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Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud

Print version ISSN 0121-0807On-line version ISSN 2145-8464

Rev. Univ. Ind. Santander. Salud vol.52 no.2 Bucaramanga Apr./June 2020  Epub Mar 18, 2020

 

Reflexión no derivado de investigación

¿Qué nos quedará de esta crisis?

What will be left of this crisis?

Carlos-Eduardo Pinzón-Flórez1 

1 Sanitas EPS. Bogotá, Colombia.


Tal vez debería utilizar mi tiempo para generar ideas interesantes para que nuestros pacientes tengan los servicios y medicamentos necesarios para mantener su vida libre de síntomas de sus males físicos y algunos espirituales en el mejor de los casos. Sin embargo, siento una obligación innegable de escribir estas palabras bajo una pregunta que me hizo un reciente amigo en la noche de hoy: ¿Qué espero de la crisis? ¿Qué creo que pasará después de todo esto?

Lo primero que debo decir es que la humanidad saldrá victoriosa de este momento, aunque mi comentario pareciera tener un toque de soberbia, tiene un toque basado en el conocimiento, la evidencia y la historia. La humanidad ha aprendido de sus errores, de sus tragedias y a pesar de sí misma se ha reinventado a lo largo de la historia; es necesario recordar a uno de los grandes economistas liberales del Reino Unido, John Stuart Mill, que mencionaba que nada cambia definitivamente en el mundo sino cambian los modos de pensamiento y creo que se hace imperativo esto no solo en la crisis actual sino en la necesidad constante de pensar que sucederá en nuestro futuro.

Creo que pasarán tres cosas en el mundo y me atrevo a aseverar que en nuestra empresa después de este momento. Para explicarlo quisiera tomar los pensamientos desafiantes de Angus Deaton con su teoría del gran escape.

Lo primero es conectarnos emocionalmente. Después de mucho tiempo como sociedad recordamos lo importante que es sentirse querido y amado. Entendimos que la conectividad digital es el presente de la evolución de la humanidad pero que también la sociedad requiere algo más que información, requiere emociones, empatía, escapar de la agobiante soledad y reconocer lo realmente importante: la familia, los amigos, el amor… Si no logramos una conexión emocional con la gente será muy difícil un cambio después de esta o cualquier crisis.

Lo segundo que sucederá y que evidencio que está sucediendo, es el escape a la ignorancia. Reconocer que la moral de la conservación no concede a nadie una excusa para sentirse superior ni reclamar privilegios especiales, para mi es salir de la ignorancia a la cual estábamos sumergidos como sociedad. El planeta nos recordó lo frágiles que somos como especie y seré duro con nosotros al concluir que hemos abusado, hemos vulnerado un principio fundamental de cualquier teoría o teología social: no hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan y esto incluye a otras especies, al mismo planeta. Pareciera que el planeta nos ha dado una advertencia y es que se nos permitirá vivir en él solo mientras lo tratemos con compasión e inteligencia. Nuestro futuro depende de esta idea, y debo reconocer que nuestro conocimiento no solo es nuestro legado, en esta crisis ha sido nuestra salvación, pero requiere una voluntad para encaminarlo hacia poder cambiar nuestro futuro apocalíptico.

Lo tercero es la imprescindible toma de conciencia. La cooperación y acción colectiva entre países fue casi imposible en esta crisis y debemos cuestionarnos si debería ser así, o al contrario debería reflejar que la humanidad lucha por su supervivencia, olvidándonos de la raza, del dinero, de las clases… En nuestros sitios de trabajo, también deberíamos dejar de lado los prejuicios, los miedos y las inseguridades y recordar que, si con una crisis como esta no logramos unirnos por lo menos como seres humanos, no me imagino que tendrá que suceder para que lo logremos. Por este pensamiento, se hace imperativo ser optimistas sobre nuestras conexiones emocionales en momentos de crisis, el usar adecuadamente nuestros conocimientos para los demás y la solución de estos problemas que agobian a nuestras sociedades y la consolidación de nosotros como equipos ante la inminente amenaza de la crisis. Tengo la esperanza de que nuestra percepción del mundo cambie radicalmente, de que nunca olvidemos los momentos de soledad en los que hemos estado sometidos, en los sentimientos de temor por la salud de nuestros padres y abuelos, en la sensación de impotencia por no poder hacer mucho frente a las personas que han muerto por esta crisis, porque espero fielmente que después de este momento de la humanidad nuestro mundo aún puede ser distinto y los invito a no resignarnos por un pasado que hoy el mundo nos dice… despierta.

Corrrespondencia: Carlos Eduardo Pinzón Flórez. Sub Gerencia de Medicamentos, Sanitas EPS. Correo electrónico: cepinzon@gmail.com

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