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Historia Crítica

versão impressa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.30 Bogotá jul./dez. 2005

 

Presentación del dossier sobre historia ambiental latinoamericana

Claudia Leal León

Ph.D. en geografía, Universidad de California en Berkeley y profesora asistente del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes.


Este número de Historia Crítica está dedicado en buena medida a la historia ambiental, como se aprecia en los cuatro artículos que integran el dossier, las dos reseñas y algunos de los anuncios de notilibros. A pesar de que este campo de la historia tiene una trayectoria de más de tres décadas, sigue siendo térra incógnita para muchos historiadores, especialmente en nuestro medio. Historia Crítica ha querido sumarse a los esfuerzos recientes por desarrollar este campo en nuestro país.

La historia ambiental es hija de la preocupación por el deterioro ambiental y los conflictos sociales alrededor de los recursos naturales que tuvieron lugar en las décadas de los setenta y ochenta del siglo XX. Investigadores tanto en Estados Unidos como en Europa y Asia comenzaron a publicar historias que documentaban las raíces de problemas ambientales de muy variada índole1. Muchos de estos primeros estudios buscaban denunciar las tristes consecuencias de nuestra prepotencia frente a la naturaleza: desertificación, deforestación, polución y otros males de este corte. Para ello era frecuente hablar de una naturaleza prístina y en equilibrio que resultaba ultrajada por el mundo moderno. Varios críticos han señalado que esa idea no sólo es errónea, puesto que la naturaleza es cambiante y ha sido profundamente alterada por las sociedades a través de los siglos, sino que ha sido utilizada como medida objetiva -o "natural"- para condenar las actuaciones humanas. Es decir, hemos creado una concepción de la naturaleza para revestir de objetivad nuestras críticas a la forma como se ha transformado el medio natural. Las críticas son válidas, pero son nuestros valores y no "la voz de la naturaleza" los que emiten tales juicios2.

La historia ambiental no ha abandonado su interés por la degradación de la naturaleza, que hace parte del enfoque más frecuente dentro de esta subdisciplina: aquel conformado por estudios que reconstruyen las formas en que las sociedades han transformado el ambiente. Pero este campo de la historia también incluye otros enfoques, como aquel que involucra a la naturaleza como un agente de la historia humana, tarea que genera aprehensiones dado el fuerte determinismo ambiental del siglo XIX y principios del siglo XX. El estudio de las ideas sobre la naturaleza ha sido otra área de gran interés, como lo evidencia la discusión mencionada en el párrafo anterior. La historia ambiental no ha sido el más político de los campos de la historia; sin embargo, este aspecto ha tomado fuerza generando puntos de encuentro con la ecología política. Tal es el caso de los trabajos que exploran los intereses que han mediado el uso de los recursos naturales y las disputas que allí se han originado, así como también el papel que han tenido el Estado y las políticas públicas en transformar el ambiente y regular el acceso a los recursos. Vale la pena mencionar que la historia ambiental ha dado cuenta de ambientes tan variados como bosques, ríos, agroecosistemas y ciudades.

La historia ambiental se ha desarrollado más lentamente en América Latina que en otras regiones del mundo. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa algunos investigadores latinoamericanos produjeron de manera aislada libros pioneros, que más que estudios de caso son reflexiones de carácter general sobre los efectos ambientales de modelos de desarrollo o ambiciosas visiones nacionales3. Por esos mismos años, a pesar de que la historia ambiental producida en Estados Unidos se ha centrado en ese país, algunos pocos estudios se enfocaron en América Latina4. En años recientes ha aumentado el número de investigaciones, hechas en ambos hemisferios, lo que permite hablar de los comienzos de una historia ambiental de América Latina5. Los trabajos presentados en este dossier son ejemplo de estos nuevos desarrollos. Tres de ellos (Juárez, Sutter y Leal) fueron presentados en un simposio sobre el tema llevado a cabo en La Habana en octubre de 2004. Esta reunión, como una realizada en Santiago de Chile en 2003 y otra programada para el año 2006 en Sevilla, representan esfuerzos por generar un diálogo interamericano e institucionalizar este campo de la historia en la región.

Los esfuerzos por conformar este campo de la historia en Colombia recibieron un gran impulso con la reunión que Germán Palacio, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, organizó en Bogotá en 2001, como culminación de un ambicioso proyecto de investigación, que generó la publicación de dos compilaciones (La naturaleza en disputa y Repensando la naturaleza). Los escritos sobre historia ambiental en Colombia muestran el desarrollo y creciente interés en este campo, aunque los resultados son aún incipientes. Alberto Flórez (2000) intentó hacer una introducción general a este tipo de historia, mientras que otros han publicado libros y monografías sobre temas específicos. Entre ellos se encuentran el ensayo de Palacio sobre los bosquesinos amazónicos (2004), el estudio de profesores de la Universidad Distrital sobre Bogotá (2005), el trabajo de Ulloa sobre la relación entre el movimiento indígena y el ambientalismo (2004), el dossier del número 22 de la revista Nómadas editado por Gallini (2005) y el trabajo de Leal y Restrepo reseñado en esta revista (2003)6.

El creciente interés sobre el tema en América Latina, y en particular en Colombia, ha servido para volver la mirada hacia algunos trabajos de vieja data hechos desde la geografía histórica, la ecología cultural, la sociología rural y la historia agraria. Los trabajos de la llamada Escuela de Geografía de Berkeley son unos de los mejores antecedentes de la historia ambiental en Colombia. James Parsons (1949), Robert West (1957) y Le Roy Gordon (1957) realizaron estudios de la zona de colonización antioqueña, el Pacífico colombiano y el Sinú, en los que examinaron la manera como las respectivas culturas dieron forma humana a los paisajes de esas regiones7. Los estudios de las formas en que diferentes grupos humanos, generalmente indígenas, han manejado el medio en el que viven, también constituyen antecedentes de la historia ambiental en América Latina; pero entre éstos sólo unos pocos tienen perspectiva histórica. El trabajo sociológico de Orlando Fals Borda sobre la costa Caribe, que integra la geografía de esta región dentro del análisis, es excepcional dentro de las ciencias sociales en nuestro país8. A pesar de que la mayoría de los estudios agrarios han desarrollado poco la dimensión ambiental, entre ellos se pueden encontrar algunas semillas. El reconocido texto de Marco Palacios (1983) sobre el café en Colombia es un buen ejemplo. Palacios anota que la calidad de los suelos y las condiciones climáticas fueron importantes para el desarrollo de las regiones cafeteras y explica cómo, además de tener café, las haciendas contaban con cultivos de pancoger, pastizales y terrenos boscosos, lo que da algunas pistas sobre el manejo del ambiente asociado a las economías cafeteras. Aunque Palacios insinúa que la naturaleza juega un papel relevante en el desarrollo colombiano, no profundiza en esta tesis.9

Este número de Historia Crítica busca presentar la historia ambiental a quienes no están familiarizados con ella, además de dar a conocer cuatro nuevos estudios de caso a quienes ya lo están. Los cuatro artículos del dossier giran en torno a dos temas: las relaciones entre las ciudades y el campo y entre la ciencia y la naturaleza. En el primer grupo se ubican los trabajos de Juárez y Leal. Juárez explora los efectos del uso del aguarrás en el alumbrado público de las ciudades de Puebla y Tlaxcala sobre los bosques de coníferas de sus alrededores. En la segunda mitad del siglo XIX, el aguarrás, derivado de la resina de pinos, sustituyó a la manteca que se utilizaba como combustible para los faroles que alumbraban las ciudades en las noches. La utilización de la resina no sólo abarató el costo del alumbrado, sino que generó el deterioro de los bosques. El artículo de Leal explora la relación entre la ciudad y el campo desde una perspectiva muy distinta: examina cómo una economía que se basa en la extracción de un recurso de la selva -la tagua- y en una marcada división racial del trabajo, condicionó la transformación del puerto de Tumaco en ciudad. Leal destaca la forma en que las divisiones raciales de Tumaco se hacen evidentes en la ideología elitista que relaciona a los grupos negros con la selva, es decir, que relaciona raza con naturaleza.

Estos dos estudios ponen de manifiesto los múltiples hilos que unen la historia de las ciudades con aspectos ambientales de sus regiones. El texto de Juárez se enmarca dentro de la preocupación por los efectos de los procesos de modernización urbana sobre las áreas que circundan las ciudades. Estos centros han implicado la transformación de sus zonas aledañas, e incluso de áreas muy lejanas, a través de la demanda de productos como madera, comida y agua. Pero la relación también ha estado marcada por aquello que sale de la ciudad hacia el campo: tal es el caso de la polución bien ilustrado por la historia del río Bogotá. Pueblos y áreas metropolitanas han asimismo determinado cambios en el uso del suelo a través de la valorización de la tierra y la demanda por nuevos bienes y servicios, como pueden ser las áreas de recreo. Por otra parte, Leal enfatiza cómo las economías regionales que dan vida a las ciudades pueden estar fuertemente influenciadas por fenómenos naturales como la distribución de una especie de palma. Ella muestra, además, cómo los citadinos han concebido sus ambientes en oposición a la naturaleza, ocultando así los estrechos vínculos entre el mundo natural y el social.

En el segundo grupo de artículos, que explora la relación entre la ciencia y la naturaleza, se encuentran los trabajos de Sutter y de Nieto, Castaño y Ojeda. Sutter examina las implicaciones de la lucha contra la malaria y la fiebre amarilla durante la construcción del canal de Panamá. El control de estas enfermedades se basó en las teorías desarrolladas a finales del siglo XIX sobre el papel de los zancudos en su transmisión. Estas teorías facilitaron el éxito de la empresa de sanidad y de este modo apoyaron la idea dominante de la conquista de los trópicos enfermizos por parte de los Estados Unidos. Pero la lucha contra las enfermedades tropicales también contradijo el discurso dominante al señalar que el carácter enfermizo del ambiente se debía en gran medida a las mismas obras de construcción del canal, que creaban los espacios propicios para la cría de zancudos. La cuidadosa mirada a la naturaleza por parte de los entomólogos sirvió tanto para legitimar como para socavar el discurso imperialista sobre los trópicos. Nieto, Castaño y Ojeda, por su parte, se enfocan en el debate alrededor de la influencia del clima sobre los seres humanos que se desarrolló entre los criollos ilustrados de la Nueva Granada en 1808. Los autores se interesan en la retórica, es decir, en la manera como ambas partes construyen un discurso científico que sirve para legitimar el poder de la élite ilustrada. Las referencias a autores europeos, el uso de ciertos instrumentos y la mención de los elementos naturales mismos son de suma importancia para construir una autoridad que determine quién conoce y debe controlar al territorio y sus pobladores.

Ambos artículos tratan sobre la relación entre la ciencia y el poder; pero mientras Nieto, Castaño y Ojeda se concentran en el armazón mismo de la ciencia, Sutter se preocupa por destacar el objeto científico: las enfermedades y sus vectores. Sutter demuestra cómo la cuidadosa observación del ambiente del istmo imprime matices importantes al discurso imperial. Nieto, Castaño y Ojeda no dan la misma relevancia al papel de los elementos del clima dentro de su argumento. Estas diferencias de grado sirven para entender la relación entre dos campos de la historia: la historia de la ciencia, en la que se ubican Nieto, Castaño y Ojeda, y la historia ambiental, donde se ubica Sutter. La historia de ciencias como la geografía, la biología y la agronomía tienen mucho que decir sobre la naturaleza misma y sobre las implicaciones de nuestra manera de entenderla. Los argumentos con que se construye la historia de la ciencia pueden poner mayor o menor atención a las transformaciones del paisaje o a las concepciones de la naturaleza y así acercarse más o menos a las preocupaciones que caracterizan a la historia ambiental.

Lo mismo sucede con trabajos sobre la historia de las ideas, campo que abarca formas de pensar que no son consideradas científicas. El artículo de Villamil, publicado en el espacio estudiantil de este número, trata sobre la influencia del romanticismo de Herder sobre el pensamiento argentino del siglo XIX y toca un tema de interés para la historia ambiental. Herder y los miembros del grupo que en 1837 se constituyó con el nombre de La Joven Argentina otorgaron un papel destacado a las condiciones geográficas en el proceso histórico y en las manifestaciones culturales de los pueblos. Entre los miembros del grupo es tal vez Domingo Faustino Sarmiento quien, en su Facundo, mejor expresa aquel pensamiento que encuentra en la geografía argentina -especialmente en las pampas- la clave para entender el carácter del pueblo. Villamil toca el tema, pero no se concentra en él, pues su enfoque es más amplio. El tratamiento que Herder y estos políticos e intelectuales argentinos dan a la geografía es un tema que bien podría ser el eje de otro ensayo.

Los cuatro artículos reunidos en el dossier muestran gran variedad en cuanto al origen de los autores, las regiones y ambientes que estudian, el tipo de fuentes que utilizan y las subdisciplinas dentro de las que se enmarcan. Un estadounidense, un mexicano y varios colombianos, con los pies en la historia ambiental, la historia de la ciencia y la geografía histórica, examinan prensa, archivos y documentos científicos, y así presentan un panorama incompleto, pero diciente del desarrollo de la historia ambiental en nuestro medio. Con la publicación de estos textos, más que buscar nuevos conversos para nutrir esta incipiente rama de la historia, queremos recalcar que la historia humana es también la historia de la creación de ambientes humanizados, que éstos a su vez han afectado el desarrollo de las sociedades y que las maneras como entendemos el medio natural y nuestro lugar en él dicen mucho sobre nuestra visión del mundo. Los artículos aquí reunidos pueden dar luces sobre las posibles dimensiones ambientales de trabajos que aún no exploran esa rica perspectiva. No se trata entonces de crear un nicho aislado, sino de establecer puentes con otros tipos de historia y llamar la atención sobre una ceguera persistente en las ciencias humanas.


1 Para una visión bastante completa del desarrollo de la historia ambiental puede consultarse: McNEILL, John, "Observations of the Nature and Culture of Environmental History", en Eistory and Tkorj, Vol. 42, No. 4, diciembre 2003, pp. 5-43.

2 Una buena fuente sobre este tipo de reflexiones es CRONON, William (Ed.), Uncommon Ground, Rethinking the Human Place in Nature, New York, WW Norton & Co, 1995.

3 ORTIZ, Fernando, Tierra Profanada: historia ambiental de México, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, 1987; BRAILOVSKY, Antonio y FOGUELMAN, Dina, Memoria verde: historia ecológica de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1991; CASTRO HERRERA, Guillermo, Los trabajos de ajuste y combate: Naturaleza y sociedad en la historia de América Latina, La Habana, Casa de las Américas, 1995.

4 MELVILLE, Elinor, A Plague of Sheep: Environmental Consequences of the Conquest in Mexico, Cambridge, Cambridge Universky Press, 1994 (publicado en español: Plaga de ovejas: consecuencias ambientales de la conquista de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1999); DEÁN, Warren, With Broadax and Firebrand, The Destruction of the Brazilian Atlantic Forest,Y>tiMty,\Jmtmty oí California Press, 1995.

5 Ver las siguientes recopilaciones: GARCÍA MARTÍNEZ, Bernardo, Estudios sobre historia y ambiente en América, Vol I: Argentina, Solivia México y Paraguay, México, El Colegio de México, 1999; GARCÍA MARTÍNEZ, Bernardo y PRIETO, María del Rosario (Comps.), Estudios sobre historia y ambiente en America, Vol II: Norteamérica, Sudaméricay El Pacífico, México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia - El Colegio de México, 2002; BRANNSTROM, Christian (Ed.), Territories, Commodities, and Knowledges. <> Latin American Environmental History of the Nineteenth and Twentieth Centuries, London, Institute of Latín American Studies, 2004.

6 PALACIO, Germán, La naturaleza en disputa, Bogotá, Universidad Nacional, 2001; PALACIO, Germán y ULLOA, Astnd (Eds.), Repensando la naturaleza. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2002; FLÓREZ, Alberto, Ambiente y desarrollo, El campo de la historia ambiental, perspectivas para su desarrollo en Colombia, Bogotá, Universidad Javenana, 2000; PALACIO, Germán, Civilizando la tierra caliente, La supervivencia de los bosquecinos amazónicos, 1850-1930, Bogotá, Asociación Colombiana de Universidades, 2004; PRECIADO, Jair, LEAL, Robert y ALMANZA, Cecilia, Historia ambiental de Bogotá, siglo XX: elementos históricos para la formulación del medio ambiente urbano, Bogotá, Universidad Distrital, 2005; ULLOA, Astnd, La construcción del nativo ecológico, Complejidades, paradojas y dilemas de la relación entre los movimientos indígenas y ambientales en Colombia, Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Colciencias 2004; Dossier: "Medio ambiente: historia y política", en Revista Nómadas, No. 22, Bogotá, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos de la Universidad Central - CLACSO Libros, abril 2005, pp. 12-197; LEAL, Claudia y RESTREPO, Eduardo, Unos bosques sembrados de aserríos. Historia de la extracción maderera en el Pacífico colombiano, Medellín, Universidad de Antioquia - Universidad Nacional sede Medellín - Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2003.

7 PARSONS, James, La colonización antioqueña en el occidente colombiano [1949], Bogotá, Banco de la República - El Ancora Editores, 1997; WEST, Robert, Las tierras bajas delPacífico colombiano [1957], Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2000; GORDON, B. Le Roy, El Sinú: geografía humana y ecología [1957], Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1983.

8 FALS BORDA, Orlando, Historia doble de la costa, Bogoá, Carlos Valencia Editores, 1979, especialmente Mompox y Loba.

9 PALACIOS, Marco El café en Colombia, 1850-1970, Una historia económica, social y política, Bogotá, Editorial Presencia, 1979.

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