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Iatreia

Print version ISSN 0121-0793

Iatreia vol.17 no.2 Medellín Apr./June 2004

 

EDUCACIÓN MÉDICA

 

Manuel Uribe Ángel medico visionario

''Hay en él algo de Hugo, bastante de Franklin, mucho de San Vicente de Paúl'' Luis Eduardo Villegas

 

 

TIBERIO ÁLVAREZ ECHEVERRI M.D

 

DOCTOR TIBERIO ÁLVARZ ECHEVERRI, Anestesiólogo y Tanatólogo, Profesor, facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia

 

 


 

 

INTRODUCCIÓN

NACIÓ EN ENVIGADO el 4 de septiembre de 1822. Cuando joven fue ayudante de Nicolás de Villa Tirado ''perito en el arte de curar'' pero sin estudios académicos. En 1836 estudió la carrera literaria en el Colegio Mayor de nuestra Señora del Rosario, donde cursó con provecho latinidad y lo que por aquellos tiempos se apellidaba filosofía. En 1844 recibió el título de doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Central de la República. En los años de 1846 y 1847, estuvo en Ecuador y recibió de la Universidad Ecuatoriana de Quito, el honorífico título de Doctor en Medicina y Cirugía. Entre 1849 y 1853 estuvo en Estados Unidos y sobre todo en Paris. Donde se especializa. A esta ciudad regresará en varias ocasiones. Años más tarde estaría en Méjico y las Antillas. Estado en Nueva York, en 1875, según recuerda el historiador Roberto Luis Jaramillo fue tildado de ''Sabio Uribe Ángel''; según dice en una de sus cartas, una noche en que la colonia española  celebraba una fiesta literaria en conmemoración de la muerte de Cervantes, leyó un discurso y este fue tan bien recibido  que le mereció precisamente el sobrenombre de sabio.

Cuando regresa en 1853, se establece en Medellín e inicia uno de los periplos más importantes que personaje alguno haya realizado en Antioquia. Según recuerdan sus biógrafos  y se deduce de sus escritos, Uribe Ángel fue médico y cirujano, botánico, orador, presentador de libros, escritor de relatos de viaje, investigaciones médicas, cuadros de costumbres, cuentos, novelas, cartas, biografías, historias, reflexiones filosóficas y relaciones geográficas; crítico de arte, fundador de museos y academias, asesor de gobernantes, profesor, empresario, periodista y político. Siempre se preocupó por enseñar y mostrar el camino a seguir. Fue asesor en la fundación de la universidad de Antioquia y de su escuela de medicina y uno de sus primeros profesores. También participó en la dirección del Hospital San Juan de Dios y más tarde, en la fundación de la Academia de Medicina de Medellín, de la academia Antioqueña de Historia, del Museo de Zea, del Manicomio de Bermejal y uno de los principales animadores de la construcción del ferrocarril de Antioquia

 

EL ESCRITOR

COMO RECUERDAN Dora Elena Tamayo y Hernán Botero, ''nos encontramos con un médico que escribe, y de los que mas bien lo han hecho... apoco que se avance en el estudio de su vida, de su obra,  nos encontramos con el historiador, con el etnógrafo, con el geógrafo, con el botánico, con el biógrafo, con el narrador y con el crítico literario''. Escribió ensayos sobre la Etnología Antioqueña. Álvaro de Oyón y Francisco Pizarro; escribió a demás la novela Pedro Serrano, pero sobre todo, son importantes sus obras: la medicina en Antioquia, trabajo dedicado por el autor a la Sociedad de Medicina y ciencias naturales de Bogotá en febrero de 1881 y Geografía General y Compendio Histórico del Estado de Antioquia en Colombia, publicado en la imprenta de Víctor Goupy y Jourdan, en 1885. Otros escritos suyos, según el doctor Francisco A. Uribe, son: Fiebre de cáncer y sus variedades, Auxilio que deben darse a los ahogados, Historia y propagación de la lepra, Contagio de lepra, Diagnóstico diferencial entre el mal de San Antón y la Lepra Griega, Patogenia de la Elefantiasis, Curación de la mordedura de serpiente, La medicina en la zona tórrida y acción erosiva de las aguas; estudios biográficos y necrológicos de varios médicos y por último Recuerdo de un viaje de Medellín a Bogotá, donde escribió que ''un viaje no es otra cosa que un catecismo, un libro de escuela, una obra académica en forma de preguntas y respuestas''.

Sus relatos literarios se relacionan con la desmitificación histórica como ''El teniente romero, Me la conoció el Nariñito, Un gorro de dormir a cambio de un obispado, Un episodio colombiano, bolívar poeta, otros textos de su propia invención, como: Los dos hermanos,  Don Juan del campo, hospitalidad antioqueña, Come-candela, La llorona; también, la aproximación a personajes históricos con aspectos costumbristas, como El gallo. Estos escritos hacen parte de la compilación que hicieron Dora Elena Tamayo y Hernán Botero, publicada por la editorial de la Universidad de Antioquia (mayo 2000). Estos relatos ''se refieren básicamente a los ideales del hombre antioqueño de la segunda mitad del siglo XIX: el valor del trabajo, el sentido de la colonización, la paz social, la riqueza, la religión y aún imágenes de ensoñación utópica, como elementos esenciales de la cultura...la trascendencia de los temas, el tratamiento feliz  a que los somete, junto con su asombrosa competencia descriptiva –sin hablar del estilo-, garantiza al lector una satisfacción estética de elevado''.

La mayoría de sus artículos médicos los publicó en Anales de la Academia de Medicina de Medellín fundada en 1887 aun activa. Allí describe enfermedades, operaciones, críticas, terapias y lecciones todavía vigentes para los médicos que luchan por salvar la vida   de los neonatos e peligro, donde muestra sus dotes de científico pero también de escritor con rasgos líricos, sobre la manera de reanimar a un recién nacido, dice que en un día de 1881,  después de practicar inútilmente varias insuflaciones de aire por medio de una sonda, colocó al niño en un baño de agua tibia donde continuó las maniobras de respiración artificial según los preceptos básicos, con la ayuda de un colega ''Así comprimíamos alternativamente los arcos costales, el esternón, el epigastrio y continuábamos con las  insuflaciones de aire, una vez por medio de la sonda y otra por la aplicación e nuestra boca a la boca del niño, siendo de notarse que el empuje que dábamos a nuestro aliento, nos devolviera el aire, cuando comprimíamos el pecho...''

 

EL PROFESOR

EN EL MES DE JULIO DE 1871 el doctor Pedro Justo Berrío, Presidente del Estado Soberano de Antioquia, autorizado por la ley 198 del 14 de octubre, expedida por la legislatura del mismo año, dictó el decreto del 14 de diciembre por el cual se establece la Universidad de Antioquia en el edificio que servía de Colegio del Estado, con sus Escuelas de Literatura y Filosofía, Ingeniería, Ciencias Naturales, Medicina y Jurisprudencia. En la Escuela de Medicina, los cursos se iniciaron en 1872 con 17 estudiantes repartidos en las cátedras de anatomía, física, fisiología y patología. Los primeros profesores fueron los doctores Paulino Flórez Arteaga de química orgánica; Pedro Herrán de química mineral; Andrés posada Aragón de botánica; Julián Escobar Fernández de anatomía descriptiva e histología; Fabricio Uribe de patología interna; Aureliano Posada de fisiología y patología general; Julio Restrepo Arango de Farmacia, Manuel Uribe Ángel  de anatomía topográfica, clínica terapéutica y materia médica y Justiniano Montoya Ochoa y José Ignacio Quevedo Amaya de otras materias.

A demás de jurado calificador y profesor, Uribe Ángel siempre dio el tono para que los estudios y las hechuras de la medicina antioqueña siguieran adelante no obstante las vicisitudes.

 

EL MÉDICO DE LAS FOTOGRAFÍAS

EN 1875, con motivos de la celebración del segundo centenario de la ciudad de Medellín, Alejandro Barrientos, presidente del consejo, invitó a las agremiaciones que habían tomado parte, a entregar sus respectivas banderas e insignias para que fueran conservadas hasta la época del centenario venidero, junto con la descripción de la fiesta, los retratos de los principales funcionarios y algunos objetos simbólicos de entonces. Entre los organizadores principales figuró el doctor Manuel Uribe Ángel, el representante médico por excelencia, cuya fotografía fue guardada junto con la de otros hombres influyentes, con fotos de Medellín de la época. El fotógrafo oficial, según el sello distintivo, fue Pastor Restrepo. La fotografía muestra de frente a Uribe Ángel, con la mirada dirigida a la derecha, con el cabello y la barba blancos, saco cruzado de grandes solapas, camisa blanca de cuello duro y corbata negra de rayas blancas. Al pié de la foto figura la firma del maestro (fotograbado de la carátula).

Quizás el registro fotográfico más completo del maestro lo logró Melitón Rodríguez. El más famoso es aquel donde aparece sentado, recostado tenuemente sobre una mesa redonda donde hay un libro abierto. En sus manos tiene los anteojos. Este retrato de Manuel Uribe Ángel de 1897. ''es una presencia palpable: la designación de un nudo: aquél de la estirpe de un pueblo todavía enraizado'' (Alberto Aguirre). Otra foto, tomada posiblemente el mismo día que al anterior lo muestra de frente, con la misma chaqueta, en el mismo sillón, la barba blanca, con bastón y con cachucha parecida a la de los ferroviarios franceses.

Uno de sus contemporáneos, Luis Eduardo Villegas, describe ''fotográficamente'' al maestro: ''Estatura regular; tez blanca arrebolada por la sangre bajo el imperio de la más ligera excitación espiritual; cabellos rubios en la primera parte de la vida y completamente canos a los sesenta años; rostro de forma caucásica; frente amplia y ligeramente corva en el extremo superior; ojos garzos, desteñidos, que penetraban los objetos,  anunciando al investigador por naturaleza y por hábito; nariz afilada; boca mediana y de labios delgados; barba algo saliente y de contorno suave; pecho angosto; remos cortos; manos y pies pequeños; poquísima grasa y músculo no abultado, pero si muy potentes; he aquí a brochazos, lo físico del doctor Manuel Uribe Ángel. Cuando le conocimos, en 1877, le dañaba algo cierta giba, poco desenvuelta, pero suficiente para atenuar un tanto la muy estética impresión del conjunto...''. En relación con su forma de escribir recuerda Villegas, que ''Dejaba empezado un cuento, para escribir un capítulo de geografía. Cortaba el capítulo de geografía para darse una disquisición histórica. Truncaba la disquisición histórica, para extender una receta. Extendía la receta, tornaba a escribir el cuento''.

Sin duda que tenía buena presencia le maestro. Según Gonzales Ochoa, ''En Colombia no hay mujeres ni hombres; son muñecos babosos. ¿Donde hay gente buena moza como el doctor Manuel Uribe Ángel, don castro Ochoa, Tomás Quevedo? La tal democracia acabó con el suramericano, pues hizo mezclar al acaso las múltiples razas (Revista Antioquia, diciembre, 1936). Y agregaba que a demás tenía ancha presencia propia del hombre a quien la verdad viene a él: ''Al que tiene le será dado'' por eso dicen que hay ''hombres ayudados''. Algo de ancha presencia tuvieron aquí en Medellín, el doctor Uribe Ángel, los padres Quiroz y Muñoz, jesuitas (revista de Antioquia, noviembre, 1939).

 

LA RECETA PARA COLOMBIA

EN 1881, Alberto Urdaneta, editor del Periódico Ilustrado de Bogotá le pidió a Uribe Ángel un comentario al libro que pensaba editar. La respuesta del 16 de febrero, acompañada de un grabado de su figura fue la siguiente:

''Mi querido Alberto:

Para adorno del bello libro que con genio de eminente artista está usted formando, tiene necesidad de que: los poetas le den brillante versos: Ya los tiene; los pensadores lindos discursos: Ahí están; Los filósofos máximas profundas: También las tiene. Un médico podrá apenas darle consejos de salud. Yo intento dárselos, no para la suya, a Dios gracias, me parece lujosa y opulenta, sino para Colombia atacada de grandes enfermedades y amenazada por otras peores.

Recibe: caridad ampliamente practicada para evitar el consumismo que la invade, tolerancia para conseguir la paz, benevolencia para arreglar sus pasiones delirantes, unción contra la anarquía (remedio del Libertador), instrucción para procurarse hombres, educación para formar pueblo, trabajo para enriquecerse y... libertad racional para ser inmensamente grande.

Si no se aplican estos medicamentos, puede usted desde ahora vestir luto para asistir a sus funerales.

Su cordial amigo per vitam aeternam.

M. Uribe Ángel

Bogotá 16 de febrero de 1881.

 

LAS TEORÍAS DE PASTEUR EN ANTIOQUIA

COMO SE DIJO, URIBE ÁNGEL fue uno de los fundadores de la academia de medicina de Medellín, en 1887, y su primer presidente. Se debatían y aceptaban entonces en el mundo científico, las teorías de Pasteur. Muchos médicos recién graduados de la Universidad de Antioquia y académicos, estudiaron en Paris: algunos de ellos tuvieron cerca del sabio o de sus asistentes: entre ellos el doctor  Juan Bautista Montoya y Flórez quien estudió con Roux y Nicole. De esta manera fueron conocidos y discutidos los temas de la generación espontánea, la antisepsia, el carbón o ántrax y la profilaxis de la rabia. Sin embargo, los cambios no fueron automáticos. Fue necesario discutir, criticar comparar experiencias, intercambiar correspondencia y mostrar las bondades  de las nuevas teorías. Así, poco a poco se pasó de los aires mefíticos y la podredumbre de los hospitales a los microbios como causantes de las enfermedades. En la sesión de la academia de medicina de Medellín, del 2 de abril de 1888, se discutieron aspectos de la asepsia en las operaciones, Uribe Ángel, presidente de la Academia, hablo dela incertidumbre que sufrían aun las teorías micróbicas especialmente en lo relativo al origen de los pequeños organismos que miramos como causa exclusiva      de no pocos estados patológicos, sobre las posibilidades de su existencia en germen o estado latente en el organismo, en el cual se guardan para desarrollarse en ocasión propia como un traumatismo. Citó entre los oradores del pasado, al Señor Doctor José Upegui quien se servía casi siempre de una barbera para corta; al Doctor Jervis, al Doctor Fausto Santamaría, notable por su atrevimiento, por la lentitud con que ejecutaba cada paso de la operación y por la especialísima circunstancia de preferir, para nadar mas lentamente, un bisturí algo tomado de orín (óxido).de estos cirujanos dijo que obtenía los mismos resultados que los jóvenes de hoy con su ''spray'' y sus vendajes a la Lister. Concluyó diciendo que él mismo y el doctor Ignacio Quevedo, habilísimo operador, y el Doctor Rodríguez, obtuvieron repetidas veces resultados admirables sin más antiséptico que el agua fría y limpia, y esto en operaciones de suma gravedad como desarticulaciones del hombre o la rodilla. En resumen, dijo que ''en la ciudad y en las condiciones del momento no había motivos para retroceder en una operación grave por falta de antisépticos...''. Agregó el Doctor Uribe Ángel ''sobre la necesidad de una reforma a los estudios médicos adaptables a nuestra zona, nuestro clima y nuestra raza. Que la discusión sobre los antisépticos era prueba de que la medicina y la cirugía, sin dejar de ser unas en esencia en los diferentes países, admitían diferencias de detalle que era preciso estudiar...''.

 

LOS HOMENAJES AL HIPÓCRATES CRISTIANO

OCHO AÑOS ANTES DE SUMUERTE, ocurrida el 16 de junio de 1904, la ciudadanía de Medellín le ofreció un homenaje. Los periódicos de la ciudad publicaron parte de sus escritos. Se realizaron desfiles, conciertos, poemas, coplas  la entrega de una medalla de oro, con adornos simbólicos en la cual estaba inscrito lo siguiente: ''La sociedad Medellinense al eximio ciudadano Doctor Manuel Uribe Ángel, septiembre 4 de 1896''. En el periódico El Espectador se publicó la siguiente tarjeta de Jesús Escobar C.

Es gloria de las letras colombianas,
Cultivador insigne de la ciencia:
Descúbrete, lector, ante sus canas,
Y su nombre preclaro reverencia;
Ni la ambición, ni la codicia humanas
Enturbien el cristal de su conciencia;
Solo cifra este médico su anhelo
En hacer bien y prodigar consuelo.

 

EL PREPARADOR DE CONGRESISTAS EN EUROPA

SEGÚN EL HISTORIADOR Jorge Humberto Márquez Valderrama, el Doctor Manuel Uribe Ángel fue le preparado de preparar al médico Ignacio Gutiérrez Ponce, representante del Gobierno Colombiano en el Congreso Internacional de Médicos Cirujanos de Copenhague en agosto de 1884, cuando se propuso presentar el mayor número posible de datos sobre la medicina, la práctica médica y su enseñanza en Colombia  y el tipo de patologías para acreditar el diplomado colombiano en Medicina, ante las facultades europeas; '' Fue Uribe Ángel quien preparó al representante colombiano para que estuviera en capacidad de aspirar a tomar parte en las discusiones y deliberaciones del congreso... ambos pertenecen a la doctrina aerista y neohipocrática de los aires, las influencias y los miasmas...''

 

COLOFÓN

URIBE ÁNGEL, es el ángel de la medicina antioqueña. Ejerció la profesión, luchó para que se dieran los estudios médicos,  propuso programas académicos, investigó las enfermedades, dio aliento para no desfallecer, escribió sobre las hechuras médicas, fue profesor y fundador de la Academia de Medicina de Medellín y transfirió a esta ínsula montañera los avances científicos de París, la meca médica de entonces. Fue defensor como el que más, de las actuaciones éticas de los médicos y de todo lo que tuviera que ver con Antioquia. Por el deseo de que las cosas marcharan mejor escribió en 1881, ''Mal pudiera yo afirmar que nuestra situación a este respecto sea satisfactoria. Carecemos de un antiteatro anatómico; no tenemos pabellón quirúrgico; las vivisecciones nos son desconocidas; los laboratorios vienen con la paz y se van con la guerra; hay ausencia  completa de las bibliotecas; los museos no existen; las colecciones de historia natural tampoco; las juntas académicas no se han formado aún: la escuela está por reunirse; la universidad embrionaria y el profesorado sin vigor... en una palabra, acción individual, entusiasmo aislado, interés sin conexiones prácticas, sin estímulo, sacrificios sin adecuada recompensa; pero deseos eminentemente puros por el progreso de nuestras facultades, es todo de que podemos disponer y todo lo que revela una promesa''.

 

BIBLIOGAFÍA

1. ÁLVAREZ ECHEVERRY. T. Historia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia (no publicada)         [ Links ]

2. NARANJO VILLEGAS A. anotaciones para una historia de la medicina. Medellín., edición especial, 1992.         [ Links ]

3. JARAMILLO RL. Edición crítica al libro Geografía General del Estado de Antioquia en Colombia, de Manuel Uribe Ángel. Medellín, ediciones Autores Antioqueños, volumen 11, 1985.         [ Links ]

4. LOZANO PILAR. Manuel Uribe Ángel, el médico y geógrafo que amó a su país. Bogotá. Conciencias, 1998.        [ Links ]

5. TAMAYO O, DORA H, BOTERO RH. Compiladores. Manuel Uribe Ángel Narrador. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia. Señas de Identidad. 2000. 412p        [ Links ]

 

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