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Iatreia

versão impressa ISSN 0121-0793

Iatreia vol.26 no.1 Medellín jan./mar. 2013

 

INVESTIGACIÓN ORIGINAL

 

El caso de una buena práctica de Educación Médica

 

A case of good practice in medical education

 

 

Olga Francisca Salazar Blanco1; Leonor Angélica Galindo2; David Ríos Patiño3

 

1 Profesora Titular, Departamento de Pediatría y Puericultura, Coordinadora Académica, Grupo de investigación EDUSALUD, Universidad de Antioquia, Facultad de Medicina, Medellín, Colombia. olgasalas@une.net.co

2 Asesora pedagógica, Facultad de Medicina, Departamento de Educación Médica. Grupo de investigación EDUSALUD, Universidad de Antioquia, Facultad de Medicina, Medellín, Colombia.

3 Estudiante de Medicina, Grupo de investigación EDUSALUD, Universidad de Antioquia, Facultad de Medicina, Medellín, Colombia.

 

 

Recibido: enero 11 de 2012
Aceptado: junio 15 de 2012

 


RESUMEN

Introducción: las características más importantes de un profesor exitoso en el área de la educación superior en Medicina y áreas afines, según investigaciones realizadas, para los estudiantes son: el saber en la respectiva disciplina, los valores y la formación pedagógica del profesor.

Materiales y métodos: esta es una investigación cualitativa, de enfoque hermenéutico. A partir del análisis de las percepciones de los estudiantes del último año de Medicina de la Universidad de Antioquia sobre sus profesores, se seleccionó el profesor más significativo en su formación de pregrado. Para indagar sobre él se utilizaron diferentes instrumentos: encuesta y entrevistas a profundidad a los estudiantes; grupos focales con estudiantes, colegas, pacientes y familiares del profesor elegido.

Resultados: el análisis de los datos permitió obtener tres categorías: el profesor como persona, el profesor como docente y el profesor como médico. Para los estudiantes son de gran importancia los valores y las cualidades humanas del profesor quien es un ejemplo para seguir: respeto por la individualidad, interés por propiciar el desarrollo de las potencialidades, refuerzo positivo, empatía, responsabilidad, coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace.

Conclusiones: los estudiantes afirman que la huella que deja un profesor en su formación médica está en relación con las actitudes y valores personales, los cuales destacan por encima de la idoneidad en la respectiva disciplina y las competencias pedagógicas.

PALABRAS CLAVE

Educación, Educación Médica, Profesor


SUMMARY

Introduction: According to the results of research, students consider that the most important characteristics of a successful professor in the area of higher education in Medicine and related areas are: knowledge in the respective discipline, values and pedagogic formation.

Materials and methods: This was a qualitative research with hermeneutical approach. The most significant professor for undergraduate medical training was selected by analyzing the perceptions of students in the last year of the career. To further inquire about him/her, different instruments were used, namely: surveys and in-depth interviews with students and focal groups with the latter and with coworkers, patients and relatives of the selected professor.

Results: Three categories were established based on the analysis of data: the professor as a person, the professor as a teacher and the professor as a doctor. The following values and human qualities of the professor were found to be of great importance for students because he/she is a model to follow: respect for their individuality, interest in promoting the development of their potentials, positive reinforcement, responsibility and coherence between the way he/she thinks and how he/she acts.

Conclusions: Students state that the trace left by a professor during their medical training relates to his/ her attitudes and personal values, which stand above suitability in the respective discipline and teaching skills.

KEY WORDS

Education, Medical Education, Professor


 

 

INTRODUCCIÓN

La educación como proceso social de humanización, de desarrollo de las potencialidades y destrezas del educando y de adquisición de valores para desempeñarse como ser social, debe contar con profesores que puedan hacer realidad esta perspectiva educativa como un proceso de formación integral (1). El rol del educador, según Freire, es proponer problemas a los estudiantes para que logren una visión crítica de su realidad, y no para que memoricen la información que les transmite el profesor (2).

En el área de la educación superior en medicina y áreas afines, la idoneidad del profesor se reconoce por el dominio de su disciplina. Investigaciones llevadas a cabo sobre maestros exitosos demuestran que además del saber en sus respectivas disciplinas son esenciales la formación pedagógica, las actitudes y los valores personales, fruto de la historia de vida de cada uno (3,4).

Cuando el médico asume el rol docente adquiere más conciencia de lo que este significa y configura progresivamente su identidad pedagógica, lo que le permite asumir una función más consciente del acto educativo, con el fin de apoyar la formación de los otros (5).

Desde esta perspectiva, el profesor como mediador de los aprendizajes asume varios desafíos: ser un innovador permanente, apoyar a los estudiantes que más requieren su acompañamiento, fortalecer las potencialidades de los más competentes en sus procesos de pensamiento, patrones de conducta y de aprendizaje (6).

En el área médica son escasos los autores que se refieren a las competencias académicas que debe poseer un buen profesor. Nogueira y colaboradores (7) establecen algunas competencias docentes básicas: planificación, dominio del área que se va a enseñar, selección de los métodos de enseñanza según el contenido y el grupo de estudiantes, comprensión de los objetivos que deben lograr los estudiantes, comunicación que facilite el aprendizaje, relación de los objetivos con la evaluación, organización del grupo de estudiantes para el trabajo colaborativo, participación del estudiante en su propio aprendizaje y tratamiento ético en las situaciones de enseñanzaaprendizaje, especialmente en las actividades con pacientes reales y simulados, como serían las discusiones en las actividades clínicas. Finalmente, el profesor de medicina debe tener una concepción humanista de la educación, con una profunda fe en el hombre, en la vida, en el aprendizaje continuo y en el respeto por la libertad y el diálogo.

El objetivo general de esta investigación fue interpretar las opiniones de los estudiantes de último año de Medicina de la Universidad de Antioquia sobre el profesor más significativo para su formación como médicos generales, a partir de la caracterización de las facetas que identifican a un buen profesor desde el punto de vista teórico, lo cual fue confrontado con la mirada de los estudiantes, los colegas, la familia, los amigos y el mismo profesor seleccionado.

En la revisión de la bibliografía, en las bases de datos: Redalyc, Dialnet, Wiley online library, Science Direct, BVCBiblioteca Virtual en Salud, Scielo y Opac Universidad de Antioquia, se constata que hay pocas investigaciones sobre esta temática. No obstante, en los últimos 10 años se encuentran más publicaciones en países de Latinoamérica, especialmente en Chile, y en el ámbito europeo se destaca España. Se deduce, por las publicaciones encontradas, que hay un interés creciente en Iberoamérica por indagar acerca del rol del profesor en la formación de los médicos y evaluar su desempeño a partir del concepto de la comunidad educativa, en especial de los estudiantes (8-16).

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Se hizo un estudio cualitativo y de enfoque hermenéutico con base en las opiniones de los estudiantes de último año del programa de pregrado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia sobre el profesor más significativo para su formación. Tal como lo expresa Gadamer, ''comprender significa primariamente entenderse en la cosa y solo secundariamente destacar y comprender la del otro como tal'' (17).

Como técnicas de recolección de información se utilizaron, en una muestra por conveniencia, las entrevistas en profundidad y los grupos focales. Se revisaron fuentes documentadas acerca de la concepción del maestro y del profesor universitario de medicina y de áreas afines.

Este tipo de investigación se ''centra en la individualidad, como una conquista creativa, discursivamente estructurada, históricamente contextualizada y socialmente producida, reproducida y transmitida'' (18). Valora el saber que se construye desde la singularidad, siendo esta una forma de acercarse y descubrir el conocimiento social.

La investigación se ejecutó durante un año, tiempo en el cual se siguieron las tres fases metodológicas: la fase exploratoria, durante la cual se hizo la entrevista en profundidad con el profesor señalado como el más significativo. En la fase descriptiva se ordenó la información recopilada de los demás participantes, y se organizó en tres categorías: el profesor como persona, el profesor como docente y el profesor como médico, ejercicio que desde el punto de vista investigativo facilitó la interpretación y la comprensión del fenómeno estudiado, aunque en la realidad es difícil separar estas tres esferas. Por último, la fase explicativa permitió pasar de la descripción al análisis, hasta llegar a la comprensión desde el ámbito de lo individual a lo social.

Para la selección del profesor significativo se aplicó una encuesta a los estudiantes de último año del programa de Medicina de la Universidad de Antioquia (U de A). Las preguntas de la encuesta fueron: ¿Cuál fue el profesor que más influyó en su formación durante el pregrado? y ¿Por qué? Para su aplicación se aprovechó el primer encuentro académico, en el cual se hizo previamente una presentación general de la investigación.

Se contactó al profesor seleccionado como más significativo para obtener su consentimiento y continuar así el desarrollo de la investigación. Para la aplicación de los instrumentos se contactaron estudiantes de los diferentes niveles de pregrado que quisieron contribuir voluntariamente a la investigación participando en los grupos focales. De esta forma se hicieron cuatro de estos grupos: con internos, con colegas y amigos, con pacientes y con familiares. También se hicieron entrevistas en profundidad al profesor seleccionado, a la madre, a algunos estudiantes, exalumnos y subalternos del profesor.

Cada uno de los participantes firmó el consentimiento informado de la investigación, la cual contó con la aprobación previa del Comité de Ética del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Medicina de la U de A.

La inquietud que motivó este estudio fue la percepción de los investigadores acerca de la importancia que los estudiantes de la Facultad de Medicina le dan a las características humanas del docente dentro de su práctica pedagógica, por encima del saber en su disciplina y de las competencias investigativas.

 

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Se aplicó la encuesta a 100 de los 120 estudiantes del último año de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, quienes hacían parte del grupo que inició internado el primero de diciembre de 2008; los otros 20 internos no la diligenciaron porque procedían de otras universidades del país y del exterior.

Se recuperaron 75 encuestas diligenciadas y 25 en blanco. Se seleccionó para aplicar la investigación al profesor que obtuvo el mayor reconocimiento (30,6%) por parte de los estudiantes como el más significativo en su formación durante el pregrado. Se transcribieron las razones que dieron los estudiantes para su escogencia y se agruparon en tres categorías de análisis: como persona, como profesor (''ser docente'') y como médico (tabla 1). De acuerdo con estas, se seleccionaron las personas que apoyaron los grupos focales.

En la categoría de análisis del ser docente los estudiantes afirmaron que el profesor imprime entusiasmo por la actividad formativa y la relación pedagógica se convierte en su principal foco de interés. Un elemento clave en su ejercicio docente, según los estudiantes, es ''la pasión por enseñar'' y el interés por el aprendizaje de sus alumnos, con actividades formativas calificadas por ellos como ''ejemplares''.

El profesor destacado admite que ha dejado en un segundo plano la producción académica escrita y la publicación de textos científicos, porque considera que estas actividades ''le quitan tiempo'' para lo que considera esencial: el acompañamiento a los estudiantes en su proceso formativo.

Sin embargo, en los últimos años el profesor seleccionado manifiesta una mayor preocupación por estimular la participación de los estudiantes en proyectos de investigación en equipos interdisciplinarios. Este esfuerzo se complementa con la motivación que hace a los estudiantes para que realicen pasantías nacionales e internacionales y para que participen en las convocatorias para programas de posgrado y se posicionen en el medio social y académico de acuerdo con sus propios intereses formativos.

Por su marcada inclinación hacia el ejercicio de la docencia universitaria y el interés en el fortalecimiento del proceso de aprendizaje de la medicina, se ha actualizado en la aplicación de estrategias didácticas acordes con el modelo pedagógico de la Facultad, que busca el respeto por los ritmos propios de aprendizaje y la autonomía inspirado en el alma de estudiante que lo caracteriza.

Lo anterior se evidencia en el impulso al diseño de cursos flexibles del área de su disciplina, en modalidades virtual y mixta, con tutorías permanentes y actividades clínicas asistenciales que garantizan la apropiación conceptual y elevan la motivación para el logro de aprendizajes significativos. En el mismo sentido, promueve la participación de sus estudiantes en congresos nacionales e internacionales, en los cuales muestran avances de sus investigaciones y experiencias didácticas surgidas de las buenas prácticas de aula.

Los diferentes actores entrevistados coinciden en afirmar que es un motivador permanente, quien procura validar el error como una oportunidad para que los estudiantes identifiquen las fallas y las superen a partir de la exploración de otros caminos, de manera que no sanciona, sino que invita a otras miradas y reta a mayores compromisos. En el caso particular de los estudiantes es marcada esta influencia, hasta el punto que se sienten responsables de no fallarle al profesor, porque valoran su dedicación e interés por su aprendizaje y consideran que la confianza que el profesor tiene en las capacidades de cada estudiante es digna de correspondencia.

La comunicación centrada en quien aprende lo lleva a mostrar expresiones de interés genuino por el otro, a quien no solo percibe como estudiante, sino como una persona que vive su propia realidad; en este sentido, busca conocerlo más allá del aula, procura acompañarlo en sus diferentes facetas demostrando preocupación por las situaciones particulares de cada estudiante: ''¿Cómo va tu vida?'' ¿Qué tal sigue tu mamá? ¿Cómo va tu hijo?, etc. Con su lenguaje no verbal refleja tranquilidad, inspira confianza y cercanía, con gestos y posturas que transmiten calidez y seguridad a sus estudiantes. Este aspecto también lo corroboran sus familiares, pacientes y colegas, quienes enfatizan en que disfrutan de los momentos en que interaccionan con él, ya sea en la práctica médica o en una actividad social.

El profesor seleccionado expresó que el hecho de ser el hijo mayor de una familia conformada por cuatro hermanos y cuya madre estaba dedicada a la docencia le favoreció desde muy temprana edad el interés y el gusto por enseñar, por acompañar, por dedicar su tiempo a que otros comprendieran; reconoce la influencia de la madre, quien tuvo un desempeño exitoso en su profesión, convertida para él en un modelo para seguir.

En la categoría de análisis de ''ser médico'' sus pacientes entrevistados coinciden en afirmar que es su médico de confianza, cuentan con un profesional capaz de escucharlos, de atenderlos y de tratarles sus enfermedades con dedicación. Por el lenguaje sencillo y claro que utiliza logran entenderle sus indicaciones y seguirlas. Desde el punto de vista humano enfatizan su gran carisma y don de gentes, los que se reflejan en una atención integral que les da confianza y los deja satisfechos y tranquilos. Estas percepciones las interpretan sus pacientes como la mayor fortaleza, dado que antes que médico es una persona ejemplar.

Para la categoría de ''ser persona'' se acudió a las apreciaciones de familiares y amigos, además de las de los estudiantes, pacientes, subalternos y colegas. Los colegas y subalternos destacan su espíritu de colaboración y de trabajo en equipo, la capacidad para convocar y reconocer en cada uno sus fortalezas, las que resalta en los momentos indicados. Manifiestan como grato poder trabajar a su lado, por cuanto su actitud solidaria y respetuosa genera un clima laboral satisfactorio. Valora la idoneidad de sus colegas y acude a ellos cuando ve pertinente conocer otros puntos de vista. En ciertos escenarios se lo percibe como silencioso, atento y receptivo en la escucha, capaz de controlar sus impulsos y de dar cabida a que todos tengan la posibilidad de expresarse, aspectos que favorecen luego sus aportes. Cuando considera que hay asuntos divergentes que merecen confrontarse y argumentarse lo hace de manera respetuosa y acude a fuentes válidas que aportan a la solidez de sus intervenciones. Se interesa por la calidad de vida de quienes lo rodean procurando dinamizar acciones que contribuyan al bienestar de todos.

Su familia confirma que los valores y las cualidades del profesor también se reflejan en sus actuaciones como padre, hermano, esposo, hijo y cuñado. Él es quien convoca los encuentros familiares y anima las fiestas y reuniones. Con frecuencia acuden a él cuando necesitan de una mano amiga. Está dispuesto a ofrecer su hospitalidad en los casos en que se necesite y lo hace de manera sincera y desinteresada. La actitud de ''ser maestro'', que conduce y acompaña, se manifiesta también en su hogar, sobre todo en el trato con sus dos hijos y sus sobrinos. En este ámbito también es un referente para seguir y goza de alta estima de todos sus familiares, que lo ven con admiración y respeto.

En el cruce de las tres categorías de análisis se evidencia como constante la importancia de la presencia de valores y cualidades humanas del profesor. En las diferentes entrevistas y audiencias, se resaltan en el profesor destacado valores como el respeto por los talentos de cada persona, el interés por motivar las potencialidades y acompañar en la superación de las dificultades. Se destacan el refuerzo positivo, su intención de generar preguntas en los estudiantes más que ofrecer respuestas, y el planteamiento de nuevos interrogantes para que se cuestionen y resuelvan sus dudas. La empatía, la responsabilidad reflejada en el cumplimiento de los compromisos que asume, la coherencia entre lo que piensa y lo que hace, la amabilidad en el trato con todas las personas, el interés por enseñar -reflejado en la interacción dentro del aula-, las ejerce también en el consultorio y en el ambiente doméstico, apreciaciones estas que valoran la integridad del ser en los ámbitos social, académico y profesional.

El profesor distinguido reconoce como vitales en el éxito de su práctica docente sus capacidades humanas, que le permiten establecer excelentes relaciones con las personas con quienes interacciona al desempeñar sus diferentes roles: como profesor, médico, colega, esposo, padre, hermano, amigo, etc. En segundo plano, este éxito lo atribuye a sus competencias disciplinarias, investigativas y pedagógicas, todo ello fruto de su pasión por lo que hace.

 

DISCUSIÓN

Los resultados de este estudio concuerdan con hallazgos de otras investigaciones en las cuales los referentes más importantes de los estudiantes para reconocer un profesor como significativo en su formación son sus cualidades como persona, sus valores y actitudes como el respeto y la responsabilidad, la comprensión y la empatía, características que favorecen las interrelaciones que se establecen entre docentes y estudiantes, atributos clave para la práctica educativa: el profesor como generador de actitudes, un modelo profesional y humano para imitar, que concibe el aprendizaje como algo emocional y no solo cognitivo (12,19).

Se evidencia en los resultados que el profesor significativo propicia en su quehacer docente el aprender a conocer y trasciende al mundo de la vida de manera que a partir de situaciones problémicas lleva a sus estudiantes a preguntarse, a indagar, a profundizar y a tomar una actitud ética. Estos aspectos también los plantea Delors en sus investigaciones relacionadas con el tema (20).

Otro aspecto que se resalta en este profesor significativo es la relación con su identidad docente, construida desde su entorno familiar, afianzada en su ámbito escolar y universitario en sus diversos roles como hermano mayor, de estudiante facilitador, profesor de la básica secundaria, tutor par, monitor académico y finalmente como profesor universitario de pregrado y posgrado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. Dubar afirma que la identidad docente es una construcción dinámica y continua, una vocación individual y social, producto de diversos procesos biográficos y relacionales, vinculados al contexto particular (21).

En este mismo sentido, cabe precisar que la identidad docente es producto de un proceso que va más allá de la formación en la respectiva disciplina y de las relaciones que se construyen en el aula, transita por la cotidianidad y trasciende el ambiente académico, para situarse en el ambiente personal y social favorable de prácticas encauzadas a apoyar a otros, a ser referente y ejemplo para seguir.

Estas experiencias personales se convierten en potentes herramientas para despertar la sensibilidad hacia el ejercicio de la docencia, porque el buen profesor domina, además de los saberes propios de su especialidad, unas buenas herramientas pedagógicas que le permiten generar ambientes de aprendizaje estimulantes y significativos, sobre la base del respeto por el espacio y el tiempo de quien aprende y de quien enseña.

La autoevaluación permanente es una actitud que caracteriza al profesor significativo en esta investigación, introyectada a su quehacer docente y como profesional de la salud. Este ejemplo es fundamental para los estudiantes en el proceso de mejoramiento permanente, además de servirle al profesor para asumir nuevos retos didácticos que recrean su práctica pedagógica. Algunas publicaciones anotan la necesidad de que el profesor universitario sea competente en el diseño, el desarrollo, el análisis y la evaluación de su propia práctica, es decir, la toma de conciencia del proceso de autoevaluación como forma de mejoramiento continuo (17-24).

En las instituciones universitarias centradas en la preparación en las disciplinas puede dificultarse la formación en la identidad profesional; en este sentido, cuando se exalta la esfera académica e investigativa y se le da menor importancia a las áreas de formación humanística, los estudiantes pueden asumir como esencial esta concepción (25). No obstante, Beijaard, al revisar un conjunto de investigaciones sobre identidad profesional, especula que esta se desarrolla y reinterpreta a lo largo del ejercicio profesional del profesor, y considera importante estudiar el efecto de los contextos de trabajo en esta reinterpretación (26).

Day afirma que los profesores en su desarrollo profesional cumplen etapas de un ciclo que se inicia con sus primeras prácticas profesionales, pasa por la estabilización de nuevos retos, luego por una estabilidad profesional y finalmente llega a la preocupación por mejorar el proceso de enseñanza para ''dejar huella'' en sus estudiantes y de esta manera trascender (27). Es claro que el profesor distinguido en la investigación, que actualmente se encuentra en una etapa de madurez docente, reúne estas características, las que a su vez están en íntima relación con su tacto pedagógico, su conocimiento profundo de la disciplina y su inteligencia emocional.

En este trabajo se constataron como principales características del buen profesor universitario, desde la óptica de los pares académicos profesores y médicos, la actualización en su materia o disciplina, los conocimientos y la actividad investigativa, situación ya planteada por otros autores (22,23). Esta mirada que privilegia el saber disciplinar e investigativo del profesor sobre su ser puede llevar a que se desvalorice la importancia de los valores y de las cualidades humanas y pedagógicas dentro del perfil de una buena práctica pedagógica, cuyo objetivo es la formación integral de los futuros médicos.

Las competencias fundamentales del profesor universitario del área de la salud, según un grupo de expertos, son las disciplinarias o el dominio actualizado de su campo de conocimiento; las investigativas, para promover el desarrollo del juicio crítico encaminado a la solución de los problemas de salud de los pacientes; las psicopedagógicas, para lograr aprendizajes significativos en los estudiantes; las comunicativas, relacionadas con habilidades para interaccionar en los diferentes campos de acción profesional; las académico-administrativas, para desarrollar sus prácticas a partir de los principios consignados en la misión de la institución, y las humanísticas, fundamentales para la formación integral del estudiante (28).

Como lo han señalado otros autores con respecto a la dimensión pedagógica (29), en esta investigación se pudo verificar que el docente destacado lleva a cabo una práctica caracterizada por la excelente organización de los cursos, la buena planeación de la enseñanza, la capacidad de despertar interés en el estudiante, la pasión por el conocimiento y su significado en el contexto de una formación integral, así como el diseño de estrategias para estimular el trabajo independiente del estudiante según sus capacidades, dosificar la complejidad de las tareas por realizar y aprovechar los recursos disponibles para ejecutarlas. Todo ello llevado a cabo con entusiasmo por lo que se hace, en un marco de receptividad, comprensión de las necesidades de los estudiantes, aplicación de adecuados procesos de evaluación y valoración de sus estudiantes a partir de una comunicación abierta. También se pudo constatar que, como lo refieren otros autores (30-31), el profesor distinguido propicia el trabajo colaborativo como una estrategia de socialización del conocimiento.

La percepción de los estudiantes sobre el acompañamiento del profesor significativo en su formación como personas y como profesionales, con base en la confianza en sus capacidades, incluye diversos aspectos: despertar el interés por aprender dentro y fuera del ambiente educativo, permitirles argumentar, aceptar sus puntos de vista, validar acuerdos y desarrollar la inteligencia emocional por medio del compartir entre pares y con el profesor en un diálogo permanente de respeto y admiración mutua.

El profesor destacado en esta investigación cuenta con un acervo cultural, social y académico que le ha favorecido desarrollarse exitosamente en el campo de la docencia, no muy usual en el común de los profesores de medicina que, aunque conocen nuevas maneras de abordar el aprendizaje con un enfoque constructivista, conservan vacíos en la forma como se deben abordar los procesos de enseñanza de la medicina, quizás porque en ellos prevalece la fuerza de una tradición centrada en la transmisión de los conocimientos (11,32).

También se encontró que el perfil del profesor mediador descrito por Lorenzo Tébar en su investigación coincide con el perfil que caracteriza al profesor que fue significativo para la formación de los estudiantes encuestados. Algunas de estas características que se destacan son: la capacidad de planear sus actividades formativas teniendo en cuenta la intencionalidad, el significado y la trascendencia para lograr impactar en los aprendizajes significativos y en la formación integral; la capacidad de seleccionar las metodologías pertinentes para la enseñanza de saberes específicos teniendo en cuenta las dificultades de los estudiantes, sus potencialidades, las necesidades y su motivación; la habilidad para convocar al autodescubrimiento con preguntas problematizadoras, el uso de métodos inductivos que activan los conflictos cognitivos y conducen a la búsqueda de nuevos aprendizajes. De igual manera, aprovecha el error como fuente de formación de manera que conduzca a la indagación como vía para el desarrollo del espíritu investigativo; promueve espacios de evaluación y metaevaluación para que a partir del autoanálisis del desempeño de cada estudiante, lo rete a diseñar nuevas maneras de abordar los saberes y desarrollar sus procesos de pensamiento, haciéndolos competentes para apropiarse del conocimiento y transferirlo en diversos contextos del mundo de la vida (6).

 

CONCLUSIÓN

El profesor destacado por los estudiantes encuestados en esta investigación se ha convertido para ellos en un referente y lo tienen como un ejemplo digno de seguir. Se reconoce que la esencia de su condición humana es el principal motor que impulsa a sus estudiantes a considerarlo como significativo para su formación integral.

 

AGRADECIMIENTOS

A los estudiantes, al profesor destacado, a la familia, a los colegas, a los pacientes, a los amigos y demás personas que participaron en las entrevistas y grupos focales. A Marta Cifuentes, de la oficina de apoyo pedagógico, por su colaboración con las videograbaciones en los diferentes escenarios.

 

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