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Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud

Print version ISSN 0121-0807

Rev. Univ. Ind. Santander. Salud vol.48 no.2 Bucaramanga Apr./June 2016

https://doi.org/10.18273/revsal.v48n2-2016008 

DOI: http://dx.doi.org/10.18273/revsal.v48n2-2016008

Saberes locales campesinos sobre
el alimento: aportes a la soberanía
y la salud mental comunitaria

Beatriz E. Arias L.1

1. Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia.
Correspondencia: Beatriz E. Arias. Dirección: Carrera 45 A # 34 sur 57 Apto 979 Envigado. Correo electrónico: beatriz.arias@udea.edu.co.
Teléfono: +4 2196355

Recibido: julio 28 de 2015 Aprobado: noviembre 17 de 2015


Forma de citar: Arias BA. Saberes locales campesinos sobre el alimento: aportes a la soberanía y la salud mental comunitaria. Rev Univ Ind Santander Salud. 2016; 46(2): 232-239.


RESUMEN

Introducción: Los trabajos sobre violencia política, salud mental y vida cotidiana realizados en alianza entre la academia y una organización campesina en Antioquia, han llevado a posicionar la soberanía alimentaria como un asunto central en procesos de recuperación y reparación colectiva, en un contexto donde se amalgama el sufrimiento, la precarización del modo de vida campesino y la deuda histórica de una reforma agraria inacabada Objetivo: Explorar los procesos salutogénicos que emergen de las acciones reflexivas emprendidas por un grupo de mujeres campesinas a partir de su participación en una experiencia de Investigación Acción Participativa (IAP) y sus aportes a la soberanía alimentaria local. Metodología: Estudio cualitativo que recoge elementos de la IAP, desarrollado en Argelia, Oriente antioqueño, a través de entrevistas semiestructuradas, grupos focales, observación participante y ejercicios de cartografía social, además de acciones de incidencia local Resultados: Se describen los productos derivados del proceso de investigar-actuar-participar tales como la consolidación de un equipo local de investigación y tres acciones de incidencia en la vida local: inventario de semillas nativas y criollas, vivero comunitario, feria campesina y festival gastronómico. Conclusiones: 1) El alimento adquiere una connotación política y trasciende lo nutricional funcional. 2) Los saberes locales de subsistencia/resistencia generan soberanía 3) Las redes sociales sobre las que se soportan los saberes, y los saberes mismos, son recursos sociales de salud. 4) Es necesario problematizar las medidas técnicas convencionales en el campo de la salud mental y ubicar su campo de acción en el terreno de las relaciones microsociales.

Palabras clave: Salud mental, Investigación participativa basada en la comunidad, población rural, alimentos, mujeres.

Local peasant knowledge about food: contributions
to sovereignty and collective mental health

ABSTRACT

Introduction: TApproaches on political violence, mental health and daily life conducted in partnership between the academy and a peasant organization in Antioquia, have positioned food sovereignty as a central issue in processes of repair and collective recovery. In a context where suffering, precariousness of the peasant mode of life and historical debts caused by an unfinished land administration reform, remain being key elements of the conflict. Objectives: To explore salutogenic processes that emerge from the reflections made by a group of rural women, based on their active participation in a research experience and their contributions to local food sovereignty. Methodology: Qualitative study which includes elements of the IAP, developed in Algeria, eastern Antioquia, through semi-structured interviews, focus groups, participant observation and social mapping exercises. Besides, local advocacy actions were assessed. Results: Inventory of native and creole seeds, community garden center, country fair and food festival are described as resulting products from the process of research-actionparticipation where the consolidation of a local research team and actions of incidence in rural life are exposed. Conclusions: 1) Food acquires a political connotation and transcends functional nutrition. 2) Local knowledge of subsistence or resistance generates sovereignty 3) Social networks on which knowledge is supported, and knowledge itself, are social health resources. 4) It is necessary to problematize the conventional technical measures in the field of mental health and to determine its scope in the field of micro-social relationships.

Keywords: Mental health, community-based participatory research, rural population, food, women.


"Las comunidades campesinas representan un problema para el modelo agroindustrial dominante y para la doctrina económica que lo fundamenta[…]: compran y venden poco, no tienen cuentas en el banco, ni tarjetas de crédito, son números inútiles para las cuentas del gran capital"
Bonino, 2013


INTRODUCCIÓN

El artículo que se presenta a continuación es fruto del trabajo conjunto entre la academia y una asociación civil campesina*, cuya alianza ha buscado generar procesos investigativos y de acompañamiento a comunidades de territorios rurales, bajo la premisa de inclusión de un componente participativo-reflexivo, tanto para el hacer académico, como para los procesos propios de la organización campesina. En este trabajo sinérgico, adelantado especialmente en el oriente antioqueño, un foco fundamental de interés ha sido la violencia política, la salud mental y la vida cotidiana, el cual surge con fundamento en dos situaciones relevantes: por un lado, como lo señalara el Centro Nacional de Memoria Histórica en su informe Basta Ya1, el campo colombiano ha sido uno de los escenarios permanentes del conflicto armado, generando un impacto severo en términos de desplazamiento forzado, pérdida de territorios y una variedad de secuelas sociales, morales, económicas y culturales sobre la vida campesina, aún desconocidas, a pesar del acumulado de producción investigativa en el país. Por el otro, la correlacionada, tensa y compleja lucha por la reforma agraria en Colombia, cuya historia ha transitado por medidas reformistas, de mercado y/o de despojo, consolida una deuda histórica con las poblaciones y los territorios campesinos, insertos en un proyecto geopolítico globalizador que ha agravado las injusticias e inequidades en el mundo rural. Ambas razones argumentan la necesidad de dinamizar procesos que permitan fortalecer una salud mental potenciadora de la sensibilidad y la solidaridad correlativa a la dignificación de la población campesina.

Uno de los aprendizajes que nos ha dejado este tránsito conjunto, ha sido la urgencia de incorporar una mirada renovada y distante de los clásicos abordajes alrededor de las afectaciones que deja la guerra y el conflicto armado sobre la salud de las personas y las comunidades, consistentes en la primacía de enfoques morbicentricosepidemiológicos que desconocen el trasfondo histórico y político de la producción de la salud, la enfermedad y el cuidado , esto es, la producción socio histórica de la vida y la muerte. Desde ese lugar comprensivo hemos entendido que la salud mental es un campo de carácter eminentemente relacional, cimentado en diversos sistemas de la vida cotidiana, tales como la riqueza cultural, las redes de apoyo social, la vida material y los sistemas simbólicos, con los cuales hacemos frente a los conflictos y el sufrimiento social, producto de la acción de poderes económicos, políticos e institucionales2, que paralelamente suscitan respuestas sociales y formas afirmativas de resistencia, en las cuales es posible ubicar procesos salutogénicos.

En una investigación previa, realizada en el municipio de San Francisco - Antioquia3, los hallazgos sobre salud mental, violencia política y resistencia campesina nos llevaron a considerar que la salud mental estaba indefectiblemente atada a lo que da sentido a la vida campesina, a saber, la producción de alimentos y la relación con los territorios, central en las narrativas campesinas y a la vez en la problemática campesina ya esbozada. De allí que al centro de las discusiones sobre los procesos de recuperación colectiva, desde el punto de vista de la salud mental, aquel proceso nos enseñara que más que un asunto de orden técnico convencional, urge poner en el centro la soberanía campesina y la exploración de estrategias conducentes a su logro.

La soberanía alimentaria cobra allí relevancia, en tanto se dirige al derecho que tienen las personas para determinar las políticas alimentarias y agrícolas, y decidir qué, cómo y quién produce; además de la garantía del acceso a los recursos públicos como el agua, la tierra y las semillas. La soberanía alimentaria supera la seguridad alimentaria, en la medida en que se torna en derecho político de incidir sobre los bienes públicos, y definir lo que se come desde una perspectiva social y no solo individual4.

En consecuencia, se proyectó un estudio en la localidad de Argelia, cuyo objetivo fue construir con un grupo de mujeres campesinas, una memoria de sus saberes y prácticas alrededor del alimento, como elemento político nodal en el cuidado de la vida personal, familiar y comunitaria. Para el caso de este articulo, nos interesa presentar los procesos que emergieron en la dinámica investigativa, que tienen un efecto de acción práctica sobre la vida local y sobre las participantes, con el fin de explorar en dichos trazos la emergencia de procesos salutogénicos, especialmente para las mujeres que habitan y construyen la vida en contextos marcados por el conflicto armado y la violencia política.

Cabe señalar que Argelia, además de ser uno de los municipios con mayores niveles de pobreza en Antioquia, ha sido afectado en forma importante por el conflicto armado al igual que otros municipios del oriente antioqueño: su territorio fue lugar de asentamiento de guerrilla y paramilitares, siembra de minas antipersonal, reclutamiento y desaparición forzada, entre otras, cuya expresión más notoria fue la reducción de su población en aproximadamente un 40% entre 1993 y 2005 y que hoy sigue apareciendo en los titulares de la prensa local y nacional, con una deuda creciente de inequidad y corrupción.

Uno de los supuestos que acompañó esta búsqueda, es que una vía para el fortalecimiento de la soberanía campesina, pasa por el propio reconocimiento de saberes locales, que si bien pueden estar silenciados e invisibilizados por las lógicas del mercado, son elementos potentes para la recuperación y reparación en contextos de conflicto armado e intenso sufrimiento, en la medida en que revelan la agencia, la capacidad y el potencial para resistir con dignidad. Simultáneamente fue de interés en este proyecto aproximarse al mundo de las mujeres campesinas, ya que como lo han afirmado reiterativamente diversos investigadores, en el contexto del conflicto armado ellas no solo han experimentado la destrucción de la vida, los bienes y los lazos sociales, sino que han tenido que reconstruir sus proyecto de vida y el tejido social de sus comunidades5,6,7.

METODOLOGÍA

La metodología que se llevó a cabo, eminentemente cualitativa, acogió algunos elementos de la Investigación Acción Participativa, lo cual significa, que si bien pretendió seguir los principios fundamentales de dicha perspectiva, también reconoce las limitaciones de una implementación literal de la misma. Aquí cabe señalar el papel de la Asociación Campesina de Antioquia ACA como parte del equipo investigador, organización sin ánimo de lucro, cuyos asociados hacen parte de las mismas comunidades campesinas y que desarrolla actividades de apoyo y acompañamiento de los procesos organizativos de base, con un trabajo continuo en Argelia desde el año 2006, lo que conlleva a que esta investigación más que un proyecto aislado externo, hace parte de un continuo de trabajo construido colectivamente con las comunidades. Es precisamente bajo esta consideración que se consolidan los criterios de validez del estudio, en relación con la aprobación comunitaria producto no solo de la devolución permanente a las comunidades, sino además del desarrollo empático de los procesos y la participación activa de las personas de la localidad8,9. Es así como el tema de la soberanía alimentaria y la necesidad de documentar las prácticas y saberes alimentarios surge de procesos de trabajo ya instalados con dichas comunidades3,10.

En términos generales el proceso se orientó por la siguiente ruta, combinando procesos pedagógicos, con otros de reflexión y de acción, que no constituyen un camino lineal, sino un proceso en espiral:

  • Acercamiento y motivación: Ancladas en discusiones y trabajo previo en terreno, se actualizó con las comunidades el interés en explorar conocimientos relacionados con la producción y el acceso al alimento, el cual se enlazó con las posibilidades que tenían las mujeres campesinas de actuar creativamente, generar movilización social e identificar con ellas las prioridades a estudiar, teniendo en cuenta que desde el año 2013 venían trabajando colectivamente en la transformación de productos locales en preparados alimentarios y medicinales, con fines de autoconsumo e intercambio local. En esta primera fase se realizó invitación amplia en cuatro veredas del municipio para conformar el equipo local de investigadoras campesinas y se definieron los trazos generales en función de los debates realizados en procesos como la Escuela Agroecológica - ESAGRO y la Red organizativa y productiva de jóvenes rurales, realizados por personas de estas y otras comunidades desde el año 2006 en el marco operativo de la ACA.
  • Conformación/preparación del equipo de trabajo: este momento permitió la articulación de los actores externos - miembros de la institución académica y profesionales acompañantes de la asociación civil - con el equipo investigador local, con el fin de establecer relaciones de confianza mutua que favorecieran la horizontalidad y el dialogo. El eje central fue fundamentalmente pedagógico, en el sentido de intercambiar saberes del territorio y del contexto local, con saberes formales alrededor del oficio de investigar. A la convocatoria asistieron 25 personas, para finalmente conformar un equipo local con 10 mujeres procedentes de las cuatro veredas, cuyas edades oscilaron entre 14 y 60 años, lo cual enriqueció el dialogo intergeneracional.
  • Definición de problemáticas/temáticas particulares y formas de acercamiento: se definieron con las mujeres del equipo local de investigación los focos de indagación en cada vereda, así como las fuentes de información más relevantes en términos de personas claves, escenarios y procesos. A partir de esta definición se concertaron las estrategias más pertinentes para la producción de los datos y se construyeron las guías e instrumentos. Los focos de indagación que privilegiaron las mujeres y sus vecinos fueron los cultivos de pan coger en dos veredas y el cultivo de la caña en las otras dos.
  • Producción de la información: Se llevó a cabo a través de la observación participante, la revisión de fuentes documentales, la realización de 50 entrevistas semiestructuradas y de cuatro grupos focales. Igualmente se realizó inventario de semillas en cada vereda, haciendo uso del instrumento Guía para la recuperación y Conservación de Semillas Criollas elaborado por Grupo Semillas§ en el año 2012, el cual es de uso abierto y libre. Se llevaron a cabo 15 ejercicios de cartografía social individual y cuatro ejercicios colectivos. El proceso estuvo acompañado del registro en diarios de campo, además de un amplio registro audiovisual. La recolección de información fue prioritariamente realizada por las mujeres del equipo local de investigación, con el apoyo del resto de personas del equipo investigador sobre todo en las actividades de orden más colectivo tales como grupos focales y ejercicios de cartografía.
  • Análisis: Se acogió la propuesta de Marti Joel11 y se realizó en forma simultánea con la producción de la información. Para el análisis se realizaron jornadas de discusión del equipo en pleno, a partir de la lectura del material, construyendo categorías problemáticas generales en relación con los objetivos propuestos, manteniendo como eje trazador la identificación de recursos potenciadores de soberanía y autonomía, así como limitantes o barreras para las mismas.
  • Acción - reflexión: metodológicamente se pretendió articular los conocimientos emergentes con acciones concretas sobre la vida cotidiana campesina local, expresada en actividades colectivas como festivales gastronómicos, ferias campesinas y construcción de un vivero comunitario, los cuales se describirán más ampliamente en los resultados. Estos tres elementos se derivaron del análisis de la información recabada, de las reflexiones de las mujeres campesinas del equipo local y de la discusión, que como se mencionó, se venía instalando en el territorio desde el año 2006.
  • Devolución preliminar: el análisis y los hallazgos preliminares fueron discutidos con las comunidades locales a través de una estrategia de taller comunitario en cada vereda, liderado por las mujeres del equipo investigador local, con acompañamiento de los demás miembros del equipo de trabajo. Para estos talleres se utilizó la estrategia de discusión por tarjetas.
  • Para la devolución final se llevó a cabo una asamblea comunitaria amplia con invitación a líderes comunitarios, representantes de la institucionalidad local y comunidades en general. Para la divulgación de resultados se prevén distintas formas de presentación con el fin de llegar a distintas personas y con distintos énfasis: publicación de carácter científico, cartillas y video.

RESULTADOS

Los resultados que presentamos están circunscritos a aquellos que emergen del proceso de investigar-actuarparticipar, como acciones prácticas en la vida personal y local, para comprender e identificar a partir de ellos los procesos salutogénicos que se generan en función de la emergencia de saberes y habilidades desde las dinámicas locales de vida y su importancia como recursos para responder activamente a los conflictos de la vida social y para fortalecer planes de vida colectivos e individuales.

Consolidación del equipo local de investigadoras campesinas: Las 10 mujeres que formaron parte del equipo local, procedentes de las cuatro veredas, participaron en actividades compartidas de enseñanza/ aprendizaje sobre investigación, que las llevó a adquirir, fortalecer y/o mantener habilidades para preguntarse, preguntar a otros, observar, registrar, analizar información y realizar actividades de devolución/ divulgación con sus comunidades. Esto afianzó las dinámicas de liderazgo que venían realizando en sus ámbitos microsociales vecinales, consolidando redes, reforzando procesos previos y desde la orientación investigativa de la IAP, poniendo en juego conocimientos diversos; estimulados, reconocidos e indagados desde las mismas personas.

Levantamiento del Inventario de semillas criollas y nativas para proceso de guarda e intercambio: Se adelantó en las cuatro veredas un inventario de variedades criollas y nativas de los productos agrícolas más relevantes en la cultura y la economía local. El inventario incluyó la identificación del potencial custodio o guardador, el nombre local con el cual son conocidas, el piso térmico en el que se cultiva, la descripción de las características: forma y tamaño de la planta, de las hojas y de las flores, forma del tubérculo o raíz, consistencia y sabor del mismo. Igualmente se identificó su destinación al autoconsumo y/o la comercialización y el tiempo que tarda en producir en meses. Un elemento central de este inventario es la identificación que hace la comunidad del estado de la variedad en términos de su abundancia, escasez o incluso pérdida, para el caso de especies que han dejado de cultivarse y/o de usarse. En términos generales se acopió información sobre productos agrícolas como maíz, frijol, yuca, plátano, caña de azúcar, café, tubérculos y raíces, hortalizas, frutales y plantas medicinales, identificando en cada caso variedades en extinción por falta de siembra y/o falta de uso, en relación con tendencias de la economía agrícola local y la modificación de algunos patrones culturales alimentarios.

Vivero comunitario: se gestó y construyó durante el proceso, bajo el liderazgo de un grupo de siete mujeres, algunas pertenecientes al grupo de investigación local. La propuesta surge en intima relación con el inventario de semillas nativas y criollas, como una estrategia para propiciar la siembra y resguardo de algunas especies locales documentadas en dicho ejercicio. El vivero se propone como fuente de plántulas para las huertas familiares y el intercambio de semillas con otros grupos pertenecientes a la Asociación Campesina de Antioquia. Como se mencionó anteriormente el tema de las semillas ocupa hoy un lugar central en el debate político por cuanto toca con asuntos como biodiversidad y autonomía, por lo cual el "rescate" de dicho conocimiento y su mantenimiento se configura en una potente respuesta desde la escala local.

Festival Gastronómico y Feria Campesina: Durante el proceso se desarrollaron iniciativas que venían en discusión entre las mujeres participantes en la investigación y sus vecinos y que fueron enriquecidas por el proceso mismo y los análisis generados durante la investigación. Fue así como se dio inicio a una propuesta de Festival gastronómico y Feria campesina, con la cual se pusieron en escena pública y para la oferta local los diferentes productos agrícolas producidos en la zona rural, así como las preparaciones propias de la gastronomía local. Esta propuesta buscó posicionar los productos y los saberes locales sobre gastronomía entre la población de la cabecera municipal y los vecinos de otras veredas, con el propósito de movilizar las economías familiares y propiciar las sinergias en los circuitos de intercambio local.

DISCUSIÓN

En primer lugar es necesario señalar que los resultados presentados, fueron producto de la participación conjunta de los miembros de las comunidades, quienes en forma colaborativa con las mujeres integrantes del equipo local de investigación, construyeron colectivamente un panorama de sus prácticas, que una vez problematizadas y puestas en dialogo con los procesos que venían trabajando con la Asociación Campesina de Antioquia, llevaron a las acciones de incidencia local señaladas en los resultados: ferias campesinas, festivales gastronómicos y vivero comunitario. El acercamiento que hicieran las mujeres investigadoras, constituyó un ejercicio reflexivo, que partió de la identificación conjunta con sus vecinos de prioridades, preguntas, focos e intencionalidades, el cual tuvo efectos en la consolidación del equipo de investigación, en la medida en que trazó y orientó rutas de trabajo, pero además de articulación prospectiva a la construcción de planes de vida que vienen trabajando colectivamente.

Los resultados tienen importancia por sus aportes tanto para la salud mental comunitaria como para la seguridad alimentaria. Reiteramos que la primera es una perspectiva ajena a modelos explicativos de causalidad orgánico-fisiológica y más afín al reconocimiento de las capacidades de las personas para tramitar los conflictos y el sufrimiento que emergen de la interacción social. De allí la intención de acercarse a las dinámicas cotidianas de las comunidades de Argelia, que si bien se ven afectados por lógicas económicas, políticas, culturales y sociales propias de un modelo de desarrollo que desestima sus modos de vida, igualmente producen estrategias para hacerles frente. Dichas estrategias ofrecen al campo de la salud mental alternativas para una terapéutica comunitaria, surgida de las propias personas y comunidades, no solo por las dinámicas que movilizan, sino también por los efectos que tienen sobre la autonomía y valoración personal.

Entre ellas cabe destacar el valor de algunos de los saberes locales que se produjeron en el intercambio entre las mujeres del equipo local y sus vecinos, que constituyen una contención ante el miedo y la desesperanza en tanto recuerdan y confirman que aún es posible obtener de la tierra lo necesario para sobrevivir, "no solitariamente, sino solidariamente" y que es posible aún emprender proyectos colectivos que permitan subsistir, es decir, "cultivar lo que uno come y comer lo que se cultiva", escapando del circulo engañoso del sistema económico que nos pone a producir una cosa para poder obtener otra en el mercado12. La potencia del ejercicio de coproducción conjunta de estos saberes, guarda relación además con la manera cómo se construyen y cómo circulan, ya que la mayoría hacen parte de memorias autobiográficas que son transmitidas oralmente, manteniendo y fortaleciendo los lazos en y con lo local: son conocimientos aplicables a problemas comunes compartidos, que circulan entre vecinos y por lo tanto permiten tejer lazos sociales y redes de sostén a partir del intercambio de información y saberes prácticos entre las personas.

Es importante señalar aquí, como lo muestran otras experiencias13, que son las dinámicas sociales, más que las técnicas, las que limitan o impulsan el propósito de la soberanía campesina, y complementariamente es necesario reconocer e insistir, en la asociación positiva entre redes de apoyo social y salud mental, tanto por sus efectos de protección como de atenuación ante experiencias de sufrimiento, de tal forma que cuando estas se configuran de forma estable, integrada y confiable, su potencial salutogénico se amplifica14,15,16, afirmando inclusive que la ayuda reciproca que se despliega en estas redes sociales debe considerarse como un recurso que hace parte de la producción social de la salud17 y por tanto es fundamental su promoción y fortalecimiento. Obviamente es menester reiterar, que esta perspectiva debe plantearse en términos políticos y éticos, más que instrumentales o técnicos, y en el caso concreto que nos ocupa, considerar su ligazón intrínseca al fortalecimiento de los saberes locales de subsistencia/resistencia como soportes de la soberanía campesina.

Por tanto la recuperación, custodia y mantenimiento dinámico de saberes de subsistencia, que mejor podrían nombrase saberes de resistencia, son fundamentales para construir proyectos colectivos cuyo núcleo sin duda es la soberanía alimentaria. A diferencia de la seguridad alimentaria, cuya circunscripción es la disponibilidad de alimentos sin poner en cuestión las condiciones de dependencia subyacente a la misma, la soberanía alimentaria constituye uno de los ejes básicos de la resistencia campesina por la autonomía en sus modos de producción, consumo, comercialización y protección del alimento, mediante la apuesta por una economía propia. La soberanía alimentaria se plantea entonces como una práctica social y política de autonomía que les permita a las comunidades definir qué producen, qué consumen, qué necesitan para su bienestar, en estrecha relación con el cuidado de la vida campesina y sus modos de vida, a partir de una mirada integradora, que no solo se circunscribe a indicadores de eficientísimo económico.

Ahora bien, los saberes locales no solo son valorables por la manera como se producen y circulan, sino también por los contenidos que recrean. De especial importancia son los conocimientos sobre semillas nativa y criollas, ya que es un conocimiento que sin duda garantiza mayores niveles de autonomía, en la medida en que hace frente al control monopólico sobre la producción y la concentración de los alimentos en una matriz única, representada en aproximadamente 50 compañías que controlan la mayor parte de la producción de semillas, los insumos agrícolas y la distribución de alimentos en el mundo18. Construir colectivamente este conocimiento y documentarlo en un inventario local, generar un espacio para la guarda y siembra y posibilitar estrategias de intercambio, son acciones que, aun a pequeña escala, contribuyen a la soberanía campesina y a disminuir los lazos de dependencia.

Igualmente cabe resaltar saberes sobre tecnologías y otras prácticas culturales, las cuales se convierten en estrategias de cuidado comunitario "endógenas", es decir formas de respuesta social que se generan y desarrollan a partir de su propio caudal de representaciones, conocimientos y prácticas. Estos saberes, si bien permanecen al margen de los sistemas especializados o formales, constituyen un dispositivo de protección social, toda vez que tienen como eje un sistema relacional de sostén recíproco que a su vez se apoya en una síntesis de saberes nutrida de manera ecléctica y plural19.

La puesta en práctica de acciones en el nivel local, como las descritas en los resultados, más allá de la magnitud de sus alcances, tienen valor en la medida en que se instalan como posibilidad concreta de transformación y afianzan la aspiración de poner en conversación saberes diversos a partir de la participación directa de las comunidades en la investigación de sus propios procesos. En este sentido ofrece una posibilidad para problematizar la disponibilidad de alimentos no solo en función de la satisfacción alimentaria, sino extendiendo sus efectos sobre el resguardo de la dignidad, la autonomía, la independencia y por tanto sobre la salud mental.

Para cerrar es importante señalar que la experiencia de trabajo con las mujeres investigadoras campesinas de Argelia y sus comunidades vecinas nos permitió reconocer la potencia de combinar por una lado un enfoque como el de la investigación acción participativa; un campo de conocimiento y práctica social como la salud mental colectiva y finalmente un campo estratégico como la soberanía alimentaria. Las tres perspectivas comparten una crítica común ante la propuesta de un único mundo global posible, marcado por el consumo individual y la competitividad del mercado y en esa medida buscan posibilidades en otros saberes y maneras de habitar el mundo, o como lo señala Escobar20 son acercamientos inter-epistémicos, es decir, parten de la premisa de que hay muchas configuraciones del conocimiento y el saber, más allá del conocimiento consagrado como tal por la academia.

La vida local nos permitió adentrarnos en estas aspiraciones para comprender cómo las comunidades campesinas del país resisten cotidianamente al despojo, en un proceso de constante pugna y tensión, que reclama esfuerzos permanentes para reinventar la vida en medio de amenazas, que más que desaparecer, se renuevan. Esta experiencia, un trayecto más en este recorrido que venimos trazando entre académicos, organización campesina y comunidades, nos permitió afianzar los lazos para interrogar las relaciones micro políticas y sus posibilidades para nombrar y construir el futuro deseado, desde los lugares de la experiencia cotidiana y desde las formas de convivencia y sociabilidad. En estas movilizaciones convergen la salud mental comunitaria y la soberanía campesina, y aún teniendo en cuenta que no es un camino fácil, siempre será mejor emprenderlo, tejiendo confianzas y cercanías, en dinámicas ascendentes de interacción21.

AGRADECIMIENTOS

A las campesinas del municipio de Argelia por su hospitalidad y su apertura para compartir sus conocimientos. A la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y a la Asociación Campesina de Antioquia ACA por su compromiso para la realización de este proyecto.

Este artículo se deriva del proyecto Construcción de una memoria colectiva, campesina y femenina sobre el alimento: saberes y prácticas productivas y de cuidado familiar. Municipio de Argelia, 2014-2015. Investigadora principal: Beatriz Elena Arias López (Universidad de Antioquia). Coinvestigadores: Luz Estella Cifuentes y Elsa Pilar Parra Mojica (Asociación Campesina de Antioquia ACA), Ana Galeano Cardona, Diana María Arango Dávila, Marina Galeano, Luz Myriam Ocampo Castaño, María Rubí Ocampo Castaño, Ana Celia Galeano Orozco, Jaqueline Zuluaga, Henry Zuluaga, Leidy Narváez, Luz Dey Narváez y Heidy Narváez (Equipo local de investigadoras campesinas); Estudiantes en formación Morganne Blais - McPherson (Universidad Mc Guill), Carlos Ramírez Chaves (Universidad de Lovaina) y Laura Antonia Coral V (U Distrital de Bogotá).

El proyecto se realizó con el apoyo y financiación de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y de la Asociación Campesina de Antioquia ACA.

CONSIDERACIONES ÉTICAS

Esta investigación se condujo bajo criterios de resguardo ético y protección de los participantes y fue avalada por el Comité de Ética de Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, según consta en el Acta CEI-FE 2014-22 del 2 de mayo de 2014.

CONFLICTO DE INTERÉS

Los autores del presente trabajo declaran no tener conflicto de interés.


* La Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y la Asociación Campesina de Antioquia vienen adelantando procesos continuos de investigación/acompañamiento desde el año 2009 y hasta la fecha, reunidos en la Línea de Investigación Salud mental, cuidado comunitario y ruralidad, adscrita al Grupo de Investigación Políticas Sociales y Servicios de Salud de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia.

La soberanía alimentaria surge como concepto en 1996, en el marco de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación del mismo año, propuesta por los campesinos, agricultores y trabajadores agrarios organizados en el movimiento internacional Vía Campesina

Ver en Noticias del oriente Antioqueño una miscelánea de asuntos relacionados con la vida local https://noticiasorienteantioqueno.wordpress.com/tag/argelia-antioquia/

§ Organización ambientalista no gubernamental colombiana. Ver semillas.org.co


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