Introducción
Al inicio de la pandemia los gobiernos, ante la falta de vacunas, implementaron medidas no farmacológicas y tratamientos farmacológicos efectivos con el fin de mitigar y suprimir la propagación del virus1. El gobierno colombiano estableció medidas que afectaron en diferentes niveles a toda la población. En la Tabla 1, se encuentra algunas medidas que recomienda la OMS2.
Tabla 1 Medidas no farmacológicas, recomendadas por la OMS, para contener la propagación del COVID-19.

Fuente: Elaboración propia, Asociación Profamilia Colombia, abril, 2020.
La evidencia actual muestra que, cuando se implementan intervenciones no farmacológicas de forma temprana, se logra la reducción del número de casos, siempre y cuando estas se mantengan vigentes por varias semanas1. Esto permite, una menor demanda de usos de servicios de salud y mortalidad. Sin embargo, si estos controles no continúan de forma constante, por lo menos hasta que una vacuna sea completamente eficaz, la transmisión del virus podría volverse a elevar1,3.
Algunos factores como el exceso de información acerca de la pandemia, la inseguridad económica y el desempleo han generado en las personas, tanto en Colombia como en otros países del mundo, afectaciones en la salud mental como aumentos en los niveles de ansiedad, a su vez pérdida del sueño, estrés y aumento de situaciones de violencia al interior del hogar4,5. Es por esto que, es importante la generación de evidencia científica de forma oportuna y contextualizada que, de cuenta sobre los cambios de comportamiento, motivaciones y preocupaciones de las personas durante la pandemia.
Los estudios sociales que exploran las situaciones anteriormente descritas son igual de importantes que las investigaciones para desarrollar vacunas efectivas contra el COVID-196. Este tipo de investigaciones que exploran las percepciones de riesgo y los cambios de comportamiento durante la vida en cuarentena, contribuyen significativamente a la elaboración de políticas públicas y respuestas ante futuras pandemias. Se planifica, se orienta y se brinda apoyo con base en la evidencia7.
Es en estos escenarios donde las encuestas rápidas en línea, aparecen como una herramienta viable y factible para hacer investigaciones sociodemográficas, que exigen recursos humanos mínimos, se evita el riesgo de exposición al contagio por COVID-19 y pueden llegar a un gran número de personas, objeto de estudio, en periodos relativamente rápido8.
Cuando inició la pandemia en Colombia el gobierno formuló medidas no farmacológicas psra controlar el COVID-19, esto dio inicio a la cuarentena obligatoria en todo el país9,10. Estas acciones afectaron directamente a toda la población y por ello el país requiere una evaluación profunda de la respuesta social ante la pandemia. Este panorama ofrece una oportunidad de investigación ya que una vez se levanten las medidas de distanciamiento físico, esto no sería posible. La presente investigación se realizó para medir el impacto de estas medidas en la población y el objetivo objetivo es analizar la respuesta social a las medidas no farmacológicas para controlar la propagación del COVID-19 en Colombia.
Metodología
Estudio exploratorio descriptivo transversal (Cross-sectional survey). La investigación fue aprobada por el Comité de Ética en Investigaciones de Profamilia CEIP en sesión extraordinaria del 8 de abril de 2020, registrada en el acta número siete (7) de 2020. La prueba piloto para validar el instrumento de recolección de la información, se llevó a cabo los días 6 y 7 de abril y permitió evaluar la formulación y comprensión de cada una de las preguntas de la encuesta, el desarrollo del aplicativo (Survey Monkey) para la captura de información, y la medición del tiempo de diligenciamiento de la encuesta. Esta prueba se realizó al interior de la Gerencia de Proyectos e Investigaciones y con la Dirección Ejecutiva de Profamilia. En total 11 personas participaron en la prueba con un tiempo promedio de diligenciamiento de 20 minutos. El total de personas mayores de 17 años que respondieron la encuesta fue de 3549, entre el 8 y el 20 de abril de 2020.
Fuente de datos
La encuesta en línea se envió y difundió mediante un muestreo no probabilístico de Snow Ball por redes digitales. En la Tabla 2, se puede observar cómo está estructurado el cuestionario y sus componentes. Las preguntas están enfocadas a responder el objetivo de la investigación.
Análisis estadístico
En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo univariado de las variables. Se calcularon y analizaron los porcentajes para describir las características de la población objeto de estudio. También se calcularon los porcentajes para describir las categorías de las variables de cada una de las secciones de la encuesta.
En segundo lugar, se utilizó la metodología estadística k-means para identificar los tres grupos que estaban reaccionando de diferente forma a la pandemia. Las variables seleccionadas para la clasificación de los grupos fueron: cambios en la vida cotidiana; aspectos positivos del aislamiento; estrategias para llevar el aislamiento; preocupaciones por aspectos de su vida cotidiana, familiar y social; adopción de comportamientos preventivos para evitar el contagio; y percepción general a las medidas tomadas por el gobierno nacional y los gobiernos locales.
De las 3549 encuestas solo se tuvieron en cuenta los casos con respuesta válida en todos los ítems anteriores, lo que implicó trabajar con 2405 casos. La metodología permite agrupar los casos con patrones de respuesta similares, pero no agrupa variables por lo que al interior de cada grupo identiicado se pueden presentar dife-rentes comportamientos y actitudes. La consolidación, depuración, procesamiento y análisis de la información se realizó con el paquete estadístico SPSS11. El análisis de k-means es un método estadístico de agrupación de casos, basado en la distancia euclidiana entre estos. El método agrupa casos alrededor de k-centros cercanos (en este caso tres) y recalcula el valor de los centros a medida que ingresan nuevos datos. Y finaliza con un proceso iterativo que calcula los centros finales12.
Resultados
El mayor porcentaje de personas que respondieron la encuesta fueron mujeres (69 %), personas menores de 45 años (77 %), con ingresos familiares menores a cinco millones de pesos (69 %), con estudios universitarios (62 %). Los resultados se presentan según la estructura del cuestionario: i) Adherencia a medidas para controlar el virus; ii) Grupos que reaccionan a la cuarentena; y iii) percepciones de riesgo y necesidad insatisfecha de salud sexual y reproductiva, y salud mental durante la pandemia.
Adherencia a las medidas para controlar el virus
Como se puede observar en la Figura 1 el 78 % de las personas encuestadas aumentó la frecuencia del lavado de manos y el uso de alcohol, siendo este porcentaje del 80 % entre las mujeres, 75 % entre los hombres, más alto de 80 % entre las personas de 45 a 64 años y más bajo en las personas más jóvenes (18 a 24 años, 73 %). El 70 % evitó saludos de beso y apretón de manos, el 69 % usó tapaboca, 65 % se cubre con el codo cuando estornuda o tose, 59 % aumentó la frecuencia de la limpieza del hogar y/o sitio de trabajo y el 5 % aumentó autocuidado. El 35 % evitó el contacto con personas que habían viajado en el último mes, el 12 % evitó las relaciones sexuales y un 0,3 % no tomó ninguna medida para protegerse.

Figura 1 Porcentaje que adoptó medidas para protegerse y proteger a los demás del COVID-19 por sexo, Colombia 2020. Fuente: Encuesta Estudio Solidaridad, Asociación Profamilia Colombia, abril, 2020.
El 69 % acató inmediatamente el distanciamiento obligatorio del gobierno. De esta manera un 73 % evitó salir en general (eventos sociales y lugares concurridos), de este porcentaje el 62 % evitó el transporte público, el 54 % prefirió visitar centros de salud y hospitales, el 46 % suspendió viajes y un 46 % adoptó la cuarentena de forma voluntaria antes de que lo decretara el gobierno.
En general, 90 % adoptó al menos una medida para protegerse y proteger a los demás, el 68 % adoptó más de tres medidas de higiene y autocuidado, un 60 % adoptó más de tres medidas de distanciamiento físico el 78 % adoptó la cuarentena (obligatoria o voluntariamente) y sólo el 33 % empezó a trabajar desde casa.
Las personas mayores de 39 años adoptaron en mayores porcentajes prácticas de higiene y autocuidado para prevenir el COVID-19, mientras que las personas más jóvenes (18-24 años) adoptaron en mayores porcentajes comportamientos preventivos asociados con el distanciamiento físico. El 54 % de las personas de 45 a 49 a años, el 50 % de los jóvenes (18 a 24 años) y el 50 % de las mayores (60 años y más) entraron en cuarentena voluntariamente.
Según el sexo de las personas encuestadas, la mayor diferencia se encontró en el lavado frecuente de manos: 52 % para los hombres y 62 % para las mujeres. No se encontraron diferencias por sexo en las demás medidas.
Las razones que explican dichos cambios de comportamiento fueron principalmente: 73 % siente que es lo correcto y contribuye a contener la pandemia, 59 % lo hacen porque lo ordenó el gobierno, 55 % respondió al aumento de casos y colapsos de sistemas de salud en otros países, un 48 % respondió al incremento de casos de notificados en el país y un 30 % lo hizo debido a simulacros, toques de queda y/o medidas de gobierno local, distrital o territorial.
Con respecto al autoaislamiento, las personas mayores de 59 años (85 %) y de 45 a 49 años (82 %) presentaron los mayores porcentajes. El 78 % de las personas que tienen un trabajo remunerado, el 77 % de los que no tienen trabajo y el 74 % de los que trabajan sin remuneración se autoaislaron. El 72 % de las personas que participaron en el estudio y que tienen un ingreso familiar mensual inferior a 500 mil pesos COP entraron a cuarentena voluntaria. Mientras que en las personas con ingresos familiares superiores a diez millones de pesos COP fue de 84 %. Entre los encuestados que adoptaron el autoaislamiento, el 11 % de las personas que tienen un ingreso familiar mensual inferior a 500 mil pesos, tienen ahorros. Este porcentaje de ahorro asciende de acuerdo al nivel de ingresos y es del 77 % entre las personas con ingresos familiares superiores a los 10 millones de pesos.
Tres grupos que reaccionan a la pandemia
En la Figura 2, se puede identificar los tres grupos que han reacccionado de diferentes formas para enfrentar la pandemia: quienes la aceptan (40 %), quienes se resisten a la situación (34 %) y quienes sufren por su causa (26 %).

Fuente: Encuesta Estudio Solidaridad, Asociación Profamilia, abril, 2020.
Figura 2 A) Tres grupos que reaccionan a la pandemia. B) Grupos que reaccionan según el sexo. C) Cumplimiento de las medidas para controlar COVID-19 en Colombia según los grupos que reaccionan.
En general, los jóvenes del estudio se caracterizan por estar entre los que se resisten y sufren la situación, mientras que, los mayores de 49 años están en el grupo de los que la aceptan. Los hombres son más propensos a resistirse y las mujeres lo están pasando peor que los hombres: casi dos tercios están en el grupo de las que sufren durante la situación. Las mujeres de más de 39 años tienen más probabilidades de aceptar la cuarentena que las mujeres más jóvenes. En la mayoría de los casos los tres grupos apoyaron las medidas de distancia-miento físico.
A continuación, se destacan algunas características de cada uno de los tres grupos.
Grupo 1 - Resisten: 40 % son hombres, 68 % menores de 39 años, 40 % tiene ahorros y el 63 % no ha tenido enfermedades crónicas. Este grupo se caracteriza porque el 64 % adoptó menos de cuatro medidas de distanciamiento físico y en menores porcentajes medidas de higiene. El 12 % reportó ansiedad o depresión y un 15 % reportó problemas de convivencia y violencia doméstica.
Grupo 2 - Sufren: 73 % son mujeres, 64 % menores de 29 años, 55 % tienen un ingreso familiar promedio superior a $2 millones de pesos COP, 61 % ha tenido (o alguien de su familia) alguna enfermedad crónica. El 68 % adoptó más de tres medidas de distanciamiento físico, 73 % reportó ansiedad o depresión y el 80 % están muy preocupados porque alguien de la familia se contagie, tenga una emergencia médica y no reciba atención, porque la pandemia no sea controlada y por no saber cómo ni cuándo retornará la normalidad. En menores porcentajes ha podido hacer una rutina diaria de actividades o tratado de comer sano.
Grupo 3. Adaptan: 76 % son mujeres, 43 % mayores de 49 años, 36 % tienen ahorros y 63 % no han tenido enfermedades crónicas. El 63 % adoptó más de tres medidas de distanciamiento social y un 73 % reportó ansiedad o depresión. Las principales características de este grupo es que se comunican con familiares o amigos, usa redes sociales para mantenerse ocupados e informados, hacen actividad física en casa, también les gusta cocinar y tratar de comer sano. Finalmente, el 83 % considera que si cumplen con el distanciamiento físico contribuyen a mitigar la pandemia.
Percepciones de riesgo, necesidad insatisfecha de salud sexual y reproductiva, y salud mental.
El 98 % de las personas encuestadas considera que el COVID-19 es un problema grave para la salud y un 80 % cree que puede tener consecuencias de salud graves para toda la población sin distinción. En la Figura 3 se puede observar que, las personas perciben que es muy probable infectarse con COVID-19 si usa el transporte público (88 %), por tener contacto con alguien infectado (87 %), por tener contacto con superficies contaminadas (86 %) o por medio de las suelas de los zapatos (69 %). Mientras que consumir o usar productos importados desde China (21 %), consumir carne de animales salvajes (21 %) o convivir con un perro o gato (6 %) presentaron bajos porcentajes a nivel general.

Fuente: Encuesta Estudio Solidaridad, Asociación Profamilia, abril, 2020.
Figura 3 Porcentaje de personas que creen que es muy probable o probable infectarse con COVID-19 según las siguientes situaciones (por sexo):
Las personas perciben que es probable prevenir el contagio del COVID-19 al adoptar las siguientes prácticas: 21 % tomar agua cada 15 minutos, líquidos o bebidas calientes, 18 % hacer gárgaras (lavados de garganta) con bicarbonato, 19 % limpiar la casa con humo de eucalipto y un 12 % cree que es prevenible el contagio consumiendo ajo.
Con relación a la necesidad insatisfecha en salud sexual y reproductiva durante la cuarentena: el 20 % reportó alguna necesidad de atención (consulta ginecológica, endocrinología, asesoría anticonceptivos y manejo de violencias sexuales). Entre las personas jóvenes (18 a 29 años), las personas con ingresos familiares de menos de 500 mil pesos COP y los migrantes venezolanos, se encuentran los porcentajes con mayor necesidad insatisfecha, con cifras superiores al 25 %.
Con respecto a la salud mental, el 75 % de las personas encuestadas ha tenido alguna afectación en los últimos 21 días de cuarentena. De estos el 54 % se sintió nervioso, el 52 % se ha sentido cansado sin motivo, un 46 % se sintió inquieto impaciente y un 34 % sintió rabia/ira, como se puede observar en la Figura 4.

Fuente: Encuesta Estudio Solidaridad, Asociación Profamilia, abril, 2020.
Figura 4 Porcentaje de personas por sexo, que han sentido alguna de las siguientes afectaciones en la salud mental, últimos 21 días.
Según los grupos que reaccionan, tres de cada cuatro personas que sufren o aceptan la situación, informaron estar más ansiosos y más deprimidos de lo normal. Solo una de cada diez personas que se resisten, informaron sobre tener problemas de salud mental.
Según la edad, el grupo de 18 a 29 años se ha sentido con mayor frecuencia nervioso (61 %), cansado desmotivado (62 %), impaciente (60 %) y/o con rabia (48 %) durante los últimos 21 días, comparado con el grupo de edad mayores de 50 años que que se sentían de igual manera. Entre el grupo de personas mayores de 50 años y más, la sensación de estar nervioso (41 %) fue más común durante los último 21 días y tal vez la mayor afectación de salud mental reportada, como se observa en la Figura 5.
Discusión
Este artículo analizó la respuesta social a las medidas no farmacológicas para controlar la propagación del COVID-19 en Colombia, a partir de comportamientos de higiene, distanciamiento físico y percepciones de riesgo. En términos generales, más del 90 % ha tomado medidas para prevenir el contagio del nuevo coronavirus. Las prácticas de higiene fueron percibidas como medidas más efectivas para prevenir la propagación del virus que, las medidas del distanciamiento físico.
A nivel de comportamientos de higiene, los participantes mayores de 49 años, eran más propensos a reportar comportamientos de higiene. Del mismo modo, era más probable que las mujeres reportaran que se habían lavado las manos y desinfectado su hogar. A través de los comportamientos de higiene, aquellos que estaban trabajando en el momento de la encuesta tenían más probabilidades de informar que adoptaban los comportamientos. Alguna orientación del trabajo o del gobierno puede haber influido en este comportamiento. Por ejemplo, un 30 % de los trabajadores reportaron cambios de comportamientos y entraron en aislamiento voluntario por instrucciones del jefe.
A nivel de cambios en los comportamientos para apoyar las medidas de distanciamiento físico, los adultos de 25 años tenían menos probabilidades de informar estos comportamientos. Basados en los resultados, el porcentaje de hogares intergeneracionales puede tener un rol importante en este evento. Si los adultos jóvenes (18-24 años) viven en hogares con adultos mayores, pueden sentir la responsabilidad de proteger a sus parientes vulnerables evitando situaciones que puedan infectarlos (como evitar los hospitales).
Nuevamente, en todos los comportamientos de distanciamiento físico, las personas encuestadas eran más propensas a reportar que se involucraban con las medidas de distanciamiento, excepto para evitar a las personas con síntomas similares a COVID-19. Las mujeres encuestadas tenían un 20 % menos de probabilidades que los hombres de informar que evitaban a las personas con síntomas. Una posible explicación para este comportamiento es que en Colombia las mujeres tienen una importante carga de cuidado en el hogar además, esto también puede estar relacionado con el 12 % de mujeres reportadas como cabeza de familia.
La pandemia y las medidas para controlar la propagación de la infección, han afectado la salud mental de los colombianos. Los resultados del estudio muestran que, el 75 % de las personas han tenido afectaciones mentales. Este procentaje es más alto en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, son las mujeres quienes reportan más apoyo y cumplimiento a las medidas de distanciamiento.
A nivel general, este estudio revela que de los factores psicológicos incluidos en el análisis (gravedad percibida del COVID-19 y probabilidad percibida de infección) las personas que percibieron el COVID-19 como grave tenían más probabilidades de informar la adopción de medidas de protección. Las personas jóvenes (de 18 a 29 años) han tenido mayor afectación en su salud mental. Este hallazgo podría estar asociado a la pérdida de empleo durante la cuarentena, algunos ya desempleados antes de las medidas, mientras que otros están preocupados por la educación, la carga de cuidado en el hogar, porque alguien de la familia se contagie y no sea atendido en los servicios de salud; o por no tener conocimiento de cuando regresar a la normalidad. Todo lo anterior ha sido impulsor de ansiedad, miedo y depresión. Esta evidencia contrasta con un estudio en Reino Unido que reportó que el 77 % de las personas encuestadas se preocupan por el COVID-19, que adultos jóvenes (de 18 a 24 años) tienen mayores probabilidades de presentar efectos negativos en la salud mental y que uno de cada tres ha visto afectada su vida social. Además, que las mujeres tienden a tener mayor probabilidad de preocupación por la pandemia y sus efectos, que los hombres3.
Otro hallazgo interesante es la identificación de tres grupos de personas que reaccionan de manera diferente a la pandemia y a las medidas para controlarla, estos son: las personas que se resisten a la situación, quienes la sufren y quienes la aceptan. En mayor proporción, las personas que hacen resistencia son hombres menores de 39 años y las personas que sufren a causa de la pandemia, son mujeres menores de 29 años.
Las personas que mejor se adaptan a la situación, son las mujeres mayores de 49 años que tienen ahorros. Estos resultados contrastan de igual forma, con otro un estudio similar, realizado en Reino Unido, donde el 9 % de las personas se resisten a la situación y el 44 % la sufren. Además, esa investigación evidenció, que los jóvenes tienen más probabilidades de estar en el grupo de personas que se resisten a la situación, las personas mayores de 49 años, son quienes tienen más probabilidades de aceptarla, los hombres se resisten y las mujeres constituyen la mayoría del grupo de personas que sufren por causa de la situación13.
Esto crea la necesidad urgente de implementar medidas psiquiátricas y psicológicas que el gobierno nacional, los mandatarios locales y los tomadores de decisión, deben tomar para proteger a las personas más vulnerables, como es el caso de los adolescentes y jóvenes, mujeres cabeza de hogar y personal de la salud14,15.
La pandemia y las medidas para controlarla afectan a las mujeres y los hombres de manera diferente y profundizan las desigualdades existentes16. Los adultos jóvenes (entre 18 a 29 años), mujeres y las familias con ingresos inferiores a 500 mil pesos mensuales y los migrantes reportaron más necesidades insatisfechas de salud sexual y reproductiva durante la pandemia.
Recomendaciones
La pandemia generada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2S afecta diferentes grupos sociales en distintas formas, pero con implicaciones severas en los jóvenes, y en particular las mujeres, en ámbitos como lo económico y lo social17,18. Esto exige definir estrategias centradas en las necesidades y circunstancias de las personas. Estas deben ser adaptadas y focalizadas a cada grupo, pudiendo contribuir a mitigar el riesgo de trasmisión entre los grupos de personas más vulnerables: adultos jóvenes y mujeres con carga de cuidado. Al inicio de la pandemia, la ausencia de vacunas hace que las acciones individuales como la reducción de la movilidad, el lavado de manos y el uso de tapabocas, son tan importantes como las medidas que implemente el gobierno: identificación, rastreo, hacer test y aislamiento de casos y sospechosos. Sin embargo, pedagogía a nivel comunitario y el acceso a la información correcta, clara y concisa puede contribuir con cambios de comportamientos positivos en la higiene, autocuidado y adherencia a medidas de distanciamiento, todo esto es crucial para detener la propagación de COVID-19.
Limitaciones
Este estudio tiene limitaciones y ventajas por considerar. Aplicar la encuesta de manera virtual a través del software SurveyMonkey®, permitió tener acceso a la información de manera oportuna19. Sin embargo, una de las limitaciones es el sesgo del método de muestreo y, por lo tanto, esta muestra se puede concentrar en grupos específicos de población, lo que implica, que los resultados no sean representativos a nivel país.