Introducción
La electrocirugía hace referencia al paso de corriente eléctrica de alta frecuencia sobre un tejido para lograr un efecto quirúrgico específico, que puede ser de corte o de coagulación 1,2. Inicialmente, este método comenzó a aplicarse en el campo de la medicina para el tratamiento de afecciones como el cáncer de piel, entre otras. Con el paso del tiempo la técnica fue evolucionando hasta lograr introducirse en la Odontología, hace más de 50 años atrás, y desde entonces, se ha utilizado para manejo de patologías orales en tejido blando, operatoria dental, rehabilitación oral y procedimientos asociados a estética rosada. A pesar de esto, sigue siendo una tecnología de mediano uso en el campo odontológico 3.
Emplear electrocirugía posee ciertas ventajas como por ejemplo la hemostasia o la coagulación en la zona intervenida, además de la esterilización de los tejidos, el poco dolor generado tras los procedimientos, así como la gran precisión y la poca presión necesaria para realizar incisiones. En suma, ofrece un mayor alcance en áreas de difícil acceso y una mayor visibilidad por cuenta de la reducción del sangrado 4,5. Por otro lado, también posee algunas desventajas como lo son los procesos lentos de curación, el riesgo biológico de lesiones producto del exceso de calor y la generación de una mayor respuesta inflamatoria 5,6.
Precisamente, en la literatura se han documentado casos de complicaciones odontológicas asociadas a la implementación de la electrocirugía, sin embargo, estos reportes son escasos. Es por eso que resulta necesario realizar más estudios que den cuenta de los inconvenientes clínicos que pueden derivarse de la aplicación de esta tecnología en cavidad oral. En el presente reporte se describirá un caso de Osteonecrosis maxilar asociada al uso de electrocirugía durante un procedimiento de frenillectomía labial y sus implicaciones clínicas7,8.
Caso clínico
Paciente femenino de 24 años, sistémicamente sana con tratamiento ortodóntico activo, a quien se le indica frenillectomía labial superior por parte de ortodoncista tratante, intervención realizada con electrobisturí por cirujano oral. La paciente refiere en posoperatorio tardío tras 15 días de evolución, dolor constante en zona quirúrgica. Al examen clínico se encuentra alteración del tejido blando interdental de coloración blanquecina, se expone tejido duro móvil compatible con estructura ósea, no presenta hemorragia (Figura 1). Al examen radiográfico se observa imagen con pérdida de la continuidad de la cresta ósea interdental en zona de 11 y 21, con radio lucidez circunscrita compatible con secuestro óseo, diagnóstico presuntivo Osteonecrosis (Figura 2). La paciente reporta dolor leve, se observa secuestro óseo y se determina remover secuestro, afrontar por medio de movimientos ortodónticos, reducir diastema y reevaluar para definir intervención en tejidos blandos.

Figura 1 Aspecto clínico inicial posterior a frenillectomía labial donde se observa secuestro óseo entre 11 y 21.
Discusión
La electrocirugía es una tecnología relativamente sencilla en su utilización y de creciente popularidad en el campo de la odontología pues ha demostrado buenos resultados en tratamientos de odontología estética y restaurativa, manejo de Linfangiomas en cavidad oral, Hiperpigmentación e hipertrofia gingival, Gingivectomías y nivelación de puntos Zenith, entre otras aplicaciones clínicas 3,9,10.
A pesar de esto, no puede desconocerse que la realización inadecuada de procedimientos con electrocirugía puede incrementar el riesgo de presentarse lesiones derivadas de su implementación y que pueden llegar a afectar estructuras importantes en cavidad oral. En este sentido, son pocos los casos clínicos documentados que describen estas situaciones por lo cual, la información sobre el manejo adecuado de las mismos es limitada.
Aun así, de la información disponible se ha encontrado que la mayoría de los daños tisulares asociados a procedimientos de electrocirugía, tienen que ver con causas relacionadas al uso inadecuado del electro bisturí. Es por eso que los procedimientos quirúrgicos en la cavidad oral con esta tecnología requieren de un nivel alto de destreza y experticia 3,4,11. En contraste, en varios de los casos clínicos revisados, se presume un amplio desconocimiento en la aplicación de la técnica, debido, entre otros factores, a la poca formación que sobre esta se ofrece en los programas de Odontología de muchas universidades 3,10,12.
En el presente caso clínico se empleó el electrobisturí para la realización de frenillectomia labial superior, sin embargo, tras la realización del procedimiento por parte del cirujano oral tratante, se produjo alteración del tejido blando y duro interdental generando secuestro óseo por Osteonecrosis maxilar asociada al uso de la electrocirugía.
Al respecto de lo anterior, diversos estudios advierten que el contacto directo de tipo accidental de las puntas de electrocirugía con estructuras óseas puede causar Osteonecrosis 3,6,13,14 .
De hecho, se sugiere no utilizar esta técnica en tejidos de poca profundidad o que se encuentren cercanos al hueso pues puede ocasionar daños irreparables en estas zonas 3. Incluso, en otros reportes de casos, tampoco se recomienda la electrocirugía para procedimientos que se lleven a cabo sobre dientes vitales dado el riesgo de alteraciones pulpares y hasta procesos de necrosis de la misma 4,15.
Por lo tanto, la utilización de la electrocirugía en el presente caso clínico conllevaba un alto riesgo de Osteonecrosis debido a la gran proximidad del área tratada con los incisivos centrales 11 y 21, lo cual ocasionó alteración de la irrigación de la papila interdental, resultando en perdida de la continuidad de la cresta ósea, por consiguiente, el daño en la arquitectura gingival y componente estético.
Cabe añadir que la aplicación ininterrumpida del bisturí de electrocirugía sobre los tejidos también puede ocasionar daños indeseados en las zonas adyacentes a ellos, producto del calor lateral excesivo generado por la corriente de alta frecuencia del electrobisturí, que eleva la temperatura de los tejidos con el fin de favorecer la evaporación en las células y por ende, el corte o la coagulación3,15) (Figura 3a).
De ahí que deban tenerse en cuenta aspectos como la intensidad de la corriente o el tamaño de la punta del electrodo, pues entre más grande sea esta punta, mayor será la intensidad de la corriente y, por ende, el riesgo de daño por calor en las zonas aledañas al área tratada, será mayor 4,6. Particularmente en el caso en cuestión, una posible generación accidental de calor excesivo en esta área pudo haber contribuido a la Osteonecrosis presentada en la zona interdental del 11 y 21.
En consecuencia, para tratar esta lesión se removió el secuestro óseo y se procedió afrontar incisivos centrales por medio de movimientos ortodónticos, con el fin de reducir diastema. Se propuso esperar evolución para reevaluar y definir intervención en tejidos blandos. (Figura 3b y 4).
Se propuso a la paciente mejorar la estética con injerto de tejido conectivo y recontorneo de puntos Zenith, sin embargo, se rehusó a proceder con el tratamiento pues prefirió esperar mientras finaliza la emergencia sanitaria por el Covid-19, para continuar cualquier proceso odontológico.
En síntesis, en este caso se evidencian una vez más, las implicaciones clínicas que conlleva la implementación inadecuada de la electrocirugía. Es por ello que el conocimiento que se tenga disponible sobre sus mecanismos de funcionamiento es de gran relevancia para, en alguna medida, contribuir a la reducción del riesgo de presentar complicaciones en los procedimientos1.
Igualmente, resulta importante generar conciencia acerca del uso adecuado de esta tecnología, así como también respecto a las alternativas de manejo de las lesiones que puedan generarse 13.
En definitiva, se recomienda la realización de más estudios sobre procedimientos periodontales que empleen la electrocirugía y que determinen los riesgos de aplicar este método en ciertas zonas específicas de la cavidad oral con el fin de aclarar para cuales procedimientos odontológicos la electrocirugía es ideal y para cuales otros no.
Adicionalmente, se sugiere tener en cuenta las características propias de los equipos a utilizar puesto que los efectos sobre los tejidos difieren de acuerdo a la tecnología empleada: radiofrecuencia o electrofrecuencia. Asimismo, se deben considerar las recomendaciones del fabricante con respecto a intervalos de trabajo seguro para su uso en odontología ya que, en muchas ocasiones, esto puede ser un factor fundamental al momento de ocasionarse lesiones por cuenta del uso empírico que hacen algunos profesionales de estas herramientas.