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Semestre Económico

versión impresa ISSN 0120-6346versión On-line ISSN 2248-4345

Semest. Econ. vol.24 no.56 Medellín ene./jun. 2021  Epub 12-Ago-2022

https://doi.org/10.22395/seec.v24n56a13 

Artículo de investigación

Desempeño regional del mercado de trabajo formal en Brasil (2002-2018)*

Regional Performance of the Formal Labor Market in Brazil (2002-2018)

Desempenho regional do mercado de trabalho formal no Brasil (2002-2018)

Leonardo Rodrigues Porto** 
http://orcid.org/0000-0001-5296-250

Fernando Cézar de Macedo*** 
http://orcid.org/0000-0002-8690-2077

** Economista, Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia, Vitória da Conquista-BA, Brasil. Magíster en Desarrollo Económico, Universidade Estadual de Campinas, Campinas-SP, Brasil. Estudiante de doctorado en Desarrollo Económico en el Instituto de Economía de la Universidade Estadual Campinas, Campinas-SP, Brasil. Teléfono: +55 (19) 98359-0731. Correo electrónico: lnrdporto@gmail.com. Orcid: https://orcid.org/0000-0001-5296-250.

*** Economista y Magíster en Economía, Universidade Federal do Espírito Santo, Vitória-ES, Brasil. Doctor en Economía Aplicada y Profesor Asociado en Economía Brasileña, Universidade Estadual de Campinas, Campinas-SP, Brasil. Profesor del Instituto de Economía de la Universidade Estadual de Campinas e investigador del Centro de Estudos do Desenvolvimento Econômico. Teléfono: +55 (19) 3521-2085. Correo electrónico: fcmacedo@unicamp.br. Orcid: https://orcid.org/0000-0002-8690-2077.


RESUMEN

Este articulo analiza la evolución regional del empleo formal en Brasil entre 2002 y 2018, a través de un análisis regional y con múltiples escalas. Discute las principales determinaciones que actuaron sobre la dinámica regional brasileña y su mercado laboral en el período. Para ello, analiza el movimiento de la economía brasileña en su dimensión macroeconómica y sus repercusiones regionales. Luego evalúa la evolución del empleo formal en Brasil en los períodos de 2002 a 2014 y de 2015 a 2018, según diferentes escalas. El análisis mostró que en el período de 2002 a 2014 marca una fase positiva de expansión del mercado laboral formal brasileño, que rompió con el marco de debilidades presentado en la década de 1990. Sin embargo, entre 2015 y 2018 se da un fuerte retroceso, con una caída en los indicadores de empleo formal. Durante todo el período se observó un movimiento de desconcentración regional del empleo hacia las regiones norte, noreste y centro-oeste; bien sea provocado por el buen desempeño de estas tres regiones, bien sea por la caída más abrupta en la región sudeste del país, debido a la crisis económica.

CLASIFICACIÓN JEL

O40, R11, R23

CONTENIDO

Introducción; 1. El desempeño reciente de la economía brasileña y su dimensión regional; 2. La generación de empleo formal en Brasil; 3. Evolución del empleo formal por microrregiones (2002-2018); 4. Conclusiones; Bibliografía.

PALABRAS CLAVE: Crecimiento económico; economía regional; mercado de trabajo

ABSTRACT

This article analyzes the regional evolution of formal employment in Brazil between 2002 and 2018 through a regional analysis of multiple scales. The study discusses the main determinations that acted upon the Brazilian regional dynamics and its labor market in the aforesaid period. For that, the study analyzes the movement of the Brazilian economy in its macroeconomic dimension and its regional repercussions. After that, the study assessed the evolution of formal employment in Brazil in the 2002-2014 and 2015-2018 periods according to different scales. The analysis showed that the 2002-2014 period was a positive phase of expansion of the formal labor market in Brazil that broke with the weaknesses of the 90s decade. Nonetheless, between 2015 and 2018 a strong retrogression occurs, resulting in a fall of the formal labor indicators. During this period, the study observed a movement of regional deconcentration of employment to the northern, northwestern and center-western regions; maybe due to the good performance of the regions or maybe due to the most abrupt downturn in the southeastern region caused by the economic crisis.

JEL CLASSIFICATION

O40, R11, R23

CONTENTS

Introduction; 1. Recent performance of the Brazilian economy and its regional dimension; 2. Generation of formal employment in Brazil; 3. Evolution of formal employment by microregions (2002-2018); 4. Conclusions; References.

KEYWORDS: Economic growth; regional economy; labor market

RESUMO

O objetivo do presente estudo é analisar a evolução regional do trabalho formal no Brasil durante os anos 2002 a 2018, através de uma análises regional e com várias escalas. Discute as principais determinações que atuaram sobre a dinâmica regional brasileira e seu mercado laboral no período. Para tal, analisa-se o movimento da economia brasileira na sua dimensão macroeconómica e suas repercussões regionais. Depois avalia a evolução do emprego formal no Brasil nos períodos 2002 a 2014 e de 2015 a 2018, de acordo com as diferentes escalas. A análise mostrou que no período de 2002 a 2014 marcou um tempo positivo da expansão do mercado laboral brasileiro, rompeu com o quadro dos pontos fracos apresentados na década de 1990. Contudo, entre 2015 e 2018 se dá um forte retrocesso, com uma caída nos indicadores do emprego formal. Durante o período observou-se um movimento de desconcentração regional do emprego nas regiões norte, nordeste e centro-oeste; já seja provocado pelo bom desempenho dessas regiões, ou pela caída mais abrupta na região sudestes do país, devido à crise económica.

CLASSIFICAÇÃO JEL

040, R11, R23

CONTEÚDO

Introducao; 1. O desempenho recente da economia brasileira e a sua dimensão regional; 2. A criação do emprego formal no Brasil; 3. Crescimento do emprego formal por microrregiões (2002-2018); 4. Conclusões; Bibliografia.

PALAVRAS CHAVE: crescimento económico; economia regional; mercado de trabalho

INTRODUCCIÓN

El dinamismo de la economía mundial en el inicio del siglo XXI impulsó las exportaciones de commodities en Brasil y, sumado a políticas gubernamentales, quedó el crecimiento económico en el país y el buen desempeño del mercado laboral. Este desempeño benefició más a las regiones norte, noreste y centro-oeste del país, con lo cual hubo un pequeño proceso de desconcentración económica regional.

El análisis agregado realizado en los estudios sobre el mercado laboral no permite comprender sus especificidades en diferentes escalas regionales. En este sentido, el objetivo de este artículo es analizar la evolución regional del empleo formal en Brasil entre los años 2002 y 2018. Se busca discutir las especificidades de la reactivación del mercado de trabajo y su impacto regional en la generación de empleos, según diferentes escalas espaciales y por los sectores de actividad más expresivos en estas escalas.

Sobre una perspectiva histórico-estructural, el texto analiza el desempeño del mercado laboral brasileño en diferentes secciones espaciales, además de realizar un análisis sectorial regionalizado. Su énfasis recae en el nivel de las grandes regiones y de las microrregiones geográficas (MRG) del IBGE, con atención a la Tipología Subregional del Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR). El movimiento de la economía nacional se presenta en su dimensión macroeconómica y en sus repercusiones regionales, así como en sus impactos en el mercado laboral.

Por tanto, se trata de un abordaje analítico-descriptivo, en el que se utilizan los registros administrativos del Informe Anual de Informaciones Sociales (RAIS, por las siglas en portugués). En Brasil, la RAIS es la única fuente de datos anualizada de empleo que permite el recorte por diferentes escalas espaciales. Para trabajar con la espacialización de estos datos se utilizó el software QGIS.

Cabe señalar que Brasil está compuesto por veintisiete unidades federativas, distribuidas en cinco grandes regiones (o macrorregiones): región norte (Rondónia, Acre, Amazonas, Roraima, Pará, Amapá y Tocantins); región noreste (Maranhão, Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe y Bahía); región sudeste (Minas Gerais, Espírito Santo, Rio de Janeiro y São Paulo); región sur (Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul); región centro-oeste (Mato Grosso do Sul, Mato Grosso, Goiás y el Distrito Federal). Las unidades federativas se dividen en microrregiones, que suman quinientos cincuenta y ocho en todo el país.

El análisis mostró una fase positiva de expansión del mercado laboral formal brasileño (2002-2014), que rompió con el marco de debilidades presentado en la década de 1990. Sin embargo, el período posterior (2015-2018) inaugura una nueva etapa, con una caída en los indicadores de empleo formal, aún sin signos de recuperación. En este período, se evidenció un movimiento de desconcentración regional del empleo formal en dirección a las regiones norte, noreste y centro-oeste.

En la próxima sección se hace una breve caracterización del cuadro macroeconómico del período y sus repercusiones espaciales y en el mercado laboral. En las secciones siguientes, se discute la evolución del empleo formal en Brasil entre los 2002-2014 y 2015-2018, en diferentes agregaciones regionales. En la sección 2, se discute el desempeño del empleo formal para Brasil y las cinco grandes regiones, a lo largo del período. En la sección 3, el análisis se centra en las microrregiones, con subsecciones para cada subperíodo.

1. EL DESEMPEÑO RECIENTE DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA Y SU DIMENSIÓN REGIONAL

A inicio del siglo XXI, la dinámica regional brasileña se vio influenciada por diversos factores que no se relacionan con las políticas de desarrollo territorial, en particular con la Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR)1 (Macedo y Porto, 2018). Entre ellos se destaca la ampliación de los puestos de trabajo y la caída del desempleo; el aumento de la formalización del mercado de trabajo en Brasil; la ampliación del poder adquisitivo de la fuerza de trabajo formalizada; y el aumento real del salario mínimo.

Tales factores contribuyeron a reanudar el crecimiento de la economía brasileña hasta el año 2014, como lo demuestran Baltar et al. (2010), Baltar (2015), Krein y Manzano (2014), Amitrano (2015), Pero y Azevedo (2014), Sampaio (2019), entre otros. Todos estos autores propusieron interpretaciones del modelo de crecimiento económico del país en el período señalado y sus impactos en el mercado laboral. Siguiendo una línea cercana a la propuesta por Bielschowsky (2012), incorporamos la discusión hecha por Araújo (2013), quien analiza el crecimiento económico del país desde un punto de vista regional.

En líneas generales, la ampliación del crédito, la expansión de la inversión pública y privada, y el abaratamiento de los bienes industriales por el aumento de las importaciones, provocaron que el consumo de las familias aumentase por encima del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño, alterando su composición en la demanda agregada después del 2006 (Amitrano, 2015). Además, se observó el crecimiento en la participación del ingreso laboral en la renta nacional (Saboia y Hallak Neto, 2018). Por esta razón, Baltar, Souen y Campos (2017) consideran el período de 2004 a 2013 como de "crecimiento con inclusión social" (p. 172). Por otra parte, Bielschowsky (2012) señala el período como de "crecimiento con redistribución de ingresos por la vía del consumo masivo" (p. 735).

El dinamismo de la economía mundial en el inicio del siglo XXI, al impulsar las exportaciones de commodities en Brasil, sumado a un conjunto de políticas gubernamentales, promovieron el crecimiento económico en el país, por lo menos hasta el año 2013. Este desempeño benefició más a las regiones norte, noreste y centro-oeste del país, que son aquellas definidas como prioritarias en la política regional brasileña, con lo cual hubo un pequeño proceso de desconcentración económica regional (Macedo, 2010).

Entre las políticas gubernamentales destacan el ingreso mínimo (bolsa familia), la valorización del salario mínimo, la referida a la formalización del mercado laboral y las inversiones en infraestructura económica y social que fueron retomadas después de la parálisis de los años 1990. Entre los años 2000 y 2019, la economía brasileña creció 2,3 % a.a.; aunque es necesario diferenciar los períodos (ver tabla 1), ya que a partir del año 2013 la economía del país entró en una recesión de la cual no salió en 2021. Cabe señalar que, aún después del 2013, el proceso de desconcentración regional continuó, lo que indica que la crisis afectó más la economía del sureste (las más rica del país) que a otras regiones. Entre 2002 y 2013, las regiones norte, noreste y Centro-oeste aumentaron sus participaciones en el PIB del País en 1,8 p.p. y, 1,6 p.p. entre 2013 y 20 1 82.

Tabla 1 Brasil: tasa promedio anual de crecimiento de la demanda, 2000-2019 (en %)  

Fuente: elaboración propia.

En la tabla 1 se evidencian los componentes del crecimiento de la economía brasileña entre 2000 y 2019. Se destaca el desempeño de las exportaciones en el período 2003-2008. Después, con la crisis mundial y la caída del precio de las commodities, el consumo de los hogares comenzó a destacarse, beneficiándose de la ampliación del crédito al consumidor y de la mayor capilaridad de los bancos públicos con la apertura de nuevas sucursales.

Entre 2008 y 2013 también se observa el crecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), que tuvo un fuerte componente del gasto público en obras de infraestructura e inversiones del Programa "Mi Casa, Mi Vida" -Minha Casa, Minha Vida- (MCMV). A partir del año 2014 se observa una contracción del PIB. Entre 2014 y 2019, solamente las exportaciones tuvieron un desempeño positivo, pero muy por debajo de lo visto hasta 2008.

Como muestran Macedo, Pires y Sampaio (2017), la renta per cápita promedio también aumentó en el período posterior a 2003. Se destacan las regiones noreste y centro-oeste, cuyo desempeño estuvo por encima de la media nacional, lo que influenció las tasas de crecimiento del consumo de las familias en el agregado Brasil. El crecimiento del consumo y de la renta media fue muy superior a lo observado en los años 1980 (de la crisis de la deuda) y 1990 (del ajuste neoliberal). El aumento de los ingresos derivó del crecimiento económico, de la formalización del empleo y de las políticas de transferencia de renta.

Las inversiones públicas también tuvieron importancia desde el punto de vista del análisis regional. La participación de las regiones norte, noreste y centro-oeste en la cartera de inversiones superó su participación en el PIB brasileño (Macedo, Pires y Sampaio, 2017), en apego al modelo exportador del país centrado en las commodities. Los gastos públicos en logística y transporte tuvieron alta participación en estas tres regiones (Ministerio de Planificación, 2015).

A pesar de la reducción en el ritmo de crecimiento posterior a 2008, las exportaciones continuaron desempeñando un papel importante en la organización del espacio regional y urbano brasileño. Desde el año 1990, el crecimiento de las exportaciones amplió el grado de apertura de la economía brasileña y de todas sus regiones (Macedo y Porto, 2018). En gran medida, este desempeño fue impulsado por la producción agroindustrial y mineral dirigida a atender el mercado mundial.

La generación de divisas provenientes del interior de Brasil contribuyó para garantizar la capacidad de importación que sustentase la ampliación del consumo en el período post 2008. Los municipios con menores niveles de jerarquía urbana fueron los que más ampliaron la participación en el total de las exportaciones brasileñas. Estos municipios están en áreas ligadas al agronegocio (en el centro-oeste y norte del país) y a la industria extractiva (Macedo, 2010).

En efecto, entre 2002 y 2008 los municipios que componen los Centros Locales Brasileños (aquellos de más bajo nivel de jerarquía urbana y con población pequeña, normalmente por debajo de diez mil habitantes), ampliaron su participación en las exportaciones totales brasileñas en 12,3 p. p. (de 9,8 % del total nacional para 22,1 %), según la sede fiscal de las empresas exportadoras. En contrapartida, los municipios de las metrópolis y las capitales regionales (aquellas mejor ubicadas en la jerarquía urbana y con población normalmente superior a los cien mil habitantes) siguieron el camino inverso y perdieron 13,3 p. p. (pasaron de 64,9 % del total de las exportaciones brasileñas para 51,6 %).

Esta mayor interiorización de las exportaciones debido al crecimiento de la producción de commodities agrominerales en el país, deriva del modelo latinoamericano de reproducción de capital que Osório (2012a y 2012b) denomina Exportador de Especialización Productiva. Otros autores latinoamericanos denominan a este modelo como Neoextractivista (Svampa, 2019; Acosta y Brand, 2018; Acosta, 2016) o se refieren al consenso de las commodities (Svampa, 2019).

En el período de 2003 a 2014, la desconcentración productiva regional (ver tabla 2) en el país obedeció tanto al ritmo de crecimiento de las actividades económicas como a los resultados de las políticas públicas implementadas después del 2003. La expansión agromineral resultó en ganancias de participación de las regiones norte (+3,4 p.p.) y el centro-oeste (+1,5 p.p.) en el Valor Adicionado Bruto (VAB) total de la agropecuaria brasileña. Ahora, con la industria extractiva, la región norte presentó ganancias en el total del país de 2,1 p.p., impulsado por el crecimiento de la exploración mineral en el sureste de Pará.

Tabla 2 Distribución sectorial do PIB por macrorregión do Brasil (2003 y 2014, en %) (Brasil=100) 

Fuente: elaboración propia.

La industria de transformación siguió una tendencia de desconcentración, pero hay que considerar su participación en la composición del PIB brasileño: cayó de 16,9 % en 2003 para 12,0 % en 2014. Su desempeño fue mejor en el período de 2003 a 2008, cuando el crecimiento de la economía estuvo más ligado al desempeño del sector externo y creció a una tasa media de 4,2 % al año. En el período siguiente (2008-2013) el desempeño de la industria manufacturera fue deficiente, con una tasa promedio anual de 1,0 %, es decir, las importaciones respondieron más rápido al consumo interno, manteniendo elevadas las tasas de crecimiento en el período.

Las dificultades en la industria de transformación se agravaron por el aumento de la competencia externa y los problemas estructurales (Sampaio, 2019). También fueron afectadas por la intensificación de la guerra fiscal de carácter mercantil, ilustrada por Macedo y Angelis (2013). La crisis en la industria de transformación tiene una dimensión espacial, dada su ubicación en los mayores centros urbanos del país.

La tabla 2 presenta la distribución sectorial del PIB, según las regiones brasileñas. Destacan la caída de la participación del sureste en el VAB de la industria manufacturera en Brasil (-4,6 p.p.) y el crecimiento de las participaciones del norte, noreste y centro-oeste en lo VAB de la construcción civil; reflejando en este caso las inversiones desconcentradas de las obras de infraestructura y del MCMV. El sector de la construcción civil fue un grande generador de empleos en el período en todas las regiones del país.

La desconcentración productiva en dirección al norte, noreste y al centro-oeste dejó de ocurrir solo en dos actividades económicas, estas son, la información y comunicación, cuya concentración creciente en el sureste refuerza el patrón de división territorial del trabajo en Brasil, en relación a las actividades de mayor resistencia a la desconcentración regional; y el transporte, almacenamiento y correo, a pesar del aumento de participación en el agregado Brasil, como probable reflejo de la mayor circulación promovida por el modelo primario-exportador de commodities.

Otro aspecto importante es el crecimiento de participación de las actividades terciarias en Brasil y en sus regiones. Para el país, el sector terciario pasó de 65,8 % del total del VAB en 2003 para 71,2 % en 2014. Destacó la actividad del comercio, mantenimiento y reparación de vehículos automotores y motocicletas, que saltó de 9,5 % del total del VAB en 2003 para 13,6 % en 2014, reflejando el calentamiento del mercado interno y la ampliación del consumo de las familias. En la región noreste, el VAB de Servicios pasó de 66,7 % para 74,3 % del VAB total en el período indicado. La región sur pasó de 58,6 % en 2003 para 65,6 % en 2014. También fue en el noreste donde las actividades de comercio ampliaron aún más su participación en el VAB regional (+4,8 p.p.).

La industria manufacturera fue la actividad que más perdió participación en las estructuras productivas brasileñas y regionales, profundizando un proceso de desindustrialización en el país (Sampaio, 2019). En Brasil, la pérdida fue de 4,9 p.p. en la composición del total del VAB, entre 2003 y 2013. Entre las regiones, las cifras fueron de: -5,9 p.p. en el norte, -3,9 p.p. en el noreste, -6,0 p.p. en el sur y -0,2 p.p. en el centro-oeste.

En el mercado laboral post 2003, fueron importantes para la reducción de las desigualdades sociales en el país la caída del desempleo, el aumento del trabajo formal, la elevación del ingreso laboral y crecimiento real del salario mínimo (Saboia y Hallak Neto, 2018). El crecimiento real del salario mínimo ha generado impactos positivos para áreas rurales que tienen altos índices de pobreza. Arrais (2017) demostró la alta participación del valor total de los beneficios rurales en relación con el PIB municipal en la mayoría de estos lugares.

Por otro lado, la tasa de participación de la fuerza de trabajo se elevó en este inicio de siglo, comenzando a decaer a partir de 2005, con diferentes comportamientos regionales. También las ocupaciones en Brasil crecieron de forma tal que acompañaron el ritmo de la actividad económica, lo que hizo que siguiese el ritmo de crecimiento de la PIA. En este sentido, Baltar, Souen y Campos (2018) sugieren que "la disminución de la tasa de desempleo se puede atribuir a la reducción de la tasa de participación (relación entre PEA y PIA)" (p. 172). Esto quiere decir que el inicio del siglo XXI no estuvo marcado por el crecimiento desproporcionado de las ocupaciones, sino por el fuerte crecimiento del empleo formal (Baltar, Souen y Campos, 2018).

La gráfica 1 muestra la reversión de la tendencia alcista de la tasa de desempleo observada en la segunda mitad de los noventa. En la década de 2010, el desempleo volvió a aumentar. Las mayores caídas en esas tasas ocurrieron en el sureste y en el sur, entre los años de 2001 y 2013. El noreste presentó reducción del desempleo a un ritmo menor que el del país. Hasta 2008, su tasa de desempleo estaba debajo de la media brasileña y en los años siguientes ella se mantiene por encima de la media nacional.

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 1 Brasil: tasa de desempleo, 1992-2015 (en %)  

La reducción en la desocupación fue acompañada por una mejoría en la condición ocupacional. Según los datos de la Encuesta Nacional por Muestreo de Hogares (PNAD, por las siglas en portugués), la participación de la fuerza laboral formalmente registrada en Brasil pasó de 29,3 % del total de ocupados con más de diez años en 2002 para 39,8 % en 2013. Con todo, en 2014 (con 39,1 %) y en 2015 (38,6 %) retrocede como reflejo de la crisis económica.

El crecimiento de la ocupación con contrato formal fue generalizado para todo el país. Las regiones norte y noreste continuaron con la menor participación de los trabajadores en esta categoría. En la primera, el peso de los trabajadores contratados en el total de las ocupaciones pasó de 20,1 % en 2002 para 24,7 % en 2013. En el noreste, estos números fueron de 16,4 % y 25,9 %, respectivamente. Sus niveles estuvieron muy por debajo de las participaciones del sureste (37,5 % y 48,4 %, respectivamente); sur (33,0 % y 45,5 %) y centro-oeste (27,6 % y 41,0 %). En todas ellas, las participaciones presentaron caídas en 2014 y 2015, con excepciones del norte y noreste que todavía presentaron ligera ampliación.

Finalmente, hubo una caída significativa en la participación de los trabajadores no remunerados en el total, en particular en el noreste, que pasó de 13,4 % en 2002 a 3,6 % en 2013. En el mismo período, solo la región norte presentó un aumento de la participación en esta categoría. La combinación de estos factores fue importante para que la tasa de crecimiento del empleo formal ocurriera por encima de la tasa de crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA). El proceso de transición demográfica, al reducir las condiciones de oferta laboral, también contribuyó a la reducción de la tasa de desempleo (Saboia, 2014).

2. LA GENERACIÓN DE EMPLEO FORMAL EN BRASIL

Entre los años 2002 y 2014, el empleo formal en el país creció por las razones ya indicadas, con crecimiento medio anual de 4,7 %, ubicándose por encima de la variación del PIB en el mismo período, que fue de 3,3 % al año. Krein y Manzano (2014) también destacan la influencia de los siguientes elementos para a la mejora de los indicadores: las acciones del gobierno federal; la mejora del aparato regulatorio; la consolidación de las instituciones y del marco legal definido en la constitución de 1988; las nuevas perspectivas y programas de las instituciones públicas en el área de trabajo; las políticas de incentivo a la formalización y a la simplificación promovidas por el Estado; y a la ampliación del poder de negociación de sindicatos y trabajadores.

Como ello, en el período posterior a 2003, el empleo formal creció a tasas más elevadas que el próximo ritmo de generación de empleos, medido por la evolución de personas ocupadas (PO). Mientras la PO en Brasil aumentó en 15,9 millones entre 2003 y 2013, el empleo formal creció en un total de 19,4 millones. En parte, este desempeño responde por la elevación de la participación de los ingresos laborales en la demanda agregada (Saboia y Hallak Neto, 2018). Además, el aumento de la formalización habilitó a los trabajadores para tener acceso más fácil al crédito y a las líneas de financiamiento del sistema bancario comercial.

De este modo, el período de 2002 a 2014 (este último año ya de decrecimiento) marca una fase positiva de expansión del mercado de trabajo formal brasileño (gráfica 2). No obstante, el período subsecuente, de 2015 a 2018, inaugura una nueva fase, todavía en proceso, con fuerte reversión del escenario anterior, dada la caída de los indicadores de empleo formal, sin que aún se hayan identificado signos de recuperación.

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 2 Evolución del número de empleos formales en Brasil y macrorregiones, entre los años de 2003 a 2018 (2002=100) 

El país presentó una fuerte caída del número de empleos formales en los años de 2015 y 2016, llevando las cifras a los niveles del inicio de la década. Para los años 2017 y 2018, el mercado de trabajo formal se estabilizó, pero sin retomar los patrones anteriores. En 2018, el repertorio de empleos formales en el país era de 46,6 millones de vínculos activos, 5,9 % menos que en 2014. La caída llegó a ser de -7,1 %, en el año de 2016, equivalente a una pérdida de 3,5 millones de empleos formales, entre 2014 y 2016, luego de dos años de aumento significativo de los despidos y del aumento del desempleo en el país.

En términos regionales, el norte, noreste y centro-oeste presentaron mayor expansión de empleos formales en el período 2002-2014, contribuyendo para una mayor desconcentración. Después del 2015, esta relación se comienza a alterar de acuerdo con los diferentes impactos de la crisis económica entre las regiones.

La región norte, que tuvo el mayor ritmo de expansión en el período 2002-2014 (tabla 3), redujo su disponibilidad de empleos formales en -4,8 % entre 2014 y 2018, una pérdida de 134 mil puestos de trabajo. Ya el noreste tuvo pérdida acumulada de 485 mil puestos de trabajo en el mismo período, o 5,3 % de los vínculos activos. La región sufrió los efectos inmediatos de la crisis económica sobre el mercado de trabajo de forma más intensa que la media del país en un primer momento (2015-2016), recuperándose en los años subsecuentes (2017-2018) y quedando como resultado relativo acumulado más favorable que el de Brasil.

Tabla 3 Tasas medias de crecimiento anual del número de empleos formales y participación relativa, Brasil y macrorregiones, entre los años de 2002 a 2018 

Fuente: elaboración propia.

La región centro-oeste presentó mayores oscilaciones en el período 2015-2018. Con relación al 2014, la región perdió 115 mil empleos, siendo la menor reducción del país hasta 2018 en términos relativos (-2,7 %). Esto significa que los impactos de la crisis sobre el mercado de trabajo fueron menores allí. No obstante, el centro-oeste fue la única región que de nuevo presentó una reducción de sus puestos de trabajo en el 2018, después del crecimiento en el 2017. El dato también refleja la dinámica vinculada a los movimientos de la demanda internacional de commodities de esta región.

Las regiones sur y sureste tuvieron los menores ritmos de expansión en la generación de empleos formales, entre 2002 y 2014, siendo la segunda la que presentó las menores tasas de crecimiento. En el período posterior (de 2015 a 2018), fue la región sureste la que presentó el peor desempeño relativo entre los macrorregiones brasileña. Después de 2014, la región perdió 1,9 millones de puestos de trabajo, una caída relativa del -7,6 %. En el subperíodo de 2017 a 2018, el sureste fue la región con la peor capacidad de recuperación, cuya retomada fue de apenas 0,2 p.p. de los empleos perdidos en 2015 y 2016. La región sur tuvo pérdida acumulada de 325 mil vínculos activos en este período de crisis, una caída de -3,8 %. Lo más destacado es el subperíodo de 2017 a 2018, cuando la región recuperó la mayor parte de los empleos perdidos en el subperíodo de 2015 a 2016.

La tabla 3 muestra las tasas de crecimiento del empleo formal en Brasil y en sus regiones, así como su distribución regional en los diferentes períodos analizados.

Entre 2002 y 2018, el país elevó el número de puestos de trabajo formales a una tasa media anual de crecimiento de 3,1 %. En el período 2015-2018, la disminución fue de 1,0 % anual, afectando el buen desempeño anterior.

Tuvo un aumento de la participación relativa de las regiones norte, noreste y centro-oeste. El norte elevó su participación en la distribución de los empleos formales del país en 1,2 p.p., entre 2002 y 2018. En el período de 2015 a 2018, mantuvo su participación en el total del país con relación a 2014 (que fue de 5,7 %). El noreste tuvo un gaño de 1,5 p.p del total de vínculos activos formales del país entre 2002 y 2014 y más 0,1 p.p. en 2018. Entre las regiones, fue el segundo peor desempeño post 2015, quedando atrás apenas del sureste, en el que los efectos de la crisis fueron más significativos.

Ya el centro-oeste continuó elevando su participación en el total nacional de empleos formales, incluso después de la crisis. En total, la región incrementó su participación en 0,9 p.p. entre los años de 2002 y 2018, pasando de 8,1 % en 2002, para 8,7 % en 2014, y 9,0 % en 2018.

El sureste presentó un desempeño relativo todavía más pobre. Perdió posición en el período de mayor crecimiento de la economía (2002-2014) y continuó perdiendo con la deflagración de la crisis (2015-2018). La reserva de empleos formales pasó de 52,7 % del total del país en 2002, para 49,1 % en 2018, cuando fue de 50,0 % en 2014. De modo que en la fase de crecimiento presentó las menores tasas de expansión del empleo y, con la crisis, se registraron las mayores caídas.

A su vez, la región sur volvió a recuperar su participación relativa con la crisis. Entre los años de 2002 y 2014, pasó de 17,7 % de la reserva de empleos formales de Brasil, para 17,2 %, resultado de la segunda menor tasa de expansión del período. Sin embargo, en el período de 2015 a 2018 volvió a recuperar su participación con 17,6 % del total de vínculos activos en 2018. Este resultado se debió a un ritmo de perdidas menor del que en otras regiones, quedando solo detrás del centro-oeste.

En términos sectoriales, se pueden constatar cambios importantes en la estructura del empleo formal y de su distribución entre las regiones, como se evidencia en la tabla 4. Entre los años 2002 y 2018, las regiones norte, noreste y centro-oeste ganaron participación relativa en cada uno de los cinco sectores señalados. La excepción es la pérdida de participación de 0,6 p.p. del noreste en el sector agropecuario, con relación al total de los empleos en el sector en este período.

Tabla 4 Participación relativa del número de empleos formales, según el sector de actividad económica, en los macrorregiones, entre los años de 2002 a 2018 (Brasil=100) 

Fuente: elaboración propia.

La región norte se destacó con la mejor de su participación en el número de empleos formales de la agropecuaria, pasando de 2,8 % del total de vínculos activos en este sector, en 2002, para 6,6 % en 2018 (elevación de 3,8 p.p.). Este desempeño reflejó la expansión del agronegocio exportador en la región que presenta mayores índices de formalización del trabajo, como consecuencia del perfil de las empresas que operan en el sector. Con relación al año 2014, el norte perdió participación relativa en el sector de la construcción civil, con una caída de 1,2 p.p. en estos cuatro años, siendo el sector más afectado en la región con la crisis post 2015.

El noreste fue la región que más amplió la participación del empleo formal en el sector del comercio (+2,5 p.p.) y de servicios (+1,6 p.p.) durante el período de 2002 a 2018. Respecto al comercio, pasó de 14,8 % del total del país, en 2002, para 17,4 % en 2014, y 17,3 % en 2018. En los servicios las cifras fueron de 18,8 %, 20,1 % y 20,4 %, respectivamente. El desempeño de esos sectores en el noreste es resultado directo de las políticas adoptadas en el período, que favorecieron la expansión del consumo de las familias. Ahora, durante la crisis, el destaque negativo va para la perdida de participación del sector de la construcción civil, con caída de 2,6 p.p. entre 2014 y 2018, reflejando los impactos de la retracción de un sector tradicionalmente empleador.

La región centro-oeste tiene un protagonismo positivo con el incremento en la participación del número de puestos de trabajo de la Industria (minería, transformación y servicios públicos), durante el período analizado. En parte, este desempeño es el resultado del aumento de empleos relacionados a la agroindustria. Este fue también el caso de la expansión de los empleos formales vinculados a la agricultura de la región, con una ganancia de 6,7 p.p. en este período. De hecho, la región pasó a resaltar con el mayor número de puestos de trabajo en el sector, en 2018, superando el noreste y el sur, que eran los mayores en 2002. Con las crisis, el centro-oeste continuó ganando participación relativa en todos los sectores analizados, destacándose la agropecuaria.

El sureste perdió participación en el número de vínculos activos en todos los cinco sectores analizados entre 2002 y 2008. Con la llegada de la crisis, la región continuó perdiendo participación sectorial en los puestos de trabajo después del 2015. Sin embargo, hubo ganancias de participación de la construcción civil, que recuperó 1,4 p.p. de los empleos formales entre 2014 y 2018.

Finalmente, la región sur se destaca por la pérdida de participación de los empleos formales del sector agropecuario durante todo el período analizado. Ya entre los años 2014 y 2018, se evidencian ganancias importantes junto a la Industria (aumento de 1,0 p.p.) y a la construcción civil, con el aumento de 1,9 p.p., pasando de 14,2 % de los empleos en 2014 para 16,1 % en 2018.

En términos generales, es posible decir que el período de mayor crecimiento económico (de 2002 a 2014) promovió transformaciones más amplias en la estructura sectorial de los empleos formales entre las regiones brasileñas. Con la crisis económica, los efectos recesivos sobre el mercado de trabajo fueron generalizados, afectando más o menos por igual todos los sectores, en todas las regiones. En suma, la desconcentración productiva regional también representó una desconcentración del empleo formal, como se esperaba.

3. EVOLUCIÓN DEL EMPLEO FORMAL POR MICRORREGIONES (2002-2018)

El análisis se complementa con un panorama de lo que aconteció con el empleo formal en el ámbito de las microrregiones (MRG) en este período. Inicialmente, se considera la tipología subregional de la PNDR aplicada a las MRG, según los parámetros actualizados por Macedo y Porto (2018). Su desempeño puede ser observado en la tabla 5, para todo el período analizado (2002-2018).

Tabla 5 Tasas medias de crecimiento anual del número de empleos formales y participación relativa, según la Tipología subregional de la PNDR, 2002 a 2018 

Fuente: elaboración propia.

En el caso de 2018, las MRG de alta renta concentraban 75 % de los empleos formales del país, con treinta y cinco millones de vínculos activos, siendo las únicas que perdieron participación relativa durante el período analizado. Este grupo presentó la menor tasa de crecimiento de los puestos de trabajo, con un ritmo menos acelerado en la fase de mayor crecimiento (2002-2014) y con mayor caída en el período de la crisis, entre 2015 y 2018. Las MRG de baja renta, que fueron objetivos prioritarios de políticas públicas, elevaron su participación en el número de empleos formales, incluso en el período de la crisis económica. Este fue el único grupo que mostró un crecimiento positivo entre 2015 y 2018, habiendo presentado una cifra negativa solo en 2016, cuando perdió más de noventa mil puestos de trabajo con respecto a 2015. En 2018, su reserva de empleos formales fue de 1,5 millones de vínculos activos.

En el caso de las MRG dinámicas, hubo reducción del número de vínculos activos formales, entre 2015 y 2018, con uno de los peores resultados entre los cuatro grupos, mostrando un freno en las áreas que lideraban el crecimiento en el período anterior. Entre 2002 y 2014, las MRG dinámicas elevaron su participación relativa en el total del país. Para 2018, su desempeño deriva del pésimo desempeño de las MRG de alta renta. Por otra parte, las MRG estancadas elevaron su participación en el total de empleos formales del país durante el período analizado. En 2002, respondían por 13,1 % de los puestos de trabajo, pasando para 14,3 % en 2018.

El desempeño de estos cuatro grupos refuerza el patrón identificado en otros niveles territoriales de observación para este período reciente, ya que, en el período de 2015 a 2018, el proceso de desconcentración de empleos resultó de los impactos de la crisis económica en las áreas de mayor densidad económica del país. Así, hay un proceso diferente al del período anterior, cuando la redistribución de los lazos activos acompañó al proceso de desconcentración económica regional impulsado por el buen desempeño de las regiones norte, noreste y centro-oeste.

3.1 El desempeño entre las microrregiones en el período 2002-2014

De acuerdo con los datos de la RAIS, Brasil tenía 28,7 millones de vínculos activos en 2002, aumentando a 49,6 millones en 2014. En otra medida, se verificaron comportamientos diferenciados para el territorio brasileño, según las MRG. En 2014, la MRG São Paulo-SP tenía el mayor contingente de vínculos activos en RAIS, con 6,1 millones de registros, o 12,4 % del empleo formal en el país. En seguida, aparece la MRG Rio de Janeiro-RJ, con 3,5 millones de puestos de trabajo, o 7,1 % del total.

Las mayores participaciones corresponden a las MRG donde se ubican las principales aglomeraciones urbanas del país. Las veinte mayores participaciones representaban 50 % del total de empleos formales en Brasil, en 2014. De ese grupo, diez MRG registraron pérdida de participación en el total de empleos formales en el país, con relación al mismo período de 2002. El hecho se deriva del menor ritmo de expansión del empleo formal en estas unidades (figura 1). La mayor reducción fue en MRG São Paulo-SP, con una disminución de 1,3 p.p. en el período de 2002 a 2014. Por otro lado, las MRG de Manaus-AM y Sorocaba-SP presentaron las mayores tasas de crecimiento del grupo, con promedios anuales de 6,5 % y 5,9 %, aumentando su participación de 0,9 % a 1,1 % y del 0,7 % al 0,8 %, respectivamente.

Fuente: elaboración propia.

Figura 1 Tasas de crecimiento medio anual del empleo formal, según las microrregiones, de 2002 a 2014 

Al observar los niveles de crecimiento del empleo formal, entre los años 2002 y 2014, mostrado en la figura 1, se comprobó que los mejores desempeños ocurrieron fuera de los grandes centros urbanos del país y de las áreas de desarrollo más consolidado. En efecto, fueron las MRG del norte, noreste y centro-oeste las que presentaron las mayores tasas de expansión del empleo formal en el período. La tasa de crecimiento anual promedio entre los MRG fue del 5,9 %, con un coeficiente de variación (CV) del 54 %. Por tanto, su comportamiento fue heterogéneo en el conjunto del territorio nacional.

El desempeño menos favorable fue en la MRG de Chorozinho-CE (disminución de 7,6 % a.a.) y el más favorable fue en la MRG nordeste de Roraima-RR (aumento de 36,1 % a.a.). En algunos casos, las altas tasas de crecimiento se deben a la pequeña base de comparación al inicio del período, como ocurre con la propia MRG nordeste de Roraima-RR y MRG Japurá-AM (30,7 % a.a.). En el primer caso, había setenta vínculos activos en 2002, aumentando a 2,8 mil al final del período. En el segundo, solo hubo treinta y dos registros formales de empleo en 2002 y 796 en 2014.

El volumen de crecimiento de la MRG Boa Vista-RR es impresionante, con cincuenta y ocho mil nuevos puestos de trabajo en el período, equivalente a un crecimiento del 9,9 % anual. Luego viene la MRG Parauapebas-PA, en el sureste de Pará, cuya base está ligada a la minería para la exportación, con un incremento de 56,6 mil puestos de trabajo (14 % a.a.). Otros casos destacados son: Alto Teles Pires-MT, con 52,5 mil (12,1 % a.a.) nuevos empleos, Altamira-PA, con cincuenta y dos mil (17,2 % a.a.) y Barreiras-BA, con 46,8 mil (10,9 % a.a.), áreas cuyo dinamismo económico estuvo vinculado a la producción de commodities para la exportación.

En términos absolutos, la MRG São Paulo-SP respondió por 2,2 millones de nuevos puestos de trabajo en el período. Esto significa que 10,5 % del incremento verificado se concentró en esa MRG, porción que revela su peso en la generación de empleo en el país. En seguida aparece la MRG Rio de Janeiro-RJ, con 1,2 millones de nuevos registros, correspondientes al 5,8 % de los nuevos puestos de trabajo.

Solo tres MRG mostraron una caída en el número de empleos formales en el período de 2002 a 2014, siendo ellas: MRG Chorozinho-CE, con una reducción del 60 % en los empleos formales (-6,3 mil empleos activos), Litoral Nordeste-RN (disminución de -2,5 mil vacantes) y Piedade-SP, con reducción de 3,5 mil empleos formales, una disminución del 10 %. En general, las MRG pertenecientes a las regiones sur y sureste tuvieron una tasa de crecimiento más lenta que en otras áreas del país, figurando con las tasas más bajas.

3.2 Comportamiento del empleo formal por microrregiones en el período 2015-2018

Como se viene mostrando hasta aquí, el año 2014 correspondió al nivel más alto de disponibilidad de empleos formales en Brasil. No obstante, la crisis observada en años posteriores tuvo un fuerte impacto en el empleo formal en el país, siendo la evolución reciente del empleo activo de 48,1 millones (2015), 46,1 millones (2016), 46,3 millones (2017) y 46,6 millones (2018). La pérdida de 3,5 millones de puestos de trabajo (o -7,1 %) en los dos primeros años de la serie reciente (2015-2016) muestra la magnitud del impacto de la crisis en el mercado laboral formal del país. El débil desempeño de los dos años siguientes (2017 y 2018), con la reanudación de quinientos setenta mil puestos de trabajo (solo el 16 % de los puestos de trabajo perdidos), revela la dificultad de recuperación y mayor prolongación de la crisis.

Con relación al 2014, la MRG Altamira-PA presentó el mayor ritmo de reducción de puestos de trabajo en la crisis, con una caída del 50,4 % de los vínculos laborales activos (figura 2). Esta MRG había pasado de apenas nueve mil empleos formales en 2002 a 61 mil en 2014, en gran parte debido a las obras en la planta de Belo Monte. En 2018, su stock de empleos formales se redujo a treinta mil vínculos activos, cuya pérdida expresa el impacto de la crisis en las inversiones públicas y la maduración de las obras de infraestructura iniciadas en el período anterior.

Fuente: elaboración propia.

Figura 2 Tasas de crecimiento medio anual del empleo formal, según las microrregiones, de 2015 a 2018 (2014=100) 

Otras caídas significativas, en términos relativos, se registraron en las MRG de diferentes áreas del país, con diferentes bases productivas y dinámicas distintas. Después de la MRG Altamira-PA, las mayores pérdidas se registraron en las MRG de Tefé-AM (-31,1 %), Macau-RN (-29,7 %), Nossa Senhora das Dores-SE (-28,2 %), Medio Oeste-RN (-24,3 %), además de Baía da Ilha Grande-RJ y Macaé-RJ, con pérdidas del -20,6 % y -20,0 %, respectivamente. A pesar de la pequeña base comparativa, llama la atención la cantidad de microrregiones de Rio Grande do Norte entre las mayores pérdidas, con la MRG Vale do Açu-RN (-17,5 %), también entre ellas.

El desempeño de las MRG ubicado en el estado de Río de Janeiro, demuestra la magnitud del impacto causado en la industria petrolera. Además de los casos de Baía da Ilha Grande y Macaé, con reducciones de 10,9 mil y 31,2 mil puestos de trabajo, entre 2014 y 2018, respectivamente, también aparecen las MRG Itaguaí-RJ y Campos dos Goytacazes-RJ, con altas cifras negativas. La primera cayó un -15,9 %, equivalente a casi diez mil puestos de trabajo. Con la segunda, la reducción fue de casi veinte mil vínculos activos, o 15,5 % de su disponibilidad de empleos formales en 2014.

La MRG Rio de Janeiro-RJ expresa el pobre desempeño que presentan las micro-rregiones de ese estado. En valores absolutos, presentó las mayores pérdidas del país, con casi medio millón de puestos de trabajo menos en cuatro años. Esta caída correspondió a un porcentaje de 14,2 % con relación a 2014. También cabe destacar que la MRG no se recuperó en el subperíodo de 2017 a 2018, manteniendo su trayectoria descendente a lo largo de este período.

La MRG São Paulo-SP aparece poco después, con una reducción de 487 mil puestos de trabajo entre 2014 y 2018, equivalente a una caída de -8,0 %. Sin embargo, esta MRG volvió a crecer en 2018, con relación a 2017. Siguiendo a la MRG São Paulo, aparecen las principales aglomeraciones urbanas del país, con grandes pérdidas verificadas en las MRG: Belo Horizonte-MG (-219 mil), Recife-PE (-147 mil), Porto Alegre-RS (-140 mil), Brasilia-DF (-129 mil), Salvador-BA (-120 mil), Fortaleza-CE (-80 mil), Curitiba-PR (-71 mil) y Osasco-SP (-62 mil).

En conjunto, las diez microrregiones que corresponden a las mayores pérdidas nacionales sumaron una reducción de casi dos millones de empleos. Es decir, dos tercios de los vínculos activos que perdió el país en el período 2015-2018 se dieron en sus principales aglomeraciones urbanas, profundizando la crisis en las metrópolis.

Por otro lado, 248 microrregiones (44,5 % del total) mostraron un crecimiento positivo en el período 2015-2018. Sin embargo, con bases muy pequeñas, la ganancia total de nuevos empleos para estas MRG, en comparación con 2014, fue de poco más de trescientos diez mil empleos formales. Esta ganancia representó algo mucho menor, por tanto, que las pérdidas observadas en las grandes aglomeraciones urbanas, pero revela las condiciones del mercado laboral en diferentes partes del territorio nacional, con el reflejo del apoyo brindado por las áreas de expansión del agronegocio.

El desafío que se plantea es que, a medida que la crisis continúa con sus principales efectos en las regiones metropolitanas, la situación del desempleo tiende a agravarse o prolongarse por mucho más tiempo. Aquí se evidenció que, con la crisis, estas regiones fueron las más afectadas, lo que profundizó la reversión del desempeño del mercado laboral, con relación al período de 2002 a 2014. El cuadro también emerge para la desconcentración de empleos formales en el país, debido al mal desempeño de las áreas con mayor disponibilidad de vínculos activos, fenómeno que se verificó en otras escalas del análisis.

4. CONCLUSIONES

Este artículo analizó la evolución regional del empleo formal en Brasil, según diferentes niveles de agregación regional y por tipo de actividad económica, en dos marcos temporales: los períodos de 2002-2014 y de 2015-2018. Su enfoque regional y multiescalar se basó en los principios formulados por la Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR). Se buscó discutir las especificidades de la reactivación del mercado laboral en este inicio del siglo XXI y su impacto regional en la creación de empleo, así como sus repercusiones en el período más reciente de agravamiento de los efectos de la crisis económica.

El texto destacó las formas en que los mercados laborales regionales pudieron reaccionar a los ciclos económicos recientes, permitiendo observar dinámicas específicas de cada región y en diferentes escalas. Durante el período investigado, la desconcentración productiva regional de Brasil se mantuvo. Desde un punto de vista sectorial, esta desconcentración obedeció tanto el ritmo de crecimiento de las actividades económicas, que tienen especializaciones regionales, como los resultados de las políticas públicas implementadas después de 2003. Como resultado, el desempeño del mercado laboral en Brasil presentó importantes vectores para la mejora de las condiciones de vida en el país, impulsado por la política de valoración del salario mínimo y por el crecimiento en la formalización del trabajo.

El empleo formal creció a tasas superiores al crecimiento de la economía brasileña y al ritmo de creación de empleo, dado por el aumento de la población ocupada. Entre 2002 y 2014 hubo una fase positiva de expansión del mercado laboral formal en el país. Sin embargo, después de 2014, el mercado laboral brasileño presenta un nuevo panorama, con un fuerte retroceso en relación con su comportamiento en el período anterior. Entre 2015 y 2018, debido a la severa crisis económica y política en el país, se evidenció una caída en los indicadores de empleo formal, sin que todavía hubiese señales de recuperación.

En resumen, en el período de mayor crecimiento económico, se evidenciaron transformaciones más amplias en la estructura sectorial de los empleos formales entre las regiones brasileñas. Con la crisis económica, los efectos recesivos en el mercado laboral fueron generalizados, afectando más o menos por igual a todos los sectores y a todas las regiones. Sus efectos sobre el mercado laboral brasileño marcan la inflexión de su trayectoria reciente y en sus aspectos regionales. Este período actual parece inaugurar un nuevo conjunto de determinaciones y condiciones estructurales en el mercado laboral, que están redefiniendo su trayectoria futura.

Entre las microrregiones (MRG), aquellas áreas definidas como prioritarias de la política regional (MRG Estancada y de Baja Renta) se vieron afectadas por la reducción en el crecimiento de los empleos formales, a pesar de su ganancia de participación relativa en el período. Esto se debe a que los efectos de la crisis fueron más evidentes en las MRG dinámicas y de renta ata, ya sea por la inversión de su tasa de crecimiento o porque en estas áreas se concentró el mayor inventario de empleo formal del país, como es el caso de las regiones metropolitanas. Con la crisis económica, sus impactos en el mercado laboral fueron en las áreas de mayor densidad económica, profundizando el proceso de desconcentración regional de los empleos formales.

Por lo tanto, se puede decir que la crisis económica implicó una fuerte inflexión en la trayectoria reciente del mercado laboral brasileño y en sus aspectos regionales. Se inauguró un conjunto de condicionantes estructurales del mercado de trabajo que están redefiniendo su trayectoria futura. En este sentido, los intereses de investigación y las preocupaciones políticas necesitan direccionarse para estas transformaciones en las relaciones de trabajo en un futuro próximo. Algunos de los problemas estructurales históricos del mercado de trabajo (verificados especialmente en las regiones objeto de políticas regionales) habían sido reducidos o mitigados durante este período de mayor crecimiento económico y de desconcentración productiva regional. Con la crisis, este panorama se invierte y las condiciones del mercado laboral se deterioraron.

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* Este artículo de investigación fue apoyado por el Instituto de Pesquisa Econômica Aplicadas (IPEA) y el Ministerio da Integração Nacional (actualmente Ministério do Desenvolvimento Regional), en Brasil, a través del Programa de Mobilização de Investigadores - Promob, con convocatorias públicas del IPEA nº 050/2016 y 051/2016. La investigación comprendió las actividades del Centro de Estudos do Desenvolvimento Económico (CEDE), vinculado al Instituto de Economía de la Universidade Estadual de Campinas (IE/Unicamp), Brasil. La investigación es el resultado de un proyecto titulado “La Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR): diagnóstico del período reciente”, que se inició en 2016 hasta la actualidad. Las opiniones expresadas en el texto no reflejan la posición de las instituciones mencionadas.

1 La Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR) fue instituida en 2007 y actualizada en 2019. Esta trazó una imagen precisa del problema regional brasileño, interpretándolo a partir de múltiples escalas. Se avanzó hacia una concepción de intervención en el territorio que escapó del corte macrorregional exclusivamente (regiones norte, noreste y centro-oeste, las cuales son prioritarias para las políticas regionales brasileñas según la Constitución Federal) y se definieron, dentro de las regiones, las microrregiones, que deberían recibir atención especial. Estas microrregiones se dividieron en cuatro tipos, con base en los criterios de ingresos (renta) y desempeño económico, como se señala a continuación: alta renta, baja renta, dinámicas y estancadas. Solo las primeras no serían prioridades de la PNDR.

2Debido a los cambios metodológicos en el cálculo del PIB por parte del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), los años anteriores al 2002 no son comparables, por lo que solo se analiza a partir del 2002. El año 2018 es el último, hasta la elaboración de este texto, para el cual había información regional sobre el PIB.

Recibido: 03 de Marzo de 2021; Aprobado: 15 de Agosto de 2021

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