencia de otras expresiones con la base zoónima vaca: hacer una vaca, vaca sagrada (p. 537, Tomo 2). Tampoco se registra en el DEEC la acepción figurada de la entrada cotorra (p. 343, Tomo 1).

4.1. Variantes fraseológicas

Al tratarse el tema de la variación fraseológica, esta debe diferenciarse de otros fenómenos, como la desautomatización -definida anteriormente- y la variación no permitida, es decir, confusiones en cuanto al uso y codificación de las UF debido al desconocimiento o tergiversación de los hablantes.

Los resultados de las encuestas presentan ejemplos de estos fenómenos. De la UF hacerse el chivo loco/cojo/ con tontera un hablante aportó expresiones similares, como hacerse el chivo/a con tacones o hacerse el chivo con preyeso.21 En ambos casos se corresponden con modificaciones ocasionales que buscan una mayor expresividad o una adecuación a ciertos contextos de uso. No se trata, así, de formas extendidas en el español de Cuba, sino de modificaciones espontáneas, es decir, desautomatizaciones.

También se registran casos donde una determinada UF interfiere en otra: a otro perro con ese collar. Aquí, debido a la confusión del encuestado, se han mezclado las UF a otro perro con ese hueso y ser el mismo perro, pero con diferente collar. Otro ejemplo lo constituye todo lo quiere saber de la enferma a la señora, expresión procedente del poema «Los zapaticos de rosa» de José Martí. Quizás el desconocimiento de este referente cultural o la repetición por imitación -no debe obviarse la considerable difusión oral del poema, sobre todo en escuelas primarias y secundarias- incidan en la modificación del fragmento,22 cuya forma original es todo lo quiere saber de la enferma la señora.

De manera general, puede apreciarse que las variantes encontradas en las fuentes posteriores y aportadas por los informantes son, con más frecuencia, de tipo léxico. También aparecen casos de acortamientos o adición de constituyentes. La siguiente tabla resume la variación fraseológica identificada en la muestra seleccionada, donde el 48 % de las UF extraídas del Vocabulario cubano (1921) presenta algún tipo de variante en la actualidad. Nótese cómo en la mayoría de los casos las variaciones tienen lugar en el verbo de la UF.

Tabla 1 Variación fraseológica en los zoomorfismos extraídos del Vocabulario Cubano (1921)  

Tipo de variación Variantes
Léxica -Hacerse el chivo loco/cojo/con tontera
-Meter el diablo/el judío/los monos en el cuerpo
-Pasar/meter/poner la carreta delante de los bueyes
-Haber/tener gato en jaba/encerrado
-Comer/almorzar/desayunar cotorra/perico
-Caerle comején al palo/piano
-Andar/caminar como cotorra
-Hablar más que una cotorra/perico/cao
-No tener/haber ni dónde amarrar la chiva
Morfológica -Hacer la paloma/palomita
-Hacerse el chivo/a loco/a/cojo/a/con tontera
Cambios de extensión -Gustarle (a uno) chuparle el rabo a la jutía/chuparle el rabo a la jutía
-Estar en el pico del aura/en el pico del aura
-Y otras yerbas aledañas que ni los chivos las comen/Y otras yerbas que ni los chivos las comen
-Ya ese perro me ha mordido/Ya ese perro me ha mordido otras veces
Sintáctica -Ese perro me ha mordido otras veces/Ya ese perro me mordió
Ortográfica -Estar el verraco/berraco en la yuca -¿Será pato o gayartea/gallareta)

Fuente: elaboración propia.

En la muestra llama la atención la UF al cantío de un gallo, identificada por 30 hablantes y con un uso extendido en el español de Cuba, según los datos de la web. Aunque esta aparece en todas las fuentes, la definición aportada presenta algunas diferencias. En los tres diccionarios se relaciona con la cercanía y las cortas distancias. Sin embargo, el 30 % de las encuestas la asocia con los adverbios temprano y rápidamente. Así, de acuerdo con la metodología ya explicada, se procedió entonces a la revisión del uso de esta UF en la web cubana. Los datos muestran su uso para ambos significados, pero con determinadas variaciones en su estructura formal:

2. Los Gallos de Sancti Spíritus […] se situaron al cantío de un gallo (medio juego) del primer lugar de la 60 Serie Nacional de Béisbol (González Cruz, 9 de diciembre del 2020).

3. En otros pueblecitos de Las Tunas y Holguín los lugareños se levantaron al cantío del gallo más mañanero para ver pasar el nuevo tren (Guilarte Fong, 20 de julio de 2019).

Así, es más frecuente el uso de al cantío de un gallo para expresar cercanía, mientras que al cantío del gallo se refiere a «muy temprano en la mañana» -momento en el que preferentemente cantan los gallos-. Ante estas interpretaciones, es preciso analizar otros elementos de esta expresión si se tiene en cuenta la definición de variante fraseológica propuesta por Koike (2001, p. 77) mencionada en el segundo apartado de este trabajo.

Aun cuando ambas UF mantienen una estructura muy similar, no coinciden en su significado. De ello se deriva que no se reconozcan como variantes sino como UF diferentes. Es quizás este aspecto el que incide en las definiciones aportadas por los encuestados para la expresión al cantío de un gallo, que es la registrada en el Vocabulario cubano (1921) y la presentada en las encuestas. También ejemplos tomados de la web muestran algunos usos imprecisos de una UF y otra de acuerdo a los significados mencionados:

4. Casi todo el barrio era nuestro, las familias vivíamos al cantío del gallo. El río, los montes y los días en familia nos juntaron a todos (Menéndez Dávila, 5 de marzo de 2020).

5. No se vislumbra nada más por todos los alrededores, por lo que se puede inferir que ese «cerca» es la versión guajira de «al cantío del gallo», que nunca llega (Pardo Ortega, 11 de marzo de 2019).

Como ya se ha subrayado antes, no son pocas las interrogantes y temáticas abiertas a futuros análisis en función de aportar datos concluyentes. De esta forma, en estudios posteriores se analizarán las interferencias semánticas de las UF: al cantío de un gallo (cerca), al cantío del gallo (temprano) y en menos de lo que canta un gallo (rápido).

4.2. Cambios semánticos y polisemia

Sobresalen ejemplos de zoomorfismos que difieren en cuanto al significado presentado por Constantino Suárez en el Vocabulario cubano (1921). Sirvan como muestra las UF pasarse la carreta delante de los bueyes y estar en el pico del aura. La primera de estas expresiones fue identificada por un total de 32 encuestados (94 %), mas no se recoge en el DEEC. En él sí aparecen otras UF conformadas a partir de las palabras ordenatrices carreta y buey: parar la carreta, aguantar carretas y carretones, estar alguien hecho un buey, ¡qué dos bueyes para una yunta! (p. 247 Tomo1). Es registrada en el DICFRAS a través de la variante léxica verbal poner la carreta delante de los bueyes.

Suárez define esta uf como extralimitarse, gastar más de lo que se gana, lo que sirve para conceptualiza en el español de Cuba la expresión tirar la casa por la ventana. Sin embargo, tanto en el DICFRAS, como en WebCorp y en las encuestas aplicadas, este fraseologismo se relaciona con el hecho de adelantarse a los acontecimientos:

6. Todas las rutas principales están colapsadas, comenzó el verano […] y quieren construir terminales. Es algo similar a poner la carreta delante de los bueyes […] Primero garanticemos los vehículos para luego hacer las terminales (Hernández Mitjans, 15 de junio de 2018).

Estar en el pico del aura (una cosa), según Suárez, significa la suma dificultad de lograr un deseo. Esta UF fue identificada por 28 hablantes y se recoge en el DEEC junto al sinónimo estar al borde de la piragua -también mencionado en las encuestas-. De los 28 encuestados, solo dos coinciden con la definición de Constantino Suárez, mientras que los otros 26, los ejemplos hallados en WebCorp y el deec, la relacionan con estar a punto de morir o en una situación muy extrema:

7. Otra vez el presidente de facto de Brasil, Michel Temer, está en el pico del aura al ser presentadas nuevas pruebas sobre su vinculación con hechos corruptos (7 de julio de 2018).

También se presentan expresiones escasamente reconocidas en las encuestas y sí registradas en los diccionarios con el mismo significado que aparece en el Vocabulario cubano (1921). Ejemplos de ello son no ser (uno) una pata de puerco, comer como nigua y tener boca de guasa, identificadas por al menos tres hablantes. En estos casos, teniendo en cuenta la metodología argumentada, debido a la limitación geográfica de la muestra, los datos fueron contrastados en WebCorp. Como resultado se obtuvo la presencia de solo la primera UF en la web -tres coincidencias, una de las cuales se muestra en el ejemplo 8-. Las dos restantes no fueron encontradas, no al menos como parte de estas UF; aunque sí se identifica el uso de referente animal como zoónimos o, incluso, topónimos.

8. Mi amigo Cruyff muy bueno, estelarísimo, pero nunca fue campeón mundial, sí subcampeón y al lado de Messi es una pata de puerco (17 de octubre de 2013).

El DEEC, al igual que el Vocabulario cubano (1921), define pata de puerco -variante acortada en la que aparece registrado- como persona insignificante. En las encuestas, quienes identificaron esta UF relacionaron su significado con «ser bruto u ordinario». Como se observa en el ejemplo 8, los usos encontrados en la web coinciden con la definición del DEEC y de Suárez (1921). Sí llama la atención la expresión sinónima pata de perro referido por el DEEC. Tanto en las consultas realizadas a los hablantes, como en las coincidencias halladas en la web (ejemplo 9) se relaciona esta variación con «caminar mucho o no tener lugar fijo»:

9. El patrimonio de sus pueblos es reflejo de las anécdotas de este forastero pata de perro, buscando siempre otros destinos más allá de los límites de su país continental (Madera Iglesias, 3 de junio de 2016).

Sería conveniente, entonces, llevar a cabo una revisión más extensa de otros diccionarios, unida a la aplicación de encuestas en otros territorios cubanos. Esto permitiría trazar la diacronía de esta UF o determinar, quizás, usos regionales específicos.

Las otras dos UF, comer como nigua y tener boca de guasa,23 definidas en el Vocabulario cubano (1921) y en el DEEC (p. 229, Tomo 2) como comer mucho y tener la boca grande, respectivamente, solo fueron reconocidas por tres hablantes. Estos relacionaron su significado con el hecho de comer poco para el primer caso y con ser chismoso para el segundo. De uno y otro mencionaron sinónimos como comer como bijirita y tener boca/bemba de perro. Las irregularidades en los datos presentados podrían deberse, quizás, al poco uso de las UF, o al intento, por parte de los encuestados, de definir expresiones no conocidas realmente. Podría incidir, también, la opacidad de estos zoomorfismos debido al desconocimiento de los zoónimos que les sirven de base.

Entretanto, no deben obviarse aquellos ejemplos donde todas las fuentes consultadas coinciden mayoritariamente. Dentro de este grupo aparecen UF como hacerse el chivo loco/cojo -fingirse tonto o desentendido- y ser un pollito de a real y medio. La primera fue identificada por la totalidad de los hablantes, quienes también aportaron la variante léxica hacerse el chivo con tontera -en 16 ocasiones-, la cual no se recoge en los diccionarios consultados. Al respecto, la web cubana muestra varias concordancias con el uso de esta UF, una de ellas se presenta en el siguiente ejemplo:

10. Biden [… ] se está haciendo el chivo con tontera, lo que está es dándole tiempo al tiempo para que el bloqueo [… ] más la situación agravada de la covid-19 hagan su parte [… ] (Thale, 5 de julio de 2021).

Ser un pollito de a real y medio -llegar a la pubertad- forma parte de un grupo de UF procedentes del Vocabulario cubano (1921) que han sido escasa o nulamente identificadas por hablantes o recogidas en los diccionarios consultados. El DEEC la registra con la marca de obsoleto, a la vez que dos encuestados en las definiciones y variantes aportadas la confunden con ser un pollo-estar bien de salud o portar una mujer buenos atributos físicos-. A ella se suman otras no identificadas como no comer corazón de chivo, estar el verraco en la yuca, ¿será pato a gayareta? y comer pavo.24

A modo de resumen, de las 29 UF recogidas en el Vocabulario cubano (1921) que fueron identificadas por al menos cinco hablantes y registradas en algunos de los diccionarios consultados o en la web cubana, 19 (65 %) mantienen un significado igual o similar al presentado por Suárez. Esto se aprecia en algunos de los ejemplos ya mencionados (cambiar la vaca por la chiva, comer cotorra, chuparle el rabo a la jutía, etc.) y otras como hacer la paloma.25

En otras UF, aun cuando el significado se mantiene, se han incorporado otros semas. Tal es el caso de vomitar como aura -según Suárez, vomitar mucho-, expresión que los encuestados definieron siempre como arrojar todo lo que contiene el estómago durante o después del estado de ebriedad. A su vez, la imagen metafórica de algunas UF ha favorecido su polisemia. Sirvan como ejemplos saber hasta dónde el jején puso el huevo y dar perro muerto a alguien. La primera, además de indicar saberlo absolutamente todo, alude a personas chismosas. Por su parte, la segunda se refiere a molestar o hablarle demasiado a alguien, pero también a hacerle algo malo o estafarlo.

4.3. Preferencias y restricciones de uso

No debe pasarse por alto la identificación de algunas restricciones y preferencias de uso de los zoomorfismos analizados en la actualidad. Entre las principales se encuentran las relativas a los tiempos verbales. Esto resulta de gran interés, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los diccionarios recogen las UF en su forma de infinitivo. Sirvan como ejemplos las expresiones caerle comején al piano/palo26 y haber gato en jaba/encerrado. La primera muestra su uso preferentemente en pretérito -como se registra en el Vocabulario cubano (1921) y en el DICFRAS, no así en el DEEC-, mientras la segunda lo hace en presente:

11. -María, ¿oíste lo de la tormenta? -Sí, mija ¡Le cayó comején al piano! (López Castellanos, 3 de julio de 2021).

12. Vamos a ver si [… ] no les pasa lo mismo que a los precios de los autos en venta, no obstante, hay que esperar para ver si no hay gato en jaba (8 de enero de 2014).

Otras expresiones, debido al propio significado connotativo-pragmático, principalmente asociado a valoraciones negativas, focalizan más su uso en segunda o tercera personas. En palabras de Mellado (2013, p. 316), esto se relaciona de forma directa con la teoría de la imagen pública de Brown y Levinson (1987), que plantea que todo hablante intenta salvaguardar una imagen pública positiva y evitar emitir juicios que la perjudiquen. Así lo demuestra, por ejemplo, el zoomorfismo chuparle el rabo a la jutía, tanto para referirse a la ingestión de bebidas alcohólicas como a vivir a costa de otros. Ambos comportamientos, censurados por la sociedad, afectan la llamada imagen de los hablantes:

13. […] todos los presidentes hacen algo para relajarse, algunos le chupan el rabo a la jutía, otros van a los cayos a pescar [… ] ¿La diferencia? Que Obama se dejó fotografiar (Sáenz de Ugarte, 21 de junio de 2021).

14. Y no pueden hacer nada (no quieren), pues quieren seguir chupándole el rabo a la jutía y haciendo difícil las cosas que según la ley son para beneficio de todo el mundo (Orta Rivera, 4 de agosto de 2015).

Respecto al uso predominante de otras en primera persona, debe destacarse que, de acuerdo con Mellado (2013, p. 319), esto tiene lugar, sobre todo, en aquellas unidades que denotan estados emocionales. A través de ellas, el hablante focaliza mejor su estado al ser experimentador psíquico y, a la vez, sujeto gramatical:

15. Ya ese perro me ha mordido muchas veces así que esperaré a ver si se da el milagro de Arizona con tranquilidad (…) que mi corazoncito ya cumple 56 este año (Cabrera Acosta, 9 de febrero de 2020).

Los resultados expuestos en torno a la variación, al cambio semántico, a algunas restricciones y preferencias de uso de los zoomorfismos, evidencian el valor de estudios descriptivos sobre el comportamiento discursivo real de las UF. En este caso, tres son los diccionarios que se han tomado como fuentes a partir de una muestra limitada de expresiones (34). Sin embargo, los datos aquí presentados ponen de manifiesto algunas de las diferencias existentes entre el uso y la codificación escrita de las UF analizadas, tanto en el Vocabulario cubano (1921), como en los diccionarios publicados posteriormente.

De igual modo, queda expuesta la importancia y actualidad de obras lexicográficas precedentes desde el punto de vista teórico y práctico. Particularmente, a través del Vocabulario cubano (1921) ha sido posible trazar la evolución formal y semántica de los zoomorfismos seleccionados, lo que reveló, a la par, la vigencia de más de la mitad de estos.

5. Conclusiones

Aun cuando, además de los ya mencionados, muchos son los temas e interrogantes que precisan revisiones sistemáticas, el estudio llevado a cabo demuestra el valor lexicográfico y fraseográfico del Vocabulario cubano (1921), incluso a un siglo de su publicación. Los resultados expuestos dan cuenta de la utilidad de esta obra para los estudios fraseológicos guiados, sobre todo, por una perspectiva diacrónica. También, al estar recogidas las UF-frases, según Suárez- en apéndices independientes, se favorece el estudio más detallado de estas, a lo que contribuyen en la misma medida algunos de los aciertos metodológicos de este autor ya explicados. Así, la consulta de obras precedentes como esta constituye un paso fundamental, tanto para la conformación de corpus primarios, como para el análisis de la técnica fraseográfica empleada y los elementos añadidos en la lematización de las expresiones.

Por otro lado, el análisis realizado pone de manifiesto el uso actual de cerca del 38 % de los zoomorfismos extraídos del Vocabulario cubano (1921). De ellos, aproximadamente la mitad presenta uno o más tipos de variantes -sobre todo de tipo léxico- y el 65 % mantiene el mismo significado recogido por Suárez en 1921. Asimismo, otros se caracterizan, desde el punto de vista semántico, por la presencia de la polisemia y por la incorporación de algunos semas específicos que restringen el uso de la UF a un contexto determinado. A su vez, la búsqueda de cada zoomorfismo en la web cubana mediante WebCorp permitió identificar algunas preferencias de uso de las expresiones en la actualidad, donde destacan las de tiempo y persona gramatical. De esta forma, la metodología presentada, aun con las limitaciones geográficas expuestas, ha favorecido el cumplimiento del objetivo propuesto, orientado principalmente a estudiar el estado actual de los 34 zoomorfismos provenientes del Vocabulario cubano (1921).

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1. Este trabajo se inserta en las líneas de investigación del Grupo de Estudios de Fraseología de Cuba (GEFRASCU). Forma parte, además, de los proyectos institucionales «Estudios teóricos y prácticos de las lenguas y las comunicaciones» (Universidad de Holguín, Cuba) y «Estudios lingüísticos sobre el discurso oral y escrito en el oriente de Cuba» (Universidad de Oriente, Cuba). Constituye también uno de los resultados de la tesis doctoral en curso «Zoomorfismos en la región oriental de Cuba: la variación fraseológica desde un enfoque cognitivo-pragmático» del Programa de Doctorado en Ciencias Lingüísticas y Literarias de la Universidad de Oriente (Cuba).

2. Con este término se hace alusión a aquellos que, por iniciativa propia, con o sin formación filológica y escasamente dotados de criterios metodológicos, emprendieron la recopilación de palabras esenciales en la historia de la modalidad cubana de la lengua española.

3. Si bien Suárez reconoce el valor de este diccionario como el mejor archivo del idioma en su momento, subraya ciertas limitaciones que sirvieron de motivación para la conformación del Vocabulario Cubano. Entre ellas se mencionan la falta de la indicación de la procedencia de muchos americanismos, la inclusión de anglicismos innecesarios y el poco acierto en la selección de los cubanismos admitidos. Al respecto, señala que solo figuran 138 cubanismos, cuya mitad resulta de muy poco interés o de uso poco extendido.

5. En el Vocabulario cubano (1921), Suárez separa en dos grupos diferentes los refranes y los otros tipos de UF, denominados por él como frases. En la actualidad, trabajos como los de Corpas (1996) o Ruíz Gurillo (1997), entre muchos otros, han fundamentado la definición de UF como el término más general que engloba locuciones, fórmulas rutinarias, colocaciones, paremias o refranes.

6. Este apéndice recoge, sobre todo, hipocorísticos, es decir, «formas diminutas, abreviadas o infantiles del nombre propio original que se emplean en lugar de este como designación cariñosa, familiar o eufemística» (rae y ASALE, 2010, p. 628). Debe precisarse que el Vocabulario cubano (1921) no recoge topónimos ni antropónimos.

7. Constantino Suárez, «el Españolito» (1890-1941), nació en Avilés, España y se trasladó a los 16 años a Cuba, donde alcanzó gran popularidad como escritor del Diario de la Marina. Retornó a España en 1921. Su extensa obra literaria comprende novelas, ensayos, libros de viajes, antologías, lexicografías y biografías.

8. Estos se definen, según Labrada, Bidot y Pérez (2021b), como los fraseologismos que emplean el nombre, una cualidad o una acción propia de un animal para referirse a características, conductas o comportamientos humanos.

9. Persona que dice o hace algo inconveniente, inoportuno o inadmisible, por indiscreción, falta de inteligencia o falta de consideración. Se usa para insultar a una persona o para referirse a ella con desprecio.

10. Se usa para expresar que una situación o un asunto se vuelve difícil.

11. Se emplea para denotar que hay que mantener una situación o realizar cualquier acción contando con las fuerzas que se poseen, aun cuando estas no sean las mejores.

12. Estar en silencio un grupo de personas o no haber ruidos en un lugar.

13. Se emplea de forma despectiva para referirse a personas de raza negra. También se refiere a quienes gustan de imitar el comportamiento o actitudes de los demás.

14. Ser una persona que no progresa.

15. Se usa para advertir a alguien que no debe excederse en el uso de atribuciones.

16. En su forma amplia, esta uf se corresponde con ser como el elefante, lento pero aplastante y significa dar pasos seguros y bien pensados en un proyecto o asunto, no tomar decisiones a la ligera.

17. Se usa para manifestar extrañeza cuando alguien está ofendido sin que se conozca el motivo.

18. Se refiere a las personas que están intranquilas.

19. Según el Atlas lingüístico de Cuba (2013), en la región oriental de Cuba confluyen tres de las zonas lingüísticas del país: una integrada por Camagüey, Las Tunas, Holguín, Bayamo y Manzanillo; otra correspondiente a Santiago de Cuba y Guantánamo y la última, localizada en Baracoa.

20. Aquellas uf de las que no se registraron usos en las fuentes consultadas resultan de gran interés también, incluso desde dos perspectivas: por un lado, permiten la comprensión de obras literarias y otros tipos de textos publicados en años anteriores; por otro, mantienen su vigencia como objeto de estudio de otras investigaciones regionales o locales. Mediante esto último podría comprobarse su desuso generalizado o particular.

21. Se refiere al tipo de venda más ligera que se coloca durante una fractura leve.

22. También podría incidir la presencia de otras uf en el caudal fraseológico cubano relacionadas con el significado de querer saberlo o abarcarlo todo que presentan la estructura desde…hasta…, como saber del pi al pa.

23. El vocablo guasa presenta como una de sus acepciones la actitud en la forma de hablar que encierra broma o la intención de compartir con alguien una situación o momento divertido. Es también la ironía burlesca con que se dice algo: «Era curioso leer […] que cada desarrollo científico lo hubieran hecho los rusos […] causaba guasa en muchos. Al inventor de la lámpara incandescente lo llamábamos “Bombillov”» (Saab, 3 de noviembre de 2017).

24. Suárez define esta uf como «quedarse sin pareja en el baile». Dicha expresión no fue reconocida por los hablantes ni aparece en las fuentes consultadas. Incluso, el DEEC (2016, p. 281, Tomo 2) recoge como acepción figurada del zoónimo pavo elementos que aluden al término proxeneta, nada relacionado con lo referido por el lexicógrafo en mención.

25. Esta UF significa, según el DEEC (2016, p. 255, Tomo 2), «lavar rápidamente una persona las prendas de vestir que lleva puestas para poder usarlas al día siguiente».

26. Conviene analizar en estudios posteriores la diacronía de esta UF para determinar su forma canónica, ya sea caerle comején al piano o al palo. Ambas variantes léxicas nominales presentan fundamentos semánticos, quizás más la segunda que la primera. Casi la totalidad de los encuestados y los ejemplos de la web refieren la variante caerle comején al piano, registrada también en el DEEC. Mientras, el DICFRAS recoge ambas estructuras. Resulta esta UF curiosa si se tiene en cuenta, como se explicó, que Suárez recopiló las uf de oídas, unido esto a las semejanzas fonéticas de palo y piano.

*Cómo citar: Labrada Hernández, G., Pérez Marqués, C. M., & Bidot Martínez, I. (2022). ¿Envejecen las unidades fraseológicas? Los zoomorfismos del Vocabulario cubano (1921): un siglo después. Lingüística Y Literatura, 43(81), 89-109. https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n81a04 (Original work published 16 de abril de 2022)

4. Este diccionario sirvió de base para el tratamiento de las voces correspondientes a la botánica y a la zoología cubanas, aspectos sobre los que Suárez afirma haber reunido la más completa colección. Resultaría de gran interés, entonces, llevar a cabo posteriormente un análisis que permita determinar cuán superior es el Vocabulario cubano (1921) con respecto al diccionario de Pichardo en este sentido.

Recibido: 14 de Agosto de 2021; Aprobado: 05 de Diciembre de 2021

*Autora para correspondencia: Geisy Labrada Hernández. Correo electrónico: geisylh@uho.edu.cu.

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