El actual gobierno ha propuesto el proyecto de reforma constitucional sobre regalías, iniciativa que se discutió durante ocho debates y fue finalmente aprobada en el mes de junio del 2011 por el Congreso de la República. Este proyecto deberá continuar su curso hasta su discusión en la Corte Constitucional y la generación de la respectiva ley.

El proyecto diseña el Sistema General de Regalías y lo concibe con un esquema distinto al que venía manejando el Fondo Nacional de Regalías. Ahora los ingresos que recibe el país por la explotación del subsuelo serán distribuidos entre todas las entidades territoriales, no solamente entre las regiones productoras de riqueza a partir de los recursos naturales. La magnitud de estos recursos es importante, ya que asciende aproximadamente a la suma de diez billones de pesos por año, y se espera que el nuevo sistema entre en vigencia a partir del 1° de enero del año 2012.

La ley que se genere establecerá los objetivos que se pretenden cumplir, el uso eficiente de los recursos y la forma como deberán ser distribuidos; sin embargo, el actual proyecto contempla que las regalías se destinen a proyectos de desarrollo social, económico y ambiental, y que un 10% se asigne específicamente a ciencia y tecnología.

Mas allá de la justificación que realiza el Gobierno para proponer esta reforma, del debate entre centralización y descentralización de los recursos, de la ejecución de dichas regalías en los últimos quince años y sus implicaciones en términos de ahondar el desarrollo regional, que claramente se encuentra en situación de inequidad, este proyecto de reforma invierte en ciencia y tecnología como factor de desarrollo y crecimiento de la nación. Esta inversión permitirá fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas del país, mejorar la interacción entre los actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y promover la participación del país en el contexto internacional.

Colciencias, como entidad estatal que promueve la ciencia, la tecnología y la innovación, ejercerá la secretaría técnica de estos recursos, y el Departamento Nacional de Planeación ejercerá la secretaría administrativa de ellos. Se financiarán programas nacionales y regionales de formación de talento humano, y se podrá transitar del financiamiento de proyectos al de programas estratégicos. Los proyectos de investigación científica, de innovación tecnológica o social y de desarrollo tecnológico para su financiación deberán estar encaminados al desarrollo regional y beneficiar a las entidades territoriales. Adicionalmente, se fomentará la creación y consolidación de centros de investigación, de desarrollo tecnológico y de productividad regional.

Las universidades tendrán magnificas oportunidades y grandes desafíos en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), y ello requerirá la implementación de sistemas de gestión de la investigación y la innovación con la definición de agendas de conocimiento o líneas de investigación estratégicas que sean coherentes con los énfasis de los programas académicos de pregrado y posgrado, con las temáticas de los grupos de investigación, con los procesos de transferencia de conocimiento y de tecnología y, por supuesto, con el perfil de cada universidad.

Esta inversión anual implicará, a su vez, el establecimiento de un plan de ciencia, tecnología e innovación a largo plazo que diseñe estrategias que permitan la articulación del SNCTI con el Sistema Nacional de Competitividad y demás sistemas, en beneficio del desarrollo y bienestar de la nación.

Para Ingeniería e Investigación, como medio de difusión social del conocimiento científico y tecnológico, será satisfactorio contar con artículos de calidad, fruto de nuevas investigaciones y desarrollos innovadores que merezcan divulgarse y ser reconocidos a nivel nacional e internacional.

SONIA ESPERANZA MONROY VARELA

Vicedecana de Investigación y Extensión

Facultad de Ingeniería

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, D. C.