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Acta Neurológica Colombiana

versión impresa ISSN 0120-8748

Acta Neurol Colomb. vol.35 no.3 Bogotá Jul/Set. 2019

https://doi.org/10.22379/24224022254 

Editorial

Una introducción a la introducción

An introduction to the introduction

Diego Rosselli MD, EdM, MSc(1)  * 

(1) Editor general Acta Neurológica Colombiana. Profesor asociado, Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.


"Para escribir una novela, empiece por escribir el capítulo 1". Así comenzaba un libro de bolsillo que compré en algún congestionado aeropuerto internacional en medio de una espera de horas; el libro se titulaba Cómo escribir una novela. Y ese consejo tan obvio continuaba con "cuando termine el capítulo 1 escriba el capítulo 2". Bueno, pensé, no podía uno pedir mucho de un libro de US$ 5,95 (+ impuestos, como todo lo gringo), hasta que vi la sugerencia sabia que venía a continuación. Decía: cuando empiece a escribir el capítulo 3, bote al cesto de basura los capítulos 1 y 2, y que el capítulo 3 sea su capítulo 1. Así, su novela comienza de una vez con la trama, y no introduciendo a los personajes o aburriendo al lector con el contexto histórico.

Así, en un artículo científico existen tres maneras de comenzar, que aquí voy a denominar comienzo tipo A, comienzo tipo B y comienzo tipo C. El comienzo tipo A es el más común. Es más: para la mayoría de los estudiantes y de los colegas pareciera ser el único. Se trata de comenzar dando cátedra:

"El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad auto-inmune que se caracteriza por la producción de anticuerpos contra..."

"La tuberculosis es una enfermedad infecciosa producida por el bacilo Mycobacterium tuberculosis..."

Un comienzo así no está necesariamente mal, pero sugiere que el lector no sabe del tema. Puede ser útil al escribir sobre una enfermedad rara, o en una revista estudiantil, o mejor todavía, en una revista de una disciplina completamente diferente (una revista de economía o de historia), pero no cuando escribimos entre pares. Sugiere una situación paternal, en la que el autor sabe, y el lector no.

El comienzo tipo B es el que busca impresionar presentando cifras: "El infarto de miocardio es responsable de una de cada tres muertes"; "Cada año mueren siete millones de personas por enfermedades atribuibles al tabaco"; "El resfriado común le cuesta a la sociedad americana más de tres mil millones de dólares (cifra inventada) al año". Y así. En los escritos periodísticos resulta común este tipo de comienzo. En ciencias de la salud podría ser útil en temas de salud pública, epidemiología o economía de la salud, ya que los lectores estarán acostumbrados a entender esa información. Para un clínico, en cambio, esos números suelen ser irrelevantes.

El mejor comienzo, entonces, suele ser el tipo C, que consiste en entrar de una vez a discutir la justificación del estudio, la pregunta de investigación, como quien dice, la trama de la novela. El siguiente ejemplo proviene de un proyecto que analizó la antigenicidad del Trypanosoma cruzi, y cuyo objetivo final será, en un futuro, el diseño de una vacuna para la denominada enfermedad de Chagas. Nótese cómo el primer párrafo es un comienzo tipo A, el segundo habría sido un buen comienzo tipo B, pero los autores habrían podido arrojar al cesto esos dos párrafos y arrancar de una vez con el tercero.

Primer párrafo:

"La enfermedad de Chagas fue descrita en 1909 por Carlos Justiniano Ribeiro Chagas mientras trabajaba como médico en la construcción de un ferrocarril en el nordeste de Brasil. Su agente etiológico, el Trypanosoma cruzi, es un endoparásito... "

Segundo párrafo:

"Según la Organización Mundial de la Salud, en Colombia podría haber 1,6 millones de personas afectadas por enfermedad de Chagas, y otros 3,6 millones vivirían en zonas de alto riesgo."

Tercer párrafo:

"Una de las mayores dificultades para el diseño de una vacuna para la enfermedad de Chagas es que no se sabe cuáles de los antígenos presentes en el parásito participan en el desarrollo de la autoinmunidad que caracteriza la fase crónica de la enfermedad."

LA INSOPORTABLE BREVEDAD DEL SER

La concisión es una de las características fundamentales de la literatura científica, y es la introducción la que más se ha visto presionada a reducir el número de palabras. Los autores deben resistir la tentación de acomodar aquí toda la revisión de literatura que hicieron para su "marco teórico".

Tres o cuatro párrafos suelen ser suficientes, organizados a manera de "embudo", donde de un problema grande con repercusiones globales pasamos a lo que se sabe a escala local o regional, y así a justificar nuestra recolección de datos en este pequeño entorno en particular. En la introducción debe quedar claro por qué valió la pena hacer este estudio, qué vacío del conocimiento pretende llenar y, en una sola frase, qué fue lo que finalmente se hizo. Suele ser adecuado mencionar el diseño que se utilizó. La introducción tiene que ser atractiva, ya que debe vender el artículo, motivar al lector a seguir leyendo y, a más corto plazo, convencer al revisor y al editor del valor del aporte que este estudio hace. Aunque es clave no dar resultados aquí, todavía, sí debe quedar claro cuál fue el vacío del conocimiento que se buscó llenar. Es importante que la introducción esté escrita pensando en los lectores de la revista escogida, sea esta de medicina general o especializada, o para lectores de otras profesiones.

EL RESPALDO DE LOS HECHOS

Las referencias bibliográficas deben manejarse como en un juego de cartas; los naipes más pesados, los ases y las figuras, esas referencias más citadas, los artículos clásicos, los libros de texto, los informes de la OMS, se deben arrojar aquí en la introducción, y dejar los artículos de revistas menos conocidas guardados bajo la manga. Esas referencias que apoyen (o contradigan) nuestros hallazgos, los guardamos para sacarlos luego en la discusión. No se deben hacer aquí comparaciones con otros estudios similares, eso se hará en la discusión, pero sí se deben mencionar los que proporcionan la información de base, los datos de arranque para este estudio. De ninguna manera proporcione resultados ni cite conclusiones del trabajo, pero sí asegúrese de cerrar esta sección invitando al lector a seguir adelante con la metodología.

Adelante, pues.

Recibido: 21 de Agosto de 2019; Aprobado: 28 de Agosto de 2019

* Correspondencia: Diego Rosselli, editor-general-anc@acnweb.org

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