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 número26URREGO MIGUEL ÁNGEL, INTELECTUALES, ESTADO Y NACIÓN EN COLOMBIA. DE LA GUERRA DE LOS MIL DIAS A LA CONSTITUCIÓN DE 1991, BOGOTÁ SIGLO DEL HOMBRE EDITORES, UNIVERSIDAD CENTRAL, DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIONES, 2002, 244 PP.NOTILIBROS índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
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Historia Crítica

versão impressa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.26 Bogotá jul./dez. 2003

 

MARTÍNEZ FEDERIC, EL NACIONALISMO COSMOPOLITA. LA REFERENCIA EUROPEA EN LA CONSTRUCCIÓN NACIONAL EN COLOMBIA, 1845 - 1900, BOGOTÁ, BANCO DE LA REPUBLICA, INSTITUTO FRANCÉS DE ESTUDIOS ANDINOS, 2001, 580 PP.

Decsi Arévalo Hernández
Profesora del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes.


El propósito central del trabajo de Frédéric Martínez está claramente enunciado en el subtítulo del libro, se indagar la manera como los granadinos recurren al modelo europeo tanto para justificar su discurso político co organizar sus instituciones. En su opinión, para comprender el proceso de creación del Estado-nación en Colombia es preciso conocer los mecanismos por los cuales en un universo dominado por el cosmopolitismo político se va f una ideología nacionalista, y determinar los resortes internos que explican la fluctuación de la legitimidad política de un extremo a otro, del "epocalismo" al "esencialismo" (p. 38). Encuentra el autor que entre 1845 y 1900 se presentan dos tipos de discurso nacionalista, uno referido a la identidad alrededor del republicanismo, defendido por los Radicales y otro sustentado en la religión y el orden, expuesto por la Regeneración; ambos tomarán al ejemplo europeo par los elementos que permitan afirmar las características identitarias de la población granadina.

A juicio de Martínez después de la independencia los nuevos gobernantes criollos, conscientes de la magnitud de la tarea que les correspondía, no tenían otra alternativa que la de recurrir a modelos foráneos para llenar el vacío para construir Estados y naciones que aún estaban por crear (p. 35); esta estrategia no sería otra cosa que la característica de la política hispanoamericana: "cosmopolitismo obligado e ineludible". Por esta razón un punto centra proceso de investigación es dar cuenta de la manera como las elites granadinas comprometidas con la crea una nueva república aprecian y utilizan el referente europeo.

Esta referencia al exterior la aborda el autor a través de tres ejes: los discursos sobre Europa, los viaje intentos de importación de modelos de organización.

Respecto al primer tema, en el texto se presenta una interesante gama de ejemplos en los que sobre equiparación de Europa con civilización y el interés permanente por los sucesos políticos de ese con además, se observa en ellos la manera como los grupos que hacen parte de la contienda política encuentra caso europeo la base para sostener sus argumentaciones.

Al conjugar la aproximación de Martínez con la historia de las ideas se aprecia con bastante claridad porque aparece como la civilización, pero también por ello, como lo señala Vera Weiler1, el término cosmopolitismo no ser una expresión justa para calificar el europeismo selectivo y funcional que acusaban los criollos. historia de las ideas se destacan dos grandes vertientes de pensamiento que alimentaban el mundo intelectual granadino, de una parte la tradición fundada en la escolástica y la lógica aristotélica y, de otra, el pensamiento ilustrado y el utilitarismo, ambas líneas, por obvias razones históricas, importadas de Europa. En un ambiente que el principal mecanismo de difusión teórica es la Universidad, la inclinación de los individuos hacia uno camino acusa fuerte influencia de su ambiente académico, por ello, en este punto, la Nueva Granada extensión de Europa.

Dos comentarios valdría la pena destacar de la fusión propuesta, el primero tiene que ver con que el enfoque defendido induce a la elección de los ejemplos que lo refuercen y a la oposición frente a aquellos que no favorables. De allí que, como lo señala Martínez, en el debate de los radicales más que descalificar el re europeo, lo que no se acepta es la adopción de un tipo particular de ideas; además, se ve en los sucesos históricos de esos países los medios de probar sus propias tesis o improbar las del contrario.

El segundo se refiere a que, en virtud de las distintas teorías, no sorprenden las fuertes discrepancias en torno a que puede ser considerado como civilización en el siglo XIX. Si bien en la mitad de dicho siglo, en la gubernamental, habrá predominio de las tesis que relacionan civilización con régimen político, también sobresalen las que establecen la conjunción entre civilización y religión.

Baste para ello recordar los escritos de Rodríguez2para quien civilización quiere decir: moralidad, instrucción y riqueza; pero alcanzar estas m depende de la fundación de un régimen político sino del cumplimiento de los principios cristianos en un a de obediencia, pues esta última es la garante del orden y, en consecuencia, de la paz. Como colofón se tendría que la civilización es la cristiana, y cristiana es la población de la Nueva Granada, por tanto el régimen político de instituciones no la deben apartar de su senda. Argumentos de esta naturaleza se difunden al mismo tiempo desde las esferas gubernamentales se busca la identidad a través del régimen político. Por ello, si bien en el anterior al federalismo político las tesis republicanas unen a los grupos de la elite criolla, esto no es suficiente para dar homogeneidad al discurso nacionalista. En esta línea de reflexión se podría concluir que la indagación s discurso nacionalista, además de mirar los resortes de las fluctuaciones en la legitimidad, debe auscultar la como éste se torna hegemónico en un momento dado.

El tema de los viajes, que constituye el segundo de los ejes de la exposición de Martínez, resulta muy sugestivo por varias razones. De la revisión de los escritos de viajeros el autor destaca temas como el contraste entre el imaginario europeo y la realidad observada, la erección de tesis nacionalistas como respuesta a las ideas que sobre la Nueva Granada tienen los europeos y la percepción crítica que desarrollan los criollos sobre los viajeros. En estos campos Martínez encuentra las piezas con las cuales no sólo se crean discursos nacionalistas sino también se impulsa la búsqueda del carácter nacional, una muestra de esto último es la literatura costumbrista.

Además, de estos elementos que conducen a la precisión sobre el nacionalismo granadino, del texto también se pueden derivar ingredientes para una historia de las mentalidades y aún de las migraciones. Si bien el autor ha centrado su interés sobre la elite, la construcción del imaginario sobre el viaje, el comportamiento del viajero, su recepción tanto en el lugar de destino como en su retorno, constituyen variables centrales para observar un proceso migratorio más amplio.

Como último eje de análisis se encuentra el intento por importar modelos de organización. Las implicaciones de la elección del modelo a importar y la manera como se adapta a las condiciones locales son sin duda la materia más difícil de abordar, pues el tema nos aterriza sobre los aspectos concretos de la puesta en marcha de un proyecto de construcción nacional. Según el autor, el carácter pragmático de las autoridades locales conduce a los granadinos a un eclectisimos institucional, que los lleva a contemplar la implantación doméstica de entidades provenientes de muy distintas latitudes, tendencia apoyada en el desprestigio de las existentes en el país. A esta conclusión, que para Martínez es un sustento del cosmopolitismo que acusa la elite criolla, se suma la controversia interna y los intereses de quienes están vinculados a la formación del Estado, para producir un dudoso resultado en la construcción de la nación.

Como se desprende de El nacionalismo cosmopolita, la dinámica de elección y adopción de instituciones, lejos de hacer volar en pedazos el concepto centro-periferia, como lo sostiene Clément Thibaud3, es una prueba de la interacción en condiciones de dependencia entre los países desarrollados y los que constituyen su esfera de influencia. El modelo centro-periferia, al menos en su versión original cepalina (aunque también en las aproximaciones de Braudel y Wallerstein) no implica una periferia pasiva, muy al contrario centro y periferia son polos de un mismo desarrollo.

Ahora bien, el carácter pragmático de las elites no significa una escogencia arbitraria de instituciones, ni su acomodo a la realidad nacional opera exclusivamente por circunstancias locales. Hay que partir de la circulación internacional de ideas (al menos en occidente) que circunscriben los requerimientos institucionales y de los requisitos exigidos por las naciones que dominan ese contexto internacional a los países que quieran insertarse4. Luego hay que contemplar la dinámica interna, que en un país sin muchas alternativas de enriquecimiento –y, como lo señala Martínez, con un aparato estatal cuyo reducido tamaño genera pugna entre los que ven en él una fuente de percepción de ingresos o de reconocimiento social-, no da lugar a un trasplante impoluto de las entidades que requiere la administración pública. Es decir, se trata de una dinámica en la que están en juego las ideologías, las teorías sobre asuntos más particulares (régimen político, desenvolvimiento económico, organización social y papel del estado, entre otros), los intereses económicos y políticos de los sectores que pueden influir en las decisiones gubernamentales, la manera como los países desarrollados "difunden" lo que consideran la ruta correcta del progreso y las demandas institucionales de los grupos sociales.

Finalmente, vale la pena destacar la conexión que establece el texto entre diferentes campos, como lo señala el autor: historia del nacionalismo, historia de los mitos políticos, historia de una generación política, historia de las elites e historia de la construcción del Estado, todos articulados, sin duda, por la referencia europea. Tanto si se abordan una de estas historias de manera aislada como si se estudia en conjunto la segunda mitad del siglo XIX colombiano, el Nacionalismo cosmopolita permite ver varias facetas de nuestra relación con el continente Europeo.


Comentarios

1 WEILER, Vera, "Reseña del texto de Frédéric Martínez", en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, No. 28, Universidad Nacional, 2001.

2 OSPINA RODRÍGUEZ, Mariano, "La civilización", en Escritos sobre economía y política, Bogotá, Universidad Nacional Originalmente el artículo fue publicado en el No.1 de la Civilización, agosto 9 de 1849 .Este estadista del siglo XIX ve en la exnorteamericana la muestra del cumplimiento de los principios cristianos en la organización social.

3 THIBAUD, Climent, reseña del texto de Martínez en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, No.29, Bogotá, Universidad Nacional, 2002. *¿página, páginas?.

4 Dentro del mismo tema de la construcción de nación, pero para un período anterior, Hans-Joachim Köning muestra alguna condiciones de cambio institucional que demandaba el gobierno inglés a los países que quisieran mantener relaciones económ Inglaterra. Cfr. En el camino hacia la nación. Nacionalismo en el proceso de formación del Estado y de la Nación de la Nueva G 1750-1856, *Bogotá, Banco de la República, 1994. *¿páginas?.

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