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Iatreia

Print version ISSN 0121-0793

Iatreia vol.25 no.4 Medellín Oct./Dec. 2012

 

CONMEMORACIÓN DE LOS 25 AÑOS DE IATREIA

 

Iatreia, 25 años, Agradecimiento

 

 

Federico Díaz González

Editor de Iatreia

 

 


 

 

Permítanme, distinguidos asistentes a este acto académico, ser muy informal y centrar mis breves palabras en un sentimiento: el de gratitud hacia la Universidad de Antioquia, hacia su Facultad de Medicina, hacia la revista Iatreia y hacia las varias personas que influyeron en mí para dedicarme a la corrección de textos médicos.

Gratitud a la Universidad, mi Alma Máter, por mi formación como médico en la época ya lejana de mediados del siglo XX. Gratitud a la Facultad porque he tenido el privilegio de estar vinculado a ella como profesor, en uno u otro desempeño, desde junio de 1962; en esta mi querida Facultad he sido profesor de Microbiología, Jefe de Sección, Jefe del Centro de Investigaciones, Decano y, lo más pertinente para esta ocasión, uno de los fundadores de Iatreia, su Director durante los primeros siete años y su editor y corrector de estilo durante el cuarto de siglo que hoy estamos celebrando.

Mi agradecimiento se extiende hoy a las personas que contribuyeron al deleite intelectual que me produce el trabajar sobre cada artículo aprobado para publicar en la revista, el pulirle el idioma como el tallador de piedras pule un diamante en bruto: de mi tío, el pediatra Gustavo González Ochoa, aprendí el gusto que produce escribir bien; el doctor Alberto Robledo Clavijo, profesor de Medicina Interna de esta Facultad, me llamó a colaborar en el Comité Editorial de Antioquia Médica y en esa revista hice mis primeras armas como corrector de pruebas; la Maestra Ángela Restrepo Moreno demolió los primeros artículos que escribí como microbiólogo, haciéndome ver cuánto trayecto me faltaba recorrer para que estuvieran presentables y publicables, pero con generosidad aportó sus ideas conducentes a ese fin; el doctor Humberto Aristizábal, jefe del Departamento de Cirugía de esta Facultad, me dio la oportunidad de ser el editor de varios de los textos de la colección Cirugía, lo que fue una valiosísima escuela pues cada capítulo era un reto desde el momento de recibirlo hasta el de entregarlo a la Editorial. Y los doctores Luis Javier Giraldo e Ignacio Ceballos, como gestores de la idea de una nueva revista para la Facultad, pusieron en mí su confianza para dirigirla y, más tarde, corregirla y editarla.

Corregir los artículos para Iatreia ha sido en todo momento un placer intelectual y hacer esa labor con total desprendimiento ha sido mi manera de decirle a la Universidad y a la Facultad: muchas gracias.

Tantas personas e instituciones han puesto sus granos de arena para que nuestra revista esté celebrando sus bodas de plata que al nombrar a algunas se corre el riesgo de olvidar otras: los miembros de sus Comités Editoriales, los varios Directores, las varias secretarias, la Editorial de la Universidad de Antioquia, la Cooperativa Médica de Antioquia, La Fundación Fernando Zambrano Ulloa, el Hospital Universitario San Vicente Fundación, etc.

Las experiencias vividas en la corrección de estilo de nuestra revista fueron la motivación para escribir en el boletín de la Facultad una columna titulada Del idioma, basada en los errores detectados en los artículos, cuya finalidad es tratar de que el profesorado escriba mejor; la recopilación de esos escritos sirvió para que la Facultad, generosamente, publicara hace tres años el correspondiente libro; así pude cumplir la tercera de las metas a las que, se dice, todos debemos aspirar: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.

Uno quisiera mencionar con nombre propio a muchas personas con las que se han compartido momentos alegres o difíciles en estos 25 años, pero el poco tiempo disponible no lo permite; por eso haré mención solamente de tres; dos de ellas ya fallecidas porque fueron parte del primer Comité Editorial: el profesor de Medicina Interna Fernando Zambrano Ulloa y la Directora de la Biblioteca Médica, Amparo Restrepo Moreno. Y la tercera, el inolvidable profesor Alberto Betancur Arango quien fue el proponente del nombre de nuestra revista como un reconocimiento a los aportes del idioma Griego al léxico médico.

Muchas gracias,