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Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud

Print version ISSN 0121-0807On-line version ISSN 2145-8464

Rev. Univ. Ind. Santander. Salud vol.52 no.2 Bucaramanga Apr./June 2020  Epub Mar 18, 2020

 

Reflexión no derivado de investigación

Del internado, el miedo, la llegada y el ascenso de la pandemia

From medical internship, fear, arrival and rise of the pandemic

David Sarmiento-Aranda1 

1Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga, Colombia


Mientras se es estudiante de medicina, es inevitable pensar en el prospecto individual, del avance a lo largo de la carrera, quién y qué quiero ser, cómo voy a llegar a serlo, qué me gusta y qué definitivamente no sería ni con la oportunidad brindada. Asimismo, se ve con anhelo y ansiedad el momento de poner a prueba todo el conocimiento adquirido, la prueba de fuego donde ya no se es estudiante aunque tampoco se sea profesional: El Internado.

Como todo cambio de paradigma en la vida, el inicio es traumático, lleno de pruebas y cambios bruscos, desde el cambio en el sentido de la responsabilidad, a tener que enfrentarse a largas jornadas laborales, empezar a ver a los pacientes y no a las patologías, seguir a una persona en su proceso de enfermedad y recuperación, estudiarla y llegar a diagnósticos con grado variable de complejidad, aprender a confiar en las habilidades de los compañeros, conocer las fortalezas y debilidades de los demás miembros del equipo en salud, incluso saber en quienes no confiar, definir si uno mismo es no confiable para los compañeros.

Para el caso particular de nuestra cohorte, tuvimos la suerte y la desdicha de iniciar el internado en un punto de inflexión en la historia global de la salud. Casi cual profética y profana calamidad que se repite más o menos cada siglo en los años veintes, este año inició con la sombra del augurio de un nuevo reto para los sistemas de salubridad en todo el mundo; con un inicio súbito y de rápido crecimiento, nos enteramos de un conglomerado de China que con el paso de las semanas pasó a epidemia y pandemia, de ser un nuevo virus respiratorio como cualquier otro pasamos a cifras en aumento de muertos y colapso de los hospitales en naciones del primer mundo.

¿Qué nos queda a nosotros? En medio de nuestra sociedad en desarrollo, enfrentando a diario la injusticia social, el desabastecimiento y la crisis, es momento de recibir un nuevo ataque a nuestro sistema. El hospital, nuestro segundo hogar, donde pasamos tanto o más tiempo que ni siquiera nuestra casa, pasó de ser un lugar con exceso de pacientes pero vibrante de movimiento con personas luchando por vivir y sobrevivir, a un espacio parcialmente vacío, penumbroso, con apenas los pacientes más graves y que requieren atención intrahospitalaria forzosamente.

Nunca fue el hospital un lugar de regocijo constante. Estaban las pequeñas alegrías y ocasionalmente las dolorosas partidas. Ahora es principalmente un espacio de zozobra.

¿Cuándo llegará el primer caso confirmado? No lo sabemos. Pero cada día es un pensamiento ineludible. ¿Nos contagiaremos? ¿Seremos los verdugos de nuestros allegados? ¿Nos agredirán por la calle? Estas y muchas más, son preguntas sin resolver; sin embargo, somos internos, nuestro compromiso social está claro. Hasta que sea el momento de tomar una nueva conducta, el hospital sigue siendo nuestro hogar y nuestras responsabilidades persisten.

Correspondencia: David Sarmiento Aranda. Correo electrónico: davidsarandamd@gmail.com

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