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Iatreia

Print version ISSN 0121-0793

Iatreia vol.19 no.2 Medellín Apr./June 2006

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

Estudio descriptivo sobre la situación actual del ejercicio de la pediatría en Antioquia, 2004 – 2005

Descriptive study of the current status of the pediatric practice in Antioquia

 

 

Juan Camilo Jaramillo Bustamante1; Alejandro Marín Agudelo1; Luis Fernando Gómez Uribe2; Juan Fernando Gómez Ramírez2;Johans Edwin Navas Lenis3; William Cornejo Ochoa2

1. Residente de III año de Pediatría. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. E–mail: juancajara@epm.net.co
2.Docente del Departamento de Pediatría y Puericultura. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia.
3.Estudiante de Medicina. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

 

'Para aquellos profesores que aún nos hablan de las cosas importantesque
nos inquietan con los fantasmas de una dura realidad e incitan
al memorable viaje de tomar partido.
'
Los residentes

 

 


RESUMEN

INTRODUCCIÓN: a pesar de que la implementación de la ley 100 de 1993 ha desencadenado profundos cambios en la prestación de servicios de atención médica y en las condiciones laborales del personal asistencial, hay pocos estudios en nuestro medio que exploren este último impacto. El presente trabajo tiene como propósito describir la situación actual de los pediatras generales y subespecialistas en Antioquia en el período 2004–2005, con énfasis en los factores sociales, laborales y económicos.

MATERIALES Y MÉTODOS: del cruce de las bases de datos de la Sociedad de Pediatría de Antioquia y de algunas casas farmacéuticas se obtuvo un universo de 321 pediatras de los cuales se encuestaron en forma aleatoria 220.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES: el perfil resultante muestra un hombre (53,2%) o una mujer (46,8%) de 44,6 años, egresado predominantemente de la universidad pública local (70,2%) que trabaja en el área metropolitana (94%), en una institución de carácter privado (56,8%) y en un segundo o tercer nivel de atención. Labora 8,62 horas al día, 5,51 días a la semana y realiza turnos nocturnos en el 55,8% de los casos. El 43% devenga mensualmente menos de 4.000.000,oo pesos por su actividad como pediatra y se siente satisfecho con su profesión pero no con el pago que recibe ni con la carga horaria. Su familia le reclama mayor presencia en el hogar, es sedentario y accede en forma irregular a la educación médica continuada. Este estudio constituye un acercamiento a las condiciones específicas de la pediatría en Antioquia y convendría reproducirlo en otras especialidades y regiones del país.

PALABRAS CLAVE: CONDICIONES LABORALES, CONDICIONES SOCIALES, INGRESO LABORAL, LEY 100 DE 1993, PEDIATRA, PEDIATRÍA, SALUD, TRABAJO


SUMMARY

BACKGROUND : Even though the implementation of the Law 100 of 1993 has given rise to profound changes in the medical attention services and working conditions of health service personnel, there are few studies that explore the impact on the latter. The purpose of the present study was to describe the current situation of pediatricians and pediatric Antioquia during the 2004–2005 period , with emphasis on social, workrelated and economic factors.

MATERIALS AND METHODS: Crossing the data bases of the Pediatrics Society of Antioquia and some pharmaceutical companies, a universe of 321 pediatricians was obtained, from which 220 were randomly interviewed.

RESULTS AND CONCLUSIONS: The resulting profile yielded a man (53.2%) or a woman (46.8%) aged 44.6 years, who graduated from the public local university (70.2%), works in the metropolitan area (94%), in a private institution (56.8%) on a second or third level health service. He/she has a work load of 8 ,62 hours a day, 5.51 days a week and works night shifts in 58.8% of cases. 43% earn less than 4.000.000,oo pesos (Colombian pesos) for their activity as pediatricians and they feel satisfied with their professional activity, but not with the salary received or the hourly work load intensity. Families demand that more time is spent at home. These pediatricians are sedentary and regularly take part in continued medical education activities. This study constitutes an approach to the specific conditions of pediatrics in Antioquia and should be reproduced in other specialties and places throughout the country.

KEY WORDS: HEALTH, INCOME, LAW 100 OF 1993, PEDIATRICIAN, PEDIATRICS, SOCIAL CONDITIONS, WORK, WORKING CONDITIONS


 

 

INTRODUCCIÓN

CON EL ADVENIMIENTO DE LA LEY 100 DE 1993 y los cambios en la legislación laboral en Colombia hay un creciente malestar por parte del gremio médico, que piensa que los cambios generados en la última década no sólo agudizaron el deterioro en la calidad de la prestación de los servicios de atención médica a la comunidad –lo cual fue esbozado recientemente en forma clara por el Doctor Luis Ángel Villar Centeno, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Industrial de Santander 1– sino que también desencadenaron un progresivo y notorio detrimento en las condiciones laborales y en el nivel de vida de los empleados del sector.

Se escucha hablar sobre los salarios, los tipos de vinculación, las horas que se deben trabajar, la sobreoferta de especialistas y subespecialistas, entre otros temas, pero son escasos los estudios descriptivos que pretendan caracterizar la magnitud del problema.

En el ámbito nacional, el estudio de Morales y colaboradores 2exploró el tema con base en una muestra de médicos generales y especialistas seleccionada de la base de datos que posee la firma Editorial P.L.M ., estimada en 18.000 profesionales, de los cuales escogieron, de manera aleatoria, 1.260 médicos localizados en 131 municipios del país, de los cuales sólo 345 (27,3%) respondieron la encuesta. Se encontró que más del 70% eran hombres, casados, con una media de edad de 47,7 años. Cerca del 85% indicaron que estaban afilados a una Entidad Promotora de Salud (EPS). Los que no lo estaban manifestaron como razones principales los ingresos bajos y el hecho de estar adscritos a otro tipo de instituciones. Casi el 70% tenían afiliación a un fondo de pensiones y cesantías, principalmente de pagos obligatorios, y la mitad de los profesionales indicaron que no estaban afiliados a una Aseguradora de Riesgos Profesionales (ARP). Las horas diarias dedicadas en promedio al ejercicio de la profesión médica variaron entre 6 y 8 en casi la mitad de los casos y entre 9 y 12 en una tercera parte. Cerca del 80% de los encuestados dedicaban al ejercicio de la profesión médica, en promedio, entre cinco y seis días a la semana. El sistema de contratación de mayor vigencia fue el de término indefinido; sin embargo, el pago directo de los pacientes y la modalidad a término definido también fueron importantes. La mitad de los profesionales complementaban su remuneración profesional con otras actividades lucrativas de diferente índole, sobresaliendo las que están relacionadas con finca raíz, lo que les reportó entre 1.900.000,oo pesos mensuales en 1996 y 1.400.000,oo pesos mensuales en 1998. Un tercio de los encuestados se graduaron como médicos generales hace 15 años, otro tercio entre 15 y 30 años y el 12% hace menos de nueve años. Casi la mitad de los encuestados pensaban los mayores beneficiados con el cambio en el sistema de salud colombiano fueron las EPS, una tercera parte decían que fueron los usuarios y el 12,3%, que nadie se benefició. El 65% de los encuestados indicaron que en comparación con los tres años previos, sus ingresos mensuales en el ejercicio de la profesión fueron peores y sólo 8% opinaron que eran mejores. Como debilidades de este estudio cabe resaltar el alto porcentaje de encuestas no respondidas (más del 60%), por lo que los resultados pueden no reflejar totalmente la realidad y estar sujetos a sesgos. Además, se incluyen muy pocos médicos recién egresados.

Con la intención de realizar acercamientos más sólidos a la oferta y la demanda de especialistas en Colombia y de resolver el difícil interrogante de cuántos médicos se requieren en nuestro país, Rosselli y colaboradores 3adelantaron una investigación con base en 12 especialidades médicas, entre las cuales desafortunadamente no se incluyó la pediatría. Utilizaron para ello el método estadístico de captura y recaptura. Entre las múltiples conclusiones resaltan que la falta de planeación de las instituciones educativas a la hora de ofrecer cupos para especializaciones médicoquirúrgicas , y el pobre control sobre la inmigración de especialistas al país están llevando a un crecimiento vertiginoso del número de médicos, por lo que proponen limitar dicho crecimiento a un 2–4% anual, dependiendo de la especialidad. En este estudio no se exploraron condiciones laborales ni socioeconómicas.

En el ámbito local, Villegas y Escobar en Medellín 4 en 1998 encuestaron a 244 médicos generales de la ciudad seleccionados en forma aleatoria, y encontraron que dos terceras partes eran hombres con edad promedio de 36,5 años; más del 50% tenían por lo menos un contrato a término indefinido, y menos del 20% en cada caso tenían contratos a término fijo sin otras contrataciones indefinidas, contrataciones diferentes a las de término fijo y a la indefinida (pago por eventos, honorarios, asociados a cooperativas) o laboraban en consultorios particulares. De los que tenían contratos a término indefinido la mitad los tenían con entidades públicas, una tercera parte con entidades privadas y el resto con ambas. Cerca del 70% estaba vinculado al régimen de Seguridad Social 'en Salud', al de riesgos profesionales y a pensiones. Casi la mitad tenían jornadas laborales mayores de 8 horas diarias, con un promedio de 8.9 horas diarias. El ingreso mensual promedio fue de 1.600.000,oo pesos equivalentes a 7,85 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV) para ese entonces; en las IPS públicas era de 1.662.580,oo pesos (8,1 SMMLV) y en las IPS privadas, de 1.489.428,oo pesos (7,3 SMMLV). Uno de cada diez médicos tenía ingresos por actividades diferentes a la práctica de la medicina a las que dedicaban en promedio 13,8 horas semanales y que les permitían ingresos mensuales de 661.666,oo pesos (3,2 SMMLV). En un ejercicio matemático usando los datos anteriores y buscando resaltar las paradojas en las condiciones laborales, vemos cómo en sus actividades médicas ganaban aproximadamente 8.540,oo pesos por hora (asumiendo que laboraban 5 días por semana), mientras que en las actividades 'no médicas' ganaban aproximadamente 11.406,oo pesos por hora. Es importante resaltar que en este estudio quizá no se incluyeron la totalidad de los consultorios particulares de la ciudad por no estar registrados para ese entonces en Metrosalud y en la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, de donde se extrajo la muestra.

En lo referente al ejercicio de la Pediatría no existen estudios que caractericen social y laboralmente el desempeño de la profesión en Colombia. Sin embargo, en otros países encontramos algunos acercamientos de este tipo, que distan claramente de la realidad local ya mencionada. 5–10

Aunque existen agremiaciones regionales de pediatras y una sociedad nacional, éstas no reúnen a todos los profesionales y no se tiene conocimiento de la situación actual de sus asociados.

La presente investigación tuvo como propósito describir la situación de los pediatras generales y subespecialistas en Antioquia en el período 2004– 2005, haciendo énfasis en los factores sociales, laborales y económicos.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

EL PROTOCOLO FUE APROBADO por el Comité de Postgrado del departamento de pediatría de la Universidad de Antioquia después de su revisión por dos evaluadores. Para la selección de la muestra se tomaron como referentes el registro médico público y las bases de datos de la Sociedad Antioqueña de Pediatría y de dos laboratorios farmacéuticos (Wyeth ® y Nestlé ® ).

Se excluyeron, antes de la aleatorización , aquellos profesionales que, aunque aparecen en dichas listas, pertenecen a profesiones afines, como cirujanos infantiles, neurólogos infantiles, psiquiatras infantiles, entre otros.

Después del cruce de estas listas se obtuvo un universo de 321 pediatras generales y subespecialistas. Usando el software EpiInfo 3,01 se determinó la muestra por estudiar en 200 pediatras, teniendo en cuenta un nivel de confianza del 95%, un poder del 80% y un error alfa del 5%; posteriormente la muestra calculada se incrementó en un 10% previendo pérdidas. Se realizó una aleatorización simple de 220 pediatras (Figura Nº 1).

La recolección de la información necesaria se hizo mediante encuesta diseñada por el grupo de investigación (ver anexo), tratando de reunir en forma simplificada los principales puntos que reflejaran las condiciones socioeconómicas, laborales, familiares y académicas del grupo de especialistas en cuestión.

A todos se les solicitó la aprobación para participar en el estudio, mediante consentimiento informado por escrito, el cual firmaban al aceptar. Luego se les entregaba la encuesta para ser diligenciada y devuelta en sobre sellado y anónimo, para asegurar la privacidad de lo allí consignado. Este proceso fue realizado por dos auxiliares de investigación.

Finalmente se recolectaron 200 encuestas que cumplían los criterios de inclusión. La aleatorización inicial y el análisis estadístico de los datos tabulados se llevaron a cabo con el software estadístico SPSS 11,5.

 

RESULTADOS

AUNQUE SE ANALIZARON 200 ENCUESTAS, algunas de las variables sobre las que se interrogó no fueron respondidas en forma adecuada por el total de los pediatras.

Información sociodemográfica (Tabla Nº 1)

Se observa que la edad promedio es cercana a los 45 años y que existe una distribución similar por sexo, la mayoría están casados (63,1%) o en unión libre (5,6%) (sólo 23% son solteros), más de las dos terceras partes (70,2%) son egresados de la universidad pública local y el 94% se desempeñan en el área metropolitana del departamento.

Información laboral y económica (Tabla Nº 2)

El 15,5% de la muestra estuvo representada por pediatras jubilados que aún laboran, argumentando para ello en su mayoría razones económicas (40%). Sólo el 10% se desempeña de forma exclusiva en una institución pública con predominio de actividades en el segundo y tercer niveles de atención. Trabajan cinco días y medio de la semana con un promedio de 8 horas al día, pero con un rango muy amplio (1 a 14 horas). Más de la mitad (55,8%) realizan turnos nocturnos y en festivos y en las instituciones donde laboran dedican en promedio 28 minutos a la atención de cada paciente; el 34,6% dispone de menos de 30 minutos por paciente y el 64,4%, 30 minutos o más.

En la tabla Nº 3 se muestra el tipo de contratación, destacando que el 16.8% tiene varios tipos de contratos, lo que indica la tenencia de varios empleos. El 67,7% gozan de vacaciones remuneradas y en el 58,8% de las instituciones nunca se atrasan en el pago del salario.

En la figura Nº 2 se detalla quién hace el pago de la seguridad social, evidenciando que el mismo pediatra paga su EPS en una cuarta parte de la muestra (24,2%), su pensión en una quinta parte (21,1%) y en el 13,6% la ARP. Cerca del 8% de los pediatras en ejercicio no están afiliados a una una ARP.

El 43% devenga mensualmente menos de 4.000.000,oo pesos (9,8 SMMLV) en su actividad como pediatra y el 57%, 4.000.000,oo pesos o más (promedio de 3.993.471,oo , con un rango entre 2 y 10 millones de pesos).

El 31,6% realiza actividades docentes, investigativas o de extensión en una institución universitaria formadora del recurso médico y ramas afines, empleando en promedio 18 horas semanales, lo que le representa un ingreso promedio de 1.364.702,oo pesos (3,34 SMMLV), con una moda de 3.000.000,oo pesos y una mediana de 1.026.000,oo pesos.

El 12,2% ejerce una actividad económica diferente de la medicina, lo que les representa en promedio 1.300.000,oo pesos mensuales (3,2 SMMLV). El 83,5% (n=194) tiene propiedad raíz, el 88,7% (n=194) tiene vehículo particular y el 36% (n=186) tiene una deuda hipotecaria.

Satisfaccion Laboral

El 97% manifiesta mucha o moderada satisfacción con su desempeño como pediatra (n=197), lo que contrasta con un 74,1% que considera que la carga laboral afecta en alguna medida su desempeño profesional (n=193), con un 74,5% que cree que el pago que recibe no está acorde con la actividad que realiza (n=188) y con un 37,6% que cree que el trato que recibe de la institución empleadora es regular o malo (n=186).

Condiciones sociales y familiares

El 62,1% (n=198) no realiza ninguna actividad física regular y en el 85% (n=193) de los casos la familia les reclama mayor presencia en el hogar. El promedio de actividades sociales o recreativas que realizan al mes es de 3,45 (rango 0–20) (n=185).

Acceso a la educación continua

Los pediatras encuestados asisten en promedio a 2,8 eventos académicos al año (n=196) (rango 0– 12). Al preguntarles sobre el principal obstáculo para acceder a estos eventos (n=187) el 26,2% manifestó que es de tipo laboral, el 19,8%, que es de tipo económico y el 35,3%, que influyen varias de las opciones (incluidas las de tipo familiar, falta de información y falta de interés personal). El 73,1% reciben algún tipo de material impreso o electrónico de educación continua en el área en que se desempeña.

Análisis exploratorio

En un análisis exploratorio comparando ingresos, días laborados por semana, horas laboradas al día y turnos nocturnos, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p > 0,05) entre pediatras generales y subespecialistas. Sin embargo, esto debe mirarse con cautela ya que el número de subespecialistas fue muy bajo (n=28).

 

DISCUSIÓN

SON ESCASOS LOS ESTUDIOS QUE BUSCAN ILUSTRAR sobre la situación laboral y social de los médicos en nuestro medio, especialmente en el área pediátrica, por lo que no contamos con un punto de comparación satisfactorio para los resultados del presente estudio. Se extiende entonces la invitación para adelantar trabajos de este tipo en los diferentes campos del desempeño médico que determinen la situación actual de la profesión.

La edad promedio revela un predominio de profesionales maduros, probablemente con una adecuada experiencia en el área clínica y que han vivido en forma directa los trascendentales cambios en el sistema de prestación de servicios de atención médica del país, situándolos en una posición potencial y estratégica de crítica y búsqueda de soluciones. En este sentido, es tarea de las diferentes asociaciones de pediatras propiciar los espacios para ello.

Es muy llamativo el marcado contraste entre la satisfacción profesional y la satisfacción laboral, lo que indica que aunque se desempeñan en un área de su total agrado, las condiciones laborales actuales no los tienen conformes y entorpecen el sano desarrollo de su profesión. Ya en el ámbitomundial se viene notando esta tendencia. Recientemente se publicó un reporte especial acerca de la insatisfacción con la práctica médica en Estados Unidos de Norteamérica ,5

en el que se resalta que para 1973 menos del 15% de varios miles de médicos practicantes referían dudas acerca de haber elegido bien su profesión, en contraste con un 30 a 40% en los últimos 10 años, lo que ha llevado incluso a que un 40% no recomiende el estudio de la medicina a estudiantes de college . Para 2001 el 58% de 2.608 médicos expresaban que su entusiasmo por la medicina había declinado en los últimos cinco años y el 87% opinaban que la moral de los médicos había declinado durante el mismo tiempo. Las razones para la insatisfacción incluyen, entre otras, el tráfico indiscriminado de pacientes debido a razones de aseguramiento, el papeleo administrativo, las limitaciones para referir los pacientes a los especialistas de su elección, incentivos financieros que interfieren con la práctica médica, presiones para evaluar un gran número de pacientes con el agravante del irrespeto al tiempo en la vida moderna y limitaciones para la prescripción de medicamentos. Además, para 2003 el 62% de los residentes de último año expresaban gran preocupación por asuntos relacionados con la mala práctica y 24% decían que de poder reiniciar sus estudios no elegirían nuevamente la medicina.

Por otro lado, el hecho de que una sexta parte de la muestra del presente estudio fueran pediatras jubilados aún en ejercicio, en quienes el principal motivo para continuar laborando fue el económico, advierte sobre la posibilidad de que las condiciones pensionales actuales sean deficitarias, propiciando no sólo la pérdida del disfrute necesario luego de un apropiado período de aporte a la fuerza laboral, sino también el bloqueo de oportunidades a profesionales jóvenes, situación que es más preocupante si se tiene en cuenta que la Ley 100 de 1993 se concibe como una ley de 'seguridad social' que incluye en sus componentes la situación pensional .

Aunque en una primera mirada las condiciones salariales podrían parecer adecuadas, si se las analiza a la luz del tiempo y de los recursos invertidos en la profesionalización, la cuota de sacrificio en lo personal por el aplazamiento de eventos del ciclo vital durante la fase de estudios, la ausencia en el hogar, el valor social del desempeño clínico y las jornadas extenuantes (de 1 a 1,5 veces jornadas legales más turnos nocturnos y festivos), no parecerían ni justas ni adecuadas. Esto explica también la dramática focalización del recurso humano capacitado en el área metropolitana (94%) pues no se ofrecen condiciones dignas para el desplazamiento a zonas periféricas y posiblemente más necesitadas de la presencia de dichos profesionales. A guisa de comparación, en un estudio de pediatras en Andalucía, España, en 1996, se encontró que el 62,2% se desempeñaba en el medio rural. 6Por lo tanto, se está en mora de propender desde instancias gremiales por una unificación salarial digna que redunde en beneficio de los profesionales e indirectamente de los pacientes.

En nuestro departamento continúa siendo de gran importancia el aporte que hace la Universidad de Antioquia a la profesionalización en pediatría, lo que lleva implícita una retribución social por parte del egresado que se lucró académicamente de los enormes beneficios y la honrosa posición de titularse en una universidad pública de alta calidad.

El diseño de esta investigación no permite explorar las diferencias salariales entre los que se desempeñaban en entidades públicas y los que lo hacían en aquellas de carácter privado, dado que no se diferenció cuánto ganaban en cada una de ellas en ese 30% que laboraba en ambos tipos de instituciones. Sí es llamativo el contraste en porcentaje entre aquéllos que sólo laboraban en una entidad pública (10%) frente a aquellos que lo hacían en forma exclusiva en una privada (57%), lo que puede reflejar el abandono estatal de la atención pediátrica. Por otro lado, preocupa el hecho de que cerca del 17% de la muestra poseía varios tipos de contrataciones, lo que podría indicar que un solo empleo no satisface las necesidades del profesional. Igualmente, es desalentador constatar que contrataciones como pago por evento, por cooperativa y otras temporales representaron la tercera parte de la población en cuestión, siendo como son modalidades desfavorables para el empleado. Es paradójico que perteneciendo al gremio de profesionales prestadores de servicios de atención médica, aún existan algunos pediatras con vacíos en su cobertura en seguridad social, con las implicaciones éticas que ello acarrea dada su posición de referente social para la población que asiste.

 

CONCLUSIÓN

LA PRESENTE DESCRIPCIÓN del pediatra antioqueño nos muestra a un hombre o una mujer de 40 años, casado(a), con 2 personas a su cargo, una de ellas estudiante, egresado predominantemente de una universidad local pública, que labora en el área metropolitana de Medellín en un segundo o tercer nivel de atención, de carácter privado, con unos ingresos de 4 millones de pesos mensuales y que trabaja más de las 48 horas semanales reglamentarias, y además realiza turnos nocturnos y en festivos. Posee estabilidad laboral y seguridad social adecuadas, está satisfecho con su profesión, pero inconforme con la retribución económica y con el trato que recibe de su empleador, que piensa que la carga horaria afecta en forma negativa su desempeño laboral, que participa poco en actividades sociales y recreativas, que es sedentario y cuya familia le demanda en alguna medida mayor presencia en el hogar. Quiere acceder a la educación continua pero factores económicos y laborales se lo dificultan. Y, precisamente, éste es el perfil de la persona que procura velar por la salud de los niños de nuestra región.

 

AGRADECIMIENTOS

EL PRESENTE ESTUDIO SE REALIZÓ gracias a los recursos destinados por la Sociedad Colombiana de Pediatría y al respaldo de sus directivas que creyeron en la necesidad de explorar la situación actual del ejercicio laboral en pediatría.

 

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Recibido: marzo 21 de 2006

Aceptado: mayo 05 de 2006

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