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Cuadernos de Lingüística Hispánica

Print version ISSN 0121-053XOn-line version ISSN 2346-1829

Cuad. linguist. hisp.  no.42 Boyacá July/Dec. 2023  Epub Dec 29, 2023

https://doi.org/10.19053/0121053x.n42.2023.16080 

Lenguaje y comunicación

Los ataques a los políticos en las columnas de opinión sobre pandemia*

Attacks on Politicians in Opinion Columns about Pandemic

Les attaques contre des politiciens dans des colonnes d'opinion au sujet de la pandémie

Os ataques a políticos nas colunas de opinião sobre a pandemia

1 Profesora titular de Lengua Española y Traducción, Università degli Studi Suor Orsola Benincasa di Napoli, Italia. sara.longobardi@unisob.na.it


Resumen

En este artículo se examinan las columnas de opinión sobre la gestión política de la crisis surgida a causa de la pandemia de COVID-19 y se averigua qué diferencias se detectan en los ataques a la clase política gobernante en relación con la orientación ideológica del periódico de procedencia. A partir del marco teórico-metodológico del análisis del discurso con un enfoque lingüístico-pragmático y a través del uso de las humanidades digitales se lleva a cabo el análisis cualitativo de cuarenta columnas de opinión, textos que se consideran útiles para analizar los principales recursos lingüístico-argumentativos y discursivos en uso. A pesar de que se hallen críticas al Gobierno en todos los artículos del corpus, los resultados demuestran que los ataques descorteses más violentos proceden de periódicos con ideología política opuesta y están dirigidos a la deslegitimación de las medidas emprendidas para afrontar la situación.

Palabras clave: lingüística-pragmática; (des)cortesía; columna de opinión; COVID-19; humanidades digitales

Abstract

This paper examines the opinion columns on the political management of the crisis that arose from the COVID-19 pandemic and finds out what differences are detected in the attacks on the ruling political class about the ideological orientation of the newspaper of origin. Starting from the theoretical-methodological framework of discourse analysis with a linguistic-pragmatic approach and through digital humanities, a qualitative analysis of forty opinion columns is carried out. These texts are useful for the analysis of the main linguistic, argumentative and discursive resources in use. Even though criticism of the government is present in all the articles in the corpus, the results show that the most violent and rude attacks come from newspapers of opposite political ideology and are aimed at delegitimizing the measures taken to deal with the situation.

Keywords: linguistic-pragmatics; rudeness; opinion column; COVID-19; digital humanities

Résumé

Cet article examine les chroniques d'opinion sur la gestion politique de la crise surgit à cause de la pandémie de COVID-19 et on cherche à établir quelles différences sont détectées dans les attaques à l'encontre de la classe politique au gouvernement par rapport à l'orientation idéologique du journal d'origine. A partir du cadre théorico-méthodologique de l'analyse du discours avec une approche linguistique-pragmatique et à travers l'utilisation des humanités numériques, une analyse qualitative de quarante colonnes d'opinion est réalisée, des textes jugés considérés rentables pour analyser les principales ressources linguistiques-argumentatives et discursives utilisées. Malgré la présence des critiques au Gouvernement recouvrées dans tous les articles du corpus, les résultats montrent que les attaques impolies les plus violentes proviennent de journaux aux idéologies politiques opposées au gouvernement en place et visent à délégitimer les mesures prises pour faire face à la situation.

Mots-clés: linguistique-pragmatique; (im)politesse; chronique d'opinion; COVID-19; humanités numériques

Resumo

Este artigo examina as colunas de opinião sobre a gestão política da crise surgida em decorrência da pandemia de COVID-19 e averigua quais diferenças são detectadas nos ataques à classe política dominante em relação à orientação ideológica do jornal de origem. Com base no referencial teórico-metodológico da análise do discurso com abordagem linguístico-pragmática e por meio do uso das humanidades digitais, realiza-se uma análise qualitativa de quarenta colunas de opinião, textos considerados úteis para analisar os principais recursos linguístico-argumentativos e discursivos em uso. Apesar de a crítica ao Governo estar presente em todos os artigos do corpus, os resultados mostram que os ataques mais violentos e indelicados vêm de jornais com ideologia política oposta e visam deslegitimar as medidas tomadas para lidar com a situação.

Palavras-chave: linguística-pragmática; (im)polidez; coluna de opinião; COVID-19; humanidades digitais

Introducción al estudio y descripción del corpus

Durante el periodo de emergencia sanitaria causado por la difusión del coronavirus, comúnmente llamado COVID-19, la opinión pública a menudo se dividió en cuanto a los temas importantes relacionados con la pandemia, como las medidas adoptadas para frenar la propagación del virus, las restricciones dirigidas a ese mismo objetivo, la obligación a vacunarse, por citar algunos ejemplos. En todos los periódicos españoles fue posible leer noticias relativas a diferentes aspectos de la pandemia que han dado lugar a múltiples debates. En las columnas de opinión, en particular, la proliferación de ideas acerca de dichos temas encuentra terreno fértil, ya que se trata de un espacio mediático propicio a la expresión de diferentes puntos de vista acerca de temas de actualidad que, a su vez, llaman la atención de la población y sobre los que los lectores quieren conocer la opinión de voces de reconocido prestigio (Mancera Rueda, 2008). Los columnistas construyen verdaderos textos argumentativos en los que defienden su posición ofreciendo argumentos convincentes a su favor e intentan convencer al lector para que la comparta. La columna de opinión es, por lo tanto, un texto adecuado y favorable para analizar -en el marco teórico-metodológico del análisis del discurso, con un enfoque lingüístico-pragmático- tanto los mecanismos lingüístico-discursivos como los usos estratégicos de la (des)cortesía que se detectan para perseguir fines argumentativos y persuasivos.

A partir de dichas premisas, en este trabajo se pretende investigar las opiniones ofrecidas a los lectores españoles en torno a la gestión política de la crisis pandémica. En concreto, el objetivo es analizar los ataques dirigidos a los políticos e indagar qué diferencias existen entre las críticas lanzadas contra ellos según la ideología del periódico de donde proceden. Para ello, se ha construido un corpus de estudio compuesto por cuarenta columnas de opinión disponibles en la red y recabadas en las hemerotecas digitales de algunos de los periódicos más leídos en España (20 Minutos, El Español, El Mundo, El País, La Razón, Ok Diario) que presentan perfiles ideológicos diferentes. En la Tabla 1 se indican los datos relativos al corpus utilizado.

Tabla 1 Columnas y periódicos del corpus de estudio 

Periódico Número de artículos por periódico TOTAL
20 Minutos 7 40
El Español 4
El Mundo 6
El País 11
La Razón 5
Ok Diario 7

En la primera columna de la Tabla 1 se indican, por orden alfabético, los nombres de los periódicos del corpus de estudio; en la segunda, se señala el número de columnas de opinión de cada periódico y, por último, en la tercera, se halla el número total de columnas que componen el corpus.

Los periódicos son de orientaciones ideológicas diferentes. 20 Minutos se sitúa en la zona central; El Español se autodefine del centro, pero los datos indicados por el Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública de la Universidad de Valencia (GIPEyOP) y el grupo Mediaflows -que estudia el nivel de influencia que ejercen los medios de comunicación- señalan que su línea ideológica tiende hacia la derecha (Carrillo Expósito, 2021); El Mundo y La Razón se ubican a la derecha ideológica; El País, a la izquierda ideológica y Ok Diario se coloca abiertamente en la extrema derecha, es liberal y profesa el nacionalismo español (Sánchez Gutiérrez & Nogales Bocio, 2018, citados por Carrillo Expósito, 2021, p. 13).

Los artículos que componen el corpus se publicaron entre marzo de 2020 y diciembre de 2021 y trataban diferentes aspectos relacionados con la emergencia COVID-19 que, en ese momento, estaban en pleno debate. Pese a que en estas columnas se abordan cuestiones controvertidas, emerge, sin duda, un aspecto fundamental, un mínimo común denominador: el ataque al Gobierno. En la mayoría de ellas, en efecto, se detectan acusaciones a los políticos por no adoptar un comportamiento recto, por cometer errores en la comunicación y, sobre todo, por no gestionar bien la situación de crisis.

Marco teórico y metodología

La metodología empleada es el análisis del discurso a partir de una perspectiva lingüístico-pragmática (Fuentes Rodríguez 2017). La lingüística pragmática es un tipo de análisis que se desarrolla con base en las consideraciones de los modelos modulares de Roulet (1991) y de la lingüística textual de Adam (1990, 2004). Según este enfoque, todos los elementos que influyen en la construcción de un texto (elementos morfosintácticos, fonéticos, semánticos, aspectos cognitivos, características de la situación comunicativa, intención de los hablantes) se organizan en tres niveles (microestructural, macroestructural y superestructural) y cuatro dimensiones (enunciativa, modal, informativa y argumentativa) que permiten configurar las relaciones y las funciones de las distintas partes del discurso.

Como marco teórico de referencia se considera la teoría de la argumentación en la lengua, propuesta por la escuela francesa (Anscombre & Ducrot, 1994; Ducrot, 2001; Plantin, 2015), en cuya línea se enmarcan investigaciones más recientes que se centran en el análisis de las estrategias lingüísticas que se utilizan en los textos argumentativos y persuasivos (Fuentes Rodríguez & Alcaide Lara, 2002, 2007; Fuentes Rodríguez, 2021). Asimismo, se tienen en cuenta los estudios sobre la (des)cortesía desde una perspectiva comunicativa y discursiva (Bravo, 2003, 2004; Locher & Watts; 2005, Fuentes Rodríguez, 2020) y el concepto de imagen social (Bravo, 1999, 2002; Spencer-Oatey, 2007; Fuentes Rodríguez, 2013), distinguiendo entre imagen de sí o imagen de autonomía e imagen grupal o imagen de afiliación (la del grupo con el que se identifica el individuo) (Bravo, 2004). En particular, el estudio de la (des) cortesía se aborda desde la pragmalingüística, para enfocar el empleo de elementos lingüísticos en determinados contextos y cómo se usan en función de las intenciones del hablante para provocar ciertos efectos en el destinatario, considerando también los factores del entorno extraverbal (Fuentes Rodríguez, 2020).

Otro punto de referencia fundamental para este estudio es el cuadro ideológico propuesto por Van Dijk (1998), según el cual el discurso no puede estudiarse por separado de su ideología: todo discurso perpetuado por los grupos sociales o instituciones se construye sobre una determinada base ideológica para difundir la ideología en la que se funda y, de este modo, preservar el poder del grupo que difunde el discurso. Por ideología se entiende una forma de cognición social compartida por los miembros de un grupo, que representa la identidad del grupo, así como las relaciones con otros grupos. Los grupos construyen su discurso (y sus prácticas discursivas) basándose en una determinada ideología que es potencialmente opuesta a la de sus adversarios (Fairclough, 2013). De hecho, las ideologías de grupo se desarrollan en relación con otros grupos sociales, para competir o interactuar con ellos. Los miembros del grupo tienen un autoesquema ideológico y también necesitan formar una representación esquemática de otros grupos relevantes; esta representación del otro muestra generalmente una tendencia negativa; en otras palabras, las ideologías tienden a polarizarse entre nosotros y ellos, entre endogrupos y exogrupos (van Dijk, 1998).

El corpus de estudio se analiza a través del software Atlas.ti, una herramienta digital que ayuda al investigador durante el análisis cualitativo de los textos y facilita su labor a la hora de cuantificar los datos y representar esquemáticamente los resultados. Además de la clasificación de fragmentos de texto a través de etiquetas (Apply Codes), Atlas.ti permite llevar a cabo diferentes tipos de análisis, como, por ejemplo, el Sentiment Analysis (análisis de sentimientos), para asociar contenidos expresados en el texto a sentimientos positivos, negativos o neutrales. Estas, en particular, son las funciones que se revelan más rentables para este trabajo.

Resultados del análisis de las columnas de opinión sobre pandemia: contra los políticos

A través de la función applay codes del software Atlas.ti, empleado para el análisis cualitativo de textos, ha sido posible: atribuir etiquetas a los fragmentos de texto en los que aparecen referencias a la clase política (257 etiquetas), clasificarlas como "ataques" en los casos correspondientes (243 etiquetas), verificar la sistemática coocurrencia de dichos ataques con sentimientos negativos detectados mediante el análisis de sentimientos (la totalidad de los ataques aparecen concomitantemente con la expresión de sentimientos negativos) y, por último, observar también las coocurrencias de la etiqueta "ataques" con determinados temas. Gracias a esta última función se ha podido constatar que los artículos del corpus de estudio que contienen ataques directos al Gobierno se enfocan principalmente en tres aspectos diferentes: una minoría de ellos (15 casos) se centra en el comportamiento de los políticos, muchos plantean críticas a su comunicación (57 casos) y la mayoría de las columnas tratan de la gestión de la crisis (208 casos). Por estas razones, el análisis se divide en los siguientes tres párrafos: el (mal) comportamiento de los políticos, (problemas de) la comunicación de los políticos, la (mala) gestión de la crisis por los políticos.

El (mal) comportamiento de los políticos

Algunas columnas que incluyen recriminaciones contra los políticos se refieren a su comportamiento durante la pandemia; en concreto, a la conducta adoptada en cuanto fue posible acceder a la vacuna.

Léanse dos ejemplos1 extraídos de periódicos con orientación ideológica diferente:

Era lo que nos faltaba. La pandemia de coronavirus ha degenerado en una enfermedad moral. No se puede explicar de otra manera la actitud de todos los cargos públicos que se han apresurado a saltarse las normas para vacunarse, o vacunar a sus familiares, antes de que llegara su turno. (...) nos hallamos ante la prueba más clamorosa de la falta de calidad humana y moral de demasiados servidores públicos. Ese problema sobrevivirá a la pandemia. Y será quizás más difícil de solucionar (El País, "Inmorales", Almudena Grandes, 25/01/2021).

La decepción nos embarga a todas horas. Llegaron las vacunas prometidas pero la promesa se tornó evanecente para los de abajo y objeto de deseo incofesado para los de arriba, que corrieron a vacunarse de tapadillo. (.) Es muy español esto de saltarse la cola. Pero, esta vez, romper el orden de preferencias en el acceso al pinchazo ha topado con una inesperada ola calvinista contra las vacunaciones indebidas (El Español, "Todos somos pandemia", Carmen Rigalt, 27/01/2021).

Como se ve, el tema es el mismo: se culpa a los líderes que se arrogaron la facultad de vacunarse primero sin tener derecho alguno. También algunas estrategias son comunes a las dos columnas. De hecho, tanto en el primer texto como en el segundo, se usa el nosotros para referirse a la población española. Se trata de una estrategia para crear discursivamente un grupo cohesionado (Bolívar, 2005), en el que se incluyen los columnistas, opuesto al grupo de los políticos, al que se hace referencia con el uso de la tercera persona plural, que subraya la distancia y la diferencia entre los dos bandos. Sin embargo, el tono de las dos columnas es diferente. En la primera columna se usa un lenguaje metafórico: la falta de moralidad de los políticos se denomina enfermedad moral y se califica como un problema más difícil de solucionar que la propia pandemia. Se ofrece una descripción de la situación y una reflexión más profunda acerca de su significado. En la segunda, en cambio, se pretende provocar al lector e incitarlo a que reaccione. Para este fin, se emplea un léxico coloquial -saltarse la cola, pinchazo- que sirve para crear complicidad con el lector (Porroche Ballesteros, 2012). De este modo, mediante la estrategia argumentativa de la emoción (Alcaide Lara et al., 2016; Santibáñez, 2020) se apela a los sentimientos de indignación y decepción de los ciudadanos.

(Problemas de) la comunicación de los políticos

Muchas críticas levanta la comunicación de los políticos. Se les inculpa de usar las metáforas equivocadas para propósitos de autopromoción política, como se lee a continuación:

Todo el mundo sabe lo que es una guerra y todos sabemos que esto no lo es. Sin embargo, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Donald Trump afirman que sí, que esta es nuestra guerra. También lo escucho mucho en la tele y en los periódicos. Y es peligroso que se utilice esta metáfora porque se trata de una imagen políticamente inflamable y peligrosa. (.) Lo de Trump lo entiendo, porque sabe cómo abonar a su electorado, pero lo de Europa no tiene perdón. Y lo de Sánchez no tiene nombre. Cada vez que usa la metáfora de la guerra está dando munición a sus enemigos políticos (.). La imagen del mundo del héroe (hombre) que va a la guerra y después regresa a casa y a la paz la llevamos encima desde Homero. Sin embargo, leímos mal aquella historia. La leímos con mentalidad de varón, que es como hemos leído todas las historias. Sin embargo, si Ulises pudo volver porque Penélope lo esperaba en casa. Ella es el personaje heróico, la que se enfrenta a Troya sin salir de casa, la que hace posible la memoria y el sentido, la que tiene ternura en las manos para responder a la violencia (El País, "Esto no es una guerra", Nuria Labari, 03/04/2020).

La columnista usa una metáfora, un recurso de gran eficacia argumentativa (Santibáñez & Osorio, 2011), cuando dice que la metáfora de la guerra es una imagen políticamente inflamable. La periodista explica que hablar de la pandemia a través de la metáfora de la guerra es una estrategia de comunicación de todos los políticos, estadounidenses y europeos -y, obviamente, por tanto, también de Sánchez- para crear un imaginario colectivo en el que puedan ser considerados héroes de guerra una vez superada la situación de crisis. Se trata, por tanto, de una instrumentalización del momento de grave dificultad provocado por la pandemia. En esta columna se lleva a cabo una reflexión acerca de la peligrosidad de dichos usos metafóricos en la comunicación política que no son constructivos y se explica que, en cambio, se debería usar la semántica del cuidado y de la ternura, que es lo que realmente necesitábamos en una situación como la que se vivía en aquel momento. La organización textual refleja la divergencia entre la mala comunicación de los políticos y la comunicación que sería necesaria. El movimiento argumentativo de la columna, de hecho, está marcado por una serie de sin embargo -conector que establece una oposición de argumentos en contra de lo previo (Fuentes Rodríguez, 2009a)- que señala el contraste entre lo que dicen los políticos y lo que deberían hacer en realidad, poniendo de relieve la inexactitud de su comunicación.

Otra acusación frecuente es la falta de transparencia en la comunicación, como se observa aquí:

Incluso grandes logros, como el desarrollo de varias vacunas contra el virus en un tiempo récord, se ven enturbiados por estas mismas tendencias: la falta de transparencia en la financiación, gestión y distribución de aquellas, así como en la comunicación sobre sus beneficios y riesgos, a lo que se suma su instrumentalización política (El País, "Melancolía", Olivia Muñoz-Rojas, 30/08/2021).

Aquí también se habla de los errores en la comunicación política, en concreto, se les acusa a los políticos de "falta de transparencia" al dar noticias relativas a la vacuna. Aun así, son mucho más contundentes los ataques dirigidos a los políticos desde los periódicos de derecha. Véase el ejemplo a continuación:

Su Sanchidad es tan magnánimo que, además de pagar de su peculio el coste de las vacunas - vacunas cuya compra no gestionó la Unión Europea, como malintencionadamente algunos fascistas quieren hacer creer (.) - ahora encima nos la ha inoculado a todos sin distinción de nuestro origen, sin preguntarnos nuestras creencias y ni quiera hemos tenido que demostrar que habíamos votado a Pedro Sánchez Castejón, presidente del Gobierno de España por gracia de comunistas, golpistas, proetarras y bolivarianos. Todos te debemos la vida, Pedro. ¡Aplausos! (Ok Diario, "Gracias por vacunarme, Pedro", Liberal Enfurruñada, 14/09/2021).

En este artículo no se comparte una reflexión acerca de lo equivocada que es la comunicación política, sino que se trata de un ataque descortés directo a la persona, Pedro Sánchez, que representa la oposición, el exogrupo. Se señala una manipulación de la comunicación con propósitos personales, se denuncia la difusión de noticias no verdaderas para crear una determinada imagen de sí con el objetivo de autopromoverse. Se le acusa de su manía por protagonizar la escena política y de venderse como héroe-salvador a través de la atribución de méritos que no le son propios.

El ataque directo a Sánchez se construye mediante el recurso a la ironía, mecanismo argumentativo empleado para destruir la imagen social de Sánchez y señalar como falsas y ridículas sus afirmaciones. De ahí que se le llame "su Sanchidad", a través de una transformación irónica del nombre, para burlarse de su intento autopromocional indicándolo como algo exagerado. La ironía es la clave de lectura de la columna entera. En efecto, se trata de un recurso de gran eficacia argumentativa usado para resaltar las contradicciones del punto de vista opuesto al del emisor y orientar al destinatario del texto hacia su conclusión. Dicha estrategia prevé la inversión total del sentido literal primitivo del enunciado (Ducrot, 2001); por lo tanto, "magnánimo", "te debemos la vida", "aplausos" son para interpretarse en sentido irónico.

Otra acusación hacia la falta de transparencia en la comunicación de los políticos se lee en la columna siguiente:

En lugar de restricciones, cuéntese la realidad de la situación, para tranquilizar a la población, promuévase todavía más la vacunación para los recelosos, y distribuyase la vacuna entre los países que no cuentan con ella, y continuemos con nuestra vida normal. Sólo así podremos salir adelante y volver a vivir con normalidad. Si no, empobreceremos y empeoraremos nuestra salud física y mental, destruyéndonos como sociedad (Ok Diario, "Prudencia sí, histeria no: la economía debe seguir", José María Rotellar, 06/12/2021).

Se les inculpa de no contar la verdad. El intento de despertar el sentido comun de los políticos está lingüísticamente representado por una suma de imperativos impersonales ("cuéntese", "promuévase", "distribuyase") que simbolizan la voz de la ciudadanía que se levanta contra la mala comunicación durante la pandemia. El columnista se incluye en el endogrupo, lingüísticamente representado con el nosotros, es decir, entre los que demandan la verdad y una gestión mejor al exogrupo, o sea, los políticos de ideología opuesta que están en el Gobierno.

Otra crítica al Gobierno acerca del tipo de comunicación utilizada; en concreto, sobre la terminología en uso para definir la situación de ese momento, se lee en este periódico que se situa en la zona central.

Con todo el respeto y con toda la humildad, me cuesta entender la decisión de la Real Academia Española de incorporar la expresión 'nueva normalidad' al Diccionario. (.) Y algo tendrá que ver que la primera vez que mi memoria, no histórica, recuerda que se utilizara esta locución fue en China en 2012 con el Gobierno de Xi Jinping para bautizar el nuevo horizonte de vida que emergería tras la crisis de 2008. (.) La libertad se gana cada día y no se impone. En cambio, la normalidad es un concepto basado en la planificación y en el colectivismo, lo contrario exactamente que el individualismo. En la nueva normalidad, la iniciativa ya no es privada queda bajo el control del Gobierno y de toda la artillería burocrática. (.) La nueva normalidad es un bien común para sus defensores, pero el bien común viene impuesto por quien nos gobierna, y no representa la suma de bienes individuales. Porque cuando el gobierno crece, disminuye la libertad (20 minutos, "La nueva normalidad", Mario Garcés, 23/12/2021).

Se le acusa al Gobierno de promocionar la etiqueta "nueva normalidad" subrayando que, en realidad, se trata de una práctica discursiva que esconde lo que realmente es: la privación de la libertad individual. La crítica es muy dura aquí, se habla de "imposición" por parte de "quien nos gobierna". A través del "nos" el columnista crea un espacio ideológico en el que incluye al lector y a sí mismo, que se encuentra en contraposición con las decisiones del Gobierno. Como se lee en el apartado siguiente (la (mala) gestión de la crisis por los políticos), en este artículo -procedente de un periódico del centro- se toca un tema muy recurrente en los periódicos de derecha: la identificación de la acción política de la oposición con la privación de la libertad del ciudadano.

La (mala) gestión de la crisis por parte de los políticos

La mayoría de las críticas a los políticos detectadas en las columnas del corpus tienen que ver con la mala gestión de la situación de crisis. Tanto periódicos de izquierda como de derecha acusan a los políticos de no haber manejado bien la situación durante la pandemia. Sin embargo, hay diferencias entre los ataques descorteses que van en su contra.

Acerca de la mala gestión política, léase el siguiente fragmento procedente de una columna de opinión de El País:

A cada momento la política española se va volviendo más tóxica que el virus de la pandemia. Día tras día, desde principios de este septiembre desolador, las noticias sobre el aumento de los contagios y las muertes las hemos visto agravadas por el espectáculo cochambroso de la discordia política, de la ineficacia aliada al sectarismo, de la irresponsabilidad frívola que poco a poco va mutando en negligencia criminal. La política española es tan destructiva como el virus. Contra el virus llegará una vacuna, e irán mejorando los tratamientos paliativos; contra el veneno español de la baja política no parece que haya remedio (El País, "La otra pandemia", Antonio Muñoz Molina, 27/09/2020).

Los ataques descorteses a la imagen social de los políticos constituyen un acto comunicativo de descortesía genuina (Brenes, 2009). El léxico empleado tiene connotación negativa (tóxica, desolador, cochambroso, discordia, ineficacia, irresponsabilidad frívola), y se emplea como recurso lingüístico para acusar a los políticos de mala gestión. Además, la presentación de dicho léxico en el texto se organiza según la figura retórica del clímax, hasta llegar a las acusaciones más violentas: negligencia criminal, política destructiva, veneno español de la baja política, aunque los ataques que se les dirigen se limitan a criticar su gestión. En El Español, en cambio, no se les acusa simplemente de no ser eficaces o capaces de solucionar la situación, sino que se critica en concreto la medida (confinamiento) emprendida por los opositores, es decir, el exogrupo, en virtud de la cual los políticos de izquierda son acusados de ser unos "recluidores":

Es interesante resaltar esa coincidencia entre los políticos de izquierdas recluidores, empeñados en aplicar confinamientos, que en caso de España han sido más intensos y extensos que en cualquier otra democracia occidental. A pesar de ello, nuestros resultados globales han sido peores y con un efecto sobre la economía española completamente letal según reconoce el Fondo Monetario Internacional (El Español, "Convivir o sucumbir con el virus", Guillermo Gortazár, 28/10/2020).

La definición empleada, "recluidores", desvela un propósito preciso del emisor: se trata de un acto descortés de ataque directo contra la imagen grupal del exogrupo. La (des)cortesía se utiliza de manera claramente estratégica según la intención del hablante de provocar en el lector una determinada reacción (Fuentes Rodríguez 2009b). Se puede observar, además, un ataque ad hominem (Plantin, 2015). Como podemos leer, se critica la acción política de la izquierda, cuya consecuencia se define completamente letal para la economía española. Aquí, completamente actúa como modificador realizante (Anscombre & Ducrot, 1994): el adverbio, de hecho, de por sí no tiene connotación ni positiva ni negativa, pero amplifica el contenido designativo del elemento al que acompaña, letal, así negativamente connotado. De este modo, marca la extensión de la predicación e intensifica la argumentación (Fuentes Rodríguez, 2009a) en contra de los políticos de izquierda.

Del mismo modo, en otras columnas procedentes de periódicos de derecha se apunta de manera contundente al fracaso completo de la gestión política, como ya se desprende claramente del título de algunas de ellas, por ejemplo, "Covid-19: un fallo multiorgánico" (El Mundo, Montserrat Gomendio, 02/04/2021).

Otras veces, se señalan a los opositores políticos por falta de reacción frente a la situación: "Sobre la muerte de 12.665 personas, sólo silencio. Un silencio, para mí, culpable. Es sorprendente la ausencia de debate sobre cómo combatimos tan mortífera plaga" (El Mundo, "12.665 muertos y cero preguntas", Iñaki Gil, 22/02/2021). Los políticos son culpables por su "silencio", palabra que se repite dos veces para dar legitimación y fuerza al discurso, según el mecanismo de la reiteración (Fuentes Rodríguez, 2016). Además, aparece antepuesta por el operador argumentativo solo que marca la valoración subjetiva de insuficiencia de la reacción al gran número de muertos, indicando el silencio como un elemento posicionado en el punto bajo de la escala argumentativa (Fuentes Rodríguez, 2009a).

Acerca de la ineficacia de la acción política, léase otro ejemplo:

Ya está aquí, y hará estragos. Lo sabemos todos, pero nadie hace nada, o casi nada, al respecto. Es como si, colectivamente, hubiéramos decidido someternos a la cuarta ola, creyendo que no se puede evitar. Aunque se pueda. (...) Con un porcentaje de vacunación que raya el absurdo, con una politización extrema de las distintas estrategias en la lucha contra el mismo adversario y con el frente electoral de Madrid barnizando cada detalle del debate público, España se ha convertido en el territorio perfecto para que esa cuarta ola impacte con toda vehemencia. Ahora sólo queda esperarla. (.) Quisimos "salvar la Navidad" y nos hundimos en una tercera ola que habría sido evitable. A pocos días de la gran celebración de la Semana Santa cabe preguntarse: ¿qué puede ir mal esta vez? (El Español, "La cuarta ola", Ángel F. Fermoselle, 31/03/2021).

El columnista empieza con una denuncia a la inmovilidad de los políticos frente a la pandemia y sigue acusándolos de la instrumentalización política de la gestión de la situación que ha conllevado la falta de acción. Señala, a través del uso de ahora, que las consecuencias no tienen solución y que no cabe sino esperar que las cosas vuelvan a empeorar. Dicho argumento se evidencia, además, a través del dialogismo: el uso estratégico de la pregunta retórica sirve para involucrar directamente al lector en el movimiento argumentativo con el fin de persuadirlo a compartir su punto de vista (Fuentes Rodríguez, 2010).

Un tono muy agresivo presentan las siguientes columnas, procedentes de periódicos de derecha que identifican las medidas emprendidas por el Gobierno para afrontar la crisis pandémica con la privación de la libertad de la ciudadanía. Léase el ejemplo a continuación:

Acéptalo todo sin chistar, no serás más un rostro, ni un nombre, ni unas huellas dactilares, serás una vacuna inyectada en un brazo. Un cuerpo a la merced de los banqueros y las farmacéuticas. Francamente, cada día el mundo da más asco. (...) ¿Podrán los adolescentes que en gran mayoría todavía no han sido vacunados acceder a un mercado libremente? Claramente no. Es una responsabilidad vacunarse. Sí. Pero debiera ser una responsabilidad mediante libertad de elección. No puede ser que si no se tiene el pasaporte sanitario no se consiga entrar en los lugares más normales del mundo. Porque de lo contrario, no le llamemos libertad a esto que ya pocos sabemos de qué se trata (Za Razón, "Contra el pasaporte sanitario", Zoé Valdés, 18/07/2021).

Tras evidenciar la relación entre intereses económicos y la imposición de la vacuna por parte del Gobierno, el columnista hace una pregunta retórica, una interrogación que va directa al lector, para despertar su atención e involucrarlo directamente con el movimiento argumentativo que se lleva a cabo. Enseguida, se utiliza la conjunción "pero" que, en este caso, desencadena discursivamente un sentido cercano a la concesión o a la reserva argumentativa (Fuentes Rodríguez & Alcaide Lara, 2007), marcando un movimiento contraargumentativo. De hecho, mediante la utilización de "pero", el periodista contrapone a la argumentación del Gobierno (vacunarse es una responsabilidad) una acusación significativa: esta responsabilidad coincide con la falta de libertad de elección. Retoma el concepto -dos líneas más adelante- a través de un imperativo negativo ("no le llamemos libertad") que subraya la relación entre la medida del pasaporte sanitario y la falta de libertad.

El mismo tema se afronta también en esta otra columna:

Limitar el derecho a no vacunar que es lo que pretenden los gobiernos regionales o centrales de algunos países supone una restricción a los derechos individuales básicos como la libertad, honor, dignidad y el derecho a decidir. Por tanto, pretender etiquetar como ultraderechistas a aquellos que han decidido no vacunarse es una simplificación excesiva de la realidad. (.) Y la reacción generalizada de los gobiernos afectados por los disturbios es seguir acusando a grupos extremistas de dicha situación. Lo mismo que los dirigentes del Antiguo Régimen hicieron cuando no se quisieron enterar de las demandas de un pueblo extenuado ante la ausencia de derechos y libertades. (.) El actual problema de credibilidad y de legitimidad de los ciudadanos con sus gobiernos en Europa es sólo el comienzo de una crisis más larga que puede desestabilizar el territorio. Ya se dan los ingredientes perfectos para un polvorín que puede saltar por los aires con cualquier chispa (Ok Diario, "La calle ya no aguanta más", Jorge Mestre, 22/11/2021).

Aquí se reivindica el derecho a no vacunarse, se habla de restricciones a los derechos individuales. El tono se hace muy agresivo. De hecho, la comparación entre el Gobierno, que hace caso omiso a las protestas de los ciudadanos que no quieren vacunarse, y el Antiguo Régimen es un acto descortés muy fuerte contra el grupo enemigo para proteger al endogrupo y preparar al mismo tiempo el terreno al ataque sucesivo: se acusa al Gobierno de no dar credibilidad ni legitimidad a sus ciudadanos, se le imputa la ausencia de derechos y libertades, empleando una argumentación ad hominem (Plantin, 2015). La descortesía, pues, se emplea conscientemente, con una función argumentativa, como una opción orientada a conseguir el objetivo comunicativo que se ha marcado el hablante: provocar unas inferencias y, sobre todo, una reacción en el otro (Fuentes Rodríguez, 2009b).

Otro ataque violento se observa en la columna a continuación:

El año pasado se anunció que con las vacunas que estarían disponibles tras el verano, la pandemia quedaría vencida definitivamente. Ahora tenemos no una ni dos, sino bastantes vacunas a nuestro alcance, la población ha iniciado la tercera inoculación, y la explicación que recibimos de la preocupante situación es que una variante sudafricana de nombre ómicron ha entrado en juego y ha cambiado totalmente el escenario anunciado, obligando a establecer restricciones a la población casi como hace un año. (.) ¿Puede alguien extrañarse que ante una situación así haya ciudadanos que digan ¡basta ya! y se nieguen a ser vacunados hasta no disponer de explicaciones solventes acerca de lo que sucede? Calificar de conspiranoicos y negacionistas a quienes a estas alturas simplemente exigen respuestas claras, es una manera de callar voces críticas o discrepantes impropia de países y sociedades plurales y democráticas. Si la referencia mundial sanitaria es la OMS, financiada en gran medida por las grandes corporaciones farmacéuticas que producen las vacunas, se cierra el círculo de la razonable desconfianza, mientras el pasaporte Covid y las sanciones a los que nos someten con tanta discrecionalidad recuerdan demasiado a Orwell. Ahora parece que estemos ante la pandemia de nunca acabar. Inmunidad no se ha conseguido, pero rebaño parece que sí. Quizás hay que mirar más a lo alto y no tanto a esta presunta ciencia (Ok Diario, "La pandemia de nunca acabar", Jorge Fernández Díaz, 06/12/2021).

En este artículo se argumenta la defensa de los que se niegan a vacunarse. La pregunta retórica orientada ("¿Puede alguien extrañarse que ante una situación así haya ciudadanos que digan ¡basta ya! y se nieguen a ser vacunados hasta no disponer de explicaciones solventes acerca de lo que sucede?") deja como posible solo una respuesta: es justo negarse a ser vacunado desde el momento en el que no hay transparencia acerca de lo que está pasando. De este modo, la imagen grupal del

conjunto de ciudadanos que se niegan a vacunarse queda protegida. La acusación que sigue es mucho más dura: se habla de "callar voces". El ataque al exogrupo ("ellos") se hace todavía más violento con la comparación entre el Gobierno y los sistemas totalitarios descritos por el escritor Orwell. Sigue otro ataque descortés a las personas que, según el léxico empleado por el columnista -para despertar la emoción del lector-, "se someten" a la vacuna, mereciéndose la denominación de rebaño. Por último, el cautivador juego de palabras "inmunidad no se ha conseguido, pero rebaño parece que sí" cierra con eficacia el discurso de la columna al despertar hilaridad en el lector y al involucrarlo en el encadenamiento argumentativo para persuadirlo a compartir el punto de vista expresado. En definitiva, en esta columna queda patente cómo se usa estratégicamente la (des)cortesía en el discurso, es decir, cómo se aprovechan ciertos mecanismos descorteses según la intención comunicativa del emisor de perseguir determinados objetivos argumentativos que, en este caso, son convencer al otro y, al mismo tiempo, proyectar una imagen grupal de poder (Fuentes Rodríguez, 2020).

Conclusiones

El análisis de las columnas de opinión permite averiguar qué ideas se han difundido en la sociedad española acerca de la clase política gobernante a partir de las voces de referencia para el público lector que, por un lado, está interesado en conocer el punto de vista de sus columnistas favoritos y, por otro, busca confirmación de lo que piensa en la voz de periodistas de prestigio. La mayoría de los artículos que componen el corpus de estudio tratan temas debatidos y controvertidos que han generado contrastes y divisiones en la población: argumentos en pro y en contra de la vacuna, libertad de elección acerca de la vacunación, límites entre la libertad personal y el respeto por la sociedad, restricciones justas/injustas, derecho a conocer los hechos. Asimismo, los resultados del análisis llevado a cabo a través del software Atlas.ti indican que la gran mayoría de las columnas incluyen ataques al Gobierno, fundamentados en diferentes aspectos de la gestión política de la situación de crisis causada por la pandemia, es decir, el comportamiento adoptado, la comunicación y las acciones emprendidas. Es preciso destacar que periodistas que escriben tanto para periódicos de izquierda como de derecha se expresan contra la clase política en el Gobierno, recriminando la falta de transparencia acerca de lo que ocurre y acusando a los políticos de actuar de manera equivocada, a veces hasta inmoral. Sin embargo, se ha podido observar que los ataques dirigidos al Gobierno presentan determinadas especificidades que varían según la orientación política del periódico de procedencia, lo que demuestra no solo que es posible relacionar determinadas posturas con una específica ideología de la que el periódico es portavoz, sino que se rastrean ciertas características en la argumentación y en las estrategias lingüístico-discursivas que los columnistas emplean para criticar a los representantes de ideologías políticas opuestas. De hecho, como se ha observado, los articulistas de periódicos de izquierda expresan una blanda decepción o un cierto escepticismo respecto a las decisiones y acciones emprendidas por las autoridades, por lo que, más bien, se trata de reflexiones acerca de lo que está pasando, comentarios sobre los hechos de actualidad. En lo concerniente a las estrategias discursivas empleadas en estas columnas, se detecta el uso de la ironía para buscar la complicidad del lector con el fin de que comparta el punto de vista expresado. Al contrario, en los periódicos de derecha hay fuertes críticas a los políticos de la oposición que están en el poder, ataques descorteses para atacar al grupo opuesto, finalizados a agredir su imagen para desautorizar su ejercicio. Las violentas críticas que lanzan tienen el propósito de deslegitimar las medidas emprendidas para afrontar la situación, las decisiones tomadas en relación con las restricciones, con la obligación de vacunarse o la de tener un pasaporte sanitario. En estas columnas se privilegia el uso estratégico de la emoción para provocar a los lectores con el propósito de que reaccionen y se indignen.

Por último, los resultados demuestran que gracias a un enfoque lingüístico-pragmático se puede explicar no solo el funcionamiento de los principales recursos y mecanismos utilizados en la columna de opinión para alcanzar objetivos persuasivos, sino también se puede dar cuenta de los usos estratégicos de la (des)cortesía en el discurso para conseguir un fin argumentativo.

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1 Los textos del corpus se transcriben tal y como aparecen en los artículos, incluyendo errores ortográficos y tipográficos.

Forma de citar este artículo: Logonbardi, S. (2023). Los ataques a los políticos en las columnas de opinión sobre pandemia. Cuadernos de Lingüística Hispánica, (42), e16000 https://doi.org/10.19053/0121053X.n42.2023.16080

Recibido: 02 de Junio de 2023; Aprobado: 25 de Julio de 2023

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Artículo de investigación

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