Introducción
Los programas de tamizaje y la disponibilidad de equipos mejores y de personal más entrenado han permitido la detección de un mayor número de lesiones rectales y, en el caso de las neoplasias, en estadios más tempranos. Ante las lesiones tempranas se encuentra la disyuntiva de una intervención con escisión local o con un procedimiento radical. Las escisiones transanales iniciales, apoyadas en la técnica y el separador de Parks, eran laboriosas y se limitaban a los 8 cm distales del recto, pero esto se ha modificado gracias a los abordajes transanales con diferentes métodos microscópicos, endoscópicos y laparoscópicos. Muchos consideramos que la escisión local es suficiente para las lesiones tempranas, ya que evita la morbimortalidad inherente a los procedimientos quirúrgicos radicales 1,2).
La microcirugía transanal microscópica (transanal endorectal microsurgery, TEM) es una técnica mínimamente invasiva originalmente concebida por el Dr. Gerhard Buess 3 en la década de 1980, para permitir la resección transmural del cáncer rectal temprano (T1). El uso de TEM permitió la reducción de la recurrencia local en comparación con la resección transanal convencional (transanal excision, TAE) o la técnica de Parks 4. La TEM presenta menos morbilidad, puede reducir el tiempo de hospitalización, el dolor durante el posoperatorio y el tiempo lejos de las actividades usuales, en comparación con la técnica de Parks 5.
Sin embargo, con la llegada de la cirugía transanal endoscópica (transanal endoscopic operation, TEO), esta técnica representó un nivel de complejidad mayor al de otras técnicas debido a los equipos, los instrumentos y la curva de aprendizaje que requiere. Por esta razón, solo se realizó, en su mayoría, por un pequeño grupo de expertos en centros de alta tecnología, los cuales han realizado un gran número de procedimientos. Aun después de 30 años de haber sido presentada, TEM/TEO no se usa en gran escala, a pesar de los beneficios que ofrece a los pacientes con tumores benignos y malignos superficiales del recto 6.
Desde su introducción en 2009 7, el uso de la técnica TAMIS ha venido en aumento en Canadá, Estados Unidos y Europa 8-13. Recientemente, se ha presentado en nuestro país como una alternativa para la TEM realizada para la resección local de tumores rectales ubicados en el recto medio y distal. Inicialmente, la realización de la TAMIS fue posible gracias a la existencia de equipos de puerto único y plataformas para cirugía transanal, puesto que esta técnica requiere el uso de un dispositivo de puerto único transanal y permite el uso de instrumentos laparoscópicos convencionales, endoclamps y métodos de coagulación diversa avanzada (bipolar, harmónico, etc.).
Desde su descripción inicial, se han publicado reportes de casos y series pequeñas sobre la TAMIS, en las que se ha demostrado que es técnicamente posible y una alternativa accesible para la mayoría de los cirujanos expertos en laparoscopia, con un costo inicial bajo en comparación con TEM/TEO. En Latinoamérica, la experiencia inicial con este método fue publicada en Brasil por Alves y colaboradores 14 y Sevá-Pereira y colaboradores 15, aunque estos autores incluyeron solo 4 y 5 casos, respectivamente.
El propósito del presente estudio es mostrar la experiencia local inicial con la introducción de la TAMIS para las lesiones del recto medio y bajo, evaluar su factibilidad, resultados y seguridad de la intervención durante al menos un año después de la intervención de los pacientes.
Materiales y métodos
Entre los meses de enero de 2012 y diciembre de 2016, se llevó a cabo la recolección de los datos prospectivos referentes al tratamiento por vía TAMIS de los pacientes con lesiones rectales. La selección de los pacientes incluyó los diagnósticos de adenomas o tumores neuroendocrinos menores de 2 cm, y no se incluyeron pacientes con cáncer de recto avanzado. Por la condición de la lesión superficial (T1) y como se indica en el protocolo del National Comprehensive Cancer Network (NCCN), no se ordenó ningún estudio rutinario con imágenes, como resonancia o tomografía abdomino-pélvica.
Dos cirujanos (Rodrigo Castaño y Juan Darío Puerta) realizaron los procedimientos quirúrgicos. Previamente, se realizó la preparación mecánica intestinal con enemas y la profilaxis con antibióticos de amplio espectro (cefalosporinas de segunda generación más metronidazol). Todas las cirugías se realizaron bajo anestesia general. Los pacientes se situaron en la mesa de operaciones en posición de litotomía o navaja sevillana, según la ubicación posterior o anterior de la lesión; sin embargo, en los últimos 15 casos, los pacientes se ubicaron en posición de litotomía, independientemente de la localización de la lesión.
En los primeros casos, se utilizó la plataforma SILS™ Port (Covidien-Medtronic, Minneapolis, MN), fabricada con un polímero elástico (elastómero) termoplástico especializado, que permite una adaptación atraumática del kit al canal anal. Luego de lubricar adecuadamente el kit y el canal anal, el puerto fue instalado y, posteriormente, se estableció el neumoperitoneo, con CO2 y con presión de 12-15 mm Hg (Figura 1A y B).
En los últimos 6 casos, se utilizó el GelPOINT® Path, recientemente introducido por Applied Medical (Rancho Santa Margarita, CA), y diseñado específicamente para realizar TAMIS. La mecánica de su colocación es similar a la de la plataforma SILS™ Port (Figura 2A y B).
Como apoyo óptico, se utilizó una cámara laparoscópica de 10 mm con una angulación 30º. Sin embargo, en 10 casos, se utilizó el endoscopio alto debido a la facilidad de lavado del lente y la posibilidad de aspirar el humo resultante de la disección. Además del puerto de la óptica de 10 mm, se utilizaron otros dos puertos de 5 mm para la manipulación de los instrumentos laparoscópicos, tales como pinzas, electrocauterio con espátula o gancho y tijeras.
La disección inició con la marcación de la periferia de la lesión, y se dejó por lo menos 2-3 mm de margen por fuera del borde de la lesión (Figura 3A). A continuación, se expuso la submucosa mediante la sección y el levantamiento del margen inferior de la lesión (Figura 3B), luego se realizó la disección con electrobisturí (Figura 3C) una resección de espesor total (Figura 3D), apuntando a obtener márgenes laterales de 0,5 cm y profundos libres de lesión. En 21 casos, el cierre de la herida (Figura 3E) se realizó por medio de una sutura primaria continua, usando la sutura absorbible barbada del tipo V-Loc™ (Covidien) o STRATAFIX™ (Ethicon) (Figura 3F).

Figura 3 Secuencia de eventos en la marcación y la resección del espesor total de la lesión rectal. A. Marcación de la periferia de la lesión. B. Levantamiento del margen inferior. C. Disección transmural de la lesión. D. Escisión completa de la lesión. E. Sutura de los márgenes de la resección. F. Línea de sutura con el material absorbible.
Inicialmente, todos los pacientes estuvieron hospitalizados por un día. Aquellos con intervenciones más recientes y con lesiones pequeñas fueron dados de alta el mismo día, excepto en los pacientes con perforaciones cuya estancia hospitalaria fue de 3 y 4 días. Se registraron todas las complicaciones inmediatas y tardías. Todos los pacientes fueron sometidos a un seguimiento riguroso a las 2, 6, y 36 semanas; en el caso de cáncer, de acuerdo con lo sugerido por las guías del NCCN y si presentaban carcinoma invasivo, fueron remitidos a manejo oncológico, incluyendo una colonoscopia total, una evaluación de los niveles de antígeno carcinoembrionario (carcinoembryonic antigen, CEA) y una evaluación imagenológica por resonancia magnética abdomino-pélvica y tomografía axial computarizada de tórax.
Como puntos principales, se evaluaron la factibilidad, la calidad de la resección y el pronóstico oncológico. La factibilidad del procedimiento se define como la realización de la resección por TAMIS sin la necesidad de un abordaje transanal diferente para terminarla. La buena calidad de la resección la determina la ausencia de fragmentación o bien un margen negativo, definido como ≥1 mm del margen tumoral. Los objetivos secundarios fueron el pronóstico clínico y la morbimortalidad perioperatoria, clasificada de acuerdo con el sistema de Clavien-Dindo.
Resultados
La TAMIS se practicó de manera exitosa en los 27 pacientes; 21 con SILS™ Port y 6 con GelPOINT® Path (22 %). Se adoptó la posición de litotomía en 24 casos y en 3 se realizó la intervención en posición de navaja sevillana (12 %). Del total de pacientes, 10 fueron mujeres (37 %). La edad media fue de 68 años (52-83 años) (Tabla 1).
Tabla 1 Características de los pacientes y de las lesiones

CA is: carcinoma in situ; DAG: displasia de alto grado; DBG: displasia de bajo grado; TNE: tumor neuroendocrino.
La distancia desde el límite inferior de la lesión hasta el margen anal determinado por la rectoscopia rígida preoperatoria fue de 7,1 5-9 cm. El tiempo promedio quirúrgico fue de 115 (50-220) minutos. El tamaño promedio de las lesiones fue 5,3 2-9 cm. Se logró la resección del espesor total en todos los casos, y solo en 2 casos la lesión salió fraccionada (2 fragmentos).
La patología operatoria reportó la presencia de adenoma de bajo grado en 3 casos (11 %), alto grado en 11 (41 %), adenocarcinoma in situ pT1N0 en 6 (22 %), tumor neuroendocrino en 5 pacientes (18 %) 1 caso de fibrosis local (4 %) y 1 de leiomioma (4 %).
Todos los tumores, excepto uno (4 %), fueron resecados con márgenes de resección microscópicos negativos. En los estudios de extensión, el paciente en mención presentó un extenso compromiso locorregional y a distancia, ya que padecía un cáncer colorrectal (CCR) de intervalo; previamente (18 meses) se le realizó una colonoscopia, cuyo resultado fue negativo para indicar la presencia de un tumor en el recto.
Con respecto al cierre de la herida, no se realizó en 5 casos (18 %) con resección de espesor total y tuvo una evolución sin mayores novedades con respecto al grupo en el que se cerró la herida. En solo un caso hubo sangrado en la herida que se dejó sin sutura.
La morbilidad intraoperatoria temprana ocurrió en dos perforaciones rectales (8 %). La primera fue en el segundo paciente de la serie, la cual se corrigió por vía laparoscópica; la segunda fue en la décima paciente de la serie en la que se identificó la perforación del recto con un acceso a la cavidad peritoneal durante la intervención, la cual fue corregida mediante una sutura transanal. No hubo eventos adversos subsecuentes en la evolución de estos pacientes.
Se presentó sangrado posoperatorio y no hubo complicaciones infecciosas. Ningún paciente tuvo que ser reintervenido. No se presentó mortalidad asociada con la técnica. La duración promedio de la hospitalización fue de 1,1 días. Los pacientes no tuvieron lesiones recurrentes por un tiempo promedio de seguimiento de 33 meses.
Discusión
Para mediados del primer decenio de 2000, la cirugía mínimamente invasiva apuntaba hacia una innovación: la cirugía por orificios naturales (natural orifice transluminal endoscopic surgery, NOTES) 16. Esta vía reduce y podría hacer posible prescindir por completo del acceso traumático por la pared abdominal, lo que indujo la aparición de accesos laparoscópicos multipuertos para ingresar por el ombligo con las llamadas cirugías de puerto único17. Este hecho estimuló la implementación de la TAMIS, cuyo concepto, técnica y pronóstico inicial fue reportado por Atallah y colaboradores 7, y fue validado por diferentes autores en diferentes centros 18,19.
El manejo de los tumores rectales benignos y malignos depende de un sano equilibrio entre la intención curativa y la preservación de la funcionalidad. La TAMIS es una nueva plataforma para la resección local de lesiones rectales benignas con potencial maligno o lesiones malignas bien seleccionadas. Los resultados iniciales son alentadores, lo cual ha llevado a que su uso de haya extendido de manera significativa 13. En este estudio, reportamos los 27 primeros casos de TAMIS realizados para el tratamiento de las lesiones rectales premalignas o malignas. En todos los casos fue posible resecar completamente la lesión rectal y no hubo una morbilidad significativa asociada con el abordaje, aun cuando hubo dos accesos a la cavidad peritoneal: el primero fue corregido por laparoscopia y el segundo por sutura directa.
El inicio de la cirugía transanal se efectúo con la técnica de Parks y después se hizo con el abordaje microscópico; sin embargo, algunos autores consideran TEM/TEO como un procedimiento quirúrgico asociado a un grado de dificultad técnica significativa 6. Con el advenimiento de esta técnica, 15 años después, el número de procedimientos realizados por Buess no excedió los 500 20. Entre las razones de su uso limitado por cirujanos expertos estuvieron: la inversión inicial asociada con la adquisición de equipos, le necesidad de un entrenamiento especial, y la pequeña muestra de pacientes que se beneficiarían del método. Por su parte, la TAMIS, a los 4 años de su aparición, ya tenía reportes de su ejecución en 16 países 1.
Existe evidencia que demuestra que, para pacientes seleccionados con adenocarcinoma pT1N0, la resección local con microcirugía endoscópica tiene tasas similares de recurrencia y de supervivencia en comparación con las resecciones radicales. En 2012, Lezoche y colaboradores demostraron que, en pacientes con adenocarcinomas rectales cT2N0 que recibieron neoadyudancia, se podía realizar una resección por microcirugía endoscópica con resultados similares a los mostrados por la cirugía radical con la resección mesorrectal total, en términos de recurrencia y supervivencia 21. Las indicaciones de la TAMIS son las mismas que para TEM/TEO.
Hasta la última década, las plataformas TEM y TEO fueron las únicas formas de realizar una resección transanal endoscópica. Sin embargo, TEM y TEO no están disponibles en muchos hospitales. La TAMIS ha emergido como una alternativa avanzada con una mayor costo-efectividad y con resultados posiblemente superiores a TEM/TEO en el futuro, lo que permite que más centros puedan realizar un tratamiento mínimamente invasivo de los tumores rectales 2. En Estados Unidos, el costo de los puertos necesarios para permitir una plataforma TAMIS (entre 500 y 650 USD) es equivalente al costo de los materiales usados para la insuflación con CO2 con una plataforma TEM 10.
Una rápida preparación de la sala para el procedimiento, una visión de 360 grados (no una vista de 220 grados dentro del lumen rectal) y el uso de instrumentos laparoscópicos convencionales representan otras ventajas cuando se compara al TAMIS con TEM/TEO. Además, la versatilidad de la ubicación del paciente en la posición de litotomía, para todos los casos de la TAMIS, es una ventaja adicional.
Finalmente, un beneficio adicional de la TAMIS es el menor diámetro del puerto, 30 mm frente a 40 mm en TEM/TEO. En la TAMIS, debido a su diseño, el puerto causa una dilatación segura y no traumática, en cambio el puerto del TEM es rígido y, en estudios prospectivos, se ha asociado con disfunción anorrectal, incluyendo una reducción en la presión de reposo y una disminución de la contracción voluntaria en seguimientos de 6 semanas. Es posible que la dilatación del esfínter durante la TAMIS sea menor que cuando se realiza por TEM/TEO 22. En 2014, Schiphorst y colaboradores evaluaron el funcionamiento del esfínter anal antes y después de la realización de la TAMIS y no encontraron alteraciones manométricas. Además, encontraron una mejoría en el índice de gravedad de la incontinencia fecal en 37 pacientes que fueron intervenidos, lo que demostró una mejoría en la función anorrectal después de la TAMIS; de los 17 pacientes que tenían incontinencia antes de la cirugía, hubo una mejoría en 15 de ellos, mientras que uno permaneció igual y otro empeoró 23.
Una de las principales dificultades técnicas relacionadas con la TAMIS es, en algunos casos, la inestabilidad del neumorrecto, la cual puede llevar a un colapso intermitente del lumen rectal y obstaculizar la cirugía. Este evento puede ser resuelto, en un mayor o menor grado, por el incremento de la presión intrarrectal a 15-20 mm Hg, una mayor relajación o un reposicionamiento del puerto. Otra dificultad similar a lo observado con TEM/TEO ocurre en relación con la liberación del humo formado por la activación del electrocauterio. El sistema SILS™ Port tiene solo 3 puertos, que son usados con los dispositivos ópticos y los instrumentos quirúrgicos; algunas veces, es necesario drenar el humo formado, lo que se facilita con el GelPOINT® Path, que tiene un puerto expreso para la remoción del humo.
Con respecto a las limitaciones en la técnica representadas por la presencia del humo en la disección, se ha establecido, por algún grupo, la importancia del apoyo del endoscopio para facilitar la aspiración de este y para permitir el lavado del lente, así como sumar presión con la insuflación de aire para mantener el neumorrecto. Con la retroversión, se facilita el control visual del límite proximal de la lesión e, incluso, el paso de los instrumentos por el canal de trabajo, lo cual ha mostrado resultados alentadores en términos del tiempo de ejecución de la técnica y de menores complicaciones 24,25. Descripciones más recientes combinan la disección endoscópica submucosa (DES) con la TAMIS para tratar las lesiones del recto bajo que comprometen la línea dentada 26,27.
Una vez removida le lesión, se plantea la disyuntiva de si cerrar o no el defecto en el recto. Existen publicaciones que describen complicaciones infecciosas, como abscesos, tras el cierre del defecto 28. Un metaanálisis publicado en 2017 por Menahem y colaboradores demostró que no existen diferencias en términos de infección o reintervenciones en el cierre o no del defecto, mientras que otro metaanálisis publicado por Lee y colaboradores en 2018 sugiere una mayor incidencia de complicaciones hemorrágicas clínicamente significativas en los defectos abiertos (9 % frente a 3 %, p = 0,045) 29,30. En nuestro estudio se cerraron defectos en 21 pacientes (81 %). La tendencia es dejar más amplias las heridas abiertas, y justamente dejamos abierta la herida más grande, que evolucionó con estenosis, la cual se manejó de manera exitosa con dilataciones digitales.
En este estudio, la presencia de márgenes positivos en los especímenes resecados solo se observó en uno de los casos. Este paciente presentó una evolución inesperada con metástasis hepáticas, pulmonares y locorregionales extensas; se trataba de un cáncer colorrectal de intervalo. En solo un caso, el análisis patológico arrojó que el tejido removido se trataba de fibrosis. En dos casos se identificó la fragmentación del espécimen, lo que no representó un mayor compromiso de los márgenes y no hubo una afectación en la evolución.
El incremento de la presencia de la TAMIS en la literatura, con múltiples puertos desechables diseñados para cirugía monopuerto, está aún en evaluación. Es necesario aclarar múltiples aspectos, como la viabilidad del acceso transanal endoscópico en los procedimientos rectales superiores, debido a que la plataforma TAMIS no incluye una rectoscopia quirúrgica, la cual podría proveer teóricamente una estabilidad al procedimiento quirúrgico en dicho sitio.
En dos casos se presentó perforación y acceso a la cavidad peritoneal durante la cirugía: en la primera perforación, se realizó la corrección con el apoyo de la laparoscopia realizada por los autores; y en el segundo caso, el defecto fue apropiadamente cerrado usando la TAMIS. Los datos revelan que las perforaciones del recto no comprometen el pronóstico clínico ni oncológico en estos pacientes 31,32 Las remociones del espesor completo con perforación del recto, además del incremento del tiempo de cirugía y de un trauma abdominal mínimo, no representan un incremento en la morbilidad.
En un estudio publicado en 2018, que incluyó un total de 254 TAMIS, la tasa global de positividad de margen (resección R1) fue del 7 %, con una indicación de malignidad del 57 %; en la TEM se acepta una tasa de R1 del 10 % y en la resección transanal una tasa del 26 %. Los autores concluyen que la TAMIS es un procedimiento complejo que requiere un mínimo de 14-24 casos para alcanzar una tasa de resección R1 aceptable y una menor duración de la operación, así como una mejoría en el diámetro de las lesiones resecadas 33.
Una de las limitaciones de los estudios (incluso el nuestro) es la falta de evaluación de la calidad de vida. No se evaluó la continencia fecal, aunque existen cuestionarios como el índice de gravedad de la incontinencia feca o el EuroQolEQ-5D. La implementación de este último mostró una mejor calidad de vida después de la realización de la TAMIS, presumiblemente secundaria a la extirpación del tumor 34. Los cuestionarios antes mencionados son fáciles de usar para los pacientes, son excelentes herramientas para evaluar la función anorrectal en el tiempo 20 y pueden incorporarse en el seguimiento clínico de rutina en nuestro centro. Otra limitación incluye el sesgo inherente a los análisis retrospectivos, debido a la falta de datos de los registros médicos; sin embargo, nuestro conjunto de datos clínicos y quirúrgicos estuvo completo, ya que los datos fueron recogidos prospectivamente. Algunas veces, los registros patológicos carecían de dimensiones tumorales, pero los análisis del margen fueron bien descritos. Finalmente, es importante tener en cuenta que la TAMIS es una técnica quirúrgica en evolución, y que las muestras en las series publicadas son pequeñas, de ahí a que los resultados quirúrgicos estén sujetos a variaciones según cada centro (Tabla 2).
Tabla 2 Comparación entre los resultados del presente estudio y las series con más de 20 pacientes

B:M:O: relación benigna, malignas y otros; R1: margen positivo; SD: sin datos.
Las limitaciones de este estudio son: su carácter retrospectivo, el cual puede inducir algunos sesgos de selección y afectar la veracidad de las conclusiones; el hecho de concentrar la intervención en dos autores que laboran en una institución de referencia, lo que hace que la experiencia no sea generalizable para todos los cirujanos; el tiempo de seguimiento menor a tres años en promedio, que es un tiempo corto, aunque la mayoría de las recaídas se han dado en los dos primeros años y se relacionan con la biología tumoral más que con la calidad de la resección 43. No es claro si la falta de recaídas en nuestra serie se debe al tiempo corto de seguimiento. Los resultados funcionales no fueron evaluados, sin embargo, los resultados son alentadores con respecto a la no afectación de la función anorrectal con el procedimiento, incluso, frecuentemente, esta función puede mejorar al remover la lesión rectal.
En conclusión, y en congruencia con la evidencia actual que apoya a la TAMIS como una alternativa viable a la escisión radical del recto con menos morbilidad, una recuperación más rápida y un posible ahorro de costos, nuestras cifras sugieren que la TAMIS es una técnica segura, eficaz y reproducible en este tratamiento. Además, prevemos un uso cada vez mayor de esta técnica para cirugías colorrectales más complejas en nuestro centro, con énfasis en la evaluación histológica de los segmentos resecados.