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Agronomía Colombiana

Print version ISSN 0120-9965

Agron. colomb. vol.24 no.2 Bogotá July/Dec. 2006

 

Comportamiento de la mandarina Arrayana en seis patrones en suelos ácidos del piedemonte Llanero de Colombia

 

Performance of Arrayana mandarin on six rootstocks in acid soils of the piedemonte Llanero of Colombia

 

Javier Orlando Orduz-Rodríguez1, Laura Arango-Wiesner2, Hernán Monroy3 y Gerhard Fischer4

1 Investigador, Centro de Investigación La Libertad, Corporación Colombiana Agropecuaria (Corpoica), Villavicencio (Meta).
e-mail: orduzjavier@hotmail.com

2 Investigadora, Centro de Investigación La Libertad, Corporación Colombiana Agropecuaria (Corpoica), Villavicencio (Meta).
e-mail: lawiesner4@hotmail.com

3 Ingeniero agrónomo, Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
e-mail:hjml182@hotmail.com

4Profesor asociado, Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
e-mail:gerfischer@gmail.com

 


Resumen:

Los cultivos de mandarina Arrayana en el piedemonte Llanero se encuentran injertados en mandarina Cleopatra y presentan una entrada tardía en producción, por lo que es necesario seleccionar patrones que mejoren la producción y calidad de la mandarina Arrayana en las primeras cosechas. En el experimento, establecido en julio de 1997 en suelos de la terraza alta del piedemonte del Meta (Typic Haplustox), se evaluaron seis patrones usados en la citricultura colombiana. Antes del transplante se aplicaron correctivos para aumentar la saturación de bases por encima del 60%. La mayor producción de frutos acumulada de cinco cosechas se obtuvo con Swingle, superando a Volkameriana y detrás de éste, los patrones Sunki × English y Cleopatra, sin diferencias estadísticas entre ellos, seguidos por Sunki × Jacobson y por último, con la menor producción, por Carrizo. En la última lectura, la altura de la planta fue igual para todos los patrones, con excepción de Carrizo, que presentó el menor tamaño, así como también el menor volumen de copa. La mayor eficiencia productiva del volumen de copa promedio de cinco cosechas se obtuvo con Swingle, seguida, en su orden, con los patrones Volkameriana, Sunki × English y Sunki × Jacobson –sin diferencias estadísticas entre ellos–, Cleopatra y en el último lugar Carrizo. El mayor tamaño de fruta se produjo en Volkameriana y Swingle, seguidos, en su orden, por Sunki × English, Sunki × Jacobson, Carrizo y Cleopatra. Todos los patrones presentaron calidad de fruta similar, con excepción de Volkameriana, que demostró un menor contenido en sólidos solubles totales (SST) y en la relación SST/acidez total titulable.

Palabras claves adicionales: producción, tamaño del árbol, calidad del fruto, Citrus reticulata

 


Abstract:

In the piedemonte Llanero, Arrayana mandarins grafted on Cleopatra mandarin are slow to come into bearing. For this purpose, it is necessary to select rootstocks, which improve the production and quality of Arrayana mandarins in the first harvests. In the experiment established in July 1997 in soils of the higher terrace of piedemonte of Meta (Typic Haplustox), six rootstocks were used in the Colombian citriculture. Before transplanting correctives were applied to increase the base saturation over 60%. Trees on citrumelo Swingle rootstock had higher cumulative yield for five harvests surpassing Volkameriana lemon, and later were Sunki × English, and Cleopatra mandarin rootstocks without statistical differences among them, followed by Sunki × Jacobson, and the lowest yield observed on Carrizo rootstock. In the last monitoring, the tree height was similar for all rootstocks except Carrizo, which presented the smallest height and canopy volume. The highest yield efficiency of canopy volume, on an average over five harvests, was registered on trees of Swingle, followed by Volkameriana, Sunki × English, and Sunki × Jacobsen, respectively (without statistical differences among them), followed by Cleopatra and, finally, Carrizo. The highest fruit size was developed on Volkmeriana and Swingle rootstocks, followed by Sunki × English, Sunki × Jacobsen, Carrizo, and Cleopatra, respectively. All rootstocks presented similar fruit quality, except Vokmeriana, which had lowest total soluble solids (TSS) content and TSS/total titratable acid ratio.

Additional key words: production, tree size, fruit quality, Citrus reticulata

 


Introducción

LA MANDARINA ARRAYANA es la variedad más cultivada en Colombia y en los Llanos Orientales, por la calidad del fruto (tamaño, fácil pelado y agradable sabor) y por su buena adaptación a las condiciones climáticas de la región. Se calcula que pueden existir en el piedemonte Llanero entre 800 y 1.200 ha plantadas en 2006. El patrón tradicionalmente utilizado en la región es la mandarina Cleopatra (Citrus reticulata Blanco), que es tolerante a Phytophthora y a las principales enfermedades virales de cítricos transmitidas por injerto (Castle, 1987); sin embargo, presenta una tardía entrada en producción, lo que ocasiona tasas de retorno lentas para los productores y, eventualmente, el abandono de los cultivos.

La investigación con patrones para una variedad determinada debe hacerse localmente ya que los resultados varían entre las diferentes regiones citrícolas, por diferencias de clima, de suelos, de enfermedades y de prácticas de cultivo (Wutscher y Bistline, 1988). Por otra parte, la mandarina Arrayana es una variedad colombiana que no se cultiva en otros países y de la que no se tienen reportes sobre su comportamiento sobre patrones comerciales en la citricultura colombiana ni de los Llanos Orientales. El propósito de esta investigación fue conocer el comportamiento productivo, crecimiento vegetativo y calidad de la producción de la mandarina Arrayana sobre cinco patrones usados en la citricultura colombiana, comparados con el testigo regional, Cleopatra, durante los primeros ocho años después del transplante, en condiciones de suelos ácidos del piedemonte Llanero de Colombia.

Materiales y métodos

Los patrones evaluados fueron: limón Volkameriana (Citrus volkameriana Ten. y Pasq.); citrumelo Swingle (Citrus paradisi Macf. × Poncirus trifoliata (L.) Raf.), también conocido como citrumelo CPB 4475; citrange Carrizo (Citrus sinensis Osb. × Poncirus trifoliata (L.) Raf.); Sunki × English (Citrus sunki Hort. ex Tan. × Poncirus trifoliata (L.) Raf.); Sunki × Jacobson (Citrus sunki Hort. ex Tan. × Poncirus trifoliata (L.) Raf.) y mandarina Cleopatra (Citrus reticulata Blanco). Los patrones se seleccionaron por su importancia y buen comportamiento en condiciones tropicales. Los patrones fueron propagados de semillas provenientes de árboles madres del Centro de Investigación Palmira de la Corporación Colombiana Agropecuaria (Corpoica), en Valle del Cauca. Los patrones se injertaron, con el método de T invertida, con yemas de mandarina Arrayana provenientes de plantas de la finca Las Brisas, de Cumaral (Meta) y éstas, a su vez, de plantas nucelares de Guamal (Meta), en el piedemonte Llanero. Los árboles fueron plantados en julio de 1997 en un lote del Centro de Investigación La Libertad de Corpoica, en Villavicencio (Meta), ubicado a latitud 4º 03’ norte y longitud 73º 29 oeste y a una altitud de 336 msnm. Los árboles se dispusieron con una distancia de plantación de 8 m × 5 m, con 250 plantas por hectárea.

El tipo de suelo del área experimental se clasifica como Typic Haplustox, de textura F.A.; estos suelos se conocen como suelos clase IV (terrazas altas) en la clasificación regional y son los suelos recomendados para cítricos en la región (Orduz y Baquero, 2003). Las características químicas del suelo antes del transplante eran: pH 4,5 en los primeros 30 cm de la superficie del suelo, con una saturación de bases de 26%, 13 ppm de P2 O5, 2,8% de materia orgánica, niveles bajos de Cu y B (0,22 y 0,9 ppm, respectivamente), medios de Zn (11 ppm) y altos de Fe y Mn (34 y 8 ppm, respectivamente). Dos meses antes del transplante se aplicaron correctivos con el fin de elevar la saturación de bases hasta el 70%, utilizando la fórmula sugerida por Malavolta (1995). La fertilización, el manejo agronómico y sanitario se realizaron siguiendo las recomendaciones de Orduz y Baquero (2003) para el piedemonte Llanero.

La clasificación climática de la región corresponde a bosque húmedo tropical (IGAC, 2004), la temperatura media anual es 26 ºC y la precipitación media anual, 2.918 mm, con exceso de humedad para el cultivo durante nueve meses –marzo a noviembre– y déficit de diciembre a febrero.

El diseño experimental utilizado fue de bloques completos al azar, con cuatro plantas por unidad experimental y tres repeticiones. El experimento estuvo bordeado por plantas de naranja Valencia en mandarina Cleopatra. El área entre las filas se sembró con maní forrajero como cobertura viva. Anualmente las plantas recibieron dos aplicaciones de glifosato en el área de plateo y dos pases de guadaña de tractor entre las filas. La fertilización se aplicó tres veces al año. Los árboles no recibieron riego.

Los frutos cosechados se pesaron en cada cosecha anual, a partir de noviembre y hasta enero, dependiendo de la época de floración. Las medidas vegetativas de las plantas se tomaron anualmente en la época seca, entre diciembre y febrero, al finalizar la temporada de crecimiento. El volumen de la copa se calculó usando la fórmula de Turrel (1946), V = 0,5236· H· D2, en la que H es la altura de la copa y D, su diámetro. La relación entre el volumen de la copa y la producción anual proporciona el índice de eficiencia, expresado en kilogramos de fruta producida por metro cúbico de copa del árbol. Después de la cosecha se tomó una muestra de diez frutos por cada parcela, a los que se les realizó análisis de calidad de fruta. Los frutos se pesaron y se les extrajo el jugo con un exprimidor eléctrico. El contenido de jugo se midió con probeta graduada; los sólidos solubles totales se determinaron usando un refractómetro manual y la acidez total titulable, como equivalente del ácido cítrico, por titulación con NaOH 0,1 N.

Las variables se analizaron usando el programa SAS para análisis de varianza, con el fin de determinar los efectos de los patrones sobre la mandarina Arrayana. Para la separación de medias se utilizó la prueba de rango múltiple de Tukey al 5%.

Resultados y discusión

Producción

En la tabla 1 se presenta la información de la producción de la mandarina Arrayana durante cinco cosechas. Los patrones sobre los que se obtuvieron las mejores producciones en las primeras dos cosechas fueron Volkameriana y Swingle; los de menores producciones, la mandarina Cleopatra y Carrizo y los demás con una producción intermedia. En las siguientes cosechas, Swingle superó a Volkameriana y a los demás patrones.

En el acumulado de las cinco cosechas, el patrón de mejor comportamiento fue citrumelo Swingle, superando a Volkameriana en 188,3 kg por planta y al testigo regional Cleopatra en 364 kg por planta; los patrones Sunki × English y Sunki × Jacobson presentaron un comportamiento similar a Cleopatra (aunque estadísticamente diferente entre ellos). La menor producción acumulada se obtuvo sobre citrange Carrizo, con una amplia diferencia de producción con respecto a Swingle (618,7 kg por planta) y a Cleopatra (244,2 kg por planta).

El buen comportamiento productivo de Swingle se ha reportado con toronja en Texas (Wutscher y Shull, 1975; Wutscher y Dube, 1977; Roose y Maxwell, 1979); con tangelo Minneola en California (Roose et al., 1989), con tangelo Orlando (Wutscher y Shull, 1976) y con la naranja Marss (Wutscher y Shull, 1976); sin embargo, no ha tenido buen comportamiento con naranjas (Navel y Valencia), ni con limón Eureka en California (Roose et al., 1989), ni con naranja Shamouti en Chipre (Georgiou y Gregoriu, 1999); aunque presentó un buen comportamiento en producción en la zona Cafetera de Colombia (López y Cardona, 2005).

Volkameriana ha sido un patrón relacionado con altas producciones en diferentes localidades y con diferentes variedades (Wutscher, 1979; Castle, 1987; Pérez-Zamora et al., 2002), lo que se confirma con los resultados de este experimento. En evaluaciones con mandarina Ponkan en el estado de Paraná, sur de Brasil (Stenzel et al., 2003), Volkameriana obtuvo la segunda mejor producción dentro de siete patrones, aunque sin presentar diferencias con seis de ellos.

El mandarino Cleopatra –testigo regional– se menciona como de inicio de producción tardía, alcanzando su comportamiento mejor después del décimo año (Castle, 1987); los resultados obtenidos en el experimento comprueban la falta de precocidad de este patrón y señalan a esta característica como su debilidad principal para ser utilizado como patrón de la mandarina Arrayana en la región.

Sunki × English presenta un comportamiento intermedio en la producción entre los seis patrones evaluados, superando en la producción acumulada a Cleopatra, en 38 kg por planta (sin presentar diferencias estadísticas), y a Sunki × Jacobson, en 76 kg por planta, con diferencia estadística en el acumulado de las cinco cosechas. Ambos patrones presentan un comportamiento cercano al testigo regional y, por lo tanto, no aportan mejoras en el rendimiento con la variedad Arrayana en el piedemonte del Meta en las primeras cinco cosechas.

Sunki × English y Sunki × Jacobson están reportados con buen comportamiento con naranja García Valencia, en la zona Cafetera de Colombia (1.350 msnm), pero no hay información para el Trópico bajo. Estos dos patrones deben seguirse evaluando en la región con la variedad Arrayana con el fin de establecer su comportamiento en un mayor número de cosechas.

La producción menor se obtuvo con citrange Carrizo, superado cinco veces por Swingle en la producción acumulada y con producción inferior a la mitad de la obtenida con mandarina Cleopatra, testigo regional. El comportamiento deficiente de este patrón podría estar influenciado por las condiciones climáticas, así como también por su escasa adaptación a los suelos ácidos.

Crecimiento vegetativo

En la evaluación hecha en 2004, el patrón que indujo el mayor tamaño de planta (tabla 2) fue Cleopatra, aunque sólo presentó diferencias estadísticas con Carrizo, y los patrones restantes fueron estadísticamente iguales a Cleopatra. En las evaluaciones realizadas a partir de 2000, todos los patrones promovieron un crecimiento similar, con excepción de las realizadas en 2003, en las que no hubo diferencias estadísticas entre patrones. El patrón que de forma consistente presentó la mayor altura de planta durante en todas las evaluaciones fue Cleopatra, superior a Carrizo en seis de las siete evaluaciones.

Volumen de copa

El volumen de la copa es un indicador de la influencia de las condiciones climáticas sobre el crecimiento vegetativo de la planta. La información sobre el volumen de copa se presenta en la tabla 3. En el séptimo año después del transplante (2004), el patrón que indujo el volumen de copa mayor fue la mandarina Cleopatra, aunque estadísticamente igual a Swingle, Sunki × English, Sunki × Jacobson y Volkameriana; a su vez, este grupo superó a Carrizo (en 2004, Cleopatra obtuvo más del doble del volumen de Carrizo); este comportamiento fue similar en los años 2001, 2002 y 2003. El volumen de copa obtenido con todos los patrones –con excepción de Carrizo– se considera grande para la edad de las plantas, comparado con información de otras regiones citrícolas.

En naranja Valencia, López y Cardona (2005) reportan que los patrones Sunki × English, Sunki × Jacobson y citrumelo Swingle presentaron en la zona Cafetera de Colombia un volumen menor de copa que el mandarino Cleopatra y Volkameriana, lo que podría estar influenciado por la temperatura media menor (21,6 ºC) a 1.350 msnm, comparada con los 26 °C a 340 msnm en el piedemonte del Meta. También se indican diferencias en el volumen de copa entre algunos de los patrones evaluados en condiciones de Paraná (sur de Brasil): con la mandarina Ponkan (Citrus reticulata Blanco) como copa, Cleopatra alcanzó 72,3 m3, superando a Volkameriana, que 11 años después del transplante obtuvo 38,5 m3. Con tangelo Minneola en California (Roose et al., 1989), Carrizo obtuvo el mayor tamaño, superando a Cleopatra y a Swingle en 23% y 28%, respectivamente; mientras que en Colima (México), con naranja Valencia, Volkameriana obtuvo el mayor tamaño de copa con 32,2 m3 y superó a Carrizo que obtuvo 23,7 m3 y a Cleopatra con 18,4 m3 (Pérez-Zamora et al., 2002).

La información anterior señala la diferente respuesta en el desarrollo vegetativo, en el que influyen el patrón utilizado y su adaptación a las condiciones climáticas –radiación, temperaturas y precipitación–, a las características del suelo –físicas, químicas, profundidad efectiva, etc.– y a la interacción con la variedad injertada. Las altas temperaturas medias y constantes en el transcurso del año y la abundante precipitación en el piedemonte del Meta, eliminan la diferencia de los patrones en el crecimiento vegetativo reportada en otras regiones citrícolas del subtrópico o de alturas medias en condiciones tropicales. El patrón que presentó tamaño menor fue Carrizo, lo que podría explicarse por una adaptación menor a las condiciones edafoclimáticas de la región.

Eficiencia de producción de la copa

En la tabla 4 se presenta la información de cinco cosechas y el promedio obtenido por planta para cada patrón evaluado. La eficiencia media de producción varió desde 0,26 kg· m-3 en el primer año en la mandarina Cleopatra, hasta 11,83 kg· m-3 en la última cosecha evaluada (2004) en citrumelo Swingle.

Todos los patrones presentaron un aumento de la eficiencia productiva con el aumento de la edad, menos en el último año de evaluación (2004), cuando todos presentaron disminución del índice de eficiencia; las excepciones fueron Swingle y Carrizo, que lograron aumentar ligeramente la eficiencia productiva de la copa, comparada con el año anterior (2003).

El patrón que presentó la mayor eficiencia productiva promedia fue el citrumelo Swingle, con 8,02 kg· m-3, superando al testigo regional Cleopatra en 135%. Swingle, además de presentar la mayor eficiencia medida, también estuvo en el grupo estadístico de los que presentaron las producciones más altas en todas las cosechas y tuvieron rendimientos crecientes en cada una de ellas. La alta eficiencia productiva de Swingle se ha reportado antes con toronja en Texas (Wutscher y Shull, 1975; Rouse y Maxwell, 1979) y tangelo Minneola (Roose et al., 1989), pero presenta un comportamiento moderado con otros cultivares (Castle, 1987). La eficiencia productiva de la planta y la producción total del patrón Swingle con la mandarina Arrayana señalan una buena adaptación a los suelos ácidos y a las condiciones climáticas del piedemonte del Meta.

El patrón que presentó el segundo lugar en eficiencia productiva fue Volkameriana, con 6,26 kg· m-3, superando a Cleopatra en 85%; pero no eviedenció diferencias estadísticas con Sunki × English ni con Sunki × Jacobson, con 5,76 y 5,59 kg· m-3, respectivamente. Volkameriana es un patrón que se caracteriza por altas producciones y alta eficiencia productiva con diferentes copas (Castle, 1987; Pompeu-Junior, 1991).

Los patrones Sunki × English y Sunki × Jacobson presentaron un comportamiento intermedio en la eficiencia productiva de la copa, resultando iguales entre sí. Sunki × English y Sunki × Jacobson superaron al testigo regional Cleopatra en 71% y 65% en el promedio de cinco cosechas. Si bien los híbridos entre mandarina Sunki × trifoliado estuvieron dentro del grupo de patrones con mayor eficiencia en las cuatro primeras evaluaciones, el deficiente comportamiento en el último año disminuyó la eficiencia productiva de estos híbridos, en comparación con los otros patrones, en el promedio de las cinco cosechas.

Los patrones con menor eficiencia productiva fueron el mandarino Cleopatra y el citrange Carrizo. Cleopatra es el patrón de mayor altura y de mayor volumen de copa (tablas 2 y 3), lo que, sumado a la tardía entrada en producción (Wutscher, 1979; Castle, 1987), ocasiona una baja eficiencia productiva en los primeros años de cosecha, como se comprobó en este experimento. Cleopatra obtiene los máximos rendimientos de fruta entre los años 10 a 15 después del transplante, además de que su comportamiento productivo está relacionado con su afinidad con la variedad con que es injertada (Castle, 1987); esto, sumado al hecho de que Cleopatra presenta la tolerancia y resistencia mayor a las virosis conocidas de cítricos y a su tolerancia a Phytophthora (Castle y Gmitter, 1999), explica el porqué es un patrón ampliamente usado en la citricultura colombiana y de los Llanos Orientales.

La eficiencia productiva menor se obtuvo con citrange Carrizo, sin presentar diferencia con Cleopatra. Carrizo obtuvo una eficiencia en producción 11% menor que la del testigo Cleopatra, afectada además por el tamaño menor de la planta. El citrange Carrizo es el patrón más usado en España (Forner-Valero et al., 2003) y en Florida (Castle y Gmitter, 1999), a causa de su vigor y producción en todos los suelos, excepto los que presentan niveles altos de calcio disponible. El comportamiento deficiente de Carrizo en el experimento puede estar relacionado con una adaptación escasa a suelos ácidos, a la alta acumulación de unidades de calor que se presenta en el Trópico bajo o a una escasa afinidad con la variedad Arrayana.

Calidad de la fruta y el jugo

La mandarina se consume como fruta fresca. La variedad Arrayana fue seleccionada por su capacidad para producir frutas grandes, que son las de mayor demanda en el mercado nacional. La información sobre la calidad de los frutos de la mandarina Arrayana sobre los patrones evaluados se presenta en la tabla 5.

Los patrones se pueden clasificar por el tamaño de los frutos en 3 grupos: 1) el grupo de patrones de fruta grande, conformado por los frutos producidos por los patrones Volkameriana y Swingle; 2) el grupo de patrones que producen fruta mediana, conformado por los híbridos, Sunki × English y Sunki × Jacobson; 3) el de los patrones que producen fruta pequeña, en el que están Carrizo, separado estadísticamente de la mandarina Cleopatra, que produce los frutos más pequeños (los dos últimos patrones presentan diferencias estadísticas). Si bien, no se han realizado trabajos sobre cuáles son las características ideales del fruto de la mandarina Arrayana, se considera que el tamaño apropiado de la variedad estaría entre 150 y 180 g por fruto. Swingle se caracteriza por producir frutas de tamaño medio y Volkameriana, por producir frutas de tamaño grande (Castle y Gmitter, 1999). En experimentos con mandarina Ponkan, Volkameriana desarrolló el mayor tamaño de la fruta (Stenzel et al., 2003); Sunki × English, Sunki × Jacobson presentan fruta del mismo tamaño, y no se tienen reportes del comportamiento de estos patrones en la literatura científica. El patrón Cleopatra está reportado como uno que disminuye el tamaño de la fruta, en tanto que Carrizo produce un tamaño de fruta intermedio a grande (Castle, 1987; Castle y Gmitter, 1999).

No existen diferencias estadísticas entre el contenido de jugo de la fruta, siendo el valor más alto el de Volkameriana y el más bajo el de la mandarina Cleopatra; los contenidos de jugo de los demás patrones están dentro de los de estos dos patrones. Los contenidos de jugo obtenidos se consideran altos para una mandarina, teniendo en cuenta que la mandarina Ponkan (una de las más cultivadas en el mundo) obtuvo en un experimento 27,4% de contenido de jugo en promedio para siete patrones (Stenzel et al., 2003).

La concentración mayor de sólidos solubles totales la alcanzaron el citrumelo Swingle y la mandarina Cleopatra, seguidos por Sunki × Jacobson, sin diferencia estadística entre ellos, al igual que con Sunki × English y Carrizo. Los tres primeros patrones superaron estadísticamente a Volkameriana, que presentó la concentración menor de los patrones evaluados, pero sin diferencia estadística con Carrizo y Sunki × English.

Las concentraciones de la acidez total titulable no presentaron diferencias estadísticas para todos los patrones, siendo la mayor la de Sunki × Jacobson y Volkameriana y la menor la de la mandarina Cleopatra. El índice de madurez (relación SST/ATT) más alto lo presentó la mandarina Cleopatra y el menor, Volkameriana, con diferencias estadísticas entre ellos; los demás patrones mostraron valores intermedios. Cleopatra es un patrón que se recomienda para su uso en Florida con la mandarina Temple e híbridos de mandarina –Orlando, Nova, Murcott, Robinson y Minneola–, por la buena calidad de fruta que producen sobre este patrón (Hearn y Hutchison, 1977). El segundo valor de índice de madurez es para el citrange Carrizo (12,9), que es usado en Florida para varios cultivares (Castle y Gmitter, 1999) y en España para mandarinas y naranjas, por las buenas características que transmiten a la fruta (Forner et al., 2003); le siguen: Swingle con 12,2, los híbridos de Sunki × English con 11,9, Sunki × Jacobson con 11,2 y, en el último lugar, Volkameriana con 10,2. El índice de madurez menor de Volkameriana –híbrido natural del limonero– puede estar relacionado con el hecho de ser un patrón con alta conductividad hidráulica, lo que ocasiona una mayor dilución de los sólidos solubles totales y de la acidez y puede influir en una calidad menor de la fruta (Davies y Albrigo, 1994).

Conclusiones

• Los resultados obtenidos por el citrumelo Swingle en las variables: producción por planta, eficiencia de producción, precocidad, peso y calidad del fruto; lo señalan como un patrón promisorio para la mandarina Arrayana en condiciones del piedemonte del Meta.

• Las plantas de Arrayana injertadas en mandarina Cleopatra –testigo regional– y en los patrones híbridos de mandarina Sunki con naranja trifoliada (Sunki × English y Sunki × Jacobson) presentan un comportamiento intermedio en rendimiento y en eficiencia productiva de la copa, así como buen tamaño y calidad de fruta. Es necesario continuar su evaluación en un número mayor de cosechas para determinar su evolución en producción y sanidad en la región.

• El patrón Volkameriana ocupa el segundo lugar en producción acumulada y en eficiencia de producción por volumen de copa. Este patrón produjo frutas grandes y de calidad aceptable, por lo que puede ser una alternativa adicional para su utilización por los citricultores llaneros.

• El patrón citrange Carrizo presentó los niveles más bajos de producción por planta y de eficiencia productiva de la copa entre los patrones evaluados, lo que señala su escasa adaptación a las condiciones climáticas y edáficas de la región.

• Las condiciones climáticas del piedemonte del Meta, en especial la temperatura media alta, la acumulación de unidades de calor y la precipitación, así como las condiciones del suelo, disminuyen la influencia que ejerce el patrón sobre la altura de la planta, el volumen de copa (sólo Carrizo fue menor), el porcentaje de jugo y acidez de la fruta de la mandarina Arrayana. La obtención de plantas de tamaño menor para disminuir los costos de manejo del cultivo no fue posible con los patrones evaluados en el experimento.

Agradecimientos

Los autores expresan su agradecimiento a Heberth Velásquez, Capitolino Ciprian, David López y Alfredo Pardo, encargados del manejo de los experimentos de cítricos en el Centro de Investigación La Libertad de Corpoica, en Villavicencio (Meta), y a los directivos y personal administrativo del Centro porque sin su apoyo no habría sido posible obtener la información utilizada en este trabajo.

Esta investigación fue cofinanciada con recursos del Plan Nacional de Transferencia de Tecnología (Pronatta) en 1996-1998 y 2000-2003, del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en 2004-2005 y por la Corporación Colombiana Agropecuaria (Corpoica) desde el inicio de la investigación.

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