Señor editor,
Con el aumento en la expectativa de vida a nivel global, la prevalencia e incidencia de la demencia o trastorno neurocognitivo mayor aumenta cada día más, se estima que cada tres segundos alguien en el mundo desarrolla demencia. En la actualidad, esta enfermedad afecta a cincuenta millones de personas, lo cual le cuesta a la economía global más de un trillón de dólares, y hacia el 2030 se estima que habrán 82 millones de personas con demencia, lo que supondrá una carga sin precedentes en los sistemas de salud alrededor del mundo 1. Se estima que el 58 % de las personas con demencia viven en países de medianos y bajos ingresos y se espera que esta cifra aumente al 63 %% en 2030 y al 68 %% en 2050 2, la región de las Américas será una de las más afectadas en cuanto a aumento de la incidencia y prevalencia de la demencia 3. En Colombia, la Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE 2015) reporto una prevalencia de demencia del 9,4 % en mayores de 60 años y de 57,4 % en mayores de 85 años 4,5 .
En 2017 en la revista The lancet, Livingston y sus colegas publicaron un documento en el que se detallan con claridad las estrategias recomendadas para la prevención, intervención y cuidado de la demencia. En dicha publicación, a través de un modelo que aborda las diferentes etapas de la vida, se explica cómo nueve factores de riesgo específicos pueden contribuir al desarrollo de demencia; estos son: bajo nivel educativo, hipertensión, obesidad, pérdida auditiva, tabaquismo, depresión, inactividad física, aislamiento social y diabetes. Estos factores son potencialmente modificables y serían los causantes de aproximadamente el 35 %% de los casos de demencia, es importante resaltar que si son abordados de manera oportuna podrían contribuir a prevenir o retrasar la aparición del deterioro cognitivo y su respectiva progresión a demencia 6.
Es bien sabido que el diagnóstico de demencia usualmente tiene una connotación negativa y suele ser temido o hasta evitado incluso por parte de los profesionales de la salud, dado que en muchas ocasiones se desconoce disponibilidad de tratamientos o existen dudas acerca de su utilidad, además del estigma y la carga que supone para el paciente y sus familiares un diagnóstico de este tipo 7. Desde el punto de vista de la población general, el panorama no es muy alentador, el desconocimiento y la desinformación alrededor de la demencia es muy grande. Según una revisión sistemática reciente sobre encuestas realizadas en población general en Estados Unidos y Europa 8, aproximadamente el 50 % de los encuestados respondieron que la demencia es una parte normal y no prevenible del envejecimiento y desconocen la importancia del manejo de los factores de riesgo cardiovascular como herramientas de prevención; los autores de este estudio resaltan la falta de información proveniente de países de medianos y bajos ingresos, lo cual es preocupante teniendo en cuenta que, como se mencionó anteriormente, el mayor crecimiento en la prevalencia de las demencias se dará en estos países.
Si se tienen en cuenta las cifras, el impacto social y económico, el estigma, la desinformación y el desamparo por parte de los sistemas de salud, la demencia es considerada uno de los grandes retos del siglo, y por ello se están realizando grandes esfuerzos a nivel internacional para abordar de manera multidisciplinaria este problema de salud pública. En el 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó el Plan de Acción Global de Respuesta a la Demencia 2017-2025, que consta de siete áreas claves de acción, en las cuales cada país miembro de la OMS debe trabajar dentro del marco del plan nacional de demencia 9. Para el 2018, 32 países habían elaborado planes nacionales de demencia, de los cuales únicamente cuatro pertenecen a países de medianos o bajos ingresos (Cuba, República Dominicana, México e Indonesia) 1.
Una de las áreas de acción del plan indica que en el 2025 cada país debe tener al menos una campaña pública que promueva la sensibilización y educación para lograr sociedades "amigables" con la demencia: el objetivo de estas campañas será informar a la población general acerca de los síntomas de la demencia, la importancia de la detección temprana y cómo el estilo de vida saludable y la prevención pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia; adicionalmente, brindarán información sobre los derechos de las personas que viven con demencia y sus cuidadores y la obligación que tiene el sistema de salud de brindar una atención oportuna y de calidad 9. La importancia de estas campañas radica en que son el punto de partida para que las otras áreas de acción del plan global de la demencia se puedan desarrollar, ya que primero se debe crear una necesidad alrededor del tema, para poder empezar a generar los planes y ajustes necesarios en la atención de esta patología 1.
Considero que es nuestro deber como neurólogos tomar un papel activo e involucrarnos de manera ya sea local o nacional en la realización de estas campañas públicas y en la educación, no solo de los pacientes y el público en general, sino también de todos los profesionales de la salud; debemos hacer de la demencia una enfermedad visible, mostrar que existen maneras de prevenirla y promover la investigación en este campo para obtener información que se ajuste a las características y necesidades de nuestra población. La educación es el primer paso para empoderar a las personas que viven con demencia y a sus familiares para que exijan sus derechos al Gobierno y a los encargados de diseñar las políticas públicas sobre demencia, es el primer paso para que los trabajadores de la salud a todo nivel nos unamos para trabajar en pro de estos pacientes y como comunidad colaboremos en la construcción de una sociedad inclusiva y amigable con la demencia.