Acción: poder más carácter

Fernando Sierra Arango (1)

(1) MD. Presidente Asociación Colombiana de Gastroenterología. Bogotá, Colombia.

La vida es un mal cuarto de hora; con algunos instantes de alegría

Oscar Wilde

Cuando el editor de nuestra revista me solicitó escribir esta nota editorial, me puse a meditar sobre qué tema escribir y fácilmente me llegó a la mente la idea de contarles a todos los asociados la experiencia vivida en el desarrollo de mi período presidencial.

No me quedan dudas de que este período de mi existencia me deja una experiencia placentera y altamente positiva no sólo para el desarrollo en mi accionar profesional sino también en mi crecimiento intelectual y personal. Tampoco cabe duda de que para conseguir el éxito, la fórmula más simple y eficaz es lograr escoger las personas más adecuadas y respetando su individualidad, autonomía y derecho a disentir, poder construir y mantener un ambiente laboral armónico y gratificante donde florezca la producción creativa. Por eso quiero resaltar que para mí fue muy grato contar con un grupo de amigos que sentados durante dos a tres horas todos los miércoles sacrificaron el tiempo de compartir con sus seres queridos para poner toda su inteligencia y sus atributos personales en beneficio de nuestra Asociación; a ellos les brindo todo mi agradecimiento.

Al principio de mi período presidencial me propuse diseñar una guía que me sirviera como derrotero para cumplir con los preceptos institucionales del correcto desempeño de un Presidente de una asociación médica como la nuestra y la receta que encontré para cumplir con esa agenda fue: PODER + CARÁCTER = ACCIÓN.

Cuando democráticamente elegimos a alguien para regir los destinos de cualquier tipo de organización los electores lo que quieren es una acción efectiva que represente el sentir y los intereses de dicha organización. Dentro de las acciones realizadas tres merecen mi exaltación en esta nota editorial: una gremial, otra académica y una última de comunicación.

Acción gremial: en la frenética lucha de la condición humana por usurpar los derechos adquiridos por sus congéneres no es infrecuente que se presenten actitudes que intenten lesionar el desempeño operativo de los demás, en este caso de nuestros asociados. Es así que después de recibir la información detallada de los atropellos laborales a que se vieron abocados un número importante de asociados, nuestra ACCIÓN fue la de consultar con los dirigentes que a nivel estatal tenían la información adecuada sobre los códigos vigentes que rigen el desempeño de nuestra especialidad y después de entenderlos, informárselos adecuadamente a los asociados para que con ellos tuvieran las herramientas más idóneas que les permitieran afrontar cada caso en particular; para complementar, también nos comunicamos con las entidades involucradas en el asunto para recordarles la importancia de cumplir con la normatividad vigente. Con este accionar creo que cumplimos nuestro deber ético para con los asociados de acuerdo a lo consignado en los estatutos que rigen nuestra asociación. Indudablemente este accionar exigió del poder indispensable y del carácter necesario.

Acción académica: nuestro período coincidió con la celebración de los 60 años de la Asociación y con esto el reto se hizo mayor para cumplir con uno de los anhelos más preciados por los asociados: tener un congreso médico con los más altos estándares académicos. Para mí no cabe duda de que hemos podido organizar un evento científico del cual nos vamos a sentir orgullosos por el resto de nuestras vidas. El hecho de poder invitar a una docena de profesores extranjeros con los más altos pergaminos académicos dentro de nuestra especialidad es sin duda un logro extraordinario. La convocatoria a personalidades de la talla de los doctores Heathcote, Drossman, Quigley, Kalloo, Cohen, Fass, Marcon, Cárdenas, Shiffmann, Maluf, Jacobs y Plasencia, garantiza la importancia de nuestro Congreso Colombiano de las Enfermedades del Aparato Digestivo.

Acción de comunicación: la comunicación es la base de la integración y la armonía en las relaciones interpersonales. Basado en esto diseñé un mecanismo que me permitiera involucrar a cada uno de los asociados con las actividades de nuestra Asociación. Así fue que durante todo este período y con frecuencias que oscilaron según la necesidad, entre 15 ó 20 días, utilicé las ventajas que nos ofrece el mundo virtual para poder expresarme y además para recibir de muchos de ustedes una retroalimentación que fue vital para perdurar en nuestro accionar y tener el suficiente entusiasmo que con la disciplina propia fabricaron la mística con la que pudimos cumplir con las tareas encomendadas.

Parodiando a Oscar Wilde; este período presidencial lo he vivido como un instante dentro de mi existir que me llenó de dicha y gratificaciones. Ahora puedo respirar con la actitud del deber cumplido. El ejercicio útil de la vida misma no es una meta, es un camino, y la Asociación, como todas las tareas de nuestra existencia, no es ajena a este mandato, por eso soy muy consciente de que a pesar de lo mucho que se ha hecho, cada momento de la existencia de nuestra Asociación exige de nuevos retos y sé a cabalidad que muchos de los que conformaron la Junta Directiva actual de la Asociación no sólo tienen la inteligencia suficiente, sino también el carácter para afrontarlos y llevarlos a buen término para que nuestra Asociación siga brillando con el reconocimiento y la posición en que actualmente entre todos la pudimos ubicar.

A todos simplemente gracias.