Introducción
Las enfermedades cardiovasculares, principalmente la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular, son una de las mayores causas de mortalidad y discapacidad en la población de las Américas. En Colombia, en los últimos años, se ha presenciado un incremento en la prevalencia de estas enfermedades, que hace cada vez más relevante el rol de las sociedades científicas, en la búsqueda de soluciones innovadoras para aportar en la atención en salud de nuestro país1.
Durante las últimas décadas, la cardiología en Colombia ha tenido avances significativos, y se ha adaptado a los avances tecnológicos y científicos que han transformado la práctica médica global, ubicándose a la vanguardia en el tratamiento de la enfermedad cardiovascular en América Latina; sin embargo, nos enfrentamos a desafíos grandes explicados por los cambios en el sistema de salud y por la incertidumbre sobre su sostenibilidad, a sabiendas de que las crisis también son oportunidades únicas para fortalecernos e implementar cambios que nos permitan mirar hacia el futuro2.
El progreso tecnológico ha sido un motor crucial en la evolución de la cardiología; es así como existen desarrollos clave que están revolucionando el cuidado de la salud, como la telemedicina y la inteligencia artificial3-5.
A continuación, se describen las tendencias emergentes, los retos actuales y las perspectivas futuras para la cardiología en Colombia.
Telemedicina
La pandemia de COVID-19 aceleró la implementación de la telemedicina en el país, incluso presionó la reglamentación de normas que permitieron su uso en múltiples instituciones, y que hicieron que los cardiólogos colombianos pudieran brindar atención a distancia en un país lleno de barreras geográficas y con un modelo de atención centralizado, donde muchos pacientes que viven en territorios alejados no pueden recibir atención especializada. Esta modalidad ha demostrado ser eficaz para el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas y para la educación y asesoramiento en prevención cardiovascular. El futuro plantea la oportunidad de aprovechar esta herramienta tecnológica para la implementación de programas que permitan la detección temprana de enfermedades, como el infarto agudo de miocardio con elevación persistente del ST, en lugares remotos, donde se pueda brindar asesoría a los hospitales de primer nivel y para realizar trombólisis y posteriormente remitir a centros donde se pueda realizar la coronariografía. Este modelo funciona en otros países de la región, como México, donde se ha implementado de manera exitosa6.
Inteligencia artificial
La inteligencia artificial ha comenzado a integrarse en la cardiología, mejorando la precisión diagnóstica y optimizando los tratamientos. Algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar grandes volúmenes de datos médicos para identificar patrones y predecir eventos cardiovasculares, lo que permite una intervención temprana y personalizada7. Nuestro papel como sociedad científica debe incluir la capacitación de los asociados en los aspectos básicos relacionados con el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, y generar ideas de investigación relacionadas con el tema. En Colombia, la inteligencia artificial puede ayudar a la detección temprana de enfermedades, como la insuficiencia cardíaca, a la evaluación del riesgo cardiovascular y a la generación de modelos predictivos que puedan ofrecer un abordaje integral y diferente a la atención de las enfermedades cardiovasculares8.
A pesar de los avances tecnológicos mencionados, debemos reconocer que nuestro futuro también presenta grandes desafíos; el principal de ellos es cómo detener el avance de características epidémicas de los factores de riesgo cardiovascular en el país, donde la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo requieren atención continua y estrategias de salud pública efectivas1.
Prevención y educación
La prevención sigue siendo la piedra angular en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. Programas de educación para la salud, campañas de concienciación y la promoción de estilos de vida saludables son esenciales para reducir la incidencia de estas enfermedades. En este aspecto es clave el papel de la Fundación Colombiana del Corazón y la Asociación Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, pero, a su vez, es necesaria la colaboración entre el gobierno, las instituciones de salud y las comunidades.
Acceso a la atención de salud
Aunque existen mejoras en el acceso a la atención de salud, persisten desigualdades significativas entre las zonas urbanas y rurales. Por tanto, es crucial implementar políticas que garanticen un acceso equitativo a servicios cardiovasculares de calidad en todo el país y, como se mencionó previamente, la implementación de nuevas tecnologías puede permitir que este proceso sea más eficiente.
Investigación y desarrollo
La investigación en cardiología es fundamental para entender mejor las enfermedades cardiovasculares y desarrollar nuevos tratamientos. En Colombia, la inversión en investigación debe incrementarse, fomentando la colaboración entre universidades, hospitales y centros de investigación. Nuestro papel como sociedad científica también es de gran relevancia en este sentido , y esfuerzos, como el registro colombiano de insuficiencia cardíaca –RECOLFACA–, deben replicarse en otras enfermedades cardiovasculares para permitir la implementación de estrategias efectivas de prevención y tratamiento, dirigidas a nuestra población9-10.
Perspectivas futuras
El futuro de la cardiología en Colombia debe ser impulsado por la innovación tecnológica y la creciente conciencia sobre la importancia de la salud cardiovascular.
Algunas de las tendencias y desarrollos que debemos trabajar en los próximos años son los siguientes:
– Medicina personalizada: es aquella que se basa en el análisis genético y molecular de los pacientes; permitirá tratamientos más específicos y efectivos. En cardiología, esto se traducirá en terapias individualizadas que maximicen los beneficios y minimicen los riesgos11.
– Salud digital: la integración de tecnologías digitales, como aplicaciones móviles y dispositivos portátiles, permitirá la monitorización continua y en tiempo real de la salud cardiovascular. Estos dispositivos ayudarán a los pacientes a gestionar mejor sus condiciones y a los médicos a tomar decisiones informadas basadas en datos precisos12.
– Educación y capacitación continua: la educación médica continua es crucial para mantener a los cardiólogos actualizados con los últimos avances. Programas de capacitación y desarrollo profesional, tanto presenciales como en línea, serán esenciales para asegurar una práctica médica de alta calidad.
Conclusión
El futuro de la cardiología en Colombia está lleno de desafíos, pero también de grandes oportunidades. La integración de tecnologías avanzadas, la promoción de la prevención y la equidad en el acceso a la atención de salud serán fundamentales para mejorar los resultados cardiovasculares en el país, de la mano de una estrategia integral que incluya la innovación tecnológica, la investigación y el desarrollo, y una sólida política de salud pública para avanzar hacia un futuro más saludable y prometedor.