SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.35 issue3Deleterious effects on children's development due to early screen exposure: a review of the literature author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Medicas UIS

Print version ISSN 0121-0319On-line version ISSN 1794-5240

Medicas UIS vol.35 no.3 Bucaramanga Sep./Dec. 2022  Epub Apr 17, 2023

https://doi.org/10.18273/revmed.v35n3-2022012 

Artículo de reflexión

Tributo a la vida y obra de Juan Eloy Valenzuela y Mantilla, el primer médico de Bucaramanga

Tribute to the life and work of Juan Eloy Valenzuela y Mantilla, the first physician of Bucaramanga

Miguel Ángel Alarcón-Nivia1 

1 Profesor titular de la Universidad Industrial de Santander (UIS). Director de los Departamentos de Ginecología de la UIS y del Hospital Universitario de Santander. Secretario de la Academia de Historia de Santander.


Resumen

En este escrito se hace breve mención a la Real Expedición Botánica de la Nueva Granada como escuela de botánica de Eloy Valenzuela, a su mentor, el protomédico gaditano José Celestino Mutis, al protagonismo de Valenzuela en los aspectos sociales de los pobladores de la Villa de Bucaramanga en el siglo XVIII. También se muestran las enfermedades más frecuentes de la época y los remedios con que eran socorridos los pacientes.

Palabras clave: Historia de la Medicina; Celestino Mutis; Expedición botánica; Eloy Valenzuela; Sangría; Cesárea post mortem

Abstract

This paper does a brief mention of the Royal Botanical Expedition of New Granada as Eloy Valenzuela's school of botany. Shows José Celestino Mutis, the Spanish protomedical mentor of Valenzuela, and describes the Valenzuela's leading role in the social aspects of the inhabitants of the Villa de Bucaramanga in the 18th century. The most frequent diseases of the time and the remedies with which patients were helped are shown.

Keywords: History of Medicine; Celestino Mutis; Botany Expedition; Eloy Valenzuela; Bloodletting; Post-mortem Cesarean section

La presencia de Celestino Mutis en la Nueva Granada

Figura 1 Alejandro García Restrepo1 © Derechos Reservados Tributo de la medicina a este sacerdote, profesor, naturalista-botánico y líder de la salud pública, primer médico de la ciudad, en el cuadringentésimo aniversario de la fundación de Bucaramanga 

José Celestino Mutis Bosio nació en 1732 en la ciudad de Cádiz (comunidad autónoma de Andalucía), antiguamente llamada Gades, razón por la cual su gentilicio es "gaditano". De familia acaudalada, pudo tener educación en medicina y cirugía en la Universidad de Sevilla y en el Colegio Real de Cirugía de Cádiz. En Madrid recibió preparación en matemáticas, química, física y botánica, disciplinas que serían clave en su proyecto de vida2. En julio de 1757 obtuvo la licencia de protomédico ** ante el Real Tribunal de Protomedicato en Madrid, que lo colocó en la cumbre de la profesión. Fue contactado en 1760 por Pedro Messía de la Cerda, cuando este militar de la marina española fue nombrado virrey*** de la Nueva Granada, quien lo contrató como su médico personal, con el acuerdo de apoyarlo en el desarrollo de una expedición científica en la América hispana, para aprovechar la riqueza nativa de su flora y fauna. Llegó a Cartagena el 29 de octubre de 1760, y a Santa Fe de Bogotá el 24 de febrero de 1761, donde se vinculó como profesor del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde tuvo de alumnos a los frailes Miguel de Isla y Vicente Gil de Tejada, quienes serían los fundadores de la medicina científica de la Nueva Granada. Su proyecto de creación de una empresa científica para identificar las plantas de utilidad médica y alimentaria tuvo un largo periodo de latencia hasta 1783, año en que fue aprobada la Expedición Botánica en esta parte del mundo.3

José Celestino Mutis, mentor de Eloy Valenzuela

El joven Juan Eloy Valenzuela, de 14 años, había sido presentado en Bucaramanga al protomédico Celestino Mutis en el año 1770, durante la fiesta de matrimonio del señor Manuel Mutis Bosio con la joven Ignacia Consuegra, de cuya unión nacerían los primeros bumangueses de apellido Mutis, apellido que luego se esparciría por el resto del país y del continente americano. Celestino aceptó con agrado su rol de tutor, así que ese mismo año lo matriculó en el Colegio Mayor del Rosario en Santa Fe de Bogotá. En 1780, a los 24 años de edad, Eloy Valenzuela se graduó en Teología y Cánones y se ordenó como sacerdote.

Casi de inmediato y por concurso se hizo catedrático de filosofía, matemáticas e historia en el Colegio Mayor del Rosario. Fue llamado por el arzobispo don Antonio Caballero y Góngora para ocupar el cargo de secretario privado de este prelado4.

En abril de 1783, al cumplir los 24 años de edad, cuando se inició oficialmente la Real Expedición Botánica de la Nueva Granada, Valenzuela acompañó al director de la misma en calidad de secretario, y allí al lado de él se convirtió en uno de los personajes de la alta sociedad científica y social neogranadina. En pocas semanas, fue ascendido a subdirector de la Expedición.

José Celestino Mutis debió esperar 23 años para ver cumplida la promesa de dirigir una empresa científica de exploración y descubrimiento de plantas medicinales y alimenticias originarias de la Nueva Granada, que le había propuesto al rey en varias ocasiones. La ayuda del arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora sirvió para descongelar este proyecto, cuando Mutis, decepcionado, ya había abandonado esta aspiración y estaba dedicado a la minería en Mariquita5.

La importancia de las expediciones botánicas de América austral en la flora y en la farmacopea

A mediados del siglo XVII, y luego durante el siglo XVIII, España empezó su declive al verse inmersa en una serie de guerras, tras las cuales empezó a perder varios territorios. En la prolongada guerra de Flandes, que culminó en 1648, España tuvo que reconocer la independencia de los Países Bajos6. Luego, tras la guerra de sucesión Española (entre los descendientes Borbón), de 1701 a 1713, el rey Felipe IV cedió varios territorios a favor de Francia7. Para mejorar su imagen internacional y atenuar las dificultades económicas que ya eran evidentes, el rey Carlos Sebastián Borbón, quien gobernó con el nombre de Carlos III, entre los años 1758 y 1788, decidió impulsar un plan de gobierno que pusiera a España como líder europeo, para lo cual decidió crear las expediciones botánicas.

El título de "Expedición Botánica" hace referencia a las cuatro expediciones científicas que se produjeron entre los años 1778 y 1813, auspiciadas por los reyes Carlos III de España (quien reinó entre 1759 y 1788), el rey Carlos IV (quien reinó entre los años 1788 y 1808) y el rey José I Bonaparte (quien gobernó entre los años 1808 y 1813). Estas expediciones se realizaron en los territorios de Chile-Perú, Nuevo Reino de Granada, Nueva España y Filipinas. La de Chile-Perú duró 6 años; la del Nuevo Reino de Granada, 30 años, y la de Nueva España duró 16 años. Las expediciones botánicas fueron planeadas por España como un conjunto de empresas científicas para acopiar la información de la flora y fauna de sus posesiones ultramarinas con el objetivo de formar un gran archivo en el Real Jardín Botánico de Madrid y en el Gabinete Real de la Corte. Todo el conocimiento se recopilaría en un gran informe científico y se tomarían las ventajas económicas derivadas de estos hallazgos. A mediano y largo plazo, se recuperaría la economía del país y la imagen internacional mediante un conjunto de estrategias que tenían como objetivo la mejoría de las políticas de salud pública, del comercio internacional y el aprovechamiento de los recursos de la agricultura americana8.

Las expediciones botánicas de Perú, México y Filipinas

Expedición Botánica al Virreinato del Perú y Chile (Flora Peruviana et Chilensis o La aventura andina) (1778-1784): con una duración de 6 años, fue dirigida por Hipólito Ruiz López, Joseph Dombey y José Antonio Pabón9. En 1792, salió a la luz la publicación de la Flora Peruviana y Chilense y, en 1794, se publicó la obra Prodomus de la Flora de Perú y Chile. Se describieron aproximadamente 3000 especies de plantas nuevas10, entre las cuales se destacó la Cinchona peruviana Mutis, dado que la quina en su momento fue la planta de mayor importancia sanitaria de ultramar.

La Real Expedición Botánica de Nueva España (1787-1803): esta amplia zona de América era un enclave económico de España, pues de allí provenía la mayor cantidad de oro para las arcas del imperio ibérico. Esta expedición duró 16 años; abarcó los territorios de la actual California, México, parte de Nicaragua, parte de Canadá (la Bahía de Nutka) y algunas islas del Caribe. Los directores de esta empresa científica fueron el médico militar y botánico español Martín Sessé-Lacasta11 y los médicos-botánicos mexicanos José Mariano Mociño y Juan Domingo del Castillo. Fueron descubridores de una amplia variedad de aves, entre ellas la Quiscalus palustris y Quiscalus mexicanus, que en la costa colombiana se conocen como "María Mulata"12; y del ave nacional de Guatemala, el quetzal (bautizado como Pharomachrus mocinno, en honor a Mociño)13.

La expedición botánica de Filipinas o expedición mundial de Malaspina14 y Bustamante : se realizó entre 1789-1794 (duró 5 años, pero con solo 10 meses de trabajo intensivo en el año 1792). Fue dirigida por el naturalista Juan de Cuéllar, botánico de la Real Compañía que se concentró en productos cultivados en esa región, como el añil (para teñir las mantas de color azul), la pimienta negra (que da un agradable sabor ligeramente picante a los alimentos) y la canela (que da buen sabor y olor a los alimentos). De allí surgieron los documentos llamados "Memorial sobre el añil" (1788) y el "Manifiesto o pequeño discurso acerca de la canela de las islas Filipinas comparada con las de Ceilán y China" (1789)15.

La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (hoy Panamá, Colombia, Venezuela y Guyana) (1783-1813): esta empresa hizo un inventario de la naturaleza del Virreinato de Nueva Granada, realizado durante el reinado de Carlos III por José Celestino Mutis como director y por Juan Eloy Valenzuela como subdirector16. Sus objetivos científicos dieron como resultado la clasificación de 20.000 especies vegetales de la actual República de Colombia, la fundación del Observatorio Astronómico de Santa Fe de Bogotá, la creación de un selecto grupo de científicos y artistas que le mostraron al mundo la inmensa riqueza vegetal y animal guardada en sus bosques.

La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada inició labores sólo a partir de abril de 1783, con financiación de las arcas de España. Los trabajos se centraron en Mariquita (Tolima) y en la Mesa de Juan Díaz, hoy conocida solo como La Mesa Cundinamarca, con un equipo liderado por Mutis, en compañía del joven Eloy Valenzuela, de geógrafos, pintores y algunos muleros.

Al trasladarse la administración de la Expedición a Santafé de Bogotá, se unieron a ella importantes pensadores como Francisco Antonio Zea, Francisco José de Caldas, Jorge Tadeo Lozano, Alejo Sabaraín, Sinforoso Mutis y José María Carbonell, todos ellos reconocidos como próceres de la independencia de la Nueva Granada, sin que ello signifique una adherencia de Mutis con ellos en esta causa que afectaba los intereses de su madre patria17. Quizás este esquema de asociación de pensadores sirviera de modelo a quienes en 1859 fundaron la Sociedad de Naturalistas Neogranadinos, considerada la primera agrupación científica de territorio nacional para la enseñanza de las ciencias.

Con la llegada de Pablo Morillo a la Nueva Granada, enviado por el rey Fernando VII, en plan de reconquista de la Nueva Granada, que debía neutralizar los brotes independentistas que lideraba Simón Bolívar desde 1813, encontró brotes de insurgencia entre los científicos de la Expedición Botánica, por lo cual envió los archivos y materiales coleccionados al jardín Botánico de Madrid en 181618.

Los aportes de Mutis y Valenzuela a la Expedición Botánica de la Nueva Granada

Uno de los aportes del médico gaditano José Celestino Mutis fue la demostración de la presencia de la quina nativa en la Nueva Granada, y que la Quina (hoy llamada Cinchona) no era una única especie sino múltiples. Hoy se conocen 19 especies, una de las cuales fue bautizada Cinchona peruviana Mutis, en honor a este naturalista. Mutis dedicó parte de sus escritos científicos a la quina, los cuales plasmó en el periódico de Santafé de Bogotá, bajo el nombre de "El Arcano de la Quina", que se publicó en entregas durante 10 meses desde mayo de 1793. El equipo de dibujantes de Mutis pintó más de 5.000 láminas de las 20.000 plantas atesoradas durante este periodo. Lamentablemente, no quedó un informe organizado, sistematizado, como se había planeado. El naturalista sueco Carl Nilsson Linnaeus, creador de la nomenclatura taxonómica binomial para los seres vivos, le dedicó a Celestino Mutis el nombre de una hierba trepadora de flores rojas o amarillas a la cual bautizó Mutisia clematis19, que en Colombia se conoce con el nombre popular de "clavellina".

Por su parte, Eloy Valenzuela, asistente de Celestino Mutis, escribió el primer diario de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada20, hizo un escrito sobre las quinas granadinas exportadas, describió una turma silvestre (un hongo carnoso) y algunas malvas y gramas. Aunque el científico Francisco Antonio Zea solicitó oficialmente al botánico José Caballines, directivo del Jardín Botánico de Madrid, que se bautizara una planta en honor al presbítero Eloy Valenzuela, por sus aportes a la Expedición Botánica, no hay certeza de que Linneo haya pensado en este personaje colombiano al momento de bautizar el "género Valenzuela" de insectos, que contiene al menos 300 especies.

Valenzuela regresa a Bucaramanga

La estancia de Eloy Valenzuela en esta empresa científica fue corta, pero intensa; se retiró por enfermedad no precisada en mayo de 1784. El contacto directo con las plantas recién descubiertas en la Mesa de Juan Díaz y en Mariquita, al lado de los botánicos, de los químicos y dibujantes, hizo su entrenamiento en los secretos que guardaban la quina, la altamisa-manzanilla, el apio, el cacao, la cebolla, la hierbabuena, el frijolillo, el diente de león, el girasol, el eucalipto, etc. Sus principales aportes a la botánica neogranadina fueron el descubrimiento de la yerba hydrolea (con aplicaciones paliativas para el cáncer para su época), también una especie de grecia, una nueva especie de papa (Cana solera), una nueva variedad de turmas silvestres (hongos ascomicetos) y dos variedades de las malvas, Malvas moñitos y Malvas garay6.

Eloy Valenzuela hizo numerosos escritos de tipo científico, de tipo político y de tipo sociológico, más escritos eclesiásticos y estadísticas de nacimientos y muertes de la región 21,22. Por esta razón, podría ser considerado el primer epidemiólogo de la región.

Las enfermedades prevalentes en Bucaramanga en el siglo XVIII

Las principales características de las enfermedades mortales, descritas por el presbítero Eloy Valenzuela en su diario, y transcritas por el historiador, Dr. Armando Martínez Garnica22, son: la ascitis, la peritonitis, la prematurez (fetos), la úlcera gástrica sangrante, la muerte materna durante el parto, la muerte con convulsiones (eclampsia), el edema generalizado, la insuficiencia renal, el paludismo, la tuberculosis, las gangrenas, la muerte súbita (¿infarto?), la neumonía, el cáncer, la apoplejía sanguínea. El padre Eloy Valenzuela utiliza en su diario algunos términos de difícil comprensión en la actualidad, por lo cual se explican a continuación:

Tabardillo: calentura petequial, tabardete, tabardillo pintado o fiebre petequial eran todos términos sinónimos del mismo estado febril con petequias. En la actualidad, se sabe que el tabardillo es el tifo exantemático, transmitido por el piojo, causado por la Rickettsia prowazekii, caracterizada por una cefalea intensa, debilidad, escalofríos, fiebre alta, estupor y exantema23. La palabra tifo significa estupor, y se refiere a la inconsciencia parcial causada por la fiebre. El conjunto de síntomas del tabardillo se puede comparar con el de una virosis moderada a severa: dolor de ojos, cefalea, mialgias, escalofríos, malestar generalizado y ocasionalmente vómito. Esta enfermedad europea fue traída al Nuevo Reino de Granada con los ejércitos del marqués de Sofraga, en 1630, con una extendida mortalidad tanto en el centro del territorio como en la periferia, especialmente entre los indígenas, pues su sistema inmune no había tenido experiencia con Rickettsias24. En los diarios del padre Valenzuela puede verse la alta frecuencia de esta enfermedad en esta región santandereana.

Dolor de costado o mal de costado: En el siglo XVIII, el dolor de costado se consideraba una enfermedad grave que afectaba uno o ambos lados del cuerpo y estaba acompañado de fiebre. Por lo general, esta dolencia se asociaba con la neumonía o problemas cardíacos. Por el deficiente avance de la ciencia en los siglos XVII y XVIII, "la enfermedad de costado" produjo la muerte de miles de personas en todas las latitudes. Aunque recibía este nombre una variedad de dolencias y de enfermedades pulmonares, hepato-biliares y renales, la mayor parte de las veces se trataba de una apendicitis, que, al no operarse, progresaba a peritonitis y muerte por septicemia. Algunas variedades de enfermedad de costado se complicaban hasta la muerte como consecuencia de los tratamientos con sangrías repetidas y con brebajes de plantas y preparados tóxicos25. También eran denominadas como "dolor de costado", en el argot popular, otras enfermedades mortales como la litiasis renal, el embarazo ectópico roto y, en general, cualquiera de las afecciones que producen abdomen agudo26. Una receta magistral para el mal de costado (apendicitis) era: "Ponese en un pañito la clara de un huebo, y espolboreandole el polbo de pimienta y de agengibre bien molido, se aplica tibio este emplasto, al dolor; y aunque resien puesto suele arreziar; pero a cosa de una hora se comienza a sentir grande alivio"26.

El gálico o morbo gálico: Nombre antiguo dado a la sífilis 27, pues se consideraba de origen francés. También se ha llamado "dolencia pustulosa" o corrupción de la sangre. A su vez, los franceses la llamaban el mal napolitano, los japoneses la denominaban el morbo chino, los portugueses la llamaban la enfermedad española, etc.28. Hasta el siglo XVIII, la sífilis y la gonorrea se consideraban una sola enfermedad. Solo en 1879, el Dr. Albert Neissser identificó el germen causal 29.

Enfermedad del cangro: La palabra cangro fue utilizada en varias partes de Centro y Suramérica para referirse al cáncer, pues el animal que simboliza esta enfermedad y simboliza el cáncer como signo del zodiaco es el cangrejo30.

Tercianas: Del latín tertianus, tercera. Variedad de fiebre intermitente, cuyas crisis reaparecen al tercer día, dejando entre ellas un día de intervalo. Nombre popular antiguo dado a las fiebres que se presentan de manera intermitente como ocurre con el paludismo31.

Tisis: Nombre antiguo dado a la tuberculosis pulmonar. Este término viene del latín phthisis, que es sinónimo de tuberculosis.

Apostemado: La palabra postema32 es una aféresis de la palabra griega apostema, un término antiguo para referirse al pus. Apostemado significa Infección e inflamación del tejido del organismo caracterizado por la hinchazón y la acumulación de pus33.

Los tratamientos dispensados en la época de Eloy Valenzuela

Como era de esperarse, los tratamientos más utilizados para los malestares y para las enfermedades de los bumangueses eran a base de emplastos de yerbas o de zumo de las mismas, drenaje de abscesos, inmovilización de las heridas, sangrías, oraciones, dádivas económicas a Dios y a los santos.

Entre las hierbas más utilizadas estaban el zumo de guaco bejuco; el zumo de almoraduz; el culantro; el cimarrón; los paños de vinagre; los fomentos de agua bendita; los ladrillos fogueados en los pies; las tomas de aceites; el jugo de limón; hervido de manzanilla; caldo de pollo con verdolaga; la triaca en vino; el zumo de altamisa; los caldos diuréticos; el crémor de tártaro; tragos de aguardiente; lavativas intestinales; bebedizos con nitro, con crémor o con tamarindo; jarabes de zarza, de sasafrás y de jalapa; el guanaco para la sífilis o la quina como febrífugo34.

De entre todas las terapias utilizadas en la época, sobresalen la sangría y la cesárea post-mortem, como tratamientos extremos, de los cuales solo supimos de su existencia en Bucaramanga, gracias al diario de Eloy Valenzuela.

Las sangrías: desde épocas prehistóricas y hasta finales del siglo XVIII, se creyó en el mundo que el cuerpo estaba compuesto por cuatro humores (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla), y que las enfermedades eran producto del desequilibrio de la cantidad de esos humores. Galeno creía que la sangre era el humor que más se alteraba, razón por la cual se requería estabilizar mediante el empleo de diuréticos o de vomitivos, pero si el enfermo no mostraba mejoría (cefalea, fiebre, apoplejía), se debía recurrir a la extracción de la sangre sobrante, mediante sangrías con sanguijuelas (la saliva de las sanguijuelas contiene anticoagulante (hirudina, inhibidor de la trombina), vasodilatador, analgésico y antimicrobiano (hialuronidasa)35, o con agujas en los vasos arteriales o venosos36. Cuanto más grave fuera la enfermedad, más sangre se sacaba. El defensor de las sangrías, François-Joseph-Víctor Broussais, podía llegar a recomendar hasta cincuenta sanguijuelas a la vez. El abuso de las sangrías para malestares banales, y aún para trastornos mentales37, llevó al rechazo paulatino de esta práctica38. Desde la edad media, se prohibió a los clérigos ser sangradores, razón por la cual se dejó este oficio a los legos. A la práctica de la sangría se refería el padre Valenzuela en varias partes de su diario (citado por el historiador Armando Martínez 24), una de las cuales dice así: "El señor M.O. V. se desgonzó para atrás y dio la primera y última boqueada. No volvió a dar señales de vida, aunque se le hicieron sangrías en los brazos de donde salió sangre renegrida".

La cesárea post mortem39,40: una de las normas que más tuvo impacto en la realización de la cesárea de las mujeres que fallecían embarazadas fue la Real Cédula de Aranjuez, publicada el 13 de abril de 1804, para los dominios de Indias (que incluían a América) e islas Filipinas, la cual establecía la obligación de realizar la operación cesárea a las mujeres embarazadas que fallecían, con el propósito de extraer la criatura para suministrarle el sacramento del bautizo. Esa cédula tenía fuerza de ley para los territorios mencionados, en cabeza del cura párroco, como máxima autoridad sobre este procedimiento quirúrgico, quien asignaba al facultativo de la región (cirujano, médico u otra persona que hiciera las veces de cirujano) para realizar la operación, con la condición necesaria de comprobar el fallecimiento de la materna. Las normas, tanto para comprobar la muerte como para realizar la cirugía, habían sido establecidas en 1801 por el Colegio de Cirugía de San Carlos y avaladas por el Protocirujanato de San Carlos41.

En 1804 recayó en cabeza de don Juan Gutiérrez, canónigo de Santafé de Bogotá, la obligación de realizar la cesárea post mortem en la Nueva Granada, por directriz de la Real Cédula de Aranjuez del 13 de abril de 1804, aplicable a los territorios de América y Filipinas42. Este documento establecía las normas generales para realizarla, tales como la de avisar al cura párroco y al cirujano. En el pueblo donde no hubiere facultativo, se designaría "al sujeto que creyeren de mejor talento, destreza e idoneidad para realizar la cesárea con preciso arreglo a la instrucción"43 (en esa categoría caen los carniceros y probablemente los matarifes).

En el año 1785 muere en Bucaramanga el sacerdote Martín Suárez de Figueroa, por lo cual es llamado el padre Eloy Valenzuela en su reemplazo, quien para la época contaba con 30 años de edad. El 4 de agosto de 1786 es nombrado párroco de la Villa de Bucaramanga, una población que para entonces tenía aproximadamente 2100 personas; es entendible que en poco tiempo el cura local los conociera a todos pues debía atender los asuntos relacionados con los rituales religiosos, con su entorno social y con sus condiciones de salud. En Bucaramanga, Eloy Valenzuela se refiere así a la realización de la cesárea post mortem en su diario: "...a la señora A.J.M. la hice abrir para la extracción de la criatura, hallándosele dos hembras de tiempo, haciéndolas bautizar prontamente, aunque sin total evidencia de vida"24.

Valenzuela, el primer estadístico de Santander

Una política de la Iglesia católica, junto a sus sacerdotes, era la encargada de mantener la información aproximada del número de pobladores cobijados por el párroco y de tener información de las condiciones económicas de los residentes. Una ordenanza de 1573 había fijado como indicador social la clasificación de los feligreses en grupos similares por su nivel de ingresos o de propiedades44. En cumplimiento de esta tarea, Valenzuela se dio a la tarea de hacer censos periódicos y de describir la población desde diferentes tópicos, uno de los cuales quedó plasmado en el documento titulado "Anotaciones médicas y Sociales de 1786 a 1833". Se puede concluir, como lo hizo el historiador Enrique Otero D'Costa, que "este fue el primer ensayo demográfico que se hizo entre nosotros"45.

Homenajes a Juan Eloy Valenzuela (1756-1834), el primer médico de Bucaramanga

El preámbulo de este escrito nos sirve para entender el por qué de las expediciones botánicas, qué papel jugaron Celestino Mutis y Eloy Valenzuela en la Real Expedición del Nuevo Reino de Granada, de qué manera Valenzuela se hizo experto en las hierbas medicinales y cómo tomó provecho de sus conocimientos de teología, botánica, filosofía, matemáticas e historia, en su rol de líder social, párroco y médico de los pobladores de la Parroquia de Bucaramanga.

Puede verse, a través de este escrito, que el reconocimiento del presbítero Juan Eloy Valenzuela y Mantilla como primer médico de Bucaramanga no es meramente un gesto de cortesía, sino la obligación histórica para con esta persona que tuvo un papel sobresaliente en la primera empresa científica de nuestro territorio, que rigió los destinos de la salud pública, espiritual y moral de los pobladores de esta villa a quienes "el buen cura" le dedicó los mejores 48 años de su vida.

Como homenaje a su vida y obra, la Facultad de Salud de la UIS bautizó con su nombre uno de sus edificios y exalta a sus mejores investigadores con el Premio Eloy Valenzuela; además se erigió un busto en bronce, realizado por el artista Carlos Gómez Castro a finales del siglo XX, en la calle 35 con carrera 10 de Bucaramanga. Igual recuerdo queda de su experiencia como docente al utilizar su epónimo para el Colegio Tecnológico Salesiano de Bucaramanga, para la biblioteca del periódico Vanguardia, para dos colegios de Bogotá (en Álamos Norte y en la localidad Garcés Navas Oriental-Engativá), para una concentración escolar en Girón y para un barrio de Girón. El jardín botánico de Floridablanca, Santander, lleva su nombre y desde mediados del año 2022 cursa en el Consejo de esa población una propuesta hecha por el Centro de Historia de Girón de bautizar el parque central con este nombre, pues la familia Valenzuela-Mantilla residió en el costado occidental de este parque, en la casa identificada por una placa colocada por la Academia de Historia de Santander. Esa residencia colonial podría convertirse en una casa-museo si los impulsores de esta idea logran su apoyo en el Ministerio de Cultura.

El padre Valenzuela murió el 19 de abril de 1834, víctima de un atentado perpetrado por dos ladrones que lo apuñalaron. El epitafio de su tumba reza: "Ardente pavpervm charitate consvmptvs, hvmanis omni genere divinis praeclarus scientiis" (consumido por la caridad ardiente de los pobres, sobresalió en toda clase de ciencias humanas y divinas).

Referencias bibliográficas

1. García Restrepo A. Ilustración de Juan Eloy Valenzuela y Mantilla [Internet]. 2020 [citado 24 febrero 2021]. Disponible en: Disponible en: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-363/gironLinks ]

2. Álvarez T. José Celestino Mutis y los estudios médicos en la Nueva Granada. Latreia. 2005; 18(2): 218-224. [ Links ]

3. Álvarez S. Balance historiográfico de las principales obras y trabajos de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada y de la vida y obra de su director José Celestino Mutis. Tesis de grado. Bogotá, Repositorio Institucional, Pontificia U Javeriana. 2019. URL: http://hdl.handle.net/10554/46816Links ]

4. Serpa F. El Doctor Eloy Valenzuela. Rev Colomb Cir. 1990; 53: 168-173. [ Links ]

5. Díaz, S. La Real Expedición Botánica. Banrepcultural. 2009; 240. [ Links ]

6. Van der Lem, A. Revolt in the Netherlands: The Eighty Years War, 1568-1648. 1a ed. London: Reaktion Books; 2019. [ Links ]

7. Sanz, C. La guerra de sucesión española. 1a ed. Madrid: Akal; 1997. [ Links ]

8. Arias, JC. Las expediciones científicas españolas durante el siglo XVIII: Expedición botánica de Nueva España. 1a ed. Madrid: Cultura Hispánica;1968. [ Links ]

9. González, A. La Expedición Botánica al Virreinato del Perú. 1 st ed. Barcelona: Lunwerg Editores; 1988. [ Links ]

10. Álvarez, E. Dombey y la Expedición al Perú y Chile. Anal. Inst. Bot. Cavanilles. 1957; 14 (1): 31-129. [ Links ]

11. Real academia de historia DBE [Internet]. Madrid: Real academia de historia; Martín de Sessé y Lacasta. [Citado: 24 de Mzo de 2022]. Disponible en: Disponible en: https://dbe.rah.es/biografias/14859/martin-de-sesse-y-lacasta . [ Links ]

12. Elles UJ. La María Mulata : Un Ave Bochinchera, Aguerrida y Solidaria...En Peligro [Internet]. El universal. 2022 Ene 10 [Citado 2021 Jun 26]. Disponible en: La María Mulata : Un Ave Bochinchera, Aguerrida y Solidaria...En Peligro. | Blogs (eluniversal.com.co) [ Links ]

13. Sessé M, Mociño JM. La Real Expedición Botánica a Nueva España. 1st ed. México: Siglo XXI Editores; 2010. [ Links ]

14. Sagredo R, González J. La Expedición Malaspina en la frontera austral del imperio español. Santiago de Chile: Editorial Universitaria; 2004. [ Links ]

15. Sociedad Geográfica Española [Internet]. Madrid: Sociedad Geográfica Española; 1997-2022. Expediciones científicas españolas a Filipinas; 2019 [Citado 2021 Jul 28]; [6 p.]. Disponible en: Disponible en: https://sge.org/publicaciones/numero-de-boletin/boletin-61/expediciones-cientificas-espanolas-filipinas/Links ]

16. Amaya, JA. Bibliografía de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica; 1983. [ Links ]

17. Díaz-Piedrahíta S. La Ilustración en la Nueva Granada: su influencia en la educación y en el movimiento de emancipación. El caso de Mutis. En: Pino-Moreno R, Alvarez de Castrillón GA. La América hispana en los albores de la emancipación : [actas del IX Congreso de Academias Iberoamericanas de la Historia]. Madrid: Ediciones Jurídicas y Sociales; 2005:167-178. [ Links ]

18. Martínez Martín AF. La Expedición Botánica de José Celestino Mutis. 2021 [citado 2022 octubre 12]. En: El diario de salud [Internet]. Tunja: c2017-2020. Disponible en: Disponible en: https://eldiariodesalud.com/catedra/la-expedicion-botanica-de-jose-celestino-mutisLinks ]

19. Ramírez N. Mutisia clematis. 2021 [citado 2021 octubre 09]. En: Wikipedia, La enciclopedia libre [Internet]. San Francisco. Disponible en: Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Mutisia_clematisLinks ]

20. Valenzuela y Mantilla JE. Primer diario de la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. 2a ed. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica ; 1983. [ Links ]

21. Wikipedia. Juan Eloy Valenzuela y Mantilla. California: Wikipedia, La enciclopedia libre;; [Internet] 2022 agosto 27 [Citado 15 de octubre 2022], Disponible en: Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Eloy_Valenzuela_y_MantillaLinks ]

22. Martínez, A. Juan Eloy Valenzuela y Mantilla, escritos 1786-1834. Bucaramanga: editorial UIS; 2006. [ Links ]

23. Diccionario Histórico de la Lengua Española [Internet]. Madrid: Real academia española. 2018 - [Citado 18 de Octubre 2021]. Disponible en: Disponible en: https://www.rae.es/dhle/Links ]

24. Rodríguez R. La historia del tabardillo en Colombia. Rev Med. 2022; 44(2): 220 - 226. [ Links ]

25. Holguín EP, Martínez N, Gutiérrez MJ, Herreros B. El médico: Medicina en la Edad Media. Rev Med Cine. 2021; 17( 2 ): 93-101. [ Links ]

26. Tuta E, González JC, Briceño I, Sierra D, Gómez A Manejo del mal de costado, una receta médica en el Nuevo Reino de Granada. Gac Méd Caracas. 2021;129(4):975-980 [ Links ]

27. Crosby Jr, Alfred W .The Early History of Syphilis: A Reappraisal. Am Anthropol. 1969; 71 (2): 218-227. [ Links ]

28. Tampa M, Sarbu I, Matei C, Benea V, Georgescu SR. Brief History of Syphilis. J Med Life. 2014; 7 (1): 4-10. [ Links ]

29. Echeverría VL. Girolamo Fracastoro y la invención de la sífilis. História, Ciências, Saúde-Manguinhos. 2010;17(4):877-884. [ Links ]

30. Diccionario de la Lengua Española [Internet]. Madrid: Real academia española . 2018 [Citado 2021 Oct 22]. Disponible en: Disponible en: https://dle.rae.es/Links ]

31. Bueno, E. Fiebres tercianas, sequías y lluvias torrenciales en el Alicante del Setecientos. Rev Mod Hist. 2017;(35):377-409. [ Links ]

32. Diccionario panhispánico de dudas [Internet]. Madrid: Real academia española ; 2005 [Citado 2021 Agos 17]; [aprox. 1 p.]. Disponible en: Disponible en: https://www.rae.es/dpd/Links ]

33. Wikcionario, el diccionario libre [Internet]. California: Wikipedia, La enciclopedia libre . 2002. Postema; 2022 Ene 27 [Citado 2021 Jun 22]; [aprox. 1 p.. Disponible en: Disponible en: https://es.wiktionary.org/wiki/postemaLinks ]

34. Ronderos, P. Epidemias en el Nuevo Mundo: las pestes del siglo XVI. Revista Medicina. 2020; 42(2): 222-225. [ Links ]

35. Vera C, Blu A, Torres M. Sanguijuelas, parásitos presentes ayer y hoy. Rev Chil Infect. 2005; 22(1): 32-37 [ Links ]

36. Criado C. El arte de la sangría y sus cuidados en la enfermería española del siglo XVIII. [trabajo de grado]. Madrid, España: Universidad Complutense de Madrid. 2018. Disponible en: https://eprints.ucm.es/id/eprint/55079/1/CRIADO_FLORES_C_TFG.pdfLinks ]

37. Ramos de Viesca B, Aranda A, Dultzin B, Viesca C. La sangría como recurso terapéutico en las enfermedades mentales en el México del siglo XIX. Rev Psiquiatr Salud Ment. 2002;25(6): 53-58. [ Links ]

38. Hidalgo, C. Sangrías en el tabardillo o tifo cuando se complica con congestión cerebral. Gac Méd México. 1866;2(1): 1-2. [ Links ]

39. Real Cédula para que en los dominios de Indias a Islas Filipinas se ajuste la operación Cesárea, en forma que previene la instrucción que se acompaña.1804;73(4). [ Links ]

40. Sánchez F. La cesárea post mortem. Rev. Colomb. Obstet. Ginecol. 1963;14(3):327-331. [ Links ]

41. León, J. Tratado de Obstetricia. Buenos aires: Ediciones Científicas Argentinas. 1ed. Buenos Aires. Científica argentina;1956. [ Links ]

42. Fotocopia de la Real Cédula de Aranjuez que regula la cesárea post mortem. http://historia. anasnc.senatics.gov.py/uploads/r/archivo-nacional-de-asuncion/1/8/18294/PY-ANA-SH-73n4-29-33.pdfLinks ]

43. Sánchez F. La cesárea post mortem. Rev. Colomb. Obstet. Ginecol. 1963. 14(3):327-331. [ Links ]

44. Solano, SP. La construcción de los censos de población del Nuevo Reino de Granada a finales del siglo XVIII. El taller de la historia.2014. 7(7):41-99 [ Links ]

45. D'Acosta O: Anónima vida del R.P. Eloy Valenzuela. Rev. Estudio, 1932; 2 (11): 282- 302. [ Links ]

¿Cómo citar este artículo? Alarcón-Nivia M. Tributo a la vida y obra de Juan Eloy Valenzuela y Mantilla, el primer médico de Bucaramanga. MÉD.UIS.2022;35(3): 117-125. DOI:https://doi.org/10.18273/revmed.v35n3-2022012

Recibido: 25 de Septiembre de 2022; Aprobado: 27 de Noviembre de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons